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La avataridad en la evolución humana


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    La avataridad en la evolución humanaMonografias.com

    Todo es un continuo devenir, todo cambia y debemos aceptar esos cambios, especialmente en la Era que comienza pues es una Era de grandes cambios para la Humanidad; todas las catástrofes que están ocurriendo tienen su razón de ser y no podemos cambiarlo por más que lo deseemos (son parte de la Evolución, la nuestra y la del Planeta). Sí tenemos una forma de ayudar y es comprendiendo y uniéndonos en una Gran Hermandad Universal.

    Si miramos hacia atrás –las civilizaciones perdidas- veremos que no hay nada nuevo.

    Todo termina y vuelve a comenzar no importa cuanto recemos ni nos neguemos; lo que debe de ser será.

    La trasmutación de nuestro Cuerpo Mental es lo que nos salvará (San Pablo el Apóstol lo expresó: "Somos transformados por la renovación de nuestras mentes"), esto quiere decir que debemos de dejar de pensar que lo que hagamos nosotros no importa pues no es así ya que solo podemos dar lo que tenemos y solo siendo felices nosotros daremos alegría y felicidad a quienes nos rodean.

    Debemos abrir nuestra mente y pensar con el corazón, ver a cada Ser como un Hermano y así podremos hacer el viaje juntos ayudándonos mutuamente; no es difícil la tarea si nos abocamos a ella con Fe y devoción. No debemos temer pues El Supremo está siempre en y con nosotros y nosotros en Él. Fuimos creados para evolucionar y la evolución es continua y constante, nunca podemos retroceder; siempre por más pequeño que sea nuestro aprendizaje nos lleva un paso hacia delante.

    El Amor del Padre es Infinito por lo cual nunca nos abandona; cuando hace falta Él nos envía su ayuda y guía por medio de su propia encarnación en la Tierra. Veamos ahora que nos dice el Maestro Sri Aurobindo al respecto.

    "Cada tanto tiempo llega un Avatar a la Tierra para ayudarnos en nuestra evolución como seres humanos". Según el hinduismo, un avatar(a) es un descenso directo del Ser Supremo dentro de la sustancia humana, es decir, el nacimiento de Dios en una forma humana.

    El Bhagavad Guita -una de las más importantes escrituras del hinduismo-, enseña que un Avatar hace su aparición en el mundo sólo cuando éste está sufriendo una crisis moral y espiritual.

    Cada Avatar desciende al mundo con una misión específica que ha de cumplir. Tal misión consiste en: proteger a los piadosos, destruir a los malvados y restablecer la rectitud o dharma.

    Este último objetivo, que resume la misión principal del Avatar en el mundo, debe ser entendido no como una simple búsqueda del restablecimiento de unas reglas de conductas externas, sino más bien como el restablecimiento del deber particular de cada ser que se funde, en último término, en su esencia.

    Desde Aristóteles se ha venido pensando que el universo junto con la Tierra, están gobernados por ciertas leyes fijas, y que si existe un Dios, no participa en su marcha.

    Es impensable, por tanto, que Dios pueda tomar una forma humana. Desde una perspectiva semejante, otros sostendrán que Dios, siendo perfecto, no puede tener forma humana, pues ésta es imperfecta y, por lo demás, Dios no tiene necesidad de nacer en forma humana a fin de alcanzar sus designios, ya que es omnipresente, omnisciente y omnipotente.

    Tales objeciones no tienen asidero en la perspectiva del Bhagavad Guita. Según éste, todo lo que existe es Dios y no hay nada fuera de Él. El universo entero es solamente una fracción minúscula de su totalidad y su realidad inmanifiesta es inmensurable. Dios penetra y activa cada uno de los seres de Su creación. Es un craso error pensar que un ser infinito no pueda asumir formas finitas. De hecho, el universo finito no es sino una manifestación del Ser Infinito.

    El cosmos entero y cada fragmento no son sino la fuerza divina en acción y tal fuerza gobierna todo el devenir cósmico. Pero Dios no agota su ser en el cosmos, pues está también más allá del universo.

    Cada ser consciente es, de alguna manera, un descenso del Ser Infinito dentro de la limitación de la forma. Lo infinito se manifiesta en diversas gradaciones de divinidad a través de múltiples formas finitas de existencia. Sin embargo, en sentido estricto el Ser Divino se manifiesta en la forma humana en situaciones muy específicas del devenir del mundo. Sólo en este caso podemos hablar de un avatar. Esta es, a grosso modo, la doctrina del avatar en el Bhagavad Guita.

    Desde la perspectiva de la evolución espiritual, el restablecimiento del dharma, de la rectitud, no es el verdadero propósito de la avataridad.

    En verdad, para restablecer el dharma bastaría la acción de la omnipotencia divina a través de sus medios ordinarios: grandes personalidades y movimientos espirituales, maestros religiosos etc. Pero tales medios no serían perfectamente adecuados para elevar al hombre al Ser Divino, haciéndolo nacer nuevamente en un segundo nacimiento del alma. Porque el propósito del avatar es abrir el camino a la humanidad hacia su naturaleza Divina

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