Lecciones aprendidas en el control del orden público frente a terremotos y tsunamis (Chile) (página 2)
Enviado por alvaro fuenzalida
¿Qué le parece que la demora en dictar el decreto se debiera a que no se quería terminar el gobierno con los militares en la calle, como reconoció en su momento un alto personero de la Concertación? Tras casi toda una vida al servicio de la patria en el Ejército y de haber sido el comandante de las fuerzas militares en los dos últimos terremotos que asolaron gran parte del país, tengo la convicción y la certeza legal que las FF.AA. se deben emplear en situaciones de catástrofe para resguardar los derechos ciudadanos; el funcionamiento de los organismos del Estado y emprender en la zona las tareas necesarias para contrarrestar los efectos del desastre natural.
Los caprichos o gustillos personales o colectivos que dilaten el empleo de la fuerza militar, ante tanto desamparo, postergación y miseria, como la que vivimos en esa ocasión, obran en detrimento directo de nuestra propia población, de nuestra gente, Chile no se lo merece.
¿Cómo observa usted que el 2010 aún existieran ciertos resquemores con los militares? Comprensible en algunos casos, sobre todo cuanto el dolor y la angustia generada por visiones políticas contrapuestas y extremas ha traspasado las fronteras familiares o de los seres queridos. Pero absolutamente incomprensible e injustificado en una autoridad que se debe al país y que debe tomar decisiones, por drásticas que estas sean, en beneficio de su propia población. 5
5 Diario La Segunda, Jueves 27 de febrero 2014
Conforme a los antecedentes levantados en este trabajo, parece ser que las ideologías prevalecen sobre el bien común, se produce esta catástrofe dentro de un plan de emergencia mal preparado con detalles que pudieran haber marcado la diferencia entre, realizar una excelente labor, incluso salvando vidas y lo que realmente ocurrió el 27 F.
Recopilando la información, nos encontramos con que existen dos visiones, la primera considera que el gobierno actuó motivado por ideologías políticas en la toma de decisiones, que no permitieron actuar con absoluta objetividad y celeridad, poniendo en todo momento los intereses partidistas por sobre la necesidad y beneficios de la comunidad.
Por otra parte existe una reducida visión que percibe a las fuerzas armadas, aún como una amenaza política ante un gobierno democrático, por tal razón consideran que fallaron al gobierno y el dieron la espalda a la presidenta, produciéndose ahí un incumplimiento de deberes militares.
Independiente a cualquier visión, las FF.AA. deben actuar en momentos de emergencia y catástrofes, dentro del marco de la ley, lo que tiene directa relación con la subordinación al poder político, en este escenario el gobierno debió dictar en forma inmediata el decreto de Estado de Excepción de Catástrofe y no dilatar esta decisión, tardanza que tuvo como consecuencia que se desatara la delincuencia generalizada en algunas ciudades de la VIII región, ocasionando caos y una alta sensación de temor en la ciudadanía.
Al tomar las Fuerzas Armadas y de Orden el control de una zona de catástrofe, dictada por decreto supremo, inmediatamente producida ésta, se facilita la organización de todas las instituciones encargadas de la seguridad y posteriormente una vez normalizado el orden público, comienzan las acciones de mitigación a la población afectada mediante los cursos de acción dispuesto por el Comité de Operaciones de Emergencia.
Finalmente se puede apreciar que la primera fase, posterior a una catástrofe, debe ser el restablecimiento del orden público quebrantado y posteriormente debe realizarse la organización por parte de las instituciones creadas por el Estado para este fin (COE). Sin esto, se hace imposible la entrega de ayudas y beneficios de la gente afectada en la zona, DEBIENDO PRIMAR EL CRITERIO TÉCNICO POR SOBRE CUALQUIER OTRO.
Autor:
Alvaro Fuenzalida
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