Se diferencian en dos fases: El periodo indiferente y el periodo de diferenciación.
En el periodo indiferente, existe, en la cresta gonadal dos pares de conductos, los conductos de Wolff mesonéfricos y por fuera de ellos los conductos de Müller.
El desarrollo de los conductos genitales masculinos internos obedece a dos fenómenos.
1. La producción por parte de las células de Sertoli, a las 6 o 7 semanas de gestación de la AHM (Hormona Anti Mülleriana), glucoproteína constituida por dos subunidades de 70 000 Daltons; que por un mecanismo paracrino da lugar a una regresión ipsilateral de los conductos de Müller, quedando como único residuo la denominada Hidátide.
2. Secreción de testosterona, a partir de la octava semana, por las células de Leydig, que propicia por vía paracrina la diferenciación ipsilateral del conducto de Wolff en epidídimo, conducto deferente, vesículas seminales y conducto eyaculador.
De las estructuras tubulares mesonéfricas gonadales surgirán los dúctulos eferentes que van a conectar los túbulos seminíferos y la rete testis con el epidídimo.
1. FORMACIÓN DEL EPIDÍDIMO Y CONDUCTO DEFERENTE
Los conductillos seminíferos se unen a los vasos rectos, que se abren en la red de Haller. Estas formaciones se diferencian a expensas de los cordones sexuales primarios medulares del mesodermo celómico.
La red de Haller establece conexión con los restos de los conductillos mesonéfricos del extremo craneal del tubo de Wolff, que pasan a constituir los llamados vasos eferentes que se abren en la primera porción del tubo de Wolff. O conducto epididimario que constituye el epidídimo.
Es testo del tubo de Wolff, hasta la desembocadura en la cloaca constituye el conducto deferente.
2. DESARROLLO DE LAS VESÍCULAS SEMINALES Y CONDUCTOS EYACULADORES.
Antes de la desembocadura en la cloaca el conducto deferente experimenta una evaginación en forma de dedo de guante, es un divertículo que crece y se pliega sobre si mismo para constituir la vesícula seminal. El tramo final del conducto de Wolff se abre en el a uretra.
Son los conductos eyaculadores. La desembocadura de los conductos eyaculadores y del utrículo prostático determina en la cara posterior de la uretra un abultamiento que es el verum montanum.
V. DESARROLLO DE LOS CONDUCTOS GENITALES FEMENINOS
En ausencia de la AMH testicular fetal se produce el correspondiente desarrollo y fusión de los conductos de Müller, teniendo lugar la formación del útero y trompas de Falopio.
Así mismo, la ausencia de testosterona condiciona una degeneración de los conductos Wolffianos, quedando como resto de estos los conductos de Gartner, al tiempo que de los túbulos mesonéfricos persisten el epooforo y el paraoforo.
El primordio de los conductos genitales femeninos lo forman los conductos Müllerianos o paramesonéfricos que se originan a las seis semanas como cordones sólidos de células epiteliales celómicas, laterales a los conductos mesonéfricos, a los que cruzan ventralmente hasta alcanzar el seno urogenital.
El conducto paramesonéfrico se convierte en el conducto genital principal de las mujeres. En un principio se identifican 3 porciones:
1) Una porción craneal vertical que se desemboca en la cavidad celómica
2) Una porción horizontal que cruza el conducto mesonéfrico
3) Una porción caudal vertical que se fusiona con la del lado opuesto.
Las dos primeras porciones se convierten en las trompas de Falopio y las partes caudales fusionadas forman el conducto uterino. La segunda parte del conducto mesonéfrico de Müller sigue a los pliegues urogenitales.
Los conductos se fusionan en la línea media y dará origen al ligamento ancho del útero. En su borde superior esta la trompa de Falopio y en la superficie posterior se encuentra el ovario.
1. DESARROLLO DE LAS TROMPAS DE FALOPIO
Durante la 7ma. Semana el epitelio celómico lateral a la gónada y ventral al conducto mesonéfrico, se invagina longitudinalmente, para formar el conducto de Müller, de arriba hacia abajo, por delante del conducto de Wolff y por fuera de la gónada. Su extremo cefálico permanece abierto y formará el orificio abdominal de la trompa, el resto se cierra y origina el conducto.
Hacia la semana 9 los conductos tienen una porción vertical, una horizontal y otra nuevamente vertical, la porción vertical proximal y la porción horizontal, originan la trompa de Falopio, la porción distal, fusionada en sentido caudo-craneal en cambio forma el conducto útero vaginal.
Las dos primeras porciones del conducto útero-vaginal de Müller, que no se han fusionado, constituyen el oviducto o trompa de Falopio.
Se abre, por su extremo craneal, en el interior de la cavidad celómica. Es el orificio abdominal de la trompa de Falopio.
La última Porción del conducto de Müller se fusiona para constituir el conducto útero-vaginal. Experimenta un descenso, arrastrada por los repliegues perineales de Kölliker.
2. DESARROLLO DEL ÚTERO
En la 8va. Semana los conductos de Müller llegan hasta la pelvis del embrión donde cruzan por delante de los conductos de Wolff, aproximándose y yuxtaponiéndose, uno al otro, sin fusionarse aún. Constituirán el conducto útero-vaginal, que originará al útero y la parte superior de la vagina. Estos conductos, desembocan en el seno urogenital, por un extremo ciego: el tubérculo de Müller.
Durante la 9na. Semana el conducto útero-vaginal fusionado comienza a rodearse de tejido muscular, éste se diferencia a partir del mesénquima circundante.
El tejido muscular crece de abajo hacia arriba y va englobando la porción vertical del conducto útero-vaginal para formar el cuerpo del útero, y luego también el fondo. La porción inferior ciega de los conductos de Müller, se une al seno urogenital por el tubérculo de Müller.
El útero se forma por desarrollo de los 2/3 superiores del conducto útero-vaginal y el extremo final de los tubos de Müller.
El útero induce al mesénquima que lo rodea, el cual se transforma en fibra muscular lisa y es de origen de la musculatura uterina o miometrio.
El mesénquima del conducto de Müller forma la mucosa de la trompa y la del útero, el endometrio. Hacia la semana 11 el útero está completamente desarrollado y la vagina ha crecido cráneo-caudalmente.
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
· Sadler TW. Embriología Médica (Langman). 7ma Edición. Editorial Panamericana 1996.
· Moore Persaud. “Embriología Básica” 5ta. Edición. Mc Graw-Hill. S:A. Interamericana. 2000.
· Genis Gálvez JM.”Biología del desarrollo” Ed. Espax. Barcelona 1970.
· Felipe F. Casanueva, Sonia Gaztambide S. “Endocrinología Clínica”. Ediciones Díaz de Santos. 1995.
Autor:
Juan Olivos Gonzalez
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
ESCUELA DE MEDICINA HUMANA
AREA DE EMBRIOLOGÍA
DOCENTES:
Dr. CRUZALEGUI ENRIQUEZ, Rodil
Dr. FLORIAN ZAVALETA, Luis
Dr. ALVAREZ CARRILLO, Javier
Dr. FONSECA, Guillermo
FECHA: 17 De Julio
TRUJILLO-PERU
2008
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