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La rutina de ordeño y su rol en los programas de control de mastitis bovina

Partes: 1, 2

    Publicación original: Arch. med. vet., 1998, vol.30, no.2, p.07-16. ISSN 0301-732X. Reproducción autorizada por: Revista Archivos de Medicina Veterinaria

    RESUMEN: Las cuantiosas pérdidas económicas por mastitis en los rebaños lecheros, especialmente de carácter subclínica, por menor producción y menor calidad higiénica y nutricional de la leche, justifican plenamente el control de la enfermedad.

    Durante el proceso de la ordeña existe un alto riesgo de infección intramamaria y de transmisión de los agentes causantes de mastitis, especialmente, de los patógenos contagiosos. En consecuencia, para reducir los riesgos de infección es necesario realizar una buena rutina de ordeño extremando las medidas de higiene y evitando al máximo los factores predisponentes por el inadecuado uso de la máquina de ordeño.

    Una adecuada rutina de ordeño involucra una serie de procedimientos que deben realizarse cuidadosamente en cada período de ordeño en forma correcta y consistente que se pueden resumir en los siguientes aspectos: proporcionar un ambiente limpio y tranquilo a las vacas evitando el estrés; extraer y examinar los primeros chorros de leche para detectar mastitis clínica y estimular la bajada de la leche; lavar y secar completamente los pezones con toallas individuales desechables para reducir la transmisión de los patógenos mamarios y minimizar la contaminación de la leche; colocar las pezoneras dentro de 1 minuto de iniciada la estimulación para lograr una ordeña completa; observar y ajustar cuando sea necesario las unidades de ordeño para evitar la entrada de aire al sistema; cortar el vacío antes de retirar las pezoneras; y desinfectar los pezones al término de la ordeña con una solución desinfectante segura y eficaz.

    Opcionalmente, en determinados rebaños se puede agregar a esta rutina la desinfección de los pezones antes de la ordeña (pre"dipping") y la desinfección de las pezoneras al pasar de una vaca a otra durante la ordeña.

    SUMMARY: The milking routine and its role in mastitis control programmes.  Economic losses due to mastitis in dairy herds, in particular subclinical mastitis, because of less milk yield and poor milk quality, make its control a goal to be achieved in every dairy herd.

    The risk of intramammary infection and transmission of mastitis pathogens, mainly contagious organisms, is higher during milking. Consequently, a good milking routine and udder preparation greatly reduces the risk of infection, being specially important the hygiene and the milking machine inducing factors.

    A good milking routine involves a number of procedures which must be properly and carefully practised at every single milking. These procedures can be summarised as follows: provide cows with a clean environment, free of stress; check foremilk using a strip-cup to detect clinical mastitis and stimulate milk let-down; wash and thoroughly dry the surface of the teats with an individual disposable paper towel to reduce the spread of mastitis pathogens and to avoid milk contamination during milking; attach the teat cups within 1 minute after initiating udder preparation to get the maximum effect of oxytocin; check and adjust the milking units, as needed, to avoid air admission and prevent liner slip; shut off the vacuum before detaching the milking units to prevent impact; disinfect teats after milking with a safe and effective teat dip to destroy mastitis pathogens remaining on the teat.

    In some herds, other optional measures can be added to this routine, mainly teat disinfection before milking (predipping) and disinfection of clusters between cows during milking.

     Palabras claves: mastitis, control, ordeña.

     Key words: Mastitis, control, milking routine.

    INTRODUCCIÓN

    Muchos son los factores que participan en la patogénesis de la mastitis, compleja y costosa enfermedad del ganado lechero que, a diferencia de otras enfermedades infecciosas del bovino, no se puede erradicar y está presente, en mayor o menor grado, en todos los rebaños lecheros del mundo.

    El control de la mastitis no sólo tiene importancia por las cuantiosas pérdidas económicas para el productor y la industria láctea, sino también para el consumidor, por el deterioro de la calidad nutritiva e higiénica de la leche. Por lo tanto, si el objetivo primordial de la producción de leche es lograr un producto apto de buena calidad para el consumo humano, el control de la mastitis es de vital importancia.

    Un programa de control de mastitis para que sea aceptable, además de económico, práctico y factible de ser aplicado bajo diferentes condiciones de manejo, debe ser efectivo para reducir la prevalencia de la enfermedad en un rebaño, para lo cual no basta con evitar las neoinfecciones intramamarias sino que, además, es necesario eliminar las infecciones preexistentes o acortar su duración. Es mucho más probable que una alta tasa de prevalencia de mastitis en un rebaño se deba más a la persistencia de infecciones intramamarias por largos períodos de tiempo que a la mayor ocurrencia de neoinfecciones de la glándula mamaria (Dodd y col., 1969). Investigaciones realizadas con rebaños comerciales han demostrado que las medidas higiénicas durante la ordeña, básicamente lavado de ubres y pezones previo a la ordeña y desinfección de pezones postordeño, junto con la terapia de secado y la eliminación de animales con infecciones crónicas, pueden reducir la prevalencia de mastitis en un 50% en un año y más de un 70% en tres años (Kingwill y col., 1970; Wilson y Kingwill, 1975). Esta fue la razón de introducir la desinfección de pezones postordeño ("dipping") y la terapia de secado en los sistemas de control actualmente en uso en la mayoría de los países (Neave y col., 1966; Smith y col., 1967).

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