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Breve Historia de la Provincia de Misiones (página 2)


Partes: 1, 2

 Reducción Jesuítica de Santa Ana

http://www.misiones.gov.ar/turismo/fotos/ruinas.htm

Ubicación: Departamento Candelaria – Provincia de Misiones – Argentina – Latitud S 27º 23' – Longitud O 55º 33'.

Acceso: A 45 km. de Posadas,  desde la Ruta Nacional 12 por camino vecinal consolidado (2.000 metros).

Situación dominal: 75% fiscal, 25% propiedad privada.

Status legal:

Monumento Histórico Nacional (1.983) – Decreto Nº 2210 Monumento histórico Provincial (1.969) – Ley Nº 510 Patrimonio de la Humanidad (1.984) – UNESCO

Nombre: Santa Ana.

Fundación y Traslados: Fundada en 1633 por los Padres Pedro Romero y Cristóbal de Mendoza,en las Sierras del Tapé, en el actual territorio riograndense(Brasil), en las cercanías de un pequeño tributario del río Yacuy. Huyendo de los paulistas bandeirantes, en 1638 emigra al oriente del río Paraná (a orillas del río Uruguay) y se asienta al pie del cerro Peruyé. En 1660 se estableció en su sitio definitivo, donde prosperó hasta su destrucción en 1817 a raíz de las invasiones de los paraguayos.

Gobierno civil y eclesiástico: Los curas eran los administradores de los bienes de los indios y atendían todo lo concerniente a lo espiritual, temporal, económico, cultural, social y militar. El Cabildo era la autoridad máxima en cada reducción y estaba compuesto por los caciques. Los curas mantuvieron la institución tradicional guaraní del cacicazgo. En conjunto, la reducción dependía: del Gobernador de Buenos Aires, de la Real Audiencia de Charcas, del Virrey del Perú y del Rey de España. El cura y un compañero de cura dependían: directamente del Superior de las Misiones que residía en Candelaria, e indirectamente del Padre Provincial que residía en Córdoba.

Trazado urbanístico de la reducción: En la etapa de fundación y trasados, los pueblos se construían sin una definición muy precisa en lo urbano; la construcción fue precaria y simple, en adobe, tapia y paja. Recién a fines del siglo XVII, luego de la derrota de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ en 1641, comienzan tiempos de seguridad y estabilidad. Es la etapa de los asentamientos definitivos, donde cada ciudad se organiza conforme a un cuidadoso proyecto urbanístico, donde las edificaciones son de piedra y maderas de ley. Los elementos constitutivos de la trama urbana son: la plaza, el núcleo principal (templo, colegio, cementerio), las viviendas indígenas, las calles y otras edificaciones.

http://www.misiones.gov.ar/historia/imagenes/CroquisSantaAna.jpg

La plaza: Constituía el elemento ordenador del espacio urbano. Cercada por tres de sus lados por las tiras de viviendas indígenas, mientras que el cuarto lado definía sus límites con el núcleo principal. El suelo era de tierra (no de césped), era el gran escenario donde se aseguraba la participación y la persuasión. Allí se concentraban todas las celebraciones cívicas y religiosas.

Las calles: Estaban ornamentadas con naranjos y limoneros. Dos de ellas tenían una relevancia fundamental. Una era la que accedía al pueblo y terminaba frente a la fachada del templo; la otra cruzaba frente al cotyguazú, cementerio, templo, colegio y talleres.

El núcleo principal compuesto por el templo. A la derecha del mismo, en Santa Ana, la residencia o colegio y los talleres, se disponían en una sola línea de edificación consecutiva. El templo era la primera edificación que se levantaba en la reducción.

El Templo: Presenta los rasgos distintivos del barroco. El atrio se encuentra erguido sobre una plataforma elevada 1,20 metros por encima del suelo natural. Las piedras de asperón rosado de las paredes de la iglesia, los pilares y molduras revelan el cincel del gran arquitecto Hermano Coadjutor José Brasanelli (1691-1726), quien en 1725 construyó la iglesia, que fue una de las más hermosas de los treinta pueblos jesuíticos. Los restos mortales del Hermano Brasanelli, fallecido en 1728, descansan bajo el altar mayor de la iglesia. El Inventario de 1768 describe a la iglesia: "de tres naves, media naranja y perfectamente acabado". Tenía "un púlpito dorado y cuatro confesionarios de talla, dorados y pintados, un órgano grande y siete escaños de asiento para el cabildo. Cinco altares con sus buenos y dorados retablos; el altar mayor, con cuatro estatuas grandes, cuatro pequeñas alrededor del sagrario". "Un baptisterio todo pintado, con su retablo dorado y su pila bautismal de lindo vidriado…… Una torre de madera con dos campanas grandes, dos medianas y dos chicas…..Una sacristía hermosa, perfectamente acabada y dorada….. su aguamanil de estaño para lavarse las manos el sacerdote que ha de celebrar….veinte estatuas de varios misterios  de Resurrección, Pasión y de otras festividades de la Iglesia, que están guardadas en la contrasacristía".

Colegio o Residencia: "La casa perfectamente acabada, con sus dos patios, huerta, cerca de piedra, refectorio, cocina y ocho aposentos de los que sirven para los religiosos, uno de los mayordomos, otro de la música, otro chico que servía para el indio portero; uno de los vestidos de cabildo y danzantes, cuatro almacenes, en el patio segundo dos aposentos; el uno de platería y el otro de herrería, dos piezas largas de los telares, un aposento de la panadería y otro de beneficiar miel, otro vacío para lo que se pueda ofrecer".

Cotyguazú:"Junto al Cementerio, con cimientos de piedra y tres cuarta vara fuera de ellos también de piedra, lo restante de adobes, con un patio claustral con puerta en común 'las viudas, casadas cuyos maridos anden huidos y las de más y portero en la puerta, que controlaba accesos y salidas' alrededor del cual se sitúan las habitaciones". Cementerio:"Dividido en cuatro partes: los hombres eran enterrados aparte de las mujeres y los niños separados de las niñas. Cada una de aquellas partes eran iguales entre sí, se subdividían en ciertas parcelas con capacidad cada una para diez o doce cadáveres. Calles directas daban acceso al Norte, al Sur y a los costados, a las que daban sombra plantaciones de naranjos. Había también construida una capilla, en cuya parte superior estaba la cruz. Había dos puertas, una adherida a la pared del templo, otra a la Plaza".

Huerta:"Situada detrás de la Iglesia, Colegio y Talleres, estaba plantada de naranjos, guayabas, bananas, palmeras, toda especie de legumbres y plantas medicinales. Con tres estanques a distintos niveles, el agua pasaba de uno al otro por conductos subterráneos. El piso de uno de los estanques está empedrado y sus costados realizados de piedras calzadas, los muros no son rectos, tienen una ligera curvatura para absorber el peso del agua".

Las viviendas de los indios:  Se ubicaban de manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la periferia. Siete a doce unidades o habitaciones constituían una "manzana", que organizada como un elemento cerrado estaba rodeada de galerías perimetrales. A veces estas viviendas múltiples de planta rectangular alargada, tenían locales sanitarios en sus extremos.

Como otras edificaciones nombramos:

Los tambos, ubicados libremente. Las carnicerías o "rastros" junto a la huerta. Frecuentemente se repartía la carne a los indígenas en el segundo patio. Olerías y galpones ubicados en la periferia del pueblo. Había ermitas.

La Economía: Se sustentaba en la agricultura, la recolección de miel, la cría de ganado, la industria, las artesanías y el comercio. Se cultivaba maíz, mandioca, batata dulce, caña de azúcar y legumbres con destino a la alimentación.

Algodón para obtener el hilo y el lienzo. Tabaco. Muy importante pasó a ser el cultivo de la yerba mate, que en un principio se cosechaba de los yerbales silvestres muy apartados de las reducciones. La yerba era el producto de venta necesario para sufragar los impuestos anuales al Rey. Existía en la reducción un régimen agrícola-mixto. A cada familia indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad del indio", la explotación de la misma era controlada por los misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y cosechasen sus productos. La parte de tierras pertenecientes a la colectividad era llamada Tupá-mbaé o "propiedad de Dios". Los indios cultivaban por turnos en estos terrenos comunales y se les pagaba en especie. Los productos eran destinados para cubrir necesidades de la comunidad, pagar el tributo al Rey, sostener a los misioneros, incapacitados, enfermos, viudas, huérfanos, socorrer a los pueblos vecinos en dificultades. El producto de la ganadería, la yerba, cosechas comunitarias y trabajos manuales ingresaba al Tupambaé, que se encargaba de la exportación y venta. Del inventario de la expulsión (1768) tenemos información sobre el ganado de la estancia San Clemente: vacunos: 10.980 cabezas, yeguas, garañones y potrancas: 433, mulas chúcaras: 352, mulas mansas: 48, caballos mansos: 450 etc. En la estancia Quindi: vacunos: 22.000 cabezas, ovejas; 3.102, también había yeguas, mulas, burros,etc. Ante la necesidad de una serie de artículos para uso y consumo interno de los pueblos, los jesuitas establecieron los talleres, donde los guaraníes aprendieron una serie de oficios: carpintería, fabricación de vajilla, hornos para cocer tierra, fundición de metales, tejeduría de algodón, confección de sombreros, instrumentos musicales, etc. En las reducciones no circulaba dinero, por lo que los jesuítas fijaron el valor de cambio para cada producto en el interior de la Provincia, era una unidad monetaria ficticia, el peso hueco(vacío); en base a él se cotizaban los productos. La unidad de peso era la arroba (10,50 kg. aproximadamente) y la unidad lineal era la vara (0,83 metro).

Educación y Arte: Como el objeto de las reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la educación, la catequización, la enseñanza en las escuelas y el arte estuvieron orientados hacia esa finalidad. Iniciar a los guaraníes en los valores cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que debieron desterrar la hechicería y la poligamia, prácticas ancestrales de la cultura guaraní. Con mucho ingenio, los curas, para hacer comprensible sus enseñanzas se valieron del canto, la pintura, el teatro, la escultura y la danza. A la escuela de primeras letras acudían los niños desde los 6 años. Aprendían a leer y escribir en guaraní. A los hijos de los caciques y autoridades comunales se les enseñaba además castellano y latín. La enseñanza se completaba con nociones de religón, urbanidad, aritmética y música. Las niñas aprendían costura, tejido y bordado. En los primeros tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se formaron los maestros indígenas. En el arte jesuítico-guaraní prevaleció el tema religioso-cristiano. Los modelos que llegaban eran europeos. Los guaraníes fueron excelentes copistas de las estampas, dibujos, grabados e imágenes que llegaban. Para las tallas en madera utilizaban el cedro, jacarandá y otras maderas nobles de la región. Todo el arte se inscribió dentro de la corriente general de la época: el barroco. Los guaraníes poseían una inclinación natural hacia la música, que junto con el rezo y la danza formaba parte del ritual religioso. Todas las iglesias tenían de 30 a 40 músicos. Los que no tenían buena voz, aprendían algún instrumento y los tocaban con mucha destreza: arpas, violines, espinetas, bajones, chirimías, clarines; al principio por enseñanza de los padres y luego con maestros indios.

La expulsión de los Jesuítas y Decadencia: El Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de expulsión de los Jesuítas de los dominios españoles en 1767, pero recién se ejecutó en las Misiones en 1768. A partir de esa fecha, el sistema se quebró abruptamente. Las Ordenanzas del Gobernador de Buenos Aires Bucarelli separaban la atención espiritual de lo temporal. La primera a cargo de sacerdotes mercedarios, dominicos y franciscanos que hablaban la lengua guaraní. Lo temporal a cargo de administradores laicos que introdujeron el comercio con el exterior y liberaron progresivamente a los naturales del régimen de comunidad de bienes. La decadencia demográfica estuvo íntimamente vinculada con la ruina material. Con la nueva administración se notaba la impericia de los administradores locales; "la mayoría ignoraba el manejo de caudales, desconocían lo que era la agricultura y las fábricas y no sabían ajustar una cuenta, todos requisitos escenciales para el cargo". A esto se sumaba el despilfarro de los productos acumulados en los almacenes. Lo poco que se lograba exportar, apenas daba para impuestos y salarios de los administradores y sacerdotes; no quedaba nada para provecho de los indios. Estos disconformes desertaban de las reducciones y el trabajo se volvía excesivo para los que permanecían. Otros factores de disminución poblacional fueron la desnutrición y las epidemias de viruela. Con poca gente, las casas quedaban desocupadas. Los techos de tejas no se reparaban y la lluvia infiltrada pudría el maderamen y los tejados no tardaban en derrumbarse. El año más funesto para ésta reducción y otras (Candelaria, Santa Ana, San Ignacio y Corpus) fue 1817, cuando tropas paraguayas invadieron, saquearon y quemaron estas reducciones, llevándose en carretas, dice el P. Hernández, "cuanto objeto de valor pudieran hallar" al Paraguay. Lentamente la vegetación fue avanzando sobre todo el conjunto abandonado.

Situación actual de los vestigios: El casco urbano se conserva notablemente. El Templo poseía paredes íntegras de piedra, con estructuras de madera. Los muros poseen una altura de seis a ocho metros. Se destacan las paredes exteriores y las escalinatas de acceso. La Residencia o Colegio y los Talleres poseían basamentos en piedras con paredes de adobes, que hoy pueden observarse en forma de montículos. Es notable la escalinata de acceso al Colegio. El Cementerio, que conserva aún sus límites, está ocupado por un cementerio moderno, aunque en desuso. Del Cotyguazú se conservan montículos, pisos y columnas. El muro perimetral de la Huerta está bien conservado, y se caracteriza por el peculiar remate que se desarrolla en toda su parte superior. 

 Reducción Jesuítica Nuestra Señora de Loreto

http://www.misiones.gov.ar/turismo/fotos/ruinas.htm

Ubicación: Departamento Candelaria – Provincia de Misiones – Argentina – Latitud S 27º 20' – Longitud O 55º 32'.

Acceso: A 55 km. de Posadas desde la Ruta Nacional 12 por camino vecinal consolidado (2.500 metros).

Situación dominal: 100% fiscal.

Status legal: Monumento Histórico Nacional (1.983) – Decreto Nº 2210 Monumento histórico Provincial (1.969) – Ley Nº 510 Patrimonio de la Humanidad (1.984) – UNESCO

Nombre: Nuestra Señora de Loreto.

Fundación y Traslados: La primera reducción fue fundada en 1610 por los Padres José Cataldino y Simón Masseta, en el Guayrá, en la ribera izquierda del río Pirapó. Emigra en 1631 junto con San Ignacio y otros pueblos conducidos por el Padre Antonio Ruiz de Montoya a las márgenes del arroyo Yabebirí. Después de algunos asientos provisionales, se establece, en 1686 en el lugar donde hoy quedan los restos de sus ruinas.

Gobierno civil y eclesiástico: Los curas eran los administradores de los bienes de los indios y atendían todo lo concerniente a lo espiritual, temporal, económico, cultural, social y militar.El Cabildo era la autoridad máxima en cada reducción y estaba compuesto por los caciques. Los curas mantuvieron la institución tradicional guaraní del cacicazgo. En conjunto, la reducción dependía: del Gobernador de Buenos Aires, de la Real Audiencia de Charcas, del Virrey del Perú y del Rey de España. El cura y un compañero de cura dependían: directamente del Superior de las Misiones que residía en Candelaria, e indirectamente del Padre Provincial que residía en Córdoba.

http://www.misiones.gov.ar/historia/imagenes/CroquisLoreto.jpg

Trazado urbanístico de la reducción: En la etapa de fundación y traslados, los pueblos se construían sin una definición muy precisa en lo urbano; la construcción fue precaria y simple, en adobe, tapia y paja. Recién a fines del siglo XVII, luego de la derrota de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ en 1641, comienzan tiempos de seguridad y estabilidad. Es la etapa de los asentamientos definitivos, donde cada ciudad se organiza conforme a un cuidadoso proyecto urbanístico, donde las edificaciones son de piedra y maderas de ley.

Los elementos constitutivos de la trama urbana son: la plaza, el núcleo principal (templo, colegio, cementerio), las viviendas indígenas, las calles y otras edificaciones. Los años en que Loreto se anticipó a otros pueblos en la ocupación de su emplazamiento definitivo explican las diferencias en su trazado urbano. El templo situado en uno de los lados de la plaza – miraba al este – como en los demás, pero sus patios de residencia, talleres y huerta tenían una disposición distinta que en los otros pueblos. Los talleres se ubican detrás de la residencia o colegio y la huerta al costado de la residencia y los talleres.

La plaza: Constituía el elemento ordenador del espacio urbano. Cercada por tres de sus lados por las tiras de viviendas indígenas, mientras que el cuarto lado definía sus límites con el núcleo principal. El suelo era de tierra (no de césped), era el gran escenario donde se aseguraba la participación y la persuación. Allí se concentaban todas las celebraciones cívicas y religiosas.

Las calles: Estaban ornamentadas con naranjales.

El Templo: Fue construído por el Hermano José Brasanelli (1691-1726), el primer arquitecto de verdadera valía en el Río de la Plata. La iglesia, de estilo barroco, de 62,25 mts. por 24,90 mts. nos habla el P. Jaime Oliver en éstos términos: "La de Loreto es nueva, grande, con su media naranja bien pintada, con algunos pasos de la historia de David. El altar mayor es obra prima, muy grave, hermoso, con diez estatuas primorosas; los cuatro retablos colaterales con muy hermosas estatuas". Según los Inventarios de 1768, las paredes de la iglesia eran de piedras, techo de madera cubierta de tejas y forrado de tablas en medio punto, pintado y dorado desde el crucero al altar mayor; pórtico con su gradería de piedra, y sobre la puerta principal una estatua de Nuestra Señora. Púlpito y su escalera de madera, asidos de su pie dos ángeles de madera tallada, pintada y dorada. Tres confesionarios de madera, tallados y pintados. Un órgano y dos atriles para música. Cuatro bancos de madera con espaldar para el cabildo. En el lugar inmediato al altar de las ruinas de la iglesia, descansan los restos mortales del Padre Antonio Ruiz de Montoya, y de los Padres José Serrano y Juan Bautista Neuman.

Capilla de la Virgen: Esta capilla no estaba en el núcleo central, sino en las inmediaciones.

Capilla del Monte del Calvario: A mil trescientos metros aproximadamente de la plaza, en la cumbre de un cerro de 200 metros, se encuentran vestigios de una capilla. Tenía un campanario y era el mejor edificio en los alrededores. En la época jesuítica el cerro era conocido como "Monte del Calvario". Desde el pueblo se llegaba a la capilla por una vía procesional ornamentada con naranjos.

Colegio o Residencia: El Inventario de 1768 describe: "La casa o Colegio edificado en doscientas varas (166mts.) de largo y ciento (83mts.) de ancho, poco mas o menos, contiguo con la iglesia. En el primer patio, diez y siete cuartos, que sirven de habitaciones y almacenes, y en seis de ellos hay mesas y estantes para libros. En dicho patio, el campanario con once campanas grandes y chicas, inclusas las que están en la capilla de Loreto".

Huerta: Del Inventario de 1768 se obtiene la siguiente información: "La huerta cercada de pared de piedra, poblada de árboles, plantas y verduras, y una casita para pólvora que, reconocida se halló en cuatro tinajitas como tres arrobas de dicha pólvora, de inferior calidad".

Los talleres: Contaban con cocina, panadería, carpintería, herrería, platería y presumiblemente en el local más extenso, estaban los telares y tenían su correspondiente patio de los talleres.

Las viviendas de los indios: Se ubicaban de manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la periferia. Siete a doce unidades o habitaciones constituían una "manzana", que organizada como un elemento cerrado estaba rodeada de galerías perimetrales. Como otras edificaciones nombramos: Los tambos, ubicados libremente. Las carnicerías o "rastros" junto a la huerta. Frecuentemente se repartía la carne a los indígenas en el segundo patio. Olerías y galpones ubicados en la periferia del pueblo. Había ermitas. El reloj de sol estaba en la huerta, cerca de la galería de la residencia.

La Economía: Se sustentaba en la agricultura, la recolección de miel, la cría de ganado, la industria, las artesanías y el comercio. Se cultivaba maíz, mandioca, batata dulce, caña de azúcar y legumbres con destino a la alimentación. Algodón para obtener el hilo y el lienzo. Tabaco. Muy importante pasó a ser el cultivo de la yerba mate, que en un principio se cosechaba de los yerbales silvestres muy apartados de las reducciones. La yerba era el producto de venta necesario para sufragar los impuestos anuales al Rey. Existía en la reducción un régimen agrícola-mixto. A cada familia indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad del indio", la explotación de la misma era controlada por los misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y cosechasen sus productos. La parte de tierras pertenecientes a la colectividad era llamada Tupá-mbaé o "propiedad de Dios". Los indios cultivaban por turnos en estos terrenos comunales y se les pagaba en especie. Los productos eran destinados para cubrir necesidades de la comunidad, pagar el tributo al Rey, sostener a los misioneros, incapacitados, enfermos, viudas, huérfanos, socorrer a los pueblos vecinos en dificultades. El producto de la ganadería, la yerba, cosechas comunitarias y trabajos manuales ingresaba al Tupambaé, que se encargaba de la exportación y venta. Del inventario de la expulsión (1768) tenemos información sobre el ganado de la estancia grande: vacunos: 30.000 cabezas, yeguas, potros y potrancas: 2.000, ovejas: 1.000, burros y burras: 222, etc. En la otra estancia menor, nombrada San Antonio: yeguas y sus crías: 770, etc. Ante la necesidad de una serie de artículos para uso y consumo interno de los pueblos, los jesuitas establecieron los talleres, donde los guaraníes aprendieron una serie de oficios: carpintería, fabricación de vajilla, hornos para cocer tierra, fundición de metales, tejeduría de algodón, confección de sombreros, instrumentos musicales, etc. En las reducciones no circulaba dinero, por lo que los jesuitas fijaron el valor de cambio para cada producto en el interior de la Provincia, era una unidad monetaria ficticia, el peso hueco(vacío); en base a él se cotizaban los productos. La unidad de peso era la arroba (10,50 kg. aproximadamente) y la unidad lineal era la vara (0,83 metro).

Educación y Arte: Como el objeto de las reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la educación, la catequización, la enseñanza en las escuelas y el arte estuvieron orientados hacia esa finalidad. Iniciar a los guaraníes en los valores cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que debieron desterrar la hechicería y la poligamia, prácticas ancestrales de la cultura guaraní. Con mucho ingenio, los curas, para hacer comprensible sus enseñanzas se valieron del canto, la pintura, el teatro, la escultura y la danza. A la escuela de primeras letras acudían los niños desde los 6 años. Aprendían a leer y escribir en guaraní. A los hijos de los caciques y autoridades comunales se les enseñaba además castellano y latín. La enseñanza se completaba con nociones de religión, urbanidad, aritmética y música. Las niñas aprendían costura, tejido y bordado. En los primeros tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se formaron los maestros indígenas. En el arte jesuítico-guaraní prevaleció el tema religioso-cristiano. Los modelos que llegaban eran europeos. Los guaraníes fueron excelentes copistas de las estampas, dibujos, grabados e imágenes que llegaban. Para las tallas en madera utilizaban el cedro, jacarandá y otras maderas nobles de la región. Todo el arte se inscribió dentro de la corriente general de la época: el barroco. Los guaraníes poseían una inclinación natural hacia la música, que junto con el rezo y la danza formaba parte del ritual religioso. Todas las iglesias tenían de 30 a 40 músicos. Los que no tenían buena voz, aprendían algún instrumento y los tocaban con mucha destreza: arpas, violines, espinetas, bajones, chirimías, clarines; al principio por enseñanza de los padres y luego con maestros indios.

Imprenta: Loreto es la cuna imperecedera de la imprenta argentina. La imprenta fue confeccionada localmente por los padres Juan Bautista Neuman y José Serrano, quienes lograron imprimir los caracteres móviles. La prensa y el soporte fueron hechos con madera de la región y los caracteres fundidos en plomo y estaño. Se trataba de una imprenta itinerante, que se instalaba en Loreto, Santa María La Mayor o San Javier, según lo requerían los trabajos de impresión. La primera obra publicada fue el "Martirologio Romano" en 1700, le seguían varias obras de carácter religioso, medicina, etc.

La expulsión de los Jesuitas y Decadencia: El Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de expulsión de los Jesuitas de los dominios españoles en 1767, pero recién se ejecutó en las Misiones en 1768. A partir de esa fecha, el sistema se quebró abruptamente. Las Ordenanzas del Gobernador de Buenos Aires Bucarelli separaban la atención espiritual de lo temporal. La primera a cargo de sacerdotes mercedarios, dominicos y franciscanos que hablaban la lengua guaraní. Lo temporal a cargo de administradores laicos que introdujeron el comercio con el exterior y liberaron progresivamente a los naturales del régimen de comunidad de bienes. La decadencia demográfica estuvo íntimamente vinculada con la ruina material. Con la nueva administración se notaba la impericia de los administradores locales; "la mayoría ignoraba el manejo de caudales, desconocían lo que era la agricultura y las fábricas y no sabían ajustar una cuenta, todos requisitos escenciales para el cargo". A esto se sumaba el despilfarro de los productos acumulados en los almacenes. Lo poco que se lograba exportar, apenas daba para impuestos y salarios de los administradores y sacerdotes; no quedaba nada para provecho de los indios. Estos disconformes desertaban de las reducciones y el trabajo se volvía excesivo para los que permanecían. Otros factores de disminución poblacional fueron la desnutrición y las epidemias de viruela. Con poca gente, las casas quedaban desocupadas. Los techos de tejas no se reparaban y la lluvia infiltrada pudría el maderamen y los tejados no tardaban en derrumbarse. El año más funesto para ésta reducción y otras (Candelaria, Santa Ana, San Ignacio y Corpus) fue 1817, cuando tropas paraguayas invadieron, saquearon y quemaron estas reducciones, llevándose en carretas, dice el P. Hernández, "cuanto objeto de valor pudieran hallar" al Paraguay. Lentamente la vegetación fue avanzando sobre todo el conjunto abandonado.

Situación actual de los vestigios: La planimetría de Loreto presenta una gran similitud con la de Santa María la Mayor y San Carlos. El trazado de la Reducción presenta notables diferencias con las vecinas reducciones de Santa Ana, Candelaria, San Ignacio y Corpus. Estas diferencias se observan también en los materiales y técnicas utilizadas en la construcción. Las tiras de viviendas que delimitan la plaza conservan en Loreto muros de mayor altura. El Templo evidencia restos de paredes compuestas de piedra, piedra y adobes y piedra y tapia. Conserva hacia la galería del Colegio una columnata de mampostería de arenisca. El basamento del Campanario, ubicado en el patio de la Residencia, es único por su monumentalidad. La fachada del Templo se halla totalmente caída sobre el atrio, el cual se compone de varias escalinatas labradas en arenisca. Los Talleres presentan muros de mampostería de asperón en el lado oeste. En la Huerta se observan los cimientos y canalizaciones de las letrinas. En el límite sur del predio se hallan dos importantes construcciones: el Cotyguazú y la Capilla de la Vírgen de Loreto. En el caso del primero los vestigios se conservan en su totalidad. Se trata de muros de itacurú, arensica y adobes. Respecto a la Capilla Nuestra Señora de Loreto, los restos evidencian una monumentalidad excepcional. Sobre una plataforma elevada, a la que se accede por una escalinata de asperón desde una plazuela, se hallan los restos de la Capilla. Este conjunto conserva en forma integral y homogénea prácticamente todo el núcleo central del antiguo pueblo. Cuenta con un: Centro de Visitantes inaugurado en Septiembre de l997.

Reducción Jesuítica Santa María La mayor

http://www.misiones.gov.ar/turismo/fotos/ruinas.htm

Ubicación: Departamento San Javier – Itacaruaré – Provincia de Misiones – Argentina – Latitud S 27º 33' – Longitud O 55º 31'.

Acceso: A 120 km. de Posadas por las Rutas Nros.105/ 201/ 1/ 2. Situación dominal: En usufructo fiscal- compromiso donación (100%).

Status legal: Monumento Histórico Nacional (1.945) – Decreto Nº 31.453. Patrimonio Cultural provincial (1.980) -Ley Nº 1.280. Patrimonio de la Humanidad (1.984) – UNESCO.

Nombre: Santa María La Mayor.

Fundación y Traslados: Fundada en 1.626 por el Padre Diego de Boroa al oriente del río Paraná, "sobre la horqueta misma que forma el río Iguazú". Tempranamente fue trasladada hacia la margen occidental del río Uruguay, porque la persecución de los bandeirantes comenzaba a intensificarse en el área, poniendo en peligro la vida de la población. En 1633 se ubicó en las cercanías de la reducción de los Santos Mártires del Japón y posteriormente a fines del siglo XVII se trasladó al actual emplazamiento, en donde permaneció hasta su destrucción (saqueo e incendio), ocurrido en 1.817 durante las invasiones portuguesas al mando del brigadier Chagas.

Gobierno civil y eclesiástico: Los curas eran los administradores de los bienes de los indios y atendían todo lo concerniente a lo espiritual, temporal, económico, cultural, social y militar. El Cabildo era la autoridad máxima en cada reducción y estaba compuesto por los caciques. Los curas mantuvieron la institución tradicional guaraní del cacicazgo. En conjunto, la reducción dependía: del Gobernador de Buenos Aires, de la Real Audiencia de Charcas, del Virrey del Perú y del Rey de España. El cura y un compañero de cura dependían: directamente del Superior de las Misiones que residía en Candelaria, e indirectamente del Padre Provincial que residía en Córdoba.

http://www.misiones.gov.ar/historia/imagenes/CroquisSantaMaria.jpg

Trazado urbanístico de la reducción: En la etapa de fundación y trasados, los pueblos se construían sin una definición muy precisa en lo urbano; la construcción fue precaria y simple, en adobe, tapia y paja. Recién a fines del siglo XVII, luego de la derrota de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ en 1641, comienzan tiempos de seguridad y estabilidad. Es la etapa de los asentamientos definitivos, donde cada ciudad se organiza conforme a un cuidadoso proyecto urbanístico, donde las edificaciones son de piedra y maderas de ley. Los elementos constitutivos de la trama urbana son: la plaza, el núcleo principal (templo, colegio, cementerio), las viviendas indígenas, las calles y otras edificaciones. El trazado urbano de Santa María La Mayor es diferente al habitual, similar al de Loreto. En lugar de sucederse a lo largo de uno de los lados de la plaza, los patios fueron dispuestos uno detrás del otro y a un costado, la huerta; de forma tal que los aposentos de la casa del padre dieran hacia la huerta. La plaza: Constituía el elemento ordenador del espacio urbano. Cercada por tres de sus lados por las tiras de viviendas indígenas, mientras que el cuarto lado definía sus límites con el núcleo principal. El suelo era de tierra (no de césped), era el gran escenario donde se aseguraba la participación y la persuación. Allí se concentraban todas las celebraciones cívicas y religiosas.

Las calles: Estaban ornamentadas con naranjales.

El Templo: En 1738 un incendio destruyó el Templo. Según Azara, el accidente que ocasionó el incendio fueron los preparativos para las fiestas patronales. Se improvisó un templo provisorio apeando muros divisorios de varios locales que separaban el patio de la Residencia del patio de los talleres. Se logró un recinto de cuarenta metros de largo por quince metros de ancho. Un local hizo de sacristía. Para el acceso a este nuevo templo, fue necesario trasladar el cementerio hacia el oeste, creando un apéndice de la plaza abierto hacia el callejón (plazoleta de acceso). Por las dos entradas principales a la reducción no se podía acceder directamente al templo provisiorio. Según los Inventarios de 1768, "la iglesia, que es pobre por ser de prestado, en uno de los lienzos o lados del patio segundo tiene cinco altares; el altar mayor tiene su retablo y sagrario dorado; en el medio, en su nicho, tiene una estatua, asimismo dorada de Santa María la Mayor, su titular y patrona, con su cortina de raso blanco. A los dos lados, dos estatuas de medio cuerpo, la una de San Ignacio de Loyola, y la otra de San Francisco Javier". Había también en la iglesia piezas de plata, ornamentos y demás alhajas pertenecientes a la iglesia. "En el Baptisterio, una estatua grande traída de Europa, de la Santísima Virgen con el niño Jesús en los brazos, su pila de bautismo y una tinaja vidriada para guardar el agua consagrada".

El Cementerio: Fue trasladado después del incendio del templo, para permitir el acceso al templo provisorio. No tenía acceso desde las dos calles principales del pueblo, sino desde una plazoleta apéndice de la plaza principal. Tenía una capilla con un Santo Cristo Grande en su cruz, un sepulcro del Señor y otros varias estatuas.

Colegio o Residencia: El Inventario de 1768 describe: "tiene la casa de los Padres dos patios y una huerta de hortalizas, con algunos árboles frutales de naranjos y duraznos, etc. El patio principal donde estuvo la iglesia grande, que hace más de treinta años que se quemó, tiene doce cuartos o aposentos buenos, de los cuales en los seis que sirven de ordinaria vivienda hay una mesa con su estante para libros. Dos candeleros de metal o cobre. En el patio segundo tiene la iglesia de prestado, que sirve al presente".

Huerta: Del Inventario de 1768 se obtiene la siguiente información: "tres huertas de árboles frutales, la una con capilla de Santa María.

Las viviendas de los indios: Se ubicaban de manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la periferia. Siete a doce unidades o habitaciones constituían una "manzana", que organizada como un elemento cerrado estaba rodeada de galerías perimetrales.

Como otras edificaciones nombramos:"Una cárcel con tres cuartos o aposentos. Una casa de recogidas (o Cotyguazú). Dos capillas en el campo junto al pueblo". Un tajamar a la entrada del pueblo. Los tambos, ubicados libremente. Las carnicerías o "rastros" junto a la huerta. Frecuentemente se repartía la carne a los indígenas en el segundo patio. Olerías y galpones ubicados en la periferia del pueblo.

La Economía: Se sustentaba en la agricultura, la recolección de miel, la cría de ganado, la industria, las artesanías y el comercio. Se cultivaba trigo, maíz, mandioca, batata dulce, caña de azúcar y legumbres con destino a la alimentación. Algodón para obtener el hilo y el lienzo. Tabaco. Muy importante pasó a ser el cultivo de la yerba mate, que en un principio se cosechaba de los yerbales silvestres muy apartados de las reducciones. La yerba era el producto de venta necesario para sufragar los impuestos anuales al Rey. Existía en la reducción un régimen agrícola-mixto. A cada familia indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad del indio", la explotación de la misma era controlada por los misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y cosechasen sus productos. La parte de tierras pertenecientes a la colectividad era llamada Tupá-mbaé o "propiedad de Dios". Los indios cultivaban por turnos en estos terrenos comunales y se les pagaba en especie. Los productos eran destinados para cubrir necesidades de la comunidad, pagar el tributo al Rey, sostener a los misioneros, incapacitados, enfermos, viudas, huérfanos, socorrer a los pueblos vecinos en dificultades. El producto de la ganadería, la yerba, cosechas comunitarias y trabajos manuales ingresaba al Tupambaé, que se encargaba de la exportación y venta. Del inventario de la expulsión (1768) tenemos información que este pueblo tenía dos estancias grandes alejadas y una estanzuela junto al pueblo. en dichas estancias había ganado vacuno, bueyes mansos, ovejas, carneros, caballos, yeguas, burros, mulas y puercos. Ante la necesidad de una serie de artículos para uso y consumo interno de los pueblos, los jesuítas establecieron los talleres, donde los guaraníes aprendieron una serie de oficios: carpintería, fabricación de vajilla, hornos para cocer tierra, fundición de metales, tejeduría de algodón, confección de sombreros, instrumentos musicales, etc. En las reducciones no circulaba dinero, por lo que los jesuitas fijaron el valor de cambio para cada producto en el interior de la Provincia, era una unidad monetaria ficticia, el peso hueco(vacío); en base a él se cotizaban los productos. La unidad de peso era la arroba (10,50 kg. aproximadamente) y la unidad lineal era la vara (0,83 metro).

Educación y Arte: Como el objeto de las reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la educación, la catequización, la enseñanza en las escuelas y el arte estuvieron orientados hacia esa finalidad. Iniciar a los guaraníes en los valores cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que debieron desterrar la hechicería y la poligamia, prácticas ancestrales de la cultura guaraní. Con mucho ingenio, los curas, para hacer comprensible sus enseñanzas se valieron del canto, la pintura, el teatro, la escultura y la danza. A la escuela de primeras letras acudían los niños desde los 6 años. Aprendían a leer y escribir en guaraní. A los hijos de los caciques y autoridades comunales se les enseñaba además castellano y latín. La enseñanza se completaba con nociones de religión, urbanidad, aritmética y música. Las niñas aprendían costura, tejido y bordado. En los primeros tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se formaron los maestros indígenas. En el arte jesuítico-guaraní prevaleció el tema religioso-cristiano. Los modelos que llegaban eran europeos. Los guaraníes fueron excelentes copistas de las estampas, dibujos, grabados e imágenes que llegaban. Para las tallas en madera utilizaban el cedro, jacarandá y otras maderas nobles de la región. Todo el arte se inscribió dentro de la corriente general de la época: el barroco. Los guaraníes poseían una inclinación natural hacia la música, que junto con el rezo y la danza formaba parte del ritual religioso. Todas las iglesias tenían de 30 a 40 músicos. Los que no tenían buena voz, aprendían algún instrumento y los tocaban con mucha destreza: arpas, violines, espinetas, bajones, chirimías, clarines; al principio por enseñanza de los padres y luego con maestros indios.

Imprenta: En sus talleres gráficos se imprimieron varias obras, desde 1724 a 1727, con la prensa traída desde Loreto. Entre ellas el "Vocabulario de la lengua guaraní" del Padre Antonio Ruiz de Montoya.

La expulsión de los Jesuítas y Decadencia: El Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de expulsión de los Jesuítas de los dominios españoles en 1767, pero recién se ejecutó en las Misiones en 1768. A partir de esa fecha, el sistema se quebró abruptamente. Las Ordenanzas del Gobernador de Buenos Aires Bucarelli separaban la atención espiritual de lo temporal. La primera a cargo de sacerdotes mercedarios, dominicos y franciscanos que hablaban la lengua guaraní. Lo temporal a cargo de administradores laicos que introdujeron el comercio con el exterior y liberaron progresivamente a los naturales del régimen de comunidad de bienes. La decadencia demográfica estuvo íntimamente vinculada con la ruina material. Con la nueva administración se notaba la impericia de los administradores locales; "la mayoría ignoraba el manejo de caudales, desconocían lo que era la agricultura y las fábricas y no sabían ajustar una cuenta, todos requisitos esenciales para el cargo". A esto se sumaba el despilfarro de los productos acumulados en los almacenes. Lo poco que se lograba exportar, apenas daba para impuestos y salarios de los administradores y sacerdotes; no quedaba nada para provecho de los indios. Éstos, disconformes, desertaban de las reducciones y el trabajo se volvía excesivo para los que permanecían. Otros factores de disminución poblacional fueron la desnutrición y las epidemias de viruela. Con poca gente, las casas quedaban desocupadas. Los techos de tejas no se reparaban y la lluvia infiltrada pudría el maderamen y los tejados no tardaban en derrumbarse. El año más funesto para esta reducción fue 1817, cuando tropas portuguesas, por órdenes del brigadier Chagas saquearon y quemaron estas reducciones. Lentamente la vegetación fue avanzando sobre todo el conjunto abandonado.  Situación actual de los vestigios: Los vestigios existentes corresponden a un pequeño pueblo jesuítico a medio hacer. Los restos del Templo que se observan corresponden a una Iglesia provisoria que se había instalado a partir de la adecuación de parte de la Residencia, debido a que le Templo original se había incendiado en 1.735. Esta solución cambió la fisonomía del pueblo, al correrse el cementerio de su posición original y al generarse un apéndice en la Plaza Central. La Residencia y los Talleres conservan gran parte de sus muros. En uno de los locales de la Residencia se ha instalado una Capilla moderna, que es utilizada en la actualidad. El Cementerio y la Huerta conservan gran parte de sus muros perimetrales. En la periferia de las ruinas se conservan importantes restos de Capillas, tajamares, zanjas, caminos y restos de establecimientos de campo. En la Plaza se hallan los cimientos de una escuela que funcionó en la primera mitad del siglo XX. También en una de las esquinas funcionó un Cementerio a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Cuenta con un: Centro de Visitantes inaugurado en Septiembre de l997. Entre sus dependencias nombramos: boletería, museo, mini bar, sanitarios, taller y depósito para material arqueológico y habitaciones para arqueólogos.

San Roque González de Santa Cruz

Fue uno de los más destacados misioneros que desarrollaron su acción en esta parte de América.

Roque González de Santa Cruz nació en 1576, en Asunción. Sus padres fueron Don Bartolomé González de Villaverde y Doña María de Santa Cruz, nacidos también en tierra americana. Otro de sus seis hermanos también fue sacerdote.

El rasgo típico que lo acompañó toda la vida fue su capacidad de sacrificarse por los demás. Un espíritu decidido y organizador. A los veintidós años fue consagrado sacerdote por Monseñor Hernando Trejo y Sanabria, por entonces Obispo de Córdoba, quien fue invitado para consagrar a Roque en la ciudad de Asunción, en 1598.

Se desempeñó en diversas actividades apostólicas, en múltiples lugares y circunstancias. No aceptó el cargo de Vicario General de Asunción porque quería llegar hasta los mismos indígenas para evangelizarlos. En 1609 abandonó la actividad en dicha ciudad, ingresó en la Compañía de Jesús y comenzó a ser el gran misionero del Plata. Su actividad evangelizadora no conoció descanso hasta el día de su muerte.

El Chaco Paraguayo lo esperaba como su primer campo de acción misional. El éxito de su acción con ellos no fue el esperado, pero consiguió mejorar las relaciones de los indígenas con los habitantes de la ciudad.

En 1613 reconstruyó la misión de San Ignacio, quedándose en la zona hasta 1619. Fundó nuevas misiones, las organizó y les dio estabilidad de acuerdo con sus posibilidades. Las crónicas de la época lo presentan sumido en la pobreza más dura y en una intensa y desigual lucha contra pestes de distinto tipo, entre ellas contra el cólera.

Dos de los problemas que debían afrontar los misioneros eran: conocer el idioma  y  la psicología del indígena.

Fue fundador de Posadas, llamada en su origen con el nombre guaraní de Itapúa. Además fue fundador de Candelaria, Concepción de la Sierra, San Javier y otros centros sobre el río Uruguay.

Desde 1620, trabajó sobre las márgenes de este último río. También aquí, el enemigo más cruel fue el hambre y las enfermedades que diezmaban poblaciones. Su labor se extendió hacia el sur, llegando hasta Yapeyú, donde fundó dicho centro, en la actual provincia de Corrientes. Yapeyú constituía en cierta forma un punto estratégico entre Buenos Aires y las poblaciones del norte. Fundó tierra adentro, hacia Brasil: San Nicolás, Asunción del Iyuí, Caaró, etc., permaneciendo en esta zona hasta 1628.

En la zona de Iyuhí tenía gran predicamento el cacique Ñezú, por cuya instigación fue destruida la reducción y muertos Roque González y otro misionero, el padre Alonso Rodríguez en Caaró, el 15 de noviembre de 1628. Los cadáveres fueros arrojados a la hoguera. Idéntica suerte tuvo el jesuita Juan del Castillo en Asunción del Iyuí el 17 de noviembre de 1628.

Desde entonces fueron venerados como mártires.  El 28 de enero de 1934 fueron beatificados y en mayo de 1988 el Papa Juan Pablo II los proclamó como los Santos Mártires Rioplatenses en una ceremonia realizada en Asunción.

ANDRES GUACURARI

Fue un indio guaraní. Nació en Santo Tomé o San Borja probablemente el 30 de noviembre de 1778. Vivió en Santo Tomé con su madre a partir de la invasión luso-brasileña de 1801. Fue educado por el cura del pueblo. Su nombre, como él lo escribía era Andrés Guacurarí; los luso-brasileños lo llamaban Artiguinhas o Andrés Tacuarí. Fue más conocido como Andresito.

Su cultura fue bastante completa. Fue músico. Hablaba y escribía correctamente castellano, portugués y guaraní.

José Artigas fue su padrino quien en 1811 lo adoptó. A partir de allí se lo conoce como Andrés Guacurarí y Artigas o Andrés Artigas.

Su lucha se orientó hacia dos objetivos:

la lucha contra las fuerzas extranjeras que invdieron el territorio misionero,

– la defensa de los principios federalistas sustentados por Artigas.

CAMPAÑAS

Fueron cuatro.

CAMPAÑA DEL RIO PARANÁ CONTRA LA INVASION PARGUAYA (1815). Andresito fue designado por Artigas en 1815, Comandante General de Misiones, cargo que ocupó hasta 1816. El Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, so pretexto de inconducta de las fuerzas artiguistas en su frontera, dispuso la ocupación de los pueblos misioneros de la banda oriental del Paraná. El capitán paraguayo Francisco Antonio González se apoderó en agosto de 1815 violentamente de los pueblos de Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio y Corpus. Posteriormente lo reemplazó el comandante José Isasi.

Artigas ordena a Andresito que impida el avance paraguayo y que los haga repasar el río Paraná. Organizó una fuerza de 500 hombres (indios) de infantería y caballería. Se recupera Candelaria; el asalto fue dirigido por fray José Acevedo y el capitán Manuel Miño el 10 de Septiembre de 1815. Isasi se entrega. Con posterioridad Andresito recupera los demás pueblos: Santa Ana, San Ignacio Miní, Loreto y Corpus.

ANDRESITO GOBERNADOR DE MISIONES

Asumió el gobierno de Misiones con el cargo de Comandante General. Instaló su sede en Candelaria. Su gobierno fue recto y justo, procediendo en todo, conforme a la orientación política artiguista. Recuperó los pueblos misioneros sobre el Paraná. Los Cabildos indios volvieron a funcionar regularmente durante su gobierno. Se encargaron de administrar las estancias y yerbales y comerciar con las demás provincias.

Instaló una fábrica de pólvora en Concepción. Ordenó la construcción de rústicos hornos para fabricar chuzas.

Toda su organización fue interrumpida por la invasión portuguesa.

2) PRIMERA CAMPAÑA DEL RIO URUGUAY CONTRA LA INVASION LUSO-BRASILEÑA (1816).

Es intención de Andresito la reconquista de las misiones Orientales, para ello instaló una fábrica de pólvora y reorganizó su ejército. Inicia la marcha con 1000 hombres desde Santo Tomé en 1816. Obtiene un triunfo en Sao Joa Vello. Por proclama hace saber a los 7 pueblos sus intenciones. Instaló su campamento en Itaquí (frente a Alvear, Corrientes). Los luso-brasileños tienen su campamento en San Borja. Se produce un combate en Rincón de la Cruz, triunfa Andresito y recibe la adhesión de los naturales de la región. Andresito sitió San Borja el 21 de septiembre de 1816, los luso-brasileños se resisten, después reciben refuerzos y derrotan a Andresito obligándolo a retirarse repasando el río Uruguay. Los portugueses vuelven a atacar en 1817 en la cercanía de la barra del Aguapey. Por órdenes del gobernador de Río Grande do Sul, los luso-brasileños saquearon e incendiaron los pueblos de Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé, Santa María y Mártires. Saquearon únicamente a Apóstoles, San José y San Carlos y llevaron cuanto había de valor.Dos veces más atacaron los portugueses pero los ejécitos de Andresito los derrotaron en Apóstoles y San Carlos.

3) CAMPAÑA DE CORRIENTES EN DEFENSA DEL FEDERALISMO (1818-1819). Luego del combate de San Carlos, Andresito instaló su cuartel en Tranquera de Loreto y vigiló los movimientos de los paraguayos y de los portugueses. Recibió las órdenes de Artigas de marchar sobre Corrientes para reestablecer la autoridad federal, resentida por un golpe militar dirigido por el capitán José F.Vedoya adherido al centralismo porteño. Se produjeron dos encuentros, uno en Caa-Catí y otro en Saladas en 1818, ambos posibilitaron el triunfo de Andresito.

ANDRESITO GOBERNADOR DE CORRIENTES

Ejerció la gobernación hasta abril de 1819. Reorganizó el gobierno civil. Ningún pueblo dejó de tener autoridad constituida. Había un enfrentamiento entre el patriciado de las ciudades capitales y las masas rurales. La sociedad correntina estaba acostumbrada desde la época de las colonias, a encomiendas donde no existían los sueldos y se trabajaba por la comida; a los hijos se los tenía en las casas de viejas familias como "criados", con la paga del plato diario. Los indios eran la base de todas estas actividades y los esclavos. Andresito se abocó a la tarea de liberar indios y esclavos. Realizó el reparto de tierras a los que las necesitaban y a los que las querían para trabajarlas.

4) SEGUNDA CAMPAÑA DEL RIO URUGUAY CONTRA LA INVASION LUSO-BRASILEÑA (1819).

Para 1819 el ejército de Artigas no contaba con suficientes medios ni hombres para resistir a los invasores. Sólo Andresito volvió a la lucha; abatió guarniciones enemigas y tomó posición de los pueblos de las misiones orientales. Se instaló en San Nicolás. Quiso atacar a Chagas, pero el asalto fracasó y los luso-portugueses se retiraron y pidieron refuerzos a Porto Alegre y a Alegrete. Andresito marchó al sur intentando contactarse con Artigas, pero no lo consiguió. Chagas con refuerzos retomó San Nicolás. Andresito decide volver y en su contramarcha chocó con las poderosas fuerzas brasileñas en Itá-Curuví en Julio de 1819. El combate fue violento. Andresito debió retirarse y dispersar sus tropas con la consigna de reunirse en la otra banda del río Uruguay, en nuestra provincia. Algunos lo consiguieron, otros grupos fueron alcanzados por los luso-portugueses y se produjeron sangrientos entreveros, en uno de los cuales perdió a vida el cacique Tiraparé. Cuando Andresito se preparaba para cruzar el río en una jangadilla con un pequeño grupo fue sorprendido por una fuerte patrulla que lo tomó prisionero.

Fue llevado a las cárceles de Porto Alegre a pié, con cueros frescos atados por el cuello que se iban secando en el camino. Debió trabajar en obras públicas. Luego fue llevado a un pontón a Río de Janeiro con otros compañeros y luego a la isla Das Cobras.

El español D. Francisco de Borja Magariños gestionó y obtuvo su libertad, poniendo fin a su calvario en 1821.

El 3 de julio de 1821 Andrés Guacuaraí arribó a Montevideo y a partir de esa fecha se pierden sus rastros. No se sabe si murió en Montevideo, si volvió a Misiones, si murió en el viaje, si fue envenenado en la prisión.

Lo que si se sabe es que con su prisión Misiones perdió uno de sus mejores hombres. Su acción permitió que esta provincia quedara para la patria.

La ocupación correntina

En el año 1830 la provincia de Corrientes invade y absorbe a Misiones,aprovechando que el ejército misionero se hallaba ausente, porque estaba participando en la guerra contra el Imperio del Brasil.

En esta época el espacio misionero es importante debido a razones estratégicas, económicas y militares; por ello se disputarán su dominio Asunción, Buenos Aires, el Imperio del Brasil y las provincias argentinas de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fé.

La importancia económica de Misiones radicaba en los campos de pastoreo del sur, la riqueza maderera existente en su extensa selva y las grandes extensiones naturales de yerba mate. En tanto que era estratégica para el Paraguay – y por ello debía obtener su control – porque le garantizaba el tráfico comercial con los puertos del Océano Atlántico.

La ocupación paraguaya

Durante el siglo XIX Paraguay incursionó en repetidas oportunidades en el territorio de Misiones, pero esta presencia se hará fuerte a partir de 1838/40, cuando en la actual Posadas, se construya una fortificación amurallada, la cual será denominada: " Trinchera de los paraguayos ". Esta fortificación le garantizará al Paraguay el pleno control de la ruta comercial: Asunción – Villa Rica – Encarnación – Posadas – San Borja – Porto Alegre. El Paraguay ocupa la región Misionera debido a que el brigadier Juan Manuel de Rosas – gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones exteriores de las Provincias Unidas del Río de la Plata – no reconoce la independencia del Paraguay, ya que lo considera como una provincia argentina. Por ello, luego de que el brigadier Rosas impida la libre navegación de los ríos – con el afán de ahogar económicamente al Paraguay y obligarlo a incorporarse a las Provincias Unidas – el dictador Gaspar Rodríguez de Francia ordena la ocupación de Misiones.

Esta ocupación por parte del Paraguay se prolongará hasta el año 1865, año en que se inicia la Guerra de la Triple Alianza. En las primeras acciones de la guerra el Ejército Argentino libera de la presencia paraguaya a Candelaria y la Trinchera de San José. Luego la guerra se traslada a territorio paraguayo y la defensa de la zona queda a cargo de las fuerzas brasileñas del Batallón 24º, el cual tiene su campamento en donde hoy se hallan las torres de agua potable de la empresa SAMSA (Ex APOS), en la ciudad de Posadas.

Luego de finalizada la guerra, por el Tratado de Paz Argentino – Paraguayo de 1876, el Paraguay abandona definitivamente sus pretenciones sobre el territorio de Misiones. Se acuerda definitivamente que el límite entre ambos países será la línea establecida por el río Paraná, situación que no volverá a a ser modificada.

La Federalización

El 22 de diciembre de 1881, el Presidente Julio Argentino Roca promulga el decreto de la ley de Federalización de Misiones, por este acto Misiones pasa a convertirse en Territorio Nacional del Estado Argentino, recobrando parcialmente su autonomía al separarse de la provincia de Corrientes.

Esta era una forma de reafirmar la soberanía nacional, e iba acompañada de toda una política tendiente a garantizar la presencia del Estado Argentino a través de la Educación, la Justicia, la Seguridad y obras de infraestructura. Ya durante la guerra con Paraguay comienza el asentamiento de una población heterogénea en Posadas, la cual se dedicará a actividades comerciales relacionadas con el abastecimiento de las fuerzas aliadas y, una vez finalizado el conflicto, esta gente iniciará actividades comerciales relacionadas con el frente extractivo (explotación de los yerbales silvestres y la madera de la selva). Pero el gran problema de Misiones – a fines del siglo XIX – es su escasa densidad poblacional, es un territorio carente de núcleos urbanos, sin redes viales ni puentes, un territorio rico sobre el cual se debe asegurar los derechos soberanos del estado argentino a través del poblamiento; este es un problema que afecta a todo el territorio nacional y por ello se dará una fuerte política para fomentar la inmigración europea hacia las zonas desérticas de la Argentina.

El primer Gobernador del Territorio Nacional de Misiones será el Coronel Rudecindo Roca, hermano del Presidente de la República.

Los gobernadores del Territorio Nacional de Misiones

Estos fueron designados directamente por el Poder Ejecutivo, ya sea constitucional o de facto, y más que gobernadores son en realidad comisionados nacionales.

Gobernador:       

Cnel. Rudecindo Roca

(01/01/1882 – 13/04/1891)

Gobernador:

Cnel.Benjamín Moritán

(11/06/1891 – 10/07/1893)

Interino: 

Don Francisco Delgado

(10/07/1893 – 28/10/1893)

Gobernador: 

Dr. Juan Balestra

(28/10/1893 – 09/11/1896)

Gobernador: 

Don Juan José Lanusse

(09/11/1896 – 01/07/1905

Interino: 

Don Francisco Delgado

(01/07/1905 – 24/07/1905)

Gobernador: 

Don Manuel A. Bermúdez

(24/07/1905 – 18/07/1908)

Interino: 

Don José M. López

(18/07/1908 – 12/09/1908)

Gobernador:

Dr. Justino Solari

(12/09/1908 – 31/05/1911)

Interino: 

Don Marco M. Acosta

(31/05/1911 – 08/07/1911)

Interino: 

Don Diógenes Lotero

(08/07/1911 – 14/07/1911)

Gobernador: 

Cnel. Gregorio López

(14/07/1911 – 30/11/1916)

Interino: 

Prof. Soriano Romero

(01/09/1916 – 23/05/1917)

Gobernador: 

Dr. Héctor Barreyro

(23/05/1917 – 27/04/1920)

Interino: 

Tte.Nav. Guillermo Doll

(27/04/1920 – 30/09/1922)

Interino: 

Don Diógenes Lotero

(30/09/1922 – 16/10/1922)

Gobernador: 

Dr. Héctor Barreyro

(16/10/1922 – 01/01/1930)

Interino:

Don José Manuel López

(01/01/1930 – 27/09/1930)

Gobernador: 

Cnel. Enrique Pilotto

(27/09/1930 – 19/12/1930)

Gobernador:

Dr. Carlos Acuña

(19/12/1930 – 25/06/1935)

Interino: 

Don Julio Amarante

(25/06/1935 – 12/09/1935)

Gobernador: 

Dr. Julio Vanasco

(12/09/1935 – 16/08/1938)

Interino: 

Don Ángel H. Ruiz

(16/08/1938 – 29/11/1938)

Gobernador:

Dr. Luis Cirilo Romaña

(29/11/1938 – 06/11/1941)

Gdor. A/C:

Don Julio C. Sánchez

(06/11/1941 – 22/11/1941)

Gobernador:  

Don Esteban Semilla

(22/11/1941 – 11/06/1943)

Gdor. A/C:

My Gastón Fermepín

(11/06/1943 – 08/07/1943)

Gobernador: 

Ing. Eduardo Otaño

(14/06/1943 – 19/07/1946)

Sec. A/C: 

Don Manuel Ribero y Hornos

(19/07/1946 – 20/01/1947)

Gobernador: 

Don Aparicio Almeida

(20/01/1947 – 30/09/1949)

Sec. A/C: 

Don Alberto D'Uva

(01/10/1949 – 21/12/1949)

Gobernador: 

Don Eduardo Reguero

(21/12/1949 – 31/12/1952)

Gobernador: 

Dr. Claudio Arrechea

(31/12/1952 – 31/12/1953)

 Los inmigrantes y la construcción de una sociedad plural

En el año 1876 el Presidente Nicolás Avellaneda promulga la Ley de Inmigración y Colonización. Esta ley fomenta la inmigración de colonizadores europeos con el fin de poblar los extensos territorios vírgenes de la Argentina, como una forma de afirmar la soberanía nacional y una forma de incorporar fuerza de trabajo a una nación joven y de gran riqueza. El Territorio Nacional de Misiones se beneficiará de la política inmigratoria generada por el Estado Nacional y ello dará pie a la conformación de una sociedad plural en lo racial, lo religioso y lo cultural; haciéndose esto notar en la fisonomía de sus habitantes, la arquitectura de sus templos religiosos, la cantidad de confesiones existentes y la traza de sus ciudades.

En el caso de Misiones podemos identificar dos corrientes colonizadoras principales: una que es fruto del incentivo oficial o gubernamental, y otra que surge de la acción privada o de particulares.

I) La colonización oficial (1883 – 1927).

Este tipo de colonización se dio principalmente en el área sur de la provincia, contando con fuerte apoyo estatal; y se centró en los lugares donde se habían desarrollado los viejos poblados jesuíticos: Apóstoles, Concepción de las Sierras, Santa Ana y San Ignacio, entre otros. Los primeros inmigrantes que participaron de la colonización oficial fueron polacos y ucranianos, los cuales procedían de Galitzia, región perteneciente al Imperio Austro-húngaro. En su generalidad eran campesinos pobres que no tenían posibilidades de acceso a la tierra en Europa, estando sumamente limitadas sus posibilidades de progreso y emigrar hacia América constituía para ellos una tangible esperanza de prosperidad.

II) La colonización privada (1920 – 1945).

Esta colonización fue realizada a través de compañías colonizadoras que se crearon al efecto. Estas compañías estaban relacionadas con poblaciones e intereses alemanes, esto se debe a que – luego de terminada la 1º Guerra Mundial – Alemania promueve la migración de parte de sus habitantes hacia Sudamérica; ya que la situación económica de Alemania es desesperante.

Las compañías que más se destacaron por su accionar colonizador en Misiones fueron:

a) La Cía. Eldorado Colonización y Explotación de Bosques Ltda. S.A. de Adolf Schwelm.

b) La Sociedad Colonizadora Alto Paraná Culmey y Cía. de Carlos Culmey.

Estas compañías fueron las que colonizaron y generaron el gran despegue de la zona del Alto Paraná, la cual era un área selvática, a la que únicamente se podía acceder por vía fluvial, ya que no existían caminos ni puentes. Así, fueron creadas, entre otras, las ciudades de Eldorado, Montecarlo, Puerto Rico y San Alberto; las que a su vez dieron origen a nuevas colonias.

Así también, podemos identificar una colonización privada espontánea o secundaria, realizada esta por familiares y amigos de colonos ya asentados, los que emigran a Misiones y se instalan en la zona de las sierras centrales de la provincia. Se irán originando así ciudades como Oberá, Aristóbulo del Valle, Campo Viera, Campo Grande, Dos de mayo, San Vicente y Leandro N. Alem. Estas colonias son el fruto del ímpetu colonizador, por ello primero llega el colonizador asentándose sobre las tierras, y luego el Estado regulariza su situación respecto a la propiedad de las mismas.

Hacia fines de la década de 1940 podemos hablar ya de que Misiones se constituye en un verdadera sociedad plural, en la cual conviven las más variadas razas, confesiones y nacionalidades; Misiones es en ese momento una provincia argentina habitada por gente proveniente de: Alemania, Rusia, Ucrania, Austria, Finlandia, Noruega, Polonia, Italia, Dinamarca, Suecia, Paraguay, Suiza, Brasil, El Líbano, Francia, Inglaterra, España y Siria.

Luego de finalizada la 2º Guerra Mundial llegarán a Misiones un nuevo grupo de inmigrantes provenientes de Japón, estos se asentarán en Garuhapé, Jardín América y Oasis. Y ya a fines de la década de 1970 llegan a Misiones inmigrantes procedentes de Laos; estos poseen la particularidad de llegar con un status muy especial, llegan como refugiados de guerra, bajo el auspicio de la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). Y recientemente, en la década de 1990 se incorporan a la sociedad misionera familias procedentes de Corea del Sur y de Taiwán (China Nacionalista).

La inmigración marca a fuego la historia de Misiones ya que cambia por completo el paisaje de la provincia y la fisonomía de su gente, incorpora los ideales del cooperativismo y experiencias técnicas realizadas en Europa o en el paso por el Brasil, incorpora también nuevas concepciones

Provincialización de Misiones

Entre los años 1915 y 1945 se hicieron varios intentos de provincializar el Territorio Nacional de Misiones, pero estos no tuvieron éxito y fueron a parar al archivo del Congreso Nacional. Esto sucedía a pesar de que el pueblo misionero había ya alcanzado madurez cívica, superaba el número de habitantes mínimo requeridos para constituirse como provincia y desarrollaba a pleno todo su potencial económico.

Recién en el año 1953 – por iniciativa del Presidente Juan Domingo Perón – el Congreso sanciona la Ley 14.294 por la cual se provincializa el Territorio Nacional de Misiones. Así, Misiones vuelve a tener el status de Provincia Argentina y recobra su plena autonomía como estado federal.

Los gobiernos provinciales

A partir de la provincialización de Misiones se sucederán tanto gobernadores como interventores en el gobierno de la provincia; podremos fácilmente advertir que la interrupción del orden constitucional pasa a ser la moneda corriente de la vida política nacional, la cual – en el siglo XX – se caracteriza por su alta inestabilidad.

Comisionado:

Dr. Claudio Arrechea 

(01/12/1954 – 01/02/1955) 

Min.Gob.A/C: 

Don Marcos B. Reyes

(03/02/1955 – 24/02/1955)

Comisionado: 

Dr. Juan C. Lorenzo

(24/05/1955 – 04/06/1955)

Gobernador: 

Dr. Claudio Arrechea 

(04/06/1955 – 20/09/1955)

Gob.Militar: 

Tte.Cnel. Juan T. Roca

(20/09/1955 – 11/10/1955)

Interventor: 

Don Adolfo J. Pomar

(11/10/1955 – 30/04/1958)

Interventor: 

Don Pedro Rebollo

(01/05/1958 – 29/05/1958)

Interventor: 

Dr.Julio Brower de Koning

(29/05/1958 – 15/03/1959)

Interventor: 

Dr.César Napoleón Ayrault

(16/03/1959 – 21/01/1960)

Interventor: 

Dr. Francisco Martos

(22/01/1960 – 01/05/1960)

Gobernador: 

Dr.César Napoleón Ayrault

(01/05/1960 – 24/04/1962)

Interventor:

Cnel. Wilde Santa Cruz 

(24/04/1962 – 25/06/1962) 

Interventor: 

Esc. Emilio Gueret 

(25/06/1962 – 24/10/1962)

Interventor: 

Dr. Pablo Luzuriaga 

(24/10/1962 – 12/10/1963

Gobernador: 

Don Mario Losada 

(12/10/1963 – 28/06/1966)

Interventor:

Cnel. Alfonso M. Galeano

(28/06/1966 – 27/07/1966)

Interventor: 

Don Hugo Jorge Montiel

(27/07/1966 – 18/11/1969)

Interventor:

Dr. Ángel V. Rossi 

(18/11/1969 – 24/05/1973)

Gobernador: 

Don Juan Manuel Irrazábal

(25/05/1973 – 30/11/1973

Interino:  

Esc. Luis Ángel Ripoll 

(01/12/1973 – 21/01/1975)

Interventor: 

Don Juan Carlos Taparelli

(21/01/1975 – 25/05/1975)

Gobernador: 

Esc.Miguel Ángel Alterach

(25/05/1975 – 24/03/1976)

Interventor: 

Cnel. Juan A. Beltrametti

(24/03/1976 – 23/04/1976)

Interventor: 

Cap.Nav.René G. Buteler 

(24/04/1976 – 17/03/1977)

Interventor: 

Cap.Nav.Rodolfo R Poletti

(17/03/1977 – 01/11/1978)

Interventor: 

Cap.Nav. Fernando Difonzo

(01/11/1978 – 06/12/1978)

Interventor: 

Cap.Nav.Rubén Pacagnini 

(07/12/1978 – 31/03/1981)

Interventor: 

Gral.(Re)Juan M. Bayón

(31/03/1981 – 11/12/1983)

Gobernador: 

Dr.Ricardo Barrios Arrechea 

(11/12/1983 – 17/09/1987)

Gobernador: 

Don Luis María Casoni

(17/09/1987 – 11/12/1987)

Gobernador:  

Dr. Julio César Humada

(11/12/1987 – 11/12/1991)

Gobernador:  

Ing. Federico Ramón Puerta

(11/12/1991 – 10/12/1995)

Gobernador: 

Ing. Federico Ramón Puerta 

(10/12/1995 – 11/12/1999)

Gobernador:  

Ing. Carlos Eduardo Rovira

(11/12/1999 – 10/12/2003)

Gobernador:  

Ing. Carlos Eduardo Rovira

(10/12/2003 – En Función)

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA DE MISIONES

Misiones, a pesar de ser una de las Provincias más antiguas del Virreinato del Río de la Plata, tuvo un difícil y lento proceso institucional. De ser un Centro Político y Cultural con identidad propia, pasó a ser un mero apéndice de una Provincia hermana, hasta que en el año 1881 recuperó definitivamente el camino hacia su autonomía.

DE 1949 A 1953

El Gobierno de Juan Domingo Perón trajo aparejado en 1949 la reforma de la Constitución Nacional. Entre otros aspectos favoreció desde el punto de vista de la participación política a los territorios Nacionales; pues mediante la Ley Nº 14.031 del año 1951 y su reforma, la Ley 14.292 del año 1953, otorgan a los Territorios el derecho de estar representados en el Congreso de la Nación por medio de delegados electos de acuerdo al régimen electoral vigente.

También en ese mismo año (1953) la misma Ley que declaraba la provincialización de Misiones contenía las pautas para su organización institucional a partir de una Constitución.

Establecieron las condiciones para la elección de los Convencionales Contituyentes que tendrían a su cargo la redacción y sanción de la Constitución para la novel Provincia.

AÑO 1954

Estando como comisionado Nacional el Dr. Claudio Arrechea, se dio cumplimiento a la ley en cuestión y se convocó a elecciones. Las deliberaciones se llevaron a cabo en el salón del Centro Agrario Yerbatero Argentino, entre los días 8 al 12 de noviembre del año 1954.

El primer día de sesiones se presentó el único proyecto con la firma de todos los convencionales que fue aprobado sin reformas.

De la nueva constitución se desprende que la misma fue redactada sobre la base de la Constitución Nacional de 1949, y su estructura interna consta de un preámbulo, algunos artículos divididos en ocho secciones y ochos disposiciones transitorias. Cabe destacar además, el sentido histórico de los convencionales que responsablemente tuvieron en cuenta e incorporaron los antecedentes valiosos de la rica historia Misionera.

Finalmente la Novel Carta Provincial sufrió las mismas mutilaciones institucionales que todas las demás, incluida la Nacional, por la llamada "revolución libertadora" en el año 1955. Acto seguido el nuevo Gobierno declara la necesidad de la reforma.LA CONSTITUCIÓN.

La Constitución, como Ley Fundamental, está internamente vinculada a la etapa fundacional del Estado; pues tiene como finalidad organizarlo estructural e institucionalmente. El término Constitución significa: "juntos instituir", "establecer algo en común acuerdo", es la forma institucional que se impone una comunidad política en el acto de fundarse o reformarse como tal, regulando los poderes del Estado y estableciendo los derechos, las obligaciones de los habitantes y las autoridades. 

 LA NUEVA CONSTITUCIÓN DE 1958

El gobierno de ipso instaurado en el país, tras el derrocamiento del Gobierno Constitucional de Juan Domingo Perón, asumió el ejercicio de los llamados "Poderes Revolucionarios". La Proclama, tiene repercusión nacional, pues el Gobierno de la Provincia de Misiones, requiere ante la Junta Consultiva Provincial su opinión acerca de la derogación o a la vigencia de la Constitución Provincial de 1954. Dicha Junta que estaba constituida por ciudadanos misioneros, se expide el 20 de abril de 1956 a favor de la vigencia de la Constitución Provincial de 1954, pero siete días más tarde fue derogada.

Seguidamente el Poder Ejecutivo Provincial, en concordancia con el Nacional, convoca a una nueva Convención Constituyente, que inició sus sesiones en la actual Legislatura provincial, el 30 de agosto de 1957. Los convencionales tomaron como base la Constitución Nacional y algunas provinciales, además los principios y postulados políticos representados.

Fueron dos los problemas más importantes que tuvieron que superar los convencionales para coronar exitosamente su labor:

La primera, el retiro de los convencionales de la Unión Cívica Radical Intransigente, que fundamentaron su actitud en que debía ser el Congreso y no el Gobierno quién debía legítimamente declarar la necesidad de la reforma.

El segundo de orden económico, se refería a los gastos de funcionamiento ( ya que el gobierno prácticamente no aportó recurso alguno. Sólo se pudo continuar mediante la contribución de los propios convencionales).

La Convención concluyó sus sesiones el 21 de abril de 1958, fecha en que quedó sancionada la Constitución Provincial en vigencia plena.

Bibliografía

Carvallo, Casiano N.: "Síntesis de Historia de la Provincia de Misiones". Ediciones Montoya 1980.

Gutiérrez, Ramón: Tipologías urbanas de la misiones jesuíticas – "La arquitectura de las misiones como mensaje" – Facultad de Humanidades -1995.

Brabo, Francisco J.: "Inventario de los bienes hallados a la expulsión de los jesuítas, etc."- Madrid 1872.

Amable María A., Dohmann Karina, Rojas Liliana M.: "Historia misionera una perspectiva integradora". Ediciones Montoya 1996.

Zárate Emilce A., Cambas Graciela, Cabral Arrechea Salvador, Maggi Gustavo: "Conjuntos jesuíticos de guaraníes en la Provincia de Misiones" – Dirección General de Cultura – 1985.

González, Mary Edith: "Reducción jesuítica de guaraníes de Santa Ana" del Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Misiones – Año 1997 – 1º Semestre – Edición especial dedicada al patrimonio jesuítico de Santa Ana – Misones. Barreyro G. Julio: "Breve Historia de Misiones". Plus Ultra. Buenos Aires, 1979.

 

Rolin, Carlos Hugo Javier

San Javier – Misiones – 2004

Partes: 1, 2
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