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Triste final para una historia de Romance, Encuentro y Muerte (página 2)

Enviado por carlos alarcón


Partes: 1, 2

Esos dos meses pasaron volando y ni me di cuenta cuando ya estaba en Santiago. Recordé que Liliann iba a ser cantante, así que prendí la TV en el canal de música y justo en ese preciso momento mostraban a los ganadores de un Reality Show entre los cuales estaba ella: su belleza estaba intacta y su voz era inmensamente perfecta. Sin pensarlo dos veces fui al canal de televisión donde estaba ella y nos reencontramos; la emoción fue tal que sólo lo demostramos en un largo beso.

Ese día fue infinito para los dos: nos divertimos mucho y hablamos del pasado. Ella me hablaba sobre la gran vivencia que experimentó al estar en un Reality y todo lo que implicaba eso como la fama, los acosos por periodistas, etc.

Mientras tanto yo trataba de inventar algo porque ella no podía enterarse que su antiguo novio de la juventud se había transformado en un traficante de drogas buscado por la policía en todo el mundo, así que decidí mentirle y decirle que era un gran empresario y había hecho un post grado en Cuba.

En ese momento me sentí la persona más sucia del mundo porque le había mentido a la persona más importante en mi vida, pero como dicen en el circo: "el Show debe continuar". ¡Que patético!

Luego de esa charla decidimos ir al hotel donde me estaba hospedando y pasamos la noche allí. Al otro día ella debía estar en el sello discográfico al que pertenecía para seguir grabando su disco y yo tenía que reunirme con los hombres de Gallardo (mi socio).

Allí discutimos sobre el cargamento que debíamos llevar a Bolivia y posiblemente yo debería hacerlo, pero ya no podía dejar sola a Liliann y menos dejar que se enterara de esto, así que le dije a Gallardo que iba a renunciar al cargo y él me contestó que podía renunciar, pero sus hombres siempre me perseguirían porque de esto jamás podría salir.

Eso me preocupó mucho porque podía poner en peligro la vida de Liliann, así que es mejor retractarme y seguir con todo esto.

Luego, en la tarde fui a buscar a Liliann y ví que estaba conversando con un tipo y este trató de darle un beso a la fuerza: me apuré e iba a ir a golpearlo, pero ella me dijo que no porque era su productor y siempre jugaban así, ya que eran bien amigos.

No tuve mas remedio que soltarlo y él le dijo a Liliann que yo era muy agresivo y que se cuidara de mí. Ella lo quedó mirando y le dijo que ya era una señorita y no andaba con cualquiera y él se largó a reír.

Luego de esa extraña situación, la invité a cenar y decidí que era el momento de pedirle que nos casáramos, porque nos conocíamos bien y teníamos los medios para formar una familia. Ella aceptó encantada y en dos meses más nos uniríamos en matrimonio. Nunca pensé que sería la peor decisión de mi vida.

Estuvimos los dos meses preparando la boda para que fuera fantástica y no tuviera ningún detalle. A ella se le ocurrió informar de esto a los periodistas y yo le dije que no porque quería que fuese más privada. (No podía decirle que era porque si los policías internacionales me veían en televisión yo iría a la cárcel) ella entendió perfectamente, así que todo estaba listo para la boda.

La boda salió casi perfecta, sólo por una minúscula cosa: los hombres de Gallardo también estaban allí. Tuve que excusarme en la cena en la cual estaban mis padres para ver qué carajo hacían ellos allí y era para decirme que a mi gran amigo que me llevó a Cuba lo habían pillado y tuvo que decir toda la verdad, así que en términos simples y vulgares estábamos fritos, pero Gallardo y sus contactos podían aplazar el tramite a unos cuantos años más.

Luego regresé a la boda y Liliann me estaba esperando para presentarme a su productor musical y me dijo que todo lo que había pasado el otro día había sido un mal entendido y que empezáramos de nuevo.

Lo miré y me di cuenta de que era una rata que debía ser aplastada y le di falsamente un abrazo, pero recibí una gran sorpresa porque me dijo que tuviera cuidado porque esto estaba recién comenzando. Yo sonreí y le dije que se cuidara la espalda cada vez que anduviera con mi esposa.

En ese momento me di cuenta del monstruo en el que me estaba convirtiendo y que si lo alimentaba más, él me iba a comer a mí.

Pasaron unos meses y todo marchaba a la perfección: no habían acosos de parte de ese productor hacia mi esposa y no habían rastros de la policía, hasta que sucedió lo que es el milagro de la vida para algunos y una simple equivocación para otros: Liliann estaba embarazada.

En ese momento fui muy feliz porque era el fruto de nuestro amor que iba a nacer y nadie iba a impedirlo. Iban pasando las semanas y el doctor decía que iba a ser una enorme niñita y le pondríamos como nombre Cristal.

Hasta que llegó la semana decisiva en que mi esposa estuvo en el hospital para dar a luz a mi hija. Todo salió perfecto: a Liliann no le sucedió nada anormal y a mi hija tampoco. Lo que me sorprendió fue que el productor de Liliann la fuera a ver a la sala de maternidad, pero no le di mayor importancia. Lo importante era que mi vida al fin podría ser normal.

Eso era lo que yo esperaba, porque sucedieron demasiadas cosas que cambiaron ese final feliz.

Fuimos bien felices en los dos últimos años de nuestro matrimonio, pero sucedió algo muy turbio en el cumpleaños de mi hija: el productor de Liliann llegó un tanto ebrio al cumpleaños sin ser invitado apelando a que dejaran ver a su hija, mi esposa se puso muy nerviosa y se puso a llorar, al ver eso yo lo saqué de mi casa y le dije que le costaría muy caro si nos volviera a molestar.

Dijo que Cristal era su hija y no iba a descansar hasta verla con él. Luego fui a ver como estaban las dos y les prometí que ese tipo no se iba a salir con la suya.

Pasaron unas semanas y llegaban muchos mensajes a mi celular diciendo que ella no era hija mía y que Liliann me estaba mintiendo, así que no esperé ni un segundo y fui a casa de ese tipo para arreglar todo de una vez por todas.

Llegué a su casa y lo golpeé para que dijera todo lo que tenía que decirme y él me explicó que Liliann había sido su amante durante tres largos años, ya que no había quedado en los finalistas del Reality, así que se vendió para poder ganarlo y todo lo que ella tiene, desde la fama, pertenencias materiales y hasta su hija eran parte de él y ahora reclamaba por lo que era suyo.

En un principio yo no le creí, pero luego de unos minutos me quedó todo claro: ella llegó a casa de ese tipo y abrió con su propia llave y traía bolsas de supermercado.

Al verme se le cayeron las bolsas y estas traían unas botellas de vino y champagne. Me dijo que nada era lo que parecía y todo era un mal entendido, también me dijo que me amaba. Yo le dije que todo era por la culpa de ese tipo y en ese momento, el monstruo que llevaba dentro tomo posesión de mí y tomé mi arma y le disparé en la cabeza.

Ella no lo creyó y luego cuando reaccionó me dijo que era una bestia y que nunca me iba a perdonar. Le pregunté si era verdad que Cristal era hija de él y no mía y ella dijo que si. Quedé perplejo por un rato cuando recibí la llamada de mi muerte: era Gallardo y me decía que la Interpol nos había encontrado y me andaba buscando por fraude a la República de Cuba. Mi corazón latía cada vez más fuerte y mi mente se quedaba sin ideas. Justo en ese momento llegó la Interpol a la casa para llevarme a la cárcel.

Liliann bajó la cabeza y me preguntó que había hecho yo para que la policía me estuviera buscando, así que le conté todo y ella dijo que era todo lo contrario al joven que había conocido en Valle de la Rosa. Yo dije lo mismo porque creía que ella era una "dama" y sin mas que decir, me llevaron hasta acá. El juez me halló culpable y me condenaron al fusilamiento.

Así termina mi cruda realidad en que la ambición de poder fue el principal responsable de este amargo final. Creo que escuche en la TV que Liliann la hallaron muerta en su apartamento y pusieron en custodia temporal a Cristal. Triste final para una historia de romance, encuentro y muerte. Ahora me despido porque los guardias ya me vinieron a buscar y mi fin ha llegado, pero recuerda que lo peor en la vida es cambiar algo preciado para ti por la fama o por el poder.

-FIN-

C. J Alarcón Quinteros

Partes: 1, 2
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