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Caracterización morfoedafológica de las localidades investigadas de la región de San Andrés. Cuba


  1. La superficie erosivo – denudativa
  2. La superficie erosiva
  3. La superficie acumulativa

Mediante el análisis integral de cinco secciones complejas espacialmente orientadas en dos unidades morfoedafológicas representativas de la región de San Andrés, se examinó la influencia de las condiciones naturales y socioeconómicas en la génesis y evolución secuencial que presentan los procesos de erosión en los suelos Ferralíticos Rojos Lixiviados, definiendo sobre la base de un análisis histórico – evolutivo (1989 – 2006), la etapa actual de la morfogénesis y en sentido más amplio, la dinámica de algunas de las propiedades de los suelos bajo diferentes condiciones de uso y manejo.

En general, la cobertura edáfica ha estado sometida a una tecnología de manejo no diferenciada, reforzando la actuación de los procesos naturales e induciendo el desarrollo de un conjunto de formas erosivas que limitan la capacidad productiva y la fertilidad de los suelos, cuyos patrones de distribución obedecen a las formas de las pendientes y en lo fundamental al sistema tradicional de preparación de suelos en dirección a las mismas (Alfonso, 2004)

En este contexto y a partir de la interpretación compleja de las formas del relieve y en particular del balance pedogénesis – morfogénesis, que opera a nivel de meso y microrelieve, fueron diferenciadas tres superficies básicas.

La superficie erosivo – denudativa

Está representada por la Unidad Morfoedafológica I "Canalete" en un vaciado de la Sierra de Guacamaya en la porción occidental de la Cordillera de Guaniguanico (Ø = 15 – 25 % y H = 190 – 220 m), donde predominan los relieves montañosos y altura del tipo erosivo – tectónico y estructuro – litológicas, como se muestran en la Fig. 3.1.

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Fig.3.1. Efectos de la erosión sobre la superficie erosivo – denudativa en localidades de San Andrés

Por la posición que ocupa en el contexto de la provincia, así como por los rasgos morfoestructurales y disímiles procesos que en la misma se verifican, fue clasificada como una superficie espaciadora de reptación, de acuerdo con la clasificación de elementos de pendientes propuesta por Troeh (1965); Beasley et. al. (1980); Applegate (2003). Asimismo y tomando como fundamento, que cualquier proceso de formación del suelo, es el resultado de la acción combinada de diversos factores que proporcionan combinaciones peculiares en su tendencia evolutiva (Guerasimov, 1975), se constató que con cierta independencia del valor energético del relieve, en aquellos sectores donde la actividad antropogénica no ha tenido lugar, existe una tendencia hacia la pedogénesis con una remoción areal de las fracciones del suelo prácticamente nula, positiva o muy lenta.

Esta unidad constituye por tanto, la fuente primordial de sedimentos que secuencialmente descienden hacia sectores del relieve de menor hipsometría, donde la competencia de los cursos de agua es progresivamente menor lo que provoca el consecuente abandono de los sedimentos, descripción que coincide con los resultados obtenidos por Jaimez (2006), en regiones próximas a la zona investigada.

La superficie erosiva

Es la más generalizada en toda la región (Ø = 12 – 15 % y H = 190 – 140 m), donde se ubican los transectos de las UME I "Canalete" y UME II "Ceja del Río", con perfiles de pendientes más suaves y donde los movimientos neotectónicos han sido en general débiles en el contexto de su evolución paleogeográfica (Kartashov ,1981; 1982; Acevedo, 1983). Precisamente estos niveles fueron los seleccionados para la valoración integral de los ambientes geológicos que condicionan la distribución zonal – espacial de los procesos erosivos, en los sectores medios de las macroladeras, que descienden hacia niveles de mayor estabilidad geomorfológica (Fig. 3.2.)

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Fig.3.2. Efectos de la erosión sobre la superficie erosiva en localidades de San Andrés

Por otra parte, los procesos del intemperismo actuando sobre estos eluvios, han dado origen a cortezas automórficas redepositadas del tipo caolinito – alíticas – férricas, asociándose a ella mantos de arcillas, cuyos rasgos morfológicos principales se ajustan a la secuencia siguiente: un horizontes edáfico de textura ligera, generalmente ácido, poco humificado, de baja capacidad de intercambio catiónico (C.I.C), desaturado con concreciones ferruginosas Hernández et. al. (1980); Kartashov (1981) y Jaimez (2006). Sin embargo, resulta oportuno consignar, que en el desarrollo del perfil cultural han influido factores naturales y socioeconómicos, que en ocasiones han interrumpido el proceso evolutivo secuencial, especialmente en aquellas localidades donde el valor energético del relieve es elevado.

La superficie acumulativa

Incluida en ambas unidades morfoedafológicas y con una hipsometría promedio entre H = 140 – 120 m; donde los sedimentos se caracterizan por sus semejanzas morfológicas, granulométricas y texturales, pero con diferentes edades, pues representa la última barrera geomorfológica (nivel de base local), donde ha tenido lugar el acumulo progresivo de los sedimentos, al disminuir sensiblemente la capacidad energética del escurrimiento y por tanto su capacidad erosiva (Fig. 3.3.). Sin embargo, gran parte de la sedimentación no ha sido de forma regular, pues el declive de las vertientes varía en distancias de apenas unas decenas de metros, lo que ha conllevado a una diferenciación de síntesis y descomposición de la materia orgánica, originando la formación de diferentes tipos de suelos a nivel de micro y meso relieve, dinámica que coincide con las descritas por Tiulpanov y Polupan (1972); Febles (1988) Jaimez y Ortega (2005).

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Fig.3.3. Efectos de la erosión sobre la superficie acumulativa en localidades de San Andrés

3.2. Evaluación histórico – evolutiva de la erosión de los suelos y su influencia en la modificación de las propiedades en las unidades morfoedafológicas

Se realizó un análisis integral de los principales procesos de erosión que afectan a los suelos en localidades de la región de San Andrés, partiendo de una evolución histórico – evolutiva (1989 – 2006), de las categorías de erosión obtenidas mediante la aplicación de los métodos geográfico – comparativo y morfoedafológico, la cual fue posteriormente actualizada mediante la cartografía temática de factores en el ambiente de un Sistema de Información Geográfica y complementada con un modelo de erosión, de acuerdo con el Sistema Integrador de Métodos Cualitativos y Cuantitativos para Evaluar los Procesos Erosivos propuesta por Febles et. al., (2007); que permitió evaluar con enfoque genético y a una mayor escala geográfica la erosión potencial y actual de los suelos Ferralítico Rojos Lixiviados presentes y su influencia en la modificación de sus propiedades.

 

 

Autor:

Amauri Rivero Arteagarivero Arteaga