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El ensayo como búsqueda y creación (página 2)

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IMAGEN, METÁFORA,VERDAD

El problema de la verdad ,por estar estrechamente vinculado al hombre, sus necesidades e intereses ha devenido tema central de las reflexiones filosóficas de todos los tiempos. Se trata de un eterno problema de las ciencias del hombre y de la conciencia cotidiana .

En la asunción de la verdad y su revelación en tanto tal se han expresado disímiles concepciones de carácter racionalista,empirista,realista,subjetivista,objetivista,fundamentalista,coherencista, fiabilista, escepticista, agnosticista, etc. Esto evidencia la complejidad del asunto y los varios enfoques –predominantemente gnoseologistas que se han dirigido a su solución y búsqueda de argumentos desentrañadores. Unido a esta búsqueda se han imbricado al objeto investigado múltiples problemas filosóficos, sin los cuales se hace difícil avanzar en la investigación ,tales como: la relación entre saber y opinar, los objetos del saber, la noción de opinión y creencia, la cuestión de la duda, el conocimiento y la certeza, el contenido del método, la percepción y la introspección, la distinción entre verdades de hecho y verdades de razón, la praxis como criterio objetivo de la verdad, etc.

En la generalidad de los enfoques de la verdad y sus mediaciones, históricamente se impuso la concepción a priorista, en mi criterio, de la adecuación o identidad del pensamiento con los los hechos, con la realidad en la convicción del conocimiento científico como único paradigma de saber y la reducción de éste (el saber)al conocimiento. Como si el mundo espiritual del hombre fuera sólo conocimiento, al margen de los valores y otros medios de que dispone el sujeto en relación con el objeto. Pierden de vista que la actividad humana, funciona y opera como esencial relación sujeto-objeto y sujeto-sujeto, donde lo ideal y lo material se convierten recíprocamente, mediante la praxis; y que no es posible reducir estas relaciones complejas sólo al conocimiento. Todas se integran al saber, como resultado aprehensivo de momentos cognoscitivos, valorativos, prácticos y comunicativos.

Al mismo tiempo, el reduccionismo racionalista epistemológico, convertido en único paradigma de la modernidad, redujo la verdad a la verdad científica, con la nefasta imposición teórica del del discurso cientificista-objetivista, fundado en un logicismo extremo y en un sistema categorial cerrado, en forma de modelo metodológico al cual la realidad y los hechos deben adecuarse. Metodologismo logicista que soslaya o no tiene en cuenta la subjetividad humana con toda su riqueza expositiva ,incluyendo el lenguaje que resulta reducido al lenguaje científico, con con sus respectivas categorías centrales y operativas. Olvidan que a la misma verdad de la ciencia, en tanto resultado humano, le es inherente el momento cultural y toda la carga de imaginación creadora que impregna el hombre en su acción. No tienen en cuenta, además, la existencia de la verdad histórica, artística, moral, etc.

Este modo de acceso a la verdad, por su reduccionismo epistemológico formal y la identificación del lenguaje con el puro lenguaje científico tradicional, se incapacita, teórica y metodológicamente para incluir en su discurso otras formas aprehensivas de la realidad por el hombre en la construcción de la verdad como proceso y resultado integral del quehacer humano en correspondencia con sus necesidades, intereses, objetivos y fines. Se margina o desecha del proceso del saber el lugar de la imagen que suscita, de la imaginación creadora del hombre, la metáfora y otras formas tropológicas, cuyo sentido figurativo no le resta valor cognoscitivo, práctico, axiológico y comunicativo. Todo lo contrario, activa el proceso del saber y le imprime más sentido de integralidad, y con ello, nuevas posibilidades de aperturas para penetrar los procesos reales .

1.-IMAGEN, POSIBILIDAD, REALIDAD, CREACIÓN.

La imagen, como representación viva de una cosa, un fenómeno, proceso, acontecimiento, etc, constituye un medio representativo de gran importancia cognoscitiva, práctica, valorativa y comunicativa, tanto en su sentido figurado (tropológico)como en su forma directa o sentido recto. Su riqueza de contenido deviene por sus múltiples poderes representativos de la imaginación, ya sea como expresión compuesta sólo de palabras que significan objetos sensibles, como forma viva y eficaz de algo por medio del lenguaje,como metáfora,sinécdoque,metonimia,etc.

La siguiente metáfora capta en su esencialidad la función de la imagen:".pone a los ojos del cuerpo lo que sólo es visible con los ojos del alma", es decir, a través de la imagen ,es posible elaborar un producto mental que da forma concreta a lo abstracto. Es que la imagen como resultado de la imaginación, constituye un medio indispensable en la construcción de toda verdad, en tanto creación espiritual capaz de revelar esencias y conceptos, inaprehensibles por los medios lógicos comunes, tradicionales, sin perder la logicidad que le es inmanente como producto mental humano.

"La imagen según Lezama Lima- es la causa secreta de la historia. El hombre es siempre un prodigio, de ahí que la imagen lo penetre y lo impulse. La hipótesis de la imagen es la posibilidad. Llevamos un tesoro en un vaso de barro, dicen los Evangelios, y ese tesoro es captado por la imagen, su fuerza operante es la posibilidad."

El gran poeta y pensador cubano, un Maestro de la imagen y la creación, logra con su profesionalidad filosófico-literaria, reducir lo ideal a lo tangible y viceversa para descubrir complejidades del cosmos humano en relación armónica con el Universo. El hombre como posibilidad latente de excelencia y creación-credo martiano-,por su capacidad imaginativa accede a la luz ,convierte la posibilidad en realidad. "Y ese ascender hacia la luz es el acierto de la posibilidad, mientras la imagen errante como una luciérnaga, se apoya en una sustantividad poética ,en ese campo magnético germinativo, para engendrar esa imagen que lo temporal necesita para formar esas inmensas masas corales, donde una poesía sin poeta penetra en el misterio de lo unánime. Es el cántico de la imagen, cuando logra verle la cara al develamiento de lo histórico porque ya anteriormente lo germinativo en el hombre, se nutrió de una imagen desmesurada que rebasaba al hombre y le comunicaba los prodigios de la sobrenaturaleza".

La posibilidad como " hipótesis de la imagen", en el decir lezamiano ,resulta reveladora ,pues el devenir del hombre en búsqueda eterna de la verdad, se funda en infinitas posibilidades para elegir lo que desea, en los marcos de laberintos a veces insospechados y confusos que impone la historia y la cultura. La libertad, como posibilidad de elección encuentra en la imagen vehículos orientadores o desorientadores,pues puede construir verdades, pero también mentiras, errores. No es un simple problema, como no lo son ningunos en el quehacer del hombre.

Sin embargo, sustatus positivo guía su razón utópica. De Martí, el más grande pensador cubano de todos los tiempos, dijo Lezama: "Llegó por la imagen a crear una realidad, en nuestra fundamentación está esa imagen como sustentáculo del contrapunto de nuestro pueblo. Esa fue la interpretación de las huestes bizoñas lanzadas al asalto de la fortaleza maldita. La posibilidad extendiéndose como una pólvora de platino,fue interpretada y expresada. No fue un fracaso, fue una prueba decisiva de la posibilidad y de la imagen de nuestro contrapunto histórico,al lado de la muerte ,prueba mayor, como tenía que ser. Son las trágicas experiencias de lo histórico creador."

En fin, la posibilidad, actuando sobre la imagen, vehicula procesos reales o funda utopías realistas en la construcción de la verdad. Son juegos y rejuegos del lenguaje y la imagen que armonizan la verdad, la belleza y la bondad, siguiendo la rica tradición griega que viene de Sócrates, Platón y sus seguidores contemporáneos. Es sencillamente una concepción que al considerar la posibilidad como hipótesis de la imagen,no hace más que unir conocimiento y valor, sentimiento y razón, ciencia y conciencia, realidad y utopía. Es que la imagen ,con la posibilidad como hipótesis ,abre caminos insospechados al acercamiento de la verdad. Porque la verdad, no es sólo conocimiento, razón. Es todo hacia lo cual se dirige el hombre con todos los medios disponibles que guían su espiritualidad creadora ,incluyendo el camino poético del lenguaje ,hasta convertir la posibilidad en realidad.

Tanto la imagen natural(representa un objeto sensible mediante otros objetos sensibles)como la idea (representación de de ideas abstractas o estados sensibles indefinidos a través de formas concretas ,reuniendo cualidades o atributos )son medios idóneos de acceso a la verdad ,pues son productos nuevos ,permeados de razón utópica, fantasía y sensibilidad. ¡Cuánto dice, suscita y enriquece la representación de la salida del Sol con la imagen!: "abre la mañana sus alas de oro", o representar con palabras del gran poeta español Juan Ramón Jiménez, un campo florecido en primavera, con la imagen :"Diríase que el cielo se deshace en rosas", o en García Lorca, para expresar el viento:

"Yo soy todo de estrellas derretidas,

sangre del infinito;

con mi roce descubro los colores

de los fondos dormidos .

Voy herido de místicas miradas…

O de Herrera Reissin, uando nos concreta ,cómo el cura campesino sacaba de la tierra lo suficiente para adornar el altar: el ordeñar la pródiga ubre de la

montaña

para encender con oros su pobre

altar de pino.

¿Por qué entonces la epistemología racionalista tradicional,teme tanto al camino poético del lenguaje, y sólo admite la imagen gnoseológica fría, impersonal, y por todo ello, abstracta, vacía?. Cuando históricamente la praxis muestra el valor de subjetividad, de la imaginación creadora y bella en la revelación de la existencia humana, incluyendo la verdad que cualifica una de los principales objeto de búsqueda para realizar su ser esencial. Sencillamente, el paradigma gnoseológico logicista ha quebrado .Asistamos a sus funerales, pero sin absolutizaciones para no incurrir en sus mismos errores.

El hombre mediante la imaginación crea imágenes que colorean la vida y su entorno .Un lenguaje cuando produce imágenes creativas no dispone, sino propone, suscita y anticipa. Es como un reflejo anticipado que no permanece pasivamente ,se dirige al futuro,a lo por venir con vocación ecuménica y en pos de la concreción. Por eso Descartes identifica la imagen con la idea o prefiere ésta en lugar de aquella, para significar la la representación mental ,sin reducirla al simple reflejo sensorial reproductivo ;pues la idea ,como como imagen mental, recrea con vuelo de altura, construye ,se adelanta y enriquece con la invención y nuevas propuestas, diferentes de las que ya existen.

Abordar la realidad subjetivamente, es imaginar, descubrir, develar algo nuevo, trasuntado en novedades que dejan el reino de la posibilidad para encarnar realidades concretas, que al mismo tiempo son fuentes de nuevas aprehensiones. Fundarse en la imagen creadora, es prolongar los fines humanos y realizarlos en bien del hombre.

Crear es imaginar con plena libertad y poner los fines para satisfacer necesidades e intereses humanos .No es sencillamente dar cauces a la ficción y a las quimeras de la razón .Es sentir al mismo tiempo que nos alejamos de lo inmediato con vocación trascendente hacia lo maravilloso que enaltece y da fuerzas en dirección a la verdad que siempre buscamos ,al saber integrador que altera la realidad para descubrirla. Sencillamente,"(…)lo maravilloso comienza a serlo de manera inequívoca cuando surge de una inesperada alteración de la realidad (el milagro),de una revelación privilegiada de la realidad, de una iluminación inhabitual o singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad ,de una ampliación de las escalas y categorías de la realidad, percibidas con particular intensidad en virtud de una exaltación del espíritus que lo conduce a un modo de "estado límite ".Para empezar, la sensación de lo maravilloso presupone una fe. Los que no creen en santos no pueden curarse con milagros de santos,ni los que no son Quijotes pueden meterse, en cuerpo y en alma y bienes, en el mundo de Amadís de Gaula o Tirante el Blanco"

Alejo Carpentier, nuestro Premio Cervantes, con imaginación creadora, revela la gran verdad, que toda Nuestra América,no es más que una crónica de lo real nmaravilloso. Esta concepción, o método, si se quiere ,le abrió amplias perspectivas para revelar la verdad del hombre en relación con el mundo, mediado por la praxis y sus circunstancias tropicales y otros contextos que tan sabiamente revela nuestro novelista mayor.

Sin artificios gnoseológicos, pero siguiendo la lógica especial del hombre y su espiritualidad, Carpentier construyó muchas verdades; creó verdades que hoy la historia y la cultura enriquecen y amplían con nuevos sujetos creadores.

Con razón suficiente, Roger Garaudy, refiriendo a Kafka señaló: El mundo que él vivió y el mundo que él construyó no son más que uno (…).Para sentir esa unidad profunda y viva, basta cojn no perderse en el juego de las interpretaciones, que consiste siempre en hacer entrar la obra en el lecho de Procusto de un sistema preconcebido, y a no buscar en ella más que la puesta en escena novelesca de una tesis"

La metáfora y la imagen como modos de revelación humana de la realidad.

Tanto la metáfora como la imagen propiamente dicha, son modos reveladores del cosmos humano en relación con el Universo. Ambas dan cuenta de la riqueza expresiva del pensamiento y el lenguaje y sus amplias posibilidades creadoras. Son en sí mismas realidades teñidas de

subjetividad sustantiva. Expresan conocimiento valor, praxis y comunicación en su despliegue progresivo y develador de esencias. "En mi sistema poético del mundo ,la metáfora y la imagen tienen tanto de carnalidad,(…)como de eficacia filosófica, mundo exterior o razón en sí. Es uno de los misterios de la poesía la relación que hay entre el análogo, o fuerza conectiva de la metáfora, que avanza creando lo que pudiéramos llamar el territorio sustantivo de la poesía,- enfatiza Lezama -con el final de este avance, a través de infinitas analogías, hasta donde se encuentra la imagen, que tiene una poderosa fuerza regresiva, capaz de cubrir esa esa sustantividad ¨"La imagen y la metáfora ,independientemente de su carga subjetiva, no son simples representaciones formales carentes de contenido. "La relación entre la metáfora y la imagen –escribe Lezama Lima- se puede establecer con un caballo tan alado como nadante que persiste en una sustancia resistente que en definitiva podemos considerar como imagen. La imagen –continúa el pensador y poeta cubano- es la realidad del mundo invisible",en la medida que hace tangible lo abstracto o es capaz de anticipar lo que en el presente es sólo deseo, sueño, utopía, es decir, sólo posibilidad, no realidad concreta. "Así los griegos –continúa Lezama-colocaban las imágenes como pobladoras del mundo de los muertos. Yo creo que la maravilla del poema es que llega a crear un cuerpo, una sustancia resistente enclavada entre una metáfora, que avanza creando infinitas conexiones, y una imagen final que asegura la pervivencia de esa sustancia, de esa poiesis. De la misma manera que el hombre ha creado la orquesta, la batalla, los soldados durmiendo a la sombra de las empalizadas, la gran armada,el caserío del estómago de la ballena, ha creado también un cuerpo artificial que resulta acariciable y existente, como la misma naturaleza escondiéndose al tacto. En alguna ocasión he hecho referencia, hablando de Martí y tratando de establecer las misteriosas leyes de la poesía (y no se olvide que las primeras leyes se hicieron en forma poética),que para esas prodigiosas leyes de la imaginación, veinte años de ausencia equivalen a un remolino de la muerte ;así como ,dentro de la orquesta ,una trompeta equivale a veinte violines. El cubrefuego que la imagen forma sobre la sustantividad poética es unitivo y fijo como una estrella. Por eso afirmo en unos de mis poemas, paradoja profunda de la poesía,que el amor no se ejerce caricioso, poro tras poro,sino de poro a estrella, donde el espacio forma una suspensión y el cuerpo se lanza a una natación que se prolonga"

No creo que Lezama ontologice la imagen y la metáfora o siga el camino de la introspección absoluta de la mente. Sin embargo, como poeta y profundo pensador, logra revelar los caminos poéticos del lenguaje en la aprehensión cosmovisiva del hombre en relación con la realidad y valorar el papel de sus formas representativas. Es que en el hombre , como decía Martí, resulta imposible separar lo ideal de lo material, sí como sus creencias e ilusiones. Considera Lezama que todo hombre que todo hombre cree en algo, pues hasta el propio ("…)Valery que hizo profesión de ateísmo, cuando definió la poesía, lo hizo diciendo que era el paraíso del lenguaje.Ya ve usted –destaca Lezama-el caso de un ateo usando la palabra paraíso con toda la resonancia de un católico"

En su cosmología poética, Lezama se propone destruir la causalidad aristotélica, en función de la búsqueda y encuentro de lo incondicionado, dela imaginación creadora. Al mismo tiempo cree posible hablar de caminos poéticos o metodología poética dentro de ese incondicionado que forma la poesía.

En la cosmología poética Lezamiana, imagen, mito y poesía constituyen una totalidad integradora del discurso aprehensivo de la realidad. En su criterio, "después que la poesía y el poema han formado un cuerpo o un ente, y armado de la metáfora y la imagen, y formados la imagen el símbolo y el mito – y la metáfora que puede reproducir en figuras sus fragmentos o metamorfosis-, nos damos cuenta que se ha integrado, una de las mas poderosas redes que el hombre posee para atrapar lo fugaz y para el animismo de lo inerte". Lo mismo ocurre con el juego, que toma en su sistema un sentido cósmico que preside todo el devenir universal hacia la unidad Lezama revela en el camino poético del lenguaje, con todos sus medios y formas de expresarse, un modo de perenne ascensión, propio de un logos profundo que se aprehende a través de dos vías esenciales: doxa y ciencia, y cuyo resultado encarna el sentido cósmico, o el cosmos mismo. Así, en Muerte de Narciso, "el mito que le sirve de base, la contemplación de la propia belleza que consume a su protagonista, permite establecer una especial relación cognoscitiva entre hombre y universo, dirigida al sentido cósmico de la unidad entre ambos".

En esta misma dirección, Lezama aporta cauces interpretativos. Podría analizarse la agudeza expresiva de su concepción sobre la teleología insular, estrechamente vinculada a lo cósmico universal, el problema de la existencia, de la muerte, el tiempo, el espacio, la historia y en fin, el hombre en relación con el mundo en varios avatares. Su cosmología poética en si misma es una eterna búsqueda de verdades por los infinitos medios de que dispone el hombre, en vinculación directa con la bondad y la belleza.

Como la metáfora es un cambio de una palabra o grupo de ellas al sentido figurado, fundado en la asociación por semejanza, y la imagen, una representación "concreta" de estados difusos o ideas abstractas, ambas, en su unidad integran la traslación de sentido (la metáfora) y la nueva creación por la reunión de atributos cualificadores sensibles (imagen). Metáfora e imagen en el discurso contemporáneo (no solo el eminentemente poético) aparecen indisolublemente unidos. Esto favorece "el sintetitismo" que tanto impera y se impone. Este poder sintetista de ambas, además de vigorizar el estilo y hacer más sugestivo y suscitador el discurso, le imprime belleza sensorial y racional a las palabras y a sus significaciones.

Es difícil encontrar un texto, incluyendo el ensayo estrictamente científico que no opere con imágenes y metáforas, pues necesariamente trabaja con palabras, con sus respectivos significados y significantes que no pueden reducirse a lo inmediatamente dado. Requieren de mediaciones y a estas le son inherentes por antonomasia. "Platero bebía cristales ensangrentados." Juan Ramón Jiménez expresa así como el hocico de su asno perturba la serenidad del agua enrojecida por el reflejo del sol. La literatura es metáfora. La poesía es, por excelencia, metáfora. El arte es metáfora. Mahler no quería que sus amigos miraran el paisaje que rodeaba su gabinete de trabajo. Quería que escuchasen su música. Porque ahí se encontraba el paisaje, filtrado y embellecido por la creación estética. El Guernica de Picasso es una metáfora de la guerra. Las catedrales góticas son metáforas de la gloria divina. La piedad de Miguel Angel es una metáfora del dolor".

La filosofía con todo el arsenal lógico cosmosivo y metodológico que le es propio y que la tradición ha impuesto desde antaño, resulta inconcebible sin el empleo de las imágenes y las metáforas: "La filosofía, aparentemente tan alejada del arte, también constituye una búsqueda de metáforas. Pero mientras el arte busca metáforas cimentadas, fundamentalmente, en lo sensible, la filosofía construye metáforas racionales. Un filósofo realista podría decir que no es así, que la realidad es como él la expresa. Sin embargo, en la medida en que expresa la realidad con signos, con palabras, con algo que media, que intercede entre la realidad y nosotros, está construyendo una metáfora".

Para Ortega y Gasset, gran ensayista contemporáneo español, es la metáfora un instrumento mental imprescindible y una forma del pensamiento científico. Marcel Proust considera que sólo la metáfora puede eternizar el estilo literario, y en general todo estilo de excelencia.

El logicismo cientificista al hiperbolizar el lenguaje científico y sus cadenas categoriales sólo ve en las metáforas figuras ornamentales y decoración estilística, carentes de información y saber. Su ceguera epístemologista y abstracta le impide comprender que no se trata, "(…) tan solo de un tropo intuitivo que maneja la teoría de la sustitución, no es una simple analogía, no es una palabra sustituta que sólo da belleza al lenguaje. La metáfora es una frase que construye una imagen no- idéntica, la cual implica una traslación, múltiples desvíos que generan plurisignificaciones".

La naturaleza del lenguaje metáforico está permeada de complejidad, incertidumbre y de ficción heurística. Por eso puede red-escribir la realidad y posibilitar nuevas imágenes creativas de lo real existente. Su capacidad heurística le permite partir de lo conocido hacia el descubrimiento de lo desconocido, infranqueable para el sentido recto del lenguaje. La metáfora funda relaciones contradictorias que traspasan el umbral de los signos ordinarios para transitar al mundo abstracto, a la esfera de los símbolos y nuevas profundidades de las esencias.

Es que la metáfora relaciona dialécticamente el signo y el símbolo en una unidad contradictoria, capaz de subvertir la lógica común para vincular en síntesis lo concreto del lenguaje cotidiano (signos) y lo abstracto del lenguaje de la ciencia (símbolo). Simplemente es la unidad contradictoria de conceptos diferentes, para generar un movimiento dialéctico suscitador de varias motivaciones aprehensivas que incita al pensamiento creador y con ello, también al lenguaje y a sus actos productivos que generan acciones, praxis y viceversa.

El siglo XXI, caracterizado por la globalización, la complejidad y la incertidumbre, plantea nuevos retos al hombre, a la ciencia y a la cultura en general. Los resultados científico-técnicos, concretados entre otros, en las revoluciones en las tecnologías de la comunicación, la genética etc, si bien son valores útiles al hombre, también pueden enajenar su ser esencial, despersonalizar las relaciones humanas, matar las utopías, en fin globalizar la inhumanidad a través de los centros que poseen la fuerza de poder. Ante esta situación se requiere mucho sentido de humanidad y sentido cultural para lograr revertirla y hacer que prevalezca la globalización de un humanismo que integre en unidad inseparable, verdad, belleza, bondad y garantice justicia y libertad.

Ante esta realidad, la dimensión lingüística del hombre el lenguaje, en tanto mediación central entre el pensamiento, la conciencia y la realidad, puede contribuir con eficacia al impulso de la cultura. Hay que desarrollar la sensibilidad en los marcos de los procesos intersubjetivos de la comunicación, pues en la cultura el contenido cognoscitivo "puro" no es suficiente. La sensibilidad cualifica por excelencia a la cultura.

El lenguaje, si bien es desacertado su ontologización, es decir, concebirlo como única realidad existente, con atribuciones de poderes "mágicos" , resulta importante como medio de comunicación humana y si es empleado en función del hombre y su creciente humanidad. La belleza expresiva, sugestiva, utópica, subjetiva del lenguaje, no está reñida con la ciencia, con la verdad. Por eso Martí dice de W. Whitman:"(…) él es un cosmos (…) . Pinta a la verdad como una amante frenética, que invade su cuerpo y, ansiosa de poseerle, lo liberta de sus ropas. Pero cuando en la clara medianoche, libre el alma de ocupaciones y de libros, emerge entera, silenciosa y contemplativa del día noblemente empleado, medita en los temas que más la complacen: en la noche, el sueño y la muerte; en el canto de lo universal, para beneficio del hombre común (…)"

El lenguaje metafórico no cierra el discurso. Abre, enriquece y activa al pensamiento. Su perenne sentido contradictorio, discontinuo ambiguo, propicia la diferencia y las interpretaciones diversas que generan significaciones nuevas, "pues no se trata de opinar sino de hacer suposiciones valederas, relaciones significativas, apelando a la imaginación, al sentimiento, a la cognición y a la sensibilidad. Allí donde habita todo acto de pensamiento, fruto de la experimentación mental, que permite concebir signos nuevos como un elemento discursivo, abre el camino a las acciones creativas "y trascendentes.

Al mismo tiempo, la creación humana es trascendente cuando se funda en totalidades, cuando rebasa lo inmediato, sin desecharlo, y se dirige a lo mediato, cuando se mueve a lo absoluto y aprehende el cosmos humano en relación con el Universo. El lenguaje metafórico, por sus especificidades heurísticas, es un medio accesible por excelencia del espíritu humano.El espíritu presiente; las creencias ratifican .El espíritu, -enfatiza Martí- sumergido en lo abstracto ,ve el conjunto; la ciencia, insecteando por lo concreto, no ve más que el detalle. Que el Universo haya sido formado por procedimientos lentos, metódicos y análogos ,ni anuncian el fin de la naturaleza, ni contradice la existencia de los hechos espirituales" .

VERDAD, CONOCIMIENTO, VALORES, PRAXIS, COMUNICACIÓN: SABER.

El tema de la verdad históricamente ha sido recurrente y no deja de serlo en la actualidad. Sin embargo, como en todo los problemas filosóficos complejos ha primado la unilateralidad de enfoques en su tratamiento. Lo más común ha sido la reducción del saber al conocimiento y con ello, las interpretaciones logicistas y gnoseologistas abstractas. Se ha pensado la verdad como forma de adecuación o identidad del pensamiento con la realidad que el sujeto convierte en objeto.

A pesar de los múltiples intentos valiosos de acercamiento al problema, en mi criterio, aún no se ha logrado un enfoque integrador de la verdad, donde conocimiento, valor, praxis y comunicación sean considerados, como mediaciones centrales en su construcción y despliegue. Las relaciones sujeto- objeto, y sujeto- sujeto y su eslabón primario en la conversión recíproca de lo ideal y lo material: la actividad humana, prácticamente han sido inadvertidas. Igualmente ha prevalecido el reduccionismo en el reconocimiento lingüístico de la verdad. En algunos casos absolutizando en grado extremo el papel del lenguaje en general y en otros, reduciéndolo sólo al lenguaje científico, sea de nivel empírico o de nivel teórico. Las otras formas del lenguaje, incluyendo por supuesto, el tropológico ha quedado marginado del proceso aprehensivo de la realidad por el hombre en la búsqueda de la verdad. No ha faltado tampoco la tendencia acuciante de identificar la verdad sólo con la verdad científica. ¿ Y las otras verdades que el hombre afanosamente busca apremiado por las necesidades, los intereses y los objetivos y fines propuestos? En los paradigmas de la verdad y sus repectivos diseños ha predominado el sentido de exclusión, tanto en su interior como al exterior de él. Se hace necesario los enfoques integradores de inclusión, que sin agotar la riqueza de mediaciones de la realidad – imposible históricamente – abarque la mayor cantidad posible, en tanto proceso subjetivo – objetivo, mediado por la praxis de asimilación constructiva de la verdad. Con razón Marx, en sus Tesis sobre Feuerbach, al criticar la especulación filosófica, en la consideración de la verdad, exige concreción en los análisis y aconseja abordar la realidad subjetivamente. En su concepción, la teoría de la verdad, adquiere terrenalidad sustantiva, si se funda en la praxis, como su criterio valorativo. Entendida la praxis como esencial relación sujeto – objeto y sujeto – sujeto, donde lo ideal y lo material se convierten recíprocamente.

La verdad es proceso y resultado del devenir humano. Un producto de la actividad del hombre (sujeto) en relación con la realidad que convierte en objeto de conocimiento, de la praxis y de valores que intercambia con otros sujetos. En tanto proceso histórico es absoluto y relativo. Cada generación construye verdades limitadas por la historia y la cultura y al mismo tiempo participa de lo absoluto. Lo absoluto y lo relativo son momentos inseparables constitutivos de la verdad, en su unidad y diferencia.

Si ciertamente la verdad se construye en la actividad humana, y esta representa el modo de ser del hombre, a través de la praxis, el conocimiento, los valores y la comunicación, fundados en las necesidades, los intereses y los fines del hombre, su revelación ( de la verdad) no es sólo un producto cognoscitivo, desentrañador de esencias, sino además de la actuación práctica transformadora del hombre, en correspondencia con el significado que adquiere la realidad y los deseos de satisfacción humana. Al hombre no sólo le interesa qué son las cosas, cuál es su esencia, sino ante todo, para qué le sirve, qué necesidad satisface o qué interés resuelve. Por eso, praxis, conocimiento y valor, son inmanente al proceso mismo de develación de la verdad.

Son momentos de su propio proceso. Al igual que los resultados de su actividad resultan estériles al margen de la comunicación, en tanto intercambio de actividad y de sus resultados.

La verdad se revela y descubre en las relaciones intersubjetivas, en espacios comunicativos, donde por supuesto, el consenso desempeña un lugar especial. Una verdad, fuera de la práctica del consenso, no encuentra legitimación y por tanto resulta estéril. Lo mismo que sin riqueza espiritual no hay acceso posible a ella. La creación subjetiva, humana, plena de sensibilidad, abre camino a la verdad. Las vías poéticas del lenguaje, sustantivan las potencias del pensamiento. El hombre con riqueza espiritual e imaginativa en estrecha comunión con la naturaleza y la sociedad, se aproxima con más facilidad al conocimiento, a la verdad. Sencillamente, "las ciencias- escribe Martí- confirman lo que el espíritu posee (…). Así, son una la verdad, que es la hermosura en el juicio; la bondad, que es la hermosura en los afectos; y la mera belleza, que es la hermosura en el arte (…). La naturaleza se postra ante el hombre y le da sus diferencias, para que perfeccione su juicio; sus maravillas, para que avive su voluntad a imitarlas; sus exigencias, para que eduque su espíritu en el trabajo, en las contrariedades, y en la virtud que las vence. La naturaleza da al hombre sus objetos, que se reflejan en su mente, la cual gobierna su habla, en la que cada objeto va a transformarse en un sonido. Los astros son mensajeros de hermosuras, y lo sublime perpetuo. El bosque vuelve al hombre a la razón y a la fe, y es la juventud perpetua(…). La aparición de la verdad ilumina súbitamente el alma, como el sol ilumina la naturaleza" .

Los caminos poéticos del lenguaje son iluminadores porque alumbran con luz de estrellas el proceso constructivo de la verdad. Sus posibilidades son infinitas no sólo por lo que informan, sino por lo que proponen y suscitan a la creación del hombre incluyendo a sus dimensiones gnoseológica y cosmovisiva.

Debe destacarse además que el lenguaje tropológico no sólo es propio del lenguaje literario, pues está presente en todas las acciones humanas. ¿ Quién puede negar que la educación, la cultura, la ciencia no son metáforas de la vida? En fin el lenguaje tropológico no puede aislarse del proceso constructivo de la verdad, como también es imposible negar la existencia de una verdad tropológica, que por ser representación figurada por excelencia tampoco debe absolutizarse sus excelsas posibilidades creativas. Debe evitarse, reproducir los vicios de otros paradigmas que han quebrado por su elitismo excluyente. La misión del discurso que busca la verdad, debe ser su vocación incluyente, abierta, tolerante, crítica, en resumen con sentido ecuménico e integrador.

La tropología y en particular la metáfora, por sus infinitas excelencias creativas, transita en unidad indisoluble con la teoría del conocimiento, en la representación del cosmos humano y el Universo que le sirve de claustro materno, y viceversa, la gnoseología imprime cauces nuevos expresivos a la sintaxis tropológica. "Pero creo que la intensificación de la "sintaxis figurada" en el marco de la poesía contemporánea tiene también sus razones contemporáneas, razones que atañen al desarrollo del conocimiento en nuestro tiempo. La diversidad tropológica se afina y se precisa ,se hace necesaria al amparo de la noción de que , el Universo es un infinito de fenómenos interconectados , en movimiento ,unitario en su diversidad ;al amparo de esa noción ,y por la necesidad de reflejarla"

Unido a esta valiosa idea de cómo la tropología se enriquece siguiendo el cauce contemporáneo del desarrollo de la gnoseología, se destacan algunas ideas importantes de la tropología para la gnoseología en la revelación de principios sustantivos de carácter epistemológico-cosmovisivo, tales como:

  • el fundar la analogía en las esencias y no en las apariencias.
  • el mostrar los opuestos, los contrarios, como unitarios.
  • desarrollar el principio de concatenación universal de los fenómenos.
  • afirmar la unidad del mundo en su diversidad.
  • desarrollar la idea de totalidad como criterio de verdad.

Esta idea última, en mi criterio, resulta interesante y coincide en parte con una tesis, que no por vieja, deja de ser sugerente, a pesar de que sobrevalora las posibilidades de la estética y por tanto, puede repetir enfoques reduccionistas. Me refiero al filósofo mexicano José Vasconcelos. En su criterio "(..) llegamos a ella después de agotar las posibilidades del Logos, y enseguida la verdad se nos revela como armonía, en vez de la verdad como identidad" . Propone como método la coordinación y la existencia de un a priori estético, extremadamente idealizante que opera según ritmo, melodía y armonía. Además de hiperbolizar una arista del problema objeto de análisis, su interpretación está permeada de artificios eclécticos que no conducen a presentar la armonía como integralidad incluyente.

En mi criterio el acceso a la verdad, requiere de una concepción compleja y flexible que priorice un enfoque de integralidad incluyente en la aprehensión de la realidad asumida. Creo que el concepto de saber, con un nuevo sentido hermenéutico, al margen de su significado histórico tradicional – como conocimiento en general, de algún modo garantizado en su verdad, por su objetividad lógico-cognoscitiva , la identidad y la adecuación- resulta una alternativa posible. La intelección del saber con un nuevo sentido hermenéutico, cuya interpretación se dirija no sólo al conocimiento, sino que incluya el valor, la praxis y la comunicación, abre perspectivas heurísticas inagotables. Propicia ante todo que no se absolutice la razón, entendida como único juez legitimador, y se incluyan los sentimientos y otras formas aprehensivas humanas en la construcción de la verdad. Esto posibilita que el logicismo abstracto, ceda paso a otras formas discursivas lingüísticas de carácter tropológico, es decir, otros modos, también discursivos que no operan sólo con las clásicas estructuras categóricas, que por su objetivismo impersonal, devienen unilaterales y abstractas. Un enfoque subjetivo- no subjetivista, porque no rechaza la objetividad- puede asumir la realidad con sentido histórico cultural y garantizar la integralidad sin a priori absolutos y al margen de la actividad práctica, que en última instancia condiciona el proceso mismo de la verdad.

La asunción del concepto de saber- y no el de conocimiento como ha sido tradicional- , comprendido (el saber) como forma integral humana que incluye todos los medios que emplea el lenguaje para designar y penetrar en la realidad permite vincular estrechamente conocimiento y valor, sobre la base de las necesidades, los intereses, y los fines humanos. Al mismo tiempo, ayuda a comprender que la verdad no se descubre espontáneamente, a través de una relación abstracta sujeto- objeto, sino que se revela en procesos intersubjetivos, en espacios comunicativos, que integran en su síntesis: conocimiento, valor y praxis. Todo en los marcos de la subjetividad humana, donde el hombre piensa, siente, desea, actúa e intercambia los productos de su actividad en una relación dialéctica sujeto- objeto, mediada por infinitos atributos cualificadores de su ser esencial, de la cultura, la historia y por el consenso legitimador.

Esto significa que si el saber del hombre se propone acceder a la verdad, en su concreción, no puede soslayar el papel importante de la actividad humana y su estructura compleja, así como la cultura y como parte de ella, los caminos del lenguaje, en toda su diversidad, y sentidos, incluyendo la vía práctica que tanto influye en la creación del hombre, así también como desechar por ineficaces y estériles las imposiciones "teóricas" y los autoritarismos intolerantes y excluyentes, expresados como convenciones gnoseologistas. Simplemente "(..) urge devolver los hombres a sí mismos; urge sacarlos del mal gobierno de la convención que sofoca o envenena sus sentimientos (…) y recarga su inteligencia con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso. Sólo lo genuino es fructífero".

Busquemos la verdad con sentido histórico- cultural humano, imaginación, razón utópica y vocación ecuménica incluyente. Una concepción del saber, como integralidad abierta al diálogo, a la crítica y a la comunicación puede ser una alternativa posible de construcción de la verdad, incluyendo por supuesto, la propiamente de las ciencias naturales.

En la apropiación de la realidad por el hombre, su pensamiento sigue el cauce de la ascensión de lo abstracto a lo concreto y este proceso es en sí mismo incluyente. Para descubrir la realidad en su mayor concreción tiene que asumirla en sus varias mediaciones. En caso contrario, el saber resulta unilateral y abstracto, por seguir un cauce excluyente que absolutiza algunos momentos y pierde el sentido de totalidad y de unidad en lo diverso y complejo. Con ello, se incapacita para apropiarse de lo concreto en sus diversas mediaciones y condicionamientos.

La concepción de la verdad como saber integral no puede soslayar tampoco la importancia cognitiva del lenguaje metafórico, capaz de lograr la unidad de la diferencia, como certeramente señalan Ricoeur y Jakobson. Igualmente no se puede negar la independencia relativa del conocimiento científico y otras formas de aprehensión humana de la realidad. Pero en los marcos de una perspectiva o enfoque cultural que vincule razón, sentimiento, ciencia y conciencia. No se debe olvidar, que la cultura como producción humana en su proceso y resultado no se cualifica sólo por su dimensión cognoscitiva, sino particularmente por la sensibilidad que incita y activa el saber en su búsqueda integradora de lo que llamamos verdad.

Nadie con sentido común, puede obviar los resultados de la tecno-ciencia en la época de la globalización contemporánea. Pero sin sentido cultural, devienen estériles para el hombre, pues enajenan y deshumanizan. Resulta perjudicial, porque la verdad es vacía de contenido, cuando se separa de la belleza y la bondad, cuya armonía la funda e introduce Pitágoras, a partir del sentido de medida, y es continuada por muchos filósofos y pensadores, incluyendo a José Martí.

No es posible hacer del conocimiento científico el núcleo arquetípico del pensamiento y convertir a éste en un modelo impersonal que condiciona de modo a priori y teleológico la realidad existente para hacer una unidad o identidad con ella, llamada verdad. La verdad, sea de cualquier naturaleza, es proceso y resultado aprehensivo humano, como saber profundo, construido por la actividad del hombre en relación con el mundo o la parte de él hacia la cual dirige su acción. Se trata de un proceso humanizador de la realidad y del hombre mismo en espacios intersubjetivos.

Una verdad que separe la esencia humana de la existencia y los espacios histórico- culturales en que realmente se aprehende, resulta ficticia y no resiste la prueba de la praxis social.

La educación, como gran metáfora de la vida tiene mucho que hacer en el logro de un saber integral incluyente en la búsqueda de la verdad. Una educación que renuncie a los métodos transmisionistas y al discurso teorizante y abstracto, y asuma la intersubjetividad como modo idóneo de formación humana, desarrolla sensibilidad, actitudes cognoscitivas creadoras, razón utópica y propicia que el lenguaje genere acciones creativas. Al mismo tiempo estará en mejores condiciones de vincular estrechamente los mundos de la vida, de la escuela y del trabajo, sin autoritarismos, intolerancias y cientificismos excluyentes.

FILOSOFÍA Y LITERATURA EN JOSE LEZAMA LIMA

  1. Ser y devenir del pensamiento y la obra de Lezama Lima.
  2. Filosofía y Literatura. Comunidad, interacción y condicionamiento.
  3. Especificidad del Universo poético lezamiano.
  4. Paradiso: una obra universal.

José Lezama Lima (1910-1976) constituye una de las figuras más relevantes de las letras de Hispanoamérica, del siglo XX. Hombre de vasta cultura, singular talento y aguda sensibilidad, desarrolló una extensa obrar poética que si bien refleja lo mejor de la cultura universal, le es inmanente el sello propio de su creación. En su concepción, " cuando se llega a sentir la influencia de la cultura universal, ya no hay influencias". Sencillamente, para el gran intelectual cubano, su cosmos poético se funda en premisas reales: "Por la imagen el hombre recupera su naturaleza, vence el destierro, adquiere la unidad como núcleo resistente entre lo que asciende hasta la forma y desciende a las profundidades (….). La imagen y su absoluto , y la metáfora en su libertad que avanza trazando su análogo, engendran la poesía como absoluto de la libertad. En esa libertad transcurre mi obra(…).

Este es su credo filosófico-poético o poético-filosófico, en su visión de sì mismo, pues según él "(…) su motor es esencialmente poético. Algunos ingenios enfatiza Lezama- aterrorizado por la palabra sistema, han creído que mi sistema es un estudio filosófico ad usum sobre la poesía. Nada más lejos de lo que pretendo. He partido siempre de los elementos propios de la poesía, o sea, del poema, del poeta, de la metáfora, de la imagen"

Se trata de un pensamiento poético, de una cosmología poética que hace poesía sobre la base de una rica cosmovisión filosófica, donde literatura y filosofía se integran en unidad, para desplegarse en un discurso que ve con las palabras, habla con los colores y anima lo inerte con alto vuelo cogitativo y siempre sugiriendo múltiples lecturas y aprehensiones.

I. Ser y devenir del pensamiento y la obra de Lezama Lima.

" Para conocer y asimilar su universo poético – se refiere, por su puesto a Lezama- debemos conocer su universo cotidiano. Porque Lezama es la reiterada presencia del impulso familiar y doméstico: en esencia del impulso materno."

Esta tesis resulta interesante y más aún cuando se trata de una visión de un amigo de Lezama, de un profundo conocedor de su vida y su obra.

Pasemos a exponer algunos momentos que son hitos de su ser y devenir.

José María Andrés Fernando nació en el Campamento de Columbia, Marianao, el 19de diciembre de 1910.

Su padre, José María Lezama y Rodda, coronel de artillería de la elite castrense que se formó en la República mediatizada.

Su madre, Rosa Lima y Rosado, era hija de imigrados cubanos revolucionarios que se formó en los Estados Unidos. Su familia se arruinó en el exilio colaborando con la causa independentista cubana.

El nacimiento de Lezama coincide con el traslado de la familia a la Fortaleza de la Cabaña y el nombramiento de su padre como director de la Academia Militar del Morro.

Sus primeros años están ligados estrechamente con la disciplina. " Sus juegos tienen como escenario la explanada donde las tropas realizan maniobras bajo las órdenes de su padre.

Sin embargo,- continúa Armando Alvarez- él no guarda un recuerdo áspero de este tiempo. El cuadro familiar, según dice, era muy risueño. La fe en el futuro era la divisa, y las imágenes que captaba componían una grata secuencia. Uniformes de Gala, Caballos, desfiles, viajes al extranjero, fiestas, llenaban su imaginación perfilando ilimitadas posibilidades. Pero este mundo encantado no duraría mucho. Con motivo de la Primera Guerra Mundial, su padre se ofrece como voluntario para servir a las tropas aliadas (…), el 19 de enero de 1919, encuentra la muerte (…) Cuatro meses después nace su hermana menor.

Este golpe inesperado pone fin a lo que parecía no tenerlo. Todavía niño, Lezama ve comenzar una vida distinta y, en su fuero interno resiste a aceptarla. No se explica la ausencia del padre. No comprende cómo la mesa siempre colmada ha quedado desierta. Cómo la madre apenas se alimenta y pasa largas horas contemplando un descomunal retrato. Cómo cambia sus trajes. Cómo su conversación no progresa, sino que se vuelve e indaga. Cómo una invisible presencia parece rondar los contornos

  • La familia se traslada a Prado 9, casa de la abuela materna. La salud de Lezama empeora, el asma que padece desde los 6 meses se recrudece. Permanece largas temporadas en la cama. No participa de los juegos infantiles por su precaria salud. Dos grandes momentos que dejarían hondos influencias tienen lugar: estrecho contacto con su adorable madre e inicio de las lecturas.

1920. Ingresa en el colegio Mimó y lee el Quijote. "Este libro- a pesar de sus

pocos años- le impresiona profundamente y le hace intuir que en la

literatura existe una realidad ajena al tiempo y a la circunstancia. Pasan

cinco años y termina sus estudios primarios".

  1. Ingresa en el Instituto de La Habana. Se inclina por las letras, pero en homenaje secreto a su padre ingeniero, asume con fuerza y ahinco el estudio de Algebra, Matemáticas, Geometría.
  1. . Se gradúa de bachiller y tiene lugar un nuevo cambio de perspectivas cuya

influencia será decisiva en su vida.

  1. La familia abandona la casa de la abuela y se traslada a Trocadero 162. La vida doméstica, coincidiendo con la realidad nacional. (década critica), tiene un nuevo estilo de vida (..) "El desahogo se sustituye por una ceñida pensión, que obliga a Rosa Lima a hacerse fuerte en su prudencia para sostener la casa y educar a los hijos.

Es en este año 29 cuando se inicia la fusión del poeta con su madre. Fusión que cristalizaría, haciéndose total, envolvente a la vuelta de unos años, cuando ambos quedan solos en la casa. No es aventurado proponer que el Lezama que se encuentra entre nosotros nace en este momento. Y nace, porque medita mucho: entendiendo que la muerte de su padre determinó su entrada al mundo de la imagen, que no es un mundo de superficiales contactos sino de profundas entregas. Un mundo que únicamente se aprende a través de la absoluta conciencia de las experiencias vitales y las lecturas, de la formación integral. Las presiones económicas impiden al poeta dedicarse de lleno a esa formación. Su tiempo debe dividirse entre ella y sus estudios de leyes; llevándole su presencia en la universidad a la necesaria ", contra el status que existe.

Más tarde diría sobre su participación en la protesta del 30 de septiembre de 1930: "Ningún honor ya prefiero al que me gané para siempre en la mañana del 30 de septiembre de 1930… Al lado de la muerte, en un parque que parecía rendirle culto a la sombra Proserpina, surgió la historia de la infinita posibilidad en la era republicana".

Es clausurada la Universidad. No hay posibilidades de trabajo, de estudio. Lezama se sumerge en los libros. Encuentra el equilibrio en las ansias de sabiduría. Estudia los clásicos y contemporáneos. Le apasionan Góngora y los gongorinos. "También los franceses cercanos en el calendario, determinan su visión, su toma de conciencia. El hermético Mallarmé, el racionalista Valéry, el atormentado Rimbaud, el detonante Lautremont y ese poeta descomunal, Marcel Proust, desatan un torbellino de inquietudes que se traducen en una labor que no vacila ante las incorporaciones, porque se sirve de ellas para mostrar un ámbito propio".

1932. Conoce a un joven poeta que se prepara para sacerdote, Angel Gaztelu, y lo dirige a los estudios teológicos que combinará con los históricos (…) y con los textos más conspicuos del misticismo oriental.

Esta etapa, insaciable devoradora de libros se interrumpe con la caída del tirano Machado y el reinicio de la universidad. "En él se ha operado un cambio. Ha comprendido que no es un hombre de acción; y, aunque se siente orgulloso de su ejecutoria, ve que su verdadero mundo es el de la cultura".

1936. Llega a Cuba Juan Ramón Jiménez. Un momento capital en su trayectoria intelectual. Lezama, redacta un "Coloquio con Juan Ramón Jiménez (1837) donde se plantean los temas del insularismo y la peculiar sensibilidad de las islas. Al coloquio le continúa una revista universitaria, Verbum, alrededor de la cual empieza a cohesionarse un grupo(Gaztelu, Lozano, Vitier,Porcarreroy Mariano) que devendrán figuras excelsas de la cultura cubana.

1937. En la Universidad publica " Muerte de Narciso, una verdadera joya de la Poesía que apunta al poeta creador.

Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo,

Hasta su última y alucinante estrofa:

Si atraviesa el espejo hierven las aguas que agitan

el oído.

Si se sienta en su borde o en su frente el

centurión pulsa en su costado.

Si declama penetran en la mirada y se fruncen

las letras en el sueño.

Ola de aire envuelve secreto albino, piel arponeada

que coloreado espejo sombra es del recuerdo y

minuto del silencio.

Ya traspasa blancura recto sinfín en llamas secas y

Hojas lloviznadas.

Chorro de abejas increadas muerden la estela, pídenle

el costado.

Así el espejo averiguó callado, así Narciso en pleamar

Fugó sin alas.

En "Muerte de Narciso", las varias ciencias filosóficas y humanistas aparecen en un solo haz. La cosmovisión del poeta vincula con maestría y en una sola pieza, filosofía y literatura. Es una síntesis que expresa las múltiples indagaciones poéticas y filosóficas y anticipa lo por venir en el grande poeta.

  1. Culmina su carrera de Derecho en la Universidad de La Habana y comienza a trabajar en un bufete. Pero su camino en la cultura, y en la literatura en particular no será abandonado jamás. Edita la Revista Espuela de Plata, que a diferencia de Verbum, se dedica íntegramente a la Literatura. En ella( se publicaron 6 números) aparecen los contenidos más sobresaliente del momento en Europa, así como su resonancia en los escritos de los miembros de su consejo de redacción.

1940. Abandona el bufete. Su misión no congenia con el oficio. Pasa a trabajar en el Consejo Superior de Defensa Social, en el Castillo del Príncipe, por muchos años.

  1. Cuatro años después de la "muerte de Narciso", reúne sus poemas en un libro que lo consagra como poeta: Enemigo Rumor. ¿ Por qué ese título? ¿Por qué no, sòlo, Rumor? El lo explica en carta a su amigo, y nuestro grande poeta y ensayista martiano, Cintìo Vitier: "Se convierte a sí misma, la poesía, en una sustancia tan real, tan devoradora, -enfatiza Lezama en su concepción de la poesía- que la encontramos en todas las presencias. Y no es el flotar, no es la poesía en la luz impresionista, sino la realización de un cuerpo que se constituye en enemigo y desde allá nos mira. Pero cada paso dentro de esa enemistad, provoca estela o comunicación inefable".

Sirven estas palabras para inaugurar la lectura del primer poema de Enemigo rumor: Ah, que tú escapes. En él se aprecia cómo los conceptos de la carta se fundamentan clarificando. Con sólo tomar los dos primeros versos:

Ah, que tú escapes en el instante

en el que ya habías alcanzado tu definición mejor

el lector se da cuenta que en ellos se establece un distanciamiento entre el poeta y la sustancia poética. Si tomamos dos de los últimos:

Ah, mi amiga, sí en el puro mármol de los adioses

hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar.

vemos como Lezama, el poeta, ve que siempre tiene que ir en busca de algo conocido fugazmente y no esperar que ese algo venga a él. Ese algo, el enemigo rumor, lo que escapa, la poesía que engendra la poseía en el hacer.

Esta búsqueda de otro espacio para una realidad continúa en Una oscura pradera me convida. La pradera representa la lejana zona poética donde se ven:

……… …………………..ilustres restos

cien cabezas, cornetas, mil funciones abren su

cielo, su girasol callando.

Como es de esperarse, este incesante ir plantea una desazón en el corazón del poeta. ¿No quedará solo cuando le falten las fuerzas? La pregunta surge en los Sonetos a la Virgen:

¿Y si al morir no nos acuden alas?

Y encuentra su respuesta en lo religioso:

Pero sí acudirás; allí te veo,

ola tras ola, manto dominado

que viene a invitarme a lo que creo:

mi Paraíso y tu Verbo, el encarnado.

Es significativo cómo la noción de ser salvado –fundamental en Lezama- no se manifiesta en esta bella estrofa como una cosa simple; sino que la unidad se tiene que integrar basada en dos factores: su Paraíso (el poético) y el Verbo encarnado (lo religioso).

Más adelante, en Noche insular: jardines invisibles, nos acercamos a Lezama en cubano. Sirviéndose de un hecho cotidiano, nuestra noche, el poeta, trazando una fiesta, ironiza sutilmente. Característica esta que vemos casi como una constante en su obra. Pero este ironizar no es violento, sino doloroso. Se percibe una secreta angustia, un sentirse desarraigado y a la vez presente. Lo evidente se transforma por la imaginación y al llegar a un punto insostenible busca la redención por la luz, el día. El irónico se sosiega y se llena de esperanza, aunque en su interior todavía se mueva la angustia.

Se cierra Enemigo rumor con un tour de force: Un puente. Un gran puente. Este poema es una de las más violentas confesiones de nuestra literatura. El poeta reconoce todo lo que le rodea, todo lo que convive con él: analiza sus sueños, su figura que desea el reposo que sin embargo le niega su propia imaginación. Y, a través de todo este aquelarre poblado por seres reales, tanto más terribles por su condición, acata su destino y se dispone a seguir su camino atravesando el puente, dispuesto a morir

…………………………………….. como el rey

que ignora que ha sido destronado

y muere cosido suavemente a la fidelidad nocturna.

1942. Edita con su amigo Gaztelu diez números de una revista enteramente poético "Nadie parecía", donde lo religioso y la aprehensión de los clásicos es visible con facilidad.

Según Armando Alvarez, " terminado el año 43, Lezama se siente seguro, firme; se siente el poeta. A esto ha contribuido en gran parte la figura de la madre, que ante todos los contratiempos le ha acicateado, obligándolo a seguir adelante. Para Lezama no hacerlo significa traicionarla. Y el poeta se pone en marcha"

  1. Revista "Orígenes" (1944-1954) Alrededor de Lezama se une un grupo

    destacado de jóvenes con profundas inquietudes literarias. Colaboran

    importantes escritores extranjeros. Orígenes poseía personalidad propia y

    vigencia internacional.

  2. Año cumbre en el ser y devenir lezamiano. Se inicia la publicación de la
  3. Además de la dirección de Orígenes, con José Rodríguez Feo, comienza a trabajar en la Dirección de Cultura, y publica "Aventuras sigilosas", trabajo que prefigura el cosmos de Paradiso.

La etapa comprendida entre la edición de "Aventuras sigilosas(1945) y de "La fijeza" (1949) es fructifica y fecunda en trabajo y meditaciones. Pronuncia conferencias, ensancha sus contactos y relaciones y la siempre presencia de su madre y sus recuerdos.

  1. Viaja a México. Extiende su visión en tierra firme, con el paisaje americano, amplía sus conceptos sobre esta realidad, pues solo conocía las islas.
  2. Publica La fijeza, que es una prolongación de Enemigo rumor y otros trabajos que muestran vuelo de altura y virtuosismo en la escritura.

  3. Viaje breve a Jamaica. Empieza a fraguar una teoría sobre la expresión americana: Escribe además la monografía Arístides Fernández, que clarifican las motivaciones de la obra del joven y malogrado pintor.

1953. Reúne sus ensayos y trabajos breves en un libro titulado "Analecta del reloj". Aquí aparecen las imágenes posibles, que forma parte de la exposición del sistema poético.

Antes de 1954 publica en Orígenes los primeros cinco capítulos de su obra capital: Paradiso, novela donde el autor ha querido crear un cosmos, en cuyo texto tienen mayor valor los elementos imaginarios que los reales por el impulso que desarrollan. Se escribe cuando se encuentra solo con su madre y se propone fundar las bases de su sistema poético.

1954. Orígenes deja de publicarse por desacuerdo entre los editores. Tres años de silencio en la trayectoria lezamiana, trabajando en su sistema poético.

1957. Se publica "La expresión americana", con una visión señorial de nuestro mundo a través de una mirada que todo lo ve distante y que, regocijàndose en la proliferación sensual, barroca, parte de una exuberante grandeza propia y encuentra su destino en la tábula rasa de la grandeza universal, aunque sus manifestaciones están teñidas de enrevesados juegos y triquiñuelas. La primera línea de La expresión nos da el sentido de lo americano al postular: sólo lo difícil es estimulante. Es la dificultad para llegar a las esencias de ese mundo, su secreto, su atractivo, acaso, su razón de ser.

1958. Aparece su segundo libro de ensayos: Tratados en La Habana.

1959. Al triunfo de la Revolución. Lezama ocupa la dirección del Dpto. de Literatura y publicaciones del Consejo Nacional de Cultura.

1960. Aparece el libro Dador. Sólo comprensible para el que posea una previa asimilación del sistema poético lezamiano. Aquí el poeta en el umbral de su madurez, toma la posición de un espectador y contempla la vida como un gran ballet. Dador es un gran repaso a lo vivido. Un repaso necesario antes de acometer la obra definitiva.

En el período de 1959- 1962, el gran poeta ocupa el cargo de uno de los seis vicepresidentes del Unión de Artistas y Escritores de Cuba y pasa a trabajar como Asesor, en el Centro Cubano de Investigaciones Literarias.

  • El 12 de septiembre de 1964. Lezama sufre una pérdida irreparable: la muerte de su madre.
  • 1966 Aparece la primera edición completa de su obra maestra: Paradiso.
  • 1966-1976 Continúa su trabajo creativo y ocupa varias responsabilidades en instituciones culturales cubanas

II.- Filosofía y Literatura. Comunidad, interacción y condicionamiento.

A través de la historia espiritual de la civilización humana la filosofía y la literatura han tenido campos comunes de interacción y condicionamiento.

Tres rasgos comunes sobresalen:

  1. La existencia de ideas limítrofes de carácter cosmovisivos entre la filosofía y la literatura, en tanto refieren al hombre en relación con el mundo o al cosmos humano en sus múltiples mediaciones.
  2. La no limitación de la filosofía al conocimiento teòrico-científico, pues incluye formas práctico-espirituales de aprehensión de la realidad.
  3. El uso por la filosofía de medios expresivos no sólo lógicos, sino también imágenes, metáforas, símbolos, alegorías, mitos etc.

El propio Lezama Lima considera, además que "el estudio de la literatura debe rebasar las fuentes de información estrictamente literarias.

En la concepción de Santayana también está el criterio de unidad entre la filosofía y la literatura. "Los razonamientos e investigaciones de la filosofía son laboriosos; sólo de un modo artificial y con escaso donaire puede la poesía vincularse a ello. Pero la visión de la filosofía es sublime. El orden que revela en el mundo es algo hermoso, trágico, emocionante, es justamente lo que, en mayor o menor proporción, se esfuerzan todos los poetas en alcanzar".

No es posible concebir la filosofía sólo como sistema teóricamente elaborado, cuyo discurso se opere a través de conceptos lógicos, al igual que a la literatura como simple aprehensión subjetiva expresadas en imágenes. Tanto la filosofía como la literatura aprehende la realidad en su esencialidad en correspondencia con su objeto, y emplean las múltiples formas aprehensivas de que dispone el hombre. Por eso existe comunidad, interacción y condicionamientos mutuos. Los conceptos, las ideas, las imágenes, etc. son formas humanas de asimilación de la realidad y no son privativos de una ciencia específica.

Una filosofía que se aferre sólo a los tratados sistemáticos y a las expresiones categoriales y una literatura que no admita las contaminaciones filosóficas resultan estériles. " Toda obra poética que realmente merezca el nombre, tiene algo de filosófica. En los orígenes del filosofar, la poesía, tan antigua como el hombre, prestó su forma a la naciente reflexión sobre el universo para plasmar la búsqueda del argé o la aletheia.

Las primitivas cosmogonías, poemas de alta condición, se encuentran preñadas de ideas cosmovisivas destinadas a fructificar en órdenes muy diversos, pero, sobre todo, a constituirse en fuentes inmediatas de la filosofía. Esto nunca ha dejado de ocurrir".

La historia de la filosofía y la historia de la literatura, dan cuenta de la comunidad interactiva entre ambas disciplinas y las particularidades expresivas de los literatos filósofos y los filósofos literatos.

En Lezama Lima, todo su universo poético da cuenta de ello. Lo mismo pudiera decirse de Martí y Carpentier . Es que en todo creador con sólida base cultural, literatura y filosofía se presuponen , comunican y superan para expresar un discurso crítico de fuertes raíces, espiritu ecuménico y vuelo cogitativo.

III. Especificidad del universo poético lezamiano.

Un profundo universo poético contiene la obra de Lezama Lima. Un rico sistema que hace gala de erudición enciclopédica y subjetividad humana. Un discurso subjetivo, pleno de humanidad que parte de las raíces con vocación ecuménica para penetrar con éxito en el hombre en relación con el mundo y la sociedad. Su quehacer poético-filosófico hace de la imagen y la metáfora sustancia proteica de la poesía con cauce de honda aprehensión.

"En los términos de mi sistema poético del mundo, la metáfora y la imagen tienen tanto de carnalidad, pulpa dentro del propio poema, como de eficacia filosófica, mundo exterior o razón en sí. Es uno de los misterios de la poesía la relación que hay entre el análogo, o fuerza conectiva de la metáforas, que avanza creando lo que pudiéramos llamar el territorio substantivo de la poesía, con el final de este avance, a través de infinitas analogía, hasta donde se encuentra la imagen, que tiene una poderosa fuerza regresiva, capaz de cubrir esa substantividad. La relación entre la metáfora y la imagen se puede establecer con un caballo tan alado como nadante que persiste en una sustancia resistente que en definitiva podemos considerar como la imagen. La imagen es la realidad del mundo invisible. Así los griegos colocaban las imágenes como pobladoras del mundo de los muertos. Yo creo que la maravilla del poema es que llega a crear un cuerpo, una sustancia resistente enclavada entre una metáfora, que avanza creando infinitas conexiones, y una imagen final que asegura la pervivencia de esa sustancia, de esa poiesis. De la misma manera que el hombre ha creado la orquesta, la batalla, los soldados durmiendo a la sombra de las empalizadas, la gran armada, el caserío del estómago de la ballena, ha creado también un cuerpo artificial que resulta acariciable y existente, como la misma naturaleza escondiéndose al tacto. En alguna ocasión he hecho referencia, hablando de Martí y tratando de establecer las misteriosas leyes de la poesía (y no se olvide que las primeras leyes se hicieron en forma poética), que para esas prodigiosas leyes de la imaginación, veinte años de ausencia equivalen a un remolino en la muerte; así como, dentro de la orquesta, una trompeta equivale a veinte violines. Las conexiones de la metáfora son progresivas e infinitas. El cubrefuego que la imagen forma sobre la sustantividad poética es unitivo y fijo como una estrella. Por eso afirmo en uno de mis poemas, paradoja profunda de la poesía, que el amor no se ejerce caricioso, poro tras poro, sino de poro a estrella, donde el espacio forma una suspensión y el cuerpo se lanza a una natación que se prolonga"

En su sistema poético se opone a la concepción heideggeriana del hombre para la muerte, "levantando el concepto de la poesía que viene a establecer la causalidad prodigiosa del ser para la resurrección, el ser que vence a la muerte y a lo saturniano. De tal manera que si me pidiera que definiera la poesía, una coyuntura casi desesperada para mí, – enfatiza Lezama- tendría que hacerlo en los términos de que es la imagen alcanzada por el hombre de la resurrección".

En su sistema poético trata de destruir la casualidad aristotélica en función de la búsqueda y encuentro de lo incondicionado poético, de la imaginación creadora. Al mismo tiempo cree posible "hablar de caminos poéticos o metodología poética dentro de ese incondicionado que forma la poesía. Para ello se remite a la historia e ilustra con ejemplos.

Considera que todo hombre cree en algo, pues según él, hasta el propio "Valéry que hizo profesión de ateísmo , cuando definió la poesía, lo hizo diciendo que era el paraíso del lenguaje. Ya ve usted –destaca Lezama- el caso de un ateo usando la palabra paraíso con toda la resonancia de un católico ".

Ante una pregunta sobre la inexistencia del alma, si bien la afirma en su sistema, el poeta muestra tolerancia. "Amigo mío,- responde Lezama- siempre he creído que mi sistema poético es algo bello en sí: pero nunca he tenido la soberbia de pensar que es algo único. Sobre él, sitúo a la poesía. La poesía como misterio clarísimo o, si usted quiere, como claridad misteriosa. Esa ambigüedad me permite decirle que no soy quien debe responder esa pregunta, sino el tiempo, el tiempo que hace poesía y la poesía que hace en el tiempo.

En el sistema poético lezamiano, imagen, mito y poesía integran una totalidad integradora del discurso aprehensivo de la realidad. "Después que la poesía y el poema ha formado un cuerpo o un ente, y armado de la metáfora y la imagen, y formado la imagen, el símbolo y el mito -y la metáfora que puede reproducir en figuras sus fragmentos o metamorfosis-, nos damos cuenta que se ha integrado, una de las más poderosas redes que el hombre posee para atrapar lo fugaz y para el animismo de lo inerte". Lo mismo ocurre con el juego que forma en su sistema un sentido cósmico y preside todo el devenir universal hacia la unidad.

La relación hombre-cosmos en sus diversas manifestaciones está presente en toda la obra poética de Lezama Lima. En su esencia se traduce en una cosmología poética, extremadamente enrevesada y difícil de comprender para algunos. Pero esto no le preocupa al poeta. Sencillamente, afirma: "Hay la poesía oscura y la poesía clara (…), en definitiva ni las cosas oscuras lo son tanto como para darnos horror, ni las claras tan evidentes para hacernos dormir tranquilos. Lo que cuenta –aquí sigue a Pascal (…) es el eterno reverso enigmático, tanto de lo oscuro o lejano como de lo claro o cercano. La tendencia a la oscuridad, a resolver enigmas, a cumplimentar juegos entrecruzados es tan propia del género humano como la imagen reflejada en la clara lámina marina, que puede conducirnos con egoísta voluptuosidad a un golpe final, a la muerte. No hay que buscar oscuridades donde no existen" .

Lezama revela en lo poético, con todos los medios y formas de expresarse , un modo de perenne ascensión, propio de un logos profundo que se aprehende a través de dos vías esenciales: doxa y ciencia y cuyo resultado encarna el sentido cósmico, o el cosmos mismo. Así, en Muerte de Narciso, " el mito que le sirve de base, la contemplación de la propia belleza que consume a su protagonista, permite establecer una especial relación cognoscitiva entre hombre y universo, dirigida al sentido cósmico de la unidad entre ambas"

En esta misma dirección podría analizarse su teleología insular estrechamente vinculada a lo cósmico universal, el problema de la muerte, el tiempo y el espacio, la historia en fin, el hombre en relación con el mundo en sus varios avatares.

En todo su sistema poético y el discurso que lo expresa, filosofía y literatura aparecen mancomunados como un crisol unitario en pos de lo grande y absoluto y con la convicción que el conocer como forma del servicio, es la caridad entrando como una nueva categoría en todo filosofar" .

IV. Paradiso: una obra universal.

La primera edición de Paradiso aparece en 1966. Es una obra maestra de quilate universal que muestra la madurez de un autor en cuanto a profesionalidad, estilo, originalidad creadora, maestría filosófico –literaria y posesión de una vasta cultura.

No se trata de una novela épica. Es una novela poética, cuyos antecedentes están en la propia poesía de Lezama. En prosa resume su cosmos poético, estrechamente vinculado a su concepción del mundo, y a su visión del hombre en su formación y despliegue, en sus orígenes; en su pasado. "En Paradiso no se busca lo histórico concreto. Se busca recrear el pasado; pero siempre a través del recuerdo, de esa memoria afectiva que es la que guía el orden en que aparecen estructuradas las vivencias y recursos del autor". Su personaje central –protagónico- José Cemí – encarna la búsqueda lezamiana. "José Cemí no es más que un poeta que busca la verdad.- podríamos decir, la sabiduría a través de la poesía, en tanto libertad absoluta- .Y Paradiso es la historia de ese personaje, y de su familia, y de sus amigos, y de las solicitaciones que le hace la realidad", de sus aprehensiones sensoriales, sentimentales y ancestrales que le trasmite su madre y el destino que le ha fijado: Tu destino es contar la historia de tu familia".

La novela no soslaya totalmente la historia, pero no la asume de frente. Aparece sólo en aquellos que tiene que ver con el aprendizaje vital", es decir, poético, a través de recuerdos, imágenes. Los motivos históricos se subordinan a ello. "Sencillamente, hay otro sentido de lo histórico, que viene dado a través de la asimilación subjetiva del mismo.

Busca la expresión de la cubanía desde dentro: la familia, las tradiciones, las costumbres y los sentimientos" . Cemí lo asimila, se encuentra, a través de un mundo real e imaginario. Así asume el sentido de la vida, de la muerte, del destino, del deber, como experiencias vividas o trasmitidas por su madre y los recuerdos e imágenes.

Para Cintio Vitier –amigo de Lezama- "Paradiso es una invitación a la sabiduría". Una novela útil y trascendente por su contenido y riquezas expresiva y poética, "la historia imaginaria de la formación de un poeta que quiere alcanzar o merecer la sabiduría. Su intención es a la vez testimonial, catártica y pedagógica". El resultado, una pieza filosófica literaria, permeada de humanidad que sigue un cauce con sentido cultural antropológico en pos de trascendencia y universalidad.

Por eso y mucho más, coincidimos con Dolores Nieves, cuando afirma " Hace años, Cintio Vitier, al referirse a la poesía de Lezama, dijo: "Si aquello no se resolvía en un caos, tenía que engendrar un mundo". Y esto es realmente lo que ocurrió. Un mundo exuberante y complejo es la poesía de Lezama. Y como remate de ella, un mundo complejo, difícil, a veces desconcertante, pero siempre incitante es Paradiso, que se ha ganado ya, por derecho propio, un lugar entre las más importantes novelas cubanas de todos los tiempos" ¿y por qué no, un lugar entre la novelística universal?.

HUMANISMO Y VALORES EN JOSE MARTI

En la obra filosófica martiana no existe una axiología sistematizada. Más que teorizar sobre los valores el Apóstol se preocupa por encontrarlos y cultivarlos en la conducta del hombre, como medio de ascensión humana.

Sin embargo, es posible revelar en su ideario humanista un conjunto unitario de valores, coherentemente estructurado en torno a la persona humana, su razón del ser y los modos de conducirla a su humanidad creciente.

Los valores en Martí son modos esenciales del devenir del hombre en su naturaleza social, integrados en la cultura, a manera de formas de existencia del ser humano y sus necesidades materiales y espirituales.

Así, los valores, en su fundamento sociocultural y encarnados en la cultura tematizan el contenido esencial del ideal martiano de racionalidad humana. Se trata de una axiología de la acción que va a la raíz del hombre porque sabe de su grandeza interior. De una eticidad concreta que busca el hombre futuro en el hombre actual con pasión y fe y con sorprendente consagración heroica, animada por una misión redentora fundada en el pueblo y un oficio que identifica la belleza con la humanidad del hombre y la bondad con la dación desinteresada

El programa humanista martiano, fundado en la axiología de la acción, se concreta en un paradigma de racionalidad humana, cualificado como autoconciencia de la cultura. Tanto en la revelación del ser existencial de nuestra América, como en su determinación especial en las condiciones de su patria, José Martí funda un paradigma de emancipación humana y redención social, cuyo despliegue está mediado por un sustrato socio -cultural humanista que imprime racionalidad y verdad a su proyecto político. Es que en el paradigma martiano, los valores éticos y políticos se integran en un nivel tal de concreción que prácticamente se identifican. Por eso, más que encarnación individual, son conciencia de su necesidad y eficacia. Esto impregna optimismo, fuerza y vitalidad a la empresa emancipadora. Y Martí, ya en los albores de la contienda, como expresión del pueblo lo siente, lo sabe. "Jamás fue tanta nuestra virtud -escribe el Maestro- tan compacta nuestra acción, tan cercano nuestro esfuerzo, tan probable nuestro éxito. Cuántos obstáculos hubiéramos podido encontrar, hasta los osbtáculos insuperables que a la mayor virtud pone siempre la ambición o vanidad de la naturaleza humana, nada han podido, ni han aparecido siquiera, ante esta alma de redención que hoy nos consume y nos inspira. Somos un ejercito de luz, y nada prevalecerá contra nosotros. Nos queda por hacer lo que sabemos que queda por hacer.."

Existe ya un sistema de valores, conformado en la cultura, hecho conciencia, como valencia social, expresado en término ideopolítico, que si bien no agota el paradigma emancipador -existen otros componentes de la subjetividad humana- que matiza una idea, configura un ideal que impulsa, orienta y regula el hacer práctico -espiritual, que "con la mano en la conciencia- en el bello decir de Martí -pone ya la idea a las puertas de la realidad: . En tales condiciones "el espíritu ha cundido y los cubanos tienen fe… Nadie se lo pide; les nace así de corazón… Clubes-nuevos y pueblos, tiene el partido".

Es indudable la importancia de un paradigma, en tanto modelo que oriente racionalmente el pensamiento y acción del quehacer social, político y cultural en su connotación más integradora posible. El paradigma martiano, marcado por su visión del mundo y del hombre, por la experiencia americana y sobre todo por su sabiduría política, como grande hombre fundador, traza caminos, crea confianza, cultiva razón y sentimiento y prepara conciencia para realizar el ideal de la nación. En fin, funda una cultura con alma política y un carácter nacional henchido de patriotismo y amor desinteresado, capaz de estructurar un programa de liberación nacional, sobre bases nuevas.

El ideal de racionalidad martiana compendia en síntesis conocimiento, valor, acción práctica y comunicación intersubjetiva, es decir, las variadas formas en que el hombre asimila y reproduce creadoramente la realidad material y espiritual; pero al mismo tiempo, su pensamiento y su obra en toda su integridad encarna un cuerpo cultural de entraña política para realizar una República próspera de naturaleza ético-moral. Esto se fundamenta en el hecho de que al Maestro le interesa sobre todo la ascensión humana, el progreso socio -cultural del hombre, como medio fundamental de realizar sus fines. No se trata en modo alguno de una racionalidad instrumental de corte pragmático y utilitarista, sino de racionalidad humana, que sin menospreciar el conocimiento, la ciencia, la técnica, como medidas de desarrollo cultural humano, sabe que a la raíz del hombre, ante todo se llega revelando esas fibras, ocultas a veces, de su subjetividad. Por eso hay que buscar y encontrar sin vacilación el sentido humano, sobre todo, como vía de acceso primario a la esencia social del hombre. Sin ello -y la práctica corrobora la verdad del Maestro-, resulta estéril, ineficaz e ilusorio todo proyecto. Es que la ciencia, la política, el derecho, el arte, etc. sin motivaciones humanas, no realizan el ser esencial del hombre, no se encarnan en el cuerpo de la cultura como medida de progreso y desarrollo. Por eso Martí, no sólo hizo arte mayor, sino política científica, de profunda hondura, de alto vuelo social humano. En primer lugar, porque comprendió el arte de dirigir, como un encargo social por el bien de todos y no para acumular riquezas y obtener privilegios, en segundo lugar, porque tomó partido por la mayoría desheredada. Su gran obra política: la creación del Partido Revolucionario Cubano, para hacer la guerra necesaria por la República, y todo su pensamiento político en torno a Cuba y nuestra América, fue eficaz y trascendió porque se concibió y estructuró como empresa cultural de las grandes masas. Y esto de por sí comporta un concepto, una idea en Martí: no existe política eficaz, al margen de valores e ideales enraizados en la condición humana. Con esto continúa la tradición del pensamiento americano más genuino y revolucionario. Lo supera, en la medida que echa suerte con los pobres y abre nuevas perspectivas de enfoque y de discernimiento de la realidad política. Su humanismo revolucionario antiimperialista, expresión de un proceso de continuidad y ruptura sintetiza y concreta su escala de valores. Expresa el momento de máxima plenitud y madurez de su pensamiento político revolucionario, en correspondencia con los nuevos tiempos.

Sin embargo,su obra renovadora, revolucionaria, y creadora no se reduce a la esfera de la relación axiológica: ética – política, en los marcos de su concepción integradora de la cultura; pues si ciertamente Martí produce un viraje revolucionario en los conceptos e ideas políticas de su tiempo cubano y americano, incluyendo la tabla de valores conque juzga y piensa la realidad, también en la esfera de la estética, en relación estrecha con la ética, muestra originalidad y creación. Se trata no sólo de un hombre de pensamiento y acción que conjuga en unidad indisoluble misión y oficio, sino además de un artista y de un creador. Esto naturalmente mitiza su axiología con nuevos colores y esencias, incluyendo su concepción de la subjetividad humana y por su puesto la especificidad de la filosofía que nuclea su cosmovisión. Política, ética y estética y sus sistemas de conocimiento y valor que les son consustanciales, tematizados en Martí en una concepción integradora de la cultura, dan expresión unitaria a su discurso y lo dotan de modos apropiados y métodos idóneos para aprehender el objeto en su dinámica y concreción.

Si ciertamente, la grandeza martiana como dirigente revolucionario, deviene en gran medida del modo en que los valores ético-morales permean y penetran lo político, hasta concebirlo como empresa cultural humana de las grandes masas lo ético y lo estético, encarnando esta racionalidad conceptual propia del paradigma del Maestro, imprimen una determinada especificidad a su axiología. La vinculación estrecha de los valores ético y estético en la axiología martiana, en los marcos de una concepción unitaria de la cultura, en tanto resultado de la actividad humana y medida del desarrollo del hombre y la sociedad, abre perspectivas nuevas para acceder a la realidad humana y conformar un ideal de racionalidad, como proyecto emancipador que integra y sustancia como sistema orgánico la verdad, el bien y la belleza y junto con ello, el amor, la libertad, la justicia, el honor, la felicidad, la virtud y la dignidad plena del hombre, como valencias cualificadoras de la sociedad que preludia y se esfuerza por realizar.

En el ideal de racionalidad martiano, los valores ético y estético y político poseen un status especial. Esto dimana, además de su misión y oficio, de la singular concepción que posee de la cultura, como resultado y despliegue de la actividad de las grandes masas. Las determinaciones culturales -y los valores también lo son -no constituyen un acto individual de aprehensión para Martí, sino un proceso social que sin soslayar la experiencia individual propia de cada sujeto, da primacía al movimiento social, en tanto realiza y legitima la acción de las grandes masas. En esta dirección -en mi criterio- es posible comprender la cosmovisión martiana de la subjetividad humana, la axiología y la cultura

La inserción de los valores en la cultura – hecho que en mi criterio ya casi nadie niega-y la concepción de esta última como resultado social, del pueblo, funda en Martí una idea nueva que determina una connotación especial al elan humanista que le es intrínseco en su pensamiento. Y esto se pone de manifiesto no sólo en la relación ética -política, sino además en la relación ética- estética y sus mediaciones.

En primer lugar existe en Martí una concepción de los valores, penetrada de un sentido de lo real e histórico como proceso que evita que los piense y aborde como arquetipos o a priori, sino como hacer humano. Por eso el bien no es tal, porque es algo presupuesto como verdadero, sino porque es bueno en la praxis social. La belleza no es tal en tanto establecida extermamente, sino en tanto acción bella dimanante del comportamiento humano. Al igual que la verdad no es tal, como esencia válida en sí misma, sino como expresión de la realidad para el hombre. Esto no es practicismo, ni negación de lo universalmente dado, sino sentido práctico- valorativo, que busca, encuentra y proyecta los valores en el hombre, haciendo historia, en su acción y en la cultura, en que toma cuerpo

.Este concepto, de buscar los valores en la realidad, y en su despliegue, como devenir cultural en y por el hombre, como sujeto social, explica el sustrato ético- moral de la estética y política martianas. En esto se basa su tesis o enjuiciamiento de Espronceda, que en el decir de Martí pudo ser mártir, y no devino siquiera hombre. Subrayo hombre, para destacar cómo en la axiología del Maestro, la eticidad concreta, en las acciones del hombre, constituye su medida, es decir, un parámetro cualificador que define su status en tanto tal, y esto por supuesto penetra toda su dimensión cultural-humana, incluyendo expresiones concretas y valores. Y esta idea está tan arraigada en él, que fluye también en su labor magisterial, como maestro y educador. Tanto en su correspondencia pública, como de naturaleza intima Martí enseña, y los motivos de carácter artístico siempre aparecen vinculados a la conducta cívica del hombre. Como su motivo central es el hombre, en toda su integridad, al abordar la esencia y las formas de creación humana con arreglo a las leyes de la belleza, en su discurso subyace también un mensaje de carácter moral. El sabe que la belleza en sí, aislada del verdadero ser existencial del hombre,resulta superflua, estéril. En Martí la "belleza" externa, desvinculada de una cultura de los sentimientos fundada en el amor y la bondad,no constituye un valor definidor de la naturaleza humana. Una personalidad,aunque "bella externamente" si no es portadora de sentimientos nobles,de solidaridad humana, desinterés, justicia, dignidad personal, no se realiza como hombre y su conducta resulta rechazada por la propia sociedad en que vive.

En la Edad de Oro, obra martiana dedicada a formar hombres creadores, con ciencia y con conciencia, la intención del Maestro se hace patente. "El niño escribe Martí -ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso: el niño puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecillas de hombre fuerte una flor para su amiga o cuando lleva del brazo a su hermana para que nadie se la ofenda…

En el lenguaje, simple, sencillo, para niño, el mensaje ético – humanista no falta,¿Cómo formar al hombre como sujeto, con ciencia, creatividad y con conciencia, si no se cultiva lo esencialmente humano: el sentido del deber, la bondad, el amor al trabajo, en fin la sensibilidad humana,capaz de transformar lo feo en bello? Más que un simple mensaje es una clave cultural paradigmática, que con visión preclara y de meridiana lucidez, deviene obra fundadora. "Las cosas buenas – dice Martí a los niños en el último número de la Edad de Oro – se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Se es bueno porque sí; y porque allá adentro se siente como un gusto – continúa Martí, identificando lo moral con lo estético- cuando se ha hecho un bien, o se ha dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe; ser últil. Los niños debían echarse a llorar, cuando ha pasado el día sin que aprendan algo nuevo, sin que sirvan de algo"

Con esto, Martí no sólo evoca y predica la necesidad de sembrar y cultivar humanidad en el hombre para que nazca, eche raíces y se multiplique, sino además funda una cultura de los valores, imprescindible para la conviviencia social y para el propio despliegue de las energías creadoras que el hombre lleva en sí y desarrolla en función de la sociedad. Así, refíriendo a Buda, enseña a los niños, que no "se ha de reposar hasta que el alma sea como una luz de aurora, que llene de claridad y hermosura al mundo, y llore y padezca por todo lo triste que hay en él, y se vea como médico y padre de todos los que tienen razón de dolor: es como vivir en un azul que no se acaba, con un gusto tan puro que debe ser lo que se llama gloria y con los brazos siempre abiertos"

Es que en Martí se capta el bien y la esfera humana en general como medio y fin que supone e impulsa la voluntad, y toda la subjetividad humana en el devenir social. Los valores morales devienen motivos catalizadores de creación, originalidad y proyección. Es como si los valores éticos y también estéticos se fundieran en un todo único, interconexionado, al igual que los restantes valores como componentes de la cultura.

La plasmación de la axiología como coducta, inserta en la cultura en todos sus componentes estructurales (valores) y sus expresiones jerárquicas, no es una tarea fácil. Martí está consciente de ello, y por eso da razones de la necesidad de que los valores morales se conciban como medios, y fin intrínsecos al devenir humano, como móviles de perfección del hombre. Con esto, el bien, el deber, no aparecen sólo como mandatos de la razón, como a priori, sino que su realización y proyección deben asumirse con satisfacción, con gusto, deseo, pasión, amor y con espíritu de consagración. Por eso no puede ser un fin ni un medio extrínsecos a la naturaleza humana. Deben mover y despertar sensibilidad, que es al mismo tiempo encontrar belleza, placer por la acción o el deber cumplido. De lo contrario no devienen cultura diaria, ni norma de actuación, ni se encarnan en convicción. No se integran a la cultural.

He ahí la necesidad de comprender el por qué Martí dimensiona el devenir humano como hecho cultural, como empresa eminentemente moral, porque incluso, las expresiones políticas, jurídicas, etc. si se fundan en la cultura y son expresión auténtica del pueblo, resultan bellas, despiertan sensibilidad y gusto estético. Realmente, ante las alternativas; debo hacer esto, o me gusta hacer esto, ¿cual de ella se asume?.Martí trata de develar en la realidad, sobre toda las cosas, humanidad, que es al mismo tiempo encontrar bondad y belleza en los actos humanos. Es asumir lo bueno, lo justo, lo heroico, etc. como manifestaciones bellas a plenitud, en tanto realizan la naturaleza social humana.

En este sentido, la acción esencialmente humana es heurísticas y adquiere una dimensión estética, porque "sólo lo que del alma brota en guerra, en elocuencia, en poesía llega al alma" "(…) Nobles,- refiere a J. J. Palma -son pues, sus musas; patria, verdad, amores…En un jardín, tus versos serían violetas. En un bosque, madreselvas. No son renglones que se suceden; son ondas de flores". Ondas de flores que nacen de su amor patriótico, como destellos que penetran la razón y los sentimientos y "hacen caminos al andar". Crean, fundan, porque nacen del hombre y su entorno social y porque son apropiación humana. Convidan, se asumen, encuntran recepción porque despiertan sentimientos, conceptos e ideas humanas. Con ello se convierten en resortes para la acción y nuevos modos creadores y originales de aprehensión.

Esta concepción martiana, al integrar los valores en la cultura, como producción del hombre, en función de la sociedad, sienta premisas teórico-metodológicas para establecer jerarquías y niveles en cuanto a determinaciones del quehacer humano se refiere. La unidad indisoluble entre lo ético y lo estético y el lugar que ocupa en los marcos de su axiología, responde en gran medida al hecho de que Martí es un hombre de pensamiento y acción, que une en su diario hacer misión y oficio. Esto determina en él un concepto. "La vida – escribe Martí a Joaquín Macal – debe ser diaria, movible, útil; y el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo. No aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a un país con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles. Si de algo serví antes de ahora, – enfatiza el Maestro- ya no me acuerdo: lo que yo quiero es servir más. Mi oficio… es contar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer todo lo grande.. Vengo a ahogar mi dolor por estar luchando en los campos de mi patria, en los consuelos de un trabajo honrado, y en la preparaciones para un combate vigoroso" .

En este sentido, la belleza con que Martí capta la realidad y la obra humana, no dimana sólo de la prosa y el verso de un artista, de un poeta, ni del magno discurso de un escritor de talento mayor, ni del hombre hecho estilo, que tanto exalta Unamuno, Sarmiento y Dario. Además de su oficio -que ya es mucho para consagrarlo- existe una misión redentora, un compromiso con la realidad de su tiempo, con su bella isla y la América nuestra. Sólo un oficio, por muy grande y trascendente que sea, no es capaz de irradiar luz, "encender el entusiasmo por todo lo noble" y revelar la grandeza humana en toda su magnitud. La misión lo completa, lo dirige a la realidad concreta, busca cauce de realización. Enseña que al deber -ser no se accede a través del discurso, encerrado en sí mismo, sino se requiere de la acción práctica transformadora, capaz de subvertir la realidad presente y proyectar y realizar lo que falta y exigen la necesidad y los intereses de los hombres en el movimiento social. Si se desconoce esto -en mi criterio- resulta imposible comprender la obra martiana, incluyendo su filosofía y su axiología. El paradigma martiano y el ideal de racionalidad en que despliega, está mediado por convicciones ideopolíticas revoluinarias tan profundas que no le permiten soslayar las situaciones dramáticas en que se consume y dirime el hombre y la sociedad, para dedicarse al puro oficio de crear. Es que precisamente su magna obra creadora "que pertenece a los "alumbrados", en el decir de Gabriela Mistral; es un resultado de haber conjugado en inseparable unidad, misión y oficio" (..) Martí,criatura literaria completa, – enfatizó Gabriela Mistral – amaba sus clásicos y amaba la poesía del pueblo, porque el humanismo no lo disgustó de lo popular, ni lo elemental lo invalidó para lo clásico… Pero el trance del momento era duro, y Martí nos entregaba su poesía verbal cortada aquí y allá del sollozo patriótico o del puñetazo de fuego al tirano"

Martí desintrancendentaliza, hace concretos los valores en el instante mismo en que los trae al quehacer humano -social, y le trasmite sentido práctico, razon, inspiración y sensibidad" (…) y puso poesía castellana- refiere a Antonio Sellén- cuanto hay de enérgico y hermoso en los poetas nuevos. Ennobleció el destierro con un trabajo constante, templado por un carácter que no empañó nunca la malicia, y embellecía la pasión por la hermosura ideal, que lo tuvo siempre en un estado de íntimo deleite; más grato que los goces volubles del mundo. Era hombre de notable cultura y de juicio sagaz; pero el corazón se le inflamaba, aún en los últimos años, cuando veía volar un pájaro libre sobre su cabeza, o deshacerse una nube por el cielo azul…Fue tierno y sentido, y notable por la pureza de sus deseos, el fervor de su caridad, humana, y sus simpatías con todo lo ingenuo y poético del mundo"

Los valores que enseña, cultiva y transmite Martí, tanto en su verso como en en su prosa, no son entes abstractos, sino consustancial al despliegue humano, en fin, integrados a una cultura de la razón y de los sentimientos. Por eso en su discurso no sólo invoca y busca valores humanos, sino que los descubre. Pero en un "encontrar", que es más que todo un ininterrumpido tránsito del ser al deber -ser, como proyección humana, como remisión a la imaginación y a la creatividad cultural del hombre.

En esta dirección., a Martí no le interesa tanto qué es el hombre y cuáles son los valores, sino más que todo cómo deviene el hombre y su naturaleza humana constituida en un sistema de valores dinámicos, fluidos, en tanto expresión social. Sólo a partir de esta concepción de los valores adquieren trascendencia y vigencia. Trascienden porque son valencias sociales y formas aprehensivas de conductas sociales hechas cultura.

Esto no significa la existencia en Martí de una actitud nihilista hacia los valores universales, ni una concepción practicista, pragmático -utilitarista de los mismos. Todo lo contrario.

En su obra constantemente aparece la referencia a los valores universales, a sus conceptos e ideas. Significa simplemente que su concepción de los valores -por razones ya explicadas y reiteradas- se funda en una intelección propia, que se integra a la cultura del pueblo.

La inserción martiana de los valores como atributos cualificadores de la subjetividad humana, integrada a la cultura y como creatividad cultural social del hombre no sólo explica los fundamentos de su trascendencia en la axiología del Maestro. Da cuenta además de la especificidad propia del filosofar martiano en término de discurso vital, enérgico, siempre en función del hombre y la sociedad. Explica también su genio visionario para discernir la realidad presente y proyectar lo por venir. Pone de manifiesto, su gran poder revelador de esencia para ver más lejos y dimensionar realidades que ante sus contemporáneos pasan inadvertidas. Esto, por supuesto no tiene lugar sólo en su ideario político -que ya de por sí le consagró y devino jefe máximo e la guerra del 95 – sino en múltiples aristas del quehacer humano. Su capacidad de discernimiento humano para penetrar en determinadas personalidades históricas y descubrir obras paradigmáticas y fundadoras, también imprime vigencia y trascendencia a los valores, y junto con ello actualiza la memoria histórica que es forjar y vitalizar la identidad nacional y humana. El análisis de Luz y Caballero no es el único caso, pero es demostrativo. Con una frase lacónica, pero llena de sentimiento y razón lo define: "sembró hombres"(…) demandó con la fruición del sacrificio todo amor a sí y a las pompas vanas de la vida, nada quiso ser para serlo todo, pues fue Maestro y convirtió en una sola generación un pueblo educado para la esclavitud en un pueblo de héroes, trabajadores y hombres libres… Supo cuanto se sabía en su época; pero no para enseñar que lo sabía, sino para transmitirlo".Y de Mendive, con sólo una oración interrogativa da vigencia y trascendencia a una tríada de valores que Martí expone en un todo único revelador del bien, la belleza y la verdad: "¿ Y cómo quiere que en algunas líneas diga todo lo bueno y nuevo -interroga Martí- que pudiera yo decir de aquél enamorado de la belleza que la quería en las letras, como en las cosas de la vida, y no escribó jamás sino sobre verdades de su corazón y sobre penas de la patria?".

Obra fundadora y cultural en todo su sentido y definición, también revela en Heredia, un modelo en cuanto a definción valorativa se refiere. Un alma, una virtud, devenida cultura de cubanía descubre en el cantor del Niágara.¿" Cómo no habían de amar las mujeres -pregunta Martí -con ternura a aquel que era cuanto el alma superior de la mujer aprisiona y seduce: delicado, intrépido, caballeroso, vehemente, fiel, y por todo eso, más que por la belleza, bello" Para quien no conozca la esencia del humanismo martiano, la interrogante carcterizadora de Heredia pasa inadevertida, no revela su espíritu creador ni la dimensión cultural en que se sustenta también su concepción de los valores morales, incluyendo el sentido estético que la anima. La determinación moral no deviene cauce prefiguranete rígido, al igual que su connotación estética. Se advierte cómo calidades morales, en síntesis, devinen expresiones estéticas -define lo bello como compendio de rasgos humanos, como delicado, intrépido, caballeroso, etc.- y aunque paradójico, de la belleza, no deduce lo bello, sino de cualidades ético – morales. Es que Martí -y esto define en gran medida su discurso- piensa la realidad a partir del hombre, la actividad humana y su determinación en la cultura. Por eso no tiene que esforzarse para encontrar lo bello, en la realidad; lo aprehende revela y fluye porque es al mismo tiempo descubrir humanidad, contenido, sentido y potencialidades humanas de realización. En ello existencia y conciencia integran un proceso del devenir humano en la aprehensión práctico -espiritual de la realidad.

Martí revela belleza en la realidad que asume porque es sensible y posee humanidad, porque devela esencias, interioridades del hombre y la sociedad trasuntadas en la cultura. En este concepto resulta posible comprender por qué se preocupa tanto por exaltar y dar vigencia a los valores humanos encarnados en obras y hombres paradigmáticos, así como el sentido de sus tesis de que honrar honra: la cultura como condición de la libertad; la pasión y la ternura como premisas de todo proyecto humano y social, la virtud, el decoro y la dignidad, como esencia consustancial al hombre.

En Heredia ve al "genio de noble República, a quien sólo se le veía lo de rey cuando lo agotaba la indignación o fulminaba el anatema contra los serviles del mundo y los de su patria" Dando vigencia social y trascedencia al modelo de valores que sintetiza Heredia, define"… dos clases de hombre: los que andan de pie cara al cielo, pidiendo que el consuelo de la modestia descienda sobre los que viven sacándose la carne, por un pan más o pan menos, a dentelladas, y levantándose por ir de sortija de brillante, sobre la sepultura de su honra: y otra clase de hombre, que van de hinojos, besando a los grandes de la tierra el manto"

En la axiología martiana hay optimismo como todo humanista que confia en el hombre y en sus posibilidades de perfeccionamiento y creación; pero no un optimismo exacerbado que soslaya los atributos negativos de las acciones y conductas humanas .Estos atributos son asumidos de modo crítico y estigmatizados al mismo tiempo como no inherentes a lo verdaderamente humano y como males que no se integran a la cultura. Sin embargo, como maestro al fin, y hombre fundador, no sólo critica el mal, sino además y sobre todo proclama el bien y lo cultiva para que prevalezca. El sabe que"… odian los hombres y ven como a enemigo al que con su virtud le echa involuntariamente en rostro que carecen de ella… Y es necesario e incuestinable para Martí actuar con respeto y humanidad para no herir sensibilidades. Cuando se le ofende al hombre su decoro y dignidad que es al mismo tiempo befar su integridad humana, más que cultivar en él el bien, lo bello, lo verdadero; valores permanentes en la humanidad del hombre, se mata su naturaleza humana y las "semillas dormidas" que siempre esperan terreno propicio para germinar. Se trata entonces -según el espíritu y el mensaje que anima la axiología martiana- de obrar con humanidad para que crezca y se imponga sobre la maldad, el egoísmo y todo lo que de animalidad-concebida por Martí como no permanente, sino transitorio – pueda anidarse en el hombre. Esta concepción axiológica está enraizada en el hombre y en la confianza de la "grandeza de sus entrañas, pero ello evoluciona, como parte esencial del todo, en correspodencia con la evolución de la totalidad de su pensamiento. Si ciertamente son los valores el núcleo central que lo anima durante toda su vida, en la etapa de madurez teórica e ideológica, aparecen nuevas mediaciones y matices que la hacen más concreta. Es fácil encontrar en Martí, en cualquiera de sus etapas evolutivas de desarrollo, la búsqueda de la ley del progreso del hombre, sobre la base de las fuerzas que lleva en sí y que sólo precisa revelarlas y cultivarlas. En esta concepción, la impronta del naturalismo romántico está presente con sus especificades, incluyendo su concepción unitaria del ser y los valores del hombre; sin embargo, el hombre para el Maestro, es lógica y providencia de la humanidad, es decir, es sujeto. Con esto establece a límites, que rebasan los marcos de las influencias y transita y accede nuevos niveles de la realidad, o sea, al naturalismo – sin desecharlo- se impone el papel de la subjetividad, de la actividad humana, en fin, de la axiología de la acción.

Por otra parte, junto a la radicalización de su pensamiento político – si bien el núcelo central de su axiología, permanece – los valores y las valoraciones adquieren más concreción en cuanto al alcance y proyecciones sociales se refiere. Así, en Patria 8 de diciembre de l894, refiriendo al pintor cubano Juaquin Tejada después de señalar la dicha de ser de nuestra patria; señala: "el mundo es patético, y el artista mejor no es quien lo cuelga y racama, de modo que solo se le vea el raso y el oro, y pinta amable el pecado oneroso, y mueve a fe inmoral en el lujo y la desdicha, sino quien usa el don de componer, con la palabra, o los colores de modo que se vea la pena del mundo, y quede el hombre movido a su remedio. Mientras halla un antro, no hay derecho al sol".

Estas ideas recuerdan su critica al "realismo" positivista en el arte, de su etapa de México o del Liceo de Guanabacoa, pero ahora con mayor alcance social, lo cual se pone de manifiesto en la propia valoración que hace del artista cubano. "Amese -escribe Martí- puesto que ama al hombre,al artista nuevo de Cuba, al que padece de la pena humana, y no tiene pinceles para los vanos y culpables de la tierra, sino para los adoloridos y creadores".

Hay un reclamo de amor hacia el pintor cubano por Martí, no sólo porque ama al hombre y padece de la pena humana- que para algunos pudiera parecer abstracto – sino porque no tiene pinceles para los vanos y culpables de la tierra, sino para los adoloridos y creadores.

Continúa Martí buscando la ley del progreso humano y sus valores pero apareceen nuevas vías de acceso de penetración en la esencia del problema. Hay una toma de partido por un sector de hombre que considera sujeto verdadero de realización humana: los adoloridos y creadores, los desdichados y los mansos, en fin, los humildes, las grandes masas del pueblo, y con ellas echa suerte.

Ya no se trata como en Luz -lo que no resta valor al Maestro de todas las ciencias-, preparar la juventud de la clase de los hacendados para ganar la libertad", pues la guerra del 68 ha transformado el estado de cosas y engendrado nuevos sujetos. El problema es otro y Martí tiene conciencia de ello. El pueblo, las grandes masas han devenido sujeto portadores del ideal emancipador y a dicho sujeto se dirige el discurso del Maestro.

Su labor conciliadora de fuerza, en pos de la unidad en torno al Partido Revolucionario Cubano, y su República proyectada "con todos y para el bien de todos", encarna el ideal de las grandes masas. Su proclama: "Somos los pinos nuevos", expresa ese nuevo concepto del sujeto de la revolución.

Esta concepción, resultado de un proceso histórico, con todas sus mediaciones, determinantes y condicionamientos, influye en la orientación y alcance social de la axiología martiana. Es un elemento esencial, sobre el cual se funda la inserción de los valores en la cultura, entendida ésta como producción social y medida del desarrollo. Esto naturalmente encuentra expresión real en la concepción de la revolución y absoluta confianza en sus portadores". "La revolución en Cuba- escribe Martí- no es una tiranía; es el alma de la Isla. No es una conpiración: es el consentmiento táctico y unánime de lo más viril y puro del país: el actual movimiento revolucionario no tiene su fuego en el trato secreto con éste o aquel núcleo de revolucionarios conocidos, sino en la confianza que ha logrado inspirar a la gran masa, a la masa de rifle y corazón, en la espera sorda y crecimiento de lo bueno y bravo de Cuba… En el ánimo de la Isla se ha trabajado, no en el compromiso de esta o aquella cabeza conocida… El espíritu del país es nuestro cómplice…

La concepción martiana de la revolución y su proyección programática emana de un nuevo ideal de racionalidad que deviene autoconciencia cultural de nuevos sujetos. Por eso más que un acontecimiento polítido puro, es una empresa cultural, donde lo político, lo ético y lo estético se interpenetran e implican recíprocamente.

Al mismo tiempo, su axiología se inserta a una concepción cultural concreta. Fija una obra humana en tiempo y espacio y afincada en un proyecto emancipador de naturaleza nueva y legítmos propósitos: "(…)crear un pueblo nuevo, sobre la ruina moral de la colonia, con las virtudes desenvueltas en el esfuerzo continuo por echarla abajo"

Pero no se queda aquí, fija posiciones y emite juicios valorativos, que dan cuenta de un sesgo diferenciador y específico. "Los cobardes -escribe Martí- temen hacer justicias y a decir la verdad de los pobres. De las entrañas, conmovidos aún de tanta grandeza ha de brotar, para esperanza de Cuba, la verdad de los pobres.! Tu pueblo, Oh patria, no necesita más que amor!- y la guerra, lo que tu pueblo le ha dado."

"La verdad de los pobres, para esperanza de Cuba", deviene en Martí contenido práctico y sentido de su proyecto político- cultural de inagotable valor heurístico. No se trata de una frase más. Expresa un concepto, que asume un sujeto y lo define como fuerza propulsora de creación y revolución, de cuyo desenvolvimiento y despliegue depende el destino de Cuba. Esta idea no es sólo una expresión política, encierra un contenido cultural de largo alcance y hondura teórica. Por eso abre nuevos cauces de realización al ideal preludiado, y nuevas mediaciones a su pensamiento axiológico. Un pensamiento que arrancando de la naturaleza social del hombre, y la cultura, funda su ideal de racionalidad humana. Y esta idea referente a la esencia social de la cultura y del hombre, más que premisa es núcleo interpretativo para comprender en su justa razón el discurso de Martí y su tematización esencial en la axiología. El Martí axiólogo por antonomasia no surge por generación espontánea. Su discurso que integra en unidad inseperable misión y oficio, asume como problema central la ley del progreso humano, la ascensión del hombre, su trascendencia y encuentra en los valores vías de acceso y cauces culturales de revelación y cultivos humanos.

Tanto su oficio como artista, creador, Maestro; como su misión encarnados en un ideal de redención humana, determinan en gran medida el fundamento axiológico de su pensamiento.

A Martí – y su obra lo atestigua- ningún valor humano le resultó extraño. En su axiología, están presentes valores de carácter científicos, filosóficos jurídicos, políticos, económicos, religiosos, lógicos éticos, estético, etc. así como su permanente propósito de darle vigencia social y trascendencia.

Es indudable que estamos en presencia de un humanismo auténtico, que parte de las raíces -la revelación del ser de nuestra América- y da cuenta de ellas con ímpetu ecuménico. De un humanismo fundador trascendente, cuya racionalidad humana -sin perder de vista las múltiples aristas de la espiritualidad del hombre -encuentra en los valores y la cultura sus cauces supremos de realización, en términos de una axiología de la acción, cimentada en una ética concreta del devenir humano.

En los momentos actuales, cuando el escepticismo histórico cunde y pulula en la arena internacional, cuando no faltan los intentos de negar la historia, los valores, la cultura, la tradición, la memoria histórica, la razón, los proyectos de emancipación social y el progreso, la racionalidad se impone como necesidad de preservar no sólo la identidad nacional, sino también la identidad humana. En tales condiciones, el programa pedagógico martiano y el ideal de reacionalidad que le es consustancial, adquieren más que nunca contemporaneidad y vigencia social.

Su pensamiento – una eterna poesía de amor, de lucha, de dación humana y consagración social- continuará alumbrando el camino del hombre. Su desbordante espiritualidad seguirá siendo fuente nutrícia de aprehensiones y sueños, "!Con luz de estrellas!"

Martí, Periodista

Un periodismo de excelsa cualidad americana profesó José Martí. La mayor parte de su obra la consagró al periodismo de nuestra América. Su grandeza artístico-literaria, ética y sobre todo humana la puso en función de un periodismo que conjuga en indisoluble unidad misión y oficio. Su genialidad política encauza un periodismo de raíz americana y espíritu ecuménico. Su discurso, de matriz pedagógica y permeado de cauces culturales devino paradigma comunicador de conocimientos, valores humanos y praxis desmistificadora.

Con un discurso que ve con las palabras y habla con los colores y un estilo ameno, sencillo, pero revelador de esencia, Martí enriqueció el periodismo americano. Hizo del oficio no sólo un medio de vida, sino una misión de humana voluntad en pos del mejoramiento humano.- Como concibió al hombre de nuestra América como posibilidad latente de excelencia y creación hizo del periodismo un instrumento de revelación humana y preservación identitaria de nuestros pueblos.

Consciente de los desafíos de nuestra modernidad americana dirige su acción comunicativa a enriquecer la espiritualidad de nuestros hombres y pueblos naturales. En su intelección, un hombre, rico espiritualmente está en condiciones de vencer todas las dificultades que le depare la vida. Hacer del hombre americano sujeto de su obra y de su destino; un hombre sensible, culto, virtuoso y digno fue el objeto esencial del periodismo martiano. Por eso su periodismo hizo política, arte, literatura, ética, pedagogía, en fin, cultura del ser, cultura de humanidad.

El oficio periodístico fue consustancial a la vida y obra de José Martí. " A nadie debe extrañar esta preferencia por un medio de expresión tenido un poco a menos siempre. ¿Acaso la poesía americana primera no fue" crónica rimada", no estuvo ligada al hecho histórico y fue de su mano?.- interroga Fina García Marruz- ¿Qué fuera las Crónicas de Indias, de que fue Martí un lector tan gustoso? Lo que le atrae del periodismo es que lo ve como un medio más adecuado que ningún otro para reflejar la vida, la palpitación de lo diario, las fuerzas que convergen en el presente y de él porten, el escenario del verdadero drama y la verdadera novela, el taller verdadero o lo que llamaría la "nueva épica"

El periodismo en Martí aporta vías de acceso a su misión. Es una mediación central para la concreción de su voluntad de servicio y su eterna disposición de dación humana, solidaridad y amor. " En sus cartas a periódicos y revistas -escribe Ramón Becali- están la deflagración del revolucionario impoluto, el hilo feruláceo de todo su ser, el verdadero fíat de su pluma, todo su amor.

El periodismo es para Martí tribuna, confesionario y trinchera de ideas. En sus cuartillas flamea su sed de avizorar, su don de veedor imponderable. Y es en la corresponsalía donde produce lo más extenso y múltiple en que la variabilidad, lo ameno y trascendental se cambian para ofrecernos detalles y retratos de todo y de todos".

Hay en Martí, como hombre fundador, un ímpetu comunicador por excelencia que encuentra determinaciones concretas a través del propio devenir de su vida. En la adolescencia, junto a su maestro Rafael María de Mendive, inicia sus primeros pasos en el periodismo. En el periódico La Patria libre" (l869) publica su poema dramático "Abdala" que simbólicamente representaba la lucha emancipatoria iniciada, el amor por la patria y la seguridad del triunfo. En España, deportado político, con apenas 17 años, publica El Presidio Político en Cuba (1871) ya aquí, muestra dotes excepcionales como escritor. Con gran maestría sabe reseñar e ilustrar las experiencias de la cárcel española en Cuba. Publica además otros artículos con el objetivo de sensibilizar al pueblo español con la realidad cubana y los propósitos independentistas de la nación cubana. En polémica directa manifiesta sentido de identidad y compromiso social. "Patria- escribe Martí- es algo más que opresión, algo más que pedazos de terreno sin libertad y sin vida, algo más que derecho de posesión a la fuerza. Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas"

En España se gradúa en Filosofía y Derecho, pero el alma periodística sigue haciendo camino al andar (…) México (1875) será su escuela formadora por antonomasia.

El 8 de febrero de 1875 llega a Veracruz y se reúne con su familia. El 7 de marzo del propio año empieza a trabajar en la Revista Universal, publicando sus boletines con el pseudónimo de Orestes. En esta primera etapa de su vida en México la amistad con Manuel Mercado fue determinante.

Los dos años que Martí permaneció en México fueron decisivos en la formación de su pensamiento y como escritor y periodista. México constituyó una fuente inagotable de experiencias y una prueba de fuego para el joven intelectual revolucionario. Aquí encontró un ambiente político y literario adecuado. Se vincula a la joven intelectualidad rectorada por Justo Sierra y participa de la vida política y cultural como un mexicano más.

La Revista Universal le aporta las condiciones necesarias para desarrollar su oficio periodístico. Redacta editoriales, notas editoriales y cuanta actividad le fuera encomendada. Penetra la técnica de imprenta con osadía y éxito. "Colabora en las tareas de detalle en la confección del periódico; lleva noticias de última hora para que las páginas queden completas y equilibradas; cuando es preciso, escribe un editorial, o una reseña de teatro, o un juicio crítico; todo lo hace con seguridad y rapidez asombrosa y su producción se destaca por su calidad excelente. Por este motivo, la revista lo designa como redactor fijo y le confía una de sus secciones más importantes: los Boletines, en los que se recoge y comenta la actualidad política, literaria y social de México".

México consolida su pensamiento político cultural y su sentido de identidad respecto a lo que posteriormente llamará Nuestra América y los artículos publicados dan cuenta de ello. Sin caer en la mediocridad nacionalista o regionalista, su periodismo exalta la necesidad de rescatar, formar y desarrollar la obra propia, autóctona, natural de nuestros pueblos de América. Revelar esta obra es revelarse a sí mismo como pueblo que se resiste a seguir siendo sombra y eco de culturas exógenas. Sencillamente, "(…) la vida americana (…) brota (…) Las manos que han surgido de una tierra virgen, no han debido ser hechas para aplaudir las postrimerías de una tierra cansada y moribunda"

Martí, junto a los mexicanos comunica y proclama la necesidad de que nuestros pueblos sean sujetos de su obra, pues "un pueblo – escribe Martí- no es una masa de criaturas miserables y regidos: no tiene derecho de ser respetado hasta que no tenga la conciencia de ser regente (…)".

De modo enérgico y con fuerza persuasiva y racional defiende al indio y al hombre humilde, trabajador, en general.

Su crítica humanista exige tolerancia, respeto al otro, dignidad y fidelidad a los principios. En la polémica, en la crítica, en la censura debe vencer la fuerza de la razón y los argumentos, expresados con mesura y cortesía. "(…) La urbanidad en la forma no excluye la vehemencia en las convicciones (…) Las causas no necesitan solamente razón; necesitan razón y cortesía, derecho y mesura (…). La prensa debe ser el examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan espacio a la libre emisión de las ideas. Nunca se acepta lo que viene en forma de imposición injuriosa; se acepta lo que viene en forma de razonado consejo".

Su cosmovisión humanista abre camino al oficio periodístico. Tratar la realidad, eventos y acontecimientos con ojos humanos que buscan humanidad devino vocación del método martiano. La crítica como ejercicio humano del criterio la desarrolla en su amado México. Su linaje humano impregna al oficio ansias de altura en pos de la verdad, el bien y la belleza. Por eso, para Martí, "la crítica es siempre difícil y sólo una vez noble: cuando señala defectos pequeños de un carácter que vale más que sus defectos; cuando, en vez de limitarse a débiles exigencias de gramática, censura las ideas esenciales con alteza de miras, e imparcialidad y serenidad de juicio".

Múltiples aportaciones al periodismo militante realiza Martí en su etapa mexicana: abordar la realidad con alteza de miras; objetividad en el análisis de los hechos; necesidad de partir del hombre en su creciente humanidad; la crítica como medio de perfeccionamiento humano; sentido de identidad latinoamericana en pos de una cultura del ser, y en fin, el periodismo como instrumento de educación humana y ascensión ética.

En México se inicia su periodismo profesional con audacia y creación y sólo se interrumpe cuando ve desaparecer el proyecto liberal de Lerdo de Tejada con el ascenso de Porfirio Díaz. !Con cuánta nostalgia escribe el periodista cubano que ya se siente mexicano, al ver derramarse la sangre entre los propios mexicanos! "¿Quién desangra a este pueblo todo vida? -Pregunta Martí -. ¿Quién pervierte a esos hombres todo amor? (…) Una revolución es necesaria todavía: la que no haga Presidente a su caudillo!"

Ante la crítica de la prensa aliada a Porfirio Díaz, que descalifica sus criterios por ser extranjeros, Martí justifica la "intromisión", defendiendo la libertad de pensamiento y su amor a México y a América. Sencillamente, !Humanidad, más que política! !Indignación, más que miseria! Esta es mi fuerza: aquella es mi amor! (…) La conciencia es la ciudadanía del universo" .

Las experiencias de México encuentran continuación en Guatemala. El problema de la identidad de nuestra América ocupará un lugar central, en sus reflexiones.

En Cuba, en su breve estancia, participa de la vida cultural del país y en la lucha contra el colonialismo español. En sus polémicas filosófico-literarios, defienda la humanidad del hombre y su espiritualidad como prerrequisito de la imaginación y la creación humanas.

En Venezuela (febrero de l881 al 28 de julio) continúa el bregar martiano de la revelación de nuestra América. Completa su visión crítica del ser de nuestros pueblos y de las potencialidades creadoras del hombre latinoamericano. Sus dotes literarias y como escritor se profundizan. Introduce el modernismo en las letras, con un discurso y un estilo original, pletórico de calor, color y ritmo que impregnan al periodismo alto numen comunicador. La presentación de la Revista Venezolana y el Ismaelillo dan cuenta de un nuevo espíritu en las letras hispanas. "Nace- refiere Martí- a la Revista Venezolana- del afecto vehemente que a su autor inspira el pueblo en que lo crea; va encaminado a levantar su forma, publicar su hermosura, y promover su beneficio. No hace profesión de fe, sino de amor. No se anuncia tampoco bulliciosamente. Hacer, es la mejor manera de decir"

Un periodismo de alto calibre profesa Martí. Un periodismo que exige ir a las raíces de los problemas sin perder los detalles. En Venezuela quiere culminar el trabajo iniciado en México. Por eso, la Revista Venezolana "no será, pues tribuna egoísta (…) sino casa modesta, donde todo sereno pensamiento, y pensador hidalgo, tendrán casa" .

Pero otra vez le espera el peregrinaje. El presidente Guzmán Blanco no admite que el periodista enseñe verdades a la juventud y ame con fuerza la independencia y la redención humana.

En los E. Unidos (1880-1895) el genio periodístico de Martí alcanza su madurez. Trabaja como crítico de arte en la revista The Hour. A través de esta conoce a Charles Dana, director de The Sun, periódico de gran circulación donde Martí colabora también.

La sustancialidad de su discurso, la voluntad de estilo y la fuerza conceptual e imaginativa que lo embarga hacen del periodismo martiano un gran vehículo de comunicación americano. Varios periódicos de América Latina solicitan su colaboración. La Opinión Nacional de Caracas, La Nación de Buenos Aires y otros publican las bellas crónicas de Martí. La América de Nueva York, El Economista americano son portadores de artículos de Martí, sobre variados temas políticos, sociales y culturales. Pero la Revista La Edad de Oro, escrita íntegramente por Martí para los niños pone de manifiesto el talento del Maestro en el periodismo infantil. Esta revista, todo un poema pedagógico para la formación humana del niño de nuestra América, escrita con frescura y amor inigualables, sintetiza el oficio y la misión de un hombre que hizo culto a la bondad, a la belleza y a la verdad.

Para dar concreción a sus altos ideales crea el Partido Revolucionario Cubano y a "Patria", como órgano periodístico en función de la divulgación y la explicación de las razones de la guerra necesaria, con todos y para el bien de todos, por la república nueva.

El antimperialismo, el antirracismo, el latinoamericanismo y su visión ecuménica, consustanciales a su cosmovisión humanista cualifican con alto vuelo el periodismo martiano. Obras de la dimensión de "Nuestra América", "Un drama terrible", "Conferencia Internacional Americana", "La Edad de Oro", los temas de las "Escenas Norteamericanas" y los artículos de "Patria", por sólo mencionar algunos, dan cuenta del profundo pensamiento martiano y la profesionalidad con que ejerce el periodismo.

En los últimos meses de su vida, ya en el campo de batalla, luchando por la independencia de su patria, no cesa el periodismo martiano. En su último diario, "De Cabo Haitiano a Dos Ríos", Martí como corresponsal de guerra, aportó páginas bellas al periodismo de campaña. Con un estilo sencillo y subjetivo exalta la naturaleza cubana, el comportamiento de los hombres, reseña breves anécdotas y narra pequeñas escenas del devenir humano en tiempo de guerra. El gran comunicador dice mucho con pocas palabras, informa con brevedad y suscita con intensidad.

Es indudable que estamos en presencia de un gran periodista que hizo del oficio una magnánima obra de redención humana. La obra periodística de José Martí, fundada en una rica cosmovisión humanista, no sólo informó sino además formó. Su discurso, conjugando ciencia y conciencia, sentimiento y razón y misión y oficio, devino programa pedagógico de acción comunicativa. Un oficio proyectado en términos de programa pedagógico de formación humana y avalado por un sistema de valores que prioriza por sobre todas las cosas la educación del hombre natural de Nuestra América.

LA RELACIÓN ÉTICA – POLÍTICA EN EL PENSAMIENTO DE JOSÉ MARTÍ

En la obra martiana la relación ética-política deviene momento central de su concepción del mundo y del cosmos humano. Se inserta a su cosmovisión del ser unitario y a la totalidad cultural con que piensa y recrea la realidad.

No es posible revelar la esencia de la relación ética-política en el pensamiento de Martí, al margen de una real comprensión del elan cultural que penetra todo su pensamiento. Es un discurso pleno de humanidad que parte del hombre, la actividad humana y su determinación en la cultura.

En Martí, la política es una zona de la cultura y la cultura misma es consumada expresión humana al servicio del hombre. Al mismo tiempo el connotado sentido cultural del discurso del Maestro y su enfoque sociocultural antropológico en la asunción de la realidad, dimanan de su vocación ética de servicio. Esto significa entonces que la ética en Martí, es mediación central y núcleo fundante de su pensamiento y acción. Y su concepción de la política, como todo quehacer del hombre discurre por cauces ético-morales.

La concepción ética martiana, incluyendo la política es acreedora de una rica tradición cubana que recoge lo mas valioso del pensamiento filosófico, pedagógico y cristiano, en un proceso de creación, continuidad y ruptura, en correspondencia con su evolución ideológica.

Desde sus primeros trabajos la ética y la política convergen en Martí, para concretar una vocación patriótica, en términos de agonía y deber. Una voluntad de redención y ascensión humanas, capaz de lograr hombres con ciencia y con conciencia para el bien de la patria.

En el discurso de Martí se hace viva presencia la voz del fundador y del guía espiritual que hace de la política y la ética una unidad indisoluble. Esta convencido que "todo va acrisolándose por el ejercicio del bien, y convirtiéndose en esencia espiritual, presente aunque invisible. Todo es orden en las almas ya libres , cuya acción superior, e influjo directo, sienten confusamente en esta vida las almas irredentas. Edúquese lo superior del hombre para que pueda, con ojos de más luz, entrar en el consuelo, adelantar en el misterio, explorar en la excelsitud del orbe espiritual

Para un hombre de su estirpe, con un pensamiento alumbrado por una rica espiritualidad que ha hecho de la dación desinteresada una perenne misión, lo ético y lo político fluyen en unidad hasta consagrar un oficio de voluntad de servicio. Sencillamente para el Maestro "pensar es servir," y la "vida (…) misterio sereno de justicia" , es decir, amor, solidaridad, virtud y deber.

Hay en la obra de Martí un rico ideario ético-político, consustancial a un humanismo pedagógico que da primacía a los valores. No es posible olvidar que estamos en presencia de un hombre fundador, cuyo pensamiento y praxis los puso en función de la formación humana del hombre de nuestra América. Toda su obra es formativa, en esencia; siempre lleva un mensaje de perfección humana, para la ascensión del hombre. Como cree en el hombre y concibe lo malo en la naturaleza humana solo como accidente, echó pie a la obra para lograr que se desarrolle y prevalezca todo lo bueno, bello y verdadero que lleva dentro su creciente humanidad.

Martí es un hombre de alma política, pero de la política que funda y despliega humanidad, decoro y dignidad al pueblo. En su concepción, la política verdaderamente humana "requiere del arte, la mesura, el estudio y el buen gusto como ella " . Considera que "el gobierno es un encargo popular: dalo el pueblo; a su satisfacción debe ejercerse; debe consultarse su voluntad, según sus aspiraciones, oír su voz necesitada, no volver nunca el poder recibido contra las confiadas manos que nos lo dieron, y que son únicas dueñas suyas." La creación humana debe presidir a la política, como arte previsor, capaz "(…) de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue (…)"

La visión política martiana, guiada por la eticidad concreta que la ilumina, desde Abdala, El Presidio Político en Cuba, La República Española ante la Revolución Cubana, los trabajos de la etapa de México, Guatemala, Cuba, Venezuela y los Estados Unidos, siempre con vocación patriota e identitaria, ha hecho comino al andar; sin embargo a partir del segundo lustro de la década del 80, con énfasis especial en la década del 90, imbuida en la preparación de la guerra necesaria del decoro y las ideas, se hace mas profunda y trascendente. El ensayo Nuestra América es un manifiesto identitario que resume en unidad los idearios ético-políticos. El antimperialismo, que completa con creces su revelación americana, su latinoamericanismo, no hace mas que concretar sus concepciones políticas en los marcos de un programa cultural desalienador, que inserta a Cuba en la modernidad como nación libre e independiente. Un programa cultural permeado de razón utópica realista, que avala y traduce una politica sustanciada en fundamentos ético- morales.

La república soñada "con todos y el bien de todos", prefigura la utopía martiana, en términos ético-políticos, como forma de organización social capaz de realizar el ser cubano en todas sus mediaciones.

La guerra misma, en la concepción martiana no es en sí misma, un fin; sino un medio, para realizar un proceso humano de emancipación. No es una guerra de venganza y odio desinteresado, contra el español, sino contra un sistema colonial que asfixia a su pueblo e impide el progreso de la nación, pues como bien afirma Martí" (…) los españoles buenos, los españoles trabajadores, los españoles rebeldes, esos no tendrán nada que temer de sus hijos, no tendrán nada que temer de un pueblo que no se lanza a la guerra para la satisfacción de un odio que no siente, sino para el desestanco de su persona y para la conquista de la justicia"

El propio concepto de justicia, como sol del mundo moral, en la determinación lucista, en Martí, integra en síntesis las aristas ética y política.

La guerra de Martí, como acertadamente la define Máximo Gómez, es una revolución de ideas, que continúa la Gesta gloriosa del 68, en sus propósitos esenciales, y al mismo tiempo la supera en alcance y proyección social, en correspondencia con nuevas realidades y contextos.

Es una revolución, cuya alma organizativa, el Partido Revolucionario Cubano, según Martí "(…) es el ímpetu tierno, de heroico amor, por donde los corazones abrazados, bajo la guía de la mente fuerte y justa, vuelven, con la lección sabida, a los días de aurora de nuestra redención. Se trata de un partido para la guerra y el bien de la república, que antes de esta, proclama su "redención de los vicios que afean al nacer la vida republicana" . Un partido, que resumiendo críticamente las experiencias de la guerra grande, en sus éxitos y fracasos; las realidades y vicios de las repúblicas de Nuestra América y las acechanzas de los Estados Unidos, devienen autoconciencia crítica de una nación en revolución, que se resiste a ser y a no reproducir el espíritu de las repúblicas hermanas del continente. Una organización político-cultural que sintetiza una conciencia histórica en pos de la unidad, el equilibrio de fuerzas y factores, la libertad y la independencia total, por una república, donde impere " (…) el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre "

El Partido Revolucionario Cubano encarna el espíritu de la revolución de Martí y discurre como obra ético-moral para realizar la independencia de la patria. Es una empresa que si bien proclama la guerra inevitable, esta mediada por objetivos socioculturales en función del hombre. Persigue ante todo, " ordenar la revolución del decoro, el sacrificio y la cultura- enfatiza el manifiesto de Montecristi -de modo que no quede el decoro de un solo hombre lastimado, ni el sacrificio parezca inútil a un solo cubano, ni la revolución inferior a la cultura del país, no a la extranjeriza y desautorizada cultura que se enajena el respeto de los hombres viriles por la ineficacia de sus resultados y el contraste lastimoso entre la poquedad real y la arrogancia de sus estériles poseedores, sino el profundo conocimiento de la labor del hombre en el rescate y sostén de su dignidad:- esos son los deberes, y los intentos, de la revolución. Ella se regirá de modo que la guerra pujante y capaz dé pronto casa firme a la nueva república."

La revolución de Martí no solo sintetiza las experiencias revolucionarias de Cuba y América. Esta avalada por una concreta eticidad que media su concepción del hombre y su espiritualidad, encarnada en valores para la nueva sociedad que intenta fundar.

Los valores son inmanentes a toda la obra de José Martí, sin excluir la relación ético-política de su pensamiento. Es que el Maestro de América en perenne búsqueda de la ascensión del hombre, encuentra en ellos los medios necesarios por antonomasia. El discurso martiano- particularmente el ético-político- está permeado da un excelso numen formativo, que lo convierte en programa pedagógico de acción comunicativa. Un programa que más que decir -y dice mucho-, suscita y convoca, a través de un conjunto de valores que operan como axiología de la acción.

EL SENTIDO DE IDENTIDAD EN LA OBRA DE A. CARPENTIER.

Hay en Carpentier (1904 -l980), una concepción unitaria del ser en eterno cambio y transformación, sustanciada por una visión profunda del hombre, la historia y la cultura como proceso. Esto avala su método estructurador de esencia que sin soslayar lo determinante no pierde de vista lo fenoménico que matiza el todo como sistema.

Al mismo tiempo, su genialidad literaria, con dotes excepcionales como escritor y comprometido con su tiempo histórico, lo abren nuevas vías de acceso a la realidad y nuevos fundamentos interpretativos del devenir histórico-social que encuentran concreción en su profusa producción novelística y su en restante obra literaria, como crítico, cronista y periodista.

Es sorprendente en el escritor cubano el empleo y uso del lenguaje. Su rica cultura, unido al estilo barroco expresivo y al americanismo, si ciertamente hace difícil la comprensión a veces por el lector común, sin dominio del oficio, esto no contradice la maestría del autor. Su prosa con gran apego al barroquismo, no dibuja los escenarios, los cuadros, con fines simplemente decorativos, ni en función de alarde de erudición. Es el ejercicio del narrador acucioso que exige seguir la lógica y el sentir mismo del objeto que narra y describe. Por eso cada relato, inmerso en tiempo, espacio, circunstancia y en función del tema central, y los accidentes secundarios, no soslaya el entorno con su grama de señales naturales y de claves y signos engendrados por el hombre. Todo sobre una base creadora, subjetiva, -no subjetivista- pletórica de imaginación. Esto por supuesto, presupone que cada obra del escritor sea resultado de una profunda investigación, que incluye la penetración y el dominio del contexto y la aprehensión del lenguaje que lo expresa. Esto se pone de manifiesto en el modo en que describe la arquitectura, la música y los diversos temas de la realidad americana y universal.

En este mismo sentido, resalta por su riqueza expresiva y aprehensiva el modo con que capta la psicología de los personajes, su trama existencial ante las posibles alternativas que le deparan las circunstancias, incluyendo los cauces de realización o no. Con ello, sus narraciones constituyen verdaderas fotografías creadoras, o más exactamente radiografías psicológicas. Lo que no implica en modo alguno el uso absoluto de procedimientos introspectivos de corte fenomenológico, pues Carpentier no se contenta con las esencias puras ni pone el mundo entre paréntesis Su discurso si bien está perneado por la subjetividad humana como creador fundante, es revelador de lo real maravilloso en nuestra América. Descubrimiento pleno de imaginación y creación que, afincado en la realidad, abre nuevas perspectivas humanas de realización en la revelación de nuestra identidad. Un nuevo modo de "…. situarse ante las cosas propias, con ojos nuevos y espíritu virgen de prejuicio" para así (…) hallar la más sencilla verdad de lo universal, lo propio, lo mío y lo de todos -entendiéndome a mí mismo- al pie de una ceiba solitaria que antes de mi nacimiento estaba y está siempre, en un lugar más bien árido y despoblado, entre los Cuatro Caminos…" La oposición América-Europa, es recurrente en la narrativa carpenteriana. La búsqueda del ser propio latinoamericano y su inserción en la universalidad, en tanto tal, es una profesión de identidad humana en el intelectual cubano. Exige el reconocimiento universal de nuestros pueblos, avalado en su concepción de la historia y la cultura como ser esencial humano y medida de su desarrollo. Por tanto, no es posible negar la universalidad a una región con cultura autóctona, plena de imaginación donde lo insólito es cotidiano. Una región, llena de augurio y presagio, cuya identidad se ha plasmado como resultado de un profundo proceso de transculturación. De ahí que se pronuncie "contra lo exótico". Al incorporarse el contexto del mundo americano al contexto de la novela universal -escribe Carpentier- se le quita el exotismo a la novela americana. Precisamente estoy en contra del tipo de novela que empieza en el primer capítulo con una fiesta del pueblo, en el segundo un amorío típico a caballo, en el tercero un balazo. Lo que quiere es que los elementos latinoamericanos se integren a la cultura universal".

En su obra el americanismo no es una consigna, sino una concepción sociocultural muy profunda que continúa una tradición que defiende la autenticidad del ser de nuestra América y se opone a continuar siendo sombra y eco de culturas exógenas.

En esta dirección, en la obra carpenteriana, expresada en disímiles manifestaciones, la interacción de lo universal y lo particular propio, en la cultura, ha constituido un tema central, cuyo discernimiento deviene eficaz contribución en el rescate, reafirmación y desarrollo de la identidad de nuestra América.

Es una obra que con visión universal, arranca de las raíces para legitimar lo específico e insertarlo al todo con estatus de universalidad. Es una perenne búsqueda -un motivo humanista sociocultural- del ser en su devenir y ascensión para reafirmar la identidad humana y social en primera instancia, así como dar cuenta de su proyección cultural en el tiempo.

En Carpentier la búsqueda identitaria la anima una eterna vocación humana de reconocimiento de la humanidad del hombre y su creación cultural. Pro eso se apoya en valores y comportamientos humanos inmanentes a todo hombre, independientemente de épocas y tiempos históricos.

Hay en su obra un sentido de identidad como hilo conductor, que o partir de múltiples mediaciones se dirige siempre a captar la naturaleza del ser humano en general -identidad humana- o el ser existencial de nuestra región -identidad latinoamericana-, en particular, para tematizarse en concretos resultados que parten de las raíces con espíritu ecuménico, hasta totalizarse en producto que dan cuenta de la cultura como síntesis de lo particular y lo universal.

Esta concepción sirve de premisa a la búsqueda identitaria carpenteriana. La teoría de los contextos da los instrumentos metodológicos que el intelectual necesita para asumir y captar lo específico nuestro. "Vayamos ahora a la importante cuestión de los conceptos cabalmente latinoamericanos- señala Carpentier – que puede contribuir a una definición de los hombres latinoamericanos, en espera de una síntesis- aún distante, situada más allá del término de las vidas de quienes ahora escriben- del hombre americano"

Desde el punto de vista teórico no se trata de un nuevo descubrimiento, pues ya en su obra Carpentier lo ha aplicado, pero en este momento aparece en coherente exposición y ya integrados a la teoría y el método del autor, para "(…) entender el comportamiento del hombre americano ante ciertos hechos" No es posibles aprehender el ser de nuestra América y el comportamiento de sus hombres, incluyendo sus expresiones psicológicas, ideológicas y en general culturales, al margen de los contextos propuestos por el mayor novelista cubano:

  • Contextos raciales:"Convivencia de hombres de una misma nacionalidad pertenecientes a distintas razas. Indios, negros y blancos, de distinto nivel cultural que, a menudo viven contemporáneamente en épocas distintas, si se considera su grado de desarrollo cultural"
  • Contextos económicos:"Inestabilidad de una economía rígida por intereses foráneos"
  • Contextos políticos.- "El contexto político-militar latinoamericano es de implicaciones inagotables"…
  • Contextos ctónicos.- "Supervivencia del animismo, creencias, prácticas, muy antiguas, a veces de un origen cultural sumamente respetable, que nos ayuda a enlazar ciertas realidades presentes con esencias culturales remotas, cuya existencia nos vincula con lo universal- sin- tiempo (…) En la portada de una iglesia de Misiones aparece, dentro de un concierto celestial, un ángel tocando las maracas"
  • Contextos burgueses.-Inestabilidad clasista de la burguesía, posibilidad de ascender con rapidez y caer con facilidad, en función de interés exterior.
  • Contextos de distancias y proporción.- "La distancia es otro contexto importantes como La escala de proporciones. Las dimensiones de lo que circunda al hombre americano. Esas montañas, esos volcanes que aplastarían, si allá se trasladaran por operación de magia, los panoramas montañosos de Suiza o de los Pirineos… Pero la distancia y la desproporción no son elementos pintoresco. Pintoresco es lo que por definición, puede caber en una pintura, en un cuadro"
  • Contexto de desajuste cronológico.- se asumen corrientes y realidades, cuando estas "ya rebasaron sus metas iniciales"
  • Contextos Culturales." Somos un producto de varias culturas, dominamos varias lenguas y respondemos a distintos procesos, legítimos, de transculturación .
  • Contextos culinarios. Tienen su importancias en cuanto a sus particulares contextos histórico. El ajiaco cubano, por ejemplo, plato nacional de la cocina criolla, reúne, en una misma cazuela, la cocina de los españoles, con productos de la primera tierra avistada por los descubridores"
  • Contextos de iluminación.- Toda novelista latinoamericana debería estudiar cuidadosamente la iluminación de sus ciudades. Es un elemento de identificación y de definición"
  • Contextos ideológicos.- No se trata de demostrar sino de mostrar para cumplir la misión ideológica. A partir del momento en que hay " un contexto -épico verdadero (…) un contenido social, épico-social (..) puede eximirse de toda prédica personal por la veracidad y elocuencia de los hechos presentados"

La teoría carpenteriana de los contextos es en sí misma un ejercicio de trascendencia latinoamericana que concreta y resume el sentido de identidad que embarga su discurso. Pero el premio Cervantes no se detiene en los contextos para revelar identidad. Se dirige además al estilo mismo y con maestría insospechable descubre que" nuestro arte siempre fue barroco: desde la espléndida escultura precolombina y el de los códices, hasta la mejor novelística actual de América, pasándose por las catedrales y monasterios coloniales de nuestro continente . Hasta el amor físico se hace barroco en la encrespada obscenidad del guaco peruano. No temamos, pues, al barroquismo en el estilo, en la visión de los contextos, en la visión de la figura humana (…) No temamos el barroquismo, arte nuestro, nacido de árboles, de leños, de retablos y altares, de tallas decadentes y retratos caligráficos y hasta neoclasicismos tardíos; barroquismo creado por la necesidad de nombrar las cosas, aunque con ello nos alejemos de las técnicas en boga (..)"

El barroquismo latinoamericano, estrechamente vinculado a los contextos, como realidad específica muestra, y modo de aprehender su ser esencial, y el descubrimiento de lo real maravilloso, completan la teoría carpenteriana de la revelación del ser de nuestra América. A cada paso- señala Carpentier- hallamos lo real maravilloso. Pero pensaba, además que esa presencia y vigencia de lo real maravilloso no era privilegio único de Haití, sino patrimonio de la América entera, donde todavía no se ha terminado de establecer, por ejemplo, un recuento de cosmoganías"

En lo real maravilloso, la teoría de los contextos latinoamericanos y el barroquismo, se concretan en un proceso objetivo- subjetivo, de aprehensión de la realidad latinoamericana en toda su riqueza expresiva propia. "Y es que, por la virginidad del paisaje, por la formación, por la ontología, por la presencia fáustica del indio y del negro, por la revelación que constituyó su reciente descubrimiento, por los fecundos mestizajes que propició, América está muy lejos de haber agotados su caudal de mitologías. ¿ Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real maravilloso?".

El cronista de lo real maravilloso americano, con su perenne sentido de identidad latinoamericana, comprendido al mismo tiempo en los marcos de un proceso dialéctico entre lo particular y lo universal y mediado por lo diferente y diversos, aportó claves metodológicas importantes para futuras aproximaciones al ser esencial de nuestra América.

FILOSOFIA E IDENTIDAD EN EL PENSAMIENTO DE MEDARDO VITIER

Medardo Vitier fue un gran maestro por vocación, oficio y misión. Se graduó de maestro de la enseñanza primaria, más tarde se titula de Dr. En Pedagogía en la Universidad de La Habana y realiza estudios de Litera Española en la Universidad de Columbia, Estados Unidos. Ejerce como docente en la Escuela Normal de Matanzas: Aquí su oficio y misión encuentran concreción como Maestro de Maestros que sabe sembrar semillas de cubanía y de humanidad.

En 1952 ocupa la cátedra de Historia de la Filosofía en la Universidad Central de Las Villas. En esta institución desplegó una fructífera labor magistral. Este centro de altos estudios le otorgó los títulos de profesor de Mérito y de Dr. Honoris Causa en Filosofía por su magna investigación sistemática sobre la cultura filosófica cubana.

En su magisterio se destaca como profesor de Cursos de Verano en la Universidad de La Habana, Nuevo México y Puerto Rico. Miembro de Número de la Academia Nacional de Artes y Letras, del Ateneo de La Habana, de la Real Academia Española y de la Academia Nacional de Ciencias de México.

En su actividad intelectual su figura emerge con fuerza, colabora en revistas como El Fígaro, Cuba Contemporánea, Isla, Bimestre Cubana, Bohemia, Revista Cubana y otros. Posee una vasta obra, entre las cuales sobresalen "La ruta del sembrador; motivos de Literatura y filosofía, 192l; Varona, Maestro de Juventudes, 1936, Enrique José Varona: su vida, su obra y su influencia (conjuntamente con Elías Entralgo y Roberto Agramonte), l937; Las ideas en Cuba, l938; La lección de Varona, l945; Del Ensayo Americano, l945; La filosofía en Cuba, l948; Martí estudio integral, l954; José de la Luz y Caballero como educador, l957; Kant, iniciación en su filosofía, l950; Valoraciones I y II, l960-1961.

Según Salvador Bueno ",(…) podríamos dividir su producción en tres temas principales: la preocupación hacia la vida intelectual cubana del siglo XIX, especialmente sobre la figura de Enrique José Varona; segundo, su atención a las letras hispanoamericanas, con preferencia hacia su novelística y su ensayo y, por último, su interés por temas filósofos relacionados con la vida humana, su formación ética y sus índices de conducta".

En todas partes su estilo transparenta su misión y oficio"(…) oscila entre las dos apetencias de su actividad literaria: el aporte didáctico y el vuelo ensayístico" es decir, a través de un discurso suscitador y pletórico de enseñanzas y aperturas. Todo esto sobre la base de una cultura amplia que denota maestría, profesionalidad y erudición.

En la historiografía filosófica del siglo XIX los aportes sistematizadores de Medardo Vitier son extraordinarios y aún no han sido superados, a pesar de valiosos intentos…. Un modo peculiar de enfoque – el sociocultural antropológico- revela sus análisis en el tratamiento de figuras y épocas. No se pierde el sentido totalizador ni la integración dialéctica en el movimiento de las ideas, pues en su concepción los" movimientos ideales aparecen concomitantes, cuando las realidades sociales y económicas en desequilibrio, suscitan la crisis. Las doctrinas -enfatiza Vitier- no generan la historia por sí solos, si bien acuden, a veces en razón a verificar las zonas superiores del espíritu humano. Por eso el llamado "Materialismo Histórico, tan en boga a virtud de las enseñanza de Carlos Marx, contiene mucho de cierto ".

Los estudios de Vitier sobre la egregia figura de Enrique José Varona, devienen contribuciones a la cultura cubana, en la medida que penetran en las múltiples facetas del intelectual cubano y sabe llegar al núcleo central de su pensamiento y acción.

Sus obras "Las ideas en cuba (l937), La Filosofía en Cuba (1948) y "Martí, estudio integral (l954), ponen de manifiesto estudios profundos sobre personalidades del pensamiento cubano, así como la evolución de nuestro pensamiento político, filosófico y literario en su movimiento de continuidad.

A pesar de que en la obra de M. Vitier, no es común encontrar el problema de la formación nacional cubana, incluyendo su proceso identitario, como tema especial, desde el punto de vista teórico-filosófico y pedagógico el asunto es recurrente. Tanto en el análisis de figuras, como en el estudio de la evolución de las ideas en Cuba, la identidad como expresión cultural del ser esencial cubano es objeto de la reflexión discursiva del filósofo y pedagogo cubano. Pero una identidad concebida como totalidad que presupone la diferencia.

En Medardo Vitier, lo cubano y toda la cultura engendrada por la actividad humana, en su totalidad aprehensiva define el ser esencial cubano. Ser esencial, que en tanto "(…) naturaleza humana es tan rica en cualidades y tan complicada, que necesita todos los cauces de la cultura para revelarse" .

Su filosofía humanista no sólo busca la identidad como pueblo y nación, sino como creciente humanidad que presupone la primera. Su cosmovisión trasunta un humanismo racional que privilegia al hombre en su dimensión axiológica.

En 1948 sus preocupaciones humanistas toman cuerpo en su artículo: Notas sobre una formación humana, cuyas finalidades esenciales se dirigen a cultivar " bondad genuina en el individuo y el pensamiento crítico frente a hechos y doctrinas". Se trata de un programa de carácter sociocultural antropológico, capaz de orientar la formación del hombre cubano. Por eso, al reflexionar sobre el titulo:¿formación cultural? ¿Formación intelectual?, se decide por formación humana, en tanto esto, lo humano, en su criterio, cualifica la esencia verdadera del hombre bueno, digno, solidario y honesto. Lo humano en Vitier es síntesis de múltiples aprehensiones éticas, estéticas, políticas y culturales. Es el hombre en su plenitud humana cuyas acciones y comportamientos no hacen más que perfeccionar una sólida cultura de los sentimientos y la razón. Esto lo aprendió de Luz y Caballero, de Varona; de Martí, de la tradición cubana y de la cultura universal en general de modo original y creador.

Vitier no concibe la formación cubana, incluidos la conciencia y la memoria histórica, al margen de la persona humana. El hombre, su humanidad, encarnados en un sentido de la vida y apoyado en valores debe presidir el proceso de desarrollo nacional; y la tradición como pivote alimentador del presente y memoria histórica que lo actualiza y complementa se inserta al ser nacional para cualificarlo en dirección al porvenir. Pero siempre teniendo en cuenta que "(…) no es un compromiso total con el pasado para repetir y perpetuar los criterios de antaño. Amar la tradición –recalca Vitier- no implica adherirse sistemáticamente a las normas de períodos que tuvieron sus problemas, muy diferentes de los nuestros. Significa sentir la continuidad de los altas aspiraciones humanas y reconocer que ya antes que nosotros hubo quienes se preocuparon por elevar la condición del país. Significa sentirnos ligados en el tiempo y en el propósito a una obra de salvación nacional, aunque con medios distintos, y significa en fin, un tributo moral a la virtud de los antepasados" .

En la comprensión de la existencia cubana, del ser y su proyección hacia la contemporaneidad, Vitier no separa la historia y la cultura. El devenir humano, social en esencia, lo realiza el hombre concreto en su mundo cotidiano y en sus aprehensiones teóricas y prácticas. La tradición media con fuerza el proceso mismo. "De la tradición derivó Martí gran parte de su fuerza apostólica y de su seguridad en el destino de Cuba.

La tradición no es sólo recuerdo, es fuerza animadora de acción humana, pues sin ella, los pueblos son " colectividades anónimas de la historia" que están obligadas a un eterno comienzo. Y "Martí -señala Vitier- realizó una Revolución consciente, porque se apoyaba en los antecedentes de la mejor tradición cubana, tanto en lo cultural como en los intentos reformistas, y (tratándose del 68) en la voluntad de Independencia.

"El, a su vez- enfatiza Vitier- se ha convertido en tradición, la alta, la pura, la perenne, porque a más de los episodios de nueva temporalidad, contiene la lección escrita capaz de vivificar virtudes dormidas. Y contiene más: la vida misma del hombre, su sentido de la ciudadanía y de la misión humana en el mundo."

La filosofía de M. Vitier, con sólidos fundamentos ético-humanistas capta el ser esencial cubano en su movimiento histórico-cultural. Revela la esencia misma del proceso y destaca los múltiples dimensiones en que se despliega. No se queda en el pasado. Se dirige al presente con ímpetu de futuro. Valora en su recto sentido la existencia cubana como un proceso infinito de enriquecimiento humano. Se apoya en Martí para cualificar lo sustancialmente humano que preside el desarrollo del hombre cubano y la sociedad que construye. Destaca el lugar de la educación en la formación humana. Una educación capaz de desarrollar la sensibilidad humana y con ello, la revelación de valores, como "propensiones superiores del hombre".

GRAMSCI Y LA FILOSOFIA

Gramsci fue un intelectual orgánico. Precisamente su organicidad como hombre de pensamiento y acción se funda en un profundo conocimiento de la Filosofía y la Historia y una extraordinaria sensibilidad cultural para captar la realidad y sus necesidades con sentido político. En Filosofía, como en otros ámbitos de la cultura la hondura de sus reflexiones deviene legado necesario para la contemporaneidad.

Sus reflexiones críticas en torno a "El materialismo Histórico y la filosofía de Benedetto Croce", entre otros, contiene profundas ideas esenciales sobre el devenir filosófico, sus determinaciones, condicionamientos y las múltiples mediaciones en que se conforma y despliega. El filósofo marxista, descontento con la concepción comúnmente aceptada de la historia de la filosofía como historia de las ideas de los filósofos, expone un conjunto de tesis sustancialmente enriquecedoras. Entre otras, sobresale la connotación sociocultural antropológica que imprime Gramsci a la historia de la filosofía. En su intelección la historia de la filosofía no es sólo historia del conocimiento, sino historia de la actividad humana -que incluye momentos de carácter gnoseológico, axiológico, práctico y comunicativo- encarnada en la cultura. En este sentido, hacer historia de la filosofía, es al mismo tiempo hacer historia del despliegue cultural del hombre en las varias expresiones de su ser esencial, sintetizados en la "historia concreta y completa (integral) (….) y sus formas diversas de combinación ideológica".

Ante las preguntas ¿Qué es preciso entender por filosofía, por filosofía de una época histórica? Y ¿ Cuál es la importancia y el significado de la filosofía, de los filósofos en cada una de tales épocas?, la revelación Gramsciana y su agudo discernimiento resultan extraordinariamente sugerentes, tanto por los problemas que aborda, como por el espíritu escrutador que conduce el razonamiento. "Desde el punto de vista que nos interesa, el estudio de la historia y la lógica de las diversas filosofías no es suficiente. Por lo menos como orientación metodológica, -enfatiza el comunista italiano- es preciso atraer la atención hacia otras partes de la historia de la filosofía, esto es, hacia las concepciones del mundo de las grandes masas, hacia los más estrechos grupos dirigentes (o intelectuales) y, finalmente, hacia las relaciones existentes entre estos distintos complejos culturales y la filosofía de los filósofos. La filosofía de una época no es la filosofía de tal o cual filósofo, de tal o cual grupo de intelectuales, de tal o cual sector de las masas populares: es la combinación de todos estos momentos, que culmina en una determinada dirección y en la cual, esa culminación se torna norma de acción colectiva.."

Hay una dialéctica inmanente en las concepciones histórico – filosóficas de A. Gramsci que recoge esencialmente lo más valioso aportado por el marxismo y otras corrientes del pensamiento universal. Una dialéctica con sentido integrador y voluntad cultural que no admite la filosofía como puro pensar de hombre iluminado con espíritu de profeta. En su concepción, la filosofía como actividad humana y resultado de ella, encarna la cultura en sus expresiones económicas, políticas, jurídicas, éticas, estéticas, etc. y en los niveles codianos, psicológicos e ideológicos, integrados en una especial concepción del mundo que da cuenta de la existencia humana en su devenir progresivo en la historia. Por ello, explica Gramsci: " la filosofía de una época histórica no es, por consiguiente, otra cosa que la " historia" de dicha época (…) Historia y filosofía son indispensable, en ese sentido forman un bloque". Un bloque en tanto formas diversas de "combinación ideológica" que compendia a manera de síntesis" (…) los elementos filosóficos propiamente dichos, en todos sus diversos grados: como filosofía de los filósofos, como concepciones de los grupos dirigentes (culturales filosóficas) y como religiones de las grandes masas (….)".

Gramsci no niega el valor de la filosofía de los filósofos, lo que sí rechaza es que se eleve y estatuya como única filosofía, al margen de sus fuentes nutricias ( realidad, cultura, formas ideológicas) y los otros saberes producidos por las masas en sus diversas manifestaciones, que en última instancia, todos conforman la totalidad filosófica en forma de concepción del mundo.

Al mismo tiempo, concibe la importancia histórica de una filosofía por la "(….) eficiencia "práctica" que ha logrado ( y " práctica" debe ser entendido en sentido amplio). Si es verdad que toda filosofía es la expresión de una sociedad. -enfatiza Gramsci- debería reaccionar sobre la sociedad, determinar ciertos efectos, positivos y negativos. La medida en que reacciona es la medida de su importancia histórica, de su no ser "lucubración" individual, sino hecho histórico".

El filósofo de la praxis exige a la filosofía y a su movimiento histórico, ser conciencia crítica, si quiere cumplir la función de autoconciencia de la cultura y fermento epocal; y al filósofo, ser un hombre comprometido con su tiempo si desea seguir los latidos de la realidad y nutrirse de su savia histórica. De lo contrario, habrá filosofía, pero estéril y huérfana de identidad, es decir, carente de numen creador y vocación universalizadora. Una historia de la filosofía en el sentido gramsciano debe ser una empresa cultural, sin reducirse a una historia de la cultura. Una historia capaz de reflejar el devenir humano, conceptualmente estructurado y en su naturaleza sistémico- procesual", (….) como lucha cultural por transformar la mentalidad popular y difundir las innovaciones filosóficas que demuestren ser "históricamente verdaderas (….)

Se trata además de una intelección con elan sociocultural antropológico, que sin convertirse en historia antropológica, hace del hombre y su subjetividad, centro del quehacer histórico-filosófico. Pero no del hombre concebido abstractamente, sino del hombre real, cuya esencia, concreta las relaciones sociales formadas en el praxis. Esta concepción, sí bien está presente en el legado marxista, Gramsci lo enriquece con su aprehensión de la relación base -superestructura como bloque histórico y la dimensión cultural de la filosofía en su historia.

En la obra de Gramsci, la filosofía es producción espiritual del hombre que sin perder su espíritu cogitativo integrador, asciende de la realidad y desciende a ella para subvertir el presente y preludiar el futuro creadoramente. Según su criterio, "hasta la filosofía clásica alemana, la filosofía fue concebida como una actividad receptiva, a lo sumo, ordenadora; es decir, fue concebida como el conocimiento de un mecanismo que funciona objetivamente fuera del hombre. " Sin embargo la filosofía de la praxis sobre la base de los aportes de la filosofía clásica alemana" (…) plantea la inexistencia de una "realidad" fija por sí misma, sino solamente en relación histórica con los hombres que la modifican, etc.

Las premisas gramscianas de partida sirven de pivoles teórico-prácticos para nuevos discernimientos de las mediaciones internas y externas de la filosofía y su naturaleza específica. El gran teórico marxista penetra con audacia en el proceso interno de la filosofía y revela múltiples aristas ínsitas en su lógica especial, pero no se queda aquí. Distingue la filosofía especializada, de elaboración individual y sistemática, de la propia del sentido común. Muestra el momento de negación o superación dialéctica de ambas y sus recíprocas implicaciones a partir de la filosofía de la praxis que asume como resultado superado de la cultura antecedente y superador del mundo cultural existente y sus expresiones en el sentido común que profesan las grandes masas. Sencillamente, "en la filosofía sobresalen especialmente los caracteres de la elaboración individual del pensamiento; en el sentido común, en cambio, los caracteres difusos y dispersos de un pensamiento genérico de cierta época y de cierto ambiente popular. Pero toda filosofía – continúa Gramsci- tiende a convertirse en sentido común de un ambiente, si bien restringido( de todos los intelectuales). Se trata por lo tanto, de elaborar una "filosofía que, teniendo ya difusión o difusividad por encontrarse conectada a la vida práctica, implícita en ella, se convierta en un renovado sentido común, con la coherencia y el nervio de los filosóficos individuales. Esto no puede lograrse si no se siente permanentemente la exigencia del contacto cultural con los "simples"

Sólo en esta dirección, en opinión de Gramsci, la filosofía deviene realidad, deviene "histórica", se depura de los elementos intelectualistas de naturaleza individual y se hace vida".

En su concepción, estos propósitos están contenidos en la filosofía marxista y debe asumirlos con eficacia, en tanto filosofa de la praxis, devenida autoconciencia crítica de la cultura, pues (…) en el trabajo de elaboración de un pensamiento superior al sentido común y científicamente coherente, no se olvida jamás de mantener el contacto con los "simples" y, antes bien halla en dicho contacto la fuente de los problemas que estudiar y resolver".

En sus apuntes para una introducción y una iniciación en el estudio de la Filosofía y de la Historia de la cultura, además de enfatiza la función cosmovisiva de la filosofía y por extensión la demostración de su tesis de que todos los hombres son "filósofos", expone ideas sugerentes: " Hay que destruir el prejuicio muy difundido de que la filosofía es algo muy difícil por el hecho de que es la actividad intelectual propia de una determinada categoría de científicos especialistas o de filósofos profesionales y sistemático. "Por lo tanto, hay que demostrar preliminarmente que todos los hombres son "filósofos ", defendiendo los límites y las características de esta "filosofía espontanea, propia de "todo el mundo", esto es de la filosofía que esta contenida: 1) en el lenguaje mismo, que es un conjunto de nociones y de conceptos determinados y no solamente de palabras gramaticalmente vacías de contenido; 2) en el sentido común y buen sentido; 3) en la religión popular y por lo tanto en todo el sistema de creencias, supersticiones, opiniones, modos de ver y actuar que se revelan en aquello que generalmente se llama "folklore".

El filosofo de la praxis, revela filosofía-sentido cosmovisivo-en el lenguaje, en el sentido común y buen sentido y en la religión popular y todos los sistemas de creencias, subrayando las funciones criticas, metodológica y práctica de la filosofía, en tanto aprehensión práctico- espiritual de la realidad por el hombre.

Apela al " conócete a ti mismo socrático, como proceso iniciador de todo filosofar. Destaca el valor del lenguaje y su contenido filosòfico-cultural.

Muestra la conexión entre el sentido común, la religión y la filosofía, y establece diferencias. "La filosofía es la crítica y la superación de la religión y del sentido común y en ese sentido coincide con el " buen sentido" que se contrapone el sentido común"

Niega la existencia de una filosofía en general. En su criterio "existen diversas filosofía o concepciones del mundo y siempre se hace una elección entre ellos." Se opone a separar a la filosofía política, pues" (..) la elección y la crítica de una concepción del mundo es, también ello, un hecho político"

Es indudable que estamos en presencia de un rico legado teórico-metodológico gramsciano en torno a la filosofía. Una herencia poco aprovechada por los historiadores y profesores de la filosofía. Este trabajo no agota la multiplicidad de contribuciones al tema objeto de estudio. Sólo se aproxima a algunos que requieren de sistematización y despliegue; y otros, ni apenas se esbozan. Ambos forma parte de un proyectado libro que espero sea realizado.

Particularmente, las sabias reflexiones de Gramsci, como historiador de la filosofía marxista exigen especial atención. Su labor creadora como crítico de las tergiversaciones del marxismo resultan de gran valía y transcienden nuestro tiempo. Sus notas críticas sobre una tentativa de "Ensayo Popular de Sociología", por sí solas muestran la riqueza dialéctica del marxismo de Gramsci, en oposición a las tendencias de corte dogmático y positivista que se hacen llamar marxistas. Su trabajo sobre "Problemas para el estudio de la filosofía de la praxis", aporta varias ideas para la comprensión del marxismo en su génesis y desarrollo y como proceso de continuidad y ruptura que corona una nueva cultura que hace patente el valor del hombre, y la subjetividad humana en la radiación social.

En fin, la obra de Gramsci tiene mucho que hacer en los tiempos que corren. La riqueza conceptual metodológica, teórica y práctica en sus concepciones filosóficas es imprescindible, tanto para el estudio de la filosofía en general, como para la historia de la filosofía marxista en particular.

En los momentos actuales, cuando la realidad sólo es registrable y aprehensible en su

complejidad, se exige de un pensamiento complejo con posibilidades infinitas de asumir lo esencial sin ignorar los detalles. Un pensamiento encarnado en la historia y la cultura, con fuertes raíces identitarias y vocación ecuménica. Aún Gramsci tiene mucho que decir, aunque lo dicho sean simples sugerencias, pero con luz de estrellas y cargadas de utopías.

PLATON Y SU VISION DEL FILOSOFAR

Platón de Atenas (427-347 a.n.e.), representa una excelsa figura de la filosofía clásica griega. De origen noble y discípulo de Sócrates (469-399 a.n.e), desarrolló un sistema filosófico idealista, cuyos temas principales refieren a cuestiones ontológicas gnoseológicas, políticas y éticas. Hace objeto de su análisis el ser, el mundo y su origen, el alma y el conocimiento, incluido el matemático, la sociedad, la división del trabajo, el arte, la educación. Como su maestro, Sócrates, las categorías verdad, belleza y bien, ocupan un lugar central en su discurso filosófico, y en su despliegue se convierten e identifican recíprocamente.

En su sistema filosófico su teoría de las ideas o especies, ocupa un lugar central, así como el conocimiento que concibe como recuerdo.

En su filosofía, el mundo verdaderamente existente es el de las ideas, en tanto estable y esencial. El mundo de las cosas sensibles resulta cambiante, inestable y falso. Su esencia auténtica, sus causas son las formas incorpóreas no sensibles, captadas por la mente, es decir las ideas o especies. A cada clase o grupo de objetos sensibles corresponde en el mundo no sensible (incorpóreo) una determinada especie o idea. Las ideas son causas, modelos, según las cuales los objetos sensibles fueron creados, fines a que aspira lo sensorialmente existente.

Las ideas son el ser y condicionan a las cosas, pero dado el carácter cambiante pasajero de estos últimos, para poderlos explicar, requieren del no ser (materia), es decir, del ámbito que integra el movimiento y cambio existentes. Así, las especies se proyectan en la materia y se transforman en la diversidad de cosas sensibles, diferenciadas entre sí por el lugar que ocupan en el espacio.

Las ideas (especies) son modelos o arquetipos de las cosas. El mundo sensorialmente perceptible resulta el dominio intermedio entre el ser (ideas) y el no ser (materia). Lo que tienen del ser se lo proporcionan las especies, como sus causas y demiurgo y su carácter perecedero, mutable le está dado por sus nexos con el " no ser" (materia)

Establece al mismo tiempo una jerarquía entre las ideas, semejante a una pirámide, en cuya cúspide se encuentra la idea del bien, que condiciona el conocimiento y la existencia de los objetos.

Su teoría de las ideas tiene por base desde el punto de vista ontológico y gnoseológico la teleología y el a priorismo. Se trata de una doctrina, donde las ideas o especies existen a priori y llevan en sí un fin inmanente que condiciona el devenir de lo sensorialmente perceptible.

El saber no es un resultado de la relación sujeto objeto, mediado por la actividad humana, sino recuerdo (anamnesis). Sencillamente el alma ante de encarnarse en los objetos permaneció en el cielo y contempló la existencia real . Al unirse con el cuerpo olvida cuanto sabía, pero continúa guardando en la memoria lo que antes contempló. La aprehensión de los objetos materiales, de la realidad, resulta entonces, recuerdo de los conocimientos olvidados. En fin de las ideas o especies (no olvidar la crítica de Aristóteles a la teoría de las ideas de Platón).

Las ideas son conocidas por la intuición de la mente y las cosas sensoriales se reflejan en las opiniones, no son conocimiento verdadero. Los objetos matemáticos se perciben a través de la reflexión.

Si bien Platón, bajo la influencia de los eleatas define el ser auténtico, como idéntico e inmutable, en su madurez -recordemos los diálogos Sofista y Parménides, asume de que los géneros supremos- el ser, el movimiento, el reposo, la identidad y el cambio, son al mismo tiempo lo uno y lo otro, son y no son, igual y no igual a sí mismo. Admite ahora la contradicción, pero la reduce a la opinión y la ubica en la parte inferior del alma, sin embargo, es condición necesaria que impulsa al alma a la reflexión. Este proceso lo denomina dialéctica, es decir, el arte de mover a la reflexión, revelando las contradicciones que le son inmanentes, propios, en las representaciones y opiniones.

Sin embargo, "la dialéctica consistirá en el ejercicio paciente y riguroso que permitirá pasar de los nombres a las realidades, de la opinión a la ciencia, no modificando las formulaciones de la teoría, sino transformando la actitud del individuo frente a los contenidos de esas formulaciones. Es la transición de la creencia al saber. Es en este sentido en el que el Parménides constituiría el punto culminante de una confluencia entre la purificación del sujeto y la pureza del objeto que Platón había buscado a través de diálogos como el Fedro, el Banquete o el Fedón ."

Y es que Platón, en su afán filosófico, sus aprehensiones críticas, devienen síntesis filosóficas desplegadas en forma de hipótesis dialógicas y críticas que ascienden y superan su propio objeto.

Respecto a la esperanza de una vida más allá de la muerte. Según Pérez Ruiz "Platón ve íntimamente ligadas la existencia después de la muerte y la vida filosófica antes de ella. Para él una vida así es inconcebible sin un horizonte que supere el límite de la muerte (….)la necesidad de tomar en serio la vida filosófica no es una mera consecuencia de la existencia de la otra vida. Esa necesidad es algo que se le impone directamente, pero al mismo tiempo es algo que sólo se puede explicar verdaderamente con ese horizonte trascendente. Así pasa tanto respecto del conocimiento de la verdad como de la práctica de la virtud, aunque de formas distintas. Un ser que se siente llamado a buscar la verdad con una plenitud imposible en esta vida es un ser que tiene un horizonte que supera los límites de esta vida y en su búsqueda sincera de la verdad afirma existencialmente la realidad del horizonte que hace posible esa búsqueda. Respecto de la virtud ha insistido Platón con toda fuerza en el desinterés completo al practicarla, pero al mismo tiempo ha visto la imposibilidad de un divorcio definitivo entre virtud y felicidad. No ha afirmado la retribución inmediata en esta vida. Esta afirmación con experiencias concretas que él conocía y además pondría fácilmente en peligro el desinterés de la virtud. Contra la retribución trascendente de que él nos habla no valen esas objeciones…..Platón sabe que esa realización tiene que ser fruto de la vida que se lleva en este mundo y por eso lo que aconseja no es simplemente huir de él, sino adornar al alma con los verdaderas virtudes viviendo como se debe ".

El filosofar de Platón y su concepción de la filosofía no es tan abstracto como a veces se entiende. Vio con profundidad su tiempo histórico y expuso conclusiones metafísicas profundas que hicieron de su obra fuente imprescindible del decursar filosófico subsiguiente, incluyendo la modernidad.

En su filosofía se percibe la decepción y el desencanto. El programa ético de Sócrates no se había realizado, la corrupción desintegra la polis. Funda la academia y se refugia con sus discípulos a hacer filosofía para salvar al individuo. Tres doctrinas fundamentales revela su filosofar: la transmigración de las almas, la teoría que ve en el cuerpo una cárcel del alma, y la teoría de la reminiscencia.

En su concepción, el amor (Eros) por la belleza conduce al hombre al mundo de las ideas, a la belleza misma. "La filosofía es esto, un amor, un afán siempre creciente de saber. El amor es una fuerza intermedia entre el mundo terrestre y el mundo de las ideas, una especie de dominio entre lo humano y lo divino. Debido a que en el hombre habita el Eros, este puede ascender hasta el mundo de los dioses. El amor es el camino que conduce hacia el mundo ideal.

Las decepciones política no logran matar la razón utópica de Platón. En la academia su filosofar sigue cultivando la espiritualidad, como único medio de salvación del hombre. " Habiendo abandonado las solicitudes humanas,- dirá en el Fedro- atento a las cosas divinas, el vulgo se mofa de él como de un loco, sin advertir que se halla poseído por Dios".

Concibe la sabiduría y el bien como las cosas más bellas del mundo, y al filósofo como al más afanoso en su búsqueda, por haber dominado el mundo de los apetitos y dirigirse al de las ideas para su salvación. El fin de la República será un proyecto educativo de salvación individual.

La filosofía, como la más alta ascensión de la personalidad y la sociedad humana por medio de la sabiduría, será su capital instrumento. Y su principal principio de búsqueda: el sumo bien, idea suprema de su jerarquía piramidal, coincidente con la verdad y la belleza, en tanto ser.

Erróneamente, a veces se ha intentado reducir al extremo, la concepción platónica del ejercicio del filosofar. No se debe olvidar que el amor por la sabiduría -en el sentido socrático que asume Platón- encierra un extenso universo con inusitada hondura. Según Abbagnano- gran autoridad en el tema – "el concepto platónico del filosofar es el más alto y más amplio que se haya nunca afirmado en la historia de la filosofía. Fuera de él no hay ninguna actividad humana. Platón quiere que la búsqueda se extienda "a las figuras rectas o circulares y a los colores, al bien, a lo bello y a lo justo, a todo cuerpo artificial o natural, al fuego, al agua y a todas las cosas del mismo género , a cualquier especie del ser viviente, a la conducta del alma, a las acciones y a las pasiones de cualquier suerte" (342b). Y de toda cosa precisará conocer lo verdadero y lo falso, porque únicamente de su confrontación podrá sacarse la verdad del ser (344b). La indagación en que el filosofar se realiza no consiste en la formulación de una doctrina: Cualquier tarea humana ofrece al hombre la posibilidad de alcanzar la verdad y juntarse con el ser".

Para Platón, el ejercicio del filosofar se despliega en todos las vertientes del Universo y del cosmos humano. Lleva implícito la razón utópica, el carácter crítico, la solidaridad, la tolerancia, el sacrificio desinteresado, la libertad, y la sinceridad (…) La indagación no puede desenvolverse en el mundo cerrado de la individualidad. Es obra de hombres que "viven juntos" y "discuten con benevolencia", sin permitir que la envidia les sugiera las preguntas y las respuestas. Supone, en consecuencia, el abandono de la pretensión de creerse en posesión de la verdad y de no creer aprender nada de los demás, la sinceridad consigo mismo y con los demás y el esfuerzo solidario. El filosofar no es una actividad que encierre al individuo en sí mismo, antes bien, es la vida que le abre a los demás y le armoniza con los demás. Por eso el filosofar no es sólo inteligencia, sino también, saber de vida, saber vital. (…) El ser, objeto último de la indagación, haciendo converger hacia sí como a un centro único de los esfuerzos individuales, determina la solidaridad libre y laborante de los individuos".

En Platón el ejercicio del filosofar no excluye ninguna arista del universo y el hombre. No se trata de una ciencia objetiva, sino, (…) del problema mismo que la ciencia es para el hombre (…), vuelve así, hacia el fin de su vida, al problema de Sócrates: el problema de hallar para el hombre el camino de acceso a la ciencia, y, a través de la ciencia, al ser en sí ‘.

Hoy, cuando tantas voces exigen a la filosofía ser autoconciencia teórica de la realidad epocal, histórico-cultural, cuyo filosofar sea síntesis concreta de conocimiento, valor, praxis y comunicación, la obra de Platón sigue alumbrando como símbolo de obligatoria referencia. Su filosofar que no separó conocimiento y valor e hizo de la bondad, la verdad y la belleza una indisoluble unidad para la ascensión humana, dijo mucho y continúa diciendo.

UNIVERSIDAD DE LA HABANA

FACULTAD DE FILOSOFÍA, HISTORIA Y SOCIOLOGÍA

SINTESIS CURRICULAR

Nombre: Rigoberto Pupo Pupo. Edad: 55 años

Centro de trabajo: Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana

Cargo: Profesor de Historia de la Filosofía, Vicedecano de Investigaciones Postgrados y Relaciones Internacionales.

Categoría científica: Investigador Titular, 1991

Categoría Docente: Profesor Titular, 1988.

Grado Científico: Dr. en Ciencias Filosóficas, 1984. Especialista en pensamiento latinoamericano y obra de José Martí.

El Dr. Rigoberto Pupo es Licenciado en Historia y ha ejercido su profesión magisterial en Historia de la Filosofía. Ha investigado particularmente los temas del hombre, la actividad humana y la cultura y el pensamiento latinoamericano. Especialista en Axiología, ha realizado estudios profundos sobre el humanismo y los valores en José Martí, incluyendo la espiritualidad que encauza su concreta eticidad y la pedagogía de la acción comunicativa. Posee 33 años de experiencia científico – docente y un rico aval en premios y reconocimientos por sus resultados y por su obra consagrada a la Ciencia y a la docencia.

I. Premios recibidos por su actividad científica.

  • Premio "Razón de Ser" 1998, de la fundación Alejo Carpentier, con el proyecto: Medardo Vitier y la cultura Cubana.
  • Premio Nacional de la crítica a las mejores obras científicas publicadas, 1991, con el libro: La actividad como categoría filosófica.
  • Premio Especial de Ensayo: J. Marinello y la aprehensión Martiana como totalidad trascendente, 1995.
  • Premio Especial de Ensayo Juan Marinello, 1999, con el ensayo: Marinello, un intelectual integral.
  • Premio Especial de ensayo Juan Marinello,1998, con el trabajo: Un maestro creador (Mención especial).
  • Primer Premio de la Academia de Ciencias de Cuba con el ensayo: "La lucha ideológica en torno a la categoría de la práctica", 1986.
  • Premio Iberoamericano de Ética Elena Gil, con el libro "Humanismo y Valores en José Martí (1ª Mención)
  • Resultado Relevante del Ministerio de Ciencia Tecnologia y Medio Ambiente (CITMA), 1994.
  • Resultado Relevante del CITMA, 1995.
  • Mejor doctorante extranjero en la URSS por sus resultados científico-doctorales, 1984.
  • Nominado al Premio Nacional, José Martí 1999.
  • Premio nacional de Ensayo Juan Marinello, 2000, con el trabajo: Un hombre sensible y de pensamiento.
  • Finalista en el premio Ensayo 2000 de Casa de las Américas, con la monografía: Medardo Vitier y la cultura cubana.
  • La Editora Ciencias Sociales aprobó su proyecto "El hombre, la historia y la cultura en A. Carpentier".
  • Finalista premio Casa de las Américas, 2001 (ensayo).
  • Mención premio nacional de Ensayo Alejo Carpentier, 2002.

II. Condecoraciones, Ordenes, Distinciones.

  • Orden Carlos J. Finlay por su obra científica. ( Se otorga por relevante obra científica de toda la vida).
  • Distinción por la Educación Cubana.
  • Propuesta para la Distinción Proeza Laboral.
  • Profesor Integral mas destacado de la Universidad de la Habana (1996-1997).
  • Profesor más destacado en superación profesional y atención a maestría de la Facultad, 1999.
  • Profesor mas destacado en atención a doctorado, 1999.
  • Orden Frank País (condecoración de máximo nivel docente)

III. Aportes científicos más relevantes en su obra científica.

  • Sistematización con aportes creadores en el tema: El hombre, la actividad humana y la cultura, cuyos resultados se concretaron en dos libros 1) La práctica y la filosofía y 2) La actividad como categoría filosófica. Estas obras se convirtieron en libros de textos para la enseñanza superior y los centros de investigación científico – sociales.
  • Estudio de la obra de Juan Marinello. Con sentido cultural y aprehensión integral aporta resultados totalizadores del Método Marinelliano.
  • Estudio de la filosofía de José Martí, desde el prisma analítico del hombre y la subjetividad humana, cuyos resultados se han concretado en 2 libros, varios artículos y ensayos y en la dirección tutoral de varias tesis doctorales. Estos resultados han sido expuesto nacional e internacionalmente, particularmente en universidades mexicanas, en República Dominicana y en Panamá.
  • Estudio teórico metodológico en torno a la categoría identidad nacional y cultural, cuyos resultados están en proceso de edición por la Editora Política. Es una mérito suyo estar entre los primeros en Cuba en iniciar un abordaje teórico del problema. Formó parte del grupo multidisciplinario que dirigió la Dra. Grazziella Pogolotti, José A. Portuondo y Julio Le Riverend.
  • Ha obtenido resultados valiosos en el enfoque sociocultural antropológico de figuras cuyos discursos vinculan estrechamente filosofía, literatura y política, como José Martí Juan Marinello, Alejo Carpentier, José Enrique Rodó, Antonio Caso y Eli de Gortari entre otros.
  • En su obra docente pedagógica ha gozado de gran prestigio por el modo en que crea espacios comunicativos para el pensar creador de sus estudiantes. Recibió Premio Pedagógico, Raúl Ferrer, 2000.
  • Ha formado varios doctores y máster como tutor científico con resultados relevantes.
  • Ha elaborado programas docentes, especialidades y diplomados y maestrías y doctorados con resultados satisfactorios.
  • Realizó estudios profundos de la actividad humana, su estructura y funciones, cuyos resultados han sido considerados por los especialistas como aportaciones sustantivas en nuestra región al tema.

IV. Publicaciones. Ha publicado varios libros y ensayos. Cinco libros más están en proceso editorial, incluidos 2 en México y 1 en Ecuador. En su vida científico – docente, posee una extensa obra en artículos publicados en revistas cubanas y extranjeras. Es asiduo colaborador de la Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán y de Expresión Universitaria de Tabasco, México.

V. Participación en eventos científicos. En su trayectoria científico – docente, se ha caracterizado por su activa participación en eventos científicos con ponencia. Tanto nacional como internacionalmente su participación ha sido destacada.

VI. Otras actividades.

  • Presidente del tribunal nacional Permanente que otorga los grados científicos en Ciencias Filosóficas.
  • Miembro del Tribunal Nacional Permanente que otorga los grados científicos en Ciencia de la Educación.
  • Vicepresidente Primero de la sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas.
  • Miembro del Cuerpo de Gobierno de la Sociedad Económica de Amigos del País.
  • Miembro del Consejo de Expertos del Programa "Cuba", del CITMA.
  • Miembro de la Sección de C. Sociales de la Comisión Nacional de Grados Científicos.
  • Miembro de los Consejos científicos del Instituto de Filosofía y la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana.
  • Miembro del Tribunal de Categorías docentes Superiores de Filosofía, de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana.
  • Colaborador Permanente del centro de Estudios Martianos.
  • Miembro del Colegio de Ciencias Sociales de la Universidad de La Habana
  • Subdirector de la Revista "Debates Americanos".
  • Jurado en el Premio Nacional Félix Varela, 1999
  • Jurado en el Premio Nacional de Ciencias Sociales, 1998.
  • Jurado Internacional en el Premio Ensayo Ricardo Miró, 2000, Panamá

 

 

 

Rigoberto Pupo

Partes: 1, 2
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