Descargar

Métodos para medir el Tiempo

Enviado por ppramirez


Partes: 1, 2

    Reloj de Radiocarbono Dendrocronología Medicion Directa del Carbono 14Análisis de varvasIntroducción Y LimitacionesLímites Del MétodoDataciones Por Isótopos CosmogénicosLimitaciones Métodos Datación Isótopos Radiogénicos

    1. Reloj de Radiocarbono

    El carbono 14, un isótopo radiactivo del carbono 12 ordinario, fue descubierto durante experimentos de aceleración atómica hechos en un ciclotrón. Luego fue hallado también en la atmósfera terrestre. Emite débiles rayos beta que pueden contarse con un instrumento adecuado. El carbono 14 tiene un período de semidesintegración de solamente 5.700 años, lo cual es adecuado para fechar cosas asociadas con la historia primitiva del hombre. De hecho, el radiocarbono tiene una existencia tan corta, con relación a la edad de la Tierra, que solamente puede hallarse todavía presente si de alguna manera se le ha producido constantemente.

    Esto se ha realizado mediante el bombardeo de la atmósfera por los rayos cósmicos, que convierten los átomos de nitrógeno en carbono radiactivo. Este carbono es usado en la forma de dióxido de carbono por las plantas en el proceso de fotosíntesis, y se convierte en toda clase de compuestos orgánicos en las células vivas. Los animales y los humanos consumen el tejido vegetal, de modo que todo lo que vive llega a contener radiocarbono en la misma proporción en que se encuentra en el aire. Mientras un organismo continúe vivo, el radiocarbono que hay en él y que se desintegra se repone mediante el nuevo carbono que entra. Pero cuando un árbol o un animal muere, se corta el suministro de radiocarbono fresco, y su nivel de radiocarbono comienza a bajar. Si un trozo de carbón vegetal o de hueso animal se preserva por 5.700 años, queda con solo la mitad del radiocarbono que tuvo cuando vivo. Por lo tanto, en principio, si medimos la proporción de carbono 14 que queda en algo que tuvo vida, podemos decir por cuánto tiempo ha estado muerto. El método de radiocarbono puede aplicarse a una amplia variedad de cosas de origen orgánico. Por este método se han fechado muchos miles de muestras. Unos cuantos ejemplos dan idea de su fascinante variedad:

    La madera de la embarcación funeraria hallada en la tumba del faraón Seostris III fue fechada del año 1670 a.C.

    Al duramen de un gigantesco secoya de California, que tenía 2.905 anillos anuales al momento de ser derribado en 1874, se le fechó del año 760 a.C.

    Envolturas de lino de los Rollos del Mar Muerto, fechados del primero o segundo siglo a.C. por su estilo de escritura, al ser fechadas por su contenido de radiocarbono arrojaron una edad de 1.900 años.

    Un trozo de madera hallado en el monte Ararat, considerado por algunos como posiblemente madera del arca de Noé, resultó ser solamente del año 700 d.C…. en efecto, madera antigua, pero no como para preceder al Diluvio.

    Unas sandalias de cuerda tejida desenterradas de una capa de piedra pómez volcánica en una cueva de Oregón, E.U.A., arrojaron una edad de 9.000 años.

    Se halló que la carne de un pequeño mamut que estuvo congelado en terreno siberiano por miles de años tenía 40.000 años de antigüedad.

    Pero, ¿son confiables estas fechas? El reloj de radiocarbono lucía muy simple y claro cuando empezó a demostrarse su uso, pero ahora se reconoce que se pueden cometer muchos errores con él.

    Después de unos 20 años de emplearse, en 1969 se celebró en Upsala, Suecia una conferencia sobre cronología con base en el radiocarbono y en otros métodos de datación relacionados. Las discusiones que hubo allí entre los químicos que usan este método y los arqueólogos y geólogos que se valen de sus resultados sacaron a relucir una docena de fallas que pudieran invalidar las fechas. Un problema que persiste ha sido el de asegurarse de que la muestra examinada no haya sido contaminada, ni por carbono moderno (vivo) ni por carbono antiguo (muerto). Por ejemplo, puede que una muestra de madera del duramen de un árbol viejo contenga savia viva. O si se ha extraído con un solvente orgánico (hecho de petróleo muerto), es posible que quede algo del solvente en la porción analizada. Puede ser que raicillas de plantas vivas penetren en el carbón vegetal antiguo enterrado. O puede que este haya sido contaminado con betún, de mucha más antigüedad, difícil de remover. Se han hallado crustáceos vivos con carbonato que ha venido de minerales que han estado enterrados por mucho tiempo, o de agua de las profundidades oceánicas donde el carbonato estuvo por miles de años. Todas estas cosas pueden hacer que un espécimen parezca más viejo o más joven de lo que en realidad es.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente