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El Caso Difícil Número 16 – La Depresión Suicida de los Niños

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. El caso de Dino: la Depresión Suicida de los Niños
    2. ¿Qué entiende el niño acerca de la muerte?
    3. Trastornos del habla
    4. El tartamudeo
    5. El Asma Infantil
    6. Bibliografía

    El caso de Dino: la Depresión Suicida de los Niños

    La depresión en los niños se ha reconocido sólo muy recientemente; ya que para los adultos, la niñez es una condición beatífica, idílica e interminable, hasta que las realidades de la vida, y en algunos casos el egoísmo de algunos padres, la borran.

    Pero no es así, el niño suele estar deprimido a cualquier edad, y el suicidio en las edades tempranas, representan un 20% de las muertes en esta etapa de la vida en los EEUU.

    Para ilustrar nuestra lección, usaremos un caso, con todo el disimulo de sus características propias para proteger su derecho al anonimato.

    Hablaremos primero, de los factores que están involucrados para el niño que contempla el suicidio.

    ¿Qué entiende el niño acerca de la muerte?

    La respuesta a esta pregunta está relacionada directamente con el nivel del desarrollo intelectual y emocional del niño. En la mayoría de los casos, se entiende que en nuestra cultura, cuando el niño llega a la conclusión del Estado de Desarrollo de Operaciones Formales, que casi siempre debe ocurrir entre los diez y los doce años; ya está en condición de asimilar el misterio de lo inexorable e irreversible de la muerte. (Los trabajos de Erikson, de Anthony y de Piaget son de importancia para esta lección).

    Las perspectivas a que nos referimos, cuando hablamos del "entendimiento" de los niños; son del desarrollo epistemológico, culturales, religiosas y sociales.

    En algunas sociedades antiguas, la muerte se concibe como fenómeno natural y se relaciona con ritos que disminuyen o eliminan el afecto asociado con el miedo.

    Aquí la muerte se organiza, con las religiones establecidas, con la noción de la entrada a una nueva vida en regiones etéreas; que además de ser inaccesibles son sempiternas, y donde se reciben castigos y recompensas por el modo en que la vida temporal, la vida actual; se ha vivido, al servicio de un Dios, cualquiera que éste fuese.

    Para Dino, la vida terminaba en la muerte, ya que a los doce años no creía en otra vida.

    Pero la existencia no fue fácil para nuestro paciente. Debió de morir al nacer. Las complicaciones de que sufriera, antes, durante y después de su alumbramiento, le hubieran garantizado la muerte cierta, hace unos cincuenta años.

    Por ser el producto de una gestación arriesgada y un nacimiento prematuro, sus pulmones eran débiles, sus músculos oculares laxos, su amamantada inerte y su aspecto enfermizo.

    Como antes dijéramos, Dino debió morir al nacer…

    Las cirugías por hernia umbilical, deformidad del pie, estrabismo ocular, frenillo lingual prensado, parafimosis y otras complicaciones le hicieron el desarrollo difícil.

    Sufrió del asma, lo que se empeoraría por la resistencia que el papá tenía a dejar de fumar dentro de la casa.

    Este papá, quien fuera hombre extraño, carente de sentimientos para otros, y desguarnecido de desarrollo moral, lo rechazó. Mientras que la mamá, sintiéndose responsable por el destino del hijo, lo sobreprotegió.

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