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Concepto de Estética en Fernando González Una experiencia singular de lo bello


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. El hermafrodita dormido
    3. La juventud es bella
    4. Poseer lo contemplado
    5. Belleza en la escultura
    6. Grecia: cuna del arte
    7. Belleza en el hermafrodita dormido
    8. Conclusión
    9. Bibliografía 

    "Bello es lo que produce en el hombre una incitación a la perfección".[1]

    Fernando González

    EL HERMAFRODITA DORMIDO

    Una experiencia singular de lo bello

    INTRODUCCIÓN

    La lectura de "EL HERMAFRODITA DORMIDO" de Fernando González  nos permite acercarnos  a lo más íntimo de las vivencias de nuestro autor en lo que tiene que ver con su valoración del arte en términos de belleza.  Su estadía en Europa, definitivamente le ha marcado.  Sobre todo su permanencia en Italia es significativa en cuanto tiene la oportunidad de valorar obras de arte  que guardan en sí mismas toda una historia; la Venus de Cirene, El Hermafrodita Dormido, la Cabeza de la Furia, El Galo suicida,  el Efebo de Subiaco, El Nacimiento de Venus, Marte en reposo, adquieren en  esta obra un significado especial.  Son obras en las que Fernando González se detiene permitiéndose la oportunidad de valorarlas y describirlas hasta el punto de mostrarnos cómo puede relacionarse con ellas, darles vida, adentrándose en sus expresiones y aún más en el sentido mismo de la obra, en las intenciones del autor.  Por lo tanto su acercamiento a las obras de arte es una verdadera aproximación hermenéutica.  Nuestro autor tiene una sensibilidad particular por lo bello, un gusto que atrae y conmueve, éstas obras de arte no son en "El Hermafrodita Dormido" una simple creación del artista, más que eso, son el artista mismo que plasma una vida y se hace inmortal en la expresión de unas formas que permiten a nuestro autor una vivencia estética totalmente original, una visión que, a mi modo de ver, es de genio.  

    He decidido subtitular este ensayo, "Una experiencia singular de lo bello", como resultado de una lectura detenida de "El Hermafrodita Dormido" en el que he tratado de encontrar el concepto de estética en Fernando González.   Creo que el concepto de estética, en esta obra adquiere una singularidad especial en su estrecha relación con el concepto de  lo bello como vivencia que encanta a nuestro autor y  le permite construir quizá sin pretenderlo una nueva manera de acercarnos a la obra de arte como personalización, me refiero con esto  a que, para Fernando González, cada obra valorada es un encuentro personal que se hace vital, pues, abstrae de las formas una expresión vital, un contenido que escapa a una simple valoración visual, Fernando González se adentra en lo más íntimo de la obra y crea una relación con ella.

    En este ensayo, presento los que considero, a mi juicio,  principales aportes de Fernando González al concepto de la estética, es decir de lo bello, específicamente desde "El Hermafrodita Dormido".  He decidido citar literalmente para no alejarme de la propuesta del autor, después de cada cita, aparece el aporte personal como valoración crítica a la vez que abordaje hermenéutico de lo expuesto por nuestro autor.

    EL HERMAFRODITA DORMIDO

    Una experiencia singular de lo bello

    Dice Hans Georg Gadamer en Verdad y Método: "Lo que nosotros llamamos obra de arte y vivimos como estético, reposa, pues, sobre un rendimiento abstractivo.  En cuanto que se abstrae de todo cuanto constituya la raíz de una obra como su contexto original vital, de toda función religiosa o profana en la que pueda haber estado y tenido su significado, la obra se hace patente como "obra de arte pura". La abstracción de la conciencia estética realiza pues algo que para ella misma es positivo.  Descubre y permite tener existencia por sí mismo a lo que constituye a la abra de arte pura.  A este rendimiento suyo quisiera llamarlo "distinción estética".  Con este nombre – y a diferencia de la distinción que realiza en sus elecciones y rechazos el gusto determinado y lleno de contenido – queremos designar la abstracción que sólo elige por referencia a la calidad estética como tal.  Esta tiene lugar en la autoconciencia de la "vivencia estética". La obra auténtica es aquélla hacia la que se orienta la vivencia estética; lo que ésta abstrae son los momentos no estéticos que le son inherentes: objetivo, función, significado de contenido.  Estos momentos pueden ser muy significativos en cuanto que incardinan la obra en su mundo y determinan así toda la plenitud de significado que le es originalmente propia".[2]

    La cita anterior guarda una estrecha relación con la manera como Fernando González  aborda la obra de arte, da la impresión que Gadamer ha tenido en cuenta la visión de Fernando González, o que tal vez el escritor antioqueño ha tenido una pretensión hermenéutica al acercarse a las obras de arte, lo cierto es que nuestro autor se acerca a ellas con naturalidad pero no con visión de ignorante, es claro que sabe lo que es una obra de arte y que su gusto ha sido muy bien formado, pero, junto a un gusto formado y una comprensión previa de la obra de arte, hay una visión genial que le permite ir más allá de una simple valoración física; adentrarse en la obra y darle vida, hacerla hablar, la obra en todos sus sentidos, en los de Fernando González como intérprete, adquiere vida y se convierte en una experiencia vital muy significativa.

    LA JUVENTUD ES BELLA

    Partes: 1, 2
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