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Selección de obras de Benito Pérez Galdós (página 2)


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"GUINDILLA"

Durante la Regencia del duro General Espartero, que tutelaba la infancia de la Reina Isabel II, en julio de 1842 se iniciaba en Madrid la publicación del muy combativo "Guindilla", periódico satírico-político-burlesco, que contra viento y marea sobrevivió hasta el mes de abril de 1843, poco antes de que las Cortes fuesen disueltas y se iniciase la insurrección militar que determinó la caída de Espartero. Su colección integra, en tres tomos, se conserva en los depósitos de la Biblioteca del Ateneo.

edu.red

El "Guindilla" era radicalmente democrático y lo redactaba el conocido dramaturgo y diputado valenciano Wenceslao Ayguals de Izco, desde una perspectiva valientemente crítica, iconoclástica: "Dispuesto a no dejar títere con cabeza, voy a engolfarme en una nueva serie de tribulaciones. Con este objeto he venido a Madrid, quiero beber en la fuente… quiero ver de cerca, quiero presenciar, escudriñar, tocar con mis manos pecadoras el agibílibus que reina en esta moderna babel, y vive Dios que no ha de quedar trapillo sin salir de la colada, ni he de descargar el rebenque en pámpana criminal sin que levante roncha de lo lindo". Y todo ello, excitando la risa general, pues

La experiencia nos enseña

que ande la rueda como ande

vale más risa pequeña

que la lágrima más grande

El periódico decía posicionarse armado de punta en negro en defensa de los Ayuntamientos y de la Milicia Nacional del Reino, los más celosos guardianes de los derechos del pueblo y sin embargo, despojados por el Gobierno de sus más sagradas atribuciones. Lejos de ser anarquista, sanguinario ni aún ambicioso, "Guindilla" solo deseaba el bien de la humanidad y la consolidación de un Gobierno justo: "Mucho se habla de anarquía y conspiraciones, pero no son las masas trabajadoras las que conspiran, y esa anarquía horrorosa la promueve el pueblo, que dócilmente entrega todo el fruto de sus afanes a los que le oprimen y le insultan. En las orgías de los santones es donde se fraguan planes maquiavélicos de sangre y exterminio"… "Los hombres de bien, los defensores del pueblo, los demócratas puros, jamás hacemos uso de armas prohibidas. Abogamos por el imperio de la justicia, y la santidad de nuestras doctrinas nos proporcionará en breve un triunfo honroso y duradero".

Frente a los malandrines que no tenían razones que alegar en defensa de su sistema porque tal sistema era una mentira, o más bien un tejido de infamia que convertía a los grandes señores en escuderos de la tiranía, desde las páginas del "Guindilla" Ayguas planteaba un republicanismo moderado y federalista. Cuando a finales de 1842 estalló en Barcelona una sublevación popular de contenido republicano, sangrientamente reprimida por el ejercito, el periódico criticó extensa e intensamente al gobierno, sufriendo por ello serias sanciones judiciales. A lo largo del primer semestre de 1843 la conspiración política fue la norma, y bajó el tono crítico del "Guindilla", cada vez más a la defensiva. En su último número se declaraba defensor de la Constitución de 1837 y se oponía a la prorroga de la Regencia de Espartero por las atrocidades cometidas en Barcelona por su Gobierno. Tras el cierre del periódico, Aiguals fundó una editorial y se hizo rico y famoso con la publicación de exitosas novelas folletinescas contra el fondo social

Enrique González Duro

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