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Análisis Literario de Poemas

Enviado por Rodrigo Prieto


Partes: 1, 2

    1. Análisis literario del poema "Al Lector"
    2. Análisis literario del poema "El Albatros"
    3. Breve comentario del poema "La Pantera"

    1. Análisis Literario del poema "Al Lector"

    Está compuesto por 10 cuartetos de versos alejandrinos de arte mayor donde predomina la rima consonante.

    En el título predomina la función apelativa.

    Baudelaire inaugura un nuevo concepto de belleza, deja de lado la parte romántica y se centra en el simbolismo, incluso con la forma de estructurar el poema, no es nada romántico, no sigue los parámetros del poeta romántico, es más bien simbolista.

    Para Baudelaire la belleza es el resultado del cálculo, del entendimiento, para mostrar la belleza el poema hay que entenderlo, la poesía proviene de una reflexión rigurosa, metódica que mide todos los efectos que quiere provocar. La belleza está en el efecto que quiera producir en el lector su poesía, no en las palabras, no en la expresión, y para eso lógicamente tiene que ser pensada, calculada, reflexionada, no es una expresión espontánea como lo es en el poeta romántico.

    Es el primer poema que aparece el título, es una especie de prefacio, un prólogo que va dirigido al lector. Esto hace pensar que su obra está meditada, como que los poemas están uno a continuación del otro y todos están enganchados con el mismo tema, que se va ir desarrollando a lo largo de toda la obra y que este sería el inicio, el prefacio, la introducción al lector.

    Hay una visión moral del hombre, personifica al hombre, ve la parte mala del hombre, en el fondo la constitución del hombre es el mal.

    De la estrofa 1 a la 7 el poeta caracteriza y describe el estado de caída del hombre a través de comparaciones y metáforas que parten de lo real. De la 8 a la 10 se refiere particularmente al tedio.

    1º estrofa: Enumera los pecados, la angurria es considerado por la iglesia como un pecado capital, sería la incapacidad de darnos cuenta de las cosas. El error y el pecado generalizan todos los pecados. La estupidez y la angurria son particulares. Baudelaire no los ve como abstracciones, los ve como materializaciones, como algo que hace daño al hombre y que se puede ver en las acciones y en el cuerpo. Hay una especie de ambigüedad formal que no es nada más que el reflejo de la ambigüedad moral en la que se encuentra el hombre. El remordimiento es un sentimiento de culpa, conciencia pesada de cometer un error que está mal y no debía haberse hecho. Nuestros remordimientos son insuficientes, son escasos, no traducen realmente un sentimiento de culpa. Estos remordimientos se arrepienten de haber hecho algo pero ese arrepentimiento no es tan intenso al punto de que el hombre no lo vuelva a cometer, se arrepiente de haberlo cometido pero vuelve a cometer. La imagen del mal está vista como gusanos. Nosotros actuamos como los pordioseros, que alimentan a sus gusanos, de esa manera nosotros alimentamos nuestros remordimientos. Nos arrepentimos, estamos con la conciencia pesada, pero seguimos pecando, como un círculo vicioso, siempre estamos cayendo en lo mismo.

    2º estrofa: Está clara la cesura que divide el verso. Hay un paralelismo antitético. Debía ser a la inversa, deberíamos arrepentirnos mas, nuestros arrepentimientos deberían ser mas fuertes, mas intensos, y nuestros pecados deberían ir cada vez mas debilitándose, cada vez ser menos; pero no sucede eso, sucede a la inversa, nuestros pecados son tercos, insistimos en pecar, y nuestro arrepentir cada vez mas débil. Creemos que confesando nuestros pecados ya es suficiente para pagar nuestra deuda, nuestra culpa. Porque nuestro arrepentir es débil, nuestro llanto es vil, pasa, lloramos poco y estamos arrepentidos pero eso pasa. El hombre se siente aliviado, alegre para volver al camino fangoso que es metáfora de pecado, el hombre se entierra, se ensucia. Es la ambigüedad metafísica del mal y del pecado que fascinan y seducen al hombre. El hombre tiene dos impulsos, uno es ascender hacia el bien, y el otro es ver, y Baudelaire dice que el hombre siente debilidad en ascender, porque su constitución es el pecado.

    3º estrofa: Trimegisto es el sobrenombre del dios egipcio Thot, y significa tres veces mas grande, y también del dios griego Hermes. Baudelaire ve a Satán como tres veces mas fuerte, pero ese poder se lo da el hombre. El hombre se siente adormecido, cómodo, tranquilo, siente placer en la almohada del mal, como que el mal nos hace adormecer, nos acuna. Esto no es reciente, viene de largos tiempos, desde que el hombre pecó por primera vez, se dejó adormecer, acunar, dominar por el mal. La presencia de Satán, como el pecado, no son abstracciones para Baudelaire, son realidades concretas. Baudelaire decía que al hombre le es más difícil amar a Dios que creer en él, y es más fácil amar al diablo que creer en él. La voluntad es lo único para Baudelaire que puede detener el avance del mal en el ser humano. Habla del diablo como el alquimista, pero podría verse como un anti-alquimista, porque el alquimista quería el metal innoble en noble, en bueno, en puro, y el diablo es al revés, él quiere transformar lo bueno en malo. Por eso Baudelaire creía que lo que predomina en el hombre es la esencia maligna, porque el hombre se inclina más en lo malo que en lo bueno, es más fácil amar lo malo que amar lo bueno. Ve al diablo a través de la metáfora "sabio alquimista", es decir, ignorante no es el diablo, al contrario, es sumamente sabio, tan sabio que es capaz de confundir al hombre, y el hombre se deja de esa manera espantar, seducir, justamente ahí destaca la malicia del diablo, el de conquistarnos de esa manera, es decir, no creemos en él pero hacemos lo que él quiere.

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