A la tarde siguiente, tras una noche de largos debates, decidió ayudar a su viejo amigo y demostrar sus habilidades.
Al llegar, la mansión estaba rodeada de efectivos policiales además había ambulancias y cuerpos médicos para transportar el cuerpo. Rápidamente entró a la casa del crimen junto con Steve.
Luego de la muerte, la casa parecía estar sin vida; los pasillos por donde Moore tuvo que transitar estaban oscuros y descuidados.
El cuerpo yacía en la oficina ya que se encontraba trabajando en sus estadísticas económicas. La habitación era amplia y muy luminosa, estaba decorada con muebles contemporáneos y de buena calidad.
Acto seguido, Moore se concentró en observar detalles del cuerpo: su muerte habría sido provocada por un balazo en el lado derecho del cráneo, su rostro contenía una risa de victoria entre dientes rara vez vista.
En el piso, Moore encontró papeles, los cuales eran propagandas del mini-mercado Bishop"s el más importante de la cuidad. No había huellas ni tampoco faltaba dinero, joyas o algo de valor. Luego de estas observaciones Moore concluyó:
– Señores, no hay duda, esto ha sido un suicidio.
Todos lo miraron desentendidos por su comentario pero prefirieron escuchar su hipótesis sobre el tema:
– Está claro. Como todos sabemos Bishop`s, para duplicar sus ganancias, echó a algunos empleados. Esto ayuda a comprender que uno de esos ex trabajadores fue a conseguir el dinero que le correspondía.
Interrumpiendo sin otra opción, Steve preguntó:
– Amigo, ¿cómo sabes que no fue otra persona?
– Es fácil, estos papeles de las ofertas del mercado -le entregó uno para que lo observe- lo demuestra todo, ya que se los habría olvidado. Este no tenía intenciones de matar sino que fue con un arma para amenazar al señor Miller.
Como lo sabemos todos, hasta sus más allegados, es la persona más ignorante, que preferiría morir antes de dar un solo centavo de su fortuna a la persona más justa y necesitada. Esto se explica por su risa contenida ¡ven! – señalando el cuerpo indicó- ¿Ustedes creen que si lo hubieran matado tendría esa cara? ¡Por supuesto que no!
Para finalizar se preguntarán por qué una persona con tanta fortuna decide hacer una tontería como ésta. Una simple y corta respuesta: orgullo. Sin más que decir, la cena me espera. Con su permiso- saluda a los presentes y se retira como todo un detective.
Autora:
Micaela
2007
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