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La autoevaluación docente como medio para la actualización profesional


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. El reto del sistema educativo
    3. Requisitos previos para una autoevaluación
    4. El aprendizaje de los profesores en servicio
    5. Autoevaluación del desempeño profesional
    6. Bibliografía sugerida

    Consideraciones teóricas para mejorar la práctica docente

    Resumen

    Una de las prioridades pendientes del Sistema Educativo Mexicano se centra, sin lugar a dudas, en la actualización del magisterio, ya que la calidad de la educación solo podrá ser mejorada si basa la enseñanza en profesores altamente calificados. Sin embargo, para que tengan éxito los esfuerzos realizados por las autoridades educativas en este sentido, es preciso tener en cuenta que la actualización de cada maestro, debe principiar por la propia reflexión sobre su quehacer profesional. De eso precisamente trata la autoevaluación docente y esto es lo que aborda de manera particular esta exposición al final de la cual, se espera despertar en los docentes una motivación personal que origine en ellos el deseo de elaborar por iniciativa propia un programa personal de formación profesional como parte de un proceso de actualización permanente que incida a corto plazo, en la piedra angular de la educación de calidad que el país requiere.

    • EL RETO DEL SISTEMA EDUCATIVO

    Se inicia con un primer cuestionamiento:

    ¿Cuál es el reto más importante de la educación en México y cómo es posible lograr este objetivo en el corto plazo?

    Sin duda alguna mejorar la calidad de la educación y el camino a seguir es lograr que aquella que reciban los alumnos de todo el Sistema Educativo Mexicano (SEM), sea impartida por profesores altamente capacitados en los quehaceres de la docencia; personas comprometidas consigo mismas, con su profesión, y con la sociedad en su conjunto mediante la búsqueda constante del conocimiento. Esto significa estar al día en cuanto a contenidos, métodos, estrategias y medios para evaluar la enseñanza-aprendizaje, puntos todos que pueden ser revisados a través de una reflexión que orille al docente a elaborar un programa personal de formación continua a partir del déficit de conocimiento (áreas de oportunidad) inherente a su ejercicio profesional.

    Ahora bien…

    ¿Por qué la actualización?

    Para dar respuesta puntual, se alude a una frase del maestro Pablo Latapí Sarre:

    "El maestro es un profesional del conocimiento, obligado a estar atento a su continua evolución tanto en las disciplinas que enseña, como en las ciencias del aprendizaje, lo que debiera ser la orientación predominante de los programas de actualización."

    Esta frase nos remite a los contenidos y a los métodos de enseñanza, ambos saberes imprescindibles para una práctica docente de calidad. Actualmente es posible encontrar profesores altamente especializados en los temas que imparten, pero que continúan utilizando métodos y técnicas de enseñanza obsoletos. En el caso contrario, existen maestros abocados a investigar y poner en práctica nuevas formas de enseñar, pero que han olvidado actualizar sus conocimientos respecto a las materias que imparten.

    Lo que la docencia hoy en día requiere, es de personal capacitado en ambos sentidos, además de poseer un dominio de conocimientos sobre las propuestas curriculares que operan en la educación básica. Aunado a lo anterior, habrá que recordar que a partir de los años ochenta, las tecnologías de la información y de la comunicación ensancharon y facilitaron el campo de la investigación en todas las áreas del conocimiento, hecho que prima en la actualidad, la necesidad de transformar el papel del docente informador, a formador y guía del alumno en el proceso de aprendizaje. ¿Cómo? Orillando al estudiante a buscar y utilizar; es decir, a indagar, descubrir por sí mismo para finalmente aplicar dentro de su cotidianeidad, los conocimientos adquiridos.

    En esta primera reflexión, cabe señalar que los procesos de actualización de los docentes, se diferencian de aquellos de los demás profesionistas por el simple hecho de que se trabaja en este ámbito, al igual que en el de la medicina, con seres humanos, lo que nos obliga a remitirnos desde el punto de vista moral y ético, a una concienzuda revisión de los valores que guían la vida personal del maestro, ya que éstos, son trasladados en automático al círculo profesional.

    Es preciso puntualizar que para enseñar, hay en primera instancia que saber; para lo cual es indispensable aprender con la firme e inquebrantable convicción de que el aprendizaje, es un acto constante que se debe llevar a cabo durante toda vida, de tal forma que el aprender y el enseñar se conviertan en un arte mediante el cual se realice un toma y daca constante entre maestro-alumno así como una facultad en donde la reflexión constituya el elemento base para evaluar todos los procesos educativos y a todos los involucrados en ellos.

    Lo anterior, conlleva una actualización permanente por parte del docente ya que en el tránsito por el túnel del tiempo, en donde la ciencia y el conocimiento se reinventan cada día, el maestro debe encontrar en sí mismo la motivación suficiente para actualizarse en continuo a fin de estar en todo momento a la vanguardia del quehacer educativo.

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