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Estudio Histórico y Comparativo acerca del Sistema de Pensiones que desde el año 1997 al 2002 (página 2)

Enviado por joselyn.riquelme.o


Partes: 1, 2

CAPÍTULO II

"El Sistema de Pensiones de Estados Unidos"

  1. Este sistema contiene relativamente los mismos fundamentos que el chileno, son sólo algunos los detalles que los diferencian, a continuación se dará a conocer como es que se conforma, y en general como funciona este sistema.

    1. El sistema de pensiones prevaleciente en los Estados Unidos se califica como dual, al existir dos regímenes sobrepuestos que proveen ingresos a las personas que se retiran: El Old Age, Survivors and Disability Insurance System (OASDI) del gobierno federal, conocido comúnmente como "seguridad social" (Social Security), además de un vasto y diverso sistema de retiro, patrocinado por los patronos del sector público y privado. Debido a que el OASDI es un sistema de reparto no acumula activos, ni participa activamente el mercado de capitales.

      Es importante aclarar que la ley norteamericana no impone a las empresas la obligación de tener un plan de pensión; Sin embargo, cuando se establecen voluntariamente o como resultado de una negociación colectiva, deben apegarse a la legislación contractual y a la normativa específica existente. Otro aspecto que también vale la pena destacar es que el principal factor explicativo del extraordinario crecimiento de los fondos de pensión corporativos en ese país lo constituye el incentivo fiscal con que cuenta esta forma de ahorro, lo cual explica gran parte del hecho de que a pesar de no ser un régimen obligatorio, está bastante generalizado y consolidado.

      Las entidades que establecen planes de pensión para sus empleados se les denomina patrocinadores y como tal pueden participar en las empresas privadas, las cuales constituyen entre el 65 y el 70% del total, el gobierno federal, los gobiernos estatales o locales, los sindicatos, o simplemente individuos para su propio beneficio. En la mayoría de los casos, estos fondos de pensión son financiados por contribuciones del patrono, aunque muchas veces también participan los empleados.

      1. Como se verá más adelante, bajo ciertas condiciones, un plan de pensiones se puede dar por terminado y comenzar uno nuevo, práctica que siguen muchas empresas cuando las condiciones del fondo les puedan resultar favorables.

      2. Gastos de jubilación: Los gastos de jubilación se asumen como una responsabilidad que básicamente recae en el empleador, especialmente, en el caso de las grandes corporaciones, llegando a formar parte de los beneficios competitivos que pueda ofrecer una empresa a sus trabajadores. Lejos de considerarlos como un impuesto, tanto los patronos como lo trabajadores conciben los planes de pensión ocupacionales como un sustituto ventajoso de salarios más altos y tradicionalmente, han servido para disuadir a los empleados de renunciar frecuentemente, ante la posibilidad de perder parte o todos los aportes del patrono. Por estas razones, en la mayoría de los casos los fondos de pensión sean vistos como una forma de remuneración que no causa impuestos y como una forma de mantener una planilla más estable. Cuando se establece algún tipo de plan para la jubilación, las pensiones se consideran como una deuda que en algún momento la empresa se verá obligada a enfrentar, como una obligación que implica el riesgo de tener fondos insuficientes para satisfacer las obligaciones contractuales por parte del patrono. En estas circunstancias, los planes de pensiones llegan a constituir una de las principales responsabilidades de los directores financieros de las empresas, quienes se abocan a establecer los objetivos del plan y a supervisar sus resultados.
      3. Aportes patronales: Las contribuciones que deben realizar las empresas a los fondos de pensiones se determinan sobre la base de estudios actuariales o a negociaciones específicas. Dentro de las prácticas actuariales más utilizadas para estimar el costo normal está el método de costo del beneficio acumulado, que estima cuanto se necesitaría invertir en el presente para hacer frente a cualquier beneficio devengado durante el año; Como resultado, se provee una dotación anual creciente a medida que los trabajadores se aproximan a la jubilación. Otro método muy utilizado es el de costo nivelado, que implica que la empresa aporta una cantidad igual por empleado al año, o una proporción constante de su salario anual.
      4. Magnitud de los fondos: Por su tamaño, los fondos de pensión juegan un papel clave para la economía y el mercado financiero norteamericano. Desde el año 1970 los activos totales de estos fondos han aumentado paulatinamente desde un 29.3% del precio interno bruto (PIB), llegando a un 66% en el año 1991. Para finales de 1995 sus activos ascendían a $4.037.4 billones, constituyéndose individualmente en el mayor inversionista institucional del mundo.
      5. Otros tipos de funcionamiento: La ley norteamericana dispone que cualquier trabajador que se vaya de una empresa después de haber estado al menos cinco años, tendrá derecho a parte de la pensión que ha ganado, derecho denominado conferimiento.

      Además de la pensión, los planes en cuestión normalmente cubren otras prestaciones como beneficios por incapacidad o muerte. Los planes raramente prometen aumentar la pensión durante la jubilación, pero muchas empresas conceden incrementos voluntarios en periodos de alta inflación, como es el caso de los empleados del gobierno federal que tienen un ajuste completo.

      La pensión no es la única forma en que la empresa ayuda a los empleados en su jubilación; la mayoría de las compañías también ofrecen beneficios de salud. A diferencia de las pensiones, estos beneficios no tienen normalmente dotaciones, por lo que las compañías simplemente pagan por ellas de sus ingresos corrientes o mediante la contratación de un seguro.

    2. Funcionamiento del sistema de pensiones:
    3. Tipos de planes de pensión:

    A pesar de las condicionantes que determinan el funcionamiento del sistema privado de pensiones de los Estados Unidos, éste se compone por una gran cantidad y variedad de planes, dentro de los que destacan los de tipo empresarial u ocupacional, ofrecidos por las firmas grandes y medianas, los sindicatos y los entes públicos (estatales y locales), que pueden diferir de actividad en actividad e incluso de empresa a empresa.

    En el caso de trabajadores independientes o empresas pequeñas existen otras opciones, que tienen un tratamiento impositivo similar. No obstante la cantidad y variedad, los planes de pensión se pueden clasificar en las dos categorías generales básicas más conocidas y en una tercera que combina ambas, de la siguiente forma:

  2. El Sistema de Pensiones de Estados Unidos:

    Dentro de este grupo destaca la participación del llamado Plan 401(k), mediante el cual el patrono hace una contribución y el empleado escoge la manera de invertirlo; Su popularidad consiste en ser el que ocasiona los menores costos y problemas administrativos para la empresa, mientras que los afiliados mantienen parte del control en la administración de los recursos.

    Los planes de contribución definida se consideran como parte de la legislación laboral, por lo que la escasa regulación a que están sometidos corresponde al Ministerio de Trabajo (Department of Labor) y básicamente consiste en emitir reglamentaciones sobre las alternativas de inversión que se deben ofrecer; Sin embargo estos planes no cuentan con ninguna garantía o seguro por parte del Estado, por lo que la pensión solo depende de la parte del fondo que posea cada trabajador, valorada a precios de mercado en el momento del retiro.

  3. Planes de contribución definida: Son planes de aporte fijo y beneficio variable. En este tipo de plan la empresa promete aportar una suma especifica cada año a cuenta del trabajador y los recursos se invierten para beneficio de éste; De esta forma, el patrocinador sólo es responsable de efectuar las contribuciones prometidas, que típicamente consisten en un porcentaje del salario del empleado o un porcentaje de las utilidades de la empresa. Los beneficios se darán en función del rendimiento de las inversiones, por lo que el monto de la pensión depende del desempeño del fondo. En estos casos no se requieren supuestos actuariales ni pasivos sin dotación, simplemente la formación de un fondo con el aporte del patrono y su correspondiente inversión.

    El monto de la pensión usualmente se determina tomando en cuenta el tiempo de servicio al patrono y los ingresos del empleado. En muchas ocasiones, estas condiciones se negocian entre la empresa y un sindicato llegando así a proporcionar un beneficio anual fijo por cada año de servicio, aunque en algunos casos, también se toma en cuenta la clasificación salarial del empleado. En el caso de planes negociados, los beneficios tienden a renegociarse en forma regular, pero tales revisiones no cubren a los trabajadores que no estén afiliados a la organización gremial.

    Cuando la revisión de los planes de pensión es regular, el beneficio anual fijo se transforma en un beneficio ligado al pago del trabajador. Una forma de hacerlo es mediante la fórmula carrera-media, basada en el salario medio del trabajador durante los años que ha pertenecido a la empresa. Otra forma de hacerlo, y que brinda mayor cobertura por inflación, es utilizar las fórmulas final-media o pago final, que otorga pensiones basadas en la compensación media del trabajador durante los últimos cinco años de servicio.

    Debido a que todo plan de beneficio definido promete un pago fijo después del retiro, el aporte del patrocinador se debe calcular sobre la base de supuestos actuales. En otras palabras, el beneficio se trata como dado y el aporte como variable.

    El patrocinador de un plan de beneficio definido puede suscribir un contrato con una compañía de seguros y pagarle una prima anual. En estos casos, denominados "planes asegurados", no existe un fondo de pensiones, sino la obligación por parte de la empresa aseguradora de cumplir con las obligaciones pertinentes.

    La mayoría de los planes privados dentro de la categoría de beneficio fijo corresponden a los "Planes de pensión no asegurados" (Private noninsured pension funds), en los que en vez de pagar una prima, el patrocinador realiza el aporte correspondiente e invierte tales recursos en activos financieros o inmobiliarios, administrándolo directamente o por medio de entidades especializadas a su discreción. Su denominación no significa que sean menos seguros que los anteriores, sino simplemente que difieren en cuanto a la procedencia de los fondos para realizar la prestación del beneficio. Como se verá más adelante, todos los planes de beneficio definido, asegurados o no, tienen garantía del estado mediante una agencia especializada.

  4. Planes de beneficio definido: En estos planes el patrocinador promete pagar al trabajador que califique, una suma mensual definida durante su retiro, o un porcentaje específico de su salario final. Dentro de esta categoría, las obligaciones de pensión son consideradas como deuda del patrocinador, que es el responsable de tener los fondos insuficientes para satisfacer sus compromisos establecidos y el que asume el riesgo de mercado a que están sujetas las inversiones.

    1. Debido a problemas que se presentaron con la legislación federal que regia a los fondos de pensiones, el Congreso aprobó una legislación comprensiva, que por un lado exige a las empresas patrocinadoras realizar contribuciones mínimas a los fondos y por otro, garantiza el pago de los beneficios a los pensionados. Esta ley se denomina Employee Retirement Income Security Act (ERISA), o Ley de Ingreso para el Retiro de los Trabajadores y fue aprobada en el año 1974.

      1. ERISA: ERISA no requiere que una corporación establezca un plan de pensión, pero si se establece un plan de beneficios definido, debe apegarse a la reglamentación que impone. Lo importante es que, a diferencia de sus predecesoras, ERISA impone estrictos requisitos a los planes privados de pensiones y su aplicabilidad sobrepasa todas las disposiciones y leyes estatales en la materia.
    2. Ámbito Legal:

    Los órganos gubernamentales encargados de velar por el cumplimiento de las disposiciones de ERISA son el Department of Labor (Ministerio de Trabajo) y el Internal Revenue Service (IRS, Oficina de recaudación de impuestos). Con este fin, estas agencias exigen que los planes de pensión cumplan con ciertos reportes periódicos y enunciados de declaración.

    Antes de ERISA las reglas eran blandas y los planes de pensión eran esencialmente promesas en papel; las empresas podían terminar un plan cuando quisieran y si los fondos eran insuficientes para cubrir los beneficios prometidos, los trabajadores eran los que sufrían las consecuencias de quedarse sin su pensión, por lo anterior ERISA impuso una serie de disposiciones en esta materia, dentro de las cuales destacan las siguientes:

  5. Los planes híbridos: Los planes híbridos o de pensiones diseñadas combinan características de los dos tipos básicos de planes descritos en los párrafos anteriores. Desde su primera aparición han cobrado mucha popularidad, puesto que el empleado no tiene que asumir todo el riesgo de la inversión como en el caso de los de contribución definida, ni resulta tan caro y difícil de implementar como en el caso de los fondos de beneficio definido, especialmente cuando se trata de pocos trabajadores que laboran para una sola compañía durante muchos años.
  6. Establecimiento de estándares para las contribuciones mínimas que deben efectuar los patrocinadores de un plan de pensión, a fin de mantener la solvencia actuarial del mismo, es decir, para que se puedan cumplir los beneficios actuarialmente proyectados.
  7. Se ha impuesto una especie de regla en la cual se debe hacer un necesario balance entre seguridad, riesgo y rendimiento, que se debe reflejar en una apropiada diversificación de la cartera, como forma de minimizar el riesgo no sistemático.
  8. Define estándares mínimos para los derechos de los afiliados a un plan de pensión. Por ejemplo, estipula que después de cinco años de trabajo, un afiliado tiene derecho a la acumulación del 25% de los beneficios de pensión; el porcentaje de titulación se incrementa al 100% después de 10 años.

    En caso de que un plan de pensiones se llegue a finiquitar, sin contar con suficientes recursos para pagar las pensiones, la PBGC cubrirá parte de la deficiencia. En tales circunstancias y con el fin de evitar que las empresas evadan sus obligaciones, ERISA dispuso un mecanismo para que la PBGC pueda recuperar su aporte: Sus derechos (hasta un 30% del valor neto de la compañía) están al mismo nivel que los derechos de quienes reclaman impuestos, es decir, por delante de cualquier acreedor no garantizado; Si el derecho excede al 30% del valor neto, la diferencia pasa a formar parte de las deudas generales de la empresa.

    ERISA responsabiliza a las firmas por cualquier déficit que sea provocado por movimientos adversos en el mercado, pero con el mismo argumento, éstas reclaman su derecho sobre cualquier superávit provocado por movimientos favorables. En el último caso las empresas se ven tentadas a utilizar el excedente para su beneficio, y la forma de poder hacerlo es terminar o finiquitar el plan de pensiones y comenzar uno nuevo; Pero en este caso, se requiere el permiso explícito por parte de la PBGC.

      1. Otras disposiciones regulatorias de ERISA: En materia de valoración, ERISA impone que a los participantes se les provea el valor de mercado de sus activos. El efecto de esto es que cuando el valor de los activos baja, los actuarios se ven obligados a recomendar mayores aportes como pagos de pensión para mantener la solvencia de los fondos.

      En materia de liquidación de un plan de pensiones y con el fin de evitarse grandes costos, la PBGC tiene potestad para negar el permiso, a menos que la empresa esté en quiebra o sea incapaz de continuar con su servicio.

      Finalmente, antes de la promulgación de esta ley, la responsabilidad de los patrocinadores por obligaciones sin dotación se limitaba a los activos del fondo; Con ERISA la pensión del trabajador está garantizada en forma efectiva, puesto que no sólo se obliga a un aporte mínimo, sino que protege a los afiliados de ciertos movimientos adversos del mercado y de la administración. Esto sin embargo, no garantiza que los fondos estén permanentemente en equilibrio, pues los cambios propios del mercado financiero afectan el valor de los portafolios; igualmente variaciones en los supuestos actuariales o en los términos convenidos pueden provocar situaciones deficitarias o superavitarias y en ambos casos, las empresas están obligadas a efectuar ajustes.

    1. Tratamiento Fiscal:
  9. Garantiza los derechos de los beneficiarios a una pensión, por medio de la agencia gubernamental denominada Pension Benefit Guarantee Corporation (PBGC). Ésta funciona como un seguro de pensiones que cobra primas anuales obligatorias a los patrocinadores; Garantizando así la cobertura de la mayor parte de los beneficios en los planes de pensión privados, lo cual incluye tanto las deudas que tienen las empresas con quienes cumplen los requisitos de edad y años de servicio, como el pago de beneficios a los ya pensionados, aún cuando el plan se haya finiquitado o el patrocinador se haya declarado en quiebra.

El crecimiento y consolidación de los fondos de pensión como una forma de ahorro es el resultado de las ventajas fiscales que poseen los contribuyentes y afiliados. Los planes de pensión que cumplen los requisitos para ser acreedores de estas ventajas son identificados por el IRS, identificados como "planes calificados" y su tratamiento tributario consiste en lo siguiente:

  • Los patrocinadores pueden deducir sus contribuciones a los fondos de pensión como gastos.
  • Los trabajadores difieren el pago de impuestos sobre el aporte del empleador hasta que reciban los beneficios de la pensión, es decir, el impuesto se paga sobre la pensión recibida después del retiro.
  • Los intereses que generan las inversiones de los fondos y las ganancias de capital, están libres de impuestos en el ámbito federal, estatal y local.

La deducción de los aportes patronales del impuesto de renta constituye el principal incentivo para los empresarios; la exención de impuestos a los intereses que proveen las inversiones implica un privilegio importante desde el punto de vista de la inversión de los recursos.

Las razones que se dan para la justificación del tratamiento fiscal favorable son las siguientes: Se necesita estimular este tipo de ahorro para que la gente pueda ahorrar lo suficiente para poder mantener sus estándares de vida después del retiro, los costos de seguridad social para el estado se reducen cuando la gente ahorra lo suficiente y se espera que el nivel general de ahorro aumente.

  1. Las normas contables que se siguen en los Estados Unidos en materia de fondos de pensión se pueden resumir en activos y pasivos como se explicará a continuación:

    El activo de un plan de pensiones está compuesto por el valor del fondo, a lo que se le suma un segundo componente, que consiste en el valor actual de las contribuciones a que la empresa se ha comprometido a pagar en el futuro. Este tratamiento destaca el hecho de que los aportes futuros se conciben como una deuda de la empresa, por tanto, el derecho adquirido por el plan de pensiones se considera un activo de éste, como si fuera una inversión en obligaciones de la empresa.

    El pasivo dentro del balance de un plan de pensiones debe mostrar todas las pensiones prometidas a los empleados actuales y antiguos. Este tiene dos componentes, el primero denominado pasivo acumulado por servicios pasados que es el resultado de la suma de dos partidas: El pasivo corriente que registra las pensiones acumuladas y futuros incrementos salariales que registra el valor actual de los futuros aumentos de salarios; El segundo componente es el pasivo de servicios futuros, partida que se utiliza para cubrir a los empleados actuales que continúan con la empresa y van acumulando tiempo de servicio.

    De acuerdo con la legislación, conforme los pasivos acumulados crecen, la empresa debe hacer un aporte equivalente al fondo de pensiones con el objeto de que el valor de sus inversiones esté en línea; De lo contrario, el fondo puede experimentar un déficit cuando su valor cae por debajo del pasivo acumulado, o un superávit en el caso contrario.

    1. El enfoque de supervisión del sistema: La presencia de un déficit o de un superávit en los fondos de pensión es el principal motivo de preocupación para las autoridades norteamericanas: En el primer caso se pone en peligro el pago efectivo de las prestaciones y en el segundo, la preocupación consiste en que el plan esté siendo utilizado como un mecanismo para obtener ventajas fiscales por parte de empresas.

      Las características del sistema de pensiones pueden influir sobre el comportamiento de las empresas en forma distinta. Por un lado, la garantía financiera que tienen las pensiones provocan que algunas compañías opten por no dotar suficientemente de fondos al plan; Por otro lado, las ventajas impositivas de las contribuciones hacen que otras firmas más bien tiendan a sobredotarlo de recursos. Para evitar estas situaciones, las autoridades imponen una penalización impositiva a las empresas que no están entre los niveles de dotación máximos y mínimos. Las empresas fuera de tales limites se ven obligadas a realizar ajustes bruscos a fin de evitar dichas penalizaciones.

    2. Déficit o superávit por falta o exceso de aporte: Si las contribuciones son menores que las necesarias, el plan comenzará a mostrar un déficit, situación en que el pasivo acumulado supera el valor del fondo. Si se aporta más de lo necesario, los fondos se tornarán excedentarios, pues su valor superaría el del pasivo acumulado.
    3. Otras razones de déficit o superávit: El cumplimiento de los aportes estipulados en la legislación, no garantiza el balance actuarial de los fondos de pensión. Estos también pueden mostrar un déficit por alguna de las siguientes razones:
  2. Aspectos contables y enfoque de supervisión:
  1. Un movimiento adverso en el mercado que disminuya el valor de los títulos del fondo; evento que se conoce como pérdida experimentada.
  2. Cuando el actuario se ve forzado a revisar hacia arriba sus supuestos, especialmente sobre la tasa de inflación de los salarios; esto se conoce como pérdidas por cambio de supuestos.

    Como se indicó, un plan deficitario inquieta por la posibilidad de que la compañía no cuente con suficientes recursos para el pago de sus obligaciones de pensión al momento en que estas se devenguen. En estos casos, las autoridades obligan a las empresas a mejorar su situación en forma gradual y mientras tanto, la PBGC aumenta las primas por su seguro.

    Además de un mayor aporte empresarial como causa de un superávit, un movimiento favorable en los mercados financieros que aumenten el valor de la cartera del fondo dará el mismo resultado. De inmediato surge la preocupación de que firmas estén utilizando estas circunstancias como una forma de evadir o posponer el pago de impuestos, por tanto, a empresas con planes excedentarios no se les permite hacer más deducciones por su contribución, hasta que el excedente haya sido eliminado.

    1. En matera de reglamentación sobre inversiones, Estados Unidos es uno de los países que conceden gran libertad. Como ya se indicó, los administradores de los fondos de pensión están sujetos a normas de prudente discreción, que requieren una diversificación sensata de la cartera, pero en el ámbito federal no imponen límites cuantitativos para la asignación de las inversiones, excepto la prohibición de invertir más del 10% de los recursos en acciones de la misma empresa patrocinadora. En estas circunstancias, la prudencia se considera un estándar para el diseño de la cartera, no como un indicador de gestión.

      No hay restricciones en el ámbito federal con respecto a la inversión extranjera; Sin embargo, en el ámbito estatal si se encuentran algunas restricciones y los patronos tienen la libertad de restringir la tenencia a inversiones domésticas.

      En materia de composición de cartera, amerita indicar de previo que los planes corporativos, ocupacionales y personales tienden a guiar sus inversiones basados en un criterio estrictamente comercial y que junto con las compañías de seguros de vida se han convertido en las principales fuerzas impulsoras de innovaciones financieras.

      Por lo general, los esquemas de pensión mantienen la mayor parte de sus inversiones en acciones y títulos de deuda, a menudo en una proporción cercana al 60/40. Observando los datos de finales de 1995, se aprecia que un 82% de los recursos estaba colocado en acciones y títulos de renta fija. No obstante lo anterior, en materia de inversiones existen algunas tendencias que se pueden identificar con el tipo de plan de que se trate, como se verá a continuación:

      1. Planes de contribución definida: En estos planes con frecuencia los patrocinadores ofrecen la posibilidad de invertir en fondos mutuos, por lo que más de la mitad usa esa opción, especialmente fondos de crecimiento y fondos accionarios. La recomendación con respecto a diversificar ha motivado aún más la preferencia de estos planes por los fondos mutuos. También es común la presencia de los llamados Contratos de Inversión Garantizado (GIC), que son títulos emitidos por compañías de seguros, en los que por el pago de una prima, la entidad acuerda pagar una cantidad (prima más intereses), cuya tasa es garantizada al vencimiento del título. En 1992 un 34% de los activos pertenecientes a planes de contribución definida estaban invertidos en este tipo de emisión, siguiendo en importancia relativa (24%) las inversiones en acciones.
      2. Planes de beneficio definido: Los planes de beneficio definido tienden a concentrar su inversión en acciones y en instrumentos de renta fija, básicamente bonos, el resto está distribuido entre efectivo, GIC, bienes raíces, hipotecas y otros activos.

      Los planes de pensión privados no asegurados muestran mayor preferencia por las acciones comunes, mientras que los planes estatales y de gobiernos locales se inclinan por una mayor diversificación, y aunque en sus carteras siguen prevaleciendo los bonos corporativos y acciones comunes, adquieren mayor cantidad de instrumentos del fondo de pensiones.

    2. Inversiones y composición de cartera:

      Un plan de pensiones se consolida de dos formas. La primera es cuando la empresa celebra un contrato con una compañía de seguros, en la que como patrono acuerda pagar la contribución para pensión y la aseguradora garantiza un cierto nivel de beneficios a los jubilados. El otro procedimiento, que agrupa a aproximadamente el 70% del total, es la contribución a un fondo de pensión, cuya administración puede ser llevada a cabo directamente por la empresa usando personal propio; Puede ser cedida a empresas financieras especializadas en la gestión de fondos, o mediante una combinación de ambas opciones.

      Ya se mencionó cómo las compañías de seguros se han involucrado en el negocio de pensiones por medio de la emisión de GIC y anualidades; Además de que muchas cuentan con subsidiarias especializadas en el manejo de fondos de pensión. Los bancos comerciales también administran estos fondos mediante fideicomisos e igualmente lo hacen las empresas independientes de administración de dinero. Las entidades extranjeras no están excluidas de participar en la administración de fondos de pensión; De hecho, muchas de ellas participan y son preferidas cuando se quiere diversificar la cartera internacionalmente.

      Los administradores de los fondos de pensión cobran una comisión o cuota por su gestión. En general, estas comisiones tienden a ser menores que las que cargan los administradores de fondos mutuos, debido a las economías de escala asociadas con el manejo de grandes cantidades de dinero.

      En términos anuales, la comisión puede ser tan baja como el 0.01% de los activos administrados o llegar hasta el 0.75%. En algunos casos, las cuotas se negocian sobre la base del desempeño, en vez de fijarlas sobre la base del total de activos administrados. Según un estudio que se realizó en 1991 la cuota promedio efectiva cargada por los administradores externos era de 0.31% en el caso de los fondos de pensión públicos y de 0.41% en el caso de los fondos de pensión corporativos. Dentro de ese mismo estudio se dio a conocer que sólo un 14% del total de fondos investigados realizó contratos de cuotas basadas en el rendimiento.

      Además de los servicios de administración, las entidades financieras ofrecen otros servicios de consejería a los patrocinadores, lo que incluye aspectos como: desarrollo de políticas de inversión, consejo actuarial, diseño de indicadores para medir la gestión de los administradores, medida y monitoreo del desempeño, búsqueda y recomendación de administradores y realización de investigaciones especializadas.

    3. Administración de los Fondos:

      Si bien anteriormente se ha descrito los planes básicos de ahorro para pensiones existen algunos casos extraordinarios, como lo son los planes Keogh y las cuentas, éstos son otros dos tipos de ahorro privado para la jubilación, dirigidas especialmente a los trabajadores por cuenta propia y a las personas que desean emprender individualmente un plan complementario de pensiones, con algunas de las ventajas tributarias que tienen los planes empresariales de pensión. Asimismo los ESOPS son otro tipo de plan de ahorro, los anteriores planes mencionados se darán a conocer a continuación:

      1. Los planes Keogh: Pueden ser utilizados por individuos empleados por cuenta propia y por empresas pequeñas, permitiendo deducir la suma menor entre $7.500 y el 15% del ingreso bruto.
      2. Las IRAS: Son cuentas individuales para el retiro, que al igual de los planes anteriores, permiten diferir los impuestos sobre las contribuciones y sobre los rendimientos de las inversiones hasta que se reciban los beneficios durante el retiro.
      3. Los ESOPS: Estos son planes de Propiedad de Acciones por parte de los Empleados (ESOPS), son una forma novedosa e interesante por medio de la cual las empresas norteamericanas dan participación accionaria a sus empleados, y a la vez contribuyen a su ahorro para la jubilación. Se estima que aproximadamente uno de cada diez trabajadores norteamericano pertenece a un plan de este tipo.
    4. Otros planes no clasificados:

    El esquema consiste en que la empresa efectúa contribuciones al plan y éste los utiliza en la compra de las acciones de la misma empresa contribuyente, a nombre de los trabajadores. Las acciones se van asignando a los empleados mediante algún método preestablecido, pero deben mantenerse hasta que el trabajador se jubile; Momento en el cual el capital accionario de cada trabajador se convierte en un fondo de pensión individual.

    Los ESOPS pueden ser no apalancados o apalancados. En el primer caso la empresa paga en efectivo y el ESOP compra acciones de la compañía, quien también puede contribuir con acciones directamente al plan. En el segundo caso, el ESOP financia la compra de acciones con una entidad financiera, por lo general un banco, a un plazo máximo de quince años; Recursos que se utilizan en la compra de acciones de la empresa y ésta paga en efectivo para reembolsar el préstamo bancario. Mientras el préstamo es reembolsado, el ESOP asigna acciones a las cuentas de los trabajadores.

    Por las características descritas, este sistema se asemeja a un plan de pensiones de contribución definida, aunque la diferencia con esos planes se da en dos sentidos:

  3. Cuando el sindicato negocia un incremento en las pensiones, lo que se denomina responsabilidades suplementarias.
  4. Los recursos se invierten en acciones de la propia empresa y no en una cartera diversificada.

    2.8.3.1 Tratamiento tributario de los ESOPS: Desde el punto de vista fiscal, los ESOPS tienen importantes incentivos:

  5. La empresa tiene flexibilidad para financiar un ESOP, pudiendo hacerlo en efectivo, mediante la emisión de nuevas acciones, o con endeudamiento directo por parte del ESOP.
  6. Los aportes de la empresa a un ESOP son deducibles del impuesto sobre la renta, de igual forma en que se deducen sus contribuciones a un fondo de pensiones regular. Adicionalmente, cuando la compañía decide emitir acciones para el ESOP en lugar de dar su contribución en efectivo, se le permite deducir el valor de mercado de esas acciones del ingreso imponible.
  7. Las corporaciones pueden deducir de los ingresos imponibles el monto de dividendos pagados a las acciones del ESOP, siempre que esos dividendos se utilicen para reembolsar un préstamo o se paguen en efectivo a los participantes.

    2.8.3.2 Ventajas de los ESOPS: Los planes de adquisición de acciones por parte de los trabajadores tienen las siguientes ventajas:

  8. Si el ESOP posee más del 50% de las acciones de una empresa, los bancos y las compañías de seguros que participen serán gravados solo por la mitad de los intereses que reciben del ESOP. Esto explica por qué estas entidades muestran mucha disposición a financiar un alto porcentaje de las acciones adquiridas por los ESOPS.
  9. Además de constituir un fondo de pensión, el ESOP diversifica el ingreso de los trabajadores más allá de su salario, mediante dividendos, acumulación de acciones y beneficios ligados a la productividad.
  10. La propiedad de acciones por parte de los empleados implica su participación en las decisiones de las empresas, lo que constituye un incentivo para trabajar más y mejorar su productividad. Este aspecto tiende a ser más valioso cuando el éxito de la empresa depende del esfuerzo individual.
  11. La posibilidad de financiamiento bancario para establecer o reforzar un ESOP, facilita la adquisición de un bloque importante de acciones de una empresa, lo que permite a los trabajadores comprar parte del negocio, convertirse en socios mayoritarios o adquirirla totalmente. También pueden proteger a la empresa de una posible absorción.
  12. La reducción en el costo del crédito para los ESOP significa menores tasas de interés para el financiamiento del capital, lo que también favorece a las empresas.
  13. Alivio en el servicio de deuda para las empresas, menores tasas de interés y la completa deducción del principal y los intereses del préstamo.

    CAPÍTULO III

    "El Sistema de Pensiones de Venezuela"

  14. Para el gobierno significa menores presiones políticas por subsidios, por incrementar la planilla del sector público y por mayor déficit fiscal; Además de proveer una oportunidad para la expansión de la productividad del sector privado.

    Para comenzar a hablar del sistema de pensiones de Venezuela es importante señalar que este esta contenido dentro de un sistema mayor llamado Sistema de Seguridad Social. Este sistema se compone por una serie de subsistemas entre los cuales está contenido el Sub – Sistema de Pensiones, al cual nos abarcaremos más adelante. Para comenzar se dará un conocimiento acerca del funcionamiento de los Sistemas de Previsión Social.

    1. Los sistemas de previsión social constituyen el segmento más significativo, de lo que se denomina seguridad social. Entendemos por previsión social las normativas e instituciones que se establecen, a nivel nacional, para garantizar que los trabajadores puedan disponer de una jubilación o pensión que les garantice su supervivencia con una calidad de vida socialmente aceptable al término de su vida laboral, o si ésta se interrumpe por razones de invalidez. Las pensiones de viudez, para el cónyuge o descendientes menores del asegurado, integran también la previsión social en el sentido restringido al que se refiere en este documento. La seguridad social, por otra parte, incluye además todo el amplio subconjunto de la protección a la salud, los programas destinados a otorgar fondos de desempleo, entrenamiento laboral, recreación, etc. La política social abarca programas destinados a paliar o combatir la pobreza, las inversiones públicas en salud y educación, iniciativas respecto a la vivienda y, en general, una gama tan amplia de campos de acción que muchas veces resulta imposible delimitarla con precisión.

      El otorgamiento de jubilaciones y pensiones a la población trabajadora, a través de diferentes medios, ha sido el eje alrededor del cual creció históricamente la seguridad social. Tanto en el sistema alemán implementado ya en 1889, como en la posterior versión inglesa, el seguro de vejez e invalidez ha actuado como una pieza maestra capaz de organizar toda la seguridad social a su alrededor. Ello se debe en parte a razones financieras, pero también a motivos más complejos, directamente vinculados a la percepción del futuro que tiene el trabajador.

      En el primer sentido cabe apuntar que los aportes regulares de cientos de miles o millones de trabajadores suelen acumularse hasta generar fondos de enorme cuantía, que no sólo permiten dinamizar y ampliar la cobertura de los sistemas sino hasta influir en la marcha de la economía nacional en su conjunto. En cuanto a la importancia que subjetivamente se asigna a las jubilaciones y pensiones creemos que ésta, difícilmente, puede ser exagerada: toda persona, de un modo u otro, llega a preocuparse en algún momento de su vida por la forma en que habrá de afrontar los años de su vejez, cuando ya no esté en condiciones de generar los ingresos que solía producir y se vea ante la inevitable declinación de sus energías. Por eso la existencia de cualquier tipo de cobertura resulta un elemento muy valioso para estabilizar el mercado laboral y elevar la calidad de vida de la población.

    2. Sistemas de Previsión Social:

      El sistema de reparto parte desde una base, la cual va siendo modificada dependiendo del lugar geográfico donde se desarrolle, por esto que a continuación se dará a conocer el desarrollo de éste.

      1. Como es bien sabido dos son los sistemas básicos que, con las muchas variantes que tiene cada uno, existen para afrontar el problema de la previsión social: El sistema llamado de "reparto" y el sistema de capitalización individual, siendo el primero utilizado por Venezuela. La idea esencial de éste es la de un "fondo común", una gran caja donde se depositan los aportes de las personas que están laboralmente activas y de la cual se retiran las pensiones, jubilaciones y otros beneficios de los asegurados que tienen derecho a ello.

      2. Concepto:

        El sistema actúa haciendo una transferencia intergeneracional evidente: Los aportes que el trabajador realiza hoy no cubren sus necesidades futuras sino los gastos que, al presente, benefician a quienes ya se han retirado; Los beneficios de este trabajador sólo podrá recibirlos si la generación siguiente continúa aportando al fondo de la misma manera en que lo han hecho él y sus contemporáneos. Pero también existe una transferencia intrageneracional implícita, es decir, los beneficios que recibe un determinado trabajador no dependen del valor de los aportes que haya realizado, sino de normas generales que determinan cuánto debe aportar, durante cuánto tiempo, su edad de retiro y la pensión que habrá de recibir.

        Estas trasferencias, tanto en la descripción como en la práctica política, han llevado a destacar el principio de solidaridad sobre el que este sistema se registraría. Pero a nuestro juicio ésta es sólo una petición de principio, frecuentemente no corroborada en la práctica efectiva: Si bien existen transferencias implícitas entre un asegurado y otro, nada garantiza que éstas se efectúen desde los más favorecidos hacia los más pobres, pues muchas veces, por razones técnicas, los sistemas funcionan claramente al revés.

        Separadamente de este problema técnico que se repite, con variantes, en muchos otros casos conocidos existe una cuestión de fondo, poco debatida generalmente, que a nuestro juicio impide hablar en favor de la solidaridad: La solidaridad, como sentimiento, actitud o conducta, nunca es una práctica obligatoria de la que no es posible escapar. Hablar de una "solidaridad obligatoria" tiene algo de contradicción en los términos: O la gente actúa solidariamente, por su propia voluntad, como en el caso de las instituciones primarias que existen en toda sociedad, o las personas actúan bajo la compulsión, como cuando pagan impuestos, existiendo siempre la amenaza de una sanción si no cumplen.

      3. Transferencias y solidaridad:
      4. Fortalezas y Debilidades del Sistema:
    3. El Sistema de Reparto:

    El sistema de reparto se organizó sobre ciertos aspectos de la forma y función de la familia y de una cierta biografía laboral que eran aproximadamente ciertos hasta hace algunas décadas pero que hoy ya no tienen la misma vigencia anterior.

    La familia tipo en la que se basan los seguros sociales consta de un jefe de familia masculino que obtiene ingresos de una relación laboral formal, mientras que su mujer e hijos no participan en el mercado laboral y por lo tanto no realizan aportes al seguro. La relación laboral mencionada, además, se caracteriza por una alta estabilidad, de modo que una persona trabaja a lo largo de 30 años o más, en forma continua y a tiempo completo, tal como era el caso usual en el proceso de industrialización europeo a lo largo de muchos años.

    Otro supuesto fundamental a los sistemas de reparto es una cierta estructura demográfica caracterizada por un elevado porcentaje de población joven y una tasa de crecimiento alta o media. Los supuestos mencionados, en mayor o menor medida, han dejado de corresponderse con las realidades del mundo laboral actual.

    La incorporación masiva de la mujer al mundo del trabajo, la desaparición de la rígida estructura empresarial prevaleciente en la época de la industrialización y la aparición de un sector informal en la economía en gran parte de las sociedades modernas, especialmente en las menos desarrolladas, son apenas algunos de los factores que han producido este efecto.

    De decisiva importancia, además, son los cambios producidos en la pirámide de edades debido a la tendencia secular al descenso de la tasa de natalidad. Este último factor, junto con el constante incremento en la esperanza de vida de la población, han llevado a un cambio dramático en el llamado coeficiente de dependencia, indicador crucial para evaluar los costos y la viabilidad de un sistema de reparto. El coeficiente de dependencia es una proporción que se obtiene dividiendo el número de personas ancianas entre el número de personas en edad de trabajar.

    Normalmente, a efectos de las comparaciones internacionales, se consideran personas ancianas a aquéllas que tiene 60 o más años y personas en edad de trabajar a quienes poseen entre 20 y 59 años, inclusive.

    El coeficiente de dependencia es, como se observa, una medida demográfica de tipo global; Cuando nos referimos a un sistema en concreto debemos dividir, en realidad, el número de personas pensionadas entre las personas que efectivamente están trabajando en un momento dado. En este caso obtenemos lo que se suele llamar el coeficiente de dependencia del sistema, para diferenciarlo del coeficiente anterior, al que suele denominarse de dependencia de las personas de edad.

    Estos coeficientes han sufrido, como se mencionaba, grandes variaciones históricas desde que se establecieron los sistemas de reparto y son también muy diversos según los diferentes países que se estudien. Como consecuencia de esto, para 1990 Alemania y Francia tenían coeficientes de 35,2% y 35,3%, Venezuela de 12,2, Brasil de 14,1, Estados Unidos de 30,3 y Chile de 17, cuando poseían este sistema; Los países de Africa Subsahariana un promedio de 11,7 y algunas pequeñas naciones del Golfo Pérsico cifras inferiores al 10%.

    Se puede decir que en una etapa inicial de un sistema de reparto, al ser pocos los beneficiarios y muchos quienes trabajan, es posible cumplir holgadamente con los compromisos contraídos y aún extender notablemente la cobertura del seguro; generalmente surgen en ese momento planes de vivienda, recreación, desempleo, etc., que dependen financieramente de los aportes mencionados, y los analistas y dirigentes políticos y sindicales actúan como si el sistema fuese a durar indefinidamente en condiciones de estabilidad. Además, una vez llegada la madurez del sistema, lo cual hasta ahora ha coincidido con un cambio muy claro en las variables demográficas, el sistema se hace inviable. Como los aportes de los trabajadores no pueden, por razones políticas y sociales, aumentarse más allá de cierto punto, y como el costo recae entonces sobre presupuestos públicos ya muy recargados, la solución que se busca es reducir de algún modo el coeficiente de dependencia; Para ello suele aumentarse la edad mínima de la jubilación, hacer algo más difícil obtener pensiones vitalicias por invalidez o reducir el monto de las pensiones. Cualquiera de estas soluciones es sumamente difícil de aceptar por la población: Por su propia naturaleza los sistemas de previsión social, al generar expectativas alimentadas durante muchos años, resultan en la práctica casi inmodificables. Sólo puede cambiárselos muy gradualmente, en pequeños pasos sucesivos, aunque no por eso sin un elevado costo político.

    La situación financiera en países con coeficientes de dependencia menores es, por supuesto, mucho mejor. Pero es en ellos, sin embargo, donde contradictoriamente se han producido quizás las peores situaciones, tal como ha ocurrido en varios países de Latinoamérica. Para entender por qué naciones como Venezuela, con una alta proporción de población joven, pueden haber llegado a situaciones realmente extremas en cuanto a la previsión social, es preciso examinar ahora el comportamiento de otras variables.

    La idea de centralizar millones de aportes en un sólo fondo general pareció tener, durante muchos años, virtudes evidentes: Ello permitía, dentro de los conceptos prevalecientes, una solución que facilitaba la acumulación de recursos y su racional utilización. Pero esta concepción, unida a la administración estatal de los fondos, produjo algunos gravísimos problemas que, andando el tiempo, obligaron a la modificación radical del sistema en varios países de Latinoamérica.

    Los primeros problemas, históricamente hablando, fueron el desvío de fondos y la corrupción. La corrupción se refiere, obviamente, a la apropiación de los fondos previsionales por parte de los funcionarios que trabajan en las instituciones que los gestionan y, además, a las diversas formas ilegales que encuentran ciertos asegurados para obtener mayores pensiones, conseguirlas en un tiempo menor, o disfrutar de cualquier otro beneficio indebido. Es casi imposible, metodológicamente, cuantificar aún en términos relativos los alcances de este pernicioso fenómeno, pero en ningún caso puede desestimarse no sólo el efecto económico de tales manejos dolosos sino el impacto moral que produce, en la masa de asegurados, la percepción de que sus aportes son apropiados o malversados precisamente por quienes tienen la responsabilidad de cuidarlos, o que el sistema es injusto porque premia conductas que se apartan de las normas establecidas y de la justicia distributiva.

    El desvío de fondos no implica en principio una conducta delictiva, pues se refiere a la utilización de éstos para fines que no son los originalmente asignados. Aquí existe también un riesgo moral de no poca importancia. Como los administradores de los fondos son funcionarios gubernamentales, y como los gobiernos, por lo general, tienen apremios financieros o planes ambiciosos de desarrollo, la tentación de usar los ingentes fondos de la previsión social para otros fines no resulta poca. En toda Latinoamérica hemos visto reiteradamente cómo se utilizan estos ingresos, que no son propiedad del gobierno, sino de los asegurados; Para gigantescos planes de infraestructura, vivienda o transporte, planes que son en general a muy largo plazo y que normalmente no revierten los beneficios esperados. El resultado es que el seguro social se descapitaliza y, aunque aún dispone de las cantidades necesarias para funcionar, pierde las reservas que necesitará en tiempos de dificultades, contraviniendo con ello la norma básica de lo que es en sí la seguridad social.

    El último problema, pero quizás el decisivo en muchos casos, como el venezolano, es que los fondos del seguro social pierden valor a largo plazo debido a los efectos insidiosos de la inflación. Ya sea porque son colocados en instrumentos de baja rentabilidad, ya sea porque determinadas manipulaciones estatales producen tasas de interés reales negativas, lo cierto es que los aportes de los asegurados van disminuyendo en valor, a veces rápidamente, lo cual contribuye decisivamente al colapso del sistema. Venezuela es un ejemplo al respecto: Hace apenas quince años el IVSS (Instituto Venezolano de Seguridad Social), disponía de alrededor de 6.000 millones de dólares en su cuenta; A comienzos de 1997 ese saldo había bajado a 50 millones.

  15. El Sistema de Pensiones de Venezuela:

    A continuación se darán a conocer ciertas características del sistema de reparto de Venezuela, señalando la situación en la que se encuentra y las modificaciones que se tienen estudiadas para llevarlas a cabo.

      1. En Venezuela, al igual que en todo el mundo, la tasa de natalidad ha ido disminuyendo mientras que la expectativa de vida ha ido aumentando en los últimos años. Esto se traduce en el hecho que mucha gente recibe pensiones y pocas son las personas que aportan al sistema de seguridad social.

        La situación ha cambiado drásticamente porque, si bien 50 personas mantenían a un jubilado en 1971, la relación actual es 7 de contribuyentes por pensionado. Asimismo la volatilidad y el aumento del gasto corriente, así como el financiamiento de otros beneficios de la seguridad social, se ha reflejado en pensiones con montos cada vez menores y con coberturas más escasas.

        El monto de las pensiones en 1971 era de 2.300 dólares, muy por encima de los 150 dólares que perciben los jubilados en estos momentos.

        Aunque la población del sector formal asciende a 4 millones, en el IVSS cotizan alrededor de 2.100.000 personas. Si bien el sistema maneja en estos momentos 629 mil jubilados del mismo instituto y de la administración pública, existen 964 mil personas mayores de 60 años que no reciben pensiones en el país. Venezuela se encuentra en el momento oportuno para hacer la reforma de seguridad social, y así favorecería a crear una sólida base de contribuyentes que generarían una masa monetaria a largo plazo y impulsarían el ahorro interno privado. Con esto se dice que durante el primer año de funcionamiento, el sistema de pensiones movería 1.000 millones de dólares, cifra que se multiplicaría en 20 años a tal punto que pudiera llegar a representar 40 por ciento del el ahorro interno del PIB.

      2. Situación actual del sistema de reparto de Venezuela:
      3. Colapso del sistema venezolano:

      La falta de acción en materia de reforma previsional es en buena parte la culpable de los grandes desequilibrios fiscales que recaen sobre el presupuesto nacional venezolano. El servicio de pensiones de Venezuela se encuentra colapsado y se encuentra en camino a absorber una parte significativa del presupuesto nacional. En el 2000, las pensiones representaron 1.8 por ciento del PIB, cifra que pudiera aumentar a 6 por ciento del PIB en 10 años si no se aplica un nuevo esquema.

      Las reformas en materia de pensiones que se ejecutaron en 1998 resultaron certeras, pero requieren un proceso de perfeccionamiento permanente.

      Según han analizado los estudiosos del sistema de pensiones de, el problema de estas tiene que ver con la acumulación de pasivos a largo plazo, que luego son recargados al presupuesto nacional. Ejemplo de esto es el dinero que el estado destinó en materia de pensiones durante el año 2000, suma que ascendió a 1 billón de bolívares

      Como punto de partida al nuevo sistema de seguridad social que se pretende implementar, se tiene claro que su diseño deberá tomar en cuenta el Artículo 80 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el cual se afirma que el Estado garantizará que las pensiones y jubilaciones otorgadas mediante el sistema de seguridad social no podrán ser inferiores al salario mínimo urbano.

      En el sistema tradicional existe una mayor evasión del número de contribuyentes, puesto que los jóvenes y buena parte de la población activa no desean afiliarse a un esquema que no ha resultado efectivo en los últimos años.

      En el sistema de capitalización individual se crean fondos de retiro que son manejados por las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP), que realizan inversiones en títulos valores con lo cual se crea un efecto "bola de nieve" que genera masa monetaria y activa la economía del país.

      Se estima que, en un primer año, el nuevo sistema pudiera generar mil millones de dólares, cifra que se multiplicaría a 20 mil millones de dólares en los próximos años.

      No obstante, para obtener esa meta, se debe superar un problema ideológico en el cual los afiliados al sistema de seguridad social deben decidir si son las empresas privadas o es el Estado el que maneja sus pensiones. Por ello se opta por un sistema mixto que, sin dejar de lado el componente de solidaridad, incide positivamente en una economía, como la venezolana, que se caracteriza por bajos niveles de ahorro e ineficiencia en los mercados financieros a largo plazo.

      Con esto los fondos de pensiones no sólo van a generar una masa de ahorro importante a largo plazo, sino que también fomentarán la aparición de instrumentos financieros, como las cédulas hipotecarias, que permitirían el financiamiento de construcción de viviendas a nivel nacional.

      Estas cédulas, y además bonos a largo plazo estimularán el crecimiento del mercado accionario en Venezuela. Esto se verá reflejado en la diversificación de opciones para invertir capital a largo plazo, con acciones en el área de la construcción, minería, electricidad, entre otras.

      1. Transición del nuevo sistema:

      Como punto de partida el mercado de fondos de pensiones en Venezuela, puede partir su funcionamiento con 20 AFP, que se consolidarían en apenas 5 ó 6 para aprovechar los beneficios de la economía a escala.

      En el mercado local de AFP van a destacarse los grandes grupos, que emplean la economía a escala pero que mantienen altos gastos en mercadeo y publicidad, y aquellos grupos asociativos y cooperativas, que tienen bajos costos de captación.

      En ambos casos se deberá tomar en consideración que el período de transición de un sistema a otro pudiera tardar de 10 a 15 años. Durante ese tiempo el objetivo es mejorar el perfil de ingresos de los afiliados al sistema, para que no todas las pensiones sean equivalentes al salario mínimo. Como finalidad se tiene que en 20 años, el sistema será fundamentalmente de capitalización individual.

      En un principio se había tomado la opción de adoptar el sistema uruguayo, la cual finalmente no fue llevada a cabo, puesto que el esquema que se utiliza por ellos, seria demasiado costoso en Venezuela, debido a los múltiples beneficios y el alto componente de solidaridad intergeneracional que lo conforman. Además el modelo uruguayo representaría para los trabajadores venezolanos una contribución de 27 por ciento de sus salarios, de lo cual sólo 7 por ciento iría al fondo de capitalización individual.

      El sistema venezolano pretende que la contribución entre capitalización individual, fondo de solidaridad y el seguro relacionado, no debe exceder de 14 ó 15 por ciento, de los cuales más de 80 por ciento debe corresponder al fondo de capitalización individual, y el fondo de solidaridad no debe representar más de 3 por ciento del salario de los trabajadores. Se espera que a mediano plazo el nuevo esquema cubra el 70 por ciento de la población económicamente activa en Venezuela.

    1. Nuevo sistema de pensiones en Venezuela:
    2. Las AFP:

    Dentro de la ley que regula el subsistema de pensiones, aprobada en 1998 y en actual revisión, quedó establecida la figura de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) que deberían constituirse como sociedades públicas, mixtas o privadas, cuyo objetivo sería administrar las cotizaciones y otros beneficios del nuevo régimen de seguridad social.

    Aunque las AFP no son propietarias de los fondos que manejan, sí tendrán la potestad de administrar e invertir estos recursos para garantizar un alto nivel de rentabilidad a sus usuarios. De allí que las AFP tengan a disposición una amplia gama de instrumentos de inversión, que serán determinados por el mismo mercado. Se estima que los únicos ingresos que percibirán las AFP sean las comisiones que cobren a sus usuarios por administrar los fondos de pensiones. Estudios indican que para que una AFP tenga viabilidad en América Latina debe contar con un promedio de 40 mil afiliados.

    Pero en el nuevo sistema, el trabajo de las AFP deberá estar bajo la lupa de una Superintendencia de Fondos de Pensiones, figura que también se está diseñando en las discusiones del nuevo esquema de seguridad social.

    Este organismo debe ser una institución autónoma con personalidad jurídica y patrimonio propio, que tendrá como finalidad fiscalizar y controlar la actuación de las AFP. Por lo tanto se espera que la superintendencia esté dotada de recursos humanos y tecnológicos adecuados que le permita velar por el correcto manejo de los recursos generados por los contribuyentes al sistema. Asimismo la superintendencia tendrá que vigilar las inversiones que realicen las AFP, así como la composición de las carteras de inversiones.

    En suma, el nuevo régimen permitirá la participación de actores privados a través de la administración de los fondos provenientes de la capitalización individual, que moverán el ahorro interno por medio de la seguridad social.

    CAPÍTULO IV

    "Análisis Comparativo de los Sistemas de Pensiones de Chile, Estados Unidos y Venezuela"

  16. Venezuela:

    Anteriormente ya se han descrito los tres sistemas de pensiones, cada uno por separado, por lo cual la comparación a realizar es algo más específico. Como primer punto a tratar será la comparación del sistema chileno con los otros dos países por separado y posteriormente se darán a conocer las conclusiones a las cuales se llegó después de hacer este estudio y comparación entre los tres países, en cuanto al funcionamiento de cada uno de los sistemas.

    1. Entre Chile y Estados Unidos se puede decir que los sistemas son bastante similares en cuanto a estructura. Ambos países cuentan con un sistema de capitalización individual, los sistemas de cada uno de ellos se diferencian fundamentalmente en las leyes que los rigen, no así en los organismos que los regulan, dado que cada uno de estos tiene las mismas obligaciones, de velar por el cumplimiento óptimo de las disposiciones que tienen. Otra de las diferencias que más se da a denotar son los tipos de beneficios, los aportes que se reciben y el respaldo del estado. Dado que al ser distintos países tienen un modo de organización diferente.

      1. En mayo del 2001 se cumplieron 20 años de funcionamiento del nuevo sistema de pensiones en Chile, basado en la capitalización individual, con administración privada. A pesar del largo tiempo transcurrido, todavía se encuentra en un proceso de maduración, por lo cual es difícil evaluarlo a partir de los beneficios que entrega. Por ejemplo, muchas de las pensiones otorgadas están muy condicionadas por los Bonos de Reconocimiento, cuyo monto depende de los aportes realizados en el sistema antiguo.

        Se estima que los sistemas previsionales requieren de unos 40 años para estar plenamente maduros. Sin embargo, en Chile no se puede esperar hasta el año 2020 para realizar las reformas que se consideran necesarias, sobre todo si se tiene en cuenta que estas mismas reformas también tardarán muchos años en madurar.

        En primer lugar, el hecho de que el sistema de capitalización individual haya sido impuesto por el régimen militar, sin debate en el Parlamento, ni con las organizaciones laborales concernidas, ni en el mundo académico, ni frente a la opinión pública, constituye un problema pendiente. El nuevo sistema de pensiones no podrá considerarse plenamente legitimado mientras no se realice un amplio debate a todo nivel, y sobre todo en un Parlamento plenamente democrático. Es cierto que las Administradoras de Fondos de Pensiones han ganado con los años cierta legitimidad de ejercicio, pero les sigue penando su ilegitimidad de origen.

        En segundo lugar, en el nuevo sistema se establecieron tasas de cotización mucho más bajas que en el antiguo. Con esto se pretendió un doble objetivo: por un lado, abaratar el costo de la mano de obra para las empresas, lo que permitiría generar nuevos puestos de trabajo; Por otro lado, estimular el traslado de los trabajadores desde el sistema antiguo. De hecho, las remuneraciones líquidas aumentaban en aproximadamente un 11% para aquellos que ingresaban a una AFP.

        Como es sabido, el aporte neto para las pensiones se fijó en un 10% de la remuneración bruta, más aproximadamente un 3% por comisiones y seguros. El aporte neto, que se ha mantenido a través de los años, es muy inferior al establecido en países que tienen un nivel de desarrollo semejante, como Argentina y Uruguay. En Suecia, los aportes obrero y patronal combinados al nuevo sistema totalizan 18.5% de todos los ingresos Laborales. Según el juicio de muchos expertos, con este porcentaje de contribuciones es imposible otorgar jubilaciones suficientes a la mayoría de la población, en cualquier sistema.

      2. Sistema Chileno: Si bien anteriormente ya se dio a conocer el funcionamiento de cada sistema se cree necesario realizar un análisis crítico acerca del funcionamiento del sistema de pensiones chileno.

        El régimen de pensiones de los Estados Unidos es un sistema de dos pilares: la seguridad social, financiada por impuestos y un sistema privado, patrocinado por patronos del sector público y privado, no obligatorio, pero muy generalizado por el importante incentivo fiscal a que está sujeto. La magnitud de este segundo grupo lo ha convertido en el principal inversionista institucional del mercado de capitales norteamericano, con mucha influencia en las innovaciones financieras.

        La legislación no impone una fiscalización detallada de cada fondo o agente administrador, sino regulaciones de carácter general, que imponen contribuciones mínimas para los patrocinadores y asegura el pago de la pensión por parte de una agencia gubernamental.

        Por su naturaleza y características, los planes de pensión son considerados como una deuda de las corporaciones grandes y medianas, cuyos aportes por lo general no se consideran como un impuesto a evadir. Por su parte, los trabajadores como lo empleadores lo consideran un sustituto ventajoso de salarios más altos, que incentiva su permanencia en la empresa. En síntesis, en la mayoría de los casos, los fondos de pensión son vistos como una forma de remuneración que no causa impuestos y como una forma de mantener una planilla más estable.

        En materia regulación, la principal preocupación es la existencia de déficit o superávit en los fondos de beneficio definido, en cuyo caso se exigen ajustes basados en el nivel de contribuciones y aumento en el costo del seguro. En lo que respecta a la inversión, las leyes norteamericanas son muy flexibles, recomendándose básicamente en la regla del hombre prudente.

        Además de los planes empresariales u ocupacionales existen otras opciones interesantes, dentro de las que destaca el caso de los ESOP en que se da participación accionaria a los trabajadores de una empresa y a la vez se constituye un fondo de pensión, de nuevo, con importantes ventajas impositivas para los participantes.

        Para finalizar, a base de comparación, el trabajador promedio en los Estados Unidos que se jubila anticipadamente a los 62 años está recibiendo unos beneficios mensuales que oscilan entre 506 dólares y 743 dólares, lo que equivale a 305.000 y 450.000 pesos chilenos, respectivamente. Eso indica cuán más eficiente es el sistema privado en Chile, en comparación con el sistema público de los EE. UU., país cuya Renta Percápita (renta con valor promedio por persona), es más de 5 veces superior a la Renta Percápita en Chile, y los valores en cuanto a beneficios que reciben una vez jubilados es solamente el doble de lo que obtienen los afiliados en Chile. Los trabajadores chilenos que se están jubilando a los 65 años también están recibiendo pensiones muy superiores relativas al monto de renta Percápita que los beneficios que los trabajadores estadounidenses reciben bajo la seguridad social.

      3. Sistema Estadounidense: Este sistema se relaciona bastante con el anterior, con la diferencia de que no fue impuesto por ningún tipo de régimen militar, sino estudiado y aprobado en un consenso.
      4. Sistema Venezolano: Inicialmente el sistema venezolano se le considera de reparto, puesto que se trabaja entorno a un fondo solidario, el cual es sostenido por los trabajadores que se encuentran activos laboralmente. El fondo que ellos crean, mantiene las pensiones de trabajadores que en épocas pasadas estuvieron afiliados al sistema, los cuales en su momento también debieron aportar a dicho fondo.

      Actualmente el sistema venezolano se encuentra en vías de ser modificado, se pretende sea una especie de sistema mixto, es decir, que una parte de la financiación sea mediante el actual sistema de reparto, y la otra por medio de la capitalización individual. Puede que esto en un principio traiga sus complicaciones, pero lo más seguro es que conforme pase el tiempo, las modificaciones sean cada vez mayores, por lo que se cree el sistema de pensiones que rige en Venezuela en estos momentos, termine siendo como el chileno y el estadounidense, Un Sistema de Capitalización Individual.

    2. Los sistemas de Chile, Estados Unidos y Venezuela:
    3. Chile, Estados Unidos y Venezuela:
  17. Análisis Comparativo de los Sistemas de Pensiones de Chile, Estados Unidos y Venezuela:

Después de estar en conocimiento del funcionamiento de cada uno de estos sistemas de pensiones se puede tomar como nexo que Chile agrupa y / o agrupó a los dos sistemas de pensiones de los países mencionados, dado que Venezuela se encuentra actualmente trabajando con el Sistema de Reparto que tuvo a su merced Chile durante 50 años aproximadamente, el cual tuvo un cambio abrupto para llegar a ser un Sistema de Capitalización Individual, sistema que actualmente emplea Estados Unidos. Cada uno de estos tiene sus bases, indistintamente de cómo las lleven a cabo; Seguro es que cada sistema independiente sean sus finalidades debería de funcionar en forma óptima, de no ser así no se trata de que el sistema es malo y que haya que cambiarlo por uno mejor, sino que hay que aprender a manejarlo y modificarlo cuando se necesite para el bien de la comunidad en general y no solamente para un sector específico.

CONCLUSIÓN

Desde un punto de vista personal, lo que el desarrollo de este tema aportó, fue un conocimiento bastante amplio del desarrollo que ha tenido el sistema de pensiones de Chile principalmente, se puede decir que tomó conocimiento de algunos aspectos que desconocía hasta este momento, como por ejemplo el origen del "nuevo" sistema que funciona en nuestro país. Además conoció algo más acerca de como funcionan otros país en una misma materia, haciendo las modificaciones que ellos crean pertinentes y que se adecuen al funcionamiento general del país.

Muchas veces cuando se estudia alguna carrera de ésta se conoce más acerca de un área, puesto que se le da un énfasis principal a ella. Como consecuencia de esto se deja de lado el conocimiento de otros aspectos que también resultan necesarios para el buen desempeño la profesión; Por esto la alumna toma como aporte profesional el saber algo más de un área que se relaciona directamente con otro que le fue, como se dijo anteriormente, explicado más detalladamente.

En este trabajo se ha preocupado, principalmente, de analizar las principales propuestas de los sistema de pensiones, que han surgido en el ámbito social y político. Además se han tomado en cuanta la transición que se ha realizado con uno de ellos, desde el sistema antiguo hasta llegara saber como se estableció el nuevo régimen previsional.

Es probable que la correlación de fuerzas sociales y políticas actualmente existentes en los países donde se origina cada sistema no permitan cambios fundamentales en él, pese a esto se han producido, los cambios inevitablemente.

A través del análisis de estos sistemas nos hemos puesto en conocimiento del funcionamiento de cada uno de ellos, de los problemas que pudieran sufrir en el futuro, en algunos casos. La alumna está convencida de que el tema de la previsión social será cada vez más relevante en el futuro de cada país, en diversos planos: Social, Financiero, Político. Pese a que los políticos son conocidos, generalmente, por centrar su atención exclusivamente en el corto plazo, ignorando los costos de los programas públicos en el largo plazo, el interés general irá en aumento conforme pase el tiempo. Este trabajo pretende proporcionar elementos para una visión prospectiva, de largo plazo, que tenga en cuenta la posición y las posibles intervenciones de los actores sociales más relevantes.

Es necesario recordar, también, que la legitimidad del sistema previsional pasa más que nunca por consolidar criterios de solidaridad propios de los sistemas de seguro social. Sin mecanismos solidarios puede existir un régimen de ahorro individual obligatorio y con ellos un sistema de reparto solidario.

Después de todo lo que se ha expresado ya, se puede decir que los fondos de pensión son vistos muchas veces como una forma de salvavidas puesto que ayudan a quienes lo necesitan con una especie de remuneración la cual no causa impuestos, mediante la cual son capaces de mantener un estatus de vida similar al que utilizaron al momento de estar trabajando.

Por último, es indispensable reiterar que un sistema de seguridad social aceptable, en términos éticos y políticos, debe incluir un adecuado equilibrio de poder. De lo contrario nunca logrará legitimarse socialmente, ni podrá funcionar con eficiencia y equidad.

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AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Dios en primer lugar por la compañía y capacidad de entendimiento que ha tenido para conmigo y mi familia. Agradezco también a la Virgen Auxiliadora, la cual llegué a conocer más profundamente desde el momento en que entré al instituto; Ella siempre ha sido y será mi madre, siempre me ha dado amor y comprensión de madre y es por eso que le estaré eternamente agradecida.

A mis padres que me han apoyado en todo momento, han estado conmigo ayudándome, aportándome lo mejor de cada uno de ellos, ya sea directa o indirectamente. Por su amistad, y por sobre todo por su participación en todo lo que se les solicitó, tanto para mí como para mi instituto.

Al Instituto, mis profesores, directora, hermanas y todas aquellas personas que conforman la comunidad educativa de dicho instituto; Quienes me ayudaron a formar el criterio que me favoreció bastante al momento de realizar mi práctica profesional. Muy especialmente a mi profesora jefe la señora Leslie Troncoso la cual me asesoró durante mi proceso de maduración.

A las personas que hicieron posible la elaboración de esta memoria, las personas que trabajan en cada organismo estatal, por ser tan accesibles en materia de información. Bibliotecarios varios que prestaron su ayuda gentilmente, compañeras de especialidad que aportaron con sus conocimientos, material físico y principalmente apoyo; A la confección de la memoria que la alumna presenta.

Gracias…

 

JOSELYN RIQUELME OYARZUN

Partes: 1, 2
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