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Ars est celare artem (Debajo del arte está el artesano) (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Pero si además la figura del animal no es basta, si presenta colores atrayentes y formas delicadas con ancas evocadoras, entonces la pieza se hace asequible y codiciada. Si se la ve tendida al galope se despierta el valor por darle alcance; si yace, el anhelo por lancearla. Y cuando en la tierra no se encuentra la raíz comestible, o mucho después, cuando no germina el grano, las largas hambrunas se atenúan con la esperanza al contemplar la Venus de Willendorf, su vientre prolífico y sus enormes senos generosos de buena leche.

De tal forma se funden la vida real y la artística que de manera instintiva se adoran las figuras del animal y la mujer, y esta misma idolatría se transmite al arma esbelta, regularmente afilada, cuando "la mano que toca la herramienta siente toda su suavidad" (Parias, Nougier, Sauneron, Garelli, Bouriot & Rémondon, 1965, T I, p. 63) . Vale decir, ha nacido el signo en el arte.

Partes: 1, 2, 3
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