Nematodos fitoparásitos: Los nematodos formadores de agallas, tácticas para su manejo
Enviado por Ana Puertas Arias
- Introducción
- Los nematodos. Características generales
- Los nematodos fitoparásitos y su importancia como plagas agrícolas
- Nematodos formadores de agallas (Meloidogyne spp.)
- Manejo de nematodos formadores de agallas
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Resumen
Entre los nematodos fitoparásitos, los formadores de agallas pertenecientes al género Meloidogyne son considerados los de mayor importancia económica a nivel mundial, caracterizados por su amplia gama de hospedantes y peculiares relaciones que establecen con las plantas. En el presente artículo se describen sus principales especies, características fundamentales, biología, reproducción, hábitos y sintomatología asociada. Además, se refieren las alternativas actuales para su manejo y resultados obtenidos en la búsqueda de nuevas opciones de manejo, efectivas y ambientalmente seguras.
Palabras claves: nematodos fitoparásitos, Meloidogyne, manejo.
Introducción
Los nematodos se encuentran distribuidos en todos los ambientes donde haya posibilidad de vida y se ubican entre los representantes más abundantes de la fauna del suelo. Algunos son parásitos de plantas superiores, animales y el hombre; mientras otros son de vida libre, comunes en la rizosfera e importantes como reguladores indirectos de la descomposición y liberación de nutrientes en el suelo (1).
Si se comparan con aquellos de vida libre, solo unos pocos nematodos están involucrados en el parasitismo de plantas; sin embargo, afectan una amplia variedad de cultivos, desde temporales hasta árboles frutales y establecen en muchos casos relaciones biotróficas de gran interés científico (2), superadas únicamente por la simbiosis.
Por esta razón, los nemátodos fitoparásitos son considerados enemigos invisibles del agricultor, y están catalogados como causantes de un elevado nivel mundial de pérdidas en los cultivos (3). Si añadimos que, además del daño directo que estos organismos ocasionan, muchas veces dejan puertas de acceso para el establecimiento de hongos, bacterias y virus, estas cifras pudieran alcanzar valores aún mayores.
Entre los nematodos fitoparásitos, los formadores de agallas pertenecientes al género Meloidogyne son considerados los de mayor importancia económica a nivel mundial por los daños que causan, caracterizados por una reducción notable de los rendimientos y el gran número de especies de plantas que atacan, que incluye la mayoría de los vegetales, viandas, frutales, ornamentales y flora arvense (4).
Aunque hoy se tiene claro el daño potencial que los nematodos representan para la agricultura en general, todavía existen dificultades con relación a su control. Tradicionalmente se han usado diferentes alternativas de control dirigidas a reducir y/o eliminar las poblaciones de nematodos (5). Durante muchos años, se han empleado de manera irracional una amplia gama de nematicidas químicos, muchos de los cuales son biocidas de impacto negativo sobre los organismos benéficos presentes en el suelo. Asimismo, el impacto nocivo que estos causan a la salud humana y el ambiente en general, han limitado su uso a nivel mundial (6; 7).
Se han recomendado como sustitutos al empleo de productos químicos, la solarización, el uso de esquemas de rotación de cultivos, plantas trampas y biofumigación, entre otros (8) y se trabaja en la búsqueda de nuevas opciones de manejo, efectivas y ambientalmente seguras.
A continuación se describen las principales características y comportamiento de los nematodos fitoparásitos, con especial énfasis en los nematodos formadores de agallas y alternativas actuales para su manejo.
Desarrollo
Los nematodos. Características generales.
Todos los nematodos comparten algunas características comunes: no son segmentados, tienen simetría bilateral, son triploblásticos, pseudocelomados y vermiformes, aunque algunas especies se tornan redondeadas en sus últimas fases. Tienen una cutícula exterior que es secretada internamente desde la hipodermis. Los músculos se unen longitudinalmente a la hipodermis del nematodo, permitiéndole moverse en dirección dorso ventral. Dentro de los nematodos hay un tubo interno, el canal alimenticio, desde la región cefálica hasta la cola. En la parte media posterior de los nematodos están los órganos reproductivos. Casi todas las especies poseen sexos separados y por lo general, los machos son más pequeños que las hembras. No tienen sistemas circulatorio ni respiratorio definidos; dependen de la pared de su cuerpo para la difusión del agua, gases y metabolitos (9).
Página siguiente |