En El túnel Sábato nos manifiesta, a través de la conciencia de Castel, que no hay esperanzas, que es imposible alcanzar el amor absoluto a nivel humano.
En esta novela, el autor relata la historia de un pintor que se enloquece, debido a la imposibilidad de comunicarse, incluso con la única mujer que había llegado a comprenderlo a través de la pintura: María Iribarne.
El relato en primera persona lo lleva Castel desde la cárcel, en donde se encuentra después de haber matado a la única persona que había entendido el mensaje de desolación implícito en su pintura. Desde ese presente organiza sus recuerdos a partir de que conoció a la mujer que cambió su vida, con la intención de explicar las causas que lo llevaron a tomar la determinación del crimen., como única solución ante el fracaso de su búsqueda. En ese pasado que él recuerda, ocurren numerosos entrecruzamientos de recuerdos que surgen por la asociación de ideas.
Es una novela subjetiva, ya que sólo conocemos de las personas y los hechos, aquello que entra dentro de la experiencia del narrador. Asimismo, el narrador es una persona ambigua, conflictuada por su conciencia y por lo tanto, su realidad tiene estas mismas características.
Castel expresa en sus actos una marcada paranoia y una obsesiva tendencia a enfrentar las situaciones actuando de una manera diferente a la del común de la sociedad. Como consecuencia directa de este punto de vista, Castel se autorrecrimina constantemente y se deja llevar por sus sentidos. Todo esto, provoca en su espíritu esos atormentados pensamientos que lo aíslan cada vez más de la sociedad. Su soledad es producto de su inestable relación con el mundo.
Sábato enfatiza en El túnel la desesperanza, la incomunicación y la soledad del hombre. La desesperanza de Castel arrasa con toda la humanidad y hasta con su propia vida. A partir de su fracaso de obtener un "amor verdadero" con María, sin cosas que ocultar ni engaño alguno, comienza a agredir a su ser amado y a él mismo, con tal insistencia que podría considerarse patológico; junto a esta actitud poco ética, y hasta demente, su fortaleza se derrumba, sin esperanzas de recobrarla. María es la única que alcanza a comprender el misterioso mensaje que encierran los símbolos de Castel, por ejemplo el expresado en aquella escena de la "ventanita", que es su único sentimiento de esperanza; sin embargo, la desesperanza se arraiga en el protagonista a lo largo de su obsesiva carrera por atrapar y poseer totalmente a María.
Nada puede salvar a Castel; al final sólo le queda la trágica certeza en su mente paranoica de que la comunicación total y absoluta no es posible, de que no hay túneles paralelos que se encuentran, sino de que "en todo caso había un solo túnel oscuro y solitario: el mío, el túnel en el que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida".
El túnel me pareció una novela muy interesante. No puedo decir que lo haya leído con placer, pero si con absoluta absorción. Admiré su sequedad y su intensidad. Es una novela muy dramática y profunda. Algo que considero muy importante de El túnel es que pueden hacerse muchas interpretaciones de el y además que es, en cierto modo, bastante realista. Algo que me disgustó de esta novela es que cuando el autor realiza descripciones muy extensas y complejas, la lectura se torna aburrida y en consecuencia uno pierde interés rápidamente.
- "Boom latinoamericano", Enciclopedia Hispánica CD, Barsa Planeta, 2002.
- SÁBATO, Ernesto, El túnel, España, Cátedra, 2000, 165 pp.
Gaspar Cazeaux
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