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Patologías periapicales crónicas tratamientos en dientes inmaduros


Partes: 1, 2

     

    1. Desarrollo
    2. Conclusiones
    3. Bibliografía

    edu.red

    Introducción

    Aunque la pulpa dental comparte muchas propiedades con otros tejidos conectivos del organismo, su peculiar localización la dota de importantes características especiales. (1)

    Cuando se lesiona la pulpa se produce una inflamación. Como parte de esta reacción, habrá un aumento de la permeabilidad vascular y una filtración de líquidos hacia los tejidos circundantes. La pulpa dental dispone de una irrigación muy rica que, gracias al intercambio dinámico de líquidos entre los capilares y los tejidos, genera y mantiene una presión hidrostática extravascular en el interior de esta cámara rígida. (2)

    La fuente principal de irrigación sanguínea de la pulpa se encuentra a una distancia considerable de la masa principal de tejido coronario. Además, en la pulpa dental no existe una circulación colateral eficaz que permita contrarrestar una irritación intensa, un fenómeno que es fundamental para la supervivencia de cualquier órgano (no pueden ser llevadas nutrición adicional ni defensas a la zona).(3)Debido a una serie de características y restricciones en su entorno, las lesiones pulpares son a menudo irreversibles. (1)

    En dependencia de la agresividad del agente lesionante y de la respuesta inmunológica del organismo estaremos en presencia de un proceso inflamatorio agudo o crónico.

    Si el agente invasor tiene baja virulencia que permita dar una respuesta inmune adecuada la pulpa responde con cambios vasculares reparativos y estaremos ante una inflamación crónica, en nuestra revisión haremos referencia a las patologías periapicales crónicas su tratamiento en los dientes permanentes inmaduros. Para ello vamos a conocer primero las características de los mismos.(4)

    Los dientes permanentes jóvenes son aquellos que aún no han completado la formación de sus raíces. Estos presentan una abertura apical mayor que la existente en los dientes maduros. El desarrollo del órgano dentario, no solo depende de la edad cronológica de la misma; las diversas patologías pulpares que pudieran haberla afectado también inciden en la aceleración de su proceso de envejecimiento. (5, 6)

    Una vez que el diente erupciona en la cavidad bucal, lo hace con una formación radicular incompleta por lo que se denomina diente inmaduro o con ápice abierto. La patología pulpar como secuela de caries o de lesión traumática puede interferir en la vitalidad pulpar, lo que conlleva a una interrupción de la formación normal de la raíz creando un problema en diversas áreas de la odontología, específicamente en endodoncia. (6)

    La pulpa es necesaria para la formación de dentina. La pérdida de la vitalidad pulpar en un diente permanente juvenil antes de concluir la formación radicular trae como consecuencia una raíz de paredes delgadas y propensas a la fractura. En estos casos, la forma del conducto y sus dimensiones dificultan mucho los procedimientos endodónticos convencionales, necesarios debido a que su foramen abierto no proporciona una barrera anatómica de la raíz y es muy difícil mantener el tratamiento endodóntico dentro de los limites del conducto; sobre todo se hace imposible obturarlo de manera tridimensional. (7)

    Por ello, se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para mantener la vitalidad pulpar de los dientes incompletamente formados para lograr su completo desarrollo radicular. El recubrimiento pulpar indirecto, el recubrimiento directo y la pulpotomía son habitualmente convenientes en estos dientes; porque ellos reciben un aporte sanguíneo excelente a través del ápice abierto. Sin embargo, cuando el tejido pulpar se necrosa o se desarrolla una patología periapical, el tratamiento de elección en estos dientes es la inducción del cierre apical o apicoformación. (6)

    Desarrollo

    Los procesos periapicales crónicos pueden ser de origen infeccioso o traumático, aunque en realidad hay una serie de ellos que pueden estar representados en su origen en los dos grupos, pues la irritación séptica crónica se puede presentar en algún momento como una irritación traumática y conducirnos a una reacción histopatológica muy similar. (8)

    Varios autores afirman que la patología periapical es el resultado de las bacterias, sus productos y la respuesta del huésped a los mismos; dentro de las cuales tenemos: la periodontitis apical aguda, absceso apical agudo, periodontitis apical crónica. Como se mencionó en nuestro trabajo haremos referencia a los procesos periapicales crónicos (9, 10, 11)

    Periodontitis apicales asintomáticas

    Respuestas defensivas inflamatorias del tejido periapical ante un irritante pulpar. No producen dolor debido a la disminución de la presión intraperiapical, por debajo del umbral.

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