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Charles Darwin y el darvinismo (página 2)

Enviado por mtamayo


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7. La vida en Down

Durante 1841 la salud de Charles empeoró. Su trabajo se veía interferido por estados de agotamiento y por la intensa vida social de la gran ciudad. A pesar de ello, en enero de 1842 terminó su manuscrito sobre los corales, que se publicó en diciembre con el nombre de "The Structure and Distribution of Coral Reefs" (Estructura y distribución de los arrecifes de coral). En el desarrolló un detallado estudio de la formación, estructura y distribución de los atolones y arrecifes de coral. Era el primer tomo de la Geología del Viaje, que completaría con sus estudios Geological observations on volcanic islands, publicado en 1844, en el que se refiere a los fenómenos de actividad volcánica, especialmente de las Islas de Cabo Verde, Galápagos y Tahiti, y Geological observations on South America (Observaciones geológicas sobre la América del Sur), publicado en 1846, en el que se refiere principalmente a los mecanismos de levantamiento de los Andes y a la formación de la llanura pampeana. Tales libros le colocaron en el rango de los más importantes pensadores científicos de su tiempo.

Debido a su precaria salud, en septiembre de 1842, tres años después de su matrimonio, se trasladaron de Londres y se establecieron en una casa de campo del pequeño pueblo de Down, cerca de Beckenham (condado de Kent), a unos 25 km. al sur de Londres, con su primer hijo, William Erasmus y su primera hija, Anna. En ese tiempo el pueblo conservaba un estilo de vida feudal, los campesinos saludaban a la "gente bien" como Darwin, quitándose el sombrero o haciendo una reverencia. Darwin escribió: "Me hallo ahora establecido en el lugar donde quiero vivir hasta el final de mi vida", y efectivamente allí pasó los 40 años finales de su vida. Down House, hoy Museo Darwin, era una casona antigua y amplia, que tenía jardines, campos, un retazo de bosque, un invernadero, y más tarde una pista de tenis de tierra de arcilla. Darwin pudo allí hacer vida de terrateniente, entre sus invernaderos, palomas y gallinas. Llegó a tener unos 15 criados. Su fortuna y paciencia le permitieron llevar adelante su obra, dedicándose por entero a su labor científica, a pesar del estado de salud.

En Down House llevaba Charles Darwin una vida tranquila, enriquecida con reuniones periódicas a las que asistían científicos relevantes, como John Stevens Henslow, Charles Lyell, Joseph Hooker, Thomas Henry Huxley y otros, que constituyeron importantes apoyos para sus ideas. Cuando Darwin se instaló en Down, visitaba Londres cada dos o tres semanas, pero gradualmente fue espaciando sus salidas y se hizo sedentario. Solamente salía en viajes cortos a Londres, visitas familiares a Shrewsbury y Maer, y algunas cortas vacaciones en el mar o algún balneario de aguas curativas, donde se sometió acríticamente a curas hidropáticas sin sentido. En Down House pasaba los días escribiendo, leyendo, recibiendo amigos, paseando, diseccionando, conversando con los criadores locales de palomas o cerdos, realizando experimentos en su invernadero u observando sus panales de abejas. Contribuía con la iglesia del pueblo, organizaba actividades filantrópicas y desde 1857 actuó como juez de paz, dirimiendo casos como el de la caza furtiva de conejos, la conducción enloquecida de un carro de caballos y el vandalismo contra la valla de un granjero. Era tesorero del Club del Carbón y Tejidos y supervisaba las cuentas de la Escuela Nacional (Iglesia de Inglaterra).

Charles y Emma tuvieron diez hijos: William Erasmus, Anna, Mary Eleanor, Henrietta, George, Elizabeth, Francis, Leonard, Horace y Robert Waring. La vida familiar en Down de desarrolló en un ambiente cordial, afectuoso y sin tensiones, con una convivencia franca entre padres e hijos. Charles mostraba una auténtica devoción por sus hijos y sus relaciones con ellos fueron muy abiertas. Se mostró muy liberal, respetando su personalidad y su independencia, dándole valor a sus opiniones y problemas y mostrando cariño y comprensión. Darwin construyó una rutina de trabajo que mantuvo casi inalterada durante toda su vida. Se levantaba antes de las 7 de la mañana, daba un pequeño paseo por el jardín, tomaba desayuno y se encerraba en su despacho a trabajar. A mitad de mañana visitaba su invernadero, donde realizaba experimentos, y sus instalaciones con palomas y conejos, y continuaba su trabajo hasta mediodía. Después de almuerzo descansaba un rato, y luego de un pequeño paseo volvía a su estudio, dedicándose a leer, contestar su correspondencia y meditar sus ideas. Su biblioteca creció rápidamente. Su dificultad para redactar contrastaba con su rapidez de lectura y su capacidad para la síntesis de ideas, resumir y esquematizar hipótesis y teorías. Las últimas horas del día las dedicaba a conversar, jugar dos partidas de backgammon con Emma, leer, o escuchar música con su familia. Se acostaba a las diez y media de la noche. A las reuniones con lecturas y música agregaba ocasionalmente reuniones con sus amigos.

No faltaron los momentos amargos en la vida familiar. El mismo año de su llegada a Down, nació y murió su hija Mary Eleanor. Otros duros golpes fueron la muerte del tío Jos, padre de Emma, en 1843, y la del Dr. Robert Darwin, el 13 de noviembre de 1848. El último de los hijos, Robert Waring, murió a los dos años de nacer. El dolor más grande fue la pérdida de su hija Anna, en 1851, cuando contaba diez años de edad. El matrimonio se vio abatido en el sufrimiento durante largo tiempo.

Charles Darwin sufría de astigmatismo pronunciado y atravesaba por prolongados períodos de malestar general y náuseas. Dos años después de llegar a Inglaterra comenzó a experimentar síntomas de una enfermedad que no le abandonaría hasta el final de su vida. A partir de los 30 años pasó por frecuentes y largos períodos en los que no podía trabajar más de dos o tres horas diarias, o en los que al final estaba de hecho completamente incapacitado. Fuertes malestares de estómago, vómitos violentos, dolor de cabeza, debilidad muscular, convulsiones, mareos, escalofríos, erupciones en la piel y alteraciones cardíacas eran los principales síntomas. La naturaleza exacta de su enfermedad no está aclarada, pero los síntomas indican problemas en el sistema nervioso autónomo. Algunos investigadores han sugerido que se trataba de una enfermedad psicosomática, motivada por un padre dominante y represivo, a un estado hipocondríaco agudizado por la angustia y presión autoimpuestas por su trabajo, otros piensan que pudo ser la enfermedad de Chagas, transmitida por la "vinchuca" (Triatoma infestans), insecto que Darwin colectó en Chile y Argentina y que mantenía vivas en el Beagle, donde observaba cómo lo picaban en la mano. Se ha mencionado también una posible alteración del equilibrio dada las largas temporadas de mareos en el Beagle, infección por algún parásito adquirido durante el viaje o envenenamiento por arsénico utilizado en algunos "tratamientos" de la época. Es difícil saber si su enfermedad favoreció o perjudicó al trabajo científico. Por una parte limitó el tiempo que dedicaba al trabajo activo a unas cuatro horas diarias, pero parece que lo compensó pensando mucho y desarrollando hábitos de trabajo metódico.

Uno de los primeros trabajos que realizó luego de adoptar la vida de un noble rural, fue su proyecto de estudiar, describir y clasificar los miles de percebes, crustáceos cirrípedos, que había recolectado durante el viaje, y que le ocuparon ocho años de preparación. Fue un trabajo tedioso y agotador ("Odio a los percebes más que un marinero a borde de un barco en calma chicha", escribió), pero el examen de miles de ejemplares le permitió comprender a fondo la realidad y las dificultades de la clasificación, mostrándole la frecuente arbitrariedad de las distribuciones según las especies. Este minucioso trabajo fue un duro aprendizaje, además, de anatomía comparada y embriología, y de sus relaciones con la sistemática.

8. El círculo de amigos

La obra de Darwin surgió con la constante ayuda de un grupo de eminentes investigadores, amigos con los cuales mantuvo un contacto mediante reuniones o correspondencia. Este selecto círculo íntimo de amigos de Charles Darwin estaba formado por Sir Charles Lyell, Sir Joseph Dalton Hooker, Thomas Henry Huxley, Sir John Lubbock, Alfred Russell Wallace y Asa Gray.

Sir Charles Lyell (1797-1875). Geólogo. Cambió la carrera de derecho por la de geología luego de asistir a unas conferencias de William Buckland, en Oxford. Era el mayor del grupo, con gran diferencia, y el único que falleció antes que Darwin. Charles Darwin leyó su libro "Principles of Geology" mientras realizaba su viaje alrededor del mundo y dijo: "Pienso realmente que mis libros proceden a medias del cerebro de Lyell. Veo por sus ojos". Charles Lyell tuvo interés por conocer personalmente a Darwin, mientras éste se encontraba en el Beagle. Llegado Darwin de su viaje, Lyell lo invitó a cenar a su casa, iniciando una larga amistad. Al igual que Darwin se había interesado en su juventud por los insectos y las aves. Durante años animó a Darwin en privado para que continuara con su trabajo, aunque no se decidía a apoyar a su amigo en sus ideas. Después de una larga oposición, terminó aceptando las ideas evolucionistas, pero rechazó la selección natural y no incluyó al hombre en la evolución. Estuvo en EE.UU., Canadá y casi todos los países europeos.

Asa Gray (1810-1888). Botánico norteamericano, que viajó mucho. Dejó la carrera de medicina para estudiar botánica y llegó a ser el principal especialista norteamericano en taxonomía vegetal. Se conocieron con Darwin en 1851, en casa de Sir William Hooker, manteniendo desde 1855 una correspondencia en forma regular. En 1857 Darwin le expuso las líneas generales de su teoría de la evolución y sus intenciones de publicar un libro al respecto. Asa Gray fue un hombre extremadamente religioso. Darwin lo calificaba como "un cruce complejo de abogado, poeta, naturalista y teólogo". Tomó parte activa en los trabajos botánicos de Darwin. Fue el primer darvinista importante de EE. UU., pero no estaba de acuerdo en que la selección natural hubiese participado en el origen del ser humano. Expuso sus ideas en una serie de ensayos publicados en 1876 con el nombre de "Darwiniana". Pensaba que un Dios bienintencionado suministraba a la naturaleza las variaciones beneficiosas.

Sir Joseph Dalton Hooker (1817-1911). Botánico, como su padre Sir William Hooker. De joven guardaba bajo su almohada las pruebas de imprenta del diario de Viajes publicado por Darwin en 1839, que había obtenido de su padre. Se conocieron con Charles Darwin en mayo de 1839. Le fue presentado por Robert MacCormick cuando Hooker y MacCormick se preparaban para iniciar un viaje como naturalistas de la expedición del capitán Ross al hemisferio sur y la Antártida, viajando por Australia, Nueva Zelanda, África del Sur y Sudamérica. Emprendió otros viajes, incluyendo uno durante tres años y medio por la zona del Himalayas. Fue director de los Jardines Botánicos Reales de Kew. Amigo y consejero de Darwin en problemas científicos, sobre todo botánicos, y personales. Apoyó a las ideas evolucionistas de Darwin desde 1860 y le entregó valiosa información sobre la distribución de los vegetales en todo el mundo.

Alfred Russell Wallace (1823-1913). Zoólogo y biogeógrafo. Comenzó su carrera como guarda territorial y fue maestro de escuela en Leicester. En 1848 viajó a Sudamérica con Henry Walter Bates para colectar material zoológico y botánico. Se conocieron con Charles Darwin en 1853, en el Museo Británico. Al año siguiente se embarcó en otra expedición coleccionista, en el Archipiélago Malayo. Independientemente de Darwin, desarrolló la idea de la selección natural como el más importante factor de la evolución biológica, y en 1858 presentaron en conjunto en la Sociedad Linneana sendos trabajos al respecto. Mantuvo una frecuente correspondencia con Darwin sobre diferentes materias y después de su vuelta de Indonesia fue un asiduo visitante en Down.

Thomas Henry Huxley (1825-1895). Biólogo y zoólogo, publicó importantes estudios sobre vertebrados, invertebrados marinos y fósiles. Estudió medicina, fue médico de la marina inglesa. Se conocieron con Darwin por intermedio de Joseph Dalton Hooker, también en 1851, cuando Hooker volvía de un viaje de tres años por los Himalayas. Huxley había vuelto el año anterior de un viaje alrededor del mundo que duró cuatro años, con el capitán Stanlay en el barco H. M. S. Rattlesnake, trabajando como cirujano ayudante. Thomas Henry Huxley se autodefinió como el "bulldog" de Darwin, porque participó activamente en su defensa. Fue famosa su polémica con el arzobispo anglicano Samuel Wilberforce ocurrida el 30 de junio de 1860 en la Asociación Británica para el Progreso de las Ciencias. Escribió sobre educación científica y sobre las implicaciones de la teoría evolutiva para la filosofía y la ética.

Sir John Lubbock (1834-1913). Prehistoriador, político y banquero. Se convirtió en el "hijo científico" de Charles Darwin, y éste en su maestro y mentor, cuando los Darwin se mudaron a su propiedad de Dawn House, a kilómetro y medio de la de los Lubbock. Siendo joven, le dijo a Darwin que sus objetivos eran ser alcalde de Londres, ministro de Economía y Hacienda y presidente de la Royal Society. Darwin le contestó que podría lograr cualquiera de ellos si abandonaba a los otros dos, pero Lubbock ignoró el consejo y no consiguió ninguna de sus tres metas. Confirmó la existencia de la edad glacial en Inglaterra, y realizó importantes estudios en los campos de la psicología comparada, la prehistoria y la conducta de los insectos sociales.

9. Sus libros sobre evolución

Darwin desarrolló con gran rapidez sus ideas evolucionistas en varios frentes, sus cuadernos de notas no reflejan un proceso ordenado de acumulación y racionalización. En julio de 1837 comenzó a recoger en su libro de notas hechos referentes a la formación y transformación de los animales domésticos y las plantas. A fin de resolver el problema del mecanismo de la evolución, comenzó por estudiar la formación de razas en animales domésticos y plantas cultivadas. Puesto que el hombre ha logrado obtener formas muy diferentes en cada una de estas especies, aparece muy clara la transformación y diversificación de distintas líneas de descendencia. Seleccionando ejemplares adecuados se guía la crianza en una dirección determinada. Darwin pensó, por lo tanto, que la "selección" debía ser la clave en la formación de nuevas especies, pero no encontraba en la naturaleza una fuerza que actuara en sentido análogo a la selección realizada por el hombre.

La lectura casual el 28 de septiembre de 1838 del "Ensayo sobre la población", de Thomas Robert Malthus, le ayudó a encontrar la explicación, tanto tiempo buscada, sobre la formación de las especies. Malthus postuló que las poblaciones humanas tienden a crecer en progresión geométrica, mientras los medios de subsistencia de que disponen lo hacen sólo en progresión aritmética. Darwin aplicó el concepto de lucha por la existencia al reino animal y vegetal y dedujo que las variaciones que se producen en los individuos de una especie tenderán a conservarse en sus descendientes en el caso de ser favorables, porque a la larga serán eliminados los individuos menos adaptados al medio. Ha llamado la atención que debieron pasar 40 años para que alguien percibiera las implicaciones evolutivas del principio malthusiano, que era de dominio público. El principio de Malthus tenía como fin argumentar contra el cambio, para rebatir la ilusión de los ilustrados de que por medio de la reforma social puede producirse el progreso humano. El razonamiento de Malthus fue que el progreso es imposible a menos que exista un abastecimiento ilimitado de recursos. Para Malthus la lucha por la existencia descartaba todo cambio.

Aunque tanto Darwin como Wallace atribuyeron a Malthus el haberle entregado la clave de la selección natural, Sydney Smith realizó un minucioso estudio de los cuadernos de notas de Darwin y demuestra que la idea de la selección natural estaba bien clara en la mente de Darwin antes de haber leído a Malthus. También se ha dicho que estos conceptos tenían conexiones con el liberalismo económico de la Inglaterra del siglo XIX.

Charles Darwin elaboró por primera vez la teoría de la evolución como un argumento coherente en un breve bosquejo (conocido como "el sketch", "esquema" o "notas sobre la transmutación de las especies") de 35 páginas escrito en junio de 1842, seguido por un ensayo más extenso (conocido como "el Essay", "ensayo" o "borrador sobre las especies"), de 231 páginas, en 1844, que contiene en esencia las principales ideas de su principal obra, publicada 15 años más tarde. El 5 de julio de 1844 escribe a Emma: "Acabo de finalizar el esquema de mi teoría de las especies. Si, como creo, mi teoría en el futuro fuera leída, aunque sólo fuese por un crítico competente, supondrá un avance considerable en la ciencia. Ninguno de los borradores lo escribió para publicarlo, pero Darwin le encargó a su mujer la publicación del ensayo de 1844 en caso de muerte prematura. Sin publicar nada sobre el tema, continuó trabajando en él durante muchos años. En el mismo año en que Darwin completó su "ensayo sobre las especies", 1844, se publicó en Inglaterra una obra de autor anónimo denominada "Vestiges of the "Natural History of Creation" (Vestigios de la Historia Natural de la Creación). Se trataba de una extensa obra popular con especulaciones evolucionistas, que añadió muy poco a la discusión científica del problema. Este libro tuvo un gran éxito entre el público general, no científico, pero también se comentó detalladamente en revistas científicas importantes, y provocó una fuerte reacción contraria de la comunidad científica. Se produjo una gran curiosidad sobre el autor de los "Vestiges", puesto que el libro se había publicado como anónimo, pero años más tarde, en 1884, al publicarse la duodécima edición, póstuma, se supo que había sido escrito por Robert Chambers, un editor escocés. El principal mérito de este libro fue preparar al público para recibir la obra de Darwin. Sus actividades de escritor y estudioso las alternaba con conversaciones e intercambio de ideas con científicos importantes, tales como Robert Brown, Alexander von Humboldt, el astrónomo y matemático John Herschell, a quién había conocido durante su paso por Ciudad del Cabo, y por supuesto con John S. Henslow y Charles Lyell.

Desde los 40 años, para compensar su calvicie Darwin se dejó crecer una larga barba, que le daba un aspecto patriarcal. Entre los 30 y 40 años su cabellera era de color nogal vivo, y sus ojos azules claros. Era corpulento y de color sonrosado. Entre 1851 y 1853 se publicaron los cuatro tomos, con más de mil páginas, de su tratado sobre los percebes o cirrípedos, grupo de crustáceos aberrantes, titulado "A monography of the Cirripedia". A partir del 14 de mayo de 1856 empezó a escribir la gran obra de su vida sobre el problema del origen de las especies, dedicándose casi por completo a este esfuerzo. La única explicación transformista, la de Lamarck, le parecía ingeniosa y hábil, pero algo infantil. El ensayo sobre este tema que había escrito en 1844 lo había dado a conocer a algunos de sus amigos, entre ellos a Charles Lyell y a Joseph Dalton Hooker. Lyell le recomendó en varias oportunidades que diera a conocer sus teorías, pero Darwin, entregado a otros trabajos, y metido en una montaña de datos, no veía llegado el momento para terminar de redactar la extensa obra que había proyectado. El libro se desarrollaba lentamente, por el afán de Darwin de reunir la mayor cantidad de datos. En 1855 apareció en los Annals and Magazine of Natural History un artículo abiertamente evolucionista titulado "Sobre la ley que ha regulado la aparición de nuevas especies". Su autor era Alfred Russell Wallace, que lo enviaba desde Sarawak, Borneo. Darwin leyó el artículo por sugerencia de Lyell y se asombró al comprobar la similitud de las ideas de Wallace con las suyas. Alfred R. Wallace era más joven que Darwin. Con el entomólogo Henry Bates había explorado en 1848 la cuenca del Amazonas. Los tres años siguientes a la publicación del artículo de Wallace preocuparon a los amigos de Darwin, que constantemente le impulsaban a terminar su libro. Desde 1856 Darwin intercambió correspondencia con Wallace, comentando algunos aspectos de sus ideas, sin embargo se trataba de comentarios generales, sin referirse con detalle al mecanismo evolutivo.

Entonces se produjo una coincidencia extraordinaria. Recién había redactado los primeros nueve o diez capítulos de lo que sería su "gran libro de las especies", cuando Charles Darwin sufre la mayor sorpresa de su vida. El 18 de junio de 1858 recibe por correo un breve manuscrito que contenía todos los elementos esenciales de la teoría darviniana y en el que se exponía exactamente, hasta con términos idénticos, la teoría de la selección natural. El autor del manuscrito era el naturalista Alfred Russell Wallace, que se encontraba en el Archipiélago Malayo. Le pedía a Darwin que lo leyera y enviara a alguna revista científica si lo consideraba aceptable. Estando enfermo de malaria en una pequeña isla del archipiélago de las Molucas, en Indonesia, se le ocurrió súbitamente la teoría de la selección natural. El problema del origen de las especies le preocupaba desde hacía varios años y como había tenido correspondencia con Darwin sobre la materia, fue lógico que enviara el artículo al propio Darwin.

Darwin en seguida quiso renunciar a su prioridad en favor de Wallace, pero Charles Lyell y Joseph Hooker lo convencieron que hiciera una primera exposición escrita de su teoría. En una sesión celebrada el 1 de julio de 1858 en la Linnean Society, el naturalista Alfred Newton leyó los dos trabajos, el de Wallace y el de Darwin. Inesperadamente no hubo mayor reacción. Se les felicitó cortésmente y se les animó para que siguieran trabajando en el tema. El mismo Darwin anota: "La única noticia pública de que me puedo recordar, fue la del profesor Haughton, de Dublín, cuyo veredicto fue que todo lo nuevo dicho era falso y que sólo era exacto lo antiguo". Newton advirtió la importancia de ambos trabajos, y los hizo publicar íntegros en el Journal of the Proceedings of the Linnean Society casi inmediatamente. Los trabajos de la Linnean Society fueron casi completamente ignorados, e incluso el presidente de la Sociedad resumió el año 1858 como un año no destacado por "ninguno de esos notables descubrimientos que inmediatamente revolucionan la ciencia".

Charles Darwin abandonó la idea de terminar su monumental obra de las especies, y en su lugar se retiró durante un año a la isla de Wight para escribir lo que él consideraba un "resumen". Reelaboró completamente el proyecto anterior y tras 23 años de maduración de sus teorías, el 24 de noviembre de 1859 se publicó su gran obra, "On the Origin of Species by Means of Natural Selection or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life" (El origen de las especies), en la que expone su teoría sobre la evolución. Cuando el editor sometió el manuscrito del libro a un árbitro para que diera su opinión, éste respondió lamentando que Darwin no hubiese escrito simplemente sobre la crianza de palomas. Opinó: "Todo el mundo se interesa por las palomas, se harían comentarios del libro en todos los periódicos del reino y pronto se encontraría en los catálogos de todas las bibliotecas". La repercusión fue enorme, con razón se ha dicho que fue "el libro que sacudió al mundo". Pese a su contenido rigurosamente científico, se agotaron los 1.250 ejemplares que constituían la totalidad de la primera edición, en el mismo día de su publicación. Dos meses después se agotó en pocos días una segunda tirada de 3.000 ejemplares. Durante la vida de Darwin de este libro se realizaron seis ediciones. Posteriormente se siguió imprimiendo constantemente y se ha traducido a unos 30 idiomas. Durante la vida de Darwin se vendieron más de 27.000 ejemplares sólo en ediciones británicas, sin considerar las varias ediciones norteamericanas y las traducciones a diferentes idiomas. Es notable que Darwin nunca publicara el ensayo de 1844, que contiene todos los elementos esenciales de El origen de las especies. Durante un cuarto de siglo dedicó su vida a un prolongado esfuerzo, intensivo y unitario para obtener nuevas fundamentaciones de su teoría. Esta atención única y su inteligencia superior son los responsables del éxito que tuvo al publicar su libro.

Alfred Wallace cedió a Darwin la mayor parte del crédito por sus ideas, argumentando que las contribuciones de ambos se comparan con una semana de trabajo suya y con veinte años de trabajo de Darwin. Por otra parte, se confesó incapaz de haber podido realizar la enorme labor efectuada por Darwin: "Carezco del amor al trabajo, al experimento y al detalle que caracterizaba a Darwin y sin el que nada de lo que yo hubiera podido escribir habría convencido nunca al mundo" Wallace siempre se refirió a la teoría como de Darwin y tituló "Darvinismo" a uno de sus libros y a un ciclo de conferencias que realizó en Estados Unidos.

Un factor muy importante que contribuyó al éxito de Darwin fue la atmósfera intelectual de la primera mitad del siglo XIX y la capacidad de Darwin para aprovecharla. A comienzos del siglo XIX se disponía de varios conceptos básicos necesarios para el desarrollo de las ideas evolucionistas: (1) Se encontraba en pleno apogeo la descripción de nuevas especies de plantas y animales, estimulada por los viajes geográficos y la introducción del sistema linneano; (2) Los esfuerzos de sistemáticos, anatomistas y embriólogos habían resaltado las estrechas similitudes entre muchos grupos diferentes; (3) Se había aceptado la existencia de especies fósiles ya extinguidas; (4) Los geólogos William Smith y Sir Charles Lyell habían puesto de manifiesto que las sucesiones de fósiles cambiaban continuamente en las distintas etapas geológicas; (5) Se había descartado la idea de la "generación espontánea", se aceptaba que al menos la mayoría de los organismos descendían de organismos preexistentes a través de la herencia biológica; (6) Otro importante elemento fue el nuevo concepto de la distribución geográfica de las plantas, desarrollado por Joseph Hooker y Asa Gray; (7) Los alemanes del movimiento de la Naturphilosophie. que había desaparecido alrededor de 1830, habían expresado ideas tales como el reconocimiento de las homologías anatómicas, explicables a través del desarrollo embriológico; (8) La escuela de Leibniz había desarrollado la idea de "escala de la naturaleza", según la cual no existían discontinuidades en una cadena que iba desde los objetos inanimados hasta el hombre.

El libro alcanzó un gran éxito y a él se debe el establecimiento definitivo de la teoría de la evolución. La obra de Darwin supera ampliamente, tanto en extensión como en calidad, a todas la publicaciones anteriores sobre evolución y se considera a Darwin como el fundador de la moderna teoría de la evolución.

Hay que distinguir dos aspectos en la gran obra darviniana. Por un lado, la recopilación de un gran conjunto de datos paleontológicos y biológicos a partir de los cuales se induce la idea de la evolución, y por otro la formulación de la teoría de la selección natural para explicar el mecanismo del proceso evolutivo. La idea de evolución fue progresivamente aceptada por los biólogos casi de inmediato, pero la teoría de la selección natural fue discutida desde un principio y ha estado sometida a diversas alternativas, siendo su papel reconocido plenamente con el desarrollo del sinteticismo desde mediados del siglo XX.. Atribuye el origen de las nuevas especies a la selección natural de las características ventajosas, y para la cual la adaptación orgánica es de origen secundario y no primario como pretendía Lamarck.

Cuando se discute la "teoría de Darwin" se tiene en mente una combinación de teorías, que pueden agruparse en dos grandes campos: La evolución en sí y sus características ("Teoría de la descendencia con modificación" o "Teoría General de la Evolución") y la explicación darviniana del mecanismo mediante el cual se produce la evolución ("Teoría de la Selección Natural").

La "Teoría de la descendencia con modificación" (Teoría General de la Evolución) propone básicamente las siguientes ideas:

1. Evolución como tal: Las características del mundo no son constantes, el Mundo no se originó recientemente ni está en un ciclo perpetuo, sino que está cambiando irreversiblemente en forma continua, transformándose los organismos a través del tiempo.

2. Continuidad: Todas las especies, fósiles o vivientes, se han originado a partir de otra especie preexistente.

3. Origen común: La materia no viva dio origen en forma natural a los primeros seres vivos tras un largo proceso, bajo condiciones muy diferentes de las actuales. La vida se originó una sola vez, y todos los seres vivientes de la actualidad descienden de un antepasado común, están ligados por relaciones de parentesco genético. La mayor similitud entre dos grupos indica un ancestro común más próximo. La teoría previa, de Lamarck, no admitía un origen único, sino la formación continua de vida a partir de la materia inerte.

4. Diversificación evolutiva: Las especies se diversifican a través del tiempo geológico, la evolución no ocurre en una sola "escala", sino la evolución de la vida adopta una pauta de ramificaciones sucesivas. La teoría lamarquiana tampoco aceptaba la diversificación, de acuerdo a ella el proceso era rectilíneo.

5. Gradualismo: El cambio evolutivo ocurre a través del cambio gradual, de larga duración, de las poblaciones y no por la producción repentina de individuos de un nuevo tipo. La transformación de una especie en otra representa la suma de pequeños cambios que sufrieron una serie de generaciones sucesivas en curso de adaptación. La evolución progresa a pequeños pasos y jamás hace un salto brusco. Autores posteriores a Darwin, como Thomas H. Huxley y Hugo De Vries eran partidarios de una evolución saltacionista.

6. Especiación: Las variedades que se hacen muy diferentes entre sí finalizan siendo promovidas al rango de especies. La aparición de nuevas especies depende de dos variables: el tamaño de las poblaciones y la frecuencia con que aparecen diferencias entre los individuos. Los grupos más numerosos son los que más se multiplican, cada grupo grande tiende así a aumentar siempre más, y por la misma razón a presentar caracteres más distintos. La diferencia entre individuos es importante porque cuanto más se diferencian los miembros de un grupo en su conformación más preparados están para ocupar hábitats variados y adaptarse a ellos, y por su aumento numérico suplantar a las otras variedades.

7. Macroevolución: El origen de los grupos taxonómicos superiores (familias, órdenes, clases, filos) es consecuencia del mismo proceso de formación de las especies. Para los pautacionistas, como Stephen Jay Gould, se trata de mecanismos diferentes.

8. Irreversibilidad: Una vez que una especie se extingue no reaparece, cada especie se origina una sola vez. La evolución es un proceso irreversible. Louis Dollo insistió posteriormente en esta idea, conocida como "Ley de Dollo".

9. Uniformismo: La evolución continúa hoy de la misma forma que en el pasado. Para otros evolucionistas la evolución se había detenido desde la aparición del hombre.

10. Oportunismo: La aparición de una forma nueva no tiene carácter de ineluctable, es el resultante de numerosas fuerzas que se conjugaron en un cierto lugar en determinada época. La evolución opera modificando las estructuras presentes, adaptándolas a nuevas condiciones.

11. Extinción: La extinción de las especies está ligada a la evolución. Las especies se extinguen como consecuencia de la aparición de nuevas especies o debido a cambios ambientales.

12. Fenómeno Poblacional: Darwin deja de considerar al mundo viviente a través de individuos aislados, y comienza a pensarse en términos poblacionales. Darwin pone el énfasis en el inmenso desperdicio en la naturaleza, por lo cual los acontecimientos menos frecuentes terminan por tener las consecuencias más importantes. Darwin se adelanta a Boltzmann y a Gibbs, adopta la actitud que impondrá la mecánica estadística en la segunda mitad del siglo XIX. Toda la teoría de la evolución reposa sobre las leyes de los grandes números. Aunque Darwin no recurre a tratamientos matemáticos complejos para analizar la variación de las poblaciones, conformándose con la intuición y el buen sentido, su actitud es ya la del análisis estadístico.

En cuanto a los mecanismos que actúan en la variación de los seres, en la evolución de su organización y en su adaptación ("Teoría de la Selección Natural"), Darwin reconoce los siguientes principios:

1. Una población de organismos tiene un potencial reproductivo tal que si se expresara en la realidad la población se incrementaría mediante tasas geométricas.

2. Durante períodos geológicos cortos el número de individuos de una población permanece más o menos constante.

3. Solo una parte de los nacidos sobrevive hasta reproducirse.

4. Las condiciones ambientales de muchos organismos van cambiando a través del tiempo.

5. Los individuos de una misma población presentan variaciones en sus caracteres, parte de esta variación es heredable.

6. Las actividades vitales determinan qué rasgos son favorables para la supervivencia y la reproducción.

7. Los individuos con caracteres favorables producirán en promedio más descendientes que los que presentan rasgos menos favorables.

La grandeza de Darwin en el campo evolutivo no radicó sólo en el reconocimiento de la selección natural como concepto unificador del cambio y estabilidad evolutivos, sino su espíritu extraordinariamente sintético. En sus escritos hay dos elementos esenciales: análisis detallado y profundo mediante observaciones cuidadosamente elegidas y experimentos, seguido por una síntesis de toda la información disponible. Darwin fue una gran mente sintética: desarrolló la habilidad de encontrar relaciones entre hechos aparentemente no relacionados.

Darwin no utilizó el término "evolución" hasta la sexta edición de El origen de las especies, que apareció diez años después de la primera. aunque la última palabra del texto es el participio pasado del verbo "evolucionar". Darwin prefería hablar de "descendencia con transformación", o "transmutación de las especies". Antes, Jean Lamarck había hablado de "transformismo", y Ernest Haeckel utilizaba los términos "teoría de las transmutaciones" o "teoría de la descendencia". La palabra "evolución" designaba en aquella época al proceso de desarrollo embrionario a partir de un embrión preformado, de acuerdo con el término acuñado por Albrecht von Haller en 1744. Por ejemplo, uno de los capítulos del libro "Palingenesia filosófica" de Charles Bonnet se había titulado "Preformación y evolución". En el lenguaje cotidiano, el término "evolución" estaba asociado a la idea de progreso, pero Darwin rechazaba explícitamente que lo que hoy llamamos evolución produjera progreso. La palabra "evolución" con su sentido actual lo comenzó a emplear Herbert Spencer, quién aceptaba el concepto asociado al progreso.

Charles Darwin, en su retiro de Down, permaneció al margen de las polémicas que originó su obra, aunque tuvo muy en cuenta las objeciones científicas que se le hicieron. Entre 1868 y 1872, Darwin publicó otras tres obras importantes desde el punto de vista evolutivo: "The variation of Animals and Plants under Domestication" (La variación de los animales y las plantas bajo la domesticación), 1868, en la que enfrentó el problema del origen de la variación genética; "The Descent of Man and Selection in Relation to Sex" (El origen del hombre y la selección sexual), 1871, en el que trató la evolución humana y amplió su teoría de la selección sexual, y "The Expression of the Emotions in Man and Animals" (La expresión de las emociones en el hombre y los animales), 1872, en la que sienta las bases para el estudio de la conducta animal.

En "The variation of Animals and Plants under Domestication" (La variación de los animales y las plantas bajo la domesticación), Darwin reúne en dos gruesos volúmenes el material que había recolectado sobre el problema de la variación y la herencia biológica durante muchos años. En ella enuncia la "teoría provisional de la pangénesis" sobre la herencia. Para explicar la heredabilidad de las variaciones del organismo, supuso que las células de los diferentes órganos emiten partículas microscópicas, que llamó "gémulas", portadoras de los caracteres somáticos, las cuales serían arrastradas por la sangre hasta las células germinales que, a su vez, proyectarían en los descendientes las gémulas recibidas. Así se trasmitirían los caracteres adquiridos por los progenitores. Esta fantástica hipótesis tuvo en su época una acogida poco favorable, a pesar de la fama de Darwin.

Darwin creía, como todos los biólogos de la época, en la llamada "herencia mezclada". Sostenía que cada progenitor contribuía generalmente en igual medida a la composición física de sus descendientes, de manera que cualquier atributo heredado sería por término medio igual para los descendientes que para la media de los dos progenitores.

 10. Su obra botánica

Con motivo de la aparición de su libro sobre la expresión de las emociones, Darwin escribió a Haeckel: "He reanudado varios trabajos botánicos y nunca volveré a preocuparme de problemas teóricos. Me voy haciendo viejo y débil y nadie puede decir cuándo decaen sus facultades intelectuales". En efecto, no volvió a tratar de los grandes problemas planteados con sus teorías y llevó a cabo una serie de investigaciones concretas en botánica, que se tradujeron en la publicación de varios libros: "The fertilisation of the Orchids" (La fertilización de las orquídeas), 1862; "Insectivorous plants" (Las plantas insectívoras), 1875; "Climbing plants" (Plantas trepadoras), 1875; "The Effects of Cross- and Self-Fertilisation in the Vegetable Kingdom" (Efectos de la fecundación cruzada y de la autofecundación en el reino vegetal), 1876, y "The Differents Form of Flowers on Plants of the Same Species" (Las diferentes formas de flores en plantas de la misma especie), 1877 y "The power of movements in Plants" (La capacidad de movimiento en las plantas), 1880. Estos trabajos, unidos a los anteriores, constituyen una aportación muy notable – más de 3.000 páginas en conjunto – que tuvo muy buena acogida entre los botánicos.

Su último libro publicado en vida fue "The formation of Vegetable Mould throught the action of Worms" (La formación de la tierra vegetal por acción de los gusanos, con observaciones de sus costumbres), en 1881. Se trata de un estudio en el que explica cómo las lombrices enriquecen el suelo llevando componentes profundos a la superficie y mezclándolos con el suelo superficial. Planteó además que sus actividades son importantes en la aireación del suelo y estimó que entre 10 y 12 toneladas de tierra seca por acre pasan anualmente a través de su intestino, llevando potasio hacia la superficie y fosfato al subsuelo, y agregando productos nitrogenados de su metabolismo.

11. Sus últimos años

Mientras tanto, sus méritos científicos fueron reconocidos oficialmente en todo el mundo. Los nombramientos y honores, así como los ataques que debió soportar durante la última parte de su vida, se sucedieron hasta su muerte. En 1864, recibió la medalla Copley de la Real Sociedad, la segunda más alta distinción académica de Inglaterra. En 1874, John Tyndall pronunció un brillante discurso en la Asociación Británica para el Progreso de la Ciencia, en el que reconocía los éxitos obtenidos por Darwin con sus teorías evolucionistas. En el mismo año, la Sociedad Zoológica Argentina lo nombró miembro honorario, y al año siguiente lo mismo hizo la Academia Nacional de Ciencias de Argentina. En 1877 fue nombrado "Doctor Honoris Causa" por la Universidad de Cambridge. Gladstone le ofreció hacerle miembro del patronato del Museo Británico, honor que declinó por razones de salud. En 1877 fue nombrado profesor honorario de la Institución Libre de la Enseñanza, en Madrid, España. Distinciones semejantes fueron entregadas por las Academias Imperiales de Ciencias de Rusia y las sociedades de naturalistas de la Universidad Imperial de Kazán y otras de Moscú.

En diciembre de 1881 viajó a Londres a visitar a una de sus hijas y sufrió un desvanecimiento en la calle. En el invierno de 1882, escribió a un amigo: "mi carrera está casi concluida". Posteriormente los desmayos se hicieron más frecuentes. Sin embargo, no dejó de trabajar. Decía: "Cuando me vea obligado a renunciar a la observación y a la experimentación, moriré". Trabajó hasta el 17 de abril de 1882. Tras un colapso agudo que sufrió en la noche del 18 de abril, la gravedad de su estado se hizo irreversible, produciéndose su muerte a las tres y media de la tarde del día 19 de abril de 1882, a los 73 años.

La familia quería que fuera sepultado en su pequeña ciudad de Down, pero John Lubbock inició inmediatamente una campaña apoyada por diecinueve miembros del Parlamento inglés, para que fue sepultado en la abadía de Westminster, junto a Isaac Newton, el máximo honor que puede tributarse a un inglés después de su muerte. A sus funerales, realizados a los siete días de su muerte, asistieron representaciones diplomáticas oficiales de diferentes países (Francia, Alemania, Italia, España y Rusia), y de universidades y sociedades científicas. Un grupo selecto de personalidades llevaron las cintas del paño mortuorio que cubría el féretro: Sir John Lubbock, Thomas Henry Huxley, Sir Joseph Hooker, Alfred Russell Wallace, William Spottiswoode (presidente de la Royal Society), el Duque de Devonshire, el conde de Derby, el Duque de Argyll y el canónigo Sir Thomas Farrer. Con motivo de la muerte de Darwin los canónigos de Londres pronunciaron sermones en Westminster y en la catedral de San Pablo. El canónigo Liddon, en su sermón en la Catedral de San Pablo, dijo: "Cuando aparecieron las obras del profesor Darwin sobre "El Origen de las Especies" y "La descendencia del Hombre", fueron consideradas al principio ligeramente por los hombres religiosos como si contuviesen teorías necesariamente hostiles a la religión. Un estudio detenido modificó por completo semejante impresión. Se vio que así la actividad creadora de Dios se manifestase por catástrofes (valga la frase) lo mismo que en progresiva evolución, quedaba siempre tal actividad creadora, y en realidad las grandes cuestiones metafísicas permanecían intactas". Por su parte, el canónigo de Barry, dijo en su oración fúnebre en la Abadía de Westminster: "La fructífera doctrina de la evolución, a la cual el nombre del difunto profesor quedará para siempre unido, se presta, por lo menos, también, a las antiguas promesas de Dios como las modernas pero menos completas explanaciones del Universo". Cuando el ataúd traspasó las puertas, el coro cantó un himno compuesto para la ocasión y tomado del Libro de los Proverbios: "Feliz es el hombre que encuentra la sabiduría y logra el entendimiento. Ella es más preciosa que los rubíes y todo lo que se puede desear, y no se puede comparar con ella".

Aunque no recibió durante su vida ningún honor oficial, aparentemente por influencia de la Iglesia, a tres de sus hijos se les concedió posteriormente el título de Sir. Hoy "Down House" es un museo. Existen hoy museos "Darwin", bibliotecas "Darwin" e instituciones "Darwin" en muchas partes del mundo. En las islas Galápagos, Ecuador, hay una importante estación de investigación biológica llamada "Charles Darwin". La isla de este archipiélago llamada antiguamente Culpepper recibe hoy el nombre de "Darwin". Existe la ciudad Darwin, capital del Territorio Septentrional, en el norte de Australia, y localidades Darwin en Uruguay (Depto. de Soriano) y Argentina (Depto de Avellaneda). En Chile hay varios accidentes geográficos que llevan su nombre: Bahía Darwin y Canal Darwin, en Aisén, Cordillera Darwin en Magallanes, Cordillera Darwin y Cerro Darwin en Tierra del Fuego (estos últimos dos denominados así por Fitzroy), y un ramal de los Andes en la provincia de Atacama (denominado así por el explorador Francisco San Román).

12. Perfil humano de Darwin

Sus contemporáneos describieron a Charles Darwin como una persona extraordinariamente modesta, tranquila y amable, que evitaba por todos los medios herir los sentimientos de los demás. Era un hombre tranquilo, de conversación entretenida y muy modesto, que detestaba la ostentación. Por ello se desilusionó cuando conoció a Humboldt, a quién encontró demasiado hablador, que conversaba con demasiada seguridad en tonos de voz altos. Darwin nunca se jactaba de nada. Solía tartamudear, y pronunciaba mal algunas palabras. Se quejaba de su absoluta ignorancia del dibujo y de escasa aptitud para los idiomas, lo que dificultaba sus estudios. Sin embargo, aunque tenía gran dificultad en el aprendizaje de idiomas extranjeros, aprendió alemán para entender el sentido de las críticas de Haeckel, y leer las obras de Hermann Müller, Behren y otros, estudió a fondo las obras de algunos naturalistas alemanes y pudo contestar a Ernst Haeckel una carta en su propio idioma. En sus conversaciones privadas era alegre e ingenioso. A sus hijos les concedía muchas libertades y confianza, les contaba sus anécdotas, les leía novelas. Las cartas a sus amigos íntimos están sembradas de ocurrencias divertidas, aún tratando acerca de temas serios. Darwin fue un investigador sagaz, completamente sincero y que se acercaba a la realidad con absoluta ingenuidad. En cierta ocasión dijo a un amigo: "Me gustan los experimentos tontos, y siempre los estoy haciendo". Para Darwin no había nada obvio, y realizaba experimentos que la mayoría de las personas considerarían innecesarios. Por ejemplo, investigando la polinización colocó en una jarra una flor femenina junto con algo de polen de una planta masculina, para comprobar si se podían unir sin la intervención de insectos. Cuando en sus cartas describía estos "experimentos tontos" o sus nuevas ideas, solía firmar su correspondencia como "Stultis", que en latín designa a alguien absurdo o ridículo.

Darwin fue ante todo un gran observador. También fue un gran teorizador, en ese sentido se asemeja a algunos físicos destacados de su época. La universalidad de sus intereses lo convirtieron en un constructor de puentes entre diversas disciplinas. Fue muy audaz en la teorización. En Charles Darwin se dio una interesante mezcla de una mente brillante, una gran audacia intelectual, y habilidad para combinar las mejores cualidades de un naturalista observador, un teórico filosófico y un experimentador. Con Darwin aparece un nuevo tipo de naturalista, ante todo viajeros que van al terreno a examinar el material, naturalistas que van de isla en isla, de continente a continente, estudiando los seres vivos en el lugar en que viven, comparando sus formas, hábitats y costumbres. Acumulan observaciones, comparaciones, medidas. No titubeaba en experimentar en el lugar, sumergir por ejemplo caracoles durante 15 días en el mar para medir su capacidad de superviviencia y determinar su capacidad de ser transportados de una tierra a otra.

Según las índices convencionales, su coeficiente intelectual probablemente corresponda a una superioridad intelectual. Empleaba su inteligencia para interpretar la realidad sin prejuicios. No era adepto a ninguna escuela, no sentía odio por nada. Trabajó mucho porque tenía una insaciable sed de conocimientos, no para obtener cargos ni honores. En sus publicaciones fue un científico en el total sentido de la palabra. No escribió para el gran público, y cuando alguna de sus obras alcanzó un gran éxito popular siempre quedó asombrado. Darwin fue un naturalista concienzudo, con dotes de observador poco comunes, gran recopilador de datos y capaz de concentrarse durante mucho tiempo en un problema. Sus razonamientos eran imaginativos y críticos. Hombre de mente reflexiva, con gran capacidad para la síntesis, sopesaba mucho sus ideas antes de publicarlas. No se puede dudar de la gran honradez científica de Darwin. Su amor a la Ciencia fue el principal determinante de su vida. Charles Darwin tenía una especial capacidad para desarrollar las ideas y a partir de ellas generar otras nuevas y proporcionar nuevas preguntas, proceso innovador y sintético muy distinto a una simple recopilación de datos.

Otra característica encomiable de Darwin es la ausencia de dogmatismo en la exposición de sus ideas. Preludios típicos de sus párrafos son expresiones tales como "pienso que…", "en mi opinión", "según la posición adoptada en este trabajo.." Cada una de sus argumentaciones emerge de una larga argumentación que la hace plausible, y se apoya en el análisis de abundantes observaciones. Tampoco puede acusársele de minimizar o de ignorar las dificultades de su teoría. Darwin era muy tolerante con las críticas bien intencionadas y por ello corrigió constantemente sus obras. Siempre insatisfecho, agregaba nuevas observaciones y hechos. Su Origen del hombre alcanzó seis ediciones.

13. Impacto de la obra de Darwin

Cuando Charles Darwin tenía 27 años, había reunido una mayor cantidad de información científica que la acumulada por la mayoría de las personas durante toda su vida. Su producción abarcó 17 libros y más de 150 artículos. Darwin fue el iniciador de la mayor revolución en la historia del pensamiento. Se designó como "darvinismo" al cuerpo doctrinal de carácter naturalista, sociológico y psicológico que explica las transformaciones graduales, continuas e irreversibles del mundo sobre la base de la selección natural, que lleva a la supervivencia, propagación y combinación de los caracteres más adecuados. El trabajo de Darwin llevó a la ruptura de las ciencias naturales con el dogma de la creación independiente de las especies y la vida comenzó a representarse como un gran árbol con millones de ramificaciones. El darvinismo fue considerado en un momento, así como antes lo había sido el copernicanismo, como un grave ataque a la concepción cristiana del mundo, e interpretado como una profunda perturbación de su sentido cristiano. La revolución intelectual generada por Darwin abarcó mucho más que la biología, produciendo el derrumbe de algunas creencias fundamentales de su época. Darwin contradijo la creencia en una creación individual y definitiva de cada especie, introdujo la idea de que los humanos hemos surgido evolutivamente de acuerdo a los mismos principios que operan en le resto del mundo viviente. Cambió la noción de un mundo natural estable y benéfico por el concepto de lucha por la existencia. Las nociones victorianas de progreso y perfectibilidad fueron reemplazadas por cambio y adaptación que no conducen necesariamente al progreso y la perfección.

La aparición de "The Origin of Species" constituyó un acontecimiento científico y cultural, con ribetes de escándalo. Muchas revistas y periódicos publicaron críticas o apologías de la obra. Los biólogos se dividieron pronto en dos frentes: partidarios de Darwin y defensores del antiguo fijismo. Parecía que había que tomar posiciones a favor o en contra de las ideas de Darwin. En el bando opuesto se unieron las mentalidades tradicionales impermeables a lo nuevo. La clerecía británica se destacó por la virulencia de sus diatribas antidarvinianas. La inclusión del ser humano en su teoría hizo que Darwin entrara en duro conflicto con las fuerzas conservadoras y con la teología ortodoxa. La selección natural desplazaba a la providencia divina, mientras la imagen común de las especies entraba en clara contradicción con el relato bíblico de la Creación en seis días. En 1864 el primer ministro británico Benjamín Disraeli pronunció un discurso ante los estudiantes de la Universidad de Oxford en que manifestó: "¿Y cómo reza la pregunta que se le propone hoy a nuestra sociedad, con una seguridad propia de charlatanes, de lo mas desconcertante? Reza: ¿Es el hombre un mono o un ángel?…. Yo, Dios mío, estoy de parte de los ángeles!". Los argumentos científicos contra Darwin eran de poco peso.

En un artículo que publicó en 1887, Thomas Henry Huxley comenta que los únicos biólogo que él recordaba que habían admitido la evolución biológica inmediatamente después de la publicación de "The origin of species", eran, aparte de él mismo, Alfred Russell Wallace, Joseph Hooker, Sir John Lubbock y Asa Gray. Las críticas publicadas en 1860 eran en su mayoría hostiles. Sin embargo, en una carta que escribió Charles Darwin a Joseph Hooker el 3 de marzo de 1860, cita a quince científicos que lo apoyan. Las cosas cambiaron en un período extraordinariamente corto. A los 10 años de publicado su principal libro, Darwin contaba con la adhesión de la mayoría de los naturalistas de habla inglesa. Joseph Hooker y Thomas Henry Huxley, que se convirtieron en los más acérrimos defensores de Darwin, en un principio no aceptaron la evolución. En un ensayo preliminar sobre la flora de Nueva Zelanda, que Hooker publicó en 1853, explica con detalle por qué no aceptaba las ideas evolucionistas. El mismo año Huxley atacaba a los "Vestiges" de Chambers. Una reacción típica fue el cambio gradual en la opinión de los científicos. Por ejemplo, en 1860 el paleontólogo Francois Pictet elogió a "The origin of species" como un trabajo de recopilación que rompe la rutina, aunque asegura estar sólo hasta cierto punto "dispuesto a aceptar la mayoría de los hechos e ideas", pero en 1864 Pictet aceptaba la evolución a gran escala y dos años más tarde publicó un trabajo sobre peces fósiles apoyando a la teoría evolutiva. Cuando en 1872 publicó la última edición de "El Origen", Darwin comentó con satisfacción: "Ahora las cosas están totalmente cambiadas, y casi todos los naturalistas admiten el gran principio de la evolución". Entre los principales y fogosos propagadores del pensamiento biológico de Charles Darwin destacaron Thomas Henry Huxley, Joseph Hooker y Herbert Spencer en Inglaterra, Asa Gray en Estados Unidos, y Ernst Haeckel y Fritz Muller en Alemania.

Una serie de biólogos, en general de edad, no aceptaron las conclusiones darvinianas, entre ellos los dos profesores que apoyaron el inicio de su carrera, los sacerdotes Sedgwick y Henslow . Los paleontólogos antidarvinistas sólo recurrían a las opiniones de Georges Cuvier, que estaban bastante desprestigiadas. Los dos principales oponentes científicos, Richard Owen y Louis Agassiz, habían publicado trabajos en los que se aproximaban a la idea de evolución, que el propio Darwin utilizó en favor de su teoría, de manera que no es raro que en un comienzo Darwin pensara que ambos lo apoyaban. Sir Richard Owen había puesto de relieve la similitud existente entre las especies fósiles y las vivas. Darwin dedujo que "el profesor Owen se cuenta entre aquellos paleontólogos que están plenamente convencidos de la mutabilidad de las especies". Sin embargo, Owen combatió a Darwin en numerosos artículos que logró publicar. Presentaba comentarios anónimos, citando extensamente sus propios trabajos con elogios. En lugar de entregar argumentos objetivos, tergiversaba lo dicho por Darwin y lo ridiculizaba. Aún peor, incitó a otros a atacar a Darwin, en forma venenosa y anticientífica, ante públicos profanos, entregándoles información falsa. Con respecto al libro de los "Vestiges" de Chambers, Richard Owen había adoptado una actitud contradictoria, le escribió una carta amistosa al autor anónimo en la que decía que había leído el libro con agrado y aprovechamiento y rehusó condenarlo por escrito, pero por otra parte le suministró argumentos a Sedgwick y a Whewhell contra aquel libro. En una conferencia realizada en la British Association en 1858, Owen se refirió a sus propias especulaciones sobre la lucha por la existencia como precursoras de Darwin y Wallace y cuando Owen reseñó el Origin en 1860, no se oponía al evolucionismo y la primera valoración de las ideas de Darwin que realizó en público no fue hostil. Pero aparentemente adoptó un antidarvinismo exagerado una vez que Huxley se declarara darvinista, debido a sus peleas personales con éste.

En su obra sobre peces fósiles, Louis Agassiz señalaba un triple paralelismo entre los niveles de complejidad de los peces, tal como aparecen en las clasificaciones, el desarrollo embrionario y su orden de aparición en el registro fósil. Darwin comenta: "La opinión de Agassiz de que la serie geológica de las especies extintas casi coincide con el desarrollo embriológico de las nuevas formas, se encuentra en plena consonancia con nuestras teorías". Por otra parte, el mismo Agassiz se había referido a los numerosos casos de animales que parecen conectar grupos taxonómicos diferentes. Agassiz evitó deducir de ellos la idea de una evolución interespecífica, pero Darwin dijo que efectivamente corresponden a formas de transición evolutiva entre diferentes grupos. Agassiz se colocó a la cabeza de los antidarvinistas en Norteamérica. En 1860 Agassiz escribió que la teoría de Darwin era un error científico, falsa en sus hechos, anticientífica en sus métodos y dañina en sus tendencias. Desde la cátedra y en sus publicaciones arremetió contra las ideas evolucionistas, diciendo que se trataba de una simple moda. Dijo que "espero confiadamente en que ya se pasará esta manía". Owen y Agassiz fueron enemigos de Darwin hasta la muerte. Sin embargo, el hijo y sucesor de Agassiz, Alexander terminó aceptando la evolución, y expresó: "Cuando se descubre una verdad científica nueva y sorprendente, dicen al principio los hombres: !No es verdad, y luego: ¡Va contra la religión!, para acabar diciendo: ¡Eso hace ya mucho tiempo que se sabía!.

Muchos naturalistas que en un principio habían sido antidarvinistas por motivos religiosos o ideológicos, debieron rendirse a la evidencia y se inclinaron cada vez más por el evolucionismo. Comprendieron que, incluso desde el punto de vista cristiano, las teorías opuestas eran demasiado artificiosas y carentes de base, y que podía perfectamente aceptarse la evolución sin necesidad de negar a Dios. La cumbre del desarrollo y aceptación de las ideas darvinianas en las ciencias naturales se sitúa hacia los últimos años del siglo XIX. A partir de la obra de Darwin se inició la "nueva biología".

Tanto en medios científicos como en sectores más amplios y menos doctos de la sociedad occidental, su doctrina se hizo pronto popular. A pesar de la categoría de bastantes de sus adversarios (Richard Owen, Louis Agassiz, Karl Ernst Von Baer, Kölliker, Rudolph Virchow, Claude Bernard, etc.), no tardó en existir una biología, una antropología, una ética, una sociología e incluso una historiología darviniana. Las ideas de Darwin no sólo revolucionaron la biología, también afectaron a otras áreas, como la sociología (Herbert Spencer), la antropología (Lewis Henry Morgan), la economía (Karl Marx, Thorstein Veblen), la política (Walter Bagehot), la literatura de ficción (Joseph Conrad, Jack London, Jules Verne, H. G. Wells), la poesía (Robert Browning, Alfred Tennyson, Walt Whitman), la lingüística (William Dwight Whitney), la filosofía (Charles Pierce, John Dewey, Henri Bergson), y la psicología (William James, Sigmund Freud).

Charles Darwin ha sido llamado a veces "el Newton de la Biología" y la publicación de "The Origin of Species" en 1859 se ha comparado con la del "De Revolutionibus Orbium Coelestium" en 1843. En cierto sentido la analogía es adecuada. Se trata de verdaderas revoluciones científicas, que derribaron antiguos paradigmas. Igual que a Isaac Newton se le puede atribuir la demostración de que se podían aplicar las mismas leyes a las esferas supralunares y sublunares, así la teoría de Darwin demostró cómo el vacío entre la creación inanimada y la animada era más aparente que real. La evolución por selección natural se ha comparado con la teoría de la gravitación de Newton, que se aplica tanto a la caída de una manzana como a la órbita de un planeta, así como la evolución biológica explica muchas cosas de manera económica. Las modernas discusiones acerca del futuro de la humanidad, la explosión demográfica, la lucha por la existencia, la finalidad del hombre y del Universo, y el lugar del hombre en el Universo están influidas por el pensamiento de Darwin.

14. Criticas a Darwin y al darvinismo

Críticas muy severas han intentado disminuir la importancia de Darwin o desacreditar sus ideas. En las ediciones sucesivas de El origen de las especies, Darwin procuró incorporar los nuevos conocimientos y contestar a los críticos que argumentaban de buena fe.:

1. Personas ajenas al campo científico suelen afirmar que la evolución "es una simple teoría". Con ello se quiere decir que se trata de una conjetura, una suposición no comprobada. Al respecto debe tenerse claridad en que las teorías son el principal productos de la ciencia. En el lenguaje científico, a diferencia del lenguaje corriente, el término "teoría" no significa una mera suposición, se refiere a un cuerpo organizado, a un sistema de hechos, hipótesis, modelos, etc. relativos a una misma materia. Si se habla de teoría de la evolución, al igual que de "teoría celular", "teoría atómica", etc., no se trata de poner en duda la realidad de la evolución, de las células o de los átomos.

2. Se ha dicho que Darwin era un simple aficionado, que no era un profesional ni siquiera de las ciencias naturales. Este argumento, inadmisible desde el punto de vista lógico (cuestionar no a las ideas sino a sus autores), es además falso. Aunque Darwin tenía medios económicos y no necesitaba tener un empleo remunerado, Darwin se convirtió en un científico profesional como cualquier otro de su época. Las Universidades en ese tiempo no daban títulos en ciencias naturales, por lo que no es raro que Darwin no estudiara formalmente esas disciplinas. Darwin entró a la comunidad científica, asistió a las clases de botánica de Henslow y completó su formación en el viaje del Beagle. Lo más importante, fue reconocido como un científico profesional y competente por sus pares.

3. Se ha dicho que Darwin desconoció las contribuciones anteriores de otros investigadores. La crítica es injusta porque en relación a la selección natural no existían prácticamente predecesores entre los naturalistas. Darwin reconoció que esta idea la derivó de sus lecturas de Malthus, y en la tercera edición del libro (1861) pudo agregar un bosquejo histórico en el que cita algunos predecesores, cuya contribución había sido poco importante. L. Eiseley ha intentado demostrar que Darwin sacó la idea de selección natural de los escritos de Edward Blyth sin concederle el mérito correspondiente. Sin embargo, Blyth utilizaba la selección natural para refutar la evolución, y por lo tanto no pudo entenderla. Charles Lyell también habló de la lucha por la existencia entre las especies y concluyó que si una especie alcanza una situación de privilegio al invadir una nueva zona, esto puede ocasionar la extinción de otra especie. La noción de lucha por la existencia en Lyell servía como un argumento en contra de la teoría transformista de Lamarck. El propio Darwin señaló no menos de 20 predecesores que habían escrito sobre evolución biológica. La reacción de Charles Darwin frente a la carta de Wallace demostró más que cualquier otro hecho su capacidad para aceptar y reconocer las contribuciones de otros científicos. El feliz desenlace entre Darwin y Wallace contrasta, por ejemplo, con la disputa entre Joseph Henry y Michael Faraday por el descubrimiento de la inducción electromagnética, o los conflictos de prioridad entre Isaac Newton, primero con Hooke en relación a la ley de gravitación universal, y posteriormente con Leibniz por la invención del cálculo infinitesimal.

4. Se ha sostenido que sus experimentos estaban mal definidos, no eran cuantitativos, carecían de controles adecuados y por lo tanto no pueden ser reconocidos por los científicos actuales. Es indudable que los experimentos de Darwin no se hallan al nivel de los realizados por los científicos modernos. Obviamente deben ser considerados de acuerdo al desarrollo de la biología y la historia natural de los años en que se realizaron. En esa época la experimentación exacta en biología era casi desconocida. Tampoco puede desconocerse que la experimentación formó parte de su método científico. Justamente Darwin se distinguió de los demás naturalistas de su tiempo por haber realizado experimentos cada vez que encontró un problema cuya solución podía resolverse experimentalmente.

5. Se ha criticado a Darwin como un filósofo incompetente. Mayr ha demostrado que trabajaba con un método moderno, con modelos y técnicas hipotético-deductivas. Se interesaba en la filosofía de la ciencia y aplicó conscientemente las ideas al respecto de Hershell y Whewell. La filosofía darviniana es la de un positivista lógico.

6. Hay quienes han dicho que la selección natural es una clara tautología, que los más aptos sobreviven y que por definición los más aptos son quienes sobreviven. Si la teoría es tautológica, entonces no es refutable. Esta opinión es errónea por varias razones: la selección depende de la explosión demográfica, si no nacen más organismos de los que puedan sobrevivir y reproducirse, no hay selección. La selección depende de la afirmación de que en promedio los vencedores en la lucha por la existencia diferirán de los perdedores y el resultado de ganar o perder dependerá de esas diferencias. En tercer lugar, se mantiene que los rasgos que causan éxito o fracaso en un caso, producirán resultados análogos en otros casos. Darwin propuso criterios diferentes a la propia supervivencia para definir la adecuación: determinadas características morfológicas, psicológicas y de comportamiento pueden estimarse superiores a priori en relación a la vida en ciertos lugares. Por otra parte, la supervivencia del más apto es sólo una parte de la selección natural. Una teoría es refutable, y por consiguiente científica, si es posible concebir al menos un estado de hechos incompatibles. El propio Darwin especificó que la existencia de un órgano en una especie solamente para beneficio de otra especie destruiría su teoría. Es sorprendente que nade ataque a Newton o al concepto de gravedad, sin embargo la primera ley de Newton postulaba que un objeto permanece en reposo o en estado de movimiento uniforme a menos que fuese afectado por una fuerza, pero el mismo Newton había definido fuerza como "una acción ejercida por sobre un cuerpo para cambiar su estado, bien de reposo o de movimiento uniforme y rectilíneo".

7. Para muchos de los contemporáneos de Darwin la Selección Natural pareció constituir una lucha brutal por la supervivencia en un mundo encuadrado en el crudo esquema de "la naturaleza roja en los dientes y garras". Frecuentemente se cree en forma errónea que la selección natural se produce principalmente mediante mortalidad diferencial. La utilización de frases como "lucha por la existencia" y "supervivencia del más apto" tuvo la desafortunada consecuencia de que la gente creyera que se trataba sólo de depredación y lucha por el alimento. La literatura postdarviniana contiene abundantes frases tales como "lucha por la existencia", "supremacía del más fuerte", "superhombre", etc. Sin embargo, el propio Darwin explicó que tales expresiones son metafóricas, la Selección Natural no es una lucha, es algo más sutil, es la mayor o menor capacidad de multiplicarse. El escritor inglés Samuel Butler y el político y filósofo ruso Kropotkin buscaron reemplazar la teoría darviniana de "lucha" por una en que los factores evolutivos principales fueran el altruismo y la ayuda mutua, idea desarrollada en tiempos recientes por Allee y por Ashley Montagu. Sin embargo, la selección natural no es ni egoísta ni altruista, sino oportunista: la vida se promueve a veces mediante competencia y otras veces mediante cooperación.

8. Ciertos filósofos pusieron en duda que la selección natural pudiese producir algo nuevo, afirmando que solamente remueve de las poblaciones las variantes degenerativas y malformaciones. Darwin no explicó por qué se produce la variación hereditaria entre los individuos, pero presentó como un hecho demostrable que tal variación ocurre. Muchos científicos dedujeron que la variación no podía ocurrir al azar. Actualmente sabemos que existen dos procesos evolutivos básicos: el origen de las materias primas para los cambios evolutivos (mutación) y la construcción y perfeccionamiento de la forma y función orgánicas, en las que participa la selección natural. Sewall Wright planteó que las mutaciones sin selección natural solamente producirían conjuntos de caprichos, pero no evolución.

9. Se argumentó contra la evolución la supuesta discontinuidad del registro fósil. Paleontólogos como Hugh Miller afirmaron que formas totalmente nuevas aparecen repentinamente en el registro fósil. Darwin contestó que evidentemente el registro fósil es incompleto, las lagunas son ilusorias por falta de información. Nuevos descubrimientos tendieron a confirmar esta conclusión, llenando muchos vacíos. Sin embargo, en la década de 1850 una serie de fósiles del Mioceno de Grecia, descubiertos por Albert Gaudry, confirmaban el cuadro evolutivo y en 1861 se descubrió el primer ejemplar conocido de Archaeopteryx, intermedio entre los reptiles y las aves, como habían predicho los evolucionistas. Los sucesivos hallazgos paleontológicos realizados desde la época de Darwin han suavizado mucho la discontinuidad del registro fósil

10. En 1865 Carl von Nägeli afirmó que existían muchos caracteres específicos que parecían no tener valor adaptativo y que no podían haberse formado por selección natural. Darwin consideró esta objeción afirmando que en muchos casos no conocemos lo suficiente acerca del modo de vida de una especie para estar seguros de que un carácter concreto es innecesario. La selección natural podía verse forzada a desarrollar órganos innecesarios por lo que Darwin llamó "correlación": cuando las leyes del crecimiento individual unen estrechamente un carácter adaptativo y otro carente de utilidad.

11. En 1868 Sir William Thompson, más conocido como Lord Kelvin, dijo que la Tierra se formó como un cuerpo caliente que debió enfriarse progresivamente. Considerando su masa y su actual temperatura, estimó que su antigüedad era de unos pocos millones de años, incompatibles con la teoría de la selección natural, que exigía períodos enormes. Según sus cálculos, la edad total de la corteza terrestre debía ser de unos 100 millones de años, o como máximo 200 millones, de los cuales sólo los últimos 20 a 40 millones serían lo suficientemente fríos como para permitir el desarrollo de la vida. El mutacionismo y otras alternativas al darvinismo obtuvieron apoyo porque exigían menos tiempo. Darwin dijo que esperaba que algún día se descubriera un proceso que alargara el tiempo disponible para la evolución. En las primeras décadas del siglo XX se demostró que la radiactividad es una fuente de energía que Kelvin no había considerado, y que incrementaba notablemente el tiempo disponible. De acuerdo a cálculos modernos, la edad de la Tierra se estima en unos 4.600 millones de años.

12. En 1868 Fleeming Jenkin, ingeniero escocés que había trabajado con Lord Kelvin, afirmó que si una sola forma mutante aparece con un carácter ventajoso no podrá influir en la evolución de la especie porque ese nuevo rasgo desaparecerá entre la masa de individuos que no han experimentado cambio, debido al mecanismo de herencia mezclada. Darwin contestó que la herencia del uso y desuso a través de las gémulas, resolvía en parte el problema. Agregó que la variación ocurre realmente, "debido a causas de las que todavía ignoramos todo". La objeción desapareció al descubrirse las leyes de Mendel, que demuestran que la evolución es particulada, no mediante mezcla.

13. Otro argumento de Fleeming Jenkin se refiere a la mortalidad masiva de individuos. Decía que una hembra de salmón pone 2 millones de huevos, de los que sólo dos sobreviven, y no puede afirmarse que esos dos sean justamente los más aptos. Este argumento lo repiten autores actuales, como Grassé, que escribe: "las pérdidas masivas debidas a cataclismos, que azotan a vastos espacios tienen un efecto poco selectivo sobre los animales y los vegetales. Golpean ciegamente al azar, los lugares y las circunstancias: el maremoto, la inundación, el incendio del bosque o la sabana, etc., no seleccionan a sus víctimas". Sin embargo, esto no invalida a la selección natural. La pérdida de gametos, huevos, larvas y crías es en gran parte aleatoria, pero sobre la población que queda, que es una muestra de la población original, actúa la selección. Por otra parte, si la reducción accidental de la población es muy acentuada, la evolución se intensifica porque la selección natural actúa sobre una mayor proporción de homocigotos recesivos, e interviene en mayor medida la deriva génica.

14. Fleeming Jenkin hacía referencia a los límites de variabilidad sobre los que puede actuar la selección. Exceptuando los monstruos, anormales o estériles, la mayoría de la variabilidad observada se refiere a cambios pequeños y no se apartaban del patrón de la especie, lo cual no explicaría la aparición de nuevas especies. Darwin mantenía que la sucesión de cambios a través del tiempo acaba generando las diferencias entre las especies.

15. El origen de los órganos complejos pareció difícil de concebir a través de un desarrollo gradual si sólo el órgano completamente funcional es útil al organismo. Por ejemplo, se decía que el ojo no podría haber funcionado en forma más simple, porque no tendría valor selectivo para la formación de imágenes hasta que ha alcanzado una gran complejidad. La morfología comparada demuestra que no es así, los ojos más primitivos no forman imágenes, son simples manchas que detectan ausencia o presencia de luz.

16. Moritz Wagner expresó que la evolución de una especie en otra (especiación) no puede explicarse satisfactoriamente con la teoría de Darwin, ya que era razonable preguntarse cómo era posible que evolucionara una nueva especie en la misma localidad que sus progenitores. Darwin hizo poco hincapié en el aislamiento entre grupos como causa primaria de la evolución y pasó por alto la posibilidad de que la esterilidad entre grupos que evolucionan independientemente sea un factor beneficioso.

15. Extrapolaciones abusivas del darvinismo

A veces se le ha acusado a Darwin por los excesos a los que han podido llegar algunos supuestos seguidores, que han tergiversado sus ideas sacándolas del campo de la biología. Tales tergiversaciones no son, por supuesto, responsabilidad de Darwin. No faltaron los que en el terreno social adoptaron las ideas de Darwin para justificar todo tipo de bárbaras competencias, incluyendo la guerra entre razas, clases y naciones, suponiendo que el más fuerte "debe" sobrevivir y el más débil "debe" ser aniquilado. Las mistificaciones racistas se inspiran en esta falacia. Lo anterior es absolutamente injustificado. La Selección Natural no es un principio ético ni actúa en esa forma. La selección no es altruista ni egoísta. Entre estas extrapolaciones abusivas del darvinismo se pueden considerar:

Darvinismo social: Economistas como William G. Sumner, profesor de Yale, consideraron a la selección natural como la base de la libre competencia y el individualismo más brutal. La insistencia de Herbert Spencer en la libertad del individuo para competir sin restricciones impuestas por el estado, halló resonancia en los industriales llamados "barones ladrones" de Estados Unidos, famosos durante el siglo pasado por su falta de escrúpulos en la competencia mercantil. La frase "supervivencia de los más aptos" de Spencer fue utilizada por magnates como Andrew Carnegie, John D. Rockefeller y otros, para justificar sus excesos.

Racismo: Los movimientos nacionalistas de Europa, que desembocaron en la primera Guerra Mundial, frecuentemente invocaron al darvinismo para justificar la lucha entre las naciones como continuación de un proceso biológico, que conduciría al legítimo predominio de los más fuertes, y la posición dominante asumida por determinados grupos raciales. Miembros de la Liga Monista, fundada por el biólogo darvinismo Ernst Haeckel, desempeñaron un papel relevante en la emergencia de la ideología nazi, al plantear fantasías sobre la pureza racial germana y justificar mediante la selección natural su doctrina de que los individuos indeseables y las "razas inferiores" fuesen eliminadas por la "raza aria". El físico Ludwig Woltmann fue el principal portavoz de las ideas del conde de Gobineau sobre la raza nórdica y desde 1902 publicó una revista con la que realizaba una campaña para impedir el deterioro de la raza nórdica y mantener su supremacía.

Eugenesia: El periodista estadounidense Albert E. Wiggam, partidario de la ciencia, la biología y la evolución, instó al control científico de la evolución humana futura mediante la eugenesia, en la década de 1920. Algunos otros escritores han invocado al darvinismo para justificar el control directo de la procreación humana a través de medidas de eugenesia. Sin embargo, la eugenesia se fundamentó en el mendelismo más que sobre el darvinismo. Cuando se produjo la unión del mendelismo y el darvinismo en la teoría sintética de la evolución, uno de sus fundadores, J. B. S. Haldane, utilizó la complejidad de la teoría para argumentar contra la aplicación directa de la biología a la sociedad.

16. Estado actual de las ideas de Darwin

Cada cierto tiempo algún escritor manifiesta que las ideas de Darwin están obsoletas. Si hacemos un resumen de sus ideas y del estado actual del conocimiento biológico podremos comprobar, que por el contrario, Darwin está cada vez más vigente, aunque obviamente existe actualmente mucha más información que la que la ciencia había logrado reunir el siglo pasado.

1. Teoría Básica de la evolución: Los biólogos consideran hoy a la evolución biológica como un hecho. El cambio evolutivo se comprueba en las secuencias de fauna y flora en los estratos geológicos así como en los contenidos de los reservorios genéticos a través del tiempo. Hoy día la idea evolucionista prácticamente no tiene enemigos considerables. Se ha abierto paso la idea de que sólo la ignorancia o la mala fe pueden tomar partido contra el evolucionismo.

2. Teoría del origen común de las especies: La confirmación más decisiva de esta idea proviene de los estudios bioquímicos, en especial del descubrimiento de la universalidad del código genético.

3. Teoría de la diversificación de las especies: La insistencia de Darwin sobre el desarrollo de la diversidad como un componente importante de la evolución fue ignorada durante mucho tiempo, pero hoy es un campo de interés para la ecología y la paleontología.

4. Teoría del gradualismo: Esta idea, no aceptada incluso por algunos de sus amigos más cercanos, como Huxley y Galton, se ha impuesto a partir de mediados del presente siglo, cuando quedó claro que la evolución afecta a las poblaciones. Los procesos de especiación son poblacionales.

5. Teoría de la selección natural: Aceptada sólo por una minoría durante los ochenta años posteriores al Origen de las especies, es actualmente la explicación más aceptada del cambio evolutivo. Hay pruebas irrefutables de acerca de la realidad de la selección natural, que ha podido estudiarse tanto en laboratorio como en la naturaleza. Desde la década de 1920, con el trabajo de genetistas de poblaciones tales como Sir Ronald Fisher, J. B. S. Haldane y Sewall Wright, se hizo evidente que una síntesis de la labor de Darwin sobre selección natural con la de Gregor Mendel sobre genética, producen un cuadro coherente e inteligente del cambio evolutivo. Un ejemplo claro de selección natural es el desarrollo reciente de la resistencia de diversas cepas bacterianas a la penicilina.

6. Teoría de la selección sexual: Rechazada en un comienzo por la mayoría de los biólogos, incluyendo a Wallace, especialmente en lo que se refiere a la elección por parte de la hembra, porque se consideraba antropomórfica, parecía implicar que los animales tenían poderes de discriminación e incluso de apreciación estética similares a nosotros. Sin embargo, se confirmó su importancia como un mecanismo evolutivo a partir de 1970.

7. Concepto de especie: En sus primeros escritos, Darwin plantea una idea sobre especie similar a la que mantienen los biólogos contemporáneos, que la definen como una población que es simultáneamente una comunidad reproductora, una unidad ecológica y una unidad genética. Finalmente eliminó los criterios biológicos que aparecían en sus cuadernos de notas y llega a un concepto de especie que mezcla las definiciones tipológica y nominalista.

8. Especiación: Aunque Darwin tituló a su principal libro El origen de las especies, el tema de la especiación lo trató superficialmente. En un comienzo, estudiando la fauna de islas Galápagos, descubrió el papel del aislamiento geográfico en la formación de nuevas especies (especiación alopátrida), modalidad que los biólogos evolucionistas consideraron hasta hace poco como la casi única forma de especiación. Sin embargo, una vez que Darwin cambió su concepto de especie comenzó a aceptar lo que hoy se denomina especiación simpátrida. Finalmente tuvo poca claridad en este problema y a menudo se contradijo, probablemente por su desconocimiento del origen de la variabilidad genética. Hoy se acepta, que tal como pensaba Darwin, la especiación no exige necesariamente del aislamiento geográfico.

9. Herencia: Darwin desarrolló su "teoría provisional de la pangénesis" para poder dar cuenta de la herencia de caracteres adquiridos. Fue la hipótesis menos afortunada de Darwin, aunque la enunció de manera provisional. Desde un principio fue rechazada y ridiculizada por los científicos, hasta ser totalmente abandonada con los hallazgos de Gregorio Mendel. Sin embargo, la teoría de la pangénesis de Darwin reconoce la naturaleza "particulada" de los elementos genéticos, adelantándose al descubrimiento de Mendel. Actualmente la pangénesis de Darwin no resulta tan absurda, puesto que implica transporte de moléculas informativas, y la biología molecular ha descubierto este siglo los ácidos ribonucleicos mensajeros, los fenómenos de transducción a través de virus y los elementos genéticos transponibles o "transposones", que se comportan de manera similar.

10. Herencia de caracteres adquiridos: Darwin, al igual que la mayoría de los biólogos de su tiempo, aceptó la herencia de los caracteres adquiridos. Posteriormente tal idea, que se asocia al nombre de Lamarck, fue rechazada por la biología. En los últimos años se han realizado algunos experimentos cuyos resultados han sido muy discutidos, y que podrían indicar que bajo ciertas condiciones se produzcan mutaciones dirigidas por los cambios ambientales, lo cual abre la posibilidad de un tipo de herencia parcialmente lamarquiana.

11. Origen del hombre: Darwin opinaba que el hombre debió haber aparecido en África, dada su similitud con los antropoides africanos, chimpancé y gorila. Ernst Haeckel, en cambio, pensaba que el pariente más cercano del hombre sería el gibón, y que al antepasado común debió haber vivido en Asia. Hasta el tiempo de la Segunda Guerra Mundial los antropólogos y paleontólogos de América y Europa concentraron sus esfuerzos en buscar al antepasado del hombre en Asia: Java, Mongolia, China. La biología molecular demostró nuestro cercano parentesco con los chimpancés, y los fósiles homínidos más antiguos se han encontrado en África.

12. Origen de la vida: Darwin no estudió el problema del origen de la vida, pero en su correspondencia manifestó su convicción de que pudo haber surgido en una charca bajo condiciones muy diferentes a las que existen actualmente sobre la Tierra. Su idea puede considerarse como un anticipo del desarrollo de las ideas actuales sobre el origen de la vida.

13. Atolones coralinos: Desde su publicación en 1842 el modelo propuesto por Darwin para explicar la formación de los atolones de coral suscitó una intensa controversia. Hubo que esperar un siglo, y las perforaciones efectuadas en los atolones de Bikini y de Eniwetok (islas Marshall), en 1952, para que se reconociera definitivamente la validez del modelo.

14. Papel de las lombrices: Las consideraciones de Darwin sobre el efecto beneficioso de las lombrices sobre el suelo chocaron con las opiniones de sus contemporáneos, que las consideraban perjudiciales para las plantas. Las investigaciones recientes han confirmado ampliamente los descubrimientos de Darwin y su estudio no ha perdido actualidad.

15. Expresión de las emociones: Últimamente los antropólogos han apreciado la Expression of Emotions de Darwin como plena de ideas útiles para el estudio de la comunicación humana no verbal.

16. Fisiología vegetal; Darwin fue un pionero en este campo. El evolucionista J. B. S. Haldane ha dicho que esta fue la contribución más original de Darwin.

17. Biogeografía: Su enfoque biogeográfico, en el que subrayó la importancia de la conducta y de la ecología de los organismos en la distribución, está más próximo a la biogeografía moderna que el enfoque descriptivo-geográfico que predominó durante más de medio siglo después de la muerte de Darwin.

18. Taxonomía: Darwin fue la primera persona que elaboró una teoría sobre la clasificación de las especies, la que sigue siendo aceptada por la mayoría de los taxónomos.

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palabras claves: biología evolutiva, darwin, darvinismo, evolución, evolucionismo

Resumen:

Biografía comentada de Charles Darwin que incluye en forma especial su obra y sus implicancias. Se abordan sus ancestros familiares, infancia, juventud, estudios, el viaje en el "Beagle", su vida en Down, el cìrculo de sus amigos, su obra, sus últimos años, perfil humano, el impacto de su obra, las críticas, las extrapolaciones abusivas y el estado actual de sus ideas.

 

 

Autor:

Manuel Tamayo H. Universidad Católica del Maule, Talca, CHILE mtamayo[arroba]hualo.ucm.cl

Partes: 1, 2
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