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Aporte de los aborígenes americanos al mundo

Enviado por Edgar Tovar


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    Aporte de los aborígenes americanos al mundo – Monografias.com

    Generalmente hay conocimientos sobre las ventajas político-económicas que produjo el Descubrimiento de América para el mundo occidental y se conocen las principales contribuciones europeas al Nuevo Mundo. En cambio, se ha insistido muy poco sobre los aportes de los aborígenes americanos a la cultura universal. Es más, en muchos casos los historiadores presentan una imagen distorsionada sobre el impacto que han causado los americanos autóctonos. Muchos consideran que tan sólo han contribuido al mestizaje biológico del cual es producto el poblador moderno y a veces admiten que los indígenas han impreso rasgos secundarios, como su artesanía y su folklore a la cultura occidental. La verdad es muy distinta, y donde tal vez se ha sentido con mayor fuerza la contribución indígena es en el número y en la variedad de plantas útiles que han aportado al resto del Globo, ya que el indio americano cultivó desde tiempos remotos algunas de las plantas alimenticias más importantes del mundo. Por ejemplo, si el único regalo de nuestros aborígenes hubiese sido el maíz, ya sólo con ello merecerían nuestra máxima gratitud. Pero el aborigen americano no sólo aportó gran cantidad de plantas alimenticias, sino también plantas medicinales, estimulantes e industriales con sus respectivos utensilios y técnicas indispensables para su procesamiento y consumo.

    Las principales plantas alimenticias que domesticaron los indígenas americanos antes de la llegada de Colón son: el maíz (zea mays), la papa (solanum tuberosum), la yuca (nanihot esculenta), la batata (ipomoea batatas), diversos granos del género Phaseolus como por ejemplo la caraota y otros frijoles; diversas cucurbitáceas como la auyama; el apio (arracacia esculenta), el cacao (theobroma cacao), el ají dulce y picante o chile (capsicum sp.), el maní (arachis hypogasa), el tomate (lycopersicum esculentum); y diversos frutos como el aguacate (persea americana), la piña (ananas sativus), la lechoza (carica papaya), la guayaba (psidium guajava), la guanábana (anona muricata), la Chirimoya (ancha cherimolia), el merey (anacardium occidentales) y el mamey (mammea americana), para citar los más conocidos en el mercado urbano.

    Entre las plantas medicinales que ha aportado el indígena americano a la Farmacopea universal se destacan la quina (cinchona sp.), la coca (erythoroxvlon coca), el ipecacuana (cophalis ipecacuana), la zarzaparrilla (smilax medica) y el bálsamo de copaiba (diversas especies del género Copaifera). Entre las plantas estimulantes aportadas nadie desconoce el impacto del tabaco (nicotiana tabacum); también cabe destacar la yerba mate (llex paraquariensis) y la vainilla (vainilla fragans), entre muchas otras.

    Pocas actividades industriales modernas se pueden concebir sin la presencia de tales plantas útiles americanas como el algodón (especies diversas del género Goseypium), el sisal o henequán (agave sisalana), el caucho o hule (heves brasiliensis), el chile y Bafatá (mimusops sp.) y la sarrapia (coumarouna sp.). Algunas plantas como el añil o índigo (indigofera eufruticona). Actualmente en decadencia, tuvieron gran importancia durante la Colonia para teñir paños. Se podrían agregar muchas otras plantas silvestres útiles, que previenen en su mayoría de la región amazónica, y en donde los indígenas aprovecharon desde mucho tiempo atrás una serie de palmeras (por ejemplo, el palmito), árboles madereros y diversas plantas que producen gomas y resinas, bálsamos, pigmentos (onotos), tintes, condimentos, venenos (curare), bebidas, medicinas, alimentos no cultivados (nueces) y muchos otros.

    No ha sido suficientemente destacada la trascendencia que han tenido las plantas alimenticias americanas en el mundo, desde el punto de vista demográfico. El crecimiento demográfico a partir de 1492 fue de tal magnitud que se considera que ha sido el desarrollo biológico más impresionante del pasado milenio. Los especialistas estiman que tan sólo ha habido dos instancias previas en la historia de la humanidad en que se ha producido una repercusión similar a la causada por las consecuencias biológico-demográficas de los viajes de Cristóbal Colón y de su generación de navegantes y exploradores. Estas ocurrieron primero cuando el hombre o protohombre desarrolló sus primeras herramientas y por segunda vez cuando el hombre inventó la agricultura. El factor primordial que permite el crecimiento demográfico lo constituye el aumento y mejora en el suministro de alimentos. Y precisamente se deben a los indios americanos varios de los alimentos agrícolas más importantes de todo el mundo. De éstos, el maíz, las papas, las batatas, los frijoles y la yuca son los alimentos americanos consumidos en mayor proporción en los últimos cuatro siglos.

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