Descargar

Selección de poemas de vida y amor

Enviado por regla caridad gómez

  1. Ella, mi amor,…
  2. Oda a una espera
  3. Abandono
  4. Regreso
  5. La vida
  6. Amor inconcluso
  7. Exorcismo

Ella, mi amor,…

Bella, femenina, inmensa

amor, sexo, alegría que,

no cabe en mi corazón.

Allá en las fiestas de su pueblo,

bailada, coqueta, seductora

agradando a mi ardiente cuerpo.

Oh, mujer hermosa.

Cicatriz en su cuerpo

donde se sació mi apetito

quemaduras en su espalda,

cutis palidecido, seco, cansado

no hay cabellos, no hay cejas,

huellas de la quimioterapia,

cáncer devorador de su cuerpo.

Esa mujer hermosa, mi esposa.

Adorada por mis ojos,

belleza no vista por otros,

en las bodas de plata

reina en mis recuerdos

bañada de champaña,

cubierta de príncipes,

extasiada con la música de época

desnuda ante mí , toda mía.

Ella, mi amor, murió.

Oda a una espera

I

Te espero…

Llovió, llovió, la tierra mojó

junto al llanto por el que

casi estuvo, en muchos portales,

en hoteles, pero en casa,

jamás existió.

La intensa lluvia

causante de desamor, de lodo,

de todo, en contra de cualquier encuentro,

en contra de ti,

mi supuesto amor.

II

Una colada ayer,

otra hoy, tres mañana

y el paquete de café Indiana

casi se vació.

Oh, pobre taza cubita

con letras doradas,

jamás llegó,

Este café amargo,

horas, días, meses,

por ti esperó.

Amargo, sí, sin azúcar,

ni blanca, ni negra, ni mojada

apenas miel, de esos tus labios

secos, de piel sin sabor.

III

Suerte y tiempo, tomó él

Pasión y amor, sugirió ella

¿acaso suerte y amor

no armonizan con tiempo y pasión?

¿Y todo mezclado, acabaría

con esa sensación que se llama

dolor y temor?

Acoge al amor, con suerte y pasión

en este tiempo único

que la vida te dio

IV

El amor con sus alas locas,

voló sobre ti, te cubrió el corazón,

nubló tu vista, borró recuerdos,

encendió una llama donde,

los estragos del maremoto

sólo escombros dejó.

El tiempo, el miedo,

la desesperanza, el retroceso.

El amor con sus alas locas,

luchó contra el tiempo,

trató de vencer al miedo,

de salvar la esperanza.

La muerte amiga del dolor

cobró fuerzas en ti.

El amor con sus alas locas

vencido en tu corazón

partió con sus llamas

hacia el verde prado

a calmar otro dolor

V

En el umbral de la puerta

contrastando con el cielo,

apareciste tú

se enfrió el café,

abrió la flor, regresó el amor.

Dulce sabor de tus labios,

suave pasión en tus manos,

me llevaste allí,

donde se escondió y perdió

La razón

Ya no te espero…

Abandono

Mi Madre se fue,

ayer en la mañana huyó,

bañada en agua de rosas

no resistió y me dejó.

de naranja y blanco partió

quién sabe adonde,

sin rastros, ni huellas, ni recados,

así no más, se marchó.

Un frío cristal su rostro se llevó,

tanto cemento a su alrededor

mi corazón hirió

confundiendo la música con dolor.

En total abandono estoy.

Las tardes son tristes, sin su olor,

largas noches en espera

de escuchar su voz,

no vendrá de allí

donde no hay dirección

sólo reliquias de mármol

y flores sin color.

Mi Madre no se fue,

ella no huyó,

me espera allí, en ese lugar

adonde un día iré yo

Regreso

Camino lento por un

sendero misterioso y largo

con nuevas sensaciones,

curiosa de sentirme

besada por tus labios

tocada, abrazada y tentada

en tus brazos, deshojada en ti.

Mística, sensible, soñadora,

húmeda como las flores silvestres

que adornan el cauce de un río,

temerosa de tu pasión,

infiel en mi silencio.

Me traes de vuelta, en tu paz

en tus besos, en tus cartas.

Renace en mí la mujer

infantil, adolescente, joven, tierna

despojada de su piel, sin máscara,

sólo yo, para mi.

La vida

El agua bajo el puente, el viento en la colina,

esas cosas, pasan una sola vez,

otras quedan para siempre,

el sol quemando la piel,

el fuego encendiendo el alma,

así fue esta vez

al encontrarte solícito, tierno, abatido y soñador.

La vida es sólo eso, una ilusión fugaz,

una quimera absurda de sueños y fantasías,

es el afán, la espera, la ansiedad del placer que nunca llega,

la turbia realidad, la fe perdida, ánfora de sueños malogrados,

y un pálido reflejo en la existencia.

Los cantos de sirena de la juventud,

no son más que un eco en la distancia

la tierra prometida, el falso relieve que agoniza

en un horizonte de espejismos.

Vuelvo sobre mis pasos, te reencuentro,

y al descubrir en ti, lo incalculable,

no sé si alcanzará el tiempo para invertir el prisma,

quitar las máscaras.

El disfraz nos protege de la decidía

nos hace invisible, la verdadera faz,

ocultando aquella que nos identifica con el alma,

si por el reto de las nubes grises, nos conquista,

vamos sin querer, perdiendo con el tiempo

el níveo  encanto de los levantes matinales.

Leo en tus ojos las estrofas de una vida,

no hay verbo para tu imagen

gravitando en mis recuerdos,

aquellos óleos difusos que antes concebí,

más, seguiré asaltado por tus flamantes muestras

envuelto en la neblina de tu inspiración.

Llevo en mis labios el sabor de los tuyos,

como un trofeo que a nadie enseño.

El tropel asaltará el sendero,

en pequeño espacio reservado,

a donde nadie asista

a donde nadie entre,

solo tu, yo y el tiempo.

Amor inconcluso

Del frío piso de los sueños

sus manos cálidas levantaron el cuerpo.

Abatido, por el cansancio de los años

Perdido, en el recuerdo y las sombras

Angustiado, sin vida, ni fuerzas.

Le llenó su alma de frases nuevas;

se amaron escondidos cual dos adolescentes

lejos de la censura social,

en el fuego mismo de las entrañas del amante,

donde arde, nace y vive el amor.

Espantada la soledad,

cosechada la tierra de frutos pequeños,

se alimentaron los cuerpos de puro amor.

Salió el sol,

calentando el piso de los sueños perdidos

ahí estaba su amor,

inmensas rejas a su alrededor,

las penas y culpas, puro dolor.

Las miradas bastan para este amor,

al frío piso de los sueños volvió.

Exorcismo

En un balde de agua helada,

perfumada con aroma añejo

pondré tu tenso cuerpo

cubierto de rosas frescas

cultivadas en el paraíso.

Con sales y aceites de Dioses

reposará nueve días,

suavizaré tu piel.

Desollaré el recuerdo

de tus amores perdidos,

vanos en el tiempo.

Sacudiré tu alma

y cuando tu cuerpo caiga,

desnudo ante mis besos

con el calor de mis manos,

te encenderé; ardiente; sorprendido,

serás mío, una vez más.

Espantado el miedo, regresarás;

traicionera añoranza.

Perdido en la pasión,

desearás cada sesión de exorcismo

que en mi amor encontrarás.

 

 

Autor:

Regla Caridad Gómez