Las células madre son aquellas que tienen la capacidad de autorrenovarse y desarrollarse en diferentes tipos de células a lo largo de la vida de un cuerpo. Se distinguen de otros tipos de células por dos importantes características: primero, como se menciona, son capaces de renovarse a sí mismas a través de la división celular (división mitótica) y segundo, bajo ciertas experiencias psicológicas o físicas, pueden convertirse en células orgánicas o tejidos específicos con funciones especiales1.
El principal potencial de uso de las células madre, recae en la posibilidad de terapias celulares, tratamientos en los cuales las células madres son inducidas a desarrollarse en un específico tipo de célula requerido para reparar daños, tejidos o células destruídas2.
De este modo ofrecen la posibilidad de una renovada fuente de células y tejidos reemplazabes para tratar enfermedades como el Alzheimer, daños a la espina dorsal, quemaduras, mal de Parkinson, dolencias del corazón, diabetes, osteoartritis, artritis reumatoide entre otras3.
Por ejemplo, podría existir la posibilidad de generar células saludables del músculo del corazón en un laboratorio y reemplazar esas células en un paciente con una dolencia crónica cardial4.
En Agosto del 2000 el Institudo de Salud Nacional de EE.UU declaró:
"(…) Investigaciones envolviendo células madre humanas pluripotente… prometen nuevos tratamientos y posibles curas para muchas enfermedades y dolencias, incuyendo el mal de Parkinson, diabetes, crónicas cardiales, esclerosis múltiple, quemaduras y heridas a la espina dorsal. El NIH (Siglas en inglés) cree que el potencial médico de beneficios en las tecnologías de las células madre humanas pluripotente son convincentes y dignos de perseguir en acuerdo con apropiados estandáres éticos" (Párrafo 2)5.
Desde 1998, ha comenzado a desarrollarse el cultivo de células madre embrionarias humanas, aquellas células que son parte de la masa celular de un embrión de 4 – 5 días de edad llamado blastocisto que tiene la capacidad de formar todos los tipos de células de un organismo adulto6.
Estos cultivos han sido logrados a partir de óvulos humanos fecundados no usados en las clínicas de fertilidad in vitro, y cuando ya no fueron necesitados para ese propósito, fueron donados para la investigación con el previo permiso de consentimiento del donador7 – 8.
En el año 2006, las investigaciones lograron otro descubrimiento, al identificar las condiciones que dejarían que algunas especializadas células adultas pudieran ser "reprogramadas" genéticamente para comportarse como células madre embrionarias9. A este nuevo tipo de célula se le denominó célula madre inducida pluripotente.
Sin embargo la reprogramación de dichas células conllevaría un proceso el cual predisponería a las células al cáncer. Por lo cual la células madre inducidas pluripotentes no podrían reemplazar a las células madres embrionarias10.
La principal diferencia entre una célula madre adulta y una célula madre embrionaria son sus diversas habilidades en el número de diferenciados tipos de células al que pueden llegar a convertirse.
Células embriónicas pueden convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo, puesto que son pluripotentes por naturaleza. Las células madre adultas pueden "reprogramarse" para ser pluripotentes, como se ha explicado anteriormente, pero generalmente son más limitadas para diferenciarse en sus tipos de células de tejido original.
También son menos probables de ser rechazadas por el sistema inmune del paciente, puesto que las propias células del paciente podrían ser expandidas e inducidas en asumir un específico tipo de célula para luego reintroducirse en el paciente.
No obstante las células madre de adulto podrían contener anormalidades en su ADN causadas por el diario vivir; la exposición al sol, tóxinas y errores genéticos hereditarios. Esta posible debilidad podría limitar la utilidad de las células.
La gran controversia con respecto a las células madres recae en las embrionarias, en su modo de obtención a través de clínicas fertilizantes y el atentado a la vida que traería usar a embriones como fuente, lo cual ha generado el debate bioético sobre la vida de los que serán sacrificados para la utlización de las células.
De este modo, la polémica se ha puesto en el versus que existe entre la investigación y uso de las células madre embrionaria contra las células madre adultas. Estas últimas, teniendo a su favor el hecho de no necesitar la destrucción de embriones humanos para su investigación ha inclinado la balanza bioética hacía su lado.
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