QUINTO TURNO.
(5) ABDALLAH YUSUF En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso La Bendición de Dios sea con quienes buscan la verdad por la verdad misma. Y la Paz sea con todos. Saludos. Homosapiens: tus planteos son de lo más acertados y precisos. Muestran con poquisimas palabras la incoherencia del dogma trinitario, incoherencia que Daniel nos muestra con sus mensajes y explicaciones irracionales. Daniel primero nos dijo: "La Trinidad, entonces, no puede concebirse humanamente". Luego trata de explicar lo inconcebible y claro: su explicación es inconcebible. Así Daniel nos dice: "Baso mi noción de la Trinidad en tres axiomas: (…)". Esta explicación es similar a la que brinda el texto que él mismo expuso de San Hilario de Poitiers sobre la trinidad, aunque trataba sobre otros puntos. Me refiero a que son explicaciones retorcidas, irracionales, que giran y dan vueltas las palabras hasta acomodarlas a su gusto. Porque Jesús dijo "Sólo Dios es Bueno" y ellos leen: "Y como yo soy bueno, yo soy Dios". Y Jesús dijo "El Padre es mayor que yo" y ellos leen que Jesús es el hijo coeterno y cosubstancial. Todas estas cosas no hacen más que confirmar lo que dije en un primer momento: la doctrina de la trinidad es un dogma irracional que debe ser aceptado ciegamente, sin ninguna posibilidad de análisis o razonamiento lógico.
Daniel: ¿Quieres que conteste a los pasajes escriturísticos? Primero trae una Escritura original inalterada y confiable, no un texto al que le han metido mano durante siglos para adaptarlo al dogma. Y luego intenta explicar con tus palabras este dogma irracional. E intenta explicarnos por qué Dios necesitó encarnarse para librarnos del pecado, por qué necesitó morir para purificar el mundo del pecado, y fundamentalmente por qué el pecado sigue existiendo en el mundo a pesar de este sacrificio extremo. ¿Acaso Dios no podía simplemente ordenar que el pecado fuese removido? ¿Necesitaba encarnar y morir? ¿Y cómo es que el pecado sigue existiendo? Y ya que mencionaste la "prueba de Jonás" que eran 3 días y 3 noches, ¿cómo es que la cuenta no da, pues murió el viernes de día y el domingo a la mañana ya estaba resucitado? ¿No falta al menos una noche? ¿O también es otro misterio inconcebible por el cual 3 días y 3 noches entran en un día y medio? Desarrollo del dogma trinitario. Durante los primeros siglos de la era cristiana, la Iglesia formula su dogma trinitario rechazando los conceptos monoteístas a los que califica de "herejías". Esta fue la obra de los Concilios antiguos, ayudados por el trabajo teológico de los Padres de la Iglesia. Para la formulación del dogma de la trinidad, la Iglesia debió crear una terminología propia con ayuda de nociones de origen filosófico: "substancia", "persona" o "hipóstasis", "relación", etc. Al hacer esto, no sometía la fe a una sabiduría humana, una razón o lógica, sino que daba un sentido nuevo, sorprendente, a estos términos. En adelante, ellos definirían la fe como un "misterio" más allá de la razón y de la capacidad humana. En el año 325, la Iglesia establece en el primer Concilio Ecuménico de Nicea que el Hijo es "consubstancial" al Padre, es decir, un solo Dios con él. El segundo Concilio Ecuménico, reunido en Constantinopla en el año 381, conservó esta expresión en su formulación del Credo de Nicea y estableció que Jesús era Hijo Unico de Dios, engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, consubstancial al Padre". La fe apostólica relativa al Espíritu fue establecida recién por el segundo Concilio Ecuménico en el año 381 en Constantinopla. Igual que con Jesús, el Espíritu Santo es definido como procedente del Padre (y del Hijo: de ambos), de la misma substancial y naturaleza, coeterno con ambos. Intentar comprender estas definiciones resulta imposible. ¿Cómo puede "proceder de" o "ser engendrado por" y a la vez ser coeterno? Es una simple contradicción de términos a la cual denominan "misterio". Figura en la Nueva Enciclopedia Católica : "…Es difícil en la segunda mitad del siglo veinte ofrecer un claro, objetivo y directo racconto de la revelación, evolución doctrinal y elaboración teológica del Misterio de la trinidad. En la discusión trinitaria, la Iglesia Católica tanto como otras presenta una silueta de algún modo inconstante (o no firme). Han sucedido dos cosas. Existe un reconocimiento por parte de los exegetas y los teólogos bíblicos, incluyendo un número creciente de católicos apostólicos romanos, de que uno no debería hablar del trinitarismo en el Nuevo Testamento sin estar seria y adecuadamente calificado. Existe también el paralelo cercano del reconocimiento de los historiadores del dogma y los teólogos sistemáticos que cuando uno habla del trinitarismo, debe moverse desde período de los orígenes del cristianismo a digamos, el último lustro de la cuarta centuria. Es solo entonces cuando el que puede llamarse el dogma trinitario definitivo "Un Dios, tres personas" es intensivamente asimilado dentro de la vida y pensamiento cristiano…fue el producto de tres siglos de evolución doctrinal..." ( Nueva Enciclopedia Católica, Volumen XIV, p. 295.) Es digno destacar que este texto posee el Nihil Obstat e Imprimatur, lo cual significa que su contenido se halla fuera de cualquier error moral o doctrinal. Como vemos, claramente reconoce que el dogma trinitario no se establece en la Biblia sino que es el producto de tres siglos de "evolución doctrinal"…
Un intento por explicar el dogma. Los cristianos dicen (extraído de foros de internet): "La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial". Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza"."Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina".
Las personas divinas son realmente distintas entre sí. "Dios es único pero no solitario". "Padre", "Hijo", "Espíritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo". Son distintos entre sí por sus relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede". La Unidad divina es Trina. Las personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las personas entre sí, puesto que no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia". En efecto, "todo es uno (en ellos) donde no existe oposición de relación". "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo". Comentario: como podemos ver, les resulta difícil explicar este asunto sin basarse en la fe en algo incomprensible, un misterio inexplicable en el cual hay que creer pero no se puede conocer. Para decir esto, son capaces de llenar libros y libros con palabras y frases como las expuestas que no nos dejan más que confusión. Pues la mayor parte de las afirmaciones se contradicen entre sí y carecen de todo asidero lógico. Además, para justificarse, siempre utilizan algunas partes de la Biblia que en general son las más alegóricas, dejando de lado otras más explícitas. Frases oscuras y alegóricas que a veces descubrimos que son agregados espurios, tal como ya mencionamos en la primera parte de este trabajo. Cualquier intento por obtener una explicación clara sobre el dogma y la creencia trinitaria caerá siempre en algo similar a lo expuesto.
El concepto de "La Trinidad" de "Dios" no nace en el Antiguo Testamento. El pensamiento del Antiguo Testamento no se aparta del repetidísimo mensaje de que "Hay un solo Dios". Lo establece muy claramente desde el Primer Mandamiento de la Ley Sin embargo "los Padres de la Iglesia" llegaron a la conclusión de que "Dios" es una TRINIDAD formada por el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. ¿De dónde sacaron esa fórmula? San Valentín (100-180 d. C.) "padre de la iglesia" y autor de "Sobre Las Tres Naturalezas" (que fue el manuscrito precursor de la doctrina trinitaria) usa terminología "platónica" al describir las tres personalidades de "Dios". Y, aunque los eruditos cristianos lo nieguen, existe también un fuerte componente del gnosticismo en las enseñanzas cristianas originales. El gnosticismo fue una corriente muy combatida y perseguida por la Iglesia, que entre otras cosas decía que el conocimiento era un asunto reservado para unos pocos elegidos, en tanto que el común de la gente no accedía al mismo, no lo podía comprender ni captar. Así tenemos que el concepto trinitario está más cercano a las enseñanzas gnósticas que a las bíblicas. Y para quienes digan que el gnosticismo es del siglo II o III DC podemos decirles que el dogma trinitario es del siglo III o IV DC. La formulación de la trinidad por parte de Athanasius, un diácono egipcio de Alejandría, fue aceptada por el Concilio de Nicea en el 325 D.C., es decir más de tres siglos después de la partida de Jesús (P). No hay duda de que el paganismo romano influyó sobre esta doctrina, el dios trino; el Sabbath (Sábado) fue desplazado al domingo; el 25 de diciembre, que era el cumpleaños de su dios solar 'Mitra", fue adaptado como fecha de nacimiento de Jesús. La Biblia sin embargo prohíbe la adoración de ídolos e imágenes como las que acostumbran a llevar los cristianos. Veamos en Jeremías 10:2-5: 'No aprendan las costumbres de los paganos, ni se espanten de las señales del cielo, de las cuales los paganos se espantan: porque las practicas de los pueblos son vanidad. Pues se corta un árbol del bosque; se labra con herramientas, se labra por mano del artífice; con plata y oro lo adornan; con clavos y martillos le afianzan para que no se tambalee. Son como una palmera, de obra torneada ; mas no hablan: han de ser llevados, porque no pueden dar un paso. No tengan temor de ellos; porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder." En Isaías 43:9 a 20 se detalla la insensatez de la idolatría con palabras como estas : "Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado y se sacia ; después se calienta y dice : ¡Oh! Me he calentado, he visto el fuego ; y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo ; se postra delante de él, lo adora y le ruega diciendo : Líbrame, porque mi dios eres tú." (Isaías 43:16 y 17) Sin embargo, los cristianos se abocaron a la adoración de imágenes, la fabricación de ídolos y el culto a innumerables "santos" los que se adoran como si fueran dioses (más allá del tema de la intercesión cuya doctrina original es correcta).
La trinidad y los símbolos asociados. El concepto de la trinidad cristiana fue una creencia adoptada de religiones paganas anteriores al cristianismo. Podríamos continuar mencionando otras creencias, símbolos y costumbres paganas que la iglesia cristiana adoptó. Por ejemplo "La Cruz". Es bien sabido que el primer símbolo de la cristiandad fue un pez. En las copas sacramentales, sellos y lámparas, el Espíritu Santo era simbolizado por una paloma y a Cristo por un pez. La cruz no fue adoptada sino hasta mucho después de la partida de Jesús. Una de las razones principales de esto es el hecho de que Jesús, quien murió en la cruz (según los cristianos) es considerado maldecido por Dios (Galatas 3:13) El actual conocimiento histórico reconoce el hecho de que la cruz era considerada como un símbolo religioso mucho antes del advenimiento de Jesús. Era adorada en la India como el símbolo del dios hindu AGNI,"la luz del mundo" Era colocada en las manos de Siva, Brahma, Vishnu, Krishna, Tvashtri y Jama. La cruz era también conocida entre los budistas de los tiempos antiguos de los seguidores del Lama del Tibet. Los antiguos egipcios también adoptaron la cruz como un símbolo religioso de sus dioses paganos. Innumerables dibujos egipcios los muestran representándose a ellos mismos sosteniendo cruces en sus manos. Entre ellos, el salvador egipcio Horus es representado sosteniendo una cruz en su mano. El también es representado como un infante sentado en la rodilla de su madre con una cruz sobre el asiento que ellos ocupan. La mas común de las cruces usada por estos paganos egipcios, la CRUX ANSATA, fue después adoptada por los cristianos. El Salvador egipcio Osiris, el dios egipcio de la muerte y del inframundo, es a veces representado alargando esta cruz a los mortales significando que ellos han descartado la mortalidad por la vida por venir. Otras similitudes que encontramos con el paganismo es en lo referente a los relatos de las vidas de estos dioses paganos. Por ejemplo, ATIS, este dios pagano era hijo de la virgen Nana. Fue el "salvador" y "único hijo engendrado" Su sangre se cree ha renovado la fertilidad de la tierra, por lo que se le consideraba un símbolo de inmortalidad. Se cree que murió el 24 de Marzo y resucitó poco después. Comidas sacramentales y bautismo de sangre eran características de su iglesia. Otro dios pagano, ADONIS o TAMUZ, este dios nació de un virgen y fue el "salvador" de Siria. Murió en redención de la humanidad y resucitó después en primavera. DIONISIO o BACO, fue el "único hijo engendrado" de Júpiter, el rey de los dioses de los romanos y el señor de la vida y la muerte(para los griegos su padre fue el todopoderoso Zeus) Dionisio fue nombrado el dios del vino y la juerga. Dioniso murió a manos de los Titanes, quienes lo desmembraron, rostizaron las piezas y comenzaron a comérselas. Pero Zeus intervino antes de que acabaran, y salvó algunas de las piezas, y encargó a Apolo enterrarlas en Delfos. Según dice la mitología, Dionisio se levantó de la muerte y dijo a la humanidad: "YO SOY QUIEN LOS GUIA; SOY YO QUIEN LOS PROTEJE Y QUIEN LOS SALVA, YO SOY ALFA Y OMEGA". El fue muerto para redimir a la humanidad y fue llamado "el asesinado", "el cargador de pecado", "el redentor"… En celebración a su festival sus adoradores observaban el SPARAGMOS, el desmembramiento de un animal vivo, el comer de su carne y el beber de su sangre. Los participantes creían que ellos estaban realmente tomando parte de el cuerpo y sangre del dios. El vino tenía un lugar central en sus festivales. Si analizamos estos rituales y creencias paganas, vamos a encontrar puntos de coincidencias y aspectos muy familiares con las creencias y rituales cristianos. Pero esto no debe ser considerado como algo imposible y sumamente extraño.
En el proceso de Evangelización, algunos portadores del cristianismo, creyeron que era bueno aceptar algunas creencias propias del lugar donde estaban evangelizando y tomarlas para lograr más adeptos. Por ejemplo, cuando vinieron a América Central y del Sur, tomaron algunas tradiciones indígenas, fiestas y celebraciones y las adjuntaron a la evangelización para que los recién conquistados acepten mas fácilmente la nueva religión. Lo mismo ocurrió en los orígenes de la Iglesia cristiana, cuando tuvieron que llevar el mensaje del Evangelio a las ciudades de Roma, cuyos habitantes no estaban acostumbrados ni al pensamiento ni a las prácticas semíticas. Vemos en Hechos cómo esto derivó en el Primer concilio de Jerusalem donde claramente se establece la abrogación de los mandatos que Jesús (P) ordenó respetar y dijo que perdurarían en tanto duren los cielos y la tierra. Así se abrogó la circuncisión, las distintas prohibiciones alimenticias, las diversas normas de higiene y purificación, etc. No es difícil comprender después de observar tales modificaciones que también hayan adoptado las creencias y costumbres paganas impregnando con ellas el nuevo dogma a seguirse ciegamente, incuestionablemente.
La doctrina trinitaria no tiene base en las Sagradas Escrituras. La Biblia dice claramente : "Oye, Israel; Jehová nuestro Dios, Jehová Uno es".( Deutoronomio.6:4 ) Y este Primer Mandamiento fue designado por Jesús (P) como el Gran Mandamiento, el mayor de todos, el más importante (Mateo 22:34 a 40 y Marcos 12:28 a 34). La palabra "Trinidad" no esta en la Biblia. No figura en toda la Biblia. La única mención es el versículo de 1 Juan 5:7 : "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno." Este párrafo proviene de la versión de King James, de 1611, y constituía la evidencia más grande de la Doctrina de la Trinidad. Pero esta parte, "el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo: y estos tres son uno" ha sido eliminada en La Biblia de Jerusalén (versión revisada) de 1952 y l971 y en muchas otras Biblias, ya que era un comentario que se había juntado al texto griego cuando los escritores añadían notas al transcribir los originales manuscritos hebreos. Véase también la Traducción del Reino Interlinear de las Escrituras griegas. Isaac Newton reconocía que este versículo de 1 Juan 5:7 es una adición y que comenzó a aparecer de manera estándar a partir de la versión en griego de la Biblia de Erasmo de Rotterdam, e incluso Newton puntualiza que dicha adición aparece recién en la TERCERA EDICION de dicha Biblia (1466/1536). Y muchos eruditos investigadores concuerdan en lo mismo : que este párrafo no existe en los Códices antiguos y es considerado como un agregado posterior. Todas las versiones modernas de la Biblia, como la Revised Standard Version, la New Revised Standard Version, la New American Standard Bible, la New English Bible, y la Phillips Modern English Bible, entre otras, han quitado dicha adición ( el susodicho versículo) sin la menor ceremonia. Veamos lo que dice al respecto Benjamín Wilson en su libro "Emphatic Diaglott : "Este texto conteniendo el testimonio celestial no puede ser hallado en NINGUNO de los manuscritos griegos antiguos anteriores al SIGLO QUINCE. No es citado por ninguna de las autoridades eclesiásticas (santo Tomás, san Agustín, etc) los Padre, incluso cuando los temas discutidos (en las controversias, con unitaristas como Arrio) hubieran llevado naturalmente a su utilización (como prueba de la canonicidad de la trinidad).Por lo tanto este texto (1Juan 5:7) es notoriamente espurio" Otros como el fallecido Dr. Herbert W. Armstrong, sostienen que dicha adición fue hecha a la Vulgata de San Jerónimo durante el clímax de polémicas con unitaristas. Cualquiera haya sido el motivo y el tiempo en que esta se haya hecho, hoy es universalmente reconocido que dicho versículo (1Juan 5:7) es una adición tardía y por lo tanto está siendo descartado como falso. La Trinidad no es bíblica. La palabra Trinidad no está ni tan siquiera en la Biblia o en los diccionarios bíblicos, no fue nunca enseñada por Jesús (P) ni mencionada por él. No hay base o prueba alguna en la Biblia para aceptar la Trinidad. La única mención del Dios "trino" es esta de 1 Juan 5:7, reconocida como una adición. Siendo así que la Biblia no contiene versículos que validen la doctrina trinitaria, siglos después de la partida de Jesús, Dios "inspiró" a algún escriba anónimo para insertar este versículo, para así "clarificar" la "verdadera" naturaleza de Dios, como parte de una "trinidad" (o triuno, para ser más precisos). En cuanto a : «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.» (Mateo 3:16-17) Tal versículo no se halla en esta forma ni en los escritos de los Padres, como Clemente de Alejandría o Justino Martir, ni en el Códice Bezae, la Latina Antigua, ni en los escritos de San Agustin y otras autoridades cristianas. Así que, si las palabras de los Padres y las versiones antiguas no concuerdan con las posteriores, estas últimas no pueden ser tomadas como prueba de nada. La Encyclopaedia Britannica dice: "La fórmula bautismal trinitaria no se remonta al propio Jesús, esto es evidente y ha sido reconocido por todos los críticos independientes." Y esto tiene su correlato en 1 Juan 5:7. En Mateo 28:19 todavía encontramos: "bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo." Estos párrafos también cuestionados no han sido eliminados todavía de la Biblia (aunque deberían al menos ser puestos entre paréntesis). ¿Son ellos una prueba de la trinidad? No. En primer lugar, es necesario cuestionar esta declaración de extender en forma universal el mensaje del Evangelio, contraria a las palabras del propio Jesús (P) de haber sido enviado sólo a las ovejas perdidas de Israel (Mateo 15:24). En segundo lugar, es necesario tener muy en consideración las pruebas y evidencias sobre que estos párrafos en realidad son agregados posteriores al establecimiento del credo. La doctrina trinitaria como ya mencionamos fue introducida por el sínodo Católico Romano a principio del siglo IV en el Concilio de Nicea en el año 325 D.C. Luego el credo Atanaciano hizo de la trinidad un Dogma fundamental. El triunfo de los que sostenían tal dogma (que fue un triunfo en lo político, no en el debate intelectual) llevó a los unitaristas a ser catalogados de herejes y ser masacrados. De ahí que sólo permanecieron quienes sostenían el dogma trinitario. No obstante, el dogma no se encuentra anunciado como tal en el texto de la Biblia. Sólo podemos encontrar algunos párrafos confusos que hablan de una supuesta divinidad de Jesús (P) los cuales se contradicen que otros que niegan rotundamente tal posibilidad, como luego veremos si Dios quiere. Los que buscan la verdad con sinceridad, lo comprenden todo. Dios facilita el camino de la comprensión y abre las puertas al entendimiento. Dios es Amigo de los creyentes: los extrae de las tinieblas de la ignorancia hacia la luz del conocimiento, la fe y la buena guía. Y hay suficiente luz para aquel que quiera ver. Pueden seguir haciendo la de los tres monos sabios o pueden abrir los ojos y ver. Que Dios Bendiga a quienes buscan la verdad por la verdad misma. Que la Paz sea con todos ustedes. Saludos. Abdallah * * * (5) DANIEL VICENTE Estimado Abdallah: Dije, por descontado, que la Trinidad no es humanamente concebible, así como no lo es Dios. Eso no equivale a afirmar que es totalmente oscura, incognoscible o incluso, como tú pretendes, absurda y aberrante. El amigo H. se ha retirado de la conversación sin definir qué entendía por "perfecto". ¿Por qué no lo haces tú por él? Pero, ya que cuestionas sin razón ni autoridad lo legítimo de nuestras Escrituras, deja que yo haga lo propio, más atinadamente, con las vuestras. Me serviré del testimonio de San Juan Damasceno, último Padre de oriente, al que cito a continuación (traduciendo del francés): << Queda aún la religión de los ismaelitas, que prevalece aún en la actualidad, extravía a los pueblos, y anuncia la llegada del Anticristo. (…) Así pues, en tiempos de Heraclio, practicaban abiertamente el culto idolátrico. A partir de esa época y hasta nuestros días un falso profeta, llamado Mohammed, se ha alzado entre ellos, el cual, después de haber tomado conocimiento, por azar, del Antiguo y el Nuevo Testamento, y de haber frecuentado a su vez con toda probabilidad a un monje arriano, ha fundado su propia herejía. Después de ganarse el favor del pueblo simulando piedad, insinúa que una Escritura venida del cielo le ha sido revelada por Dios. Habiendo redactado en su libro ciertas doctrinas risibles, les transmite esta forma de adorar a Dios. (…) Muchos otros absurdos dignos de la risa se encuentran en este Libro [el Corán]. Pero les respondemos: ¿Quién atestigua que Dios le ha dado una Escritura, o quién, entre los profetas, ha anunciado que un tal profeta debía venir? Los ponemos en aprietos cuando les decimos: Moisés recibió la Ley en el Sinaí, a la vista de todo el pueblo, cuando Dios apareció entre la multitud, el fuego, las tinieblas y la tempestad; y todos los profetas, después de Moisés, han anunciado una y otra vez que el Cristo vendrá, que el Cristo es Dios y el que el hijo de Dios llegará revestido de carne, será crucificado, que morirá y resucitará, y que él es el que juzgará a vivos y a muertos. Y cuando decimos: ¿Por qué vuestro profeta no ha venido del mismo modo, con otros para ofrecer de él testimonio, y por qué Dios, que ha dado la Ley a Moisés a los ojos de todo el pueblo, sobre una montaña humeante, no le ha transmitido igualmente la Escritura de la que habláis, en vuestra presencia, para lograr vuestra total certidumbre? Responden que Dios actúa como le place. Esto, decimos nosotros, no lo sabemos menos bien, pero os preguntamos cómo la Escritura ha sido revelada a vuestro profeta. Ellos contestan que ha sido durante el sueño cuando la Escritura ha descendido sobre él. Para burlarnos de ellos les decimos: Puesto que ha recibido la Escritura durante el sueño, sin darse cuenta de dicha actividad, el adagio popular le conviene perfectamente ["Me cargas con sueños"]. Les volvemos a inquirir: Puesto que él mismo os ha ordenado, en vuestra Escritura, no hacer nada o no recibir nada sin testigos, ¿por qué no le habéis pedido vosotros: tú primero, prueba con la ayuda de testigos que eres profeta y enviado de Dios; y que la Escritura testimonia en tu favor. Entonces, vergonzosamente, guardan silencio. Con razón les insistimos: puesto que no os está permitido desposar a una mujer, ni comprar ni adquirir sin testigos, y que no admitís poseer ni siquiera asnos o ganado, sin un testigo, en ese caso no tomáis mujeres, bienes, asnos ni nada sino ante testigos; ¡sólo, pues, la fe y la Escritura las aceptáis sin testigos! Ya que aquel que os ha transmitido dicha Escritura no posee garantías por parte de nadie, ni conoce a quien testimonie en su favor en el pasado. ¡Mucho mejor que eso, la ha recibido durante el sueño! >>. Con respecto a la doctrina de la Trinidad, dime: ¿No es tu pensamiento uno contigo mismo, ya que es imposible que existas sin pensar, consciente o inconscientemente? ¿Y no procede de ti tu pensamiento? Ahora bien, ¿dirías que tú eres tu pensamiento, esto es, tu entendimiento, o quizá algo más? ¿Acaso careces de voluntad o de consciencia (visión interna)? Retomo el texto del Damasceno: << Nos llaman "asociadores", porque, dicen, introducimos cabe Dios un asociado en tanto que decimos que el Cristo es hijo de Dios y Dios. Nosotros les contestamos: eso es lo que los profetas y la Escritura nos han transmitido. Vosotros también, puesto que lo afirmáis, aceptáis los profetas. Y si nosotros nos equivocamos al decir que Cristo es el hijo de Dios, son ellos los que nos lo han enseñado y transmitido. Algunos de ellos dicen que hemos injertado esa doctrina en los profetas, interpretándolos de manera alegórica, y otros que los hebreos, por odio, nos han extraviado atribuyendo estos textos a los profetas, para perdernos. De nuevo les decimos: Vosotros, que sostenéis [en vuestra Escritura] que el Cristo es Verbo y Espíritu de Dios, ¿por qué nos injuriáis como "asociadores"? Pues el Verbo y el Espíritu son cosas inseparables de aquel en el que se encuentran naturalmente. Si, pues, está en Dios como Verbo de Dios, evidentemente también será Dios. Pero, si está fuera de Dios, Dios está según vosotros sin Verbo y sin Espíritu. Así, al evitar asociar uno a Dios, lo mutiláis. Sería mejor para vosotros, en efecto, decir que tiene un asociado, antes que mutilarlo y convertirlo en algo semejante a una piedra, a un bosque, o a cualquier objeto inanimado. Éste es el motivo por el que, al llamarnos "asociadores", mentís; nosotros, a cambio, os llamamos "mutiladores" de Dios >>. ¿Y a santo de qué, por cierto, te empeñas en cargar las tintas sobre la evolución dogmática del concepto de Trinidad? ¿Es que el hombre ha de tener un conocimiento perfecto de las realidades divinas en todo momento, sin que pueda experimentar cambio en su percepción de las mismas? ¿Con qué derecho aceptas la inspiración de los profetas, tan vacilante a veces, y desconfías de la de los Padres? Fue el propio Jesús quien proclamó, refiriéndose al Espíritu que habría de venir en el Pentecostés y asistiría a la Iglesia en toda tribulación futura: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar" (Jn. 16, 12). Ahora bien, para vosotros el Espíritu Santo no actúa sobre toda la humanidad, sino que se ha encarnado en un solo elegido, el Consolador o Paráclito, que identificáis con Mahoma. Algo propio de herejes, que pretenden arrogarse una comprensión exclusiva para justificar su alejamiento de la tradición, pues también los maniqueos lo identificaban con Mani y los montanistas con Montano. Pasemos a la "absorción cristiana" del paganismo. Es recurrente en las páginas ateas, siempre tan bien documentadas, aludir a los "orígenes egipcios" del "mito de Jesús". Sin entrar en detalles farragosos propios de eruditos o pseudoeruditos, y obviando la problemática de inserir el fenómeno mesiánico, el monoteísmo y la iconoclastia hebreas en un contexto pagano, reduzcamos el problema a dos casos con dos hipótesis: Casos: 1) Los historiadores de las religiones han hallado claros paralelismos entre relatos egipcios y la Vida de Jesús. 2) Los teólogos cristianos han hallado claras referencias en la Ley y en los profetas a la Vida de Jesús, así como a su doctrina. Hipótesis: 1) Resulta muy sencillo relacionar la Vida de Jesús con la Biblia, dada la vaguedad de ambos escritos y la posibilidad de forzar la interpretación. Pero, en ese caso, también debería ser un juego de niños el relacionarla con los relatos egipcios. E incluso con algún cuento chino, si buscamos bien. 2) Los paralelismos entre los Evangelios y los relatos egipcios son sorprendentes, de modo que podemos excluir la hipótesis de que se trate de una mera coincidencia textual. Sin embargo, en ese caso, también deberíamos descartar que la relación de la Vida de Jesús con las profecías del Antiguo Testamento fuera producto de la manipulación, y habríamos de reconocer a Aquel como el Hijo de Dios anunciado. O es fácil manipular los textos o no lo es en absoluto. Si es fácil, la correlación de historias que presentan los estudiosos resulta superflua, y Cristo existió realmente y en los términos divinos que el Evangelio señala. Pero si es difícil, entonces no podemos considerar las coincidencias entre Antiguo y Nuevo Testamento como simples invenciones de teólogos, expertos en la Ley, y habremos de deducir que en ambos casos se trata de escritos inspirados. Tertium non datur. Tanto en un extremo como en el otro, el musulmán, como el ateo y el escéptico, quedan cogidos en sus propias palabras. En fin, como veo que repites argumentos pasados, tal vez porque no encuentras más ni mejores, me limitaré a recordarte lo que ya antes les opuse: 1) Que Dios sea declarado uno no obsta para que sea trino. La Trinidad no es una tríada. Ahora bien, si citas a Moisés, cita también a David: "Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, En tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies" (Sal. 110, 1). 2) La universalidad de la misión de Jesucristo la reconoce el Corán, por ejemplo, cuando dice: "Y acuérdate de aquella que conservó su virginidad. Infundimos en ella parte de nuestro Espíritu. De ella y de su Hijo hicimos una aleya [signo] ante los mundos" (Azora 21:91). E insisto: olvidas, o más bien omites deliberadamente, este pasaje tan significativo del Evangelio, a propósito de la fe de la cananea: "'Sí, Señor -repuso ella-, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos'. Entonces Jesús le respondió: 'Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas'" (Mt. 15, 27-28). 3) ¿Dónde están tus testimonios históricos de las masacres católicas contra los arrianos? Yo puedo mostrarte, entre otros documentos, la crónica de Sulpicio Severo, que ya conocerás, en la que se narra la opresión de los católicos por los arrianos. ¿Qué, si no, iba a mover a un obispo como San Hilario -tantas veces exiliado- a escribir un panfleto durísimo contra nada menos que el emperador Constancio? Contestaré al resto de tus preguntas (a saber: necesidad de la economía en la salvación de los hombres, prefiguración veterotestamentaria de Cristo) en los mensajes sucesivos. Tu turno. Saludos. Daniel.
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SEXTO TURNO.
(6) ABDALLAH YUSUF En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso La Paz sea con ustedes. Saludos. No, Daniel, no: el debate es sobre TRINIDAD, no sobre Islam. Para debatir sobre Islam abrimos otro foro. La propuesta era sólo para debatir sobre la trinidad. Apegate a lo acordado. Tú dices que uno tiene pensamientos que proceden de uno y son independientes de uno. También tiene sentimientos y deseos. En consecuencia, quizás se pueda alegar que Dios no necesariamente tiene "tres personas" sino que puede tener más que no conozcamos. Puede tener 4, 10, 99 o infinitas personas. Si es humanamente inconcebible, ¿por qué limitarlo a 3? Tu argumento no me demuestra la existencia vde la trinidad. Es, como todo lo que exponen sobre este tema, una explicación rebuscada más para tratar de explicar algo que no tiene explicación. ¿Por qué digo que no tiene explicación? Simple: Porque es hijo de… o es Dios mismo. Es coeterno o procede de… Son cosas contradictorias en sí mismas. Luego seguimos si Dios quiere. Saludos y que Dios bendiga a quien busca la verdad por la verdad misma. Hay suficiente luz para aquel que quiere ver. Abdallah. * * * (6) DANIEL VICENTE Querido Abdallah: Has sido tú quien ha criticado la revelación cristiana, alegando que fue manipulada por la tradición a lo largo de los siglos. Yo, sin aceptarte eso, te contesto que vuestra Escritura sí está viciada, pero además "ab initio", y todo ello sin salirnos del tema de la Trinidad.
Recuerdo, por cierto, que introdujiste la cuestión de los iconos en un mensaje anterior. Aunque la pasé por alto, para no desviarme de nuestro principal cometido, puedes abrir un hilo donde se trate este problema y lo discutiré con mucho gusto. Volviendo a la Trinidad, comentas: "Tú dices que uno tiene pensamientos que proceden de uno y son independientes de uno. También tiene sentimientos y deseos. En consecuencia, quizás se pueda alegar que Dios no necesariamente tiene "tres personas" sino que puede tener más que no conozcamos. Puede tener 4, 10, 99 o infinitas personas. Si es humanamente inconcebible, ¿por qué limitarlo a 3?" No tienes en cuenta que con mi ejemplo no intentaba parangonar la mente humana con la divina, sino sólo mostrarte que es posible que la procedencia implique, al menos, dos manifestaciones distintas en un mismo ser. Siendo este ser infinito, también lo serán sus formas de manifestarse, esto es, su acción y el producto de la misma: sujeto, predicado y objeto; gerundio, infinitivo y participio. Ahora bien, sin entrar en el detalle de que los "sentimientos" que mencionas son pasiones y no puede haber pasión en Dios, mientras que los "deseos" se identifican con su voluntad pura, te contesto del siguiente modo, valiéndome de Ramón Llull (Libro de los secretos de la Santísima Trinidad y de la encarnación): "Si alguien dijera que hay en Dios más de tres personas e intentase probarlo afirmando que hay en Dios más de tres dignidades: unidad, magnitud, eternidad, poder, sabiduría, y otras; a éste le podemos responder que en Dios cualquiera de estas dignidades es la otra. Así pues, el unificante, el bonificante, el magnificante, el eternizante, el potenciante, y lo que sigue, son una única persona, que es Dios Padre; el unificado, el bonificado, el magnificado, el eternizado, el potenciado, y lo que sigue, son una única persona, que es Dios Hijo; y unificar, bonificar, magnificar, eternizar, potenciar son una única persona, que es Dios Espíritu Santo. Es necesario que esto sea así para que una dignidad de Dios pueda ser igual a otra". Y no podemos concebir que Dios y su acción o el producto de su acción sean la misma persona, porque incurriríamos en el absurdo de afirmar que Dios se actúa o se engendra a sí mismo desde la pura nada.
Añade Santo Tomás de Aquino (Compendio de teología): "Además, como Dios lo abarca todo en una sola mirada de su Inteligencia, y su amor se extiende a todo por un solo acto de su Voluntad, es imposible que en Dios haya muchos verbos o muchos amores; por tanto, si el Hijo procede como Verbo y el Espíritu Santo como Amor, está claro que no puede haber en Dios muchos hijos o muchos espíritus santos. Más aún, se dice que algo es perfecto cuando es único (en su género). Lo que admite fuera de sí alguna cosa del mismo género no es absolutamente perfecto y, por esta razón, las cosas que son absolutamente perfectas en su naturaleza no se multiplican en número…". Puedes acusarme de confiar demasiado en la filosofía, dependiente de la razón natural, y muy poco en la revelación. Termino, pues, este turno reseñando una parte significativa de la justificación veterotestamentaria de la Trinidad que hace Novaciano, autor un siglo anterior al Concilio de Nicea: << Moisés escribió además que Dios se apareció a Abrahán "junto a la encina de Mambré, cuando él estaba a mediodía sentado a la puerta de su tienda" (Gen. 18,1), y a pesar de haber visto a tres hombres, llamó a uno de ellos Señor. Después de haberles lavado los pies, les ofrece panes, cocidos al rescoldo, con mantequilla y abundante leche e insiste a los huéspedes, sin dejarles marchar, a que coman. Después de esto, oye que será padre y escucha que Sara su esposa habrá de darle a luz a un hijo suyo y es informado de la destrucción de los habitantes de Sodoma -cosa que merecían padecer-, y se entera de que Dios había descendido a causa del clamor de los sodomitas. Si los herejes pretenden ver en este pasaje que el Padre fue recibido como huésped con dos ángeles, entonces han considerado que el Padre es visible; si por el contrario lo consideran un ángel, dado que sólo uno de los tres ángeles es llamado Señor ¿por qué contrariamente a lo habitual se llama Dios a un ángel? La explicación podría consistir en que para poder atribuir a Dios Padre su propia invisibilidad y poder dejar al ángel su propia inferioridad, hay que creer que quien se apareció a Abrahán y fue recibido como huésped no fue otro que el Hijo de Dios que también es Dios. Hecho huésped de Abrahán prefiguraba simbólicamente lo que había de suceder, que estaría entre los hijos de Abrahán, a cuyos hijos [los apóstoles] les lavó los pies como prueba de que él era el mismo al devolver en los hijos el derecho de hospitalidad, que en otro tiempo le había prestado su padre. (…) Y sin embargo, a pesar de todo esto la misma Escritura divina con razón no cesa de llamar ángel a Dios y de proclamar Dios a un ángel. En efecto, cuando este mismo Jacob iba a bendecir a Manasés y Efraín, los hijos de José, teniendo las manos cruzadas sobre las cabezas de los muchachos, dijo: "Dios que es mi pastor desde mi juventud hasta este día, el ángel que me libró de todos los males, bendiga a estos muchachos" (Gen 48,15-16). Tan es así que al mismo que había llamado Dios lo llama ángel, que al final de la frase puso en singular la persona de la que estaba hablando, cuando dijo: "Bendiga a estos muchachos". Por el contrario, si hubiese querido que se tuviese al ángel por otro ser distinto, habría abarcado las dos personas con el número plural. Ahora bien, en lo referente a la bendición empleó el número singular de una única persona, con lo que quiso dar a entender que Dios y el ángel eran la misma persona. Pero Dios Padre no puede ser considerado Dios y ángel [enviado], mientras que Cristo sí puede serlo. Fue a éste a quien Jacob indicó como autor de esta bendición al poner sus manos entrecruzadas sobre los muchachos, como si Cristo fuese el padre de ellos, mostrando con la colocación de las manos la figura y la forma futura de la pasión. Por tanto, como nadie duda en llamar ángel a Cristo, que nadie titubee en proclamarlo también Dios, al comprender que éste mismo en el momento de la bendición de estos muchachos, mediante el misterio de su pasión simbolizado en la figura de las manos, era invocado como Dios y como ángel >>. Me han quedado cosas en el tintero para la próxima ocasión, pero más te van quedando a ti. Espero tus objeciones sobre la totalidad de los puntos tratados. Saludos. Daniel.
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Conclusiones y reflexiones finales sobre el debate sobre el dogma trinitario.
Saludos y que la Paz sea sobre todos ustedes.
Hemos transitado un poco a través de los argumentos sobre el dogma trinitario, tanto a favor como en contra del mismo. Durante esta semana cada uno de nosotros ha podido exponer sus puntos de vista, sus objeciones, sus argumentos y pruebas. Por mi parte, he mostrado la debilidad argumental del dogma, su irracionalidad, su tremenda falta de lógica y razón. Daniel por su parte nos ha brindado sus argumentos y explicaciones, las cuales pueden convencer a algunos y a otros no.
Particularmente no veo en todo lo que él expuso absolutamente nada que pueda convencer o satisfacer a nadie, excepto a quien de antemano cree y sostiene el dogma cristiano con toda la fuerza de la sinrazón. Es decir que los argumentos de Daniel como todos los argumentos que brindan los cristianos sobre la trinidad sólo le sirven a quienes de antemano creen que tal dogma es verdadero y lo aceptan antes de debatirlo o razonarlo. Pero ninguno de esos argumentos puede convencer a quien no tiene una postura tomada antes de la exposición y análisis.
Por esta razón es que considero que tales debates en definitiva no tienen mayor utilidad. Por eso no quise darle lugar en la lista donde estoy exponiendo un Curso trimestral de Islam (para los interesados, la lista está aquí http://groups.msn.com/CursodeIslam y pueden solicitar el ingreso ya mismo, aunque el curso se reinicia si Dios quiere en un mes y medio por lo que la solicitud quedará pendiente hasta ese momento), porque tenía que perder una semana y desviarme de la línea trazada por el curso. Así que le propuse al amigo Daniel que desarrolláramos el debate en otra lista de su elección, y él escogió esta lista de ateos, por lo cual los hemos molestado estos días. Pero no se preocupen, pues por mi parte no los voy a seguir molestando, a menos que me pidan explicaciones sobre algún tema referente al Islam o a las religiones en general, o que me pidan que me quede para debatir otro asunto. No rechazo ningún debate y no le doy la espalda a ningún intercambio, pero no quiero molestar donde no me llamaron. Si alguien quiere tomar algún punto de lo expuesto en el debate y pedir que lo desarrollemos más o que lo respondamos (ya que han quedado varios puntos sueltos), puede escribirme en esta lista o en privado ([email protected])
Yo quisiera darle a Daniel y a todos los amigos cristianos que pudieran haber seguido este debate un mensaje.
El Islam no es vuestro enemigo. No tienen que vernos como adversarios o competidores o como una amenaza contra vuestra fe. El Islam es una religión de la cual pueden aprender mucho, si pueden superar los prejuicios y el fanatismo. Contiene conocimientos sobre la historia de los Profetas que no figuran en la Biblia y que ustedes pueden aprovechar. Contiene enseñanzas sobre Dios y reflexiones que los pueden beneficiar espiritualmente. No se encierren en los prejuicios. Sepan abrir sus mentes y sus corazones, y verán las enseñanzas de Jesús (con él sea la Paz) en el Corán y en la figura del Profeta Muhammad (con él sean la Bendición y la Paz, y con su Descendencia).
Por supuesto que en el Corán van a encontrar palabras de fuertes amonestaciones que apuntan a reprocharlos y hacerles tomar conciencia. Efectivamente es así. También las encuentran en la Biblia cuando el propio Jesús llama a sus discípulos "hombres de poca fe" y los critica duramente a fin de que tomen conciencia. Deben ver las palabras del Corán como un sacudón que Dios les da a fin de que despierten y tomen conciencia de la realidad.
Vamos a ver a continuación algunas de las expresiones del Corán dirigidas a los cristianos:
Y dicen: «Nadie entrará en el Jardín sino los judíos o los cristianos.» Ésos son sus anhelos. Di: «¡Aportad vuestra prueba, si es verdad lo que decís!» (2:111)
Ni los judíos ni los cristianos estarán satisfechos de ti mientras no sigas su religión. Di: «La dirección de Dios es la Dirección». Ciertamente, si sigues sus pasiones después e haber sabido tú lo que has sabido, no tendrás amigo ni auxiliar frente a Dios. (2:120)
Los judíos dicen: «Los cristianos carecen de base», y los cristianos dicen: «Los judíos carecen de base», siendo así que leen la Escritura. Lo mismo dicen quienes no saben. Dios decidirá entre ellos el día de la Resurrección sobre aquello en que discrepaban. (2:113)
Dicen: «Si sois judíos o cristianos, estáis en la vía recta». Di: «No, antes bien la religión de Abraham, que fue monoteísta y no asociador». (2:135)
Un grupo de la gente de la Escritura desearía extraviaros; pero no extravían a nadie sino a sí mismos y no se dan cuenta. ¡Gente de la Escritura ! ¿Porqué no creéis en los signos de Dios, siendo, como sois, testigos de ellos? (3:69 y 70)
Di: «¡Gente de la Escritura !¿Por qué no creéis en los signos de Dios? Dios es testigo de lo que hacéis». Di: «¡Gente de la Escritura !¿Por qué desviáis a quien cree del camino de Dios, deseando que sea tortuoso, siendo así que sois testigos? Dios está atento a lo que hacéis». (3:98 y 99)
Si la gente de la Escritura creyera, les iría mejor. Hay entre ellos creyentes, pero la mayoría son perversos. (3:110)
No todos son iguales. Entre la gente de la Escritura hay una comunidad honrada: durante la noche, recitan las aleyas de Dios y se prosternan. (3:113)
Los judíos y los cristianos dicen: «Somos los hijos de Dios y Sus predilectos». Di: «¿Por qué, pues, os castiga por vuestros pecados? No, sino que sois mortales, de Sus criaturas. Perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere». De Dios es el dominio de los cielos y de la tierra y de lo que entre ellos está. Es Él el fin de todo. (5:18)
¡Gente de la Escritura ! Nuestro Enviado ha venido a vosotros, aclarándoos mucho de lo que de la Escritura habíais ocultado y revocando mucho también. Os ha venido de Dios una Luz, una Escritura clara. (5:15)
¡Gente de la Escritura ! Nuestro Enviado ha venido a vosotros para instruiros, después de una interrupción de enviados, no sea que dijerais: «No ha venido a nosotros ningún nuncio de buenas nuevas, ni monitor alguno». Así, pues, sí que ha venido a vosotros un nuncio de buenas nuevas y un monitor. Dios es Omnipotente. (5:19)
Si la gente de la Escritura creyera y temiera a Dios, les borraríamos sus malas obras y les introduciríamos en los jardines de la Delicia. (5:65)
Di: «¡Gente de la Escritura ! No hacéis nada de fundamento mientras no observéis la Tora. el Evangelio y la Revelación que habéis recibido de vuestro Señor». Pero la Revelación que tú has recibido de tu Señor acrecentará en muchos de ellos su rebelión e incredulidad. ¡No te aflijas, pues, por el pueblo infiel! (5:68)
"¡Oh, Gente de la Escritura! ¡No exageréis en vuestra religión! No digáis de Dios sino la verdad: que el Mesías, Jesús, hijo de María, es solamente el Enviado de Dios, Su Palabra, la cual El Ha comunicado a María, y un Espíritu que procede de El. No digáis Tres. ¡Basta ya! Será mejor para vosotros. Dios es sólo Un Dios Uno. ¡Creed, pues, en Dios y Su Mensajero! ¡Glorificado sea de tener un hijo! Suyo es cuanto hay en los cielos y en la tierra. Dios basta como Protector. El Mesías no tiene a menos ser un siervo de Dios. Tampoco los ángeles allegados lo tienen. A todos aquellos que menosprecien adorarle y sean altivos, les congregará hacia Sí (en el Infierno)". (4:171 y 172)
Di: «¡Gente de la Escritura ! No exageréis en vuestra religión profesando algo diferente de la Verdad y no sigáis las pasiones de una gente que ya antes se extravió, extravió a muchos y se apartó del recto camino». (5:77)
"Los judíos dicen: Ezra es el hijo de Dios. Y los cristianos dicen: El Mesías es el hijo de Dios. Eso es lo que sostienen con sus bocas, imitando lo que ya antes habían dicho los incrédulos. ¡Que Dios combata contra ellos! ¡Cómo pueden ser tan desviados! Han tomado a sus doctores (rabinos) y a sus monjes (obispos) así como al Mesías, hijo de María, como señores en lugar de tomar a Dios, cuando las órdenes que habían recibido no eran sino las de adorar a Un Dios Uno. ¡No hay divino excepto él! Glorificado Sea. Está por encima de lo que le asocian". (9:30 y 31)
"No creen, en realidad, aquellos que dicen: Dios es el Mesías, hijo de María. Di ¿Quién podría impedir que Dios, si El quisiera, Hiciera morir al Mesías, hijo de María, a su madre y a todos los de la tierra? De Dios es el Dominio de los Cielos y de la Tierra y de lo que entre ambos existe. El crea lo que quiere. Dios es Omnipotente". (5:17)
"No creen, en realidad, quienes declaran: Dios es el Mesías, hijo de María, siendo que el mismo Mesías ha dicho: ¡Oh, hijos de Israel! ¡Adorad a Dios, mi Señor y el vuestro! Dios veda el Jardín (del Paraíso) a quien asocia algo a Dios. Su morada será el Fuego. Los impíos no tendrán quien les auxilie". (5:72)
"No creen, en realidad, quienes dicen: "Dios es el tercero de una trinidad. ¡No hay más Dios que Dios Unico! Si no paran de decir eso, un castigo doloroso alcanzará a quienes de ellos no crean. ¿No se tornarán hacia Dios pidiéndole perdón? Dios es Indulgentísimo, Misericordiosísimo. El Mesías, hijo de María, no es más que un Enviado que fue precedido por otros enviados. Su madre era veraz. Ambos tomaban alimentos (como cualquier mortal). ¡Mira cómo les explicamos los Signos! ¡Y mira cómo se desvían! Di: ¿Acaso vais a adorar en lugar de Dios a aquello que no puede dañaros ni beneficiaros? Dios es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe. Di: ¡Oh, gente de la Escritura! No exageréis en vuestra religión, profesando algo diferente a la Verdad, y no sigáis las pasiones de la gente que ya antes se ha extraviado, que extravió a muchos y que se apartó del camino recto". (5:73 a 77)
"Aquellos a quienes les dimos las escrituras [judíos y cristianos] lo conocen [a Muhammad (BPD)] igual como conocen a sus hijos. Ciertamente, una parte de ellos ocultan la verdad [las cualidades de Muhammad (BPD) escritas en el Torah y el Evangelio], y ellos lo saben." (2:146)
"Entre la gente de las escrituras [Judíos y cristianos] hay quienes creen en Dios y en lo que te fue revelado [A Muhammad (BPD)] y en lo que se les reveló. Humildes ante Dios, no venden los versículos de Dios por algo de poco precio. Esos tendrán su recompensa junto a su Señor…" (3:199)
"Por cierto que aquellos que creen ( en el Profeta del Islam ), los judíos, los cristianos y los sabeos ( seguidores de Juan el Bautista ), en tanto crean en Dios y en el Ultimo Día y obren el bien, tendrán sus recompensas ante su Señor y no habrá ningún temor sobre ellos ni estarán tristes." (2:62)
"Cuando ellos (que se llaman Cristianos entre ellos mismos) oyen lo que se hizo descender al Enviado (Muhammad), ves a sus ojos derramar lágrimas porque saben la verdad. Dicen: Señor nuestro, creemos; inscríbenos como testigos. ¿Por qué no hemos de creer en Dios y en la verdad que nos ha enviado si ansiamos que nuestro Señor nos haga entrar en el Paraíso junto a la compañía de los justos?" (5:83 y 84)
"Di: ¡Oh, gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable para nosotros y vosotros, según la cual no adoraremos más que a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a ninguno de nosotros como señor aparte de Dios. Y si vuelven la espalda, di: Sed testigos de que somos musulmanes". (3:64)
El día de la Resurrección, Dios fallará acerca de los creyentes, los judíos, los sabeos, los cristianos, los zoroastrianos y los asociadores. Dios es testigo de todo. (22:17)
Dios Altísimo es Veraz.
[siguen más citas del Corán sobre María]
Amigos cristianos: Les aconsejo con la mejor de las intenciones que no vean en el Islam un enemigo al cual combatir o un oponente con quien hay que competir para lograr el mayor número de seguidores. Dejemos de lado las cuestiones de doctrina teórica, las cuales han de resolverse finalmente el Día del Encuentro con Dios. Miremos un poco el mundo que hoy tenemos ante nosotros, el cual puede mejorar simplemente si los cristianos siguen las enseñanzas de Jesús y los musulmanes las enseñanzas de Muhammad (con ambos sea la Bendición y la Paz). Si los seguidores de religiones simplemente se esforzaran por seguir las enseñanzas claras y sencillas de cada religión, el mundo entero cambiaría para transformarse en un lugar de paz, armonía, buena convivencia, bienestar y prosperidad para todos.
Los seguidores de distintas religiones debemos saber que nuestro enemigo, el enemigo de la Humanidad, es el grupo de tiranos opresores que explotan a la mayoría de los pueblos para quedarse con la mayor parte de las riquezas posible. Ellos promueven el odio y la división entre los pueblos a fin de mantenernos entretenidos con peleas internas mientras en la confusión y el caos ellos siempre terminan ganando. Nuestro mensaje debe ser claro y contundente.
¿Eres cristiano? Sigue las simples y claras enseñanzas de Jesús (con él sea la Paz) en cuanto al amor al prójimo, la caridad, la consideración hacia los demás, el seguir el camino del bien, el no mirar la paja en el ojo ajeno, el ofrecer la otra mejilla, el respetar los 10 Mandamientos, etc.
¿Eres musulmán? Entonces sigue las simples y claras enseñanzas del Profeta Muhammad (BPD) en cuanto al amor al prójimo, el respeto por la vida y los derechos, el apego a la verdad y la justicia, la caridad, el seguir el camino del bien, la buena convivencia con todo el mundo, etc…
No hay diferencia en la esencia del mensaje y las enseñanzas de Jesús y las de Muhammad (con ambos sean la Bendición y la Paz). Las diferencias se dan en las cuestiones de la doctrina, la teología y las prácticas rituales de devoción, pero no en las enseñanzas morales y en lo que debería ser la conducta del cristiano y del musulmán.
Si la mitad de la Humanidad hoy se reparte entre estas dos grandes religiones, ¿por qué el mundo no es un lugar de paz, armonía, amor fraternal, buena convivencia, justicia y piedad? Porque ni cristianos ni musulmanes siguen las enseñanzas de sus respectivas religiones. Entonces, la cuestión no es cómo vencer al seguidor de otra religión, como derrotarlo en un debate o convencerlo para que cambie de religión. La cuestión más importante es cómo podemos ser cada día mejor, cómo podemos ser mejores cristianos o mejores musulmanes. Cada uno en su propia religión debe comenzar por respetar y seguir las enseñanzas de su propia religión y apegarse al mensaje simple de Jesús o Muhammad (con ambos sean la Bendición y la Paz), sea cristiano o musulmán.
Y no hay Fuerza ni Poder sino en Dios Altísimo.
A los ateos que han seguido el debate quiero decirles una cosa: si son ateos por ser libre pensadores, por haber visto la conducta lamentable que en la historia han tenido las jerarquías religiosas como la Iglesia y los curas entre los católicos, los pastores evangelistas o muchos que llevan títulos de sheijes entre los musulmanes, y han terminado en el rechazo sistemático de toda religión, les aconsejo que presten mucha atención y sepan distinguir entre las enseñanzas de una religión y lo que hacen sus seguidores. Nosotros siempre decimos "el Islam es perfecto, los musulmanes no lo son". Si van a juzgar las religiones por la conducta de los hombres, lógicamente que van a ser siempre ateos. Pero si son sinceros y su rechazo no busca sólo promover la corrupción y el libertinaje, les recomiendo que traten de estudiar las enseñanzas fundamentales de las religiones haciendo abstracción de la conducta desviada, corrupta y pecaminosa de la mayoría de quienes dicen ser sus seguidores. Y tal como les dije a los cristianos, no vean al Islam como un enemigo, sino como una fuente muy rica de conocimiento, enseñanzas y reflexiones muy útiles para la vida misma, para el crecimiento del ser humano y el bienestar del mundo entero. Claro que quienes toman el ateísmo como un medio para extender la corrupción y la inmoralidad sólo verán en el Islam una fuerte amenaza contra sus anhelos de libertinaje. Pero hacia ellos no está dirigido mi mensaje.
A quienes les interese conocer el Islam, pueden acercarse a nuestra lista UNIDAD ISLAMICA (http://groups.msn.com/UnidadIslamica) y ver el material o preguntar lo que quieran (como está dedicada a difundir temas del Islam, no se admite la difusión de otras creencias o religiones). También pueden buscar el CURSO TRIMESTRAL DE ISLAM que brindamos en este sitio http://groups.msn.com/CursodeIslam con la aclaración de que si hoy solicitan el ingreso, el mismo quedará pendiente durante poco más de un mes, hasta que el curso se reinicie.
Si desean, pueden contactarse conmigo en privado ([email protected]) o pueden preguntar en esta misma lista. Pero a menos que quede alguna cuestión que precise aclaración, por ahora este debate queda concluido y mi participación ya no será con la misma continuidad.
Y no hay Fuerza ni Poder sino en Dios Altísimo. Que la Bendición, la Misericordia y la Paz sean con todos los Profetas y Mensajeros que Dios ha mandado para guiar al hombre hacia el camino del bien. Que Dios bendiga a quienes buscan la verdad con sinceridad y sin prejuicios, por amor a la verdad misma. Que la Paz sea con todos ustedes. Saludos. Abdallah Yusuf de La Plata (co administrador de Unidad Islámica http://groups.msn.com/UnidadIslamica )
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(9) DANIEL VICENTE
Abdallah:
Dices después de decenas de mensajes de catequesis- que lo importante no es ser cristiano o musulmán por la doctrina teológica, sino por la práctica. ¡Como si pudieran disociarse tan fácilmente!. ¿Y qué hay de la salvación, de la pureza de la fe? ¿Se reduce todo a ser pacífico y cortés? ¡Entonces no deberíamos haber abandonado el paganismo, que a bien seguro consideraba también estas virtudes!.
En lo sucesivo voy a responderte a todo lo que me has planteado en tus alegatos precedentes. Para ello, dividiré mi exposición en 4 puntos:
1) Justificación histórica de la Trinidad
2) Justificación racional de la Trinidad
3) Justificación soteriológica de la Trinidad
4) Justificación escriturística de la Trinidad
Ruego a los participantes que, mientras no diga haber terminado, no interrumpan mi turno con nuevas intervenciones, del mismo modo que yo no lo he hecho ni lo he visto hacer con mi oponente.
En las próximas horas perfilaré los apartados por concluir, de los que por el momento ofrezco sólo el primero. En el transcurso del domingo entregaré los demás, hasta llegar al cuarto.
Dejo a sabiendas tres temas fuera de discusión, que por ser demasiado amplios iban a perjudicar el tratamiento del presente. Son: a) El culto de las divinas imágenes o iconos en el catolicismo; b) La validez de la Ley en relación al reino de Dios y c) La plausibilidad de la identificación de Mahoma con el Paráclito. Una vez finalizado el debate, si se tercia, podemos polemizar sobre ellos en discusiones separadas.
Esto es todo, saludos.
Daniel.
I. Justificación histórica de la Trinidad.
Empiezo mi noveno y último turno con una pequeña aclaración histórica. El arrianismo, que fue la herejía que desató el primer concilio del catolicismo, a propósito de la divinidad del Hijo, no era el sentir común del pueblo contra el que los pérfidos obispos nicenos se confabularon, sino el golpe de timón de una elite subalterna que, en base a la Escritura y a la filosofía, pretendía demostrar que el Padre y el Hijo no podían ser iguales en substancia ("homousios"). Así pues, despojando a Jesús de su divinidad y ajustándolo a una estricta relación Creador-creado, se cortaba el nudo gordiano de los misterios y se cerraba el paso a la salvación perfecta, por más que se diera al Mesías el título honorífico de "primera entre las criaturas". Vino a ser, en definitiva, un intento de politizar prematuramente la fe cristiana para convertirla en un monoteísmo casi indiferenciado del judaico que redundase en un césaro-papismo, en detrimento de los derechos de la Iglesia. A una jugada política (la perversión del dogma y el flirteo con el poder) siguió otra jugada política (la celebración del concilio y la anatemización del arrianismo); a un ataque filosófico (el logicismo aristotélico aplicado a la revelación) siguió una defensa filosófica (el idealismo platónico adoptado por los Padres). Ahora bien, cuando los arrianos ganaron influencia con Constancio, los católicos se convirtieron en "herejes" y empezaron a sufrir persecuciones tan crueles como las de Decio y Diocleciano. Nos recuerda San Atanasio (Apología por su huida [traduciendo del francés]):
<< ¿A quiénes han buscado y hallado sin tratarlos indignamente y como les plugo? ¿A quiénes han buscado y hallado sin reducirlos a una muerte miserable o a una invalidez completa?
En efecto, lo que parece ser obra de jueces, es promovido por ellos; o más bien los jueces se ponen al servicio de sus designios y de su perversidad. ¿Se encontrará algún lugar que no conserve un monumento de su malicia? ¿Un adversario que no haya sido víctima de sus maquinaciones y acusaciones inventadas al modo de Jezabel? ¿Una iglesia que hoy no esté de luto a causa de las conjuras urdidas contra su obispo? Antioquía por Eustacio, confesor y campeón de la ortodoxia, Balanea por el admirable Eufratión, Paltos y Antarados por Quimacio y Carterio, Adrianópolis por Eutropio, el amigo de Cristo, por su sucesor Lucio, con una fe para ellos cargada de cadenas y una muerte entre las fieras, Ancira por Marcelo, Berea por Quiros, Gaza por Asclepas? Todos estos hombres copiosamente maltratados de antemano se han visto exiliados por los actos de esos bribones. En cuanto a Teódulo y Olimpios, obispos de Tracia, en cuanto a nosotros mismos y a nuestros sacerdotes, ordenaron que nos acosasen, resueltos, si nos encontraban, a vengarse sobre nuestras cabezas. Lo cual habría supuesto nuestra muerte segura si, contra sus esperanzas, no nos hubiéramos escapado aún una vez más >>.
No sólo los obispos, sino también el pueblo sufrió las consecuencias del complot arriano:
<< En la hora octava del santo día del Pentecostés, el pueblo, ocupado en el ayuno, salió para rogar cerca del cementerio, ya que rechazaban la comunión con [el obispo arriano] Jorge. Aquel lamentable individuo tuvo noticia del asunto. Excitó el celo del general Sebastián, que era maniqueo. Ése mismo, entonces, con una tropa de soldados armados, portando sus espadas desnudas, sus arcos y sus flechas, en día de domingo, se lanzó contra el pueblo. Encontró a varias personas en oración -la mayoría se marchaban ya, pues era hora avanzada- y fueron sus actos de la altura que cabía esperar de un hombre de su devoción. Hizo encender algo de leña, se llevó a las vírgenes cabe al fuego, y quiso hacerlas decir que pertenecían a la fe de Arrio. Pero a la vista de su resistencia victoriosa, de su indiferencia a las llamas, las forzó a quitarse sus vestidos y mandó que las golpearan en el rostro hasta dejarlas, al poco, irreconocibles.
En cuanto a los hombres, logró prender a cuarenta y ordenó azotarlos según un método poco común: con ramos de palmeras acabados de cortar -erizadas de espinas- se determinó cruelmente desgarrarles la espalda. Muchos de ellos necesitaron la intervención reiterada de un cirujano a causa de las espinas hundidas en la carne; otros, a su vez, no pudieron soportarlo y murieron. A continuación, todos aquellos que habían sido prendidos, en bloque, junto con las vírgenes, se vieron relegados en el Gran Oasis. Los cuerpos de las víctimas no fueron mientrastanto devueltos de inmediato a las familias, sino que los verdugos los tomaron a su agrado y se vieron arrojados sin sepultura con la ilusión de poder camuflar su ignominiosa crueldad >>.
Os excuso de seguir leyendo el relato de hechos tan escalofriantes, que nos narra amargamente desde su exilio el obispo Atanasio, perseguido y vituperado. ¿Eran estas las persecuciones de las que hablabas, Abdallah? ¡A fe mía que existieron! Pero por parte del bando que tú defiendes, es decir, por parte de los herejes, de los insurrectos.
Sin embargo, hay quien, ignorante del dolor y de la devoción del pueblo, afirma que la Trinidad fue sólo eso, la traducción doctrinal de la voluntad de la Iglesia de no ser ninguneada por los emperadores. Es decir, si Cristo era Dios, entonces era Rey de todo el orbe, y su obra terrenal, la Iglesia, su justa heredera. Pero semejante tesis cae por su propio peso, porque en ese caso la persona del Espíritu iba a resultar totalmente superflua: bastaría, en efecto, con hablar de una biunidad para lograr ese propósito. Eso respecto a los tiempos teocéntricos. En lo tocante a los actuales, también habría que suponer, con los materialistas, que, al darse la separación entre Iglesia y Estado, el dogma de la Trinidad iba a perder su sentido práctico. ¿Por qué, entonces, no se deshicieron de ella o la tomaron como una alegoría en lugar de como una realidad viviente?
Si el cristianismo ortodoxo hubiera querido vender su Mesías a los paganos a cualquier precio, añado, lo habrían emparejado con María Magdalena y habrían hecho de ellos dos divinidades más en el panteón: ése sería el modo de obrar propio de los farsantes. Para ser unos oportunistas, con todo, los cristianos tuvieron muy poco tacto al deshonrar a los dioses de sus jerarcas: los llamaban ídolos de madera, hechos por manos de hombres, sede de los "démones malos", etc. Si la Trinidad, en fin, no fuese más que una superestructura de la conveniencia política del clero, no se habría mantenido estable antes y después de las persecuciones pagana y arriana, sino que habría cambiado con ellas. Por ejemplo, el trinitarismo debía haberse atenuado en épocas de hostigamiento anticatólico y marginación de esa fe, cuando fue más bien al contrario: no sólo no se derivó hacia el subordinacionismo ecléctico y conciliador (Eusebio de Cesarea), sino que se vio la urgencia de exaltar y fijar la divinidad del Hijo (San Atanasio, San Hilario de Poitiers, San Basilio Magno, San Gregorio de Nisa, etc.). Y es que a algunos les molesta reconocer que los católicos no cedieron en nada. Al menos no doctrinalmente, que otra cosa sería hablar de la disciplina. Por descontado que hubo una mezcla de culturas, pero no se trató de un batiburrillo arbitrario, sino de una aleación de materiales bien conjuntados, de una coalición de fuerzas coherentes entre sí: filosofía y revelación, acrisoladas en la teología; esoterismo y evangelio, fundidos en la cristología, etc.
Observa que el cristianismo no reúne todos los requisitos para ser considerado una ideología: no se adapta en la substancia, sino a lo sumo en la forma; ha variado tan poco que aún podemos leer sus textos fundacionales y a sus primeros apologistas sin sentir extrañeza. Compárese a guisa de paralelismo con la diferencia, producida en sólo dos siglos, entre el ideario jacobino (igualdad radical ante la ley, mística de la propiedad privada, separación total entre poderes) y las democracias contemporáneas, caracterizadas por la revisión y corrección profundas de sus presupuestos. La burguesía en el poder, con tal de mantenerlo, modificó su concepción de la legalidad, de la función social de la propiedad o de la interrelación entre legislativo y ejecutivo. Los que se mantuvieron fieles a su ideario (anarquistas) se radicalizaron y quedaron en minoría. Otro tanto sucedió con el trotskismo en la URSS. Pero en la Iglesia los fieles fueron siempre mayoritarios, y no se requirieron versiones descafeinadas del dogma una vez obtenida la hegemonía. Puede alegarse que la Iglesia renunció al milenarismo con San Agustín, pero, en tanto que éste no es integrante del dogma cristiano, sino que es uno de sus modos de interpretación, no nos afecta para el caso. La Trinidad, pues, es esencial al cristianismo desde el principio hasta el fin.
II. Justificación racional de la Trinidad.
La distinción entre conocimiento filosófico y conocimiento revelado no es una argucia cristiana para encubrir sus dogmas. Los musulmanes también la contemplan, y así, Mollâ Sadrâ, uno de sus máximos comentaristas, escribe [subrayado mío]:
<< El conocimiento por inspiración (ilhâm, el conocimiento de los nabîs, de los awliyâ) no se diferencia del que es adquirido por el esfuerzo (iktisâb, el conocimiento de los filósofos) ni en la realidad en sí del conocer, ni en su sede (el corazón), ni en su causa (el Ángel, el Cálamo, Gabriel, el Espíritu Santo, la Inteligencia agente), pero se diferencia de él en cuanto a la cesación del velo, sin que esto dependa de la decisión del hombre. Igualmente, la comunicación divina al Profeta (wahy) no se distingue de la inspiración (ilhâm) por nada de todo eso, sino únicamente por la visión del Ángel que confiere el conocimiento. Pues los conocimientos no son actualizados por Dios en nuestros corazones más que por la mediación de los ángeles, como lo dice este versículo qoránico: "No le es dado al hombre que Dios le hable, sino por una comunicación desde detrás de un velo, o bien envía a un ángel" (42/50-51) >>.
¿Quién sino Jesús, el Unigénito, rasgó el velo del Templo tras su muerte, es decir, desveló las Escrituras a todo el que, después de él, y jamás sin él, quisiera penetrarlas? ¿Quién sino Jesús es el ángel (mensajero) de la Buena Nueva y de las bienaventuranzas? El Evangelio no nos habla, como el Corán, de terceras personas que inspiren al portador de la Palabra: sólo está Cristo. El misterio de la Trinidad, pues, se muestra como una verdad revelada, no como un sofisma. Es algo con lo que debéis transigir si queréis mantener íntegra la parte sana de vuestro texto sagrado, ya que de lo contrario os veréis obligados a desfigurarlo por completo, como hacéis con la Biblia.
Pero hasta el Islam retiene en su imamología una imagen, aunque distorsionada, de la encarnación. Dice el "Imam eterno":
<< Los profetas pasan y cambian. Nosotros somos Hombres eternos… He conocido a Dios antes de que fuesen creados los cielos y la tierra… La luz que emana de la lámpara no es la propia lámpara; pero si no estuviera esa luz, ¿cómo se sabría qué es la lámpara? ¿cómo se sabría que hay una lámpara o dónde se encuentra ésta? … Los Hombres de Dios no son el propio Dios; ein embargo, no son separables de Dios >>.
No sólo de la encarnación. También, como veremos, de la eucaristía:
<< El Imam ha dicho: estoy con mis amigos en todas partes donde me buscan, en la montaña, en el llano y en el desierto. Aquel a quien he revelado mi Esencia, es decir, el conocimiento místico de mí mismo, no tiene necesidad de una proximidad física. Y ésa es la Gran Resurrección >>.
Después del examen de las huellas de la Verdad en el Islam, se me disculpará la larga cita de San Buenaventura sobre este tan controvertido tema, el de la racionalidad y conveniencia del dogma trinitario (Cuestiones disputadas sobre el misterio de la Santísima Trinidad):
<< A lo que se objeta que ninguno está obligado a lo que no puede, hase de decir que, aunque el hombre no lo pueda por sí solo [creer en la Trinidad], lo puede, no obstante, ayudado del divino auxilio, que siempre está a su alcance cuando hace lo que puede. Y puesto que en su mano tiene el poner las condiciones previas a la fe, se le considera capaz de poder, y a ello se le debe obligar, principalmente cuando no falta la inspiración, tanto interior como exterior; lo que acontece en el tiempo de la gracia revelada.
(…)
Y si objetas que no debería ser obligatorio [creer en la Trinidad], porque la ley de gracia debe ser de fácil cumplimiento, hase de decir que como el amor al enemigo no es fácil a todos, sino a los que tienen la caridad, así creer en Dios trino, aunque parezca difícil al infiel, es, no obstante, fácil al que goza de la fe.
(…)
A lo que se objeta que, si estuviéramos obligados a creer este misterio, sería por ser verdadero o por ser una verdad preceptuada, hase de decir que estamos obligados porque su verdad cae bajo precepto. Y si preguntas: bajo qué precepto, respondo que bajo el primero, en el cual se dice: "Escucha, ¡oh Israel!: el Señor Dios nuestro es el solo y único Señor. Al Señor Dios tuyo temerás y a él solo servirás". Por este precepto estamos obligados expresamente a creer que Dios es uno, y, además, implícitamente se nos manda creer que Dios es trino. Esto se demuestra así: por este precepto quedamos obligados a dar a Dios culto de latría, que allí se denomina servidumbre. Mas la expresión dar culto, aplicada a las cosas espirituales, está tomada de las materiales; en lo material, cultivar los campos es sacar a luz los gérmenes que nacen de la tierra. De la misma manera, dar culto a Dios es confesar con el corazón, con la boca y las obras que Él es el principio, de tal manera que no es perfecto culto si no confesamos que Él es el principio, por quien todo principia, no tan sólo como causa eficiente en la creación, sino también como causa reficiente en la redención y perficiente en la glorificación; tampoco se le da perfecto culto si se cree que es principio en el tiempo, a no ser que se crea a la vez que es principio por quien todo principia desde la eternidad; tampoco se le da perfecto culto si no se cree que Él es el principio que desde toda la eternidad da origen a otro principio; todo esto creemos cuando creemos que el Padre engendra al Hijo eternamente, que espira con el mismo Espíritu Santo, para que eternamente haya en Dios un principio que procede de otro principio, y un principio que no tiene principio.
(…)
De lo dicho se deduce claramente por qué agradaron a Dios los sacrificios en tiempo de la ley escrita, ordenados al culto divino; a saber: porque eran figuras que anunciaban y prefiguraban la reparación humana realizada por la oblación del cordero inmaculado y el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Es evidente asimismo la razón por la que en el estado de la ley de gracia no se ofrece sacrificio figurativo, sino al mismo Jesucristo en su carne y sangre; a saber: porque es el tiempo de dar a Dios culto verdadero y perfecto; conviene, por tanto, que se ofrezca un verdadero y perfectísimo sacrificio, que sea verdaderamente el único y solo sacrificio, Jesucristo. Es asimismo evidente por qué se condenan los infieles. Porque si el que ofende gravemente a un rey de la tierra, arrebatándole una porción pequeña de su reino, se hace merecedor de ser expulsado del mismo, con mayor razón el que niega que Dios es principio de quien todas las cosas proceden en el tiempo, o que es principio "ad intra" desde toda la eternidad, gravemente deshonra a la majestad divina, y se hace merecedor no sólo de ser arrojado del reino de Dios, sino también de ser precipitado en el suplicio del infierno en compañía del demonio y de sus ángeles. Es asimismo evidente por qué damos culto a Dios por medio de la fe. Porque pensando de Dios como la fe cristiana piensa, pensamos que Él es principio altísimo y piísimo, y, por tanto, que ha de ser temido y a la vez amado; temor y amor que apartan al hombre del mal y lo enardecen en el bien; ésta es la perfecta justicia, que hace a quien la posee digno de la bienaventuranza eterna >>.
Y Ramón Llull, en sentido análogo (Vida Coetánea):
<< Todo ente perfectamente bueno es tan perfecto en sí mismo, que no necesita hacer ni mendigar el bien fuera de sí. Tú dices que Dios es perfectamente bueno desde siempre y para siempre. Luego no necesita mendigar ni hacer el bien fuera de sí, porque si fuera así no sería perfectamente bueno sin más. Y porque tú [musulmán] niegas la Santísima Trinidad, suponiendo que no existiera, Dios no sería perfectamente bueno desde siempre hasta que produjo el mundo en el tiempo.
Y tú crees en la creación del mundo. Y por esto, Dios fue más perfecto cuando creó el mundo en el tiempo, que antes; ya que la bondad es mejor cuando se difunde que cuando existe ociosa. Esto lo digo en cuanto a ti. Pero en cuanto a mí, digo que la bondad desde siempre es difusiva. Y esto pertenece a la razón de bien que es difusivo de sí, y así Dios Padre bueno, de su bondad engendra al Hijo bueno y de ambos es inspirado el Espíritu Santo bueno >>.
Al hecho de que el sacrificio de Cristo no haya traído la felicidad eterna al mundo se contesta como sigue: por él podemos ingresar, mediante nuestra fe y nuestras obras en esta vida, en el reino de los cielos después de la misma.
III. Justificación soteriológica de la Trinidad.
Para entender el pecado original, distingamos antes entre vicio y pecado:
Defino el vicio como una inclinación natural a obrar irracionalmente.
a) Una inclinación, puesto que se da reiteradamente.
b) Natural, ya que excluye la preformación del deseo en la conciencia. Podríamos hablar, en cambio, de posformación o racionalización.
c) Manifestada mediante signos exteriores y visibles, dado que nos empuja a obrar.
d) Irracional, desde el instante en que no queremos los fines de ese acto, por lo que asentimos a él padeciéndolo.
Según este punto de vista, el sexo es siempre un vicio, a no ser que o bien nazca del amor consciente hacia el otro, o bien se oriente a la procreación, o se den ambos casos.
El vicio, pues, se caracteriza por no tener fin, por tomarse como fin en sí mismo. Expresémoslo en un silogismo:
La mera búsqueda del placer es común a animales y hombres. Los animales son irracionales. Luego, la mera búsqueda del placer no puede ser racional.
Consecuencias del sexo vicioso (que, recordémoslo, es un fin en sí para los que lo practican): concepciones no deseadas, embarazos no deseados, hijos no deseados, matrimonios no deseados…
Así que el peor vicio es el que más se ajusta a la definición que he formulado más arriba, a saber: el que es movido por una pasión más poderosa y el que produce consecuencias menos racionales, esto es, accesorias al vicio y no queridas por sí mismas, buscadas en tanto que complemento o medio para la perduración del vicio como fin en sí.
Ahora bien, una inclinación natural no es mala per se, sino en la medida en que subordina la racionalidad y extravía sus fines. Por ejemplo, la inclinación de comer o la de hacer el amor no deben considerarse necesariamente malas: son malas cuando rompen el cerco de la conciencia y se apoderan de ella.
Yendo un poco más allá: el vicio nos acerca al pecado, y el pecado nos aleja de Dios. O lo que es lo mismo: puede haber vicio sin pecado y pecado sin vicio. Sin embargo, todo pecado es irracional, porque conlleva la condenación eterna, que es un fin no deseado. Ahí entramos en la esfera de la creencia. También podríamos decir que, a pesar de nuestro albedrío, estamos naturalmente inclinados a pecar a causa de nuestro desconocimiento de Dios, pues en eso consiste la primera falta.
Luego, bien mirado, pecado y vicio no serían tan distintos: el primero parte del desconocimiento teórico, el segundo de la indolencia práctica.
En resumen, se peca por desconocer a Dios, pero el desconocerlo (o, mejor dicho, el olvidarlo, ya que su absoluta ignorancia resulta imposible) no es en sí un pecado. Más bien es el origen necesario de todo pecado, su compendio o germen, y por consiguiente, el pecado original.
El estado anterior al pecado original, pues, tiene una doble simbología: la del hombre sumamente imperfecto, incapaz de resistir a sus pulsiones bestiales (la serpiente-diablo); y, a su vez, la del hombre sumamente perfecto, próximo a Dios y aspirante a la inmortalidad, de la que toma consciencia en el mismo instante en que asume su mortalidad (los animales carecen de ambos tipos de conocimiento).
Al respecto del peliagudo asunto escribe San Agustín de Hipona (Revisiones):
<< La realización plena del bien consiste en que ni siquiera exista en el hombre la concupiscencia del pecado. Cuando vive santamente, la voluntad no da su asentimiento a esta concupiscencia, no obstante, el bien no se da en plenitud, porque (el hombre) aún vive dentro de la concupiscencia, aunque su voluntad le oponga resistencia. El bautismo aniquila lo que de culpa tiene tal concupiscencia, pero permanece la debilidad, contra la que lucha con el máximo esfuerzo todo bautizado que progresa en el bien, hasta que sea curado. "El pecado" que "no reside en lugar alguno, sino en la voluntad" ha de entenderse ante todo del que es resultado de una justa condena tal pecado, en efecto, "entró en el mundo por un solo hombre"-, aunque incluso el pecado por el que se consiente a la concupiscencia del pecado no se comete sino por la voluntad. Por eso dije también en otro lugar: "Pues no se peca sino voluntariamente".
(…)
Así, la voluntad fue, conforme a nuestra definición, "un movimiento del alma, exento de toda coacción, dirigido a no perder o a conseguir algo". A nadie se le ha considerado coaccionado a hacer algo que no hubiese hecho si no hubiese querido. Lo hizo, pues, porque quiso, aunque, no obstante haber obrado voluntariamente, no pecó al no saber que era pecado lo que hacía. Por tanto, ni siquiera tal pecado pudo existir sin voluntad, aunque se trata de la voluntad referida al hecho, no al pecado; hecho que, sin embargo, era pecado, en cuanto que se hizo algo que no debía haberse hecho. En cambio, quien peca a sabiendas, si puede ofrecer resistencia, sin pecar, a quien le fuerza al pecado y no la ofrece, peca en verdad voluntariamente, porque quien puede resistir no se ve forzado a ceder. Por el contrario, cuando alguien no puede resistir voluntariamente a la apetencia que le coacciona y, en consecuencia, obra contra los preceptos de la justicia, nos hallamos ya ante un pecado que es, además, castigo del pecado. En conclusión, es totalmente verdadero que no puede haber pecado sin voluntad.
De igual manera definí el pecado con estas palabras: "Pecado es la voluntad de retener o conseguir algo que la justicia prohíbe y de lo que hay libertad para abstenerse". La definición es verdadera porque se refiere únicamente a lo que es pecado, excluyendo el castigo del pecado. En efecto, cuando el pecado se entiende en sentido doble, en cuanto pecado propiamente y en cuanto pena del pecado, ¿cuál es el poder de la voluntad sometida a la apetencia que la domina, si no suplica ayuda, en el caso de que sea piadosa? Es libre en la medida en que está liberada, y en esa misma medida se le llama voluntad. En caso contrario, se le ha de llamar con mayor propiedad a toda ella apetencia antes que voluntad. Apetencia que no es, como piensan los insensatos maniqueos, una adición proveniente de una naturaleza extraña, sino un vicio de la nuestra, que sólo lo sana la gracia del Salvador. Si alguien dice que la misma apetencia no es otra cosa que la voluntad, aunque viciosa y al servicio del pecado, no hay que replicarle ni hemos de hacer un problema de palabras, cuando la realidad está clara. Queda mostrado también, pues, que no hay pecado sin voluntad, ya en el momento de la obra, ya en su origen.
Escribí también: "Ya podía haber investigado si el género de almas malas había tenido alguna voluntad mala antes de su mezcla con el género de las almas buenas. Si no la tenía se hallaba sin pecado y era inocente y, en consecuencia, no era mala". Preguntan (los pelagianos): "¿Por qué, pues, afirmáis el pecado en los niños, cuya voluntad no consideráis culpable?" Les respondemos que ellos no son culpables por efecto de su voluntad, sino en virtud de su origen. Considerado en su origen, ¿qué es todo hombre terreno sino Adán? Y Adán poseía ciertamente voluntad, y al haber pecado mediante esa voluntad, "el pecado entró en el mundo".
Dije igualmente: "Las almas en ningún modo pueden ser malas por naturaleza". Si alguien me pregunta cómo entiendo las palabras del Apóstol: "También nosotros fuimos por naturaleza hijos de la ira como los demás", le respondo que al hablar de naturaleza quise que se entendiera aquella a la que se le da el nombre con propiedad, es decir, aquella en que fuimos creados sin vicio alguno. A ésta la llamamos naturaleza en atención a su origen, origen que ciertamente tiene un vicio que es contra la naturaleza.
Dije también: "Considerar a alguien como culpable de pecado porque no hizo lo que no pudo hacer es la cima de la maldad y de la locura". Preguntan (los pelagianos): "¿Por qué entonces se considera culpables a los niños?" Les respondo: En virtud de su origen están atados por la culpabilidad de quien no hizo lo que pudo hacer, es decir, cumplir el mandato de Dios >>.
Y, desde un enfoque distinto, aunque complementario, apunta el contemporáneo Pío Moa:
<< Un profesor de filosofía, muy anticlerical, que hace años solía ir por el Ateneo, probaba el absurdo del cristianismo recurriendo a la idea del pecado original: "¿Cómo puede tener pecado un recién nacido que todavía no ha hecho nada, bueno ni malo? ¿Puede imaginarse algo más fuera de razón? Es el típico embaucamiento para justificar el oficio y sobre todo el beneficio de los curas".
Sin embargo se trata probablemente de la intuición más profunda de la condición humana: ésta, separándose de la condición animal, entraña la tendencia al mal (y al bien), y en esa tendencia inevitable se encuentra la raíz del pecado. La religión sitúa el bien y el mal en la persona misma, en el individuo, al margen de las circunstancias exteriores. Asimismo, acepta, como queda claro en el libro de Job, el carácter misterioso de esa condición y de la relación entre el bien y el mal, y entre la recompensa y el castigo que en la tierra puedan tener uno y otro, pues, en definitiva el ser humano sería, como el resto de la creación, obra de Dios, cuyos designios sólo en pequeña medida resultarían penetrables a la razón humana.
La inclinación al mal lleva consigo la culpa, sentimiento insoportable que tratamos de proyectar fuera de nosotros por medio de incesantes racionalizaciones. Como explica Paul Diel, buena parte de la actividad psíquica consiste en una rumia de agravios, justificaciones sobrecargadas de emotividad y ofrecidas a uno mismo, etc., cuyo objetivo es en buena medida proyectar la culpa sobre el prójimo, o sobre las circunstancias: rechazarla de una u otra manera. Esto se percibe fácilmente en las conversaciones, cuyo tema frecuente es el ataque emocional, injurioso o burlón, al prójimo, se trate de conocidos o incluso de amigos, o de entes más lejanos, como personajes públicos, o abstractos como diversas instituciones o "la sociedad". De ahí lo fácil que suele ser la solidaridad en el ataque a un tercero, y lo peligroso de aludir a actos o actitudes que pongan en evidencia al interlocutor: "Di las verdades y perderás las amistades", asegura el refrán. Esta proyección de la culpa tiene un carácter casi incontrolable, apenas consciente y apenas racional.
Puede decirse que una diferencia básica entre la religión y la ideología consiste en la actitud ante el mal. La religión sostiene que el mal, y por consiguiente la culpa, es intrínseco al individuo, y que atenuarlo o, en casos ya muy difíciles, superarlo por completo, exige un combate interno y permanente. La ideología niega tal cosa, y considera el mal un hecho accidental, nacido de la ignorancia, la miseria u otras limitaciones. Superando esas limitaciones mediante mecanismos sociales (desde la revolución comunista a la "ingeniería social", pasando por el adoctrinamiento desde la infancia), el mal desaparecerá. La lucha interna del individuo queda descartada así como un absurdo, generador de obsesiones e histerias (y como a veces así ocurre, buena parte de la crítica de las ideologías a la religión se basa en la absolutización de esos casos). El hombre es naturalmente bueno, y en ese sentido la ideología ofrece una liberación radical de la culpa. De ahí su atractivo sobre mucha gente.
Pero en la práctica, la ideología choca con una multitud de hechos y tendencias que impiden a la esencial bondad humana manifestarse con plenitud. En consecuencia racionaliza que, por un mecanismo más o menos claro, aquella bondad no impide el surgimiento de fuerzas sociales opuestas al bien. Ese mal, por fortuna, no es esencial, sino externo, histórico y superable, puede y debe ser combatido. La tarea de los justos aunque no se llamen así consiste precisamente en aniquilar esas exteriores fuerzas del mal, y de ahí la engañosa similitud de las conductas ideológicas con las religiosas, especialmente las de tinte mesiánico. Pero, al revés que la religión, la ideología puede definirse como una formidable máquina de proyección y socialización de la culpa, de efectos bien palpables en las matanzas del siglo XX: en los enemigos de la causa se concentra toda la culpa, y por tanto no debe tenerse consideración alguna con ellos >>.
En resumidas cuentas, el pecado original es la desobediencia a Dios. La pena por ese pecado es la muerte, y no el mundo. Además, se admite que nadie es bueno, sino Dios (cf. Mc. 10, 17)). Y, por el mismo motivo, que todos nacemos ateos y sólo dejamos de serlo gracias a la revelación sobrenatural.
Si Cristo es Dios, la comisión de pecados por parte del hombre pasa a ser plena responsabilidad suya, ya que ha tenido un Maestro perfecto en la doctrina de la salvación. De lo que se sigue que, si el hombre no se salva, es, ahora sí, por su culpa exclusiva, por el mal uso que ha hecho de su libre albedrío, una vez que se le ha ofrecido la posibilidad en la historia de redimirse del pecado original.
IV. Justificación escriturística de la Trinidad.
Tu argumentación principal en este punto, Abdallah, ha rotado sobre dos ejes:
1) Que el Corán niega taxativamente la Trinidad en varios pasajes, cosa que a mí, como cristiano, no me vincula en lo más mínimo.
y:
2) Que la Biblia no afirma la Trinidad, lo que se ha probado falso mediante el examen del Nuevo Testamento, que completaremos ahora, y se tendrá ya por falsísimo tras proceder al escrudriñamiento de las Escrituras en su conjunto. Porque, si estas mienten, o bien los discípulos de Cristo fueron mentirosos en su totalidad (lo cual es inverosímil, dada la coherencia de su predicación, reflejada en cientos de papiros, a pesar de que la misma se difundió por todo el orbe) o que las siguientes generaciones de cristianos fueron prevaricadoras con la tradición recibida. Ahora bien, de ser esto cierto, ¿por qué San Juan redactó su evangelio contra los ebionitas, que negaban la divinidad de Cristo? ¿No se opuso con este modo de actuar a lo que veía como una falsificación evidente de la misión de Jesús?
Pero todavía objetas contra la Palabra de Dios su palabra misma, al tomar las enseñanzas en el sentido que te interesa. Que éste no es el único posible, ni el más apropiado desde una visión global, ni el seguido por los autores católicos, se verá acto seguido. La parábola de la viña y los obradores, como la de la higuera seca, dispensacionalista, dirigida sólo al pueblo judío renegado (cf. Mt. 21, 45), nos viene ilustrada por San Ambrosio de Milán (Comentario al Evangelio de Lucas):
<< "Un hombre plantó una viña". Muchas son, según los autores, las interpretaciones que se pueden dar a esta palabra de la viña, pero Isaías ha explicado con toda claridad que la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel (Is. 5, 7). Y ¿quién sino Dios es el que ha creado esta viña?
(…)
Y continúa diciendo que el Señor de la viña va a venir porque la majestad del Padre reside también y en el mismo grado en el Hijo, o porque en los últimos tiempos su presencia se hará sentir más en los corazones de los hombres. Así, ellos mismos pronunciarán su propia sentencia condenatoria, es decir, perecerán los malos y la viña pasará a manos de otros colonos >>.
Sobre la prefiguración del Hijo recogemos los testimonios de Tertuliano (Contra Práxeas [traducido del catalán]):
<< Pero en las anteriores obras de la creación del mundo, ¿qué hallamos escrito? En primer lugar, cuando aún no existía el Hijo: "Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz" (Gn. 1, 3), y al momento fue hecha la Palabra, "luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Jn. 1, 9) y mediante ella también apareció la luz en todo el mundo. Después, con la asistencia y la ayuda de la palabra, que es Cristo, Dios quiso crear y creó: "Dijo Dios: Haya un firmamento…. E hizo Dios el firmamento" (Gn. 1, 6-7). (…) Y el mismo que hizo las realidades primeras, o sea, la Palabra de Dios, hizo todas las demás: "Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe" (Jn. 1, 3). Y si la Palabra es Dios, tal y como dice Juan: "la Palabra era Dios" (Jn. 1, 1), tienes que son dos, uno que dice que exista la luz, otro que la trae a la existencia. Cómo debes entender a este segundo, ya te lo he dicho, con el nombre de persona, no de substancia, para marcar la distinción, no la división. Por otro lado, siempre y en todo lugar confieso una sola substancia en tres bien unidos; sin embargo, para aclarar el sentido de esto, he de decir que son dos: uno que manda y otro que realiza. Porque no mandaría, si obrase él mismo; en cambio, manda si hay alguien a quien encarga la realización; ni sería preciso que se lo mandase a sí mismo, si fuera uno solo, porque lo haría ya sin mandamiento alguno, y no esperaría que nadie se lo mandara >>.
Así como de San Hilario de Poitiers (Tratado de los misterios):
<< Por otra parte, la embriaguez de Noé causada por el fruto de la viña que él mismo plantó, es figura de la pasión. El Señor trasladó una viña de Egipto y la plantó (Cf. Sal. 79, 9). Y en otra ocasión: "La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel" (Is. 5, 7). En efecto, su pasión fue causada por las obras del pueblo que Él trasladó y plantó. Si, tal vez, alguno piensa que la embriaguez de Noé no tiene relación con la prefiguración de la muerte del Señor, se convencerá por los acontecimientos que siguieron, porque, en los Evangelios, el cáliz bebido por el Señor manifiesta la muerte que había de padecer. Como eran tres hijos, la desnudez del padre sirve de burla a uno, mientras que los otros dos la esconden, pero, aunque los dos, de acuerdo, lo han cubierto, tras la maldición del tercero, la bendición es distinta para cada uno de los otros dos a pesar de que habían realizado una misma obra. Bajo la imagen de estos tres hijos se manifiesta la humanidad entera, es decir, los que viven bajo la Ley, los que viven bajo la gracia y los gentiles. De éstos, los gentiles se burlan de la muerte del Señor y del cuerpo desnudo de Dios, pero en los que ocultan la desnudez se contiene la prefiguración de la Ley y la gracia >>.
Entre muchos otros.
Y, para concluir, los que aporta Joaquín de Fiore (A los hebreos [traducido del italiano]):
<< "Yo seguía contemplando en las visiones de la noche:
Y he aquí que en las nubes del cielo venía
Como un Hijo de hombre.
Se dirigió hacia el Anciano
Y fue llevado a su presencia.
A él se le dio imperio,
Honor y reino,
Y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron.
Su imperio es un imperio eterno,
Que nunca pasará,
Y su reino no será destruido jamás" (Dn. 7, 13-14).
(…)
¿Quién es éste tan grande y sublime, que llegó hasta el "Anciano", si no es Cristo que viene para cumplir el juicio en la gloria del Padre? Todos deberán render honores al Hijo como al Padre, en cuanto a él le es dado llegar hasta el Anciano, en presencia de aquellos que le despreciaron hasta que fue elevado a la grandeza de la gloria del Padre >>.
De los cuales omito las múltiples referencias a Isaías, por todos conocidas.
Sobre la "cruci-ficción" islámica:
Has insinuado sin pudor alguno que Cristo es un asesino por omisión y un vil cobarde, siendo Pedro su cómplice. Pero, para ello, este último también debería ser un mentiroso, ya que su exposición de la fe concuerda con el resto de apóstoles, Pablo entre ellos, que creían y predicaban la muerte y resurrección de Jesús.
Ahora bien, Pedro se arrepintió de negar a su maestro. Dices que una debilidad así es "inconcebible" en Pedro, a pesar de que Cristo la predijo. ¿Por qué consideras, entonces, concebible la vergonzosa debilidad del Jesús coránico al renunciar a la cruz que él mismo había anunciado?
Y, como postrer apunte, Jesús sí responde al Sanedrín y a Pilatos, aunque no en su defensa, sino confirmando su asunción del papel de Mesías por el que se le juzgaba. Su mansedumbre y sumisión no son ominosas, puesto que están profetizadas en Isaías y en Juan el Bautista bajo la figura del Cordero de Dios.
Sobre el Espíritu Santo nos hablan Dídimo el Ciego (Tratado sobre el Espíritu Santo):
<< El Salvador afirma que el Espíritu Santo es enviado por el Padre en su nombre. Ahora bien, propiamente el nombre del Salvador es Hijo, porque con este término se indica la comunidad de naturaleza y, por decirlo así, la propiedad de las personas. Y por el hecho de que el Espíritu Santo es enviado por el Padre en el nombre del Hijo, hay que reconocerlo no como siervo, ni como un ser extraño, ni separado del Hijo.
Y como el Hijo viene en nombre del Padre cuando dice: "Yo he venido en el nombre de mi Padre" (Jn. 5, 43), -en efecto, es exclusivo del Hijo el venir en nombre del Padre manteniendo a salvo la propiedad del Hijo respecto al Padre y la del Padre respecto al Hijo-, así, por el contrario, ningún otro viene en el nombre del Padre, sino que viene, por ejemplo, en el nombre del Señor o de Dios o del Omnipotente. Es cosa que podrás observar claramente leyendo con serenidad a los profetas.
En efecto, Moisés, el gran siervo y amigo de Dios, vino en el nombre de "Aquel que es" y en el nombre del "Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob", cuando Dios se dirige a él: "Así dirás a los hijos de Israel: 'El que es' me ha enviado a vosotros", y enseña enseguida después: "Les dirás: El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob me ha enviado a vosotros" (Ex 3, 14-15).
La misión de siervos ciertamente justos, cuales eran los profetas, de los cuales dijo: "Ordenaré a mis siervos, los profetas, por medio de mi Espíritu" (Za 1, 6), tuvo lugar en nombre de Dios. Y puesto que se mostraron dignos de Dios, son reconocidos como venidos en el nombre de Dios. Y progresando en la perfección y permaneciendo bajo el mando del único Dios, vinieron por orden del Dios omnipotente.
Y pues los hijos de Israel mientras estaban en Egipto aprendiendo a adorar "a aquellos que no son", considerándolos como dioses y tributándoles honores divinos como a creadores del mundo, fue necesario que Moisés fuera enviado a ellos por el que es indicado con el nombre de 'El que es', para que liberándolos de los falsos dioses, los guiase al verdadero Dios y al Señor de los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob.
Por tanto, como los siervos que vienen en el nombre del Señor, por el hecho mismo de que le están sujetos y le sirven, revelan al Señor reflejando sus cualidades: pues son siervos del Señor; así también el Hijo, que viene en el nombre del Padre, trae consigo la propiedad y el nombre del Padre y, por esto, se le llama unigénito Hijo de Dios.
Y como el Espíritu Santo es enviado por el Padre, en el nombre del Hijo, teniendo la propiedad del Hijo, en cuanto que éste es Dios, pero no la filiación, como para ser hijo suyo, esto indica que está ligado al Hijo en la unidad. Por esto es llamado Espíritu del Hijo, porque hace hijos de adopción a los que lo quieran acoger. Dice: "Y puesto que sois hijos de Dios ha enviado el Padre a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que grita: ¡Abba, Padre!" (Ga 4, 6) >>.
Y, por otro lado, San Ambrosio de Milán (El Espíritu Santo):
<< Por tanto, la unidad es inseparable, porque donde, según el testimonio de la Escritura, se indica el Padre, Cristo, o el Espíritu, allí está toda la plenitud de la Trinidad. Pero también el mismo Pedro, en el ejemplo que propusimos, primeramente dijo "Espíritu Santo" y luego dijo "Espíritu del Señor". He aquí el texto: "Ananías, ¿por qué Satanás ha llenado tu corazón para mentir al Espíritu Santo, engañando acerca del precio del campo? ¿Acaso cuando lo tenías no permanecía tuyo y vendido no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste en tu corazón este delito? No has mentido a los hombres, sino a Dios" (Hch. 5, 3-4). Y más abajo dice a su mujer: "¿Por qué os habéis puesto de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor?" (Hch. 5, 9).
En primer lugar, entendemos que llamó "Espíritu del Señor" al Espíritu Santo. Después, habiendo dicho antes "Espíritu Santo" y añadido: "No has mentido a los hombres, sino a Dios", es necesario que en la expresión "Espíritu Santo" entiendas o bien la unidad de la divinidad, porque cuando es tentado el Espíritu, se engaña a Dios, o bien, si pretendes excluir la unidad de la divinidad, sin duda que tú mismo, según las palabras de la Escritura, confiesas que el Espíritu es Dios >>.
Y agrego que si el Espíritu Santo no fuera Dios, la misión salvífica de Cristo se vería constreñida en el tiempo y en el espacio, pasando a depender de las obras terrenas y no de Dios. En pocas palabras, simplificando el misterio al máximo: Dios Padre está fuera del tiempo, Dios Espíritu está en el tiempo, Dios Hijo está en el espacio y en el tiempo (en la encarnación y en la eucaristía).
¿Qué duda cabe ya de que la Trinidad tiene un sólido fundamento escriturístico? El Dios cristiano no es antropomorfo, sino que es Jesús, el Cristo, quien es deiforme por su virtud. Por eso puede afirmar: "En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán fuese, yo soy" (Jn. 8, 58). En él "todo se ha cumplido ya", como indica Jaime Pérez de Valencia (Tratado contra los judíos):
<< Por tanto, hay que advertir, de acuerdo con todos los Profetas, que Cristo, el Mesías prometido en la Ley, había de realizar principalmente siete funciones buenas, entre otras muchas. Primero, había de venir al Segundo Templo. Segundo, había de entregar una Ley Nueva, perfecta, universal y común a todos los pueblos y naciones. Tercero, había de morir por todos y con su muerte liberar a todos del pecado. Cuarto, había de resucitar, y tras su resurrección, había de reinar universalmente en el cielo, en la tierra y en el infierno. Quinto, había de enviar por todo el orbe a sus discípulos, convertidos del judaísmo, quienes debían someter todo el pueblo gentil a Cristo, destruir los ídolos y expulsar al diablo de este mundo. Sexto, debía dispersar al incrédulo y obstinado pueblo judío y destinarlo y someterlo a una cautividad perpetua. Séptimo, había de glorificar y hacer dichosos en cuerpo y alma a sus fieles, al final del mundo, cuando tenga lugar su segunda venida y el juicio final >>.
Con esto ha quedado probada la Trinidad históricamente, racionalmente, soteriológicamente y escriturísticamente.
Saludos.
Autor:
Daniel Vicente / Abdallah Yusuf
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