Significación social de los valores
En el proceso docente educativo se forman gran parte de los valores que sustentan el sistema de valores de la sociedad, por esta razón una filosofía de la educación no puede obviar este tema, ya que a ella le corresponde esclarecer el papel del maestro y la escuela en este proceso.
Para comprender el papel de la escuela y el maestro en la formación de valores es imprescindible primero asumir una determinada posición ante este fenómeno y por ello debemos precisar el sistema de conceptos que tendremos en cuenta.
Por VALOR se entiende la capacidad que poseen determinados objetos y fenómenos de la realidad de satisfacer alguna necesidad humana, es decir que tengan una significación social determinada.
Pero debemos aclarar que no toda significación social constituye un valor. Es decir lo valioso es significativo, pero no todo lo que tenga una significación social es un valor.
Valor es solo una forma de significación social, aquella que desempeña un papel positivo en el desarrollo de la sociedad y que por lo tanto está relacionada, directa o indirectamente con el progreso social, por lo tanto los valores sólo pueden ser positivos.
La significación social o valor posee carácter objetivo no porque el sujeto de la valoración sea la sociedad, sino en consecuencia de que las necesidades que ella expresa son las necesidades sociales impregnadas en el sistema de relaciones sociales, en el cual está incluido el objeto dado. Estas necesidades por su parte, son objetivas, son expresión de las tendencias reales de desarrollo social, constituyen el resultado de la necesidad histórica. El contenido de estas necesidades se forma, en última instancia, sobre la base de la síntesis de las necesidades individuales de muchos miles de millones de hombres, presentes y futuros.
Los valores no existen fuera de las relaciones sociales y como todo fenómeno social posee un carácter histórico-concreto.
El valor como concepto expresa por un lado las necesidades cambiantes de los hombres y por el otro, fija la significación social positiva de los fenómenos naturales y sociales para la existencia y el desarrollo progresivo de la sociedad.
Por eso tienen los valores un carácter histórico concreto, de ahí la necesidad de conocer las tendencias generales del desarrollo socio – histórico y la forma de su manifestación en las condiciones concretas de una u otra época y de uno u otro país. De esta forma el progreso social actúa como criterio universal para la determinación de los valores. Aquello que favorece el desarrollo progresivo de la sociedad constituye un valor, lo que lo dificulta y obstaculiza representa un anti-valor.
Mientras el contenido del valor es predominantemente objetivo, en la valoración hay una gran carga subjetiva, ya que depende de cómo el sujeto capte la significación social.
A pesar que el rasgo distintivo de cualquier valor radica en que este favorece el progreso social, no todos los valores cumplen esta función en igual medida. Este sistema jerárquico no permanece inmutable, se desarrolla, cambia en dependencia del curso de los acontecimientos, del contenido y carácter de las necesidades sociales. Por eso es de vital importancia determinar la estructura del sistema de valores en las condiciones concretas de la época y el país para dirigir la educación en esa dirección. Cuando analizamos la categoría valor, son al menos posibles tres planos:
En el primero es necesario entender los valores como la parte constitutiva de la propia realidad social, una relación de significación entre los distintos procesos o acontecimientos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto. Es decir que cada objeto o fenómeno, suceso, tendencia, conducta, idea o concepción, cada resultado de la actividad humana desempeña una determinada función en la sociedad adquiere una u otra significación social, favorece u obstaculiza el desarrollo progresivo de la sociedad y en tal sentido es un valor o un antivalor. A estos valores le llamamos objetivos y al conjunto de todos ellos, sistema objetivo de valores. Este sistema es dinámico, cambiante, dependiente de las condiciones histórico – concretas y estructurado de manera jerárquica.
El segundo nivel de examen se refiere a la forma en que esa significación social, que constituye el valor objetivo, es reflejada en la conciencia individual o colectiva. Cada sujeto social, como resultado de un proceso de valoración, conforma su propio sistema subjetivo de valores, en dependencia, ante todo, del nivel de coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado con los intereses generales de la sociedad en su conjunto, pero también en dependencia de las influencias educativas y culturales que ese sujeto recibe, así como de las normas y principios que prevalecen en la sociedad donde vive. Estos valores subjetivos o valores de la conciencia cumplen una importante función como reguladores internos de la actividad humana.
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