Estos poemas (no todos) son el resultado de una vida apartada de Dios en la cual buscaba saciar mi alma con cosas y valores de esta sociedad, dado al inmenso vacío que experimentaba muy dentro de mí, donde solo el espíritu del mismo hombre puede penetrar. Rescato como salvedad un poema- que dediqué con todo mi aprecio a la mujer que comparte su vida a mi lado. Espero sean de goce en cuanto la expresión y estética literaria que de ellos se puedan extraer.
OLVIDARÉ.
Olvidaré que algún día te conocí,tu nombre Olvidaré,Borraré para siempre el dulce acento de tu voz,Tu cándida sonrisa embelleciendo mí tarde,tus cabellos hermososQue beso en mis sueños como preciados tesoros.Olvidaré tu fragancia de heliotropos,el sonido tenue de tus pasos en mi terraza,Que tanto sobresaltaron mi corazón apasionado,Nunca más recordaré que algún día te quise,Ni los días que tanta falta me hicisteNi las horas que obstinadoPensaba en ti, nada más que en ti.Te sacaré de mí, para nunca más recordarte. Te olvidaré aunque siempre vivas en mí,Te olvidaré aunque nunca pueda olvidarme de ti.ADIOS AMOR MÍO.
MUCHOS ERRORES Y POCAS PALABRAS.
De las palabras emana la vida,
Con ellas bendices y maldices,
Expresas todo lo que existe,
Lo que sientes y lo que requieres.
Sin ellas o pocas de ellas,
A la nada muchos han naufragado
A mares fríos y congelados
Con olas a rumbos desesperados
Donde duele y mata la conciencia
Y Atrae consigo: desgracia,
Del alma la aflicción y la desesperanza.
Triunfos, éxitos, grandezas
Fluyen de las buenas palabras, de veras,
Pocos errores habrá quien de ellas
Haga excelente uso y eficiencia.
AGOSTO. POEMA A AURA MARÍA VILLEGAS.
De ti Agosto, amo tu clausura, bajo tu cielo azul la conocí: sensitiva y sencilla; amable y bondadosa.
Aun recuerdo su sonrisa proyectando la belleza infinita de VENUS.
Ante ella un sol de luz tímida, eran sus ojos y cabellos
Nunca vistos en mi pueblo, brillaban más que la luz del día.
Imaginaba su figura entre las diosas sempiternas,
Su corazón adherido al mío y su piel morena ceñida a la mía.
Brisas madrigales.
Nacen del cielo infinito
Sus suaves brisas madrigales.
Llena de vida en instantes
De los poetas sus sentidos.
Aumenta su espíritu
Que proyecta del mundo lo infinito
Y todo esto a menudo;
de lo abstracto y sensible;
a lo concreto O tangible.
EL SUICIDIO:
Si el suicidio fuera solución
Para huir de este maldito mundo,
Mi carne podrida estuviera; sola y callada;
Carcomida de gusanos, vista de la nada.
Mi alma agónica descansara
Y en un eterno dormitar ajeno a la conciencia
Pasajera de este mundo reposaría mi alma.
ELEGÍA POR LA MUERTE DE SU MADRE:
Estás triste amigo, se ha ido
Dejando un vacío penumbroso; tortura del alma.
Pareciera no valer la pena seguir existiendo
Con tan desmesurado dolor y me y aclama:
–¡Amigo, amigo mío! -abandonándose entre mis brazos:
–No me dejes morir en esta pena, miro a mí alrededor, todo
Es como un sueño, responde ¿Es que acaso aún duermo?
Sabes cuanto la amo, el valor que representa para este desamparado.
¡Mira el cielo! Vestido está de gris, de luto sus vestiduras.
Siente en su extensión la muerte de esta buena mujer.
¡Despiértame amigo, ya que no resisto esta condena!
Quiero correr, desaparecer, ser Dios y volverla a la vida,
Llevarme al mudo por delante y matar el pasado.
¡Cómo se siente la vida tan frágil, siento expirar con ella y…
–(¡cállate!), –le interrumpí sin tener palabras de consejo.
Con voz temblosa y quedita le agregué: -"la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento humano" (y concluí) -Solo Dios te hará descansar.
LA LUZ DE DIOS ME HIZO LIBRE
Era una tarde de sol cuyos rayos relucientes fulguraban de alegría las tierras sabaneras de Sincelejo, tarde especial que resplandecía más que todos los días hasta entonces; tarde adornada con perlas blancas de nubes acariciadas por el viento enamorado de la luz del astro MAYOR y desde arriba esa estrella grande a través de un arco iris diáfano multicolor refulgía con todo su esplendor la creación de Dios. Y se atendían los cantos cordiales de los pajaritos de aquel especial atardecer que era su mejor dádiva y el verde vivo de las palmeras era más verde y a la mirada de un estanque con agua centelleaban con furor los ojos de cualquiera.
La voz de aquel sol radiante escuché fijada a mi corazón. Una voz de amor, sintiéndola sin poder contener el descenso de dos gotas de lágrimas salientes de mis tristes ojos. Me enseñaba a amar, amor que hace tierno y puro a un hombre; amor que mata el orgullo y la soledad.
Entonces reconocí que era la voz de Dios hablando en medio de mi soledad quejumbrosa y desolada. El sol parado a mi ventana no me quemaba, sentía que era la luz de Dios, y huyó de repente aquella tristeza saliendo por mi ventana, llévaselo el viento solano y frío para no sentirla más, y agradecí a Dios por ese día.
EL AMOR ENTRÓ A MI CASA.
Se agacha por debajo de la puerta,
Asoma su rostro invisible,
Carcome el borde de la cubierta.
Desesperado con ansia increíble
Se desprende y da su vuelo por todo
El tejado como querer romperlo.
Por la ventana con su mirada febril solo
Como con ímpetu entrar por completo,
Mira con ojos tristes de alegría,
Los ojos de quien cerraba el corazón
Endurecido de temor por aquel día
Que herido, besó el hades pero que un tropezón
Del señor divino a éste, cerró la herida
De repente y paró la sangre de inmediato.
¡Cobarde!, eso dijo. Con voz hendida,
Con voz de nostalgia, hastiado
De estar fuera de la casa pretendiendo entrar.
¡Ya no sufras! Fue su emisión elocuente,
Yo no soy como aquel dolor disfrazado
De amor que te hirió el corazón y doliente
En la cama te dejó postrado.
Lloraron los ojos de aquel hombre,
Sus pupilas se hincharon, fue mayor
El furor del amor que con hambre
Ansiaba inundar el corazón de amor.
Su mano se extendió y abrió la puerta.
"entró el amor a mi casa" y ahora somos
El uno para el otro; ambos poetas.
MI MUNDO CREADO.-
Esta tarde me siento tan solo
Que percibo a mi lado tanta soledad.
Un tumulto de quejares acurrucados
Es lo que dentro de mí está envaneciendo
A retazos cada vez que exhalo
Mi propia agonía existencial.
No concibo la realidad que me circunda,
No consiento vivir en esta injusta realidad.
¿Dónde estás oh igualdad?
¿Dónde estas oh esquiva justicia?
¿Donde estas oh imaginaria libertad?
La vida es tan inicua desde que ustedes
No están, se han ido a mundos de fantasías,
Para nunca más volvernos la vida.
AMOR TRISTE.
Que más triste puede ser amarte
Y no poder ser dueño de tus sueños.
Tu ausencia en mí, son mis quejares,
Aullidos tristes de la noche sin consuelo.
Mis pensamientos se turban dentro de mí.
Es vehemente el delirio de tu inocente mirada de florecer
Que descansa en mi mente desde aquel anochecer
Que te vi como diosa sentada frente a mí.
Te recuerdo, luego me pierdo en ti
Como náufrago sin costa, perdido en las olas
De tus amores ausentes. Lloro, pienso a solas,
Presiento que es el castigo de amarte y estar sin ti.
Vago por los altares de mis fantasías
Buscándote, llamándote, clamando tu presencia,
Exaltando la imagen de tu inocencia, inocencia
De niña quimera que ambula el mundo con paciencia.
Te busco, pero no te encuentro, no me sacio de ti.
Te amo y te lo imploro en gritos silenciosos,
Esperando que escucharlos tu corazón precioso, vengas a mi.
Amor taciturno
La luz del sol tierna y apacible
Declaraba con sus delicados rayos
A tus sentidos todo mi sensible
Y profundo amor de loco enamorado.
La estrella cándida y admirable
Proyectaba sus tristes centellas;
Luz enjuta, fúnebre, apacible…
Deseaba tenernos juntos, muy cerca.
El viento mostraba de improviso
Sus alas al aire, dolido como el sol
Desde que tan descortés el destino,
Nuestro enemigo, nos separó.
Antes que cayese el ocaso, sollozo,
Abrió su boca como anchas fisuras brumas,
Trazó para tu vida y la mía, un futuro mentiroso
Y hoy día mata mi vida en extensas melancolías.
Cae la noche y con ella la profunda amargura.
Saber que nunca serás para mi ni yo para ti.
Todos los días son grises,
Las noches más sombrías,
Los versos más tristes…
Ya no quiero acordarme de que eres casada,
Me duele el corazón infinitamente,
He intentado dejar de amarte, pero estas sembrada
En mi pecho como árbol imperioso inhumanamente.
He de decirte adiós para siempre
aunque siempre tenga que amarte
y pagar mi condena como prisionero dentro de ti
tras los barrotes de tus recuerdos hasta el fin.
TIEMPOS OSCUROS.
Comprender lo que experimento a tu lado,
convoca todas las palabras y frases posibles
hasta agotar y declarar: ¡no más, es increíble!
No existe lenguaje elaborado
ni por elaborar, que lo exprese.
ya lo sabemos mi amada: frustraciones,
ambientes hostiles, heridas mortales en nuestra unión,
todas paradas a la vuelta de la esquina, cuya misión
romper con instigación los sentimientos
y los valores arraigados en un mismo ser.
Tú y yo, ese ser, cual decidido por Dios,
una carne. Él lo declaró así, aunque
por fuego, experimentando el vil sufrimiento
que suscitaba la ruptura de nuestro buen amor.
Soportamos, lloramos, pero ganamos la batalla
y estamos de regreso para servir,
y aunque inevitable, algunos pisoteen
nuestros nombres y haga burla y escarnio de ellos
acausa del pasado oscuro y caído, soportamos vivir
así, considerando ante aquello, el honorable
concepto de Dios, mucho más alto, imponente,
sublime… de los pasajeros fariseos.
Aun después de todo, somos uno y al concluir
con este verso, me embargo de emoción
al declarar a mi carne que la AMO.
MIS VERSOS.
Como me tiembla la mano
al escribir estos versos
bajo el rocío de la noche y besos
minúsculos del viento.
bajo prudente mi pluma de hacer poemas
y uso mi instrumento; la palabra
para trazar sobre estas líneas casi sin rimas,
que te amo con toda mi vida.
MUNDOS DIFERENTES.
Somos dos mundos diferentes.
Medida estás por el florecer
Actuar de tu cándida adolescencia,
El encanto aquel que pareciera
Nunca desvanecerse y sentir
El mundo entero en el hueco de la mano.
Y en mí que ya feneció la tal engañosa
Fantasía de la adolescencia, ahora busco
Perdido como en lo inmenso de la mar
el sentido de lo que hago, que no sé
por que lo hago si a aquel mundo
ya no pertenezco por el pasar de los años,
y sin embargo busco refugiarme en él
satisfaciendo este hondo deseo desenfrenado
de amarte con la locura que no me lleve al camino
del desespero inútil y maldito
al cual teme mi alma con infinita intensidad.
Somos dos mundos diferentes,
Tú un tiempo, yo de otro tiempo;
Tú con tus normales acciones,
Yo con mis raras acciones;
Somos del todo diferentes.
Y mientras contemplo tus normales acciones
Medito en ellas y concluyo que no me veo en ti.
Autor:
Alvaro Alberto Villacob Ochoa