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Segunda Venida de Jesucristo

Enviado por José Mendoza


Partes: 1, 2

    1. El advenimiento del tiempo de regreso de Jesucristo
    2. Enseñanzas esotéricas de Jesús
    3. Jesús vino a restaurar la Verdad en el mundo
    4. Jesús prometió regresar
    5. El Hijo del Hombre
    6. Jesucristo vendrá en el momento menos esperado
    7. Cuando regrese Jesús ya no hablará con parábolas
    8. El espíritu de verdad glorificará a Jesucristo
    9. El nuevo nombre de Jesucristo cuando regrese
    10. Vendrá por avión de pasajeros
    11. Nos hará saber las cosas que habrán de venir
    12. Características personales de Jesús en su segunda venida
    13. Bibliografía

    El advenimiento del tiempo de regreso de Jesucristo

    Existe la creencia de que cada vez que se cumple mil años se producirá el "fin del mundo" y el cumplimiento de la promesa de Jesús de regresar.

    Esta creencia no es del todo equivocada, ya que la Era de Piscis tiene 1,948 años, muy cercano a los dos mil años, debido a que esta constelación tiene 27.05º de arco.

    Astronómicamente, el 21 de marzo de 1948 se dio por terminado la Era de Piscis e ingresamos a la Era de Aquarius, por lo que es lícito decir que se "acabó un mundo"; no "el fin del mundo", sino el fin de "un" mundo.

    Desde que nos encontramos bajo las influencias estelares de otra constelación el mundo cambia completamente, entonces el mundo pisciano que fue inaugurado por Jesús se terminó y empezamos una Nueva Era, una nueva forma de vivir, un "mundo" nuevo.

    A partir de la primavera (en el norte) del año 1948 el Sol se encuentra bajo las influencias de la constelación de Aquarius, por lo que todo el tiempo que emplee en recorrer dicha constelación se denominará "Era del Aquarius" (que, según cálculos astronómicos, durará 2,520 años, ya que tiene 35º de arco).

    La Era de Aquarius es una era positiva (las Eras son de polaridad positiva y negativas, en forma alternativas) y sus características son muy auspiciosas para el desarrollo espiritual y la abundancia material; esta bella Era ha sido ampliamente profetizada por todas las culturas del mundo desde hace milenios.

    Por otro lado, la Era de Piscis, que inaugurara Jesús, fue una Era de polaridad negativa y última de la Edad de Hierro, edad sombría en donde la humanidad llega a su nadir (punto más bajo) de degradación moral y espiritual. Por lo contrario, la Era de Aquarius es la primera Era de la Edad de Oro de una nueva Humanidad. Aquarius es el punto de quiebre entre lo más bajo a lo más alto, en lo que se refiere a nivel espiritual. Para un Iniciado como Jesús no escapaba a su entendimiento esta situación, por lo que dejó indicaciones bien claras para su regreso, para estar presente en la inauguración de la Edad de Oro de una nueva humanidad.

    Jesús avatar de la era de piscis

    Jesús fue el Cristo que vino a instaurar la Era de Piscis, por supuesto, sin mencionar el conocimiento de las Eras Precesionales, que se conocía como "el misterio de los tiempos" en los inicios del Kali Yuga entre los hebreos, hace aproximadamente 6,000 años antes de Jesucristo.

    Sin embargo, los profetas bíblicos describen las principales características del Avatar de la Era de Piscis y la naturaleza de su Misión. Por otro lado, también es tradicional eso de que "no hay profeta sin su respectiva profecía"; y en caso de los Avatares que vienen a instaurar una Era Precesional, uno profetiza al siguiente. Por ejemplo, en la Era de Moisés se dijo referente a Jesús:

    "Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis" (Deuteronomio XVIII, 15).

    Seiscientos años antes de Jesús, Isaías le llamo así: "Fue despreciado y desechado por los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento. Y como escondimos de él el rostro, lo menospreciamos y no lo estimamos" (Isaías 53, 3)

    edu.red

    El Avatar de Piscis tendría que encarnar el sufrimiento físico como una forma de redimir los pecados de los hombres, tal como el signo astrológico que caracteriza a los nativos de este signo, los padecimientos y los males crónicos (Isaías 53, 5).

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