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Poemas Íntimos

Enviado por Lenin Linares


Partes: 1, 2

    Primera vez

    La almendra azul de sus ojos

    Pedía a gritos que la conociera

    Mientras al oído derecho

    Eros susurraba fuego

    Palpitaron los claveles

    Nublándose los corazones

    El Etna arreció sus bríos

    Deshielo aligeran sus piernas

    Imanes de un mismo polo

    Voluptuosidad apenas concebida

    El silencio roto en el himeneo

    Una guerra de caballería

    Cabalgan cabalgan

    Sangre dolor y placer

    Cabalgan cabalgan

    Se toca el cielo

    Se hacen las paces con los dioses

    Se empañan las paredes

    Se quiebran puertas y ventanas

    El suspiro confuso del que llega

    Enciende la razón

    Paz vergüenza

    La sonrisa de la amante

    La delata complacida

    Los pecados se perdonan

    Y el horizonte advierte

    La proximidad de la tormenta

    La casa del ritmo

    Noche de sombras y tiniebla

    Humo en los neones a media luz

    Neblina en la barra

    Desesperanzas que se beben a sorbos

    Puertas de tocar y quien vive

    Perfumes de catálogos

    Pagados a crédito

    Sonrisas a flor de piel

    Formas femeninas perfiladas

    por la estrella de la mañana

    en la calle a la sombra de faroles apagados

    marcha la tropa bohemia

    los pasos tienen mejor olfato

    como lobos en caza

    llevan cual corderos ciegos

    a la farra de embriagados bardos

    que ansiosos de placeres mas bajos

    atraviesan el umbral

    de la morada armoniosa

    Solo el que viene de la oscuridad

    Se encandila con la penumbra

    Mesas que se prestan al pecado

    Y piernas que se cruzan con las miradas

    Como dormideras con la ñema de los dedos

    Oficiosas de la mancebía

    Apresuran sus encantos

    Donde se descubren vestigios

    De atrevida mercancía

    Cuatro forman el contingente de recién llegados

    Solo tres lo suficientemente sobrios

    Para poder pecar

    Alberto más que por lo libado

    embriagado de los miedos

    de su aun inocente juventud

    sus camaradas

    condenando al patíbulo

    ofrecenle su también primer cigarro

    llegan las botellas oscuras

    mas oscuras que la tabla de la mesa

    la tos apagada y convulsionada

    espantan el pequeño espiral de su cigarrillo

    ojos felinos se aprestan a la acechanza

    billetes como cartas de presentación

    se lanzan de generosas manos

    morena de duras carnes

    aceptando el reto

    sangre que sube al rostro del principiante

    pasillo de infinitas puertas

    ?Desvístete

    ?como te llamas?

    ?Alicia, es una hora!

    Cuerpos desnudos

    Cama vestida

    Desvestida

    Y vuelta a vestir mil veces

    Escalofrío de la cintura hasta el cuello

    ?que bien es esto!!!

    …Y al retorno a la mesa

    ya sobrio y mas hombre

    lo esperan a la puerta

    donde ya el día asomó

    sus tres compañeros

    Grecia

    Tu nombre es la cuna

    De la religión que profeso

    Como son tus senos de ébanos

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