Replanteamiento a la teoría revolucionaria
Hoy por hoy, ya no es necesario el uso de la violencia como herramienta de aplicación para que el proceso de una Revolución Social sea efectivo, pues se puede sustituir por nuevos y óptimos mecanismos, dentro de un marco pacifico donde se respete la vida, la libertad y la dignidad de todos los actores.
Una Revolución es un cambio, una transformación, un giro radical al estilo de vida de una sociedad, es remplazar la cotidianidad de las personas por una nueva, tendiente a ser mejor que la anterior; y definida como la solución a la problemática que se vive en la actualidad. Puesto que, previo a una Revolución hay una opresión: la comunidad pide el desarme de la policía, una reforma agraria, el reconocimiento a la libre empresa, entre otros, que paulatinamente evidencian una crisis producto de la desigualdad, y sin duda los primeros pasos hacia un conflicto mayor.
Pero en sí, ¿Qué es lo que ocasiona una Revolución?, sin duda alguna es la misma sociedad, si se refiere a sociedad moderna; aunque las Revoluciones tiene lugar desde que el hombre, no conforme con lo que su misma sociedad, mal que bien le ofrece, decide cambiar su papel de víctima a victimario y verter todos los anti valores que florecieron en sus espíritus oprimidos, sobre aquel sistema el cual le priva de su dignidad.
Por lo general se recurre a las armas para defender el interés colectivo, lo cual es la primera idea que surge del "instinto animal reprimido" propio del ser humano que es dominado por sus paciones. Esta iniciativa resulta ser siempre la más perjudicial de las decisiones, llevando al Estado a un completo caos, tanto económico como social y político, obligando a que las retaliaciones de parte y parte desembocan en costos humanos, y las consecuencias de un Revolución violenta sean en gran medida pagadas por terceros inocentes.
También se puede decir a manera de definición filosófica, que una Revolución es la evolución natural del hombre socializado, que busca romper con los paradigmas que le impiden florecer como ser razonante en su comunidad. Pero, podría preguntarse si dicha Revolución es conveniente, es decir, ¿un cambio total es la mejor opción?, ¿el hombre requiere de una Revolución para romper el paradigma que lo oprime?, ¿es el sistema el culpable de la crisis actual?, y sobre todo ¿es necesaria la violencia como mecanismo para que dicho cambio tenga lugar? .
Si las anteriores preguntas fuesen realizadas a personas del común que están presenciando dicho proceso en su sociedad, para algunos resultarían un poco ilógicas, pero para otros generará una pequeña conciencia. Claro, es fácil criticar u oponerse a un movimiento Revolucionario cuando no se tiene pleno conocimiento de lo que este pretende, y se cae en el error común de popularizar una conjetura social desde la ignorancia misma de sus simpatizantes. Esto es algo cotidiano, pues al iniciarse una Revolución, el factor que determina el aprobar o desaprobar el movimiento se da de acuerdo a la veracidad que ofrezca la opinión pública al respecto; en casos particulares es la opinión pública la que promueve un proyecto de este tipo, y es la que se encarga de hundirlo o de llevarlo a flote.
Esto por parte de la población que se juega su futuro en una Revolución, pero ahora si se observa a los que encabezan los grupos Revolucionarios, se tratan en su mayoría de filósofos, sociólogos, políticos, economistas, intelectuales y activistas quienes lideran dichos procesos motivados por un fin. Pero, ¿ese fin es el que la sociedad necesita?; ¿son estos estafadores con cara de "superhéroes" ? ,¿ Responden al interés general o responden a sus intereses particulares, aprovechándose de la situación?.
Como afirmó Lord Halifax "después de una Revolución uno ve a los mismos hombres en los salones donde se toman las decisiones, y después de una semana a los mismos aduladores"1, y esto es verdad, pues cuando una sociedad vive una opresión y encuentra salida en el cambio absoluto, aparece una nueva clase de dirigentes, que según sea el tipo de praxis utilizada, asumirán el poder para preservar el bien común mediante políticas duras, las cuales se escudan en filosofías sociales, y temerosos de ser ahora ellos los derrocados, deciden encajar al pueblo en un solo pensamiento. Sin duda son ellos en mayor parte los culpables del fracaso Revolucionario a nivel global.
Cabe resaltar que no siempre los ideólogos Revolucionarios son propagandistas y usurpadores nada más, pues también hay muchos pelean motivados por amor a su causa, y muchos ofrendan sus vidas en busca de un mejor convivir, lo cual alimenta más el espíritu Nacionalista que impulsa un proyecto Revolucionario, como El "Che" Guevara, el General Zapata en México, entre otros2.
Si se mira con mucha más cautela, la Revolución social en buena parte es beneficiosa. Hay que resolver los problemas "tomando la sartén por el mango", sacudir un poco la mugre que se ha acumulado en el Estado, y porque no, enamorarse de una cierta saludable violencia. Remplazar a los hijos y nietos de los burócratas de apellido, los cuales estudian toda su vida en reconocidas instituciones "VIP", para luego llegar a ser los padres de la patria desconociendo las verdaderas necesidades de la gente.
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