En la Cosmovisión martiana, la espiritualidad del hombre es esencial, su subjetividad, como agente histórico-cultural. Lo que no significa que lo hiperbolice. Para él, lo material y lo espiritual constituyen una unidad inseparable. Recuérdese la polémica en el Liceo Hidalgo, de México. Incluso aboga por una filosofía de la relación que no separe lo ideal y lo material, que no discurra hacia los extremos. Simplemente que lo aborde en su relación, pues "Yo no afirmaría la relación constante y armónica del espíritu y el cuerpo, si yo no fuera su confirmación""[46]
Hay en Martí, en su pensamiento, acuciantes notas espiritualistas. Cree en la preexistencia y postexistencia del alma, en la superioridad del espíritu, sin embargo no se desliga de la realidad inmediata. Sus convicciones ideopolíticas (culturales) terrenalizan su tendencia especulativa, sin matar su raíz utópica y su miraje hacia lo absoluto y lo grande, pues en su criterio: "menguada cosa es lo relativo que no despierta al pensamiento de lo absoluto. Todo ha de hacerse -declara Martí, de manera que lleve la mente a lo general y a lo grande. La filosofía no es más que el secreto de la relación de las varias formas de existencia".[47]
En su epistemología hermenéutica somete a crítica el apriorismo y el subjetivismo. Defiende la analogía sin absolutizaciones estériles. Considera la realidad como fuente del conocimiento. "En el hombre, -cree Martí- hay fuerza pensante, pero esta fuerza no se despierta ni desarrolla, sin cosas pensantes."[48] Además "hay armonía entre las verdades, porque hay armonía entre las cosas".[49]
Su epistemología, siguiendo la tradición cubana, se expresa como sensorracionalismo, donde lo sensorial y lo racional son dos momentos de una unidad y un proceso único inseparable, en pos de la aprehensión cósmica de la realidad.
Al mismo tiempo, su siempre razón utópica -rasgo propio de los grandes pensadores fundadores- no lo lleva a separar la teoría de la práctica.
El "espiritualismo martiano", la sustantivación de la subjetividad humana, tampoco restan valor a su hermenéutica ecosófica. En su concepción, el hombre, como sujeto socio-cultural, reproduce de forma compendiada la totalidad del Universo. La naturaleza –concepto amplio en Martí- integra todo, lo espiritual y lo material[50]pero el hombre, es por sobre todas las cosas, un ser activo, hacedor de historia, cultura, y al mismo tiempo, condicionado sociohistóricamente, pues "nada es un hombre en sí, y lo que es, lo pone en él su pueblo".[51]
Una hermenéutica ecosófica puede hacer mucho en los tiempos actuales, si es capaz de interpretar el espíritu del mundo con ansia de humanidad, y aprehender la conducta del hombre en su complejidad real, como eticidad concreta, sin imposiciones epistemológicas ni abstractos apriorismos. Interpretar la realidad subjetivamente, y seguir la lógica especial del objeto especial, y no dar la espalda al drama humano, como aconsejaba Marx, no pueden pasar inadvertidos, si se quiere "hacer camino al andar"…
Y hay que hacer camino al andar… No queda otra alternativa, si queremos que emerja una cultura del ser y una ética del género humano que garanticen la existencia de la vida presente y futura.
Autor:
Dr. Sc. Rigoberto Pupo.
[1] Sobre esto ver de Buganza, J. Últimos Apuntes de Mauricio Beuchot sobre Hermenéutica Analógica. Revista Razón y palabra junio- julio 51. www. Razón y palabra.org.mx. En este trabajo se comenta cómo Mauricio Beuchot hace hincapié en la necesidad de la aplicación concreta de la hermenéutica analógica. “Mauricio Beuchot también comenta, explora y desarrolla su propuesta filosófica con otros filósofos para ensancharla cada vez más. Hay un libro recién publicado, titulado Puentes hermenéuticos hacia las humanidades y la cultura, donde hace estos comentarios. El título del libro conviene muy bien porque lo que Beuchot establece son, precisamente, puentes interpretativos hacia diversas áreas de las humanidades y la cultura en general (por ejemplo, hacia la psicología, la pedagogía, la filosofía de la cultura, la política, la literatura, etcétera). Y esos puentes, hay que decirlo, los traza Beuchot siguiendo muy de cerca a quienes han discutido y ensanchado al movimiento de la hermenéutica analógica, a quienes cita y comenta”. (Revista Razón y palabra junio- julio 51. www. Razón y palabra. org.mx)
[2] Al mismo tiempo, la hermenéutica analógica, como no cree tener la verdad absoluta está abierto a la crítica y oye al otro para mejorar
[3] “Y es que, en definitiva, se abre la puerta a un pensar analógico, a una racionalidad analógica (y no sólo a una hermenéutica analógica), que no caiga en la prepotencia de la univocidad, del univocismo, ni en el relativismo de la equivocidad, del equivocismo. Es una racionalidad abierta y a la vez rigurosa, que no se cierra en el único enfoque y en la única verdad, de modo reduccionista; pero tampoco se abre indefinidamente a cualquier enfoque y las demasiadas verdades, sino que reconoce un límite para las verdades y los enfoques, de modo que, pasando ese límite, se da lo falso y lo erróneo. Pero ya se ha dado cabida al pluralismo, a un pluralismo dialogante, pues la analogía hay que establecerla mediante el diálogo, en el diálogo de los que están en el camino de su búsqueda”. Beuchot, M. Perfiles de la hermenéutica. En del propio autor “Tratado de hermenéutica analógica UNAM, México, 1997, p. 16
[4] Ibídem, p. 16
[5] Beuchot, M. Perfiles de la hermenéutica. En del propio autor “Tratado de hermenéutica analógica UNAM, México, 1997, p. 16
[6] “Cuando un alma sensible y culta recuerda sus esfuerzos por trazar, según su propio destino intelectual, las grandes líneas de la Razón, cuando estudia por medio de la historia de su propia cultura se da cuenta de que en la base de sus certidumbres íntimas queda aún el recuerdo de una ignorancia esencial. En el reino del conocimiento mismo hay así una falta original, la de tener un origen; la de perderse la gloria de ser intemporal; la de no despertar siendo uno mismo para permanecer como uno mismo, sino esperar del mundo oscuro la lección de la luz” (Bachelard, Gastón. La intuición del instante. Fondo de Cultura Económica, México, 2000, p. 7).
[7] Gadamer, G. Verdad y método, Sígueme, Salamanca 1977, p.567-568.
[8] Ibídem, p.531.
[9] Ibídem, p. 344.
[10] “Este es el punto del que parte el problema hermenéutico. Por eso habíamos examinado la depreciación del concepto de prejuicio en la Ilustración. Lo que bajo la idea de una autoconstrucción absoluta de la razón se presenta como un prejuicio limitador forma parte en verdad de la realidad histórica misma. Si se quiere hacer justicia al modo de ser finito e histórico del hombre es necesario llevar a cabo una drástica rehabilitación del concepto del prejuicio y reconocer que existen prejuicios legítimos. Con ello se vuelve formulable la pregunta central de una hermenéutica que quiera ser verdaderamente histórica, su problema epistemológico clave: ¿en qué puede basarse la legitimidad de los prejuicios? ¿En qué se distinguen los prejuicios legítimos de todos los innumerables prejuicios cuya superación representa la incuestionable tarea de toda razón crítica?” (Ibídem, p. 344)
[11] Ibídem, pp. 466 – 468.
[12] Ibídem.
[13] Una hermenéutica de esta naturaleza, no separa el texto del hombre que lo escribe, ni el contexto histórico – cultural que antecede, y sirve de mediación central. Sencillamente sigue fielmente el método de la hermenéutica analógica: la sutileza y la penetración, sin aprioris innecesarios. Busca lo referencial y se atiene a la lógica especial del objeto especial en la asunción subjetiva de la realidad, en el decir de Marx.
[14] “La noción de responsabilidad implica en su etimología la actitud de “responder” a alguien, por ejemplo a un superior jerárquico del cual hayamos recibido una orden o un encargo. Cuando se toma esta noción en un sentido muy general es frecuente que este “alguien” sea Dios, para las personas que tienen un sentido religioso de su vida. En la cultura “moderna” se ha concibido a menudo esta responsabilidad como un responder a su propia conciencia. Un sentido más neutral se encuentra a veces cuando se considera la responsabilidad como un “hacerce cargo” de las consecuen cias de sus propias acciones siendo dispuestos a “pagar para ellas” (Weber). Nos parece que un sentido sificientemente general, que abarca lo esencial de estas diferentes concepciones, consiste en considerar la responsabilidad como una actitud de respeto hacia los valores en nuestras acciones, ya que con eso se pueden tomar en cuenta valores morales, religiosos, politicos, sociales, economicos, etc. Por consiguiente definimos como “responsable” una toma de decisión en la cual queden satisfechas dos diferentes exigencias: 1. el respeto de ciertos valores predeterminados que la decision tendra que no violar; 2. la determinacion de ciertos fines particulares que nos proponemos de alcazar escogendo un curso de acción adecuado. La primiera condicion implica que se indiquen de manera explicita y completa aquellos valores de tipo moral, politico, social, economico, juridico, etc. que se consideren como una especie de “marco general” de la decision, en el sentido de que ninguna decision podria considerarse responsable si implicara la violación de estos valores”. (Agazzi, M. La responsabilidad en las decisiones.Curso extraordinario – salamanca 25-28 de abril, 2001. Conferencia impartida en la Universidad de La Habana)
[15] “La hermenéutica que yo propongo es, como he dicho, además de analógica, icónica. Esto significa que se vincula con aquel tipo de signo que algunos llaman icono y otros símbolo. Icono le llama Charles Sanders Peirce, y es la acepción que le doy aquí. El icono abarca otros tres tipos de signo: imagen, diagrama y metáfora. Es la analogía, que abarca lo que se acerca a la univocidad, como la imagen, lo que oscila entre la univocidad y la equivocidad, como el diagrama, y lo que se acerca a la equivocidad, como la metáfora, pero sin caer en dicha equivocidad. Con eso, la iconicidada-analogicidad permite encontrar la discursividad cercana a lo unívoco donde ésta se requiere, de manera axiomática o casi, y obliga a un tipo de significatividad de tipo apegado al modelo, como la que tiene la imagen icónica, aunque no sea mera copia. Permite además una interpretación que no se queda en la estructura discursiva aparente o superficial de un texto, sino que avanza a su estructura profunda, por la semejanza de relaciones, como en el diagrama, y no sólo con el modelo de la imagen, que, en su modalidad excesiva de copia, fue el que privilegió el positivismo (Beuchot, M. Perfiles de la hermenéutica. En del propio autor “Tratado de hermenéutica analógica, UNAM, México, 1997, p. 18.)
[16] “La tensión que se da entre el universalismo y el particularismo de las culturas se resuelve, a mi modo de ver, con un pluralismo bien planteado, analógico. El pluralismo cultural o multiculturalismo es buscado como postura intermedia y moderada entre los dos extremos. Pero oscila entre una y otra postura, y hay pluralismos que se acercan más al universalismo y otros que se acercan más al particularismo,-con el relativismo que lo acompaña. A mi me parece que el peligro mayor está en el relativismo extremo. Por ello trato de alejar al pluralismo de él y acercarlo un tanto al universalismo, pues es lo que ahora hace falta, en estos tiempos de tanto relativismo. Esto se logra con un pluralismo analógico, proporcional, ordenado, esto es, que tome en serio las diferencias, pero sin perder la universalidad necesaria. Tal pluralismo analógico es intermedio entre el univocismo y el equivocismo, pero en él predomina la diversidad. Sin embargo, tiene la universalidad necesaria y suficiente para que no se incurra en el relativismo, y también tiene una particularidad o diferencia preponderante, de manera que no se corre el riesgo de caer en el universalismo feroz que algunos quieren asegurar. Es, además, una postura que, junto con la preservación de las diferencias culturales en el seno de una sociedad, permitirá un acceso justo al bien común. Es cierto que, al interactuar las culturas, las diferencias culturales se van desdibujando; algunas hasta llegan a borrarse. Es cierto que al tener acceso a la igualdad de oportunidades y de bienes, se pierden algunas cosas propias y peculiares de la cultura particular; pero no hasta el punto de renunciar a la propia identidad, a la representación de sí mismo, a la memoria común, al imaginario colectivo, que es lo que afianza a la realidad, a la vida” (Beuchot, M. La filosofía ante el pluralismo cultural. http://www.filosofia.com.mx/index.php?/portal/archivos/la_filosofia_ante_el_pluralismo_cultural/
[17] Agazzi, M. La responsabilidad en las decisiones. Curso extraordinario – salamanca 25-28 de abril, 2001. Conferencia impartida en la Universidad de La Habana.
[18] Hago énfasis que al referirme al texto, incluyo no sólo el texto escrito, como es común, sino todo aquello que tiene significación importante. Así la conducta ético – moral es un texto, la mirada, una imagen, una acción, una actuación un retrato, una perspectiva, etc. Sencillamente vivimos en un mundo textual, intertextual
[19] Martí lo comprendió y lo aplicó en su rica obra: “Nada absoluto es verdadero. La vida humana es la mutua e indeclinable relación entre lo subjetivo y lo objetivo” (Martí, J. Cuadernos de Apuntes. Tomo 21. Editorial nacional de Cuba, La Habana, 1965.
[20] Beuchot, M. Perfiles de la hermenéutica. En: Mauricio Beuchot. Tratado de hermenéutica analógica, México: UNAM, 1997, pp. 4- 5.
[21] “La hermenéutica, como instrumento de interpretación, permite acceder a la historia de la ética y a la conducta moral, con lo cual hace posible juzgar y valorar lo que está descrito y no sólo conocerlo. De igual forma, deben ser analizados los conceptos morales en su uso y en su vigencia. Eugenio Trías y Wittgenstein son citados como referencia de lo que se denomina "ética del límite" y que se refiere precisamente a los intentos por mediar entre posturas que tradicionalmente han sido consideradas como opuestas. De Trías retoma la idea de que el hombre es un ser que está en el límite entre la razón y la sin-razón, entre lo físico y lo metafísico. Y de Wittgenstein menciona su famosa idea de que el hombre se encuentra en el límite de lo que puede decir y lo que debe callar. Ambos autores permiten a la autora justificar su propuesta de buscar el medio, la búsqueda de proporción al momento de realizar interpretaciones. Claro que esta propuesta debe ser tomada al momento de revisar las diferentes posturas éticas. Para la autora lo importante es proponer alternativas que apelen tanto a lo racional como a lo emocional, "donde se establezcan vínculos entre los individuos, mismos que serán posibles a través del diálogo, del compromiso, del respeto, de la convicción (…) El principal propósito de la autora es despertar el interés de quienes realizan interpretaciones en el campo de la ética para que basen su trabajo en el diálogo, el compromiso, el respeto, la libertad y la responsabilidad. Todo ello gracias a la práctica de la prudencia” (Remedios Álvarez Santos, Hermenéutica analógica y ética, Torres Asociados, México, 2003, p. 112.
[22] Ver Morin, E. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, 1999.
[23] “Se trata del concepto de virtud (sobre el cual A. MacIntyre en su libro Tras la virtud ha llamado fuertemente la atención). Este concepto, digo, ha vuelto como virtud intelectual, en el campo de la epistemología (tal es el caso del desarrollo que E. Sosa presenta en su texto Conocimiento y virtud intelectual), y en el campo de la ética, como virtud moral o práctica (opción desarrollada por Ph. Foot en su libro Las virtudes y los vicios, y otros ensayos de filosofía moral. Se puede definir la virtud diciendo que es una propiedad disposicional que la persona puede adquirir, y que la capacita para hacer bien una cierta actividad. Y se puede entender la educación como el suscitar y promover las virtudes en el individuo a partir de él mismo. A algunos les ha parecido poco relevante esta idea, pero se pueden salvar las dificultades que se presentan. Por ejemplo, en el campo de la moral, Adela Cortina æ en su texto "Moral dialógica y educación democrática”, se pregunta no sólo si puede enseñarse la virtud, sino si vale la pena enseñarla. Entiende que la enseñanza de destrezas no es suficiente para enseñar la moral. El comportamiento moral no se enseña, no se transmite. Según ella, la moral es un fin, mientras que las habilidades son medios; y el acumular habilidades no ayuda a perseguir fines adecuados. No se pueden enseñar las virtudes morales como si fueran destrezas o habilidades técnicas. Este es un cuestionamiento que ya se hacía Kant, el cual mostraba el olvido de lo que significa una virtud según la tradición aristotélica (la cual, como señala Capelletti en su artículo "Naturaleza y fines de la educación en Aristóteles" (apoyado, a su vez, en el libro X de la Eth. Nic, que la contemplación (theoria) es superior a la acción, que las virtudes dianoéticas (que son fines últimos) son superiores a las virtudes éticas (que son fines intermedios) y que éstas, a su vez, son superiores a las habilidades técnicas En efecto, Kant, sobre todo, olvida que para Aristóteles la virtud, que ciertamente es un medio, no puede estar desligada de los fines. Está precisamente en función de ellos. La finalidad objetiva es la perfección del hombre, y la subjetiva es la felicidad. Claro que, así dichas, pueden ser acusadas de reducirse a conceptos formales, vacíos, o que se pueden llenar con cualquier cosa. Cada quien entiende de manera diferente la perfección y la felicidad” (Beuchot, M. La formación de virtudes como paradigma analógico de virtudes. http://ensayo.rom.uga.edu/antologia/XXA/beuchot/
[24] Beuchot, M. La formación de virtudes como paradigma analógico de virtudes. http://ensayo.rom.uga.edu/antologia/XXA/beuchot/
[25] Ya sabemos que la superación dialéctica no elimina lo superado. Lo integra a la totalidad, pero con mayor riqueza en mediaciones.
[26] “La concepción espiritual y cosmológica de la ecosofía ofrece la posibilidad de contemplar el universo como un todo que se origina en cada uno de nosotros. Pensarnos un centro cualquiera de este multiverso que se expande a partir de lo que somos, y a la vez, sabernos un reflejo de ese orden, un microcosmos” (Iglesia, M. Entrevista a Alex Escamilla, colaborador de Rebelión. Ecosofía, la filosofía unida a la tierra. http://www.revistafusion.com/2007/junio/report165.htm) .
[27] Iglesia, M. Entrevista a Alex Escamilla, colaborador de Rebelión. Ecosofía, la filosofía unida a la tierra. http://www.revistafusion.com/2007/junio/report165.htm
[28] (Etnografía de los Actos de Habla Escolar (Parte 3) – Álvaro León Perico. Xexus. Ventana cultural. http.)
[29] Lo subrayado en negrita es mío. R. P.
[30] Iglesia, M. Entrevista a Alex Escamilla, colaborador de Rebelión. Ecosofía, la filosofía unida a la tierra. http://www.revistafusion.com/2007/junio/report165.htm
[31] Puede verse la obra de Edgar Morin, desde el método, hasta Ciencia con conciencia, Los siete saberes necesarios de la educación del futuro, Vivir en la era planetaria, etc.
[32] Iglesia, M. Entrevista a Alex Escamilla, colaborador de Rebelión. Ecosofía, la filosofía unida a la tierra. http://www.revistafusion.com/2007/junio/report165.htm
[33] “Sin un cambio en el campo de las disposiciones cognitivas, no es posible ningún cambio social y político. Toda revolución social presupone una revolución cultural. Lo que tu llamas ideas distorsionadas, merecerían un análisis profundo de los distintos detalles y métodos que acríticamente nos inducen a aceptarlas. Muchas de las cosas que adquirimos, demasiadas actividades que realizamos, no nos ayudan a potenciar nuestras capacidades como seres pertenecientes a una comunidad viva, y en cambio sí perpetúan una cultura basada en la explotación del hombre y la naturaleza” (Iglesia, M. Entrevista a Alex Escamilla, colaborador de Rebelión. Ecosofía, la filosofía unida a la tierra. http://www.revistafusion.com/2007/junio/report165.htm).
[34] Hernández, E. Ecosofía: el nuevo nombre de la filosofía política. http. Antroposmoderno.com
[35] Ibídem.
[36] Lo subrayado en negrita es mío. R. P.
[37] “Para mí – responde Guattari – la distinción no se impone: todos los objetos son objetos de modelización. El concepto en su carácter creativo, de aglomeración de componentes heterogéneos y al mismo tiempo de unidades autopoiéticas, es el objeto. El objeto ecosistémico es un objeto de metamodelización en el sentido en que tiene la pretensión de englobar las diferentes modelizaciones que se nos proponen: de tipo marxista, de tipo animista, de tipo estético. Podemos ver, entonces, como se articulan los sistemas de valores, mucho más que oponer de manera maniqueísta unos a otros” ¿Qué es la ecosofía? Entrevista a Félix Guattari. http//inmanencias. Blogspot.com/
[1]
[38] ¿Qué es la ecosofía? Entrevista a Félix Guattari. http//inmanencias. Blogspot.com/
[39] Martí, J. Emerson. Obras Completas. Tomo 13. Editorial nacional de Cuba, La Habana, 1964, pp. 17 – 18.
[40] En la filosofía de Leibniz, el Universo se compone de innumerables centros conscientes de fuerza espiritual o energía, conocidos como mónadas. Cada monada representa un microcosmos individual, que refleja el Universo en diversos grados de perfección y evolucionan con independencia del resto de las mónadas.
[41] Martí, J. Emerson. Obras Completas. Tomo 13. Editorial nacional de Cuba, La Habana, 1964, pp. 24 – 25.
[42] Ibídem, pp. 25 – 26.
[43] Ibídem
[44] Vitier, M. Valoraciones II. Universidad Central de Las Villas, 1961, p. 99.
[45] Ibídem, p. 101.
[46] Martí, J. Juicios. Filosofía. Obras Completas. Tomo XIX. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1967, p. 362.
[47] Martí, J. El poema del Niágara, O.C. T. 7. Edit. Nacional.de Cuba, La Habana, 1962, p. 232.
[48] Martí, J. Cuadernos de Apuntes, O. C. T. 21 Edit. Nacional de Cuba, La Habana, 1965, p. 54.
[49] Ibídem, p. 55.
[50] ¿Qué es la Naturaleza? El pino agreste, el viejo roble, el bravo mar, los ríos que van al mar como a la Eternidad vamos los hombres: la Naturaleza es el rayo de luz que penetra las nubes y se hace arcoiris; el espíritu humano que se acerca y se eleva con las (palabra ininteligible) nubes del alma, y se hace bienaventurado. Naturaleza es todo lo que existe, en toda forma, -espíritus y cuerpos-; corrientes esclavas en su cauce; raíces esclavas en la tierra; pies esclavos como las raíces; almas, menos esclavas que los pies. El misterioso mundo íntimo, el maravilloso mundo externo, cuanto es, deforme o luminoso u oscuro, cercano o lejano, vasto o raquítico, licuoso o terroso, regular todo, medido todo menos el cielo y el alma de los hombres, es Naturaleza. (Martí, J. Juicios. Filosofía. Tomo XIX. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1967, p. 364).
[51] Martí, J. Henry Ward Beecher, O. C. T. 13. Edit. Nacional de Cuba, La Habana, 1964, p. 34.
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