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Puerto Eten (página 2)


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Invitado el Padre del Convento de San Francisco de Chiclayo, Fray Marcos López a la fiesta de la patrona del pueblo de Eten: Santa María Magdalena, que se celebra el 21 y 22 de Julio de 1649, se hizo cargo del oficio religioso de las vísperas en compañía de los padres Gerónimo de Silva Manrique cura y vicario de Eten, Fray Tomás de Reluz y fray Antonio Crespo; todos dela orden franciscana y teniendo presente dicho acontecimiento de la aparición del Niño Jesús en la Hostia Consagrada en la noche de la Víspera de Corpus Cristi , dispuso el descubrimiento del santísimo para experimentar tal suceso , lo cual fue negativo. Pero al día siguiente celebrando la misa con gran solemnidad , en el momento que el coro cantaba la comunidad , , alzó los ojos colocado encima del Altar y vio en la Hostia Consagrada una sombra confusa como un cuerpo de un niño .Acababa la misa nervioso y confundido , procedió ayudado por los tres sacerdotes a bajar el santísimo , hizo señas con los ojos al Padre Silva Manrique para que viera la sombra y este le indicó que efectivamente veía algo.

Luego el Padre Marco López bajó el viril y llevándolo entre sus manos inició la procesión sin que ya nada se viera . Más, al detenerse para que la multitud de gente pasase adelante, vio detrás de la Hostia consagrada la misma Sombra, aunque más oscura, la cual permaneció hasta que salió de la Iglesia. Siguió la procesión hasta el primer Altar, donde quedó el viril encima, el padre reparó que la media luna en que la Hostia estaba puesta, se puso colorada por varios minutos, para luego no verse ya nada durante el recorrido de la procesión por otras calles. Ya de regreso a la Iglesia, el Santísimo fue encerrado en el Sagrario y la gente retirada a sus hogares.

Pero después como a las cinco de la tarde del mismo día impulsados los padres por sus cavilaciones sobre lo que habían visto, acordaron reunirse para hacerse algunas visiones en la Hostia. En efecto se reunieron y encerrados en la Iglesia con sus estolas puestas sacaron al Santísimo. Lo pusieron encima del Altar y !Que sorpresa! Que prodigio! !El mismo Niño! el mismo Jesús! A los ojos de los cuatro sacerdotes, confirmándoles su real aparición, luego desaparece para inmediatamente presentarse en la Hostia tres corazones blancos unidos entre sí.

Avergonzados los sacerdotes de su ingrato proceder no dieron a conocer por el momento, esta nueva aparición del Niño Jesús, pues temían un fuerte reproche de la enorme masa de concurrentes a la fiesta, sin embargo pronto se dispusieron a confesar bajo juramento a los jueces eclesiásticos su portentosa visión.

Los acontecimientos de esta visión milagrosa están perfectamente relatados y certificados por las autoridades eclesiásticas de aquellos años, todos los documentos originales de la Aparición del Niño Dios en la Hostia Consagrada en el pueblo de Eten, se guardan en el archivo bibliográfico del Convento de San Francisco de Lima.

 

 

Autor:

Ricarte Tapia Vitón

 

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