La rebelión de la clase media ¿Dónde está la Clase Media?
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Resúmen
En el curso de los últimos años del siglo XX, las discusiones sobre inclusiones y exclusiones sociales cobraron forma y escena siempre en los extremos académicos y políticos, como queriendo encerrarlos en la dicotomía universal de escoger entre el aula y el escaño.
Muchos pensaron que parte de la moda del cambio en el lenguaje podría circunscribirse a nuevas formas de enfocar los viejos problemas y las antiguas discusiones sociológicas y antropológicas, dejando de lado la inevitable verdad de la historia y la dolorosa evidencia de la realidad.
Ni Marx, ni Weber podrían haber ido más allá de sus posturas y ausencias, porque cada uno definió sus palabras asumiendo una posición política, enfrentando la verdad que desde su punto de vista era la cierta y única, con la verdad que todos callaban y escondían ante las luminarias del pensamiento de esas épocas predecesoras al siglo menos iluminado de la humanidad.
Por cosas del destino y de los desatinos, el medio popular del lenguaje diario, tan diverso y contradictorio, tan vulgar para unos e inteligente para otros, fue la mejor manera de formar una idea de pertenencia que no nacía de las grandes escuelas del pensamiento, sino, de las diarias discusiones de los verdaderos y únicos protagonistas de la historia: los ciudadanos.
Tan cierto es que no existe la Clase Media para unos, como tan evidente es que prácticamente todos estamos comprendidos en el grueso espacio de las Clases Medias, aprisionadas por las extremidades sociales de los extremadamente pobres y los extremadamente ricos.
Tan importante como ese soporte, fue la oportunidad de obtener una Beca integral de la Fundación Friedrich Ebert y la Escuela de Post Grado de la Universidad del Pacífico, para el II Intercampus sobre política y gestión del desarrollo.
Estas instituciones, junto con la Escuela de Negocios para Graduados (ESAN) y los Profesores Hans Frank y José Galarza Maradiegue y el entusiasta grupo de alumnos de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard, liderados por la Doctora Elisa Esperanza, que hasta ahora comparten conmigo muchas discusiones académicas, fomentaron con su ayuda y discrepancia la mejor fortaleza de todo trabajo intelectual: honradez.
Al Diario Perú.21, en las personas de Augusto Alvarez Rodrich y Jose Gabriel Chueca, que creyeron en mi capacidad de resistencia; al Diario Expreso y su extraordinaria periodista Pamela Galarreta, por no detener su lucha compartida, les agradezco enormemente.
Al infatigable Señor César Hildebrant y su inteligente productora Gabriela García, por sus palabras de aliento y felicitación una noche de Octubre del 2003 “Día del Periodista”, que me concedieron la oportunidad de hablar sobre los retos políticos de una Clase Media golpeada y abandonada a su suerte.
Durante mi formación laboral en el campo de la industria de la salud aprendí muchísimo del talento de Wilfredo Colunga, Daniel Alvarado y Marco Giorgio, así como de mi gran amigo Don Hernán Rodríguez –simplemente H.R.- extraordinario conductor de grandes equipos profesionales, hoy casi imposible de encontrarse en el mercado farmacéutico. Ellos, imprimieron en mi carácter una pasión intensa por el tema, que me obliga a seguir investigando sobre propuestas innovadoras en este campo. Me ayudaron muchas veces sin saberlo y le agradezco a cada uno la oportunidad concedida.
Enviado por Ricardo Escudero Vigil
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