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Los hábitos: ¨Siete hábitos de las familias altamente efectivas¨


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    HÁBITO TRES: PONER PRIMERO LO PRIMERO. Dentro del hábito humano, debemos manejar el orden de las prioridades, y en este caso dentro de las dos estructuras que nominaremos, está el de darle la suficiente importancia que se merece el estatus de la familia dentro de nuestro requerimiento de vida diaria.

    La primera estructura a tener en cuenta es el caso del tiempo familiar, puesto que sino tenemos un tiempo, sea cada día o semana para la reunión entre familia, entonces nuestro criterio es que ésta no es prioritaria en el actual momento.

    En cuanto a la segunda estructura, es el acercamiento entre uno y otro, y con cada uno de los miembros a cada momento, como un síntoma de la integración familiar.

    Esto entonces, nos demuestra que la familia es lo primero, y que debemos ponerla como debe ser: en poner primero lo primero.

    Cuando las cosas importantes no están en primer lugar, entonces se convierte en uno de los peores sentimientos en el mundo, de que las cosas más importantes en la vida, están en segundo término.

    Por tanto, debemos aprender que lo más importante es estar con la persona que más nos interesa y nos ha de importar en la vida, puesto que haremos y seremos felices precisamente en este momento tan importante. Incluso, debemos aprender a dar prioridad a la familia, simplemente con un plan fuertemente creado en forma anticipada.

    Dentro de los hábitos a tener en cuenta, es no tener a merced de las cosas menos importantes, aquellas que si lo son realmente. Y no hay manera de tener éxito en nuestras familias, si no damos prioridad a la familia en nuestra vida.

    Debemos tener en cuenta dentro una prioridad lógica, en saber cuales son las cosas más importantes, y lo que tiene que ver en cuanto a nuestra disciplina y compromiso para vivir con esas cosas; y la prueba de profundidad de nuestro compromiso, con las cosas importantes, y de nuestra integridad, ya sea que nuestras vidas, estén verdaderamente integradas alrededor de principios o no.

    ¿Entonces porque no ponemos primero lo primero?

    La mayoría de las personas ponen incluso a la familia por encima de su propia salud e incluso de su vida.

    Tengamos en cuenta, cuando muchos nos arrepentimos, demasiado tarde, de habernos perdido la infancia, niñez y adolescencia por ejemplo de nuestros hijos. Y no se ha estado allí, a pesar de estar en cuerpo; pero por el aislamiento no se estaba ahí en realidad.

    Y nuestros hijos sienten esa enorme pérdida de la figura materna o paterna, al no existir esa hermosa cultura familiar. Entonces, nosotros sentimos esa pérdida de la niñez de nuestros hijos, y ellos a su vez, de haberse perdido de la compañía de sus padres, cuando eran pequeños. Y extrañan ese sentimiento el que quieren y necesitan.

    Y muchos de los adultos padres, se dicen mentiras sobre sus decisiones, de preferir el trabajo sea por necesidad del dinero, sin pensar en que se puede trabajar sólo por las comodidades básicas. Y esto como sea, los padres están presos de estas mentiras, violando su conciencia, pero sintiendo que no tienen alternativa, de que la paternidad es un Rol único.

    Y el Rol de los padres es único, algo sagrado en la vida se puede decir, ya que tiene que ver con nutrir el potencial de un ser humano que se confió a su cuidado. Por tanto, cuando elegimos poner a un niño en una guardería, por ejemplo, queremos creer que es bueno y así lo hacemos. Fácilmente creemos que tienen el carácter y la competencia para ayudarnos a educar a un hijo. Esto es parte del proceso de racionalización, y la realidad es que la mayoría de las guarderías son inadecuadas, puesto que no se puede pagar a alguien porque haga lo que los padres hacen con amor gratis. Incluso una excelente guardería nunca podrá ser tan buena como uno de los padres bajo todos los aspectos.

    Así es que, los padres necesitan hacer su compromiso con los hijos, con su familia, antes de hacer su compromiso con el trabajo. Y si se necesitan escoger la ayuda de guarderías, es importante ver dentro de toda la escogencia, con mucho detenimiento, asegurándonos dentro de la competencia de sus registros, que tienen la competencia, el carácter y que se puede pasar la prueba de la intuición y la inspiración que los padres adquieren para cuidar de sus hijos, bajo las mejores y mas correctas expectativas y lógicamente la confiabilidad.

    La buena fe, las buenas intenciones son a veces absolutamente insuficientes y no reemplazarían el mal juicio. Aunque los padres necesiten dar confianza, igual necesitan verificar competencias.

    Incluso en el buen sentido, muchas personas son confiables en términos de carácter, pero simplemente no son competentes, puesto que carecen del conocimiento suficiente y de las habilidades y con frecuencia están completamente inconscientes de su incompetencia. Aunque otros pueden ser muy competentes, pero pueden carecer de elementos vitales como el carácter, madurez e integridad, del cuidado sincero y de la falta en la habilidad para ser amables y valientes.

    Así, es que debemos obligarnos a tener la oportunidad de poner prioridades más altas en nuestras familias, en esos niños particularmente, y cuando son pequeños se hace una buena inversión para el futuro de cada retoño y por ende para nosotros como padres.

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