A modo de prólogo
El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe de Estado que se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional.
El general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Ramón Agosti destituyeron ese 24 de marzo a María Estela Martínez de Perón.
Esta dictadura duró hasta 1983. Este episodio fue tristemente célebre en todo el mundo por la violación sistemática de los derechos humanos.
En la dictadura, miles de ciudadanos fueron asesinados en las cárceles clandestinas que el régimen organizó en todo el país, además inventó la figura de los desaparecidos, para ocultar las acciones de secuestro, tortura y asesinatos de personas.
Dentro de estas personas, se encontraban muchas mujeres embarazadas; de estos niños nacidos en cautiverio existe escasa información.
Faltando poco para culminar el 2007, muchos jóvenes pudieron recuperar su identidad, pero de acuerdo con las denuncias hechas por familiares de personas desaparecidas, son más de cuatrocientos los niños –hoy adultos- nacidos en cautiverio.
Clara Petrakos
A Clara Petrakos, a los 18 años, el pasado vino a tocar su puerta. Es hija de desaparecidos y hace años busca información que la acerque a Victoria, su hermana nacida en cautiverio.
Clara tiene una foto en la cual hay un hombre, una mujer y una beba de cabello negro. Esa mujer de la foto es Eloísa, su madre, y está embarazada. La fotografía fue tomada en octubre de 1976, un mes más tarde Eloísa fue secuestrada por un grupo de tareas perteneciente a la dictadura militar.
A su mamá la secuestraron a la salida de un jardín de infantes -Eloísa era maestra- y la llevaron al "Pozo de Banfield", un centro clandestino de detención.
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Allí fue asistida por los compañeros de celda, y Eloísa meses más tarde tuvo a su segunda hija, Victoria.
Minutos más tarde un oficial se la quitó. Desde ese momento Clara se transformó en la hermana de un fantasma y creció sabiendo que existía alguien que llevaba su misma sangre y que esa persona desconocía su verdadero origen, esa niña creció con una familia de apropiadores, ese es el nombre que la justicia les da a los padres adoptivos que se quedaron con hijos de desaparecidos.
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