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La revolución científico técnica y sus implicaciones éticas en el mundo actual

Enviado por Hiliana Milián


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía acotada

Resumen

Se realizo una revisión bibliografica, con el objetivo de contribuir a profundizar los conocimientos sobre las implicaciones éticas de la Revolución Científica Técnica en el mundo actual, como resultado constatamos que lo esencial de la ciencia y la técnica actual, es que sea comprendida pues por medio de ella es que toda nuestra civilización se ha ido transformando vertiginosamente, lo que debe primar es por una parte la responsabilidad moral del investigador, pero una responsabilidad social y activa por medio de la cual la ciencia puede extenderse en todas las direcciones y siempre para el beneficio de la humanidad, por otro lado los encargados de desarrollar esas inventivas también deben estar atentos a sus implicaciones no tan solo desde el punto de vista moral sino también ético y moral, de ahí la importancia de adecuar los preceptos éticos que se manejan en la actualidad.

Introducción

El mundo que conocemos hoy, y que cada día corre a nuestro alrededor sería imposible de reconocer si no contara con el amplio desarrollo de la ciencia y la técnica que desde hace unos siglos posibilita al hombre adentrarse en campos insospechados. Dentro de este mundo el hombre nace, crece, se desarrolla y muere, sin embargo cada uno de estos hechos se ha hecho diferente, ha ido cambiando paulatinamente y no son comparables con lo enfrentado por las generaciones que nos antecedieron.

"La Revolución Científico Técnica provocó cambios muy profundos en la vida cotidiana de las personas, tanto en sus aspectos materiales como en su proyecto espiritual: ha cambiado la vida de los seres humanos al punto que podemos catalogarla de una profunda subversión de la vida cotidiana "(1), de igual forma se ha producido un impacto "sobre la propia ciencia y más allá de ella, sobre los medios de concebir el conocimiento y los saberes" (1).

La ciencia y la técnica posibilitaron que el hombre pudiera, en sus inicios estudiar el mundo que le rodea, para un poco más tarde poder lanzarse hacia ese mundo, el hombre pudo estudiar su propio cuerpo y hoy es capaz de modificar incluso hasta algunas de sus características, estudió a los animales que le rodean y hoy puede transformarlos de acuerdo a sus propias necesidades, el hombre gracias a la técnica comprendió el significado de la muerte y hoy puede alejarla o apresurarla en correspondencia con los intereses del paciente o de la sociedad, el hombre comprendió el proceso del nacer y de esa forma puede hoy con sus conocimientos introducir tecnología para obtener los frutos que espera y en el momento necesario, independientemente de lo planificado por la naturaleza, el hombre logró perfeccionarse y en la actualidad anhela buscar su propia imagen a través de métodos insospechados, aprendió a alimentarse y obtiene hoy alimentos que responden a sus gustos y a los cuales introduce modificaciones genéticas para favorecer su color, sabor o nutrientes indispensables, el hombre pudo conocer las enfermedades, su origen, su forma de desarrollo o su control, pero también la manera de propagarlas para exterminar a otros hombres y comunidades enteras, aprendió a salvar vidas pero además a ensañarse en ellas cuando la muerte es inevitable o a eliminar individuos que por su situación no son compatibles con los status establecidos para otros hombres.

La valoración de la actividad científica, por tanto, deja de ser el privilegió de un conjunto de especialistas para conceptualizarse en el entorno social del que forman parte muchas personas. Todas ellas tienen capacidad de juicio moral y han de ser tomadas en cuenta como actores del proceso de construcción de un futuro de progreso (1).

Si acaso la sobrevivencia de la especie humana sea el objetivo ampliamente aceptado, el problema de la ciencia se transforma en el problema ético de los que tenemos que hacer para descubrir el apropiado curso de las acciones."(Spinsanti, 1986, p.16).

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