Devenir del Ser y filosofía del concepto. (un comentario de la primera parte del "Prólogo" a la "Fenomenología del Espíritu" de Hegel)
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Resúmen
Superfluo, inadecuado y contraproducente considera Hegel el anteponer un Prólogo, de acuerdo con la convención establecida, a modo de explicación o aclaración (Erklärung) de la finalidad y motivos de una obra, y de las relaciones que un estudio guarda con otras investigaciones sobre el mismo tema, en el caso de la investigación filosófica. No vamos a comentar, por tanto, un Prólogo convencional, ya que la verdad filosófica no puede aclararse de antemano, sino que tiene que ser fruto de una exposición (Darstellung) que contenga su desarrollo (Ausführung).
De este modo, exponer los resultados de la filosofía no es posible, no hay atajos, y el recorrido completo del pensamiento de Hegel tendrá que ser realizado por aquellos que deseen comprenderlo. De manera que, este comentario, no será sino el comienzo del comienzo del estudio de Hegel. Pues si inadecuado se presenta para Hegel el anteponer un prólogo a su obra, doblemente inadecuado se muestra entonces este comentario. Pero por algún sitio hay que empezar y no resulta ocioso decir que empezar por el prólogo a la Fenomenología supone el escoger un buen comienzo, el de unas de las mejores páginas de toda la historia de la filosofía universal.
Queda claro entonces que la filosofía no puede prologarse y que no es posible, tampoco, explicarla antes de abordarla. En este aspecto la pedagogía filosófica poco ha aprendido de Hegel al considerar que un estudio sucedáneo sobre los filósofos, los estudios de historia de la filosofía, pueden suplir, el contacto directo con la filosofía. Si Hegel enseñaba su Historia de la Filosofía, ello era un corolario de su sistema, una parte empírica de su sistema, por así decirlo, y no el principio a través del cual acceder a él. La exposición de la filosofía no precede sino que es el resultado de la investigación filosófica realizada. Por eso Hegel escribió el Prólogo a la Fenomenología, después, de haber terminado la obra, y no antes. En rigor, por tanto, el prólogo mismo habría de ser leído después de la obra, esto es, Hegel debería entonces haber incluido un postfacio en lugar de un prólogo, pero, como ha quedado antepuesto, lo más adecuado será leerlo antes y releerlo después de haber transitado no sólo la obra que situacionalmente prologa, la de la fenomenología de la conciencia o el cómo se llega hasta los comienzos de un sistema filosófico, sino también la primera parte de la Enciclopedia, que es lo que realmente intenta presentar. Habrá que leerlo, por lo menos, tres veces, alternadas en el tiempo, antes de la Fenomenología, después de la Fenomenología y después de la Enciclopedia. Más adelante veremos que Hegel critica «la impaciencia» de querer llegar a los fines sin alcanzar los medios.
Este escrito (el Prólogo que comentamos y que habrá de ser leído al mismo tiempo que cualesquiera de sus comentarios) es ya la primera parte de la vasta exposición de la filosofía hegeliana y adentrarse en él es ya empezar a transitar la filosofía de Hegel, pero no hay que olvidar que el comienzo no es ya el resultado, y que no será lo mismo nuestra primera lectura del Prólogo que la tercera; aunque tras realizar cada una de ellas, de manera creciente, se podrá ya juzgar el sistema hegeliano en su totalidad y abarcarlo en su conjunto.
Enviado por Simón Royo Hernández
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