- Los cambios climáticos y la evolución
- El género Australopithecus
- Lucy: Australopithecus Afarensis
- Proceso evolutivo
- Proceso de hominización
- El origen del género Homo
- Origen del Homo sapiens
- Hombre de Tepexpan
- Caza del mamut
- Transición de la vida nómada a la sedentaria
- Los primeros mexicanos
- Arte rupestre
- La cueva del Ratón
Evolución y diversidad
Esta sala pretende simular un viaje a través del tiempo para mirar más allá de aquí y el ahora y de nuestro pasado inmediato, y reconocernos como parte de la historia de un mundo en el que la diversidad ha sido parte central para la evolución de la vida.
La antropología trata de los seres humanos desde diversas perspectivas. Estudia nuestro lugar en el universo, nuestras relaciones con la naturaleza, nuestra biología, las edificaciones e instrumentos que construimos, nuestras formas de comunicación, nuestras creencias y emociones. A partir de recuperar y estudiar los restos de nuestros ancestros homínidos, de las actividades, ceremonias, modos de ver y entender el mundo y el tratamiento que damos a los muertos, la antropología responde sobre quiénes somos. También estudia al "otro" contemporáneo, las sociedades y los grupos humanos que la ciencia del siglo XIX pensó y clasificó como primitivos, salvajes y bárbaros frente al hombre civilizado.
Al hablar del "otro", la antropología descubre nuestra propia imagen reflejada, haciendo evidente nuestra realidad diversa en la que los distintos, los diferentes, es decir, la otredad, irrumpen como amenaza. El resultado ha sido desde el tránsito desde un "hombre" construido a partir de dualidades: naturaleza-cultura; biología-sociedad, cuerpo-mente; bueno-malo; sujeto-objeto; a otro que se reconoce a sí mismo como parte de un todo plural, diversificado.
Los cambios climáticos y la evolución
Evolución significa cambio. Las condiciones del ambiente y las relaciones que se establecen entre organismos y poblaciones hacen que las especies cambien a lo largo del tiempo, mientras que otras dan lugar a nuevas poblaciones o a otras especies que pueden ser muy diferentes de los organismos ancestrales. A este proceso en el que el ambiente provoca la extinción de unas especies y la modificación de otras al azar, se le ha llamado selección natural.
Todos los organismos se adecuan a las condiciones ambientales. Cuando un ambiente geológico o geográfico separa en dos a un grupo de seres vivos, cada nueva población tiene que enfrentar nuevas condiciones. Con el tiempo, si el ambiente es muy diferente, cada una puede evolucionar por separado y dar lugar a especies distintas, y sus semejanzas confirman la existencia de un antepasado común. Aquellas que no tuvieron suficientes descendientes se extinguieron no porque no estuvieran bien adaptadas, sino por su diversidad no fue suficiente como para responder a la dinámica de cambio de los ecosistemas.
Nuestro planeta tiene una antigüedad aproximada de 4,500 millones de años, la vida en los mares comenzó hace unos 3,500 millones y desde entonces los continentes se han desplazado, dando forma a las grandes regiones geográficas que ahora conocemos. Con ello, el clima también a cambiado, provocando algunos periodos de enfriamiento y otros más cálidos; durante las glaciaciones hubo un descenso importante en el nivel del mar, abriendo nuevos terrenos que antes estaban cubiertos.
Para sobrevivir, los seres vivos han experimentado cambios evolutivos que suponen modificaciones anatómicas, de formas de reproducción y de comportamiento. Todos estos cambios han dado lugar a variaciones de una misma especie, ocupación de nuevos espacios, emergencia de nuevas especies y también, a extinciones.
En este contexto, el orden de los primates, al que pertenecemos los seres humanos, tiene una historia de más de 50 millones de años en una gran variedad de ambientes. Comprender que todas las sociedades humanas formamos parte de estas historias también es trabajo de la antropología: el estudio de los primates nos ayuda a construir un puente con nuestros antepasados más lejanos. Conocemos algunos ancestros comunes de las especies vivas, pero todavía existen muchas lagunas y preguntas cuyas respuestas apenas intuimos. Así, la antropología, a través del estudio de los primates fósiles y de los cuales, puede rastrear los parentescos evolutivos, construyendo un espejo que nos recuerda que somos parte de la historia del mundo y el reino animal, y no como habíamos creído, que fuimos creados para tener a la naturaleza a nuestro servicio.
Página siguiente |