INTRODUCCIÓN
A continuación se presentan algunas complicaciones en el embarazo, parto y puerperio. Como lo es el sufrimiento fetal que trata, en efecto, de una complicación en el parto. Lo cual no significa que el bebé esté sufriendo y que puede causarle algún trauma psicológico posterior.
También mencionamos las infecciones puerperales que no son más que la infección bacterial después del parto. La infección suele ocurrir en el útero y causa inflamación (endometritis). También puede afectar la vagina, la vulva, el perineo (área entre la vagina y el recto), el cuello del útero o el peritoneo (membrana que cubre los órganos abdominales).
Al igual tenemos un procedimiento quirúrgico llamado cesárea en donde se realiza un incisión en el útero de la madre para extraer uno o más fetos. Suele practicarse cuando un parto vaginal podría conducir a complicaciones médicas.
OBJETIVOS
Proporcionar información acerca de las causas que pueden dar lugar ya sea a un sufrimiento fetal o a infecciones puerperales.
Conocer cada una de las razones médicas las cuales indican realizar una cesárea protegiendo así tanto la vida del feto como la de la madre.
Contribuir a la reducción de muertes maternas conociendo el tratamiento de las infecciones que pueden aparecer durante al puerperio.
Obtener información y analizando la situación del grupo de mujeres vulnerables al procedimiento de cesárea y mujeres que se encuentran en riesgo de obtener infecciones en el puerperio.
SUFRIMIENTO FETAL
El sufrimiento fetal agudo (SFA), o distres fetal, es un término que se usa en obstetricia para referirse a un estado que altera la fisiología fetal antes o durante el parto, de tal modo que es probable su muerte o la aparición de lesiones permanentes en un período relativamente breve.
En general, el SFA es causado por un déficit de oxígeno secundario principalmente a insuficiencia en la circulación útero-placentaria, compresión del cordón umbilical y complicaciones fetales como la Sepsis o las hemorragias.
¿Qué lo produce?
Las principales complicaciones que causan el sufrimiento fetal son:
Desprendimiento de la placenta. El desprendimiento parcial de la placenta ocasiona un sangrado del útero que significa pérdida de oxígeno y nutrientes para el bebé.
Problemas con el cordón umbilical. Al ser el conector entre la placenta y el bebé, alguna presión sobre este puede ocasionar igualmente disminución de oxígeno y nutrientes.
Anormalidades en el líquido amniótico.
Presencia de meconio (cuando el bebé elimina sus heces en el vientre). Al encontrar una coloración verdosa del líquido amniótico, se presume que contiene meconio y puede ser el signo de post madurez en el embarazo.
Clases de sufrimiento fetal
Agudo. Es una complicación durante el trabajo de parto y aparece de manera abrupta. En este caso, el parto debe realizarse cuanto antes para evitar daños en el bebé. El sufrimiento fetal agudo no representa un riesgo grave para el bebé desde que se acelere su nacimiento.
Crónico. La falta de oxígeno y nutrientes se va dando lenta y progresivamente en el bebé, de tal manera que se va adaptando a las condiciones desfavorables en que se encuentra. Es posible que el bebé presente un menor crecimiento para su edad y entonces acelerar el parto no es la mejor opción. Por el contrario, se debe hacer un control que permita conocer las causas y atenuarlas hasta que el bebé alcance un desarrollo normal antes de nacer.
El sufrimiento fetal crónico está asociado con la tensión arterial alta, pero no debe considerarse la única causa. Múltiples factores particulares al estado de la madre pueden provocarlo.
¿Se puede evitar el sufrimiento fetal?
Es preciso recordar que hasta los embarazos más normales y con las mejores condiciones de parto pueden presentar complicaciones en cualquier momento. De esta manera, en el caso del sufrimiento fetal agudo es difícil hablar de "evitar" que ocurra. Sin embargo, si el parto está monitoreado, el problema puede detectarse a tiempo, pues cualquier cambio en el ritmo cardiaco del bebé se atenderá inmediatamente, impidiendo que el bebé sufra lesiones graves.
Si se trata del sufrimiento fetal crónico, lo que se puede evitar es que se prolongue hasta el final del embarazo. Para esto, es necesario llevar un correcto control médico que permita diagnosticarlo, tratarlo y lograr que el bebé tenga un crecimiento normal en el útero de la madre.
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