La estrategia K -W- L fue creada por OGLE en 1986 para ayudar a los estudiantes a desarrollar activamente la lectura de textos de distinta naturaleza. Se compone de tres fases: la categorización de ideas, la fijación de las mismas a través de los interrogatorios y el examen de las respuestas a esas preguntas.
Lo que se busca en el texto es el material informativo; para alcanzar este objetivo, la estrategia K-W-L permite adoptar un objetivo y una postura activa frente a la lectura informativa (OGLE, D. 2001).
Guía de trabajo para la estrategia K-W-L
Formas de utilizar la estrategia
Colocar en tres columnas el k- w- l antes de comenzar la lectura.
Con la finalidad de establecer los conocimientos previos, se puede realizar un "torbellino de ideas" producido por el participante-lector; los acuerdos se escribirán en la primera columna[3]
El participante-lector debe generar preguntas y estas serán respondidas a medida que lea; estas cuestionantes se plasman en la segunda columna.
Se inicia la lectura del texto.
Durante la lectura, el participante-lector escribe la información asimilada en la tercera columna que incluye las nuevas ideas encontradas, las respuestas a sus preguntas y nuevas preguntas que puedan surgir.
Se redacta un resumen.
Como se puede apreciar, la estrategia K-W-L hace que los alumnos sigan la lectura reorganizando su propia información en un agenda gráfica y redactando, posteriormente, el resumen de sus ideas.
Identifican las nuevas ideas y quedan integradas de modo más organizado en lo que ya sabían, creando una síntesis organizada. Cuanto más trabajan los estudiantes con las ideas de un texto, es más probable que las recuerden más tarde reforzando, así, el aprendizaje de modo eficaz.
CONCLUSIONES
A lo largo del presente escrito se han podido examinar las características principales de algunas de las técnicas de lectura comprensiva más difundidas en el contexto universitario local. El estudio de cada una de ellas nos permite destacar elementos útiles para el lector al momento de encarar la interpretación de un texto.
En lo que concierne a la técnica de lectura por subrayado telegráfico, podemos afirmar que ella otorga una mayor rapidez al momento de decodificar la información, además de permitir un alto nivel de comprensión en función a la capacidad de síntesis que esta técnica desarrolla en el lector.
La representación esquemática que desarrolla la segunda técnica de lectura estudiada, brinda al lector la posibilidad de ordenar sistemáticamente, por sucesión e importancia, las ideas retenidas a lo largo del proceso lector.
Sobre la técnica de lectura mediante mapas conceptuales, cabe resaltar que trabaja la comprensión en dos niveles: permite visualizar, de una parte, las relaciones entre conceptos que establece el lector en su mente, vale decir, "su interpretación" y, de otra parte, la habilidad del lector para identificar los conceptos centrales y las relaciones que se codifican estrictamente en el escrito.
Finalmente, la estrategia de lectura k-w-l posibilita la asimilación e integración de las ideas nuevas a los conocimientos previos del lector; asimismo, permite el cuestionamiento sobre información que pueda ser aún necesaria para que el lector construya una interpretación acertada del texto estudiado.
BIBLIOGRAFÍA
ABREGO, K. (2009). Estrategias didácticas de lectura denotativa para estudiantes de pre-universitario. Tesis de Licenciatura. La Paz – BO: Universidad Mayor de San Andrés.
COELLO, C. et al. (1974). Lectura Comprensiva. La Paz – BO.
Curso Pre-facultativo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Universidad Mayor de San Andrés (2003). Lenguaje y técnicas de estudio. La Paz – BO.
Curso Pre-facultativo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Universidad Mayor de San Andrés (2004). Lenguaje y técnicas de estudio. La Paz – BO.
Curso Pre-facultativo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Mayor de San Andrés (2004). Lenguaje. La Paz – BO.
Autor:
Juan Marcelo Columba-Fernández
[1] El esquema de comprensión (opuesto al "esquema de composición") se define como una "plasmación gráfica del sistema conceptual de un texto" (Coello et al. pg. 147)
[2] Esta estructura o sistema conceptual refiere a las ideas centrales y la forma en que estas se organizan en el texto entendido, este último, como un conjunto articulado y significativo.
[3] En el caso de trabajo en aula, cuando se logra el acuerdo en varios puntos el profesor puede "formular el desacuerdo" con preguntas que escribirá en la segunda columna, lo que le ayuda a pensar en otras formas en las que puede estar organizada la información.
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