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Investigación sobre tamices de laboratorio (página 2)

Enviado por erichnagy


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Los tambores son muy eficaces para los tamaños gruesos. La inclinación del tambor puede variar desde casi 6 mm (para el tamizado en húmedo) a 250 mm por metro de longitud, según sea la naturaleza del material a tratar.

La capacidad del tromel aumenta con la velocidad de rotación hasta un valor de ésta para el cual resulta cegado el tamiz por acumulación y atasque de material en sus orificios. Si la velocidad de rotación se aumenta hasta la velocidad crítica, el material ya no se desliza sobre la superficie tamizante, sino que es arrastrado por el tambor en su giro, debido a la acción de la fuerza centrífuga.

Generalmente, la mejor velocidad de trabajo es de 0,33 a 0,45 veces la crítica.

La velocidad crítica de rotación de un tambor puede calcularse al igualar la fuerza de la gravedad que hace caer a la partícula, con la fuerza centrífuga que tiende a llevar a la misma adherida a la periferia del cilindro.

En el caso del tambor compuesto, la velocidad de rotación viene determinada, naturalmente, por el diámetro del tamiz más externo.

Las devanaderas, o cedazos giratorios, consisten en tamices de velocidades algo elevadas. Se utilizan tanto en la industria harinera, como en las que manejan otras clases de materiales ligeros, secos y no abrasivos. Las superficies tamizantes están formadas por telas de seda apoyadas sobre mallas de alambre. Su velocidad de rotación es superior a la velocidad crítica de un tromel, y de tal valor, que las partículas del producto tamizado son lanzadas hacia fuera de la tela del cernido por acción de la fuerza centrífuga. El rendimiento de un tamiz puede basarse en los rechazos o en los cernidos.

La capacidad del tamiz son características relacionadas. Si se tolera una eficacia o rendimientos bajos, el tamiz puede operar con gran capacidad. La perfección del dispositivo para evitar el cegado del tamiz es, probablemente, el factor más influyente en la capacidad del mismo.

En el tamizado en seco, cuanto mayor sea la humedad de un material tanto más baja resultará la capacidad del tamiz. Los materiales más finos, pueden tolerar un tanto por ciento más elevado de humedad. Si la alimentación contiene una elevada proporción de partículas de tamaño un poco más pequeños que el de los orificios del tamiz, la capacidad de trabajo de este ultimo disminuye considerablemente. Por ejemplo, si el tamaño de los orificios del tamiz es de 3 mm y existe en la alimentación una elevada proporción de granos de 2,5 mm, la capacidad de trabajo del tamiz, para el mismo rendimiento teórico, resultará mucho menor que si el producto a cernir fuera de diámetro inferior a 0,7 mm.

La relación entre el área total de los orificios y el área total del tamiz es un factor importante para determinar su capacidad de trabajo. Debido a la dependencia directa existente entre la capacidad del tamizado, el área de la superficie tamizante y el área total de los orificios.

Métodos de separación por aire. Separadores de ciclón

Los ciclones se emplean principalmente para la separación de sólidos de fluidos y se utilizan la fuerza centrífuga para efectuar la separación. Una separación de este tipo depende no solamente del tamaño de las partículas, sino también de la densidad de las mismas, de forma que los ciclones pueden utilizarse para efectuar la separación sobre la base del tamaño, de la densidad o de ambas. El ciclón separador, consiste en un cilindro de pequeña altura, cerrado por la parte por la parte superior por un plato o disco y la inferior por un cono. El aire con su carga su carga de sólidos se introduce tangencialmente por la parte superior del cilindro. La fuerza centrífuga actúa sobre las partículas sólidas y las lanzas contra la pared, y caen a la pared cónica. La salida del aire está situada normalmente de una chimenea que desciende por el interior del separador para impedir que la corriente de aire pase directamente desde la entrada a la salida.

Estos separadores se emplean mucho para recoger serrín y polvos gruesos y toda clase de materiales pesados o gruesos de polvo finos.

Con los ciclones también puede efectuarse la separación de sólidos suspendidos en líquidos. El líquido más corrientemente utilizado es el agua. Puesto que la viscosidad de un líquido es mucho más elevada que la de un gas (a 36ºC, la viscosidad del agua es una 36 veces mayor que la del aire), la resistencia del fluido es mayor y la de ciclón puede tener un diámetro más pequeño, con objeto de tener una correspondiente fuerza centrífuga mucho mayor. En consecuencia, la sección cilíndrica tiene un diámetro menor normalmente de 38 cm; los ángulos del cono son de 15 a 20º. Las precisiones de entrada al ciclón varían entre 0,35 a 8,5 Km./cm².

Anexos

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Tamices Din Iso

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Tamiz Vibratorio

Conclusión

La tamización consiste en hacer pasar una mezcla de partículas sólidas de diferentes tamaños por un tamiz o (comúnmente llamado) un colador. Las partículas de menor tamaño pasan por los poros del tamiz atravesándolo y las grandes quedan retenidas por el mismo. Es un método físico para separar mezclas. Es también un método muy sencillo utilizado generalmente en mezclas de sólidos heterogéneos. En la tamización también se realiza el análisis granulométrico la cual su finalidad es obtener la distribución por tamaño de las partículas presentes. Para los tejidos de los tamices hay una gran variedad, en la mayoría el hilo va con un doble rizo, algunos contienen el mismo número de mallas por centímetro. Los tejidos de la malla pueden obtenerse de cualquiera de los metales comunes, y para separaciones muy finas se utilizan a veces tejidos de seda. Los tipos de maquinarias para el tamizado son varios, desde los que dejan pasar granos de varios centímetros hasta los de 200 mallas, una clasificación de estas pueden ser: las cribas, las cribas de tambor y las cribas de sacudimiento y vibrantes. Las cribas es un dispositivo formado por un enrejado a través de la cual pasa el material. Los tamices pueden ser: normales, de sacudidas o de vaivén, vibratorios.

Bibliografía

Introducción a la ingeniería química Badger – Bactero

Manual del ingeniero químico John H. Perry

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GAUDIN, A. M., Principles of Mineral Dressing, MeGraw-Hill Book Co. (1939).

GROSS, JOHN, Crushig and Griding, U. S. Bur. Mines Bull. 402(1938).

RICHARD, R. H., y C.. E.. LOCKE, Textbook of Ore Dressing, 3.ª ed., MeGraw-Hill Book Co. (1940).

TAGGART, A, F., Handbook of Mineral Dressing, John Wiley and Sons (1945).

W. S. TYLER CO: The Profitable Use of Testing Steves, Cleveland.

 

 

 

Autor:

Monika Nagy

Patricia Ruiz

Andrea Ruiz

Colegio Técnico Nacional

2º 2da Sección T.T

Marzo 2011

Operaciones Unitarias

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Erichnagy

 

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