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Anomalías Placentarias


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Desarrollo de la placenta
    3. Funciones de la placenta
    4. Referencias bibliográficas 

    LA PLACENTA

    I.-Introducción

    Aproximadamente diez días después de la concepción, el futuro bebé, que en este momento se denomina " blastocisto" , ya tiene grupos de células identificables que van a formar el bebé, y otras células en la periferia que formarán la placenta que le va a permitir implantarse en el interior del útero (cavidad endometrial).

    Desde este momento, la madre y el feto van a iniciar una interrelación funcional a través de un " órgano transitorio" : la placenta. Este órgano toma su forma final aproximadamente al cuarto mes, aunque sufre algunos cambios menores hasta el final del embarazo. Todos los nutrientes y el oxígeno llegan al feto, desde la madre, a través del cordón umbilical (que esta definido a los 45 días de la gestación) y gracias a la placenta va a permitir el intercambio aunque no el paso libre de sustancias pues se constituye en un filtro.

    La placenta también realizará muchas funciones metabólicas y catabólicas, así como la producción de diversas hormonas. Así pues, la placenta resulta indispensable e insustituible para lograr el adecuado desarrollo y crecimiento fetal que culminará en el nacimiento de un bebé.

    Al nacimiento del nuevo bebé, una vez producida la expulsión del feto, se liga el cordón umbilical del recién nacido separándolo para siempre de el órgano a través del cual se relacionó con su madre durante toda la gestación. El alumbramiento o expulsión de la placenta, ocurre momentos después con la salida de una masa carnosa de aspecto poco agradable, con forma redonda, aplanada, de unos 15 cm de diámetro y cerca de medio kilogramo de peso, con una coloración de tonos cafés, rojos y azulados y envuelta por las membranas fetales que protegieron al bebé durante 9 meses.

    Resulta increíble tan sólo imaginar que este pedazo de carne llamado placenta, del que es tan fácil deshacerse, sea en realidad un laboratorio que hizo funciones respiratorias, digestivas, excretoras, endócrinas (hormonales) durante la etapa más crítica del desarrollo del ser humano, funciones todas, que posteriormente requerirán de la actividad conjunta de muchos órganos y sistemas interrelacionados para mantener la vida extrauterina y adulta.

    Es tan increíble la función de la placenta que aún en estos tiempos de bebés " de probeta" no puede concebirse la vida humana sin ella y no se prevé, siquiera, la posibilidad de sustituirla en el laboratorio. Hoy día es posible realizar la fecundación fuera del cuerpo de la madre y observar el desarrollo del huevo o cigoto durante los primeros días en una caja de Petri pero el desarrollo y crecimiento embrionario y fetal no pueden continuar si no se implanta en la cavidad uterina de una mujer para que pueda desarrollarse la placenta.

    También se habla que la clonación que ya se realiza en animales podría realizarse en los humanos basados en el principio de que toda célula contiene el 100% de la información genética del individuo, llamada genoma. Pues aún en estos casos es necesario que el " preembrión" así producido se implante en un útero para que se desarrolle la placenta, sin la cual es imposible el crecimiento y desarrollo del embrión.

    Desarrollo de la placenta

    Su desarrollo se inicia pocas horas después de la implantación en el útero, cuando grupos de células del cigoto comienza a diferenciarse en células del trofoblasto que formarán la placenta.

    Estas células trofoblásticas tienen un comportamiento biológico único que asemeja un cáncer por su capacidad de infiltrar o invadir el endometrio. El trofoblasto va formando múltiples ramificaciones o arborescencias llamadas vellosidades coriales que se infiltran en el endometrio. Alrededor de cada una de estas vellosidades llegan las arterias maternas y forman lagos sanguíneos que regresan por las venas a la circulación materna.

    Esto implica que la membrana que rodea las vellosidades coriales (membrana placentaria) es el límite entre la mamá y el bebé. La sangre materna llega hasta los lagos sanguíneos que rodean las vellosidades coriales pero nunca pasa al bebé. La sangre del bebé circula por el cordón umbilical y llega a la placenta, a sus vellosidades, en donde queda en contacto con la sangre materna, sólo a través de la membrana placentaria, que nunca rebasa. La placenta humana es " hemocorial" , esto quiere decir que las sangres materna y fetal nunca se mezclan.

    La superficie de contacto o comunicación entre la mamá y el bebé no es de unos cuantos centímetros cuadrados como aparenta la superficie placentaria sino que al extender los millones de vellosidades coriales que la forman, resulta en una superficie de contacto de kilómetros cuadrados.

    La placenta queda firmemente adherida a la pared interna de la cavidad uterina, mediante las vellosidades coriales que infiltran el endometrio (recubrimiento interno del útero) sin llegar hasta la pared muscular, en condiciones normales. A esta se le conoce como cara materna.

    La cara opuesta de la placenta o cara fetal está cubierta por las membranas fetales o corioamnióticas que son atravesadas por el cordón umbilical que al término mide aproximadamente 50 cm siendo esto variable, su diámetro es de 2.5 cm y tiene dos arterias umbilicales y una vena.

    Funciones de la placenta

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