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Aspectos psicológicos en la Odontopediatría


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Evaluación del paciente
    3. La comunicación entre el dentista y el niño
    4. Conocimiento de la experiencia del niño
    5. Uso de la imaginación y la fantasía del niño
    6. El respeto a la dignidad del niño
    7. El uso del elogio
    8. Presentación de opciones
    9. Evaluación de resultados
    10. Autenticidad del aprecio
    11. Las reglas del juego
    12. Algunos factores ambientales que producen conductas determinadas en la consulta
    13. Falta de capacidad de cooperación
    14. Control del miedo y la ansiedad
    15. Refuerzo
    16. Conclusiones
    17. Anexos
    18. Bibliografía

    Introducción

    El desarrollo psicológico del niño entrega antecedentes básicos para analizar la conducta de este y evaluar el nivel alcanzado en el momento en que el dentista lo observa por primera vez. Esta observación y el sub secuente estudio de estas características son actividades importantes para el odontopediatra. La interpretación exacta de las conductas evidenciadas por el paciente asegura el éxito en el manejo del niño y permiten adecuar las técnicas para cada paciente en partícula durante su experiencia odontológica y reforzar modos de comportamiento que facilite su adaptación al tratamiento y mejorar sus motivaciones, y habilidades para el auto cuidado.

    El éxito en el tratamiento de los niños esta relacionado directamente con el conocimiento, por parte del dentista, de sus características psicológicas y necesidades particulares. Mientras mayor sea el conocimiento, obtenido en entrenamiento formal, experiencia, o ambas, mayores son las posibilidades de tener buenos resultados en las tres importantes áreas de la conducción del paciente. Estas áreas incluyen: la pre4diccion de la conducta en situación clínica, el manejo adecuado de problemas conductuales y, en el caso de menores inadecuadamente tratados con anterioridad, mejor habilidad para explicar, racionalizar y modificar las circunstancias que motivaron los trastornos.

    Es importante comprender que a pesar de la existencia de leyes básicas de crecimiento y desarrollo, explica las similitudes en el proceso de maduración, hay diferencias individuales notables, producto de los diferentes resultados de la interacción de cada individuo con su entorno externo, interno y social. Aun así, el dentista debería estar capacitado para medir la habilidad de su paciente para manejar situaciones nuevas y su disposición para adaptarse, y cooperar a las diversas actividades que representa el tratamiento. Para ilustrar este punto se propone en caso de una visita de emergencia de un niño de 18 meses que ha sufrido un traumatismo dentario.

    En esta edad el niño tiene una autonomía muy limitada y la unión formada por él y su madre es muy estrecha, sus contacto con personas ajenas a su familia son escasos, el desarrollo de su lenguaje no es adecuado como para comprender situaciones no domesticas; por otra parte, tiene temor a personas desconocidas o a ser separado de su mamá. Es muy comprensible entonces que exprese resistencia y llanto ante el intento del dentista a examinarlo y que no responda a solicitudes verbales, tranquilizadoras o no. En esta situación así, el dentista debería examinar al niño en brazos de su madre y no esperar que sus explicaciones sean entendidas por el menor. Esto evita asumir conductas restrictivas o expresar frustración, al reconocer anticipadamente las limitaciones.

    Una de las áreas que proveen mayor recompensa en odontología es la conducción exitosa de un niño, ya que la primera experiencia de estos deja a menudo una impresión indeleble. El momento mas adecuado para elaborar una imagen adeudada de la odontología, es la infancia, cuando es posible reducir los sentimientos negativos e incluso hostiles hacia el dentista, formando así una base para futuras interacciones positivas.

    Evaluación del paciente

    La evaluación del paciente infantil tiene que ser rigurosa, para evitar calificarlo inadecuadamente. Su objetivo es diseñar un modo de acercamiento consecuente con las conductas observadas. El proceso puede resumirse así:

    1. Recopilación de información
    • Conducta observada en la sala de espera
    • Información personal social e histórica:
    1. edad del paciente y de sus padres
    2. estado socioeconómicos
    3. socialización
    4. temores mas relevantes
    5. historio medico-dental
    6. experiencia de los padres

    Desde el punto de vista de reacciones frente al odontopediatra, dos factores han sido detectados como un mayor valor negativo: a expectativa desfavorable de los padres y la ansiedad del niño al ver personas extrañas.

    Si la información es ambigua o confusa, debe compilarse mayores antecedentes: hablar con el niño, permitirle explorar el ambiente, observando con mayor detalle, la entrevista con los padres se hará acuciosa.

    En el caso que las conductas observadas y los antecedentes reunidos sean congruentes, se puede pasar a una segunda etapa.

    1. Aquí se hace un estudio de la información y se formulan conclusiones. Así se posibilita la predicción de la conducta del niño durante el tratamiento y se decide el método que se seguirá en la etapa siguiente.

    2. Análisis
    3. Prueba

    Si la interpretación parece incorrecta, hay que buscar nueva información y revisar el análisis. Si este proceso ha sido adecuado, el método de tratamiento del niño tendrá éxito en la situación clínica.

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