Capitulo VII
Doce argentinos muertos por error.
Gustavo Mondini, es un personaje de Las Flores, simpático, afectuoso, trabajador, bombero y comerciante, ex soldado combatiente de la guerra de Malvinas, con el grupo de Artillería de Defensa 601 de Mar del Plata.En el Norland nos trajeron encerrados todo el viaje, veníamos tres en camarotes de dos camas.
Me pusieron con un cabo y un PM, ante la duda agarré la cama de arriba. (Risas) Cada dos horas nos pasaban 3 cigarrillos por debajo de la puerta, en esta había una cartulina verde y un papel que decía : – Quiero ir al baño – Necesito un médico. – y otras frases escritas en Español e Inglés.
Recuerdo que me dolía una muela ; pasé la tarjeta verde por la puerta y al guardia que caminaba por el pasillo le dije necesito un médico. Me llevaron a enfermería, era como una Clínica Privada de Bs. As. ; el dentista me echó un atomizador y hasta el día de hoy jamás volvió a dolerme.
Con el tema de los gurkhas, ellos usaban unas pastillas rojas que nosotros le diríamos antidesangrantes se las ponían en las heridas de balas y dejaban de sangrar.
Soy Perito Mercantil y había estudiado 4 años de Inglés y Francés, así que algunas palabras manejaba.
El oficial inglés a cargo del piso nuestro, me contó que tenía mujer y tres chicos y que a la mujer le faltaban 6 días para tener familia, me dio una tarjeta personal con su dirección, me dijo que si andaba por Inglaterra lo visitara.
Recuerdo que en el pasillo jugábamos al policía y ladrón. Me dio su arma y pidió que lo apuntara. Lo tomé y ante mi sorpresa, dio una vuelta en el aire, me quito la ametralladora y quedo apuntándome; luego me abrazó.
Tendría 40 años y decía que podíamos ser sus hijos mayores con nuestros 19 años.
Otra de las cosas que nos llamó la atención fue cuando caímos prisioneros en la Isla; Nos llevaban en grupo y había que limpiar la ciudad de las cosas que habíamos tirado para correr más rápido.
A los soldados nos ordenaron sentarnos y hacían trabajar a los suboficiales y oficiales. Los cabos gritaban soldados vengan y los ingleses ordenaban: ¡sentados! Llegó un momento que parecíamos todos soldados porque algunos zumbos se sacaron las tiras para no hacerles caso.
En mi grupo teníamos un solo oficial, el Teniente Ferrer como persona una barbaridad, como militar para mí dejó mucho que desear, tanto, él como los suboficiales.
Anécdotas estúpidas, como estar armando la casamata y al escuchar explotar una bomba sin saber de donde venía, nos tiramos cuerpo a tierra, y un cabo 1° gritarnos : ¡soldados cagones ! ¡Soldados cagones !, Hay que tirarse al suelo cuando la bala pegó en los talones y nos bailó como 10 minutos.
Tal es así que un rato después cayo otra bomba. Permanecimos todos parados y el cabo 1° estaba en el suelo y un loco de atrás le gritó ; ¡cabo 1° cagón! Al ver que estábamos parados, de bronca nos bailó igual.
Una noche matamos una vaca, para comer alguna vez carne. La fuimos preparando, la trajimos y le gritamos ¿¡ alto, quien vive!? Y claro, la vaca no contesto y la hicimos fleco. El Teniente se enojó y se la regaló a los de Infantería de Marina; dijo que lo habíamos hecho a propósito. (En eso estaba en lo cierto).
Al otro día le fuimos a pedir a los infantes algo de la vaca, ya que la habíamos matado nosotros.
Nos ayudó el cabo Orellana, por esa acción lo degradaron en Malvinas y lo pusieron en calabozo de campaña. Recuerdo en otra oportunidad… Nos daban una charla y yo me levanté, el cabo 1° Salas me dijo, que le pasa soldado ¿tiene miedo? – Le respondí que no, pero, pero para que me voy a bajonear hablando de muerte y bombas que no le hace bien a nadie.
Además, en la montaña yo hablé con Dios y me dijo que me quedara tranquilo que no me iba a pasar nada. Que a mí me iba a matar un colectivo. Bueno como en la isla no hay colectivos me dejó 3 días de guardia sin ir a la pieza de artillería.
En fin, son experiencias que no te las olvidas nunca. Cómo cuando el radar dijo enemigo por el corredor aéreo ¡fuego! Y le tiramos, lo averiamos y cuando el avión pasó vimos el triángulo amarillo que llevaba en la cola, era argentino, es mas, el piloto se dirigió al mar evidentemente para eyectarse y el otro grupo de artillería que estaba dentro de la ciudad, pensando que habíamos errado, le dispararon y lo bajaron. Teníamos orden que después de las 18 hs, todo aparato en vuelo que pasara se le tirara así viniera con la foto de Galtieri en la trompa, porque podía ser el enemigo camuflado o un aparato secuestrado. Por esa orden bajamos un helicóptero comando con 10 soldados y 2 oficiales, también argentinos. Fue terrible, muy malo, muy duro.
La desinteligencia militar, la desinformación, la desobediencia, sabiendo que después de la 6 de la tarde no debían volar en ese sector, encima recibimos felicitaciones de un Teniente Coronel.
Para mí tantos los curas como la Iglesia dejaron mucho que desear en Malvinas. No puede ser que dos países no se ponen de acuerdo para hacer o terminar la guerra, y que un Papa y otro país que no tiene nada que ver decidan si la guerra continúa o no. Aparte los curas en Malvinas te vendían mercadería por dinero; y ellos no deben vender ya que están con la caridad del señor. A partir de lo que vi allá, nunca más fui a una Iglesia. Creo en Dios, le agradezco a Dios y a la Virgen el día que me tocó vivir. Y todas las noches les rezo y les pido por mi nueva familia, (señora y dos niños) y por mamá, papá y hermano. Ninguna noche duermo sin rezarles un Padre Nuestro y un Ave María. Cuando la guerra terminó sentí por un lado alegría, por otro una gran lástima … y vergüenza. Una vergüenza que nos embargaba a nivel general, sobre todo por esa gente que hizo su cruzada solidaria, dando algunos hasta lo que no tenían.
Yo calculo que de aquí de Las Flores me enviaron más de 30 encomiendas, para que estuviéramos bien. No recibí ninguna. Mas te digo, lo mas cómico fue cuando volvimos a Mar del Plata, fui a buscar mi bolso civil, con la sorpresa que me lo habían robado, tuve que ir a una batería que tenía bolsas con donaciones y buscar ropa que me quedara para volver a Las Flores. En mi grupo éramos 350, de los cuales 347 vivían en Mar del Plata, un chico en Dolores, otro de Gral. Belgrano y yo de Las Flores.
Fue fantástico el recibimiento de los marplatenses, kilómetros de vías de ferrocarril con carteles, gomas quemadas, gritos de apoyo, gritos de ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA!.
Me impactó un matrimonio de 50 a 60 años, que me preguntaron si me esperaba alguien, les respondí que no, que era de Las Flores. Me transmitieron su inquietud por hacerme partícipe de la bienvenida, me llevaron a cenar y ellos mismos me trajeron al cuartel, eso fue algo que me llegó mucho, ni me preguntaron de la guerra…
Recuerdo que quería volver a casa, y cuando me pagaron el sueldo de soldado de guerra (calculo 10 0 12 veces más que un soldado normal), no me alcanzaba para llegar a Balcarce. Se portaron muy bien los choferes de la empresa "El Rápido", les expliqué que no tenía dinero, les ofrecí el reloj y cuando les pagara me lo devolvían. No lo recibieron y me llevaron igual, pero el micro iba a Junín, as que me dejaron en Azul, allí ellos hablaron con choferes de "La Estrella" y estos me trajeron a Las Flores, saliendo de su hoja de ruta me dejaron en la puerta de mi casa. Cuando mamá me vio (ya sufría de ciática) les puedo asegurar que corrió más rápido que yo para abrazarme… en fin ..Fue todo muy emocionante. Mas tarde cuando el Intendente me vio me llevó a la Municipalidad a saludar a los funcionarios, la Directora del Colegio a recorrer las aulas… volver con mis amigos.
Para mí lo que se hizo en Malvinas fue en vano, había muchachos que en vida jamás habían empuñado un arma.
Lo que más me indigna es la cantidad de gente que murió injustamente, lo que más me duele es el olvido de otra gente por los que fuimos a Malvinas, y sobre todo por los muertos que allá quedaron.
Lo que nunca se dijo sobre la batalla aeronaval
Por Rubén Benítez, Prosecretario de Redacción de "LA NUEVA PROVINCIA".
Esta evocación del conflicto del Atlántico Sur, convocada por "Fin de Semana", reunió a los siguientes pilotos, protagonistas de los ataques emprendidos por la aviación de la Armada contra las fuerzas de tareas inglesas.
Capitán de Corbeta Roberto Curilovic, comandante de la Segunda Escuadrilla de Ataque de Súper Etendard, Capitán de Corbeta Carlos Oliveira, segundo comandante de la Tercera Escuadrilla de Caza y Ataque, aviones A 4 Skyhawk, Teniente de Navío José Arca, jefe de Logística de la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Teniente de Navío Carlos Alberto Lecour, departamento Operaciones de la Base Aeronaval, Teniente de Navío Alejandro Daniel Olmedo, jefe de personal de la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Capitán de Corbeta Marco Benítez, jefe de operaciones de la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Teniente de Navío Roberto Gerardo Sylvester, jefe del departamento Logística de la Tercera Escuadrilla de Caza y Ataque, Teniente de Navío Armando Mayora, jefe de Comunicaciones de la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Capitán de Corbeta Benito Rótolo, segundo comandante de la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque.
El diálogo se desarrolló en los hangares de los Súper Etendard, en la Base Aeronaval Comandante Espora. Uno da esos aviones, a pesar de ser tan moderno, constituye ya una reliquia y tiene grabados en su fuselaje dos siluetas. Dos nombres y dos fechas: HMS Sheffield, 4-5-82 y ACI Atlantic Conveyor, 25-5-82. Finalmente rompieron la barrera del silencio. Un mutismo que se prolongó durante tres años. Entonces nos contaron su experiencia. ¿Por qué no habían hablado? ¿Fue el peso inhibitorio de la derrota? Venían de ofrecer una y otra vez la vida en una guerra que, aunque no lo dicen, consideraban perdida. Una guerra que ellos libraban lejos de sus ciudades, sin la participación del pueblo.
Del pueblo recordaban primero la multitudinaria concentración de Plaza de Mayo ante el enardecido general Galtieri "Lo vamo a reventar, lo vamo a reventar", gritaba el gigantesco coro pensando en la victoria. Pero llegó la derrota. Y esas mismas voces se tornaron hostiles. Aun para aquellos que no habían dudado en jugarse la vida por la justa causa patriótica. Ni el reconocimiento; siquiera por los que murieron. Quizás. Ni piedad por sus familiares.
Una vez, caminando por un pequeño pueblito de la sierra de Gredos, en España, una mujer, una humilde ama de casa, nos dijo: "Ustedes, los argentinos, tienen la mejor aviación del mundo". Una conclusión sorprendente para alguien que vive a 16.000 kilómetros de donde se desarrolló el conflicto. Después comprobamos que era una opinión generalizada. Reconocían a nuestros pilotos un heroísmo que nosotros ignoramos, sumergiéndolos en un desprestigio general y vago, propio de toda derrota. Al hablar con ellos mencionamos el tema del heroísmo, pero lo rechazan como cualidad que pudiera pertenecerles. Aceptan que tal vez hayan existido actitudes heroicas, pero no héroes.
"Son suicidas", es una forma de calificarlos que escuchamos varias veces. "Somos profesionales", dicen ellos "y no aceptamos la insensatez. Si alguien que se incorpora a la aviación da alguna muestra de irracionalidad, lo separamos de inmediato". Sólo confían en la disciplina, el estudio y el entrenamiento intenso. Conocen el riesgo, aun en los adiestramientos, lo aceptan y lo vencen con la capacidad desarrollada. No con la improvisación. Aman la vida. Como todo ser humano y lo que más temen, en los momentos clave, es equivocarse; no hacer las cosas como deben hacerlas.
"El choque mayor que tuvimos fue cuando al regresar -después que la guerra terminó- nos encontramos con la decepción de la derrota que advertíamos en toda la gente, incluso en nuestros familiares".Los pilotos de la aviación naval tenían al iniciarse las hostilidades doce aviones de combate, 8 A 4 y 4 Super Etendard. Cuando concluyó la guerra, el cincuenta por ciento del tonelaje hundido a la armada británica lo habían conseguido ellos. Poco más de una docena de hombres, con limitadísimos recursos, causó estragos a una de las armadas líderes de la OTAN.
Las escuadrillas que participaron en la guerra del Atlántico Sur están en Comandante Espora. Muchos de sus pilotos viven en Bahía Blanca, pero no los conocemos. Casi nadie los conoce. No han hablado hasta hoy porque, como decíamos, se sienten sumergidos en la misma bolsa del desprestigio y del descrédito general que no merecieron.
Sólo una vez, para un libro, auspiciado por la Armada, dieron algunas opiniones. Tres años después de concluida la última misión aceptaron por primera vez referirse a los hechos que generaron un reconocimiento universal unánime, con la excepción, quizás. De su propio país. En torno a una mesa convocada por "Fin de Semana", relataron las experiencias vividas desde que partió la primera misión hasta que regresó la última. Como principales protagonistas. Narraron sus experiencias. Las sensaciones y las imágenes que acompañaron la acción tienen aún, y la tendrán seguramente siempre, la nitidez de la vivencia imborrable. Son esas imágenes vividas en los momentos cruciales que acompañan luego al ser humano durante toda su existencia.
Con esa espontaneidad que muestra cómo fue la guerra vista desde el propio campo de batalla -el aire y el mar- desde la intimidad de los protagonistas, procuramos transcribir el relato sin alteraciones. La participación de la Aviación Naval en el conflicto Malvinas comienza el 2 de abril. El portaaviones zarpa antes para llevar a cabo el operativo Rosario. En el mismo van las escuadrillas de A 4, las escuadrillas de aviones Tracker y la escuadrilla de helicópteros. Los Súper Etendard no estaban todavía calificados para operar desde a bordo, porque hacia poco que habían llegado al país. En otros buques hay helicópteros que son los que inician las operaciones del 2 de abril, con el desembarco de personal y vuelos de exploración por parte de los aviones Tracker. Los A 4 estaban en cubierta por si era necesario algún tipo de apoyo. El portaaviones estaba a unas 7O millas, en una posición no cercana a las islas. Así comenzaron las acciones de la Aviación Naval. La primera actuación donde hubo un bautismo de fuego fue en el desembarco de Gritvyken. (Curilovic) Recién en navegación, estando a bordo del portaaviones, tomamos conocimiento de que se iban a tomar las Malvinas (Benítez). Las fuerzas aeronavales quedaron divididas en dos grupos. Uno en tierra y otro embarcado. Este ultimo compuesto por los A 4 del portaaviones y los del grupo terrestre por aviones Macchi y por Súper Etendard, operando desde base terrestre. La escuadrilla Tercera de Ataque era bastante vieja, veterana, con 10 años en el país, venía con un desgaste natural logístico a lo largo de toda su existencia. Cuando se produce el operativo Rosario contaba con sólo 3 aviones. Cuando regresa el portaaviones a puerto y se inicia la segunda zarpada, ya en pleno conflicto, la escuadrilla embarca 8 aviones en servicio. Lo cual significó un esfuerzo logístico digno de mención.
Eran todos los aviones disponibles. No quedaban más. (Oliveira) — Eso implicó, traer pilotos que estaban en el extranjero. Volvieron de sus destinos y en menos de una semana comenzaron a operar.
— Volvimos el 23 de abril y embarcamos el 27 de abril. (Arca)— Desde el 2 de abril al 1 de mayo hay un período de gestiones políticas para solucionar el conflicto. Mientras tanto la flota hace operaciones para alistamiento de medios, entre ellos como dice el capitán Oliveira, los aviones en si y el reequipamiento de pilotos, porque hay que pensar que la Armada había adquirido los Súper Etendard y los pilotos estaban saliendo de los A 4. Significaba tal a una transición. Incluso dos pilotos se hallaban finalizando un curso que quedaba de Súper Etendard. En ese período se acondicionan todos los elementos y finalmente, 4 días antes del 1 de mayo zarpa la flota para operar como tal. Forma parte de una fuerza de tareas que se establece en el norte de Malvinas. La otra fuerza de tareas estaba integrada por el crucero "General Belgrano" y dos destructores en la parte sur. Todavía no sabíamos que pasaba. Dependíamos de gestiones políticas. El 1 de Mayo se recibe la orden de que las fuerzas del sur y del norte se aproximan a dos fuerzas similares inglesas. Se establece un contacto bastante cercano, a unas 80 millas. Los aviones reciben la orden de atacar al amanecer, a una distancia aproximada de 120 millas. Lo que no nos convencía mucho a nosotros porque el radio de acción de nuestros aviones era mayor que el de los Harrier. Sin embargo, nuestro ataque se iba a producir dentro del radio de acción de los Harrier. Con el Harrier ellos tenían cierta superioridad aérea, lo que nos preocupaba. Pero ya estaba decidido. Nos afectaba la situación meteorológica. Parecía una noche de verano en el Pacífico. Luna, mar planchado, sin viento, al revés de lo que ocurre siempre en el sur. Nosotros rogábamos que hubiera viento para despegar a la mañana, porque no salíamos con todo el armamento si no contábamos con el viento adecuado. Finalmente a las 2 de la mañana se dio la orden de repliegue para una mejor oportunidad. El día anterior había ocurrido la primera incursión de la Fuerza Aérea desde tierra hacia las islas, con el resultado que todo el mundo conoce. Hubo acciones esporádicas que no fueron tan contundentes como se pintaron al principio. Al día siguiente se produce el hundimiento del "Belgrano".
Eso nos pone sobre aviso de la gran amenaza submarina (Rótolo)
– La noche del 1º al 2 de mayo, a las dos menos cinco, se produce el primer toque de combate real del portaaviones "25 de Mayo", ante la presencia de dos ecos en los radares, supuestamente dos Harrier. (Arca)
– El buque con el resto de la flota, inició su repliegue.
– Después hubo 9 despegues de A4 para interceptar amenazas sin establecerse combate. Nunca nos encontramos con los Harrier.
- ¿Qué sintieron cuando se enteraron del hundimiento del "Belgrano"?
– Creo que tomamos realmente conciencia de que habíamos entrado en un conflicto bélico, de que iba a ser muy seria la confrontación y que debíamos prepararnos para lo peor. (Benítez)
– Y tomamos conciencia de nuestra deficiencia antisubmarina, lo que tiene mucho que ver con el repliegue de la flota.
-Volvemos a Puerto Belgrano y la Tercera de Ataque se traslada con todos sus aviones para operar desde Río Grande, donde ya estaban los Súper Etendard. (Curilovic)
-Nuestra primera víctima es el teniente Carlos Alberto Benítez, quien a bordo de un Macchi realiza un vuelo de reconocimiento en Puerto Argentino y cuando regresa tiene un accidente con el avión cargado con bombas y fallece… Fue el 28 de abril. El primer aviador que muere en el conflicto (Olmedo)
-Conviene destacar las diferentes tecnologías de los elementos con que hubo que enfrentar a la flota británica. Teníamos una escuadrilla recién incorporada, la de Súper Etendard, con aviones de una tecnología avanzada. Pero todavía no experimentada. Estaban, además, los A 4, con tecnología demasiado atrasada para enfrentar una fuerza de tareas que electrónicamente estaba a primer nivel. Y los Macchi, que no tenían ninguna capacidad ni para atacar ni electrónica; eran exclusivamente de adiestramiento. Eso determina la forma en que tiene que enfrentar cada una de las escuadrillas a las fuerzas de tareas, crean en sus propios adiestramientos las diferentes formas de enfrentar a los buques. A 4 hace sus técnicas particulares, para bombas, y los Súper Etendard para los misiles. En los trabajos previos al conflicto, lo más importante era eso. Rescatar el adiestramiento y el trabajo de los distintos cuadros de operación de las escuadrillas en la preparación de los perfiles de vuelo y las tácticas a desarrollar para enfrentar a las naves inglesas, cada uno con las medios disponibles. (Curilovic)
–¿Tenían ya ustedes conciencia de la gran diferencia entre ambas fuerzas?
-Sí. Y como teníamos buques británicos, comprados a Inglaterra. Estábamos actualizados en cuanto al material de que disponían. Muchos de los perfiles y formas de aproximación de ataques fueron practicados sobre nuestros buques. En el caso de Súper Etendard el trabajo fue exhaustivo en la preparación del material que no tenía aún capacidad operativa. Ni en Francia había sido utilizado como avión lanzador de misiles. (Curilovic)
-La "Sheffield" es la destinataria del primer lanzamiento pero no la primera misión que cumple el Súper Etendard. La primera la realiza en la mañana del 1º de mayo, cuando todas las aeronaves argentinas reciben la orden de atacar. Tanto la Fuerza Aérea como nosotros iniciamos el ataque contra las fuerzas británicas. El Comando de la Aviación Naval ordena la salida de los cuatro aviones que teníamos en ese momento con cuatro de los cinco misiles existentes para lanzar ese misma día. Pero, primero por una falla logística y, segundo, por falta de tanque de reaprovisionamiento, porqué teníamos en ese momento, no pudimos hacer el otro vuelo. El primero sale, pero tiene que volver por una falla de combustible. El segundo no sale por falta de tanque de reaprovisionamiento. E1 2 y el 3 de mayo tenemos alerta, y el 4 de mayo a la mañana nos informan que ha sido detectado un eco, todavía indeterminado, por un Neptune que había salido muy temprano y nos ordenan salir. Íbamos el capitán de corbeta Bedacarratz y yo, como numeral de él. Despegamos a las 9 y cumplimos exactamente lo que hablamos hecho durante toda la fase de adiestramiento. (Mayora)
–Con una diferencia. Que no era lo mismo. ¿Qué pensaban mientras se dirigían en busca del blanco?
-Lo que yo sentía era temor a hacer algo mal. Habíamos practicado tanto que después de habernos ejercitado durante años para llegar a eso, tenia miedo de equivocarme.
–No miedo a la muerte.
-Sí, obviamente. Como todo el mundo uno quiere vivir, pero había que pasar el momento. De todos modos yo tenía más miedo a equivocarme, a no cumplir con lo que debía hacer. Salimos nerviosos. Nos reunimos con el avión tanque de la Fuerza Aérea; hicimos el reaprovisionamiento en vuelo Desde el momento en que despegamos hasta que hicimos el primer contacto con los buques ingleses no dijimos ninguna palabra entre los dos aviones porque nos habíamos impuesto un silencio radiotelefónico estricto. Habíamos empezado el adiestramiento dividiéndonos por parejas. Nos conocíamos mucho. No era necesario hablar. Cada uno sabia perfectamente que es lo que iba a hacer el otro. Después de reaprovisionarnos cumplimos todas las secuencias que hay que seguir para lanzar un Exocet, que es bastante complicado…
–¿A qué altura volaban?
-Con el tanque nos reunimos en altura, hicimos un perfil de aproximación a la fuerza y luego descendimos a unos 30 metros, más o menos.
–¿Es muy riesgoso volar a esa altura?
-No es sumamente riesgoso. Es una maniobra más complicada que otras. Es todo cuestión de adiestramiento. Recibimos la información del Neptune, introdujimos los datos en nuestro sistema de navegación, en el cual se puede poner un punto inercial, un punto geográfico en medio del mar; se lo puede introducir en la computadora del avión y le da todos los datos como para podo llegar a ese punto. Una vez realizada esa inserción en el sistema comparamos los datos, ya que nos habían dado dos blancos, uno más chico y otro mayor. Tenían muy poca diferencia en distancia y también en azimut y decidimos ir al mayor. Terminamos toda comunicación, hicimos un pequeño cambio de rumbo para acercarnos al punto y cumplimos con la táctica que habíamos practicado. Nos elevamos un poquito. Emitimos. No tuvimos ningún tipo de contacto, volvimos a rasante, a muy baja altura, nos acercamos una milla mas y volvimos a ascender. En ese momento tuvimos una detección. El capitán Bedacarratz encontró dos ecos. Uno en la proa más chiquito y otro, mayor, unos veinte grados abierto por derecha. Yo no vi el de la proa. Vi el de la derecha. Yo pude observar tres ecos. Uno grande con dos chiquitos al costado. En el radar no se pueden distinguir formas ni colores ni nombres ni nada por el estilo. Sólo se determina una marquita que puede ser una isla, un buque o algo que refracte la energía electromagnética emitida. Uno va hacia ese punto que reconoce como enemigo gracias a que ellos también emiten. Si de esa fuente sale una emisión es señal de que hay alguien adentro. Y por las características de los radares sabemos que es un buque enemigo. De esa manera se lo reconoce. Cumplimos las fases de aproximación, a través de la computadora pasamos los datos al misil y cuando entramos en la distancia de lanzamiento tuvimos que hacer un giro por derecha, con lo que quedamos un poco adelantados. Las condiciones meteorológicas eran muy malas, había 200 metros desde el agua al tope de las nubes y apenas unos 2.000 metros de visibilidad, por lo cual, el capitán Bedacarratz en determinado momento entró en un chubasco y yo no lo vi. En ese momento, él lanzó su misil. Cuando salí del chubasco vi el lanzamiento del misil y le dije ¿lanzó? Él me respondió: "sí, ya lancé". Entonces yo lancé el mío. Todo piloto esta acostumbrado a que cada vez que aprieta un botón salen los cañones, o los cohetes o las bombas. En cambio en el Exocet hay un tiempo de retardo. Se aprieta el botón y, hasta que sale, transcurren dos segundos. Como uno está automatizado y cree que es instantáneo el lanzamiento del arma, esos dos segundos se le hacen una eternidad. Además, era el primer lanzamiento. Nosotros no sabíamos si iba a andar. Salieron bien. Yo vi los dos misiles que hicieron una curva descendente, se nivelaron y parecían una bengala que se alejaba. Se metieron en una nube y nosotros de inmediato giramos y nos desplazamos de la zona.
–¿Qué es lo primero que dicen cuando rompen el silencio?
-Como las condiciones meteorológicas eran tan malas, cuando giramos el capitán Bedacarratz se mete en un chubasco y yo lo vuelvo a perder. Aflojé un poco el giro y eso me llev6 a pasar por atrás de él. Como yo estaba emitiendo radar… Nosotros tenemos un sistema que nos indica si estamos siendo iluminados por un radar. Entonces él tuvo la indicación de que en la cola lo estaba iluminando un radar. Y me avisó: "ojo, que tengo una emisión, estamos siendo iluminados". Yo le contesté "no, señor. No se preocupe, que soy yo que estoy pasando por la cola". "Está bien -me contestó- nos vamos para abajo y escapamos". Descendimos lo más bajo posible y nos escapamos de la zona sin ninguna novedad. Estábamos bastante tranquilos por las condiciones meteorológicas. Nosotros temíamos una interceptación de Harrier que, por las condiciones meteorológicas era poco factible. No obstante, escapábamos pensando que podíamos ser interceptados. A medida que transcurrían los minutos veíamos que eso no ocurría. No hablábamos nada, salvo esa comunicación; y luego avanzamos todo lo posible hasta que llegó el momento en que el combustible no era suficiente para volar bajo y rápido, así que tuvimos que subir. Estábamos fuera y casi con seguridad a salvo. El tanque empezó a llamarnos para ver cuál había sido el resultado de la misión. Nosotros no le contestamos hasta que tuvimos Río Grande a la vista. Entonces le dijimos que habían sido lanzados dos misiles en condiciones favorables.
–¿Cuándo se enteraron de que habían hecho impacto?
-Aterrizamos a las 12. Fuimos a almorzar. Estuvimos haciendo un posvuelo…
–¿Qué es un posvuelo?
-Donde se desarrolla la critica y autocrítica del vuelo y se sacan experiencias para las futuras misiones. Hicimos un informe para inteligencia, y mientras estábamos en eso llegó el comunicado del departamento de Defensa inglés diciendo que en la mañana había sido tocado el destructor "Sheffield" con dos misiles Exocet. Fue la primera noticia que tuvimos sobre el blanco al que habíamos lanzado y sobre el resultado del lanzamiento.
–¿Qué hicieron cuando recibieron la noticia?
-Nos abrazamos. Todo el mundo nos vino a felicitar. Fue un momento muy especial. Era la primera vez que combatíamos. Habíamos aprendido y veíamos que lo que habíamos practicado durante tanto tiempo era posible realizarlo. Pensamos que éramos un puño fuerte para el país y que teníamos poder. Y estábamos orgullosos de ello. (Mayora)
-La gran duda de la escuadrilla era saber si el sistema, que ni siquiera se había puesto en uso en Francia, funcionaba. Y con esta operación todas las dudas quedan de lado. (Rótolo)
-La duda surgió porque en la escuadrilla había técnicos franceses, pero sólo para una asistencia técnica del avión en sí, no del sistema de armas. Eso motivó comentarios periodísticos donde se decía que la marina francesa estuvo apoyando también para la utilización del misil. Lo cual no fue cierto. (Arca)
–¿Pensaron alguna vez que la guerra se podía ganar o creyeron siempre que se trataba de una guerra perdida?
-Creíamos que podíamos hacer un forcing diplomático. Si nosotros lográbamos producir un nivel de bajas importantes podíamos llevar a un forcing diplomático. Durante todo el conflicto estuvimos convencidos de que mañana llegaban más misiles. Esa fue siempre nuestra mira, porque teníamos muy pocos. Constantemente se hablaba de que los misiles ya estaban en el país, "vienen mañana"… Y como sabíamos que era un arma formidable, teníamos la esperanza de seguir causando bajas. (Mayora)
-A esta altura, el 4 de mayo, y con el éxito de la primera misión del Súper Etendard, hay expectativas. Todavía no hemos podido volar lo suficiente sobre el enemigo ni hemos visto los buques cara a cara, como para tener una dimensión exacta sobre el desarrollo de la guerra. Y si bien había sido hundido el crucero "Belgrano", el golpe contra la "Sheffield" significa un impacto grande y provoca expectativas. (Benítez)
-Las pequeñas batallas ganadas, como el hundimiento de la "Sheffield", las averías de la "Antílope" y otros buques, nos dan ciertas expectativas de llegar a un fin exitoso desde el punto de vista bélico, pero no vislumbrábamos una victoria contundente. Después esas expectativas se derrumban. (Arca)
-Yo quisiera rescatar dos puntos importantes. Uno de ellos, que a raíz del hundimiento de la "Sheffield" se levanta la moral que estaba decaída por el hundimiento del crucero "General Belgrano", en el cual todos teníamos amigos, o conocidos. Entre los británicos la reacción fue inversa. Tenían la moral alta por el hundimiento del "Belgrano" y en ese momento pierden el buque orgullo de ellos. De inmediato reciben la orden de alejarse de la zona de las islas. Eso los obliga a trabajar de una manera distinta: no entrando dentro del radio de acción de los aviones. Además, como se dijo, comprobamos que el sistema del misil Exocet, funcionaba. Ante lo poco que había –creo que fue uno de los juegos importantes de la aviación naval- se resolvió dosificar el uso para mantener una amenaza latente a lo largo del conflicto. Ellos sabían perfectamente la cantidad de misiles que teníamos. (Curilovic)
-El 4 de mayo la flota inglesa se retira y ya no trabaja al oeste de las Malvinas, sino que lo hace de Malvinas hacia el Este. Se produce una impasse grande en las acciones bélicas hasta el día del desembarco, el 21 de mayo a la madrugada, en San Carlos.(Benítez)
-Yo quiero agregar algo con respecto a la pregunta sobre si pensábamos que íbamos a ganar la guerra. Creo que los aviadores navales éramos totalmente conscientes de la importancia que tenían las fuerzas aéreas en general y el Ejército en este conflicto, una vez que se decidió el retiro de los buques, de las unidades de superficie de la zona de operaciones, o más que el retiro el repliegue o la demora para que entren en acción. Más que el hecho de pensar que íbamos a ganar era la responsabilidad que implicaba armas tan poderosas como lo son los aviones de ataque, que pueden causar gran efecto, moral y logístico.
Esa responsabilidad creo que hacía que nosotros sintiéramos que teníamos una gran posibilidad de parar por lo menos el avance inglés. Hasta el día 21 de mayo, yo creo que nosotros estábamos totalmente convencidos que con nuestras fuerzas aéreas y con la colaboración del Ejército desde tierra. Podíamos parar el intento de desembarco. Tanto es así que el día 21 de mayo la Tercera Escuadrilla de Caza y Ataque, los A 4 tienen el bautismo de fuego: esa es nuestra primera misión. Hace doce vuelos durante el día, de los cuales seis entraron en combate, pero los doce estuvieron en Malvinas en un esfuerzo muy crítico para tratar de detener a las unidades de superficie. Se daba todo, absolutamente todo, con tal de pararlos porque éramos conscientes de la importancia que tenía el desembarco de ellos. Y así fue. Después que desembarcaron las acciones cambiaron notablemente. (Sylvester)
-El 21 de mayo salimos a la mañana con seis aviones. Volamos sobre Malvinas sin reabastecernos en vuelo por la urgencia con que desde tierra requerían apoyo aéreo. Ahí tomamos conciencia de lo enorme que son las islas. Volando con A 4 después de cruzar 300 millas sobre el agua, no teníamos la ubicación exacta de dónde habíamos recalado. Volamos durante 20 minutos sobre las islas y nos vimos forzados a regresar por falta de combustible a Río Grande, con unas condiciones meteorológicas horribles. De inmediato vuelven a salir otros seis aviones que poco después van a establecer contacto con el enemigo. (Benítez)
-Ese día llegaron de regreso los aviones de la misión anterior. Río Grande era un espectáculo de película porque estaba también un escuadrón de Dagger de la Fuerza Aérea y se oía en todo momento el rugir de los aviones que despegaban en distintas misiones: se escuchaba desde el amanecer. Tomamos conciencia de la realidad. Él A 4 es un avión que navega y tiene ayuda radioeléctrica de tierra, pero carece de un aviador inercial para recalar en un punto geográfico. Recala visualmente. Como había mucha niebla y nubosidad, los pilotos que nos precedieron no encontraron objetivos y por falta de combustible volvieron. Entonces sacamos dos conclusiones rápidas. Una, que debíamos ser muy cuidadosos en la recalada de la navegación y lejos de la zona enemiga. Y segundo que, en lo posible, teníamos que usar tanques de reabastecimiento. No obstante en el segundo vuelo, por apuro, tampoco usamos el tanque. Partimos el capitán Philippi –que era ex comandante de la escuadrilla y se acopló a la misión- el teniente Arca y el teniente Márquez. En los otros tres aviones estábamos yo de sublíder, el teniente Sylvester y el teniente Lecour. Tanto era el apuro que no pudimos salir juntos, ya que a los aviones había que cargarlos y colocarles las bombas, que es una maniobra bastante lenta. Además, nos corría la luminosidad del día, ya eran las 2 de la tarde. Así que los tres primeros aviones despegaron seis minutos antes. También nuestros ataques estaban previstos rasantes, porque no hay otra defensa. A diferencia del Súper Etendard, el lanzamiento de nuestras armas es sobre el buque y no a una distancia prudencial. Por lo que es un buque hoy, no se concibe pasar por encima debido a su defensa electrónica y misilística. (Rótolo)
–O sea, que ustedes iban con la idea de que las posibilidades de éxito se reducían a un diez o un 15 por ciento.
-No. Existían posibilidades concretas porque durante años habíamos hecho ataques sobre buques similares de nuestra flota. Teníamos valores con los que a veces vulnerábamos los sistemas electrónicos. Realizamos un cálculo. De cuatro aviones dos podían quedar, pero dos pasaban. El armamento nuestro era muy efectivo. Una sola bomba que le pegara al buque lo dejaba destruido en un 50 por ciento. Esa era nuestra posibilidad y nuestra guerra. No había otra. Así que seis minutos después partió la división mía, siempre con la prudencia de no hablar. Mi avión tenía una pequeña ventaja, un sistema Omega de navegación que depende de antenas ubicadas internacionalmente en el globo. Pero durante la guerra no las cortaron, lo que nos favoreció. Hicimos unas comparaciones con el teniente Sylvester y no hablamos más. Escuchábamos lo que le ocurría a la primera sección. (Rótolo)
-Nosotros, como dijo el capitán Rótolo, habíamos salido unos seis minutos antes. El capitán Philippi iba de líder, de número dos el teniente Márquez y de número tres yo. Hicimos una aviación escolástica en altura, perfil alto bajo, como se llama, descendimos a 60 millas de la isla, hablamos por primera vez cuando yo dije "Señor, ahí están las islas", y descendimos a menos de 30 metros. Los cerros, las costas de la isla estaban muy por encima nuestro. Yo diría que íbamos entre 10 y 5 metros de altura; tanto es así que a veces el mar salpicaba el parabrisas. La velocidad era de alrededor de 950 kilómetros por hora. La misión nuestra era atacar un buque que salía por el canal de San Carlos, averiado. No existió nunca. Al menos no lo vimos. Ahí hubiera terminado nuestra misión. Pero teníamos un objetivo secundario que eran los veinte buques que estaban desembarcando en la bahía de San Carlos. Cruzamos a la islas Soledad iniciando el ataque hacia la bahía de San Carlos. Pasamos por encima del "Carcarañá", un buque de transporte averiado por los Harrier, que estaba varado en la costa. En un momento dado vimos un buque navegando cerca de la orilla, unas dos o tres millas hacia dentro.
Mi primera intención es ir al ataque, pero el capitán Philippi ordena mantenerse en el mismo rumbo, hasta llegar a 90 grados del buque. (Arca)
–¿Estaban ya detectados por el buque?
-No teníamos indicación para saberlo, carecíamos del instrumental que posee el Super Etendard. Si un misil nos lleva por delante lo advertimos cuando explotamos. De todos modos supimos que el buque nos había detectado porque empezó a realizar maniobras evasivas. Se fue hacia fuera del canal. Desde que lo vimos transcurrió un minuto, un minuto treinta, sin que nos lanzara ningún proyectil. ¿Por qué no lo hacía? Porque nosotros estábamos pegados a la costa y el sistema de ellos no les permitía discernir entre el blanco y la costa. (Arca)
–Intencionalmente ustedes estaban pegados a la costa.
-Claro. Nos mimetizábamos con la costa, bien bajos. El sistema de armas de ellos no discernía el blanco.
-Conviene aclarar que los buques tienen sus máximas capacidades, cuando el sistema de armas está diseñado para trabajar en aguas abiertas. Cuando están cerca de la costa sus radares ven limitadas sus capacidades por los ecos que representan las costas. Eso estuvo a favor de nuestros aviones y los de la Fuerza Aérea. En aguas abiertas las posibilidades de supervivencia del avión son nulas. (Curilovic)
-Estando en posición giramos hacia el buque, que era la fragata "Ardent". Cuando asomamos el avión en el agua, empiezan a tirarnos, y nos forman una pared de fuego entre el buque y nuestro avión. Era algo que yo no había visto nunca. Sólo en las películas. Mientras avanzábamos iban explotando las granadas y se veía el efectos de los impactos en el agua. (Arca)
–¿Qué pensaba usted en ese momento?
-En ese momento uno no es tan razonable, más bien está automatizado para actuar de acuerdo con el adiestramiento que tuvo en su vida. Por eso uno defiende tanto la posición del piloto que está formado. Comprobamos que no improvisa absolutamente nada. Hace exactamente lo que aprendió.
–¿Desaparece el instinto de conservación que a veces lo obliga a uno a actuar de una manera que no es lógica?
-Yo creo que estamos tan adoctrinados con nuestro adiestramiento que no permite otra cosa que cumplir con los objetivos que nos hemos trazado al comienzo. Y ese objetivo era el combate. Era el lanzamiento de las bombas. No permite otro tipo de razonamiento. De todos modos cuando salimos a volar siempre pensamos "a mí no me va a tocar". Y cada uno piensa lo mismo. (Arca)
-Suicidas no somos. Somos profesionales. Siempre uno trata de buscar esa pequeña posibilidad para uno o para el grupito… (Rótolo)
-Lo más importante del adiestramiento que nombró Arca es que en todos los casos la Aviación Naval lo hace, por supuesto, sobre el mar, con operaciones sobre el portaaviones, volando rasante, diurno, nocturno, contra buques. O sea, que el propio adiestramiento tiene tal riesgo que lo habitúa al peligro.
-Mientras a uno no lo tocan, uno ve. Es un espectador maravilloso de lo que pasa. Hay una gran tensión antes de empezar la misión. Se tienen en cuenta los cálculos de riesgo que cada uno hace personalmente. Pero una vez cerrada la cabina, e iniciado el vuelo, uno se sentía como siempre, consideraba todo normal. Y si no lo tocaban, lo único que hacía es seguir para delante hasta cumplir con la tarea. (Rótolo)
Arca prosigue su relato:
-Estábamos en medio del fuego enemigo. Nos tiraban hasta con 12,7 desde el puente (lo supimos después por publicaciones). Es decir, nos tiraban con todo lo que tenían. Entramos los tres aviones. Primero el capitán Philippi; por el giro hacia dentro entré yo segundo y el teniente Márquez, tercero. Entre avión y avión debíamos llevar una diferencia de 14 segundos, pero la necesidad del combate y la urgencia con que se presentó el buque fuimos uno tras otro aproximadamente en siete segundos. El capitán Philippi disparó sus cuatro bombas sobre el buque. Las veo salir, se abren las cuatro bombas que son frenadas para permitir que el avión se aleje; y la última, mientras el buque avanza a toda velocidad, pega en la popa y explota. Mi esperanza era que el capitán Philippi errara, para no tener que agarrar todo lo que saltara para arriba. Pero no fue así. Yo me tragué todo. Pasé en medio del fuego del capitán Philippi, a trescientos pies, y tiré mis bombas. Yo había alertado al capitán Philippi de su impacto. Y el teniente Márquez que viene detrás de mí me dijo: "otra en la popa". Una de las cuatro que yo tiré también pegó en la popa. Salimos los tres aviones y volvíamos escapando por el mismo lugar, separados por unos 500 metros, cuando el teniente Márquez ve los Harrier. Ese fue un baldazo de agua fría, porque sabíamos que debíamos entrar en combate con ellos. A los 10 o 15 segundos, el teniente Márquez desaparece. Después nos enteramos que había explotado en el aire. El piloto que le tiró con sus cañones dijo que su avión se había desintegrado en el aire. Uno de los Harrier casi llega a nivel mío. Yo lo veo ahí. Dispara el misil y le pega en el tubo de chorro al capitán Philippi. En ese instante vi los piques de los cañones en el agua. El capitán se eyecta y yo empiezo a combatir con el otro Harrier, sin armas. Mis cañones estaban trabados y había tirado las bombas. Me impactó unos diez tiros mientras yo trataba de evadirlo. El combate duró pocos segundos, tal vez 30, y con el avión totalmente averiado me voy a Puerto Argentino, perseguido por dos Harrier que estaban haciéndome intercepción porque yo iba hablando requiriendo pista y pidiendo que me ubicaran porque estaba totalmente fuera de control. Desde abajo observan cuando los dos Harrier me disparan nuevamente. De Puerto Argentino me piden que eyecte. Yo no eyecto. Cuando intento aterrizar no puedo hacerlo porque me faltaba uno de los trenes de aterrizaje. En definitiva eyecto sobre el agua y soy rescatado por uno de los helicópteros del Ejército.
–¿Cuánto tiempo permaneció en el agua?
-Treinta minutos, y tuve principio de congelamiento de pies y de manos. Eso demandó un trabajo médico continuo de 24 horas para volverme a la normalidad. Salí colgado del helicóptero porque no tenía medios de rescate, agarrándome con los brazos, ya que el helicóptero puso los esquíes casi adentro del agua. Yo me monté en caballito invertido y salí del agua así… Estuve ocho días en Puerto Argentino, con el bombardeo constante.
–¿Tenia familia aquí, en el continente?
-Tenía mi señora y tres chicos. El día 24 de mayo pude hablar con mi señora desde Puerto Argentino y ese día coincidió con el cumpleaños de mi hijo. Yo no me acordaba,
–Debe haber sido un momento muy emocionante.
-Sí, porque ella se enteró de que los aviones habían sido derribados, lo que ocasiona el problema sentimental que cualquiera puede imaginar. Cuando escuchó mi voz se tranquilizó. Lo único que yo tenia era una fractura en el brazo. El éxito que habíamos tenido en esa misión era muy redituable para la escuadrilla. (Arca)
Mientras todo esto ocurría, los pilotos que habían quedado en tierra vivían momentos de incertidumbre y preocupación, pues ninguno de los tres A 4 que habían partido en la misión retornaba dentro del tiempo previsto.
-Estábamos en un vehículo de comunicaciones en el que interceptábamos los mensajes de los aviones cuando regresaban. Creo que fue la tarde más angustiosa que hemos pasado. No sabíamos nada de lo que estaba ocurriendo, hasta que recibimos las comunicaciones de la segunda sección que regresaba. Cuando el capitán Rótolo se comunica con el aeródromo de Río Grande, aproximadamente a 160 o 170 millas, tenemos la seguridad de que la primera escuadrilla había sido derribada, porque en ese momento ya debería estar aterrizando. Esa noche nos enteramos de que un piloto había eyectado en Puerto Argentino y que estaba bien. No sabíamos quién era. De los otros dos no teníamos noticias. Al otro día, a la mañana, supimos que el que estaba en Puerto Argentino era Arca, y cinco días más tarde tuvimos noticias de que Philippi estaba vivo.
-¿Cómo se había salvado?
-Hizo una supervivencia en el agua y logró llegar a tierra, donde se unió a una familia de kelpers, estuvo dos días con ellos, hasta que por radio se comunicó con Puerto Argentino y un helicóptero lo fue a buscar. (Arca)
-Primero se había refugiado en una cabaña y para comer tuvo que matar un cordero.
-Nosotros íbamos atrás y escuchamos las comunicaciones. Como recordará habíamos partido seis minutos más tarde. Escuchamos cuando dijeron que ya estaban rasantes sobre el agua para no ser detectados. Otro dijo "qué ancho es el estrecho", un detalle que nos sorprendió; escuchamos también la detección del buque y tras el ataque intuimos que habían sido derribados. Uno dijo "me eyecto"; otro gritó "Harrier", y se perdieron las comunicaciones. Nosotros estábamos descendiendo y nos dijimos "eso es lo que hay. Eso es lo que nos espera". Realizamos el mismo trayecto que ellos recostándonos un poco más sobre tierra. Atravesamos una bahía, encolumnados, protegiéndonos, bien rasantes. Sabíamos que arriba había Harriers. Desde la bahía descubrimos tres buques en el canal. Les pregunto a los demás si estaban conmigo, en una forma un poco jocosa; yo no los veía, ellos venían atrás. Les designo el blanco y nos largamos hacia ese blanco. El fuego era intenso. Nos tiraban todos los buques. En ese momento uno a lo que aspira es a no fallar y a que no lo toquen. No puede pensar mucho más, porque todo sucede muy rápido. Yo lanzo mis bombas y trato de escapar, cuando veo un buque atravesado que también me estaba tirando, así que cambio el escape y me voy por detrás de las islas. (Rótolo)
-Yo iba siguiendo al avión líder cuando vi que le estaban tirando. Recién me di cuenta de los buques que estaban al costado. No noto que me tiren. En el momento en que atravieso la columna de humo descubro al líder que se me está viniendo encima. No sabía que ocurría. "Quiere atacar otra vez", pensé, en lugar de escapar, "se enloqueció". Entonces oí que me decía "para acá no, que nos están tirando". Nos metimos en la costa y enfilamos por unos cañadones. En ese instante -después de haber arrojado las bombas- es cuando uno deja de ser un autómata y vuelve a tomar conciencia de que tiene que sobrevivir. En ese momento se siente un paria porque no tiene municiones, está en un terreno que no conoce, con poco combustible. (Lecour)
-Además, estábamos a 8.000 metros de altura, es decir, que podíamos ser detectados por cualquier unidad de superficie. Cualquier buque próximo nos podía derribar con toda facilidad. Carecíamos de defensas. (Sylvester)
-Para nosotros ése fue un día importante, ya que era nuestro bautismo de fuego. A la mañana, como los aviones fueron y volvieron, todo parecía normal. No había entrado todavía en la realidad de la crudeza que tiene la guerra. El primer impacto lo sentí en vuelo al oír la voz del capitán Philippi avisando que se eyectaba. Entonces me di cuenta de que las cosas eran distintas a un adiestramiento normal. En ese instante, no sé por qué, rompí el silencio electrónico. Lo llamé a Arca y también a Márquez. Tuve la impresión de que estaban todos derribados, y comprendía la crudeza del lugar donde íbamos a entrar. Estábamos recalando en la Gran Malvina y allí decidió el capitán Rótolo seguir a la isla Soledad. Según el capitán Philippi eso fue lo que nos salvó y nos permitió atacar. Nuestro camino estaba previsto por el estrecho, no por la isla Soledad. Según supimos después, mientras el capitán Philippi nadaba hacia la costa, vio pasar varias veces los Harriers patrullando el estrecho. Marchábamos sobre tierra con idea de llegar a la bahía de San Carlos, que era donde se estaba desembarcando. Pero tuvimos que cruzar la bahía Ruiz Puente, ubicada un poco antes, y tuvimos que atacar a los buques que estaban ahí, porque no quedaba otra alternativa. Había cuatro buques. Tres al costado y uno en la proa del avión líder. Yo, como iba tercero, vi el ataque desde una cómoda platea. Notaba sobre todo los piques de la artillería en el agua; vi pasar muchos disparos al costado del capitán Rótolo: no tantos al lado mío. Observé cómo el capitán Rótolo atacaba al buque volando a baja altura y según nuestros procedimientos. Todas las bombas que lanzó él explotaron. El lanzamiento fue muy bueno, pero con la mala suerte de que el buque quedó horquillado, con unas bombas antes y otras después. Es impresionante el efecto que producen las bombas, el humo, los fragmentos que se elevan de un modo sorprendente. Mucho más alto que nuestras alturas de lanzamiento. Las bombas de Lecour, que fue el segundo que tiró, horquillaron la nave nuevamente. Una pegó muy cerca del buque y lo encerró. El buque para mí desapareció en una bola de humo y de fragmentos. Estimamos que era un fragata tipo 21. En la numerosa nómina de buques averiados que tuvo la flota inglesa no logramos nunca averiguar cuál era… Yo atravesé esa nube de humo y cuando estaba encima empecé a divisar la sombra del barco que intentaba salir con todo timón hacia la izquierda, es decir, hacia el lado opuesto en el que había caído la bomba. Hice mis lanzamientos, cuyo efecto no pudo ser verificado, pues no venía nadie detrás de mí. En el escape nos habíamos quedado casi sin combustible y no podíamos volar a baja altura; así que nos alejamos a casi 8.000 metros de altura y con la seguridad de que podíamos ser interceptados. Aterrizamos en Río Grande con muy poco combustible. Dos aviones estaban averiados, presumiblemente por las propias esquirlas de nuestras bombas. (Sylvester)
–¿Fue casi milagroso el regreso?
-No. Milagroso, no. Pero tuvimos mucha suerte. La suerte que no tuvieron los tres que nos antecedieron. Sabiendo lo que le habla ocurrido a ellos, nosotros estábamos esperando permanentemente ser derribados, hasta que nos alejamos un poco de las Malvinas. (Sylvester)
-Esa suerte es la que no tuvimos nosotros. Ni bien salimos de los buques y nos disponíamos a escapar y descansar, teníamos encima a los Harrier. (Arca)
-Hubo una comunicación en el momento de escapar del capitán Rótolo, que nos hizo reír mucho, no en ese instante sino después. "¿Estamos todos?", Preguntó. Escuché que Lecour respondía "yo, sí". Enseguida agregué "yo, también". Y Rótolo exclamó "¡qué suerte!". Le salió del alma. (Sylvester)
-Demuestra lo que pensábamos. No teníamos muchas esperanzas. Además de las defensas de los buques ellos atacaban desde las lomas y, como era el último ataque del día, ya no podíamos aprovechar el factor sorpresa.
-Lo que tiene que quedar claro es que esto no fue obra de la casualidad. Nosotros hicimos en las Malvinas lo que hablamos practicado durante toda la vida en tiempo de paz. Volamos como volamos siempre, utilizamos la técnica de ataque que teníamos prevista y tiramos el armamento apropiado para ese tipo de unidades de superficie. No fue casualidad que una unidad nuestra terminara de hundir a la "Ardent", atacada previamente por la Fuerza Aérea, como ha sido reconocido. Y que otra tenga responsabilidad en el hundimiento de la "Antílope". (Sylvester)
El 22 de mayo las operaciones aéreas quedan suspendidas por mala meteorología tanto en Río Grande como en Islas Malvinas. Nos quedaban solamente cuatro aviones por los derribos y las averías sufridas el día anterior. El 23 a la mañana tuvimos una misión ante un buque que presumiblemente se estaba acercando a Río Grande, a unas 150 millas. El capitán Castro Fox estaba a cargo de la Tercera de Ataque. Estaba sin vuelo debido a un accidente muy grande que tuvo a bordo del portaaviones. No podía cerrar la cabina por un defecto en un brazo.
Se la cerraban desde afuera. Zubizarreta era el segundo comandante, el capitán Oliveira y yo integrábamos el grupo. Fue un falso contacto, así que tuvimos que volver nuevamente a pre-vuelo. Nos enteramos de que probablemente atacaríamos el puerto de San Carlos, lugar de desembarco inglés. Después de una división cae 4 A4 de Fuerza Aérea, llegaríamos nosotros y luego los Dagger de la Fuerza Aérea. Despegamos pasado el mediodía. A raíz de la experiencia del día 21 solicitamos hacer reaprovisionamiento en vuelo. Habla una pésima meteorología. Creo que fue una verdadera casualidad poder encontrar al tanque y reabastecernos. Cien millas antes estábamos rasantes y recalamos en San Jorge. Por el oeste entrábamos al puerto de San Carlos. Primero nos informaron que allí había cuatro buques. Después nos confirmaron que eran alrededor de doce. Uno de nuestros aviones tuvo un problema de combustible y se vio obligado a regresar a Río Grande.
Así, que nuestra misión continuaba sólo con tres aviones. Durante la aproximación nos comunicábamos con una nave de Fuerza Aérea que estaba a 40.000 pies y que era la que dirigía la maniobra de las tres secciones de ataque. Cuando empezamos a navegar rasante le pedimos informes sobre la primera sección. Queríamos saber qué había encontrado. Ya sobre las islas escuchamos la primera comunicación de un numeral dé la Fuerza Aérea. No lo entendíamos bien. Después salió el número 3 diciendo "El número 2 no viene, el número 4 está perdiendo combustible por todos lados y pide tanque". O sea, que uno había sido derribado, otro estaba en una situación critica y el tercero probablemente, el que daba las comunicaciones, regresaba bien. Así que mí primera impresión era que al llegar a San Carlos encontraríamos una gran humareda. Cuando íbamos a saltar un morro para caer sobre el canal escuchamos al capitán Castro que nos dijo "Buena suerte".
Avanzábamos encolumnados a una distancia de cien metros entre avión y avión. A llegar a San Carlos estábamos a 1.000 pies, demasiado alto para nuestras técnicas de ataque. Yo sigo al capitán Castro que pone punta abajo y avanza rasante. Cuando miro alcanzo a divisar cuatro buques y veo que él se dirige al mayor, que era un destructor. A mi derecha queda una fragata tipo 21. Hasta ahí no pasaba nada. El mar permanecía absolutamente calmo, mucho sol, gaviotas por todos lados y ni una sola columna de humo. -¿Qué habla pasado? La misión anterior de Fuerza Aérea se vio precisada a atacar a un buque en el estrecho y no había llegado a la bahía. Nuestra primera sorpresa fue que los buques no tiraban. Los fogonazos venían desde tierra y se veía a los misiles como una bengala roja. Uno de ellos pasa entre los dos aviones, el de Castro y el mío. Traté de ocuparme de mi buque y puse todo el acelerador para llegar cuanto antes hasta él. Cuando estuve a distancia traté de tirar, también con mis cañones. La fragata 21 que yo ataqué tenla su cañón apuntando al avión de Castro y le disparaba en forma permanente. Cuando siento que el buque se me viene encima se me traban los cañones, no sale ningún tiro y cambio de selector para tomar las bombas. Al lanzar las bombas se me va la nariz violentamente arriba por el desprendimiento del peso. En ese momento dejé de ver a Castro. Tres bombas hablan salido y una quedó trabada. Entonces escuché al capitán Zubizarreta que decía "Yo ataco al buque del estrecho". Yo pasé la cordillera norte de San Carlos. El capitán Castro sigue y se interna en la isla Soledad. Después regresamos todos en forma independiente por el mismo camino. Recuerdo que antes de entrar en combate el temor mayor mío era cometer un error. Creo que revisé treinta veces los selectores. Cuando ya estaba en el escenario tuve la sensación de estar presenciando una película muda. (Benítez)
–¿Desde qué altura lanzaban las bombas?
-Desde unos treinta metros más o menos.
–¿Veían gente a bordo?
-No. El buque que yo ataqué no tenía una sola persona en cubierta. Me acuerdo que era gris perla clarito. Estaba brillante, parecía nuevo. Tampoco veía a nadie en tierra. Solamente los fogonazos. En el regreso me encontré con Zubizarreta sobre la Gran Malvina. El no había podido lanzar sus bombas por una falla de armamento. Atrás venía Castro con un problema de combustible. Nos avisaba que ascendía a pesar del riesgo de ser interceptado. Al llegar a Río Grande encontramos muy mala meteorología, la pista mojada y el viento fuera de límite. Zubizarreta estimó que no era necesario largar las bombas. Las quería conservar para un próximo ataque. Yo aterricé con dificultad en la pista, pero el avión era controlable. Cuando aterriza Zubizarreta tiene la desgracia de reventar un neumático, con todas las bombas abajo, el avión se va de pista, él eyecta y muere en la eyección. Castro, a pesar de la falta de combustible, aterrizó sin problemas. Según el relato de los ingleses y de la Fuerza Aérea, la "Antílope" sufrió ese día varios ataques. Mis bombas no estallaron. La "Antílope" es hundida cuando tratan de desactivar la bomba que tiene adentro el buque. (Benítez)
Hay un detalle importante. Las bombas de la Fuerza Aérea, por no ser frenadas tenían una velocidad de penetración mucho mayor y por eso perforaban el buque y se iban afuera; como el destructor "Glasgow", que fue perforado de lado a lado sin explosión. En cambio las nuestras que tienen una velocidad de penetración menor, perforan y se quedan. (Mayora)
-Creo que hay que destacar el gesto del capitán Zubizarreta quien, consciente de que la nuestra es la Marina de un país pobre, trató de conservar el armamento, a pesar de las dificultades, para poder utilizarlo en otra misión. (Sylvester)
–¿Creen que las tácticas empleadas por la aviación durante el conflicto modifican el concepto de la moderna guerra aeronaval?
-Yo creo que no hubo nada nuevo. Siempre durante los combates de la segunda guerra los ataques se hicieron volando bajo. No hubo nada nuevo en cuanto a los ataques convencionales con bombas. Lo único diferente fue el ataque misilístico. (Mayora)
-Hay que destacar que el éxito en parte se debe a que los buques ingleses que atacamos estaban en aguas restringidas. En aguas abiertas hubiera sido otra cosa. Cuando empezamos a tomar conciencia de la situación, aunque me sentí como un pajarito arrojando tres bombas en medio de tantos buques ingleses, yo creí que la cosa todavía estaba peleada. Pero cuarenta y ocho horas después del desembarco, San Carlos ya pertenecía completamente a los ingleses. Antenas instaladas, artillería. Ya se habían hecho fuertes en Malvinas. ( Benítez)
-Aquí conviene hacer una aclaración. Antes de producirse el desembarco de las fuerzas británicas, éstas responden a las órdenes que se pueden dar desde el gobierno. No hay tanta libertad de maniobras por parte del comandante. Pero en cuanto se produce la puesta de pie en tierra o cualquier operación anfibia, desde ese momento se da libertad de acción al comandante y ya no queda forma de pararlo políticamente.
Así que una vez logrado el desembarco cambia el curso de la guerra. Incluso los británicos publican que a partir de ese instante se da libertad de acción al comandante y ya no se puede pensar que haya posibilidades de soluciones políticas. (Curilovic)
El día 13, mientras se producían las acciones de los A 4 hubo una misión de Súper Etendard que fue atacar un blanco determinado. El primer ataque de estas máquinas, realizado el 4 de mayo, fue un ataque convencional como lo practicamos siempre durante los adiestramientos. Es decir, hay un avión de exploración que detecta a un buque o a una fuerza de tareas y guía a las máquinas al ataque. A partir del 18 de mayo los aviones Neptune, en un estado verdaderamente calamitoso, pues eran extremadamente viejos, y carecían de cualquier tipo de eficiencia en su capacidad electrónica, dejaron de volar y se perdió la posibilidad de hacer exploraciones a gran distancia. Quedaba sólo la exploración dentro del radio de acción de los aviones Tracker en Río Gallegos. Eso daba idea y cierta seguridad al vuelo hacia Malvinas. Pero de Malvinas para allá el vuelo de los Tracker no servía para tener una situación clara. Entonces hubo un trabajo importante por parte de la gente que estaba en Malvinas, aviadores navales y de la Fuerza Aérea. Con un radar detectaban la salida de aviones Harrier en distintos puntos, que se acercaban a las islas y luego desaparecían, volando sobre el mar a baja altura. Esos movimientos daban la pauta de que el portaaviones estaba cerca. Con triangulación, con trabajo de estudio, se determinaban ciertas posiciones probables para la ubicación del enemigo. Con tales elementos se establecía la partida del avión de ataque, en este caso los Super Etendard, pues se había determinado ya fehacientemente que el ataque en aguas abiertas quedaba determinado a los aviones con una capacidad de armas denominado stand off, es decir, que lanza fuera del alcance de las armas del buque. Esa capacidad estaba dada por el Super Etendard.
El 23 de mayo salió una sección con el capitán Agotegaray y con el teniente Rodríguez Mariani a un punto determinado, al sudeste de Malvinas, de Puerto Argentino. Hacen su navegación, realizan el reabastecimiento en vuelo, establecen el perfil de ataque, llegan al punto determinado, no encuentran el blanco con su radar y regresan. Así estaba dispuesto. Se hacía el vuelo y si el blanco no aparecía, no se seguía buscando, dando vueltas o exponiendo el avión o subiendo para tratar de ver. Se cumplía el perfil como estaba previsto. Era demasiado caro perder un avión por falta de combustible o por seguir adelante sin tener realmente conciencia de lo que había. Así que ellos regresaron. Lamentaban no haber podido lanzar. Como teníamos una guardia, ese mismo 23 de mayo cambian los pilotos y quedamos el teniente Barraza, que era mi numeral y yo. El 24 de mayo transcurre sin vuelos.
El 25 llega una orden con una posición determinada. En este caso a 110 millas al noreste de Malvinas. Una de las tácticas usadas fue decir "si una vez le pegamos un golpe por la izquierda ahora peguémosles por la derecha". Es decir, no siempre en aproximación por el mismo lugar. El último ataque había sido por el sur. Este decidimos hacerlo hacia el norte. Lo importante era encontrar posiciones como para penetrar sin ser detectado. El problema era saber si podríamos encontrar el camino, va que no había exploración aérea. Sabíamos que un buque radar británico estaba en la entrada de San Carlos, el que después fue atacado por la Fuerza Aérea, que lo hundió: el "Coventry". Eso ocurre a las 15.30, más o menos. Nosotros habíamos despegado a las dos de la tarde. Como todas las operaciones tanto nuestras como de la Fuerza Aérea se realizaban con reabastecimiento en vuelo y teníamos sólo dos aviones tanques, había que administrarlos muy bien. Eso implicaba una gran limitación. Muchas misiones se veían abortadas por indisponibilidad de tanques. Volar con el Super Etendard y con su equipo electrónico y de navegación permite obviar todas las dificultades que tienen los A 4 o los que volaba la Fuerza Aérea, que carecían de esa información permanente sobre la ubicación, las distancias a los distintos puntos, los consumos. Todo estaba calculado en forma electrónica, con lo cual uno se sentía seguro e informado. Eso daba seguridad y permitía hacer los perfiles con cierta comodidad. Tratábamos con nuestro radar de no ser interceptados por el piquete, el buque radar de San Carlos, para que no pudiera vectorear aviones interceptores hacia nosotros.
La última información que teníamos es que había movimiento continuo de aviones entre las fuerzas de tareas y San Carlos. Por casualidad el ataque a la "Coventry" se produce a las 15.30 y todo el esfuerzo de la aviación británica se vuelca sobre San Carlos para resguardar la zona. Paralelamente nosotros estábamos entrando por el norte. A las 16.30 detectamos el objetivo en el punto que nos habían asignado. Volábamos a gran velocidad más o menos a 540 nudos; lo que hace que las distancias se vayan acortando rápidamente. Mi numeral se había acercado a unos 200 metros para el lanzamiento; lo normal durante la navegación es mantenerse a una milla. Detectada la fuerza de tareas por nuestros radares, y enganchado el blanco para dar la información al misil, comprobamos que se trataba de un blanco grande, porque había sido tomado a distancia y no se desenganchó nunca. La propaganda británica llegó a decir luego que los misiles que lanzamos estaban dirigidos al "Invencible", que con exitosa maniobra logró zafar mientras el misil perdido se encontró con el otro buque. Eso es parte de la guerra comercial, psicológica. Lo cierto es que la forma en que funciona el misil contradice tal explicación. Los dos aviones enganchamos el mismo blanco a gran distancia y se lanzaron los dos misiles separados aproximadamente cien metros. Yo veo que el misil de Barraza sale, y noto que el mío tarda en despegar. Lo que ocurre es que uno hace un descenso hasta ponerse rasante al agua. A partir de ahí el misil está todavía por debajo del avión y lleva la misma velocidad. De inmediato teníamos que romper y salir de la zona. Mi giro me preocupó porque no sabía qué pasaba con los misiles. En ese instante pude apreciar un espectáculo que otros seguramente no pudieron ver: los dos misiles encendidos, en forma paralela, rasantes en el agua se iban perdiendo como una bengala. Comprendí que teníamos un arma actualizada, capaz de enfrentar a los buques ingleses. Los misiles siguieron su curso e impactaron en el blanco seleccionado.
La idea era siempre atacar al portaaviones. Pero hay que tener en cuenta que cuando se ataca a una fuerza anfibia, tal vez más importante que el buque de guerra es el logístico. Y eso fue aceptado por los mismos británicos. Si usted logra hundir los buques logísticos donde está el personal y el armamento para desembarcar, podría parar la operación. Pero seleccionar el buque logístico para nuestro sistema era imposible. Para los aviones que atacaban en aguas restringidas en el estrecho de San Carlos antes de llegar a un buque logístico tenían que pasar por las naves que estaban adelante. Los británicos formaban un círculo de embarcaciones de guerra en torno a ellos. Después tuvimos información de que los dos misiles habían impactado el "Atlantic Conveyor" destruyendo importante material, especialmente helicópteros, lo que dificultó el traslado del grupo que desembarcó. El camino de regreso era bastante largo. Hicimos tanque nuevamente y después de más de cuatro horas de vuelo aterrizamos de noche en Río Grande. El retorno es diferente a todo lo que se vivió antes porque uno es parte de un eslabón de una gran cadena que abarca desde el mecánico, al personal de armamento, el oficial de mantenimiento, etc. El hecho de efectuar el lanzamiento y encontrarse a la vuelta con todo ese personal que había vivido la incertidumbre se traduce en una gran alegría general que compensa todos los sacrificios que uno pudo hacer. Hasta ese instante habíamos vivido momentos de incertidumbre y desazón ya que no sabíamos la suerte corrida por el capitán Philippi y Márquez durante la misión de dos días antes. Con este éxito recuperamos un poco la alegría. (Curilovic)
-A partir del 25 de mayo cambian los pilotos de guardia. Nos quedaba un solo misil. Los ingleses lo sabían. El trabajo del radar de Malvinas siguió siendo constante para detectar operaciones aéreas y determinar la posición de los portaaviones que después del 4 de mayo operaban desde muy lejos de las islas, lo cual dificultó la operación de los Harrier. El 30 de mayo se ordena el despegue de dos aviones Super Etendard.
Uno llevaba el misil con el capitán Francisco; el Capitán Collavino iba en el otro avión para hacer un apoyo en la información electrónica en el caso de que se produjera una falla en el primero. La fuerza aérea participa también en esta operación con cuatro máquinas A 4 C que atacarían al blanco una vez que hubiera impactado el misil. Fue un vuelo largo, por el sur, con dos reabastecimientos en el camino. Los radares detectan un eco grande al cual Francisco lanza el misil y los aviones de la Fuerza Aérea siguen su estela en dirección al buque. Dos aviones son derribados, y los dos que llegan ven impactar el misil y salir una columna de humo de una nave que definen como tipo portaaviones y sobre el cual hacen sus lanzamientos de bombas. Cuando estos dos pilotos regresan, dentro de su estado anímico por haber perdido dos compañeros y ante la tensión del vuelo largo y duro, confirman que habían atacado el portaaviones y que el misil había impactado.
Se los consulta por separado y se les muestran fotografías -que a través de distintos ángulos permiten identificar una nave- y coinciden en la definición. De todos modos es una incógnita de esta guerra si las bombas y el misil averiaron al portaaviones. Nosotros hicimos nuestro propio análisis. Llegamos a la conclusión que tras la operación la actividad aérea inglesa disminuye. Eso da indicios de que una de las plataformas podría estar afectada. Otro elemento de prueba es que el portaaviones "Invencible" no regresa de inmediato, tarda dos o tres meses en volver a Inglaterra. Luego entra a su país dando posiciones diferentes a las que cumplía y horarios también distintos, para no ser interceptado por ningún buque ni avión fotógrafo de cualquier otro país que lo pudiera localizar. Y entra a puerto de noche. Además, en esa ocasión se establece una visita para todos los buques que participaron en Malvinas por parte del público en general, pero no se permitió acceder al "Invencible". Otro dato importante es que en diarios internos de la marina inglesa se felicita a la tripulación de la parte máquinas del portaaviones por haber efectuado un cambio de turbinas en el mar, en tiempo récord y en condiciones difíciles. Lo cual en condiciones normales constituye un episodio sumamente raro. (Curilovic)
Les pedimos a los pilotos que formulen una conclusión sobre las experiencias narradas. La sintetizan del siguiente modo: "La mejor prueba de eficiencia para una unidad de combate es haber producido en situación de guerra resultados óptimos, acordes al adiestramiento realizado en tiempo de paz. Malvinas es un testimonio del profesionalismo alcanzado por la Aviación Naval, y representó para sus pilotos el examen más difícil que se tiene en la carrera de las armas, dándoles la satisfacción de haber correspondido al esfuerzo que la Armada realizó para formarlos.
"Independientemente del resultado obtenido y del desarrollo que tengan los acontecimientos, no debemos olvidar el sacrificio de nuestros muertos que fueron amigos, camaradas y compatriotas. En su memoria debemos aunar esfuerzos para ser mejores y rescatar lo positivo, mirar al futuro siguiendo el ejemplo que nos brindaron al dar el capital mayor de un hombre: SU VIDA".
Dijeron Los Ingleses: Los relatos que se agregan a continuación han sido extraídos de crónicas de guerra británicas y forman parte del sentimiento auténtico de soldados que supieron valorar la aptitud de los artilleros argentinos.
Al igual que un sinnúmero de otras referencias vinculadas con la valentía y el coraje evidenciado por soldados de las fuerzas argentinas que participaron en la gesta de Malvinas, nos permitimos extractar estas notas a modo de homenaje a quienes modestamente lucharon y expusieron sus vidas con la templanza propia de nuestros legados artilleros y, por sobre todo, en reconocimiento hacia quienes murieron en suelo malvinense.
"Todas las informaciones dejaban entrever que los argentinos se servían de las elevaciones para atrincherarse y preparar las mejores posiciones defensivas. El área quedaba dentro del alcance de los grandes cañones calibre 155mm que los argentinos desplazaban constantemente desde una base a otra alrededor de Stanley".
The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983, Pag 367 y 368.
"El viernes 11 de junio todavía no se había respondido a los llamamientos, y el efecto de la demora, combinados con las noches heladas y bombardeos por parte de la artillería argentina, empezaban a producir cierta frustración. Un pelotón de Guardias Escoceses tuvo que retirarse ante los intensos disparos de la artillería pesada argentina y el Regimiento de Comandos 42 sufrió las primeras bajas, desde el avance, al verse alcanzado por los proyectiles argentinos".
The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983, Pag 370."Los cañones argentinos que estaban situados alrededor de Stanley, seguían causando estragos entre las posiciones británicas. Son unos cachorros endemoniadamente malos y desagradables. Te escupen un proyectil y estonquea toda la zona". The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983, Pag 377.En relación con los fuegos de hostigamiento realizados contra los buques ingleses, según el testimonio del Teniente de la Armada Británica DAVID TINKER, "…los proyectiles de los cañones argentinos caían a unas 50 yardas de distancia de nosotros". Tinker Hugh, La vida y gallarda muerte del Teniente David Tinker."La artillería argentina tenía cuatro cañones franceses calibre 155mm. Durante la campaña estos fueron utilizados con poca munición. Mientras esperábamos en el Monte KENT, recibimos mas de treinta ráfagas. Durante el ataque al Monte DOS HERMANAS, aproximadamente 400 proyectiles de alto poder fueron disparados sobre nosotros en aproximadamente 4 horas".
(Nota: Error del autor. Se trataban de sólo dos cañones calibre 155mm, Modelo Argentino, de fabricación nacional) Akhust Gerald R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal (US Army), Marzo – Abril 1984, Pag 21."Los fuegos de las baterías enemigas fueron muy efectivas. Finalmente tuvimos muchas dificultades para localizar los cañones enemigos. Disparamos muchos proyectiles sobre posiciones simuladas. Demasiado tarde nos dimos cuenta que tirábamos sobre viejas cubiertas que simulaban ser cañones, cubiertas por telas de enmascaramiento. Fueron muy buenos para engañarnos".
Akhust Gerald R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal (US Army), Marzo – Abril 1984, Pag 21."El 2do Batallón del Regimiento de Paracaidistas, tuvo escasa oposición, pero considerable dificultad causada por el fuego de la artillería argentina calibre 155mm"
– Watson, Bruce W Y Dunn, Peter M Military lesson of the Falklands Island warviews from the Unites States, Arms and armours press, Londres, 1984, Pag 164."El fuego de la artillería argentina de 155mm comenzó a caer sobre las posiciones que los argentinos acababan de perder. Los Infantes de Marina británicos se protegieron entre las fisuras que presentaban las rocas, mientras que los proyectiles explotaban alrededor".
– Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 157."Con la luz del día el fuego de la artillería argentina se intensificó bajo la dirección de los observadores adelantados quienes reglaban el tiro. El terreno lindante el Monte Dos Hermanas estaba cubierto de cráteres por las granadas de 155mm". – Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 165."Los proyectiles de los cañones calibre 155mm se distinguían de los proyectiles de los obuses calibre 105mm y de los morteros de 120mm por su fuerte tronar. Cuanto antes tuviera lugar la siguiente fase era mejor, pues menos tiempo debieran mis hombres permanecer bajo el fuego de la artillería argentina".
Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 165." Las tropas británicas enfrentaron a una dura artillería de 155mm, que dejó tirados a heridos y muertos, pertenecientes a las unidades de asalto".
– Laurence Charles, corresponsal de guerra del The Daily Telegraph.
Capitulo VIII
De la rendición a la caída de Galtieri
La noticia de la rendición de Puerto Argentino cayó como un rayo sobre Galtieri. Impactando por la novedad –meses mas tarde confesaría su desazón porque jamás imaginó una resistencia tan breve-, no alcanzó a comprender la real dimensión de lo que había ocurrido. Mascullaba bronca, emitía juicios escasamente benévolos para con los militares en las Islas, pero no descubría el meollo de la cuestión. La decisión de Menéndez terminaba también con su gobierno.
En estos términos Cardozo kiirschbaum y Van Der Kooy describen la situación vivida en la cúspide del poder militar en la jornada del 14 de junio de 1982.
Un precepto histórico-político prescribe que todo gobierno perdidoso en el campo de batalla debe inexorablemente alejarse del poder. Esta actitud le debía corresponder también a los militares argentinos que habían conducido la Guerra de las Malvinas.
Pero Galtieri pareció adoptar un camino distinto: conocida la capitulación, el presidente reunió a los generales de división, y dirigiéndose a ellos con un tono eufórico los exhortó a continuar la lucha armada. Los generales prefirieron mantenerse en silencio. Galtieri quiso entender que ése era un gesto de aprobación; los hechos posteriores demostrarían que fue un comportamiento preparatorio de la caída. Las cúpulas castrenses ya no estaban dispuestas a seguir a sus comandantes.
Galtieri preparó el terreno para un golpe de timón. El 15 de junio, cuando la población conocía la rendición y cundía el desánimo y la reprobación por la actuación de los militares, el presidente, convoco a la población a la Plaza de Mayo. Desde los balcones de la Rosada dirigía un mensaje. Durante el día grupos numerosos se habían congregado frente a ka sede del gobierno para expresar su repudio a la capitulación: "cobardes", "queremos fusiles", "no se rindan", eran algunos de los gritos que los manifestantes proferían con fervor y rabia.
A la hora señalada para el discurso se habían reunido unas diez mil personas. El clima era denso. Pero Galtieri no compareció a la cita. En las ho9ras previas se había desarrollado una sorda lucha en el seno del gobierno el ministro del interior y el subsecretario Menéndez habían presio0nado a Galtieri para que no difundiera su posición. Quienes concurrieron a la Plaza de Mayo para escuchar la versión oficial de los hechos del Sur, recibieron, en cambio, una andanada de bombas de gases lacrimógenos. Muchos manifestantes, azorados por la represión, se retiraron del histórico lugar entonando consignas contra el gobierno, las FF.AA. y la policía. Por espacio de dos horas, las calles céntricas se convirtieron en escenarios de corridas, enfrentamientos con las fuerzas policiales, rotura de vidrieras e incluso el incendio de varios colectivos de transporte.
A esa misma hora, Galtieri pronunciaba su discurso frente a las cámaras de televisión, "el aprovechamiento de la situación, una injuria a la sangre de los que combatieron, y el derrotismo será una traición". Para el presidente no había lugar al disenso. No se podía cuestionar la jefatura militar durante la guerra. Sin embargo, aun dentro de las FF.AA. había quienes pensaban lo contrario. Al terminar su mensaje, Galtieri se reunió con los oficiales de mayor graduación del ejercito. Arreciaron las criticas. Los generales Calvi, Reston y Varela Ortiz encabezaron el cue4stionamiento al comandante. Galtieri los conmino a solicitar su pase a retiro. Pasado un rato, y también la irritación, hicieron las pases.
En la madrugada Galtieri tubo otro encuentro. Esta vez con los integrantes del Estado Mayor. Se repitieron los reproches y las acusaciones. El general Esposito, jefe de logística, criticó abiertamente la orientación seguida por la Junta Militar, que, según su opinión, había colocado a la argentina junto a naciones enemigas ( Cuba, Nicaragua, Libia) y provocado la enemistad con el principal aliado, el gobierno de los Estados Unidos.
Galtieri rechazo los argumentos. Para el gobierno norteamericano había dejado de ser un amigo, para convertirse en el principal sostén del Reino Unido. El conclave concluyó. El presidente se retiró con la sensación de que los apoyos cada vez eran menos, y que el panorama se oscurecía aceleradamente. El día 16 significó otro traspié. Saint Jean había citado a los dirigentes políticos a la Casa Rosada. Los integrantes de la multipartidaria y otros partidos menores no asistieron. El ministro del interior postergo la salida para el día siguiente. Durante la jornada del 16 hubieron reiterados conciliábulos entre el presidente de la Unión Cívica Radical, Carlos Contín, y algunos militares retirados. Se evaluó la alternativa de asistir a la reunión convocada por Sait Jean. Finalmente ante la decisión del MID de no concurrir, el pentágono político resolvió no responder al llamado del gobierno. El 17 fue el día final. Galtieri pidió al general vaquero que asistiera en su lugar a una reunión de la Junta Militar. Vaquero, por su cuenta, suspendió ese encuentro, y luego de recabar la posición de los generales de división, se dirigió a Campo de Mayo, donde se alojaba Galtieri, para comunicarle lo aprobado por los jefes castrenses. Se había decidido la remoción del comandante y se le había quitado la atribución para designar su reemplazante. El presidente, decepcionado y desmoralizado, opto por aceptar la resolución de sus camaradas de armas.
Así concluían los días del gobierno de Galtieri, y también la historia de una gestión que durante 74 días, a través de una guerra, habían ubicado a la Argentina en el centro de la atención mundial.
Quedaban las ultimas palabras de Galtieri refiriéndose a las relaciones con los Estados Unidos: "a los norteamericanos…debo decir que les guardo un gran rencor y que me tienen profundamente decepcionado, porque los norteamericanos saben muy bien que siendo comandante del ejercito, es decir, antes de ser presidente, siempre trate de acercarme a ellos y a su administración de reanudar el mutuo entendimiento que se había debilitado durante la administración anterior… Esto es una traición"
Consecuencias de la Guerra
La derrota de las armas argentinas en la batalla por la recuperación de Malvinas conllevó una serie de consecuencias muy concretas para nuestra Patria.
Luego del 14 de junio de 1982, comienza un proceso en la Argentina que un politólogo francés, Alain Rouquie, bautizó como "desmalvinización".
Este señor aconsejó una serie de procedimientos que la última Junta Militar post- Malvinas, el siguiente gobierno constitucional, amplios sectores de la sociedad argentina y de los medios de comunicación social seguirían al pie de la letra. Se trataba de hacer como si la batalla por Malvinas no hubiera ocurrido, de borrar toda lección que la misma nos había enseñado. Como por ejemplo, que los EE.UU. no eran amigos confiables, sino más bien enemigos de los intereses de nuestro país.
Se creó la fábula de los "chicos de la guerra", es decir, que los soldados argentinos eran inhábiles para defender los intereses nacionales, y se descargaron las culpas de la conducción política y militar que llevaron a la derrota sobre los bisoños conscriptos argentinos. Ante esto, vale recordar que todos los soldados del mundo, en todas las épocas, fueron y serán jóvenes en su mayor parte.
Se logró inculcar al pueblo argentino acerca de que jamás podríamos haber ganado la batalla austral contra un Imperio como el inglés, desconociendo la realidad que estuvimos a punto de ganarla, si no fuera por el apoyo norteamericano. Y desconociendo también que Gran Bretaña perdió muchas guerras en su historia. Basten recordar las conocidas "invasiones inglesas", ganadas por la decisión del pueblo argentino en inferioridad de condiciones semejantes.
Se redujo una Gesta Histórica contra un enemigo también histórico, al hecho de la especulación política del gobierno militar, metiendo en la misma bolsa a Videla o Galtieri con los ex- combatientes y el resto del pueblo argentino.
En fin, se trató de profundizar la derrota de las armas con la derrota espiritual y cultural.
Sin embargo, Malvinas sigue siendo un sentimiento muy profundo en nuestro pueblo. Quizá uno de los pocos que nos hagan sentir unidos como pueblo y como Nación. Por ello, vale la pena recoger sus lecciones más importantes.
Nuestros aliados y amigos los debemos buscar en la mayor parte de las naciones latinoamericanas, como Perú, Venezuela, Panamá, etc., y los países denominados del "tercer mundo".
Los Estados Unidos jamás serán aliados y amigos verdaderos de la Argentina. Lo único que puede unirnos son intereses transitorios, en general en beneficio de los EE.UU.
Todo país es grande cuando pone el enemigo "afuera" de sus fronteras, como lo hicieron los propios EE.UU., Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón, u otros que hoy se proponen como modelos a imitar.
Malvinas es símbolo de identidad nacional, de búsqueda de raíces culturales. Ese es hoy el principal sentido en reivindicar nuestra soberanía en las Islas.
La recuperación de la democracia argentina le debe más a la sangre derramada en Malvinas que a los partidos políticos.
El pueblo debe ser factor principal en cualquier objetivo nacional que se proponga, ya que la falta de canales de participación durante el conflicto es otra de las causas de la derrota.
Un pueblo que olvida su historia y a sus héroes está condenado al fracaso y a desaparecer como tal.
Reivindicar la indiscutible soberanía argentina sobre las Malvinas no implica echar un manto de olvido sobre la político de la junta militar desde 1976. por el contrario, para dar un sentido cabal a esta justa reivindicación se requiere como condición indispensable asumir una posición resulta y clara de repudio a dicha política. La dictadura no fue menos dictadura por el mero hecho de haber ocupado las Malvinas e izado en ellas la Bandera Argentina.
"Los chicos de la guerra" no, Nuestros Soldados
"Ya en Malvinas distribuyeron las raciones para diez días, pero se nos prohibía comerlas alegando que estas eran para el caso de que nos entráramos en combate.
Tener estas raciones era como sacarte la lotería; por su parte, la comida caliente que nos suministraban consistía en agua caliente con dos o tres fideos. Mi sección se tubo que quedar en el aeropuerto para carga y descarga, tuvimos que pasar la noche a la intemperie mientras los oficiales y suboficiales, por supuesto, la pasaban en las instalaciones del aeropuerto… ya en las afueras de Puerto Argentino tomamos posiciones. Cavamos nuestras trincheras, que eran de 1.2 por 3 metros.
Tratábamos de acondicionarlas porque las características del suelo de Malvinas hacían que se llenara de agua en un corto tiempo. La vida allí era muy dura, porque además de las dificultades de la comida, tampoco conseguíamos agua. Lo terrible era que frente a estas privaciones vi a compañeros estaqueados, a la intemperie bajo el frío, debido a que fueron a pedirle al teniente a cargo mas comida. El teniente interpreto que habían abandonado su puesto y los considero como traidores a la patria; por eso los estaqueo, esta situación se repetía corrientemente… Teníamos la misma información que el resto del país, así que la mayoría del tiempo pensamos que íbamos ganando. Nos enteramos de que los ingleses habían hecho cabecera de playa, que seguían avanzando, pero nosotros igual íbamos venciendo, según nos decían"
Después de la guerra
El duro despertar del exitismo de los argentinos después del mazazo de la rendición, se preguntan mil veces por qué se habló de fortaleza inexpugnable, de soldados bien armados y bien comidos contra una tropa extranjera y a tientas en el barro, portaviones hundidos, Exocets que jamás fallan, si de pronto solo tienen una tierra perdida otra vez, los muertos del Belgrano, los chicos degollados por los gurkas (Soldados Indoneses contratados por Gran Bretaña), viendo la cruda realidad, que nada o muy poco de lo que juntó la solidaridad de los argentinos había llegado a manos de los soldados, que la mayoría de ellos habían sido prácticamente empujados a una muerte segura, sin instrucción militar, y prácticamente abandonados en una tierra desconocida e inhóspita. Se viene un huracán político que arrastra eso sí, a Galtieri, Anaya, Lami Dozo, y que baja el telón sobre otra ficción nacional: Los nativos ya no iban a ser los opulentos sureños que viajan en autos importados y veranean y compran en Miami, sino remotos latinoamericanos a los que bancos de todo el mundo vienen a cobrarle una deuda que no pueden pagar, aumentada inconmensurablemente por la política militar.
La derrota termino de desprestigiar y debilitar a la dictadura. La crisis económica se profundizó y reaparecieron las protestas populares. Las denuncias por las violaciones de los derechos humanos se acrecentaron y comenzaron a desarrollarse grandes demostraciones, que no solo reclamaban saber el destino de los desaparecidos, sino su aparición con vida y el juicio a los culpables. La prensa comenzó a publicar las denuncias. Bignone dio a conocer lo que llamó el "Documento final" sobre la lucha contra la subversión, y estableció una amnistía general para todas las violaciones a los derechos humanos, es decir, el, olvido y el perdón de lo sucedido. Esta verdadera "Autoamnistía provocó el repudio generalizado de la sociedad, y se comenzaba a diseñar el camino hacia la democracia.
La vuelta a la democracia.
La actividad política se reavivó y los partidos conformaron la Multipartidaria, que exigía al gobierno la inmediata convocatoria a elecciones sin condicionamientos ni proscripciones,
A fines de1982 convocaron a una inmensa manifestación popular en la plaza de mayo
El 12 de noviembre el gobierno anunció las pautas para la concertación con los partidos políticos. La lista de temas incluidos era amplia, y tocaba aspectos centrales de la situación del país:
1- Vigencia del Estado de Sitio
2- Cronograma y ley electoral
3- Lucha antisubversiva
4- Desaparecidos
5- Plan Económico
6- Deuda Externa
7- Yaciretá
Por su parte, la Multipartidaria, que poco tiempo antes había propuesto al gobierno la adopción de un plan económico preparado por el frente partidario, rechazó la concertación
La Iglesia, preocupada por el curso de los acontecimientos que distanciaban a civiles de militares, intercedió a favor de un acuerdo. Recurrió a un juego semántico. Habló de reconciliación en lugar de concertación, y ofreció sus servicios para mediar entre las partes,
La Presión política iba creciendo. Apremiado por falta de soluciones y entendimientos con los políticos Bignone trató de ganar espacio informando del adelantamiento de la fecha de los comicios para el último trimestre de 1983.
Por otra parte reafirmaba las condiciones para la concertación.
La Multipartidaria, arrinconada por al intransigencia del Gobierno, y haciendo lugar a la solicitud de las bases partidarias que exigían una acción mas decididas, recurrió a la movilización.
Convocó para el 16 de diciembre a la Marcha por la Democracia. La manifestación serviría para entregar al gobierno un petitorio de reclamos, cuyos dos puntos principales eran la rectificación de la política socio-económica ya la realización de las elecciones nacionales en julio de 1983.
La movilización se realizó con una gran asistencia de público. Mas de 100.000 personas respondieron al llamado de la Multipartidaria. Adhirieron, además de los cinco partidos del pentágono, todas las agrupaciones partidarias, excepto la derecha, incluso las fuerzas de la izquierda socialista y marxista, Partido Comunista y Partido Obrero. La fuerte represión en al que terminó esta marcha no amedrentó a los distintos sectores sociales que clamaban por una salida democrática.
El gobierno militar aun diseñaba algunas tácticas, para condicionar el proceso de salida electoral. Casi nadie prestaba ya atención a sus maniobras. Para esa época la gran mayoría de la sociedad se avocaba a las campañas pre-electorales, y de una u potra forma, todos querían llegar al 30 de octubre, para terminar definitivamente con la dictadura.
A la carrera de las afirmaciones
De acuerdo al estatuto de los partidos políticos cada agrupación para obtener su personería a nivel nacional necesitaba acreditar un mínimo de 35.000 fichas de afiliación, y haber sido reconocida en 5 distritos diferentes. Para las informaciones partidarias tradicionales y mayoritaria(el radicalismo y el peronismo) alcanzar y sobrepasar esos requisitos parecía tarea fácil, pero en el caso del resto de los partidos políticos constituía un desafió a allanar los pasos reglamentados. Por eso, a partir de fines de 1982, la mayoría de las agrupaciones se avocó a las tareas de reclutamiento y afiliación de simpatizantes, como camino para participar en plenitud de derechos en la contienda electoral de octubre de 1983. trabajaban en este sentido partidos de larga trayectoria, cuyas actividades habían sido "suspendidas" por el gobierno militar, y una importante cantidad de nuevas formaciones. Se realizaban actos proselitistas, apertura de locales partidarios en barrios, campañas callejeras de afiliación. Se daban a conocer las plataformas y las ideas rectoras de cada partido. El mundo político entraba en ebullición, y la mayoría de la población participaba, de distinta manera, en esas actividades.
A fin de abril se dieron a conocer las cifras de afiliación. En el país había 5610520 ciudadanos enrolados en distintos partidos políticos. La cifra era enorme. Analistas y estudiosos de la política sostuvieron que se trataba de cantidades record, no solo para el país, sino también para el marco internacional. En general el promedio oscilaba entre el 30% de la población en condiciones. En algunas provincias la cifra, trepaba aun mas: en Corrientes alcanzaba un 65%, aunque luego se demostró que había un gran porcentaje de fichas múltiples (personas fichadas en dos o mas partidos).
El radicalismo y el justicialismo predominaban netamente en los guarismos. La UCR denunciaba casi 1500000 fichas y el peronismo una cifra cercana a los 2 millones. Sin embargo, la primer agrupación reconocida por la justicia electoral fue el MID, que por esta razón recibió el privilegio de llevar el numero 1 en su boleta comicial.
Poco a poco fueron obteniendo su legalidad otros partidos. El partido Intransigente, el Partido Socialista Democrático, el Partido Socialista Popular, la Democracia Cristiana, la Democracia Progresista, el Frente de Izquierda Popular, el Comunismo, reunieron los requisitos legales. En la franja de las ocupaciones nuevas aparecían el MAS (movimiento al Socialismo), integrado a partir del ilegalizado Partido Socialista de los Trabajadores (PTS); el Partido Obrero (PO), cuyo antecedente se encontraba en Política Obrera, también proscripta en 1976; el partido para la democracia social, formado por partidarios del almirante Masera, que finalmente no consiguió personería nacional. Las fuerzas de derecha se nuclearon en tres variantes principales: el Partido Federal liderado por Francisco Manrique; La Unión de Centro Democrático (UCD) dirigida por Álvaro Alzogaray; y los distintos partidos provinciales, que durante el periodo del gobierno peronista anterior habían actuado bajo la sigla FUFEPO, y que habían sido protagonistas del intento de formación de un partido oficial aliado a las fuerzas armadas, durante el período de esplendor de la dictadura.
El 14 de abril la UCD realizo su primer acto, en la Federación Argentina de Box. Alzogaray proclamó el mitín: "la UCD ocupará definitivamente su lugar, jugará su papel en las próximas elecciones. Pero, sobre todo, en el desastre que sobrevendrá, si alguno de los partidos presuntamente mayoritarios llega al gobierno".
El 18 de abril la Democracia Progresista y el Socialismo Democrático firmaron un acuerdo para presentar listas comunes en octubre. Señalaban que "la concreción de la alianza será precedida por una propuesta política dirigida a todo el país con el propósito esencial de crear las condiciones de una nueva alternativa que deja atrás las clásicas opciones que tanto daño han hecho a la Republica".
A fines de abril se presento públicamente el Partido Obrero.
Alrededor de tres mil personas escucharon a los dirigentes de la nueva agrupación. Claudio Cohan, delegado de la fabrica Volkswagen, se refirió al pacto militar-sindical denunciado por Raúl Alfonsin: "Hoy, aunque se busquen con lupa los inicios de un pacto militar-sindical, nosotros tenemos en la Volkswagen evidencia clara de ese acuerdo".
El 24 de junio el Partido Intransigente (PI) se concentró en el Luna Park. Unos 15000 simpatizantes corearon una consigna: "Alende no se vende", mientras escuchaban al veterano líder, quien denunciaba los estertores del poder militar, que "pretende condicionar el proceso electoral".
El 1º de julio el MAS realizó otro acto, esta vez en el Luna Park. Asistieron unas 15000 personas. Eduardo Esposito se dirigió a los presentes: "El MAS dice que la Argentina no la arreglamos entre todos. Que la Argentina no la arreglamos unidos al imperialismo, la oligarquía, los monopolios, los capitalistas y los generales. A la Argentina la arreglan unidos los trabajadores y el pueblo, junto a los pueblos de América Latina.
El partido Comunista demostró su capacidad de movilización con un acto efectuado en el Parque Rivadavia, donde se congregaron mas de 30.000 concurrentes.
Así como resultaba evidente la creciente adhesión de la población a las reuniones organizadas por distintas agrupaciones, incluso las mas jóvenes y desconocidas, la mayoría de los observadores de la realidad política sabían y aseveraban que el verdadero campo de definición de los comicios se ubicaba en la contienda entre peronistas y radicales. Existía una coincidencia respecto que ninguna fuerza podría emerger para rivalizar ante las dos formaciones mayoritarias. Esta seguridad solo aparecía cuestionada por la falta de datos ya que no había habido elecciones por el lapso de 10 año, y un numero importante de ciudadanos jóvenes votaría por primera vez. De todos modos la evaluación de la experiencia histórica en el terreno de los modos la evaluación de la experiencia histórica en el terreno de los sufragios demostraba que los sectores independientes, y aun los jóvenes, se inclinaban en forma mayoritaria a favor de las tendencias con posibilidades de triunfo. Y en nuestro país, a mediados de 1983, pocos eran los que se atrevían a pronosticar un resultado que no tuviese a la cabeza a los partidos de Yrigoyen y de Perón.
Las campañas se definen en las internas.
Así como se sabía que la puja electoral se concentraría en la rivalidad justicialista y radical se dirimía en la etapa previa. En efecto, tratándose de dos agrupaciones masivas que habían cosechado afiliaciones que superaban las expectativas, alcanzaba gran importancia saber que sector interno de cada partido prevalecía.
Era evidente que tanto el Peronismo como el radicalismo se habían desarrollado orientaciones internas lo suficientemente diferentes para definir perfiles disímiles en la campaña electoral. De ahí la influencia decisiva que tuvo el desenlace de la lucha en el seno de los dos partidos. Gran parte del éxito electoral se relacionaría con los métodos utilizados para zanjar las opciones internas, y de la unidad o debilidad emergente del proceso de elección de candidatos.
En el radicalismo convivían dos sectores principales: Línea Nacional y Renovación y Cambio. Un tercer sector, el Movimiento de Afirmación Yrigoyenista (MAY), liderado por el ex senador Luis León, carecía del peso propio para terciar en la disputa. Línea Nacional dominaba el aparato partidario. Sus dirigentes conducían los órganos nacionales y la mayoría de los distritos. Pero la muerte de Balbín había asentado un duro golpe a esta fracción. Carecía de un referente único, y los distintos lideres aparecían con ambiciones simétricas para lidiar los cargos electorales. De ellos, Fernando De La Rua, que encarnaba el proyecto mas conservador, contaba con las mejores posibilidades. El caudillo0 del radicalismo bonaerense, García Puente, apostaba todo su poder a esa candidatura. Sin embargo, otros lideres del balbinismo no estaban tan dispuestos a sellar la postulación de De La Rua. Uno de ellos, Juan Carlos Pugliese, presidente del poderoso comité de la provincia de Buenos Aires, pensaba dist6into. Convencido de la necesidad de llegar a un acuerdo con el alfonsinismo, evitar la lucha interna, proponía la constitución de una formula de unidad: Alfonsin – De La Rúa. Varios dirigentes de Línea Nacional pensaban en forma similar. Solo el ex diputado Antonio Tróccoli mantenía una posición ambigua, que oscilaba entre el compromiso con Alfonsin y el impulso a la corriente balbinista con candidatos propios. La oposición de Tróccoli quebró los intentos de Pugliese. A principios de junio volvió al país, tras un largo exilio, el ex senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen. Su llegada coincidió con la largada de la interna partidaria. Imposibilitando el acuerdo, los radicales, fieles a su tradición, fueron a los comicios internos. Renovación y Cambio, que reflejaba una nueva acumulación militante producida durante la dictadura (especialmente en el movimiento juvenil y estudiantil), y una orientación remozada y agresiva, confiaba en lograr resultados que le permitieran disputar la dirección de la UCR, y concomitantemente obtener la candidatura de sus dirigente, Raúl Alfonsin. El 12 de junio hubo elecciones en Chubut y Formosa, dos provincias, consideradas de menos significación.
Los guarismos arrojan claras diferencias a favor del alfonsinismo. Raúl Borrás y Adolfo Gass, representando a Renovación y Cambio, trataron de lograr un nuevo acercamiento con los balbinistas. Sus gestiones fueron infructuosas. De La Rua acentuó su campaña contra el alfonsinismo. Pugliese convencido que la puja interna no tenía marcha atrás, y que en esa lucha la perspectiva mejor para el yrigoyenismo estaba en las huestas renovadoras, rompió con la Línea Nacional, constituyendo un nuevo nucleamiento: el balbinismo autentico. La suerte comenzaba a volcase a favor de Alfonsin.
La intendencia de las primeras internas se reafirmó ampliamente en las que siguieron. Alfonsin ganó en la rioja, con el apoyo de los auténticos; en Misiones, en Neuquen, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Solo en San Luis y el MAY frenó el imparable avance de Renovación y Cambio. El 10 de julio con los comicios de Capital Federal, Córdoba, Santa Fe y Tucumán, Raúl Alfonsín obtuvo el dominio virtual del Comité Nacional, y con esa posición la seguridad de su triunfo y candidatura. En Santa Fe la victoria fue concluyente.
Alfonsín, triunfador neto, lanzaba una propuesta de unidad, para contar con la adhesión de todos los sectores a su candidatura. Este seria uno de los factores de su victoria de octubre. El 17 de julio se realizaron las elecciones en Buenos Aires (provincia).
Una vez mas el alfonsinismo logro una superioridad aplastante. Con estos comicios concluyo de hecho la interna radical. Pocos días después De La Rúa y Perete renunciaron sus pre candidaturas explicitando su intención de allanar el camino de Raúl Alfonsín. El 30 de julio, la convención nacional radical proclamo, como era inevitable, la formula Alfonsín- Martínez.
En un rápido proceso de menos de 45 días la UCR había dirimido democráticamente sus diferencias internas, ofrecía una candidatura atractiva para el electorado, y en un sentido, a partir de la propuesta del mismo Alfonsín, galvanizaba sus fuerzas para afrontar unitariamente los comicios nacionales.
Esta era la situación en el radicalismo. ¿Qué ocurría paralelamente en el peronismo? Si bien el justicialismo había comenzado el mismo día que el radicalismo sus elecciones internas el desarrollo de la puja estuvo sembrado de dificultades. El peronismo, a diferencia del radicalismo, traía del pasado heridas nunca cicatrizadas.
La experiencia del gobierno del 73 al 786, la gestión de Isabel, el lopezreguismo, y los enfrentamientos de la cúpula sindical durante el gobierno militar, repercutían sobre la realidad interna de 1983.
En la superficie se presentaron a la lucha 2 tendencias: una corriente que apoyaba a Italo Luder, y otra que adhería la postulación de Antonio Cafiero. Del lado del ex presidente provisional se alineaban los sindicalistas ortodoxos, el sector político que lideraba robledo, y la derecha partidaria.
Con Cafiero militaban los sindicalistas de los 25 y el MUSO (Movimiento de Unidad, Solidaridad y Organización), que nucleaba a la fracción política antiverticalista. Intransigencia y Movilización, el grupo que reivindicaba con mayor insistencia la experiencia de la JP, apoyaba a Cafiero.
El vicepresidente del justicialismo, Deolindo Bittel, parecía proclive a un acuerdo con Cafiero. Sin embargo, con el paso del tiempo se demostraría su independencia y orientación propia.
Las internas se desarrollaban en un clima tenso. Reinaba la confusión. Muchos de los congresales electos no definían a quien apoyarían en el congreso partidario. Los afiliados votaban pero entregaban un cheque en blanco a sus elegidos. Para colmo no se esclarecía la actitud que asumiría Isabel desde su exilio. Algunos, guardia de hierro, el comando de Organización y la Rama Femenina, apostaban a su candidatura. Otros la descartaban de plano. Pero Isabel, desde España, no daba signos de interesarse por la interna, aunque una mayoría sostenía que se inclinaba por Luder.
Se sucedieron los comicios. En San Luis gano Cafiero. Luder, en San Juan. En La Pampa una lista que adhería a la corriente de Carlos Grosso. Bittel triunfó en el Chaco. Bercovich Rodríguez triunfó en Córdoba. En Santa Fe la victoria fue de Luder, pero sus adversarios provinciales fueron sostenidos por Robledo y Matera.
El 14 de agosto, en Capital Federal, ganó una lista de unidad, que superó holgadamente a la de Julio Guillsn.
En la Provincia de Buenos Aires, Herminio Iglesias obtuvo una mayoría amplia. El tablero peronista aprecia un mosaico de tendencias dispares, del que se aguardaban sorpresas.
El 25 de Agosto sesionó el congreso de la provincia de Buenos Aires. Herminio Iglesias impuso sus planteos, provocando el retiro de la delegación cafierista que impugnó la reunión.
El último día de agosto el herminismo completó su predominio designando los candidatos por el distrito: Diego Ibáñez (62), Alberto Melón, Fernando Donaires (CGT-RA), entre otros. Cafiero fue virtualmente expulsado, y ninguno de los dirigentes de su sector incorporado a la nomina.
El 4 de Setiembre el Congreso Justicialista, reunido en la Capital Federal, proclamó la fórmula peronista: Italo Luder-Deolindo Bittel. A su vez, eligieron la nueva conducción partidaria; Isabel fue electa presidente, Lorenzo Miguel, vicepresidente 1º, Y Carlos Juárez, vice2ª.
El peronismo terminaba su interna un mes después que el radicalismo. Pero éste no era el problema fundamental. A diferencia de la UCR, el justicialismo emergía quebrado, con un importante sector desplazado virtualmente de las candidaturas, y de la conducción partidaria. La lucha había acentuado las heridas internas, y al desorientación cundía en gran parte d elos mi9litantes peronistas.
La intolerancia política, las prácticas antidemocráticas serian apagadas, y muy caro, el 30 de octubre.
Crisis económica y deuda externa
El fracaso de Malvinas marca la derrota total del Proceso. La multitud que había aclamado a Galtieri, ahora exige airadamente su renuncia. Después de pronunciar un discurso demencial en el que insinúa que la guerra continuará, Galtieri debe renunciar.
Tras arduas deliberaciones, los comandantes en jefes designan como Presidente al General Reynaldo Bignone, que tendrá a su cargo la difícil liquidación del Proceso.
Mientras tanto la situación económica tiende a la catástrofe. El nuevo Ministro de
Economía, José M. Dagnino Patore, declara que se está en estado de emergencia. La inflación llegará al 209 por ciento ye l salario real cae, solo en el primer semestre, un 34 por ciento.
La deuda externa había llegado a sumas siderales, aumentando vertiginosamente por los intereses que originaba la mima.
Los a avatares de la economía se pusieron de manifiesto mas aún en el período de los ministros de economía Pastore a Whebe, con algunos compromisos asumidos que pusieron a nuestro país totalmente imposibilitado de poder avanzar económica y por ende socialmente.
Las consecuencias de esos actos desprovistos de una verdadera intención de salvar nuestro país las estamos pagando aún en nuestros días, donde cargamos con el peso de una deuda externa ilegítima, que ha llevado a nuestro país a un estado de pobreza inexplicable teniendo en cuenta nuestras riquezas en todo sentido.
Contrariamente a lo que muchos creen, fue precisamente en el Gobierno de la dictadura militar, donde más se ah empobrecido nuestro país, ya que como lo señalaremos mas adelante se han utilizado el dinero no para invertir en producción y trabajo sino para la especulación de la patria financiera e invertir en obras faraónicas como Canchas de Fútbol, Avenidas etc., etc, para demostrarle al mundo que éramos derechos y humanos.
El 24 de agosto d e1982 el economista Jorge Whebe reemplazó a Dagnino Pastore en el Ministerio de Economía. La crisis que alejo a Pastore abruptamente había tenido orígenes políticos: el ministro se había manifestado partidario de levantar el bloqueo de los fondos británicos, para poder negociar en mejores condiciones el pago de la deuda externa nacional en al reunión mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se realizaría en Toronto. Las FF AA. No aceptaban la modificación de la situación de beligerancia con el Reino Unido, por lo que rechazaron la propuesta de Pastore, obligándolo a renunciar.
Ciertamente el debate de la deuda externa alcanzaba proporciones notorias. Vinculaba dos temas: el endeudamiento creciente constituía un "espada de Damocles" contra la economía nacional, provocando el drenaje de importantes recursos, las negociaciones de las obligaciones externas era el terreno elegido por Estados Unidos y Gran Bretaña para presionar sobre la Argentina para que
Declarara el cese de hostilidades, a cambio de una reconsideración de las condiciones de pago de la deuda, a través del FMI.
Con este panorama el ministro Whebe viajó hacia el Canadá. Allí insistió con la propuesta de su
antecesor: levantamiento de las sanciones a Gran Bretaña, obteniendo como compensación créditos y el refinanciamiento. El FMI se mostró proclive a conceder un préstamo stand-by ( un crédito con condicionamientos) de 1.200 millones de dólares. Por el momento el gobierno nacional desautorizó las gestiones de Whebe. Pero a principios de l983 el organismo internacional aprobó un crédito de 2.200 millones de dólares para que al Argentina pudiera afrontar y regularizar sus pagos externos.
La firma del acuerdo con el FMI implicó la anuencia argentina para la puesta en práctica de un plan de austeridad para la economía nacional: reducción de los gastos públicos, devaluación del peso, paralización de las obras públicas, control de la política salarial, impidiendo el alza de los sueldos.
Domingo Caballo Presidente del Banco Central, lanzó una propuesta para afrontar la deuda externa. Sostuvo que, primero el país debía colocarse en condiciones productivas, y luego, comprometer a toda la dirigencia política en al renegociación de las obligaciones.
Para Caballo el gobierno militar no debía asumir individualmente esa decisión, por cuanto las consecuencias de los acuerdos repercutirían sobre el futuro económico de la canción , y en ese sentido, era necesario recoger coincidencias y comprometer responsabilidades de otros sectores.
El debate siguió abierto. La inusitada cifrad e casi 50.000 millones de dólares que nuestro país debía al extranjero se convertirían en factor relevante de la herencia entregada por la dictadura militar.
En los primeros días de abril de l983 nuestro país fue anfitrión de un encuentro internacional para el tratamiento de la deuda Externa. En los salones del teatro San Martin se reunieron los "77", o sea, el grupo de naciones acuciadas por sus obligaciones de pago de intereses y capital por créditos obtenidos en entidades financieras de los países industrializados. El Presidente Bignone, abrió al sesión con un llamado a la Unidad de los países afectados y un pedido de receptividad al tema por parte de los acreedores"Este problema no es un problema unilateral de los deudores sino también d de los acreedores".Dijo.
Al concluir el cónclave se firmó un documento en el que se denunciaba el problema común del elevado endeudamiento externo y se alertaba sobre al actitud desfavorable de los países del Tercer Mundo, del que la Argentina se consideraba parte, desde las naciones mas avanzadas.
La actitud asumida por el máximo gobernante nacional en los foros mundiales despertó distintos comentarios.
En primer lugar llamaba la atención que la Argentina hubiera decidido su embocamiento con el
sector de naciones del Tercer Mundo
Esto constituía un viraje notorio con respecto al alineamiento desplegado desde el 24 de marzo de 1976 de alianza sumisa hacia los Estados Unidos.
Pero mas significativamente, la toma de posición del gobierno argentino sobre la deuda externa demostraba ostensiblemente el grado de deterioro de la economía nacional después de 7 años de Proceso, una de cuyas facetas residía en haber multiplicado el monto del endeudamiento externo .
La promoción de un movimiento internacional para unificar la posición de los países deudores comenzó a tomar vuelo. Se habló de la formación de un "club de deudores"
A pesar de declaraciones y trascendidos a favor de esa iniciativa la idea no se materializó. En parte porque el conglomerado de naciones con obligaciones exteriores cuantiosas constituía un con junto heterogéneo en el que se encontraba desde algunas naciones con regímenes socialistas, hasta la dictadura argentina, pasando por su par de Brasil.
En este último caso surgía una diferencia evidente con la experiencia argentina. Mientras en Brasil, que presentaba una deuda que triplicaba a la argentina, gran parte de los capitales habían sido utilizados para inversiones productivas, e incluso para el impulso a monumentales obras públicas, en nuestro m país los créditos habían redundado en al especulación financiera, produciendo el enriquecimiento de una pequeña porción de la población: los acaudalados banqueros integrantes de la "patria financiera".
Las Organizaciones de Derechos Humanos ganan la calle
A fines de septiembre de1982, la Junta Militar había difundido un documento en el que se asumía, en parte la responsabilidad por las violaciones a los derechos humanos, aunque sin reconocerlas explícitamente: "Todas las operaciones liberadas contra las bandas terroristas fueron ejecutadas conforme a planes aprobados y supervisados por los mandos orgánicos de las FF AA".
Se hablaba de la elaboración de un documento, por el cual los militares darían su explicación final sobre los sucesos de la lucha contra la guerrilla, y sobre las denuncias de secuestros, torturas y asesinatos que hacían las entidades de derechos humanos.
Para la cúpula del poder militar el dilema se había planteado de una manera no aguardada: pensaban que la impunidad con que habrían obrado en el pasado garantizaría el resguardo de quienes participaron activamente en la represión.
Ahora, que al derrota de las Malvinas había producido la bancarrota del régimen militar, las garantía ya no aparecían tan confiables, y muchos en el seno de las FF AA. Comenzaban a considerar la posibilidad de juzgamientos ante el advenimiento de un gobierno constitucional.
Para evitar esa alternativa el gobierno de Bignone trazó dos rumbos: en primer lugar dar una versión oficial de esos hechos, "con carácter de punto final", en segundo término colocar al tema de las violaciones a los derechos humanos como condicionamiento para la salida electoral yd el futuro gobierno.
Las entidades defensoras de los derechos humanos intensificaron su actividad.
Las nuevas condiciones políticas favorecían su accionar.
Las Madres de Plaza de mayo y los familiares de detenidos-desaparecidos realizaban campañas públicas, participaban en los actos partidarios, haciendo escuchar su reclamo, publicaban solicitadas en los diarios, con la firma de importantes figuras nacionales y mundiales, en las que exigían la aparición con vida de los desaparecidos , el juicio y castigo a los culpables del terrorismo de Estado".
El 5 de octubre se realizó la "MARCHA POR LA VIDA", que a pesar de la prohibición oficial, congregó a mas de 10.000 manifestantes que recorrieron calles del centro de Buenos Aires, demandando una respuesta al reclamo por los desparecidos. La movilización causó un gran impacto. Era la primera vez que se concretaba una acción masiva por los Derechos Humanos que sacudía el silencio que los militares querían imponer.
El 9 de octubre se confirmó la muerte del publicista Marcelo Dupont. Este hecho provocó una gran reacción, por cuanto el ex-integrante de la Junta Militar, Emilio Massera, aparecía involucrado ene l hecho. El hermano del asesinado acusó al almirante, ex – hombre fuerte del proceso.
A principio de noviembre varios gobiernos europeos reclamaron por al vida de personas nacidas u oriundas de países del viejo Continente. La cancillería italiana pidió por 321 desaparecidos de ese origen. Otro tanto hicieron los gobiernos de Alemania, Suecia y Francia.
Entre el 9 y el 10 de diciembre las Madres de Plaza de mayo organizaron al 2da Marcha de la Resistencia. Se trataba de una singular expresión de movilización: durante un día completo las madres caminarían en la Plaza de mayo para reclamar por los desaparecidos. La Marcha fue prohibida. Sin embargo, las Madres al no poder entrar a la Plaza comenzaron su ronda en al Avenida de mayo , ocupando las cuadras que van desde la calle Bolívar hasta Cachaducho. La ciudad de conmovió. Miles de personas participaron espontáneamente, venciendo las amenazas de represión. Al finalizar el acto se transformó en una gran concentración de masas: mas de 20.000 personas marcharon por al Avenida de Plaza de mayo hasta la Plaza de los dos Congresos.
"Los Efectos Del Horror: De La Supervivencia Hacia Una Subsistencia En Sombras"
Partamos de pensar con Freud la estética del encuentro en "Lo siniestro"; "Todo lo que debiendo permanecer oculto, secreto, no obstante se ha manifestado". "Velar lo divino, rodearlo de cierto misterio…". Entonces y si Dios es Inccte., aquello que de la genealogía permanece en secreto, tan oculto que no tiene nombre, funciona como una promesa cumpliéndose ante la pura percepción: la muerte que la vida adeuda. Esto es lo que en la guerra se manifiesta, aparece y súbitamente enfrenta al sujeto, o aún peor, lo que se muestra desenfadadamente en los cadáveres de los semejantes o sus pedazos diseminados sembrando horror en el campo de batalla. Estos serán los contenidos de las pesadillas del ex-combatiente, retorno al mismo lugar y retorno de los compañeros muertos; repetición compulsiva donde la Pulsión de Muerte se presenta con toda su fuerza de atracción.
Otra de las escenas enfrentó al soldado a la "duda acerca de que la figura que se le presenta, sea una persona o un autómata", al respecto definen a los gurkas como autómatas, ya que a -10º avanzaban en musculosa, cantando con sus walkman puestos, y tanto pasaban degollando como saltando a los pozos de zorro, granada en mano.
La muerte produciéndose a la vista en unos y otros, hace a su "clasificación" en los momentos de mayor confusión: los hostiles y temidos por un lado… a su lado los amados e idealizados. Aparición del doble en tanto "ese prójimo asegurador de la supervivencia se convierte en un siniestro mensajero de la muerte", y, desde allí tratará al sujeto como un objeto que deberá ser su perfecto reflejo y seguidor bajo su sombra. De todos los muertos, los propios son los que se llevarán el merecimiento heroico. Aquí nos dirigimos hacia algo que toma valor de holofrase: "héroes caídos", los que se llevan los homenajes, la totalidad de las hazañas, y el reconocimiento, tanto de la fraternidad del Centro de Ex-Soldados Combatientes, como del resto de la comunidad, y así el 2 de abril, tomará más que de la Gesta por la soberanía, el significado de "memoria de los caídos"; se vuelve difícil invitarlos a resignificar esa fecha como una celebración por haber sobrevivido, protagonizado la Gesta heroica, y, poder contarlo. Si se convierte a los compañeros caídos en dioses, negarse al heroicismo, es a la vez honrarlos y ampararse de su envidia.
Cuando un ex-combatiente se aísla, se mantiene en silencio y soledad, podemos pensar que camina al encuentro con sus muertos, como también que está sometiéndose a un ritual de purificación por haberlos dejado en el abrazo de la tierra sagrada. El aislamiento en que incurrieron todos los ex-combatientes a la vuelta a sus casas, no se distancia demasiado de los rituales de purificación tribales que se imponen a los miembros que han estado en contacto con los muertos; al igual que el salvaje, el soldado experimentará hacia los caídos, profundos sentimientos de ambivalencia; los deificará y honrará y no dejará de cargar la "culpa del sobreviviente", que en sus autorreproches mostrará en todas las formas del pecado: "de pensamiento, palabra, obra u omisión", fórmula bajo la cual se hace inevitable sentirse asesino.
Comenta alguien del grupo de RAP: "¿Por qué yo?, ¿ Por qué volví yo?"; "No quería que mi familia se alegara porque yo había vuelto."; este tipo de cuestionamientos, oponiéndose a celebrar la sobrevida, la plantean como una ventaja no merecida, apuntando en una segunda vuelta a responsabilizar al Azar (con mayúscula en tanto Gran Otro), tanto por la vida como por la muerte, maniobrando así un desvío posible de la culpa al asentar la negativa a reconocerse allí, salvando su vida por estar fuertemente apegado a ella; se hace impensable, anteponer el deseo de vivir del sujeto a la cuestión azarosa.
La sola mención por parte del analista de la posible intervención de un deseo de vivir subjetivo operando contra la suerte, los desconcierta y /o hasta enfurece, ya que dicha operación es vivida como hecha "contra" la suerte del otro; así es como en la medida que los recuerdos traumáticos aparezcan, la Pulsión de Vida perderá su fuerza de empuje en medio de una vida gris y pesarosa, que "ningún difunto podría envidiar"; los muertos seguirán siendo los privilegiados, nada deberán tener en falta, menos aún la "vida de regalo" que el sobreviviente se negará a disfrutar sistemática y ceremonialmente.
Allí donde "lo heroico" no puede Despegarse de la segunda muerte pierde su valor significante, simbólico y, dejando de circular entre los vivos funciona como un siniestro y fascinante polo de atracción. Donde debiera ser un rasgo significante de la instancia del Ideal del Yo, adquirido de hecho por el sujeto, se convierte en lo que de lo no simbolizado ha sido sustraído al Yo ideal por los compañeros caídos; ellos moran en el sagrado vientre de la Madre Tierra, y, han obtenido este privilegio bañándola con su sangre; fantasía plena si las hay de poseer a la madre de pleno derecho, en un más allá del costo mortal que se ha pagado por ello. Podemos comenzar a suponer el fantasma que presidió la voluntad de ir a la guerra en aquellos que teniendo la oportunidad de quedarse en el continente la desaprovecharon, y, que en tanto frustrada, los sigue invitando, ya sea en sueños como en la vida despierta, a volver al frente de guerra y/o a volver a las islas; de algún modo ellos han escatimado la condena de Edipo, y estar dispuestos a ya no escamoteabla, de aquí que lo siniestro en estos sujetos operará con mayor tenacidad.
El encuentro con das Ding facilita la vía de acceso a la ilusión de inmortalidad; el magnetismo que ejerce esa zona iluminada de un más allá de la muerte, habitada por esos héroes hermanos, viejos amigos de la adolescencia, esos que se ganaron el premio simbólico de "muertos por la patria", y que allí se hallan ubicables, hará necesario ir a confirmarles que ellos son el oro, en tanto de este lado de la "vida de regalo" sólo hay barro. Se hará necesario también que los muertos no se arrepientan de estar muertos, honrándolos se expía la culpa en un gris sobrevivir, despreciando la vida se opera un rito funerario que se eterniza. A este lugar de absoluta anhedonia, a este tiempo Otro absoluto e inmóvil, será convocada la Madre, más mujer que nunca, para rendirle homenaje, en un acto de Fe y fidelidad.
La fuerza de atracción que ejercerán aquellos cadáveres será siempre superior a la conexión con esta vida descolorida, desprendida de sentido; "lo Real se ha tornado Simbólico, el lazo de lo Imaginario se ha desprendido", entonces esos cadáveres se recubren del goce fálico, hacia el que la vida se encamina a recuperar en un Más allá de la muerte, mientras el cuerpo ha sido tomado por el goce del Otro.
Para ilustrar juguemos con nuestros conocidos redondeles de cuerda, recordemos el anudamiento que hace a la constitución subjetiva, y luego veamos lo que el encuentro operó en ella.
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Nota: La letra griega Fi (Goce fálico) fue reemplazada por ej en la intersección inferior de los círculos de Euler
Podemos caer en cuenta que la guerra operó en el sujeto un desanudamiento de los registros, y pensar que lo que se desanuda es el registro Imaginario:
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Para clarificar este desanudamiento del registro Imaginario, recorramos lo articulado en otros capítulos: la pura imagen del horror es pornográfica por desenmarcada, "el espejo no es infinito, el espejo tiene límites", aquí está a la vista lo que debiera haber quedado por fuera del espejo, la continuidad de las escenas horrorosas en la guerra es ilimitada; ante el hambre el Otro responde con objetos por fuera de la cultura, lo crudo y lo cocido se vuelven indiferentes; cuenta un ex-combatiente: "Al otro día iba a morir, así que me comí a cucharadas 1 kilo de leche en polvo"; el cuerpo fragmentado, más bien despedazado, es lo que del otro se ofrece a la mirada, mientras el cuerpo propio consiste en una unidad cerrada, des-erotizadas todas sus funciones, suspendidos los diques de la vergüenza el pudor o el asco, el cuerpo es "una bolsa que late aún", y, con el que hay que cargar; en su libro, cuenta un excombatiente, su encuentro con la comida durante la rendición: "Había que cuidarla con uñas y dientes, y mientras defecaba, para no perder el tiempo, comía simultáneamente; mis compañeros hacían lo mismo".
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Detengámonos en el desprendimiento de lo Imaginario y lo que este "cuerpo total" arrastra consigo: una mirada fascinada entre los cuerpos que estallan, una voz desencarnada, que no se desprende de ningún sujeto, que entre el ronroneo del fuego, disipan los gritos desgarrando el aire; un cuerpo que está vivo por decreto, "verdad de oro" divina que lo goza, y, una muerte que cobra puro sentido, en tanto "atravesada y atravesándolo".
El momento eterno de la supervivencia en el frente, recorta a este cuerpo "hecho bolsa", y, en el mismo acto, tanto de la vida como de la muerte.
Vayamos ahora a "la muerte embolsando la vida"; donde la vida y la muerte se juegan en un entrecruzamiento que no toca el cuerpo, es que la inmortalidad se hace un destino cierto.
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No es difícil pensar que en tanto no están incorporadas, de vida o muerte serán todos los asuntos para el ex-combatiente, aún los más nimios o cotidianos. Esta subsistencia a "blanco o negro", da un gris en-ser que expulsa de sí el color y el brillo.
Un goce Otro se encima a la vida del sujeto, decretándola por capricho, es la vida de la que por indiferente, el sujeto no puede apropiarse en su latir, la que ya fue sacrificada al Otro, vida que recuperará sólo junto a su heroicísmo y mortalidad.
Un sentido que no se escapa sino que se encima a la muerte, en una plena ecuación que da por resultado la inmortalidad; la vivencia del horror ha hecho que se presente al sujeto lo sin representación. lo que de lo Simbólico debería circular por fuera de la CIA., impacta de lleno en el campo de la percepción, y, en lugar de quedar la muerte por fuera, es la Ccia. misma la que queda por fuera del campo del sujeto. El sentido que de la muerte deberá escaparse es el de haber sido sobrevivida, ya que en esta superposición, el sujeto hace anclaje en una inmortalidad posible.
Finalmente, cómo entender el goce fálico encimándose al objeto a, sino en la línea del Yo como objeto y de la identificación al semejante, pero del otro lado del espejo, del lado de las sombras, allí, donde en la oscuridad los cadáveres brillan. Nada más apropiado para constatar con Freud, en "Duelo y Melancolía": "La sombra del objeto cayó así sobre el Yo".
En la vertiente yo-otro encontramos congelándose en "héroes caídos", como otra "verdad de oro"; verdad que sólo podrá ser recortada por algún saber acerca del propio heroicismo del sujeto y de una Pulsión de Vida triunfante, o lo que es peor, tal corro el mismo Freud nos señala al final del artículo: "El Yo puede gozar quizá de la satisfacción de reconocerse como el mejor de los dos, como superior al objeto" , refiriéndose a la salida por el trabajo de duelo.
Reflexionemos ahora acerca de estas "sobrevidas roídas por la muerte", y, donde la dirección de la cura apuntará a conducir al ex-combatiente a salir de la sobrevida, en tanto que no es "sobre" ella sino apenas "en" ella y por un tiempo limitado, por donde se transita, y salir también de la subsistencia, para descolocar al sujeto de debajo de la muerte y hacerla existir finalmente.
Despleguemos un poco más la realidad sombría que habitan.
La compacidad de "héroes caídos" se cruza en el camino, eso anda mal y mal acaba, es justamente al no terminar de caer que brillan en la eternidad, en esa eternidad el sujeto se fascina y se hace reflejo, pero su cuerpo opaco no puede reflejar el brillo, sólo acoger la sombra de esos seres y su caída infinita.
Demos un paso atrás en la historia, y, recordemos a estos chicos que antes de caer en una subsistencia instintiva, llegan a Malvinas llenos de sueños heroicos, momento de esplendor que la tragedia desatada sepultará entre la insignificancia y la indiferencia, lo que no deja de mentar el paso por el entre-dos-muertes, donde la falta en la cadena se obtura con este cuerpo, resto del sujeto, que se adelanta a su fin, e invitemos a los ex-combatientes a reconocer como propio este recorrido anterior, para que desandando aquél camino cortado, lo retomen una y otra vez, hasta que hecha la huella, puedan advertidos detenerse ante la boca de la sepultura y descreer la promesa de heroica inmortalidad con la que das Ding los provoca a ocuparla.
Este sujeto entrampado en falsas promesas de abrazos eternos está condenado al hastío. No queda en el mundo, en su Umwelt deslucido, otro espacio y otro tiempo que no sean los del tedio, del que será objeto ese vacío provocador.
Veamos, sólo vuelve de la guerra quien se habitúa a sobrevivir, la supervivencia es en sí un eterno-presente, un tiempo en manos del Otro y una promesa de inmortalidad; en este no ser para todos, el prójimo que no sobreviva se convertirá en el semejante, que acaparando para sí la completud, dejará al sujeto sin la parte que le corresponde de esa gesta heroica.
Un grupo en supervivencia comparte todo, desde los objetos de la necesidad hasta la ilusión de inmortalidad, en lo compacto de un nosotros donde nos salvaremos "yoylosotros", la decepción aparece cuando alguno de esos otros cae trágica y heroicamente en mi lugar; recordemos la pregunta de aquel ex-combatiente:"¿Por qué yo?, ¿Por qué volví yo?", pregunta que será respondida en el acto de incorporar la culpa trágica que sobreviene al sospechar que en realidad era "yo o el otro"; que sólo puede salvarse uno mismo será el saber acerca del que el sujeto no querrá saber nada.
Cabe destacar que quien plantea esa pregunta, es alguien que tomado prisionero, fue destinado a juntar los cadáveres y/o sus pedazos y cavar fosas comunes para su depósito. Con qué recubrir ese horror sino con la cesión de su parte heroica y su propia vida despedazada, a modo del fino polvo con que Antígona cubriría a su hermano. Utilizará el sujeto el brillo de su mundo para cubrir a sus muertos, y, en el mismo acto, del héroe sólo cargará con la culpa trágica.
Necesariamente surgirá la ambivalencia, pero de ella tampoco querrá nada saber. El tedio en su forma melancólica, será una eternización de este dolor, que se ofrecerá en tanto tiempo del rito funerario que no pudo desplegarse. "El sujeto permanecerá a partir de allí como un objeto muerto…, se inviste la ausencia como ausencia de esperanza y, el tiempo potencial se cambia en tiempo muerto" 9.
Lleno por este objeto perdido, el sujeto seguirá solo subsistiendo en su mundo gris, y, siempre al borde del suicidio. Si ese objeto se aloja en el Super Yo con toda su heroicidad, reclamará la parte de vida que le fue robada, así el sujeto se identificará con el cadáver, y, reacción terapéutica negativa de por medio, se sumirá en un letargo agónico que sustituirá el suicidio.
Pensar la vía de la melancolía es pensar con Freud la situación de estos ex-combatientes, pensemos que así como en su mayoría no optaron por ser combatientes, tampoco optaron por dejar de serlo, fueron combatientes bajo orden y ex-combatientes en el mismo registro. De ida y de vuelta se pierden "la bolsa y la vida", en tanto el honor será reservado a los otros, los caídos, que a diferencia de la marginación a la que ellos serán condenados, la sociedad guardará en su memoria en tanto los verdaderos héroes de la gesta de Malvinas, el "héroe caído" finalmente tendrá la posibilidad de hallar su lugar en el Otro de la cultura. Entenderemos aquí los caídos en tanto poseedores de ese mérito que le falta al Yo del ex-combatiente para alcanzar su ideal, el sujeto con su tristeza pagará tributo a sus heroicos compañeros abatidos. El semejante se ha quedado nuevamente con toda la gloria.
Capturados por sus muertos se colocan en un más acá de una vida que hay que agotar rápidamente, ya que aparece como un largo y tedioso preludio del fin. La ausencia de color, este transcurrir entre los grises, no será sino un luto eterno que llevarán, y, la más mínima iridiscencia será vista como un pecado, deslucida inmediatamente por conformar una afrenta a estos inseparables compañeros del alma.
Así la inhibición del placer recubrirá la emergencia de la angustia, pero lo hará muy mal y el sujeto deberá alojarse entre el tedio y la desazón. donde el sujeto se deshace entre sus deshechos idealizados y una sola sensación lo invade: la agonía, que sólo interrumpe la huida en la hiperomnia, el aislamiento, las drogas, el alcohol, y, todo hedonismo artificial agregado que lo arroje fuera del escenario donde actúan los vivos. De allí intentará también exhilarse abandonando el espacio terapéutico. Coqueteando con la muerte, permanece vivo a plena responsabilidad del Azar. Siempre deteniéndose a mitad de camino en su atopía, intentará hallar la paz, armonía, respeto y quietud, con que la guerra debería haberlo "premiado".
El abandono terapéutico operará tanto en un sólo acto, como en las reiteradas ausencias, que provocando el tedio del analista – y doy fe que es la mayor de las batallas a librar-, intentarán tanto agotar su deseo, como patear para más adelante el progreso de la cura, en pos de la eternidad de su tiempo. Diferir es aquí otro de los modos del hastío, y, en este campo agotarán las maniobras.
Para recuperar su brillo, es necesario que el sujeto en tanto protagonista de una guerra, se identifique al héroe que él mismo fue, para que los muertos puedan enterrar a sus muertos, para que su vida se vuelva vivible y perdible, tanto como lo fueron sus hazañas heroicas. Sin verse héroe no podrá dejar de serlo en este fuera de tiempo y fuera terreno de entre-las-dos-muertes, encaminándose al encuentro con su hermano, donde su propia vida se convierte, toda ella, en un rito funerario.
Cuando la repetición tome finalmente valor Sgte., su misma iteración subjetivizada como condición de vida, podrá diferenciarse constantemente del héroe que fue, sea para vestir sus ropajes de gala, o para olvidarse de ello quitando en el mismo acto, el carácter trágico a su vida. Procesar el duelo desembocará en la posibilidad de asumir la propia heroicidad, para que ésta sea un rasgo agregable al Ideal del Yo, pudiendo permitirse a cuenta de su deseo de vivir, superar a sus compañeros caídos.
Allí honrar, será poder hablar de los muertos; al respecto, cuenta un ex-combatiente que a su regreso, cruza a los padres de un compañero muerto, y, cuando le preguntan por él, dice: "Viene ahí atrás", él no sabía que no mentía, el otro sería su sombra a partir de allí.
A la hora de definir al sujeto como "lo que un Sgte. significa para otro Sgte.", habrá que nombrarlos "testigos heroicos". Veamos como: el trabajo de volver Sgte. la palabra "héroe", será uno de los hilos de sutura de los que se servirá el analista, en su intento de cerrar un poco más ese entramado demasiado abierto, por donde amenaza escabullirse el sujeto, precipitándose a un nuevo encuentro, y, en está vía no estará de más escribir algo en su honor.
Poco a poco habrá que arrancarlos del "Auto da Fe" en el que se consumen, para invitarlos a testimoniar en un "acto de fe", validado por su protagonismo histórico, a narrarnos la versión no oficial sin arriesgar su vida en ello; esto no será sino asumiendo aquello que no quisieron ver ni oir, serás testigos vivos de la guerra convocados a ser tutores de una verdad histórica, y, de ella decir su verdad, para apropiarse y, en vida, del heroicismo que les corresponde. Entonces, haber atravesado el horror de la guerra y salir de allí con vida, deberá ser una hazaña mayor que haber muerto por la patria.
Será el camino entonces de construir un Sgte. nuevo: "testigo heroico", que pueda por oposición descongelar al "héroe caído", y, superarlo en un significar el tiempo de vida, como una sucesión de batallas que se le ganan a la muerte, a pesar de ser "ex-combatientes", dejando sólo de ser soldados, la senda por donde la sutura será posible.
A continuación transcribo una investigación periodística realizada por Miguel Bonasso
Desde el fin de la Guerra de Malvinas se quitaron la vida 269 veteranos
Una historia marcada por el suicidio
Murieron después de la última batalla casi tantos como en combate, y casi el mismo número de los muertos por el hundimiento del "Belgrano". Por Miguel Bonasso
En su pieza Ha llegado un inspector, el dramaturgo inglés John B. Priestley encarna dramáticamente una tesis incuestionable: el suicidio no es un mero acto individual, es una acusación contra "los otros", el recordatorio de que la sociedad ha perpetrado con alguno de sus hijos el peor de los crímenes, que es el del olvido. Esa tesis se potencia con el número: desde la derrota en Malvinas se han suicidado 269 veteranos de guerra. Poco menos que los 326 jóvenes compatriotas que murieron en combate. Casi el mismo número de víctimas que produjo el hundimiento del "Belgrano". Una tragedia colectiva que debería sacudir la conciencia de los argentinos. Si llegara a estas tierras un inspector como el de la obra de Priestley no necesitaría de muchas indagaciones para diagnosticar una grave patología social. Se trata de una gigantesca culpa colectiva. Hace ya 17 años, durante una entrevista que este cronista realizó en México, el ex soldado Miguel Ángel Trinidad tenía entonces 22 años, y el reportaje fue un diálogo entre dos generaciones mutiladas. Trinidad, que entonces era secretario general del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas, relató su peripecia guerrera con minuciosidad, dramatismo y no poco sentido del humor. Con la madurez del que nació despierto y, además, ha crecido de golpe. Con el paso de los años muchos otros testimonios, entre los que sobresale el del colega y amigo Edgardo Esteban, dejaron ese nudo de amargura que en la narración de Trinidad marcaba un hito decisivo en la parábola del veterano: la feroz desilusión del "regreso a la Patria". Vale la pena –tantos años después– recordar un tramo de aquel relato tan cercano a los días del conflicto: – "Sin pretender hacerme el trágico y aunque no me lo creas, para algunos fue más jodida la posguerra que la guerra. Porque en la guerra, aún con el temor de perder la vida (que es lo peor que te puede ocurrir) al menos con los sentimientos (que es lo único que puede sobrepasar al instinto de supervivencia), uno sentía que, mal o bien, estaba haciendo algo. Cuando regresamos nos encontramos con una confusión total en Argentina; con una suerte de querer todo el mundo quitarle pedazos al cadáver. (El cadáver era el país). Y en ese momento todo pretexto servía". – "A nosotros nos resultó doloroso comprobar, cuando todavía estábamos en las islas, un día antes de la rendición, que todo el mundo estaba pendiente en Buenos Aires del Mundial de Fútbol que se estaba jugando en España. La Capital Federal vivió la guerra de manera muy distinta a como la vivió, por ejemplo, el sur del país. No por culpa del pueblo, sino de los que mandaban; de los que manipulaban los medios de comunicación, en suma: del gobierno militar. – "A la guerra se la confundió con un partido de fútbol entre Argentina e Inglaterra. Por eso te digo que me vino bien no encontrarme enseguida en la calle". (Trinidad, como otros jóvenes soldados fue retenido durante varios días en un cuartel de la guarnición de Campo de Mayo. Allí fueron interrogados por oficiales de la inteligencia militar y se les advirtió que no comentaran nada de lo que habían visto durante la guerra. Un capitán llegó más lejos e inauguró la famosa "desmalvinización" que alcanzaría su apogeo en la democracia con una orden disfrazada de consejo: "Ahora vayan a casa y olvídense de Malvinas"). – "Cuando yo salgo a la calle, por el apuro, salgo de uniforme, vestido de verde. Yo no esperaba que nadie dijera nada…yo digo…la ciudad era igual. La gente, algunos me miraban como un bicho raro. Y yo parecía un indio, porque miraba los edificios como si los viera por primera vez. Los de mi barrio, te digo. Y sentí tanta indiferencia en la gente. No hacia mi; yo no quería que me vinieran a mi. Yo esperaba ver otras caras. ¡Bueno, se perdió una guerra! Esperaba ver a la gente cabizbaja. No. Como si nada hubiera pasado". – "Llego al edificio de departamentos donde vivía. Llego y en la puerta estaba el portero -con el que me había peleado antes de Malvinas- y estaba con un vecino. Y el vecino, que sabía que había estado en la guerra, ni me saludó. Y yo, claro, no lo saludé. Recién sentí el calor de la familia cuando mi madre abrió la puerta…". – "Si eso me hubiera pasado apenas bajaba del avión…no sé lo que les hacía. Porque no hubiera soportado ver a la gente así, en su rutina de siempre, cuando habían muerto tantos…" Pasaron los años, los ex combatientes se dividieron en varios centros (según su cercanía o lejanía respecto de las Fuerzas Armadas), y a la indiferencia de los vecinos en los primeros días se sumó la incuria oficial para resolver sus problemas concretos. Su causa, legítima, quedó relegada incluso para muchas organizaciones sociales y políticas que luchaban contra el statu quo, porque se los suponía "fachos" y "cercanos a los milicos". Hoy muchos de ellos, especialmente los que se han dado cita en la Plaza de Mayo, reivindican su pertenencia al campo popular, su enfrentamiento visceral con cualquier aventura golpista o represiva y su crítica a un gobierno al que ven arrodillado frente a Gran Bretaña y Estados Unidos. Pero todos los veteranos merecen que una sociedad, que empezó a despertar el 20 de diciembre, los rescate esta tarde de las aguas del olvido.
Instalación de una base aérea permanente en la Isla de Ascensión: Para garantizar el puente aéreo entre el reino Unido y las Islas Malvinas. El elevado costo de la obra, según los geólogos, seria un verdadero derroche, si se tiene en cuenta que hay en dicha isla un volcán en actividad con una historia de peligrosas erupciones, según lo destaco a fines de mayo de 1984, el periódico ingles "The Sunday Times"
Nuevo aeropuerto en las Malvinas: A poco de terminada la guerra con la Argentina, las autoridades inglesas proyectaron la construcción de un nuevo aeropuerto, como punto de partida de un enclave militar estratégico de considerables proporciones. Se halla emplazado en las cercanías (50 Km.) de Puerto Argentino (Stanley para los ingleses) y su construcción demando una inversión cercana a 400 millones de dólares.La nueva pista de aterrizaje tiene 2.100 metros de largo y permite operar grandes aviones, incluso los Jumbo 747 y los Tristar. Los autores del proyecto afirmaron que el aeropuerto permitirá reducir las horas de vuelo desde Gran Bretaña hasta las Malvinas de 35 a 18.La inauguración de las obras tuvo lugar a fines de 1985. El gobierno argentino -por intermedio de su canciller- acuso a Gran Bretaña de "agresión contra el país, contra América Latina y contra la paz", al comentar la inauguración de la monumental obra.Al día siguiente de la inauguración de la obra, el gobierno argentino decidió concurrir a la OEA solicitando una reunión especial del Consejo Permanente para considerar ante los representantes de los países latinoamericanos la gravedad que implica el establecimiento de una fortaleza en el Cono Sur, como el apéndice de la OTAN, con el consiguiente riesgo para la paz y la seguridad del continente americano.El Consejo permanente, careciendo de facultades para intervenir en este tipo de episodios, se limitó a tomar nota de la denuncia y recibirla con preocupación.
Apoyo de la OEA a la posición argentina sobre el conflicto por las Malvinas
La Argentina logro, en diciembre de 1985, al finalizar la XV Asamblea General Extraordinaria de la OEA, que al reformar la Carta de la Organización permitiendo el ingreso de Belice y Guyana en 1990, además "impide que ante cualquier intento ingles de autodeterminación de las Islas Malvinas, estas puedan aspirar un día a incorporarse a la OEA". Esta decisión contó con el apoyo de los Estados Unidos y de los países del Caribe. De ello, se infiere que la organización de los estados Americanos nunca reconocerá a las Malvinas como estado independiente.
Nueva Zelanda reanuda sus relaciones con la Argentina En agosto de 1984, los representantes de la Argentina y Nueva Zelanda ante las Naciones Unidas firmaron un acuerdo restableciendo las relaciones diplomáticas entre ambos países, que fueron rotas en ocasión de la guerra de las Malvinas en 1982.Gran Bretaña y Nueva Zelanda fueron los únicos países que rompieron sus relaciones con la Argentina debido a dicha guerra.Área exclusiva pesqueraEl gobierno británico estableció-con relación al conflicto con la Argentina- una Zona de Exclusión pesquera de 150 millas alrededor de todo el perímetro de las Islas Malvinas, dentro de la cual pueden ejercer su actividad previa autorización inglesa, buques pesqueros de otras nacionalidades, con excepción de la Argentina. Ello ha provocado una gran preocupación en el ámbito nacional -particularmente de parte de empresarios pesqueros y dirigentes sindicales- dado que los barcos extranjeros pescan tanto en la "zona de exclusión" con centro en las Malvinas, como en la zona exclusiva de nuestro país y sus adyacencias, amenazando con una verdadero depredación del recurso marítimo en todo ese ámbito de los mares del sur, que nos pertenece, sin lugar a dudas, por las razones de soberanía que son de dominio publico
Histórica y geográficamente las Islas Malvinas pertenecen al territorio argentino. Fue esta deuda pendiente de nuestra soberanía que encendió una luz de esperanza a un gobierno que se debilitaba mas y mas por las desacertadas políticas implementadas que hicieron aumentar la deuda externa, subir el índice de inflación, aumentar la especulación de la denominada patria financiera y hechar por tierra la producción y al industria nacional y que con una escasa visión política internacional se decidió a recuperar nuestras islas a través de las armas, sin tener el mas mínimo sentido de previsión en cuanto a la formación de nuestros soldados, y con la ilusión de que EEUU abandone a su aliado histórico, Gran Bretaña. Ideas como éstas solo pudieron ser albergadas por un cerebro inundado de alcohol.
La falta a tratados internacionales para países en guerra realizadas por Gran Bretaña, el apoyo de EEUU a ese país, los crímenes de guerra y todo lo sucio que muestran las guerras quedan disminuidas ante la actitud del Gobierno Militar de no escatimar esfuerzos en poner en riesgo el patrimonio mas importante que debería tener un país, la vida de sus ciudadanos.
El pueblo argentino denostó a las autoridades con tanto entusiasmo como había aprobado la acción del 2 de abril. La guerra evidentemente puso de manifiesto mucho de lo bueno y d e lo malo del país.
Más allá del importante asunto de la disputa, la guerra ha sido un catalizador de consecuencias importantes para el país y algunas que todavía pueden llegar a ser imprevisibles en el orden interno.
La República perdió al guerra pero no sus derechos, para Gran Bretaña, seguir en las islas le resulta altamente oneroso, ya hay algunas voces que se alzan en las islas exigiendo negociaciones e insinuando algunas alternativas.
Una de las consecuencias mas importantes de esta guerra, aunque sea doloroso reconocerlo, ha sido la estrepitosa caída de la dictadura militar que no tuvo tiempo de diseñar una salida decorosa del gobierno, lo que permitió avanzar más rápidamente de lo que se creía al camino democrático.
Sensatez y Firmeza pueden ser elementos útiles para que la República Argentina se abra camino en busca de ganar en el campo de la diplomacia lo que no pudo obtener por el medio de las armas.
Raúl A. Rossini. 20 Años de Historia Política Argentina 1966-1986. Ediciones RR S.R.L
Bonifacio del Carril. La Cuestión de Las Malvinas. Hyspamérica.
León Rozitchner. Las Malvinas: de la guerra "sucia" a la guerra "limpia". Centro Editor De América Latina (CEAL)
OR Cardozo, R Kirschbaum y E. Van Der Kooy. " Malvinas, La Trama secreta. Sudamericana Planeta
Eliana de Arraescaeta, Hector Pavón y Clarín. El Gran Libro del Siglo. Artes Gráfficas Rioplatenses S.A
Julio Cesar De La Vega. Diccionario Consultor Político. Librograf Editora.
Julio Cesar De La Vega. Diccionario Consultor Político. Editorial Libres.
Hugo Gambini. Crónica Documental De Las Malvinas, Tomo I, II y III. Editorial Redacción S.A.
Gabriel A. Rivas y Daniel Dos Santos. Argentina y el Mundo, Tomo III. Editorial Sánchez Teruelo S.A
Sandra Elena, Miguel De Luca, Mariano Garreta Leclercq, Claudio Lutzky, Sergio Trippa, Coordinación: Maria Catalina Nosiglia. Formación Ética y Ciudadana del Polimodal. Editorial Estrada.
Diarios: Clarín, Convicción, La Nación, De Bs As.
Revistas: Somos, Gente, La Semana
marcial sorazabal
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