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Evaluación de la Brioflora en dos zonas de vegetación

Enviado por RICARDO ESCOBEDO


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    Las Islas Galápagos están situadas en el Océano Pacífico, a unos 1000 km de las costas de Ecuador, constan de 13 islas grandes y 108 islas pequeñas (Snell 1995) . A pesar de que las Islas Galápagos se encuentran en la línea ecuatorial, no reina allí un clima tropical y, contrariamente a lo esperado, no existe allí una vegetación exuberante ni las conocidas playas con palmeras de Oceanía. El clima es generalmente seco y mas bien subtropical. Ello se debe a las corrientes marinas frías que circulan alrededor de las islas (Ziegler 1995)

    La flora vascular nativa de las islas comprende 560 especies de los cuales 180 (32% del total) son endémicas (Tye 2000). Lamentablemente un número superior de especies introducidas es encontrado en las Islas (600 especies aproximadamente) Las briofitas comprenden mas de 20000 especies a nivel mundial, siendo el grupo mas diverso de plantas a excepción de las plantas con flores (Mishler 2001). Los musgos (división Bryophyta), Hepáticas (Hepaticophyta) y antoceros Anthocerotophyta) son comúnmente conocidas como briofitas.

    En el Neotrópico podemos encontrar 4000 especies de briófitos, 76 familias, 389 géneros y cerca de 2600 especies corresponden a los musgos; 41 familias, 187 géneros y aproximadamente 1350 especies para hepáticas y, 3 familias, 7 géneros y alrededor de 30 especies para los Antoceros (Gradstein et al. 2002).

    En las islas Galápagos se conoce mas de 200 especies de briofitas (el número total de los musgos y de las hepáticas es mas o menos igual). Mas de 2/3 partes de las especies ocurren en la selva y matorrales perennifolias y húmedas limitadas a las zonas altas de algunas islas (Gradstein & Weber 1982). Las briofitas juegan un papel sumamente importante en las comunidades vegetales ya que pueden aportar nutrientes para el suelo, retienen grandes cantidades de agua (Barahona 1997), preparan el suelo para plantas superiores (Stern & Guerrero 1997) ademas brindan refugio y protección para microorganismos, invertebrados y pequeños vertebrados. Gradstein et al. (1996) propone la importancia de estos como indicadores de tipos de vegetación, como indicadores de intervención antropogénica ya que donde se presente esta, la densidad de epifitas será menor por efectos de desecación y evitar la erosión del suelo al no permitir la caída directa de la lluvia al suelo.

      

    Biólogo

    Ricardo Escobedo Vásquez

    Cuenca, Ecuador