- Desarrollo
- El papel de la filosofía en la práctica educativa
- Ciencia y Educación
- Filosofía de la ciencia
- El problema de la inducción
- El problema de la descripción
- Explicación
- Realismo e instrumentalismo
- Objetividad y relativismo
- Teoría del conocimiento / epistemología
- Problemas filosóficos griegos y medievales.
- Los tres niveles del conocimiento.
- Razón contra percepción.
- Posición de los autores frente al conocimiento.
- El conocimiento científico.
- Epistemología en el siglo xx.
- Epistemología dialéctica
- Conclusiones
- Bibliografía
- Anexos
El presente trabajo pretende establecer criterios de acercamiento de ciertos aspectos referidos a las cuestiones filosóficas, el futuro de la filosofía, el valor que como docentes del NIVEL MEDIO SUPERIOR, EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACION TECNOLÓGICA AGROPECUARIA EN EL ESTADO DE TAMAULIPAS, MÉXICO, debemos darle al acto de educar, su diferenciación respecto de otras ciencias, las diferentes corrientes filosóficas que se han dado en el tiempo, sus enemigos más acérrimos y la forma de estudiar el conocimiento, ya sea desde la filosofía o desde las distintas ciencias, caracterizadas por la utilización del Método científico, así como analizar la difícil realidad científica en nuestro Estado: TAMAULIPAS y sus implicaciones en el futuro inmediato, tanto nacional, como en el nuevo orden mundial.
La Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria, DGETA, como institución cuenta con una Coordinación en el Estado de Tamaulipas, México, de los estudios de Nivel Medio superior y superior en el área agropecuaria. La DGETA, tiene sus antecedentes desde 1970, cuando la Secretaría de Educación Pública la creó, con el objetivo de llevar al campo la educación tecnológica, que desde entonces, contribuye e impulsa el desarrollo de los habitantes del sector rural.
Su misión es ofrecer los servicios educativos en los niveles de bachillerato, licenciatura y posgrado para formar técnicos y profesionales comprometidos con el desarrollo sustentable agropecuario y rural, dotados de una sólida preparación técnica y formados con los más altos valores de la nación mexicana, en especial, los de la sociedad rural.
Aparte de realizar, investigación y generar desarrollos tecnológicos, atendiendo las necesidades del sector agropecuario, amén de brindar servicios de capacitación y asistencia técnica, aprovechando al máximo la capacidad instalada, con el propósito de contribuir a mejorar la calidad de vida del medio rural.
El subsistema de Educación Tecnológica Agropecuaria ofrece a la población de las zonas rurales una educación pertinente, incluyente e integralmente formativa, que es el eje fundamental del desarrollo del campo.
Por lo tanto ofrece una educación efectiva, innovadora, realizadora, cuyos resultados son reconocidos por su buena calidad.( Anexo 1 y 2 )
Sin embargo, la realidad expresa entendida, por los que laboramos en ella, dista cantidades exorbitantes de dicha realidad, existiendo entre otras causas, el gobierno, los maestros, los alumnos, los planes y programas, los recursos; en fin una serie de situaciones que se analizarán en el desarrollo de este espacio, pero donde la mayor parte del compromiso de cambio, con conciencia, se considera en el facilitador del proceso de enseñanza y aprendizaje de cada institución educativa: el Maestro…
Es por ello, que hoy en este modesto trabajo, se esbozan algunas concepciones epistemológicas que clama nuestro siglo XXI, que no son más que reflexiones de sentido antropológico, basados siempre en una requerida sistematización de actividades tanto docentes, como de actitudes, valores de los maestros que tienen a cuestas la responsabilidad de moderar el proceso educativo, los alumnos que interactúan y los padres de familia que consensan las líneas de cambio, además de la sociedad que es la legitimaria final, de este proceso educativo; pero sobre todo con gran integralidad hacia el verdadero desarrollo de las ciencias y del conocimiento mismo, que redundadará sin duda con un impacto severo en todo el andamiaje social de los entornos Tamaulipecos de Educación Tecnológica Agropecuaria, en forma directa e indirecta, local, regional, nacional y global.
En la Introducción se esboza la estructura organizativa de la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria en el Estado de Tamaulipas, para mayor comprensión, como parte fundamental del Subsistema, dependiente de la Secretaría de Educación Pública y su relación actual con la práctica educativa, desde el punto de vista Filosófico y Epistemológico.
En el siguiente apartado del Desarrollo; la descripción temática de la Filosofía de la Ciencia, sus problemas, sus explicaciones, sus objetivos y sus evidencias. Asimismo las discrepancias entre realistas e instrumentalistas sobre la ciencia, considerando que a las teorías como predicciones verdaderas acerca de lo que puede ser observado, sustituyéndolas solo cuando aparecen otras predicciones nuevas.
A continuación, en el mismo desarrollo, la explicación de lo que es la Epistemología o Teoría del conocimiento , sus conceptos, sus elementos, los niveles de conocimiento, el origen de éste, sus posibilidades, razones de ser, posición de autores al respecto del tema, el conocimiento científico, así como la Epistemología del siglo XX y …
Finalmente en este apartado , en una forma muy desglosada, la Epistemología Dialéctica, propia a considerar para el siglo XXI y sus implicaciones en nuestra trabajo docente y de las escuelas agropecuarias de Tamaulipas, México
Las conclusiones que se anotan como respuestas a las interrogantes, la bibliografía y sus dos anexos.
ARMANDO VALDEZ CANTU, DRTE.
Para comenzar este trabajo, tendríamos que tratar de definir Filosofía, mucho más allá de lo que significa la palabra en sí, "AMOR POR EL CONOCIMIENTO" , para darle la importancia que sin dudas tuvo y tiene en la evolución del "ser" humano como ente pensante y partícipe pleno de su realidad y futuro como hombre y en la cual la Educación, entendida como la formación integral del mismo, ocupa un papel primordial obviamente.
Deberemos entender que la práctica filosófica nunca se contenta con el encuentro de la verdad, sino que su verdadera razón está en la satisfacción que ofrece su búsqueda, tratando de "ver la realidad en su origen", no contentándose con lo armado y pensado por otros, como por ejemplo los dogmáticos, en donde la verdad se encontraría ya revelada.
En la filosofía el hombre se hace hombre a través de un pensamiento interior incesante que le permite aprehender la realidad, abriéndose a la vastedad de lo que nos circunda, estimulando, a través de ese pensamiento lo más maravilloso que tenemos, que es la comunicación con el otro, no como la entiende el mundo actual, compleja pero solitaria a la vez, gracias a las nuevas formas tecnológicas de acercamiento al otro; sino una comunicación con el prójimo y no con un extraño, "de existencia a existencia", despertando los más maravillosos sentimientos humanos, el de la solidaridad, el amor fraterno, la compasión, el compartir, el ayudar, de manera de buscar una trascendencia más allá de lo mundano y banal, rescatando de las situaciones límites, no lo doloroso, sino aquellos aspectos que nos enseñen a vivir plenamente, entendiendo o tratando de entender la vida, en la búsqueda de momentos felices, que permitan sobrellevarla.
Son esas situaciones límites, la verdadera fuerza y motor en esa búsqueda de la verdad y que el mundo trata por todos los medios de evitar. Así la muerte se nos presenta como espectáculo macabro y que hay que evitar a toda costa y no como un camino hacia una nueva vida, según el ideario de Dios y que tiene que ver con la trascendencia del hombre y su razón de ser en este mundo.
Podríamos decir, por tanto que la Filosofía es aquella acción incesante del pensamiento, en la que el ser humano goza, a través de un camino de búsqueda constante, haciéndose partícipe pleno de su realidad y la de su entorno, llegando a ser auténticamente hombre, en su relación con el "ser" íntimo de las cosas.
Analizando lo antes dicho, es fácil detectar la importancia que tiene la Filosofía en la vida y en la historia del hombre y en la conciencia de su realidad y es lógico suponer la existencia de enemigos opuestos a la misma, que la consideran peligrosa, destructora de un orden conveniente a oscuros intereses y que se caracteriza por fomentar un espíritu rebelde, independiente y revolucionario.
Es por ello, que la Iglesia, ha rechazado desde siempre a la Filosofía independiente, alejada de Dios, porque la consideraba mundanal y echaba a perder el alma. De alguna manera se enfrentaba a las verdades dogmáticas reveladas por el Ser supremo creador, sin darse cuenta que ese mismo Ser Supremo, es quizás el que nos dio la capacidad de pensar, en el camino de la búsqueda de la verdad y que hacen que la Filosofía se halle estampada intrínsecamente en el hombre, haciéndose inherente a él por propia naturaleza.
Dentro de las corrientes gnoseológicas del conocimiento, tenemos enemigos acérrimos de la Filosofía y la Metafísica como son los EMPIRISTAS, corriente que se afirma con F. Bacon (ya que se inicia en la edad antigua con Heráclito), estableciendo su principio fundamental, según el cual toda ciencia ha de basarse en la Experiencia, como única forma de conocer.
Pero es David Hume, el principal representante de esta Ideología , quien sostenía con argumentaciones filosóficas maestras, que todo conocimiento en última instancia proviene de la experiencia, sea la externa, vale decir , la que proviene de los sentidos, como la interna, la que denomina como auto-experiencia y que es más íntima y reflexiva; oponiéndose así al RACIONALISMO, constituyéndose ambas concepciones gnoseológicas dentro del problema de los medios a través de los cuales se puede conocer.
Dentro de las corrientes que siguieron o se desprendieron del empirismo y que fueron opositores de la Filosofía tenemos al POSITIVISMO, cuyo principal seguidor fue Augusto Comte, en el siglo XIX, consolidándose en los años 20 de nuestro siglo a través del POSITIVISMO LÓGICO O NEOPOSITIVISMO, a través de la formación del Círculo de Viena; posturas para las cuales lo único válido de ser pensado y a lo cual debía consagrarse exclusivamente la Filosofía y la Metafísica, era el estudio científico de lo observable y comprobable a través de la verificación empírica, primando la observación y la experimentación dentro de un método inductivista, que ahondaremos a posteriori.
Para el Positivismo, por tanto, las únicas ciencias válidas, son las naturales y según Comte en la historia de la humanidad hubo tres etapas del conocimiento: la Etapa Teológica, que fue la primera y trató de dar una explicación del mundo a través de un creador, estableciendo causas trascendentes y que se dio en todas las culturas y cuya influencia se da aún hoy; la Etapa Metafísica, en la que se hace hincapié en las causas inmanentes y por último, la Positiva, en la que el Hombre renuncia a explicar las cosas por sus causas (Causalidad) y el conocimiento se limita a establecer leyes de sucesión de hechos y que Comte, considera como "el Estado de madurez del Hombre Definitivo".
Esta postura se oponía radicalmente al Racionalismo y que escuetamente trataremos de explicar a continuación:
Si bien esta corriente filosófica que marca todo el pensamiento moderno a través del Discurso del Método de Descartes, no se constituye como una corriente crítica de la Filosofía, ya que quizás, en su transcurso la misma adquiere un gran esplendor, su explicación adquiere importancia, por ser una postura radicalmente opuesta al Empirismo.
Prioriza plenamente el Raciocinio como el principal medio para lograr el conocimiento y supone el primer intento de establecer un Método en su búsqueda, de manera que aplicando rigurosamente ciertas reglas se impida suponer lo verdadero como falso, de manera de llegar al verdadero conocimiento de todas las cosas accesibles al conocimiento humano.
Podríamos resumir esas reglas en:
- Tener evidencias de la verdad de las cosas.
- Parcializar el problema, tanto como fuese posible.
- En las etapas de la búsqueda del conocimiento, partir siempre de lo más simple a lo más complejo.
- Efectuar un análisis de cada paso del proceso, de manera de no omitir ninguno.
Descartes, establece la Duda Metódica, en la búsqueda de certezas en el conocimiento, dejando de lado las impresiones de los sentidos, que son engañosas y subjetivas, relegando el papel de la experiencia para la confirmación de algo que ya se ha obtenido por puro raciocinio y estableciendo el concepto de Ideas Innatas, producto de una intuición intelectual y no de la experiencia. Tales Ideas, según Descartes, fueron establecidas en nosotros por una instancia superior, llamada Dios.
Al analizar estas dos posturas antagónicas, no podemos dejar de lado aquella corriente intermedia entre ambas, cual es el APRIORISMO de Kant, en lo que respecta a los medios y procesos de nuestro conocimiento, para dar paso así al IDEALISMO.
Sostiene Kant, que nuestro conocimiento tiene su comienzo en la Experiencia, recibiendo de ésta impresiones sensitivas caóticas y sin orden. Esas impresiones sensibles se encuentran ordenadas en dos "formas a priori" de nuestra sensibilidad humana: el espacio y el tiempo.
Tales "formas a priori" que son independientes de la experiencia, permite ordenar las impresiones subjetivas en Fenómenos, los cuales vinculados a través de conceptos tales como los de: realidad, causalidad, acción recíproca, posibilidad, contingencia, necesidad, etc., que también son "formas a priori" pero ya de nuestro entendimiento, permiten elevar esos fenómenos a "objetos Fenoménicos", que a través del raciocinio (aquí hay un acercamiento al racionalismo) y que Kant diferencia del entendimiento, permite unificar a los mismos en tres grandes "Ideas a priori": mundo, bajo la cual se unifican los fenómenos de la sensibilidad externa; la del yo o alma, donde se agrupan y entrelazan los fenómenos de la sensibilidad interna; y la de Dios, donde se unifican los dos anteriores. Lo antedicho lo podemos resumir en el siguiente cuadro:
Experiencia (influencia del empirismo)
Impresiones sensibles
Formas a priori (espacio y tiempo)
De la sensibilidad
Fenómenos
Formas "a priori"
Del entendimiento (conceptos preformados)
Objetos fenoménicos
Formas " a priori"
De la razón
(mundo, dios, alma)
Conocimiento
Por tanto para el Idealismo y ya terminando de analizar esta corriente filosófica, lo determinante en el acto de conocer no es el Objeto conocido, sino el Sujeto cognoscente, por tanto todo conocimiento, de acuerdo al Principio de Relatividad, se relaciona con él, no pudiéndose conocer algo que se da fuera del intelecto, de manera que el mismo da forma al objeto, entrelazando los fenómenos que nos llegan por la experiencia de acuerdo a los Principios de Inmanencia y del Fenomenismo, respectivamente.
Continuando con el detalle de los enemigos de la Filosofía, después de esta escueta reseña de las principales corrientes filosóficas, tendremos que destacar el papel que la sociedad actual le da a la Filosofía.
Sociedad que se encuentra imbuida en la cultura del utilitarismo y sumamente influenciada por los medios de comunicación que la entretienen. Es una cultura que no puede pensar en cuestiones trascendentes porque simplemente se encuentra aturdida por las nuevas formas de comunicación y publicidad, que ensalzan a la imagen, en desmedro de la palabra y la lectura, constituyéndose en una peligrosa forma de entendimiento que revela la involución del ser humano hacia las formas más primitivas de raciocinio y comunicación.
Las nuevas tecnologías establecen, como la computación, nuevos pasatiempos que no favorecen el pensamiento crítico y reflexivo, de manera de entender la realidad, darse cuenta cual es el sistema impuesto actualmente y que tiene que ver con los influjos globalizadores impuestos desde el primer mundo, que hace que inmensas masas de humanos queden en el camino, directamente fuera del sistema de protección, hecho que se agrava por la inercia del Estado para intervenir y remediar situaciones realmente desesperantes, que sin lugar a dudas provocarán cambios de tal magnitud, que ningún filósofo, sociólogo y politicólogo podrán predecir.
Sin darnos cuenta, hemos confiado nuestro futuro a las multinacionales y al capital despiadado, que en contados minutos pueden barrer con el futuro de un país.
¿Seremos capaces, como sociedad de reflexionar, como dijimos acerca de esta realidad, para lograr, en nuestro pequeño mundo, cambios que nos permitan avizorar un presente y un futuro basados en la solidaridad y el amor mutuos y el crecimiento armónico de nuestros niños y jóvenes, en las premisas de los valores éticos y morales de nuestra civilización cristiana?.
2.1. El papel de la filosofía en la práctica educativa y en especial la Tecnológica Agropecuaria en el Estado de Tamaulipas, México.
Que la Educación en México y mundial está en Crisis, no es nada nuevo. Nos damos cuenta, quienes pertenecemos directamente como partícipes directos de la enseñanza: alumnos y maestros; así como el Gobierno y la Sociedad toda.
Nuevas exigencias de cambio se ciernen sobre la Escuela desde los diferentes sectores del quehacer de un país y por muy diferentes intereses.
A la sociedad, porque aún cree que a través de la Educación de sus hijos, ellos encontrarán un futuro digno y merecido de ser vivido, a través de las diferentes herramientas brindadas y las formas de encarar el conocimiento.
Al Gobierno, porque ve en la Educación de sus ciudadanos, el crecimiento tan anhelado en este mundo hipercompetitivo.
A las empresas, porque se asegurarán una eficiente mano de obra, para satisfacer sus necesidades de competencia y criterios de calidad total, que les permita insertarse en este mundo globalizado, imponiendo, como hoy día vemos en la Educación mexicana, en especial en la que me encuentro inserto, La Educación Tecnológica Agropecuaria, un subsistema de la Secretaría de Educación Pública prácticas, que tienen que ver más con las Leyes del Mercado que con las de la educación clásica, y mas aún la rural.
Pensemos en el nuevo léxico que se nos ha impuesto y las nuevas estrategias políticas que surgen directamente de las empresas: Calidad de la Educación, Marketing educativo, Descentralización, Optimización de Recursos, Redimensionamiento del gasto, por citar algunas.
Es obvio que vemos algunos cambios alentadores en la Educación Agropecuaria, que de alguna manera nos permiten avizorar un mejor futuro para la misma, observándose un proceso de Transición entre una Escuela Tradicionalista, caracterizada por su carácter enciclopedista, con un extremado protagonismo docente; viciada de modos y costumbrismos sin sentido, como partes de un rito educativo que se exigía cumplir, apelando a las más severas medidas disciplinarias para lograr tales objetivos, que rozaban la ridiculez y la insensatez y con un predominio de los contenidos, que abrumaban al educando, sin permitirles asimilar con criterio propio los conocimientos y una Escuela Activa, donde comienza a tener un marcado protagonismo el alumno, constituyéndose el docente en el guía y facilitador indispensable en la difícil tarea de la aprehensión de los conocimientos.
El despliegue del pensamiento formal, basado en la reflexión crítica de la información y de los conocimientos, mejorando las habilidades del razonamiento, como una forma de iniciarlos en la asimilación en la cultura y en el saber, se constituyen en los pilares básicos de esta Nueva Escuela.
Ahora bien, ¿ Qué papel juega la filosofía en esta nueva forma de concebir la educación?
Es indudable, que existe un renacer de los contenidos filosóficos en los nuevos planes de estudio, fijados por la Política educativa.
Basta como ejemplo, lo que ocurre en el subsistema DGETA, cuya modalidad eminentemente técnica, ha dado lugar en su currícula y contenidos un importante espacio a las ciencias humanísticas, constituyéndose así en un aporte fundamental para la práctica educativa, en especial la incorporación de un libro de valores para este nivel medio superior, que mas que un recetario, debe ser una reflexión concienzuda de cada uno de los docentes que la tienen como materia propia a desarrollar, pero más aun, como una visión integradora, holística y donde la socialización educativa sea llevada a términos más eficaces de nuevos paradigmas de actuación entre los miembros del proceso educativo de cada institución educativa.
La Filosofía debería insertarse en la Escuela, como el eje orientador de todas las demás asignaturas, de manera de pensarlas como disciplinas con un lenguaje enmarcado en el razonamiento que fomenta el contexto filosófico.
Es así, que la Filosofía se constituiría en el tronco central en el establecimiento de la currícula , a partir de la cual se ramificarían las distintas asignaturas especializadas y específicas de acuerdo a la modalidad de la escuela.
Tendremos que hacer una importante distinción entre lo que es enseñar Filosofía y lo que es filosofar, que debería constituirse en la forma de vida de todo hombre y cuya práctica debería ser, con más razón, obligatoria en la escuela.
Será la Filosofía, la disciplina que permitirá lograr E D U C A R al hombre, con todo lo que ello significa, hecho trascendente, que muchas veces los docentes dejamos de lado, sin darnos cuenta de la inmensa responsabilidad que sobre nuestros hombros recae, de manera de favorecer una práctica que ayude a nuestros jóvenes a crecer, pensando por sí mismos, suscitando el pensamiento con todo su esplendor y magnificencia, en la búsqueda de su destino trascendente y solidario, en común-unión con su prójimo y con su Dios, como dijera Freire, en comunión mutua.
Para ello tendremos que orientar a la Educación, hacia la búsqueda de nuevas herramientas didácticas, que permitan al joven emplear los criterios necesarios para su desenvolvimiento; la secuenciación racional del currículo , de manera de relacionar a las distintas disciplinas, para que no sean espacios aislados y que harán la práctica vacía y sin sentido y lógica para el alumno; adecuar los libros de texto a la nueva realidad educativa, para despertar el interés por la lectura del alumno y favoreciendo el acceso a la información a través del uso de las nuevas herramientas de comunicación y los nuevos soportes tecnológicos, evitando su acumulación, sin que el Docente se desentienda en la tarea de búsqueda, clasificación, análisis crítico y selección; ejerciendo un rol docente equilibrado de manera de adecuar en su justa medida el desarrollo conceptual con el desarrollo de habilidades, sin caer en extremismos propios de la Escuela Tradicional, en donde según la modalidad primaban los conocimientos teóricos, como una única forma de prepararlos para la Universidad o los aspectos instructivos, para su posterior desenvolvimiento en el ámbito laboral.
Para el logro de tales objetivos, se deberán también fijar nuevas políticas educativas en la planta docente, a partir de las academias de plantel, las verdaderas, las de valor educativo, las de evaluación y seguimiento, para emitir juicios valorativos y de voz de nuevo arranque, de manera de preparar docentes comprometidos con la realidad de la educación y de la sociedad, que por supuesto están íntimamente ligados y con la exacta dosis pedagógica que les garantice las herramientas básicas de la enseñanza de una determinada especialidad con los conocimientos específicos e inherentes a la misma, de manera que aprendan con los mismos procedimientos que esperan emplear en el aula.
Deberán aplicar técnicas que permitan al alumno redescubrir los conocimientos, invitándolos amorosamente a participar de la maravillosa experiencia de aprehender, tal como lo hicieron aquellos que descubrieron o inventaron el mundo que nos rodea.
Tendremos que evitar el uso de la Filosofía como lo hacían los sofistas, enseñando solamente la dialéctica argumentativa, en la creencia que la misma les servirá a futuro.
El trabajo filosófico irá mucho más allá de este mezquino fin, servirá fundamentalmente como ayuda invalorable en el acto de razonar con su máximo esplendor, de manera de favorecer las formas de pensamiento hipotético deductivo, evitando el exceso de información que ahoga el pensamiento, de manera de estimular y acercar plácidamente el gusto por el conocimiento y con el objetivo de lograr ciudadanos responsables y críticos de su realidad, para que puedan cambiarla.
Dentro de este trabajo y en relación a mi profesión de docente y mi actual práctica docente a nivel de maestría en docencia, no puedo dejar de lado el análisis en el camino, que la ciencia actual ha tomado en el mundo y la difícil realidad que se cierne sobre la misma en nuestro país.
Es indudable que estamos viviendo una verdadera Revolución Tecnológica, producto de la Investigación científica, que ha permitido al hombre en muchos campos del conocimiento lograr avances impensados en otras épocas.
Todo esto se ha logrado aplicando el MÉTODO HIPOTÉTICO DEDUCTIVO para el establecimiento de numerosas leyes teóricas que han permitido explicar numerosos hechos y predecir otros aún no observados. Es así que a través de una observación intencionada, no como una simple mirada, en la que se ponen en juego conocimientos previos (hipótesis subyacentes) permite dirigir las investigaciones, conjeturando, como se dice; Leyes Teóricas, que expliquen las leyes empíricas y predigan otras nuevas, que como un feed-back o un ida y vuelta, confirmando las entidades teóricas, establecidas, no a través de una simple mirada, sino por el salto creador del genio científico, que nos abre las puertas para entender la realidad que nos rodea.
Es así, que no resulta sencillo hacer Ciencia. Nosotros en la escuela de alguna manera y equivocadamente reflejamos una idea a nuestros educandos de que aplicando una serie de técnicas y métodos, podemos alcanzar la certidumbre de las cosas, o que de esa manera trabajan los científicos, en forma metódica y simplista. Nada más alejado de la realidad, poder establecer las teorías exige un grado de imaginación creadora que permita idear modelos, enunciados y formulaciones lógicas que guarden concordancia con lo observado y que por supuesto, puedan ser contrastadas y verificadas.
En un principio, enuncié que estábamos viviendo una verdadera Revolución Tecnológica y no Científica, entendiendo por Tecnología el análisis, la creación y puesta a prueba de las nuevas técnicas a través de una investigación conciente.
Por tanto, para que se dé tal revolución es necesaria la Investigación Científica, en todo tiempo y lugar, en forma incesante e ininterrumpida, como una manera de lograr el avance y el futuro mismo de la humanidad.
Es así, que en esta etapa de pos-ciencia, que crudamente vivimos en nuestro país y que también comienza a darse en los países más prósperos y que a pesar de que deberíamos considerar a la Tecnología como Hija de la Ciencia, vemos que la primera ha ocupado en la actualidad el lugar de verdad- poder, que hasta mediados del siglo pasado ocupaba la segunda, entendida como la búsqueda del conocimiento por el conocimiento mismo (lo que llamamos Ciencia Básica).
Se oye decir por ahí, que cuando el país crezca nos podremos dar el lujo de desarrollar nuestra ciencia y tecnología, sin darnos cuenta que para generar riqueza genuina y duradera deberemos producir cuanto antes, destinando los fondos necesarios, una sustancial expansión de nuestra capacidad tecnológica y científica.
Si analizamos la inercia científica en nuestro país, tendremos que buscar las causas, en la despreocupación de los gobiernos y empresarios en esta materia, como a los largos períodos de autoritarismo y persecuciones concomitantes; así como a la falta de políticas claras, racionalizando inteligentemente los escasos recursos y vinculando el área de investigación con la docencia universitaria, en un perfeccionamiento y modernización institucional, que brinde excelencia educativa y cambie la imagen desgastada y añeja de nuestras Universidades.
Y por último que esa política en materia científica logre una mejora en las condiciones laborales y económicas de nuestros investigadores, científicos y que parta del estímulo hacia nuestros jóvenes, para que se dediquen a la ciencia y no se generen las condiciones ideales para la emigración de nuestros cerebros científicos hacia países que los tientan con poderosos y lucrativos alicientes, aprovechando la inversión original de nuestro país en la Universidad; o bien que se dediquen a tareas más lucrativas, desperdiciando genios científicos.
Esta política deberá rescatar a las ciencias denominadas blandas como la Psicología, frente al predominio de las duras, como se denominan a las naturales, de manera de romper el profundo desarraigo entre lo político-social y la ciencia y formar científicos con visión regional y comprometidos con su realidad, evitando construir el científico mexicano a imagen y semejanza de un investigador universal, que en la realidad no existe.
Qué hacer ciencia en México es un desafío, no es nada nuevo, ya que a pesar de los sucesivos recortes presupuestales del gasto corriente en el gobierno, existen pequeñas hazañas que permiten avizorar un futuro más alentador.
Sin embargo en los jóvenes investigadores persiste el ideario y muchos los llevan a la práctica de emigrar hacia países que les ofrecen mejores oportunidades, no sólo económicas, sino también académicas, de perfeccionamiento y de recursos disponibles para la investigación, constituyéndose en una irremediable sangría para el país, que muy difícilmente pueda recuperarlos en el futuro.
Ciencia (en latín scientia, de scire, ‘conocer’), término que en su sentido más amplio se emplea para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la experiencia sensorial objetivamente verificable.
La búsqueda de conocimiento en ese contexto se conoce como ‘ciencia pura’, para distinguirla de la ‘ciencia aplicada’ —la búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico— y de la tecnología, a través de la cual se llevan a cabo las aplicaciones.
Los esfuerzos para sistematizar el conocimiento se remontan a los tiempos prehistóricos, como atestiguan los dibujos que los pueblos del paleolítico pintaban en las paredes de las cuevas, los datos numéricos grabados en hueso o piedra o los objetos fabricados por las civilizaciones del neolítico.
Los testimonios escritos más antiguos de investigaciones protocientíficas proceden de las culturas mesopotámicas, y corresponden a listas de observaciones astronómicas, sustancias químicas o síntomas de enfermedades —además de numerosas tablas matemáticas— inscritas en caracteres cuneiformes sobre tablillas de arcilla. Otras tablillas que datan aproximadamente del 2000 a.C. demuestran que los babilonios conocían el teorema de Pitágoras, resolvían ecuaciones cuadráticas y habían desarrollado un sistema sexagesimal de medidas (basado en el número 60) del que se derivan las unidades modernas para tiempos y ángulos .
En el valle del Nilo, se han descubierto papiros de un período cronológico próximo al de las culturas mesopotámicas que contienen información sobre el tratamiento de heridas y enfermedades, la distribución de pan y cerveza, y la forma de hallar el volumen de una parte de una pirámide. Algunas de las unidades de longitud actuales proceden del sistema de medidas egipcio y el calendario que empleamos es el resultado indirecto de observaciones astronómicas prehelénica.
Filosofía de la ciencia, investigación sobre la naturaleza general de la práctica científica. La filosofía de la ciencia se ocupa de saber cómo se desarrollan, evalúan y cambian las teorías científicas, y si la ciencia es capaz de revelar la verdad de las entidades ocultas y los procesos de la naturaleza. Su objeto es tan antiguo y se halla tan extendido como la ciencia misma. Algunos científicos han mostrado un vivo interés por la filosofía de la ciencia y unos pocos, como Galileo, Isaac Newton y Alberto Einstein, han hecho importantes contribuciones. Numerosos científicos, sin embargo, se han dado por satisfechos dejando la filosofía de la ciencia a los filósofos, y han preferido seguir 'haciendo ciencia' en vez de dedicar más tiempo a considerar en términos generales cómo 'se hace la ciencia'. Entre los filósofos, la filosofía de la ciencia ha sido siempre un problema central; dentro de la tradición occidental, entre las figuras más importantes anteriores al siglo XX destacan Aristóteles, René Descartes, John Locke, David Hume, Immanuel Kant y John Stuart Mill. Gran parte de la filosofía de la ciencia es indisociable de la epistemología, la teoría del conocimiento, un tema que ha sido considerado por casi todos los filósofos.
2.4 EL PROBLEMA DE LA INDUCCIÓN
Los resultados de la observación y experimentación suministran la evidencia para una teoría científica, pero no pueden demostrar que la teoría es correcta. Hasta la generalización empírica más modesta, por ejemplo que toda agua hierve a la misma temperatura, va más allá de lo que puede ser deducido de la evidencia en sentido estricto. Si las teorías científicas no expresaran más que la evidencia que suele sustentarlas, tendrían poca utilidad. No podrían ser utilizadas para predecir el curso de la naturaleza, y carecerían de poder explicativo.
El vínculo no demostrativo o inductivo entre la evidencia y la teoría plantea uno de los problemas fundamentales de la teoría del conocimiento, el problema de la inducción, dada su formulación clásica por David Hume, el filósofo escocés del siglo XVIII.
Hume consideró simples predicciones basadas en observaciones pasadas, por ejemplo, un vaticinio como: el sol saldrá mañana, teniendo en cuenta que se ha observado que siempre salía en el pasado. La vida sería imposible sin anticipar el futuro, pero Hume construyó una argumentación excelente para mostrar que estas inferencias son indefendibles desde presupuestos racionales.
Esta conclusión puede parecer increíble, pero la argumentación de Hume tiene todavía que ser contestada de un modo concluyente. Admitía que las deducciones inductivas han sido por lo menos razonablemente fiables hasta ahora, o no estaríamos vivos para considerar el problema, pero afirmaba que sólo podemos tener una razón para continuar confiando en la inducción si tenemos algún motivo para creer que la inducción seguirá siendo fiable en el futuro.
Hume demostró entonces que tal razón no es posible. El nudo del problema es que pretender que la inducción será una garantía en el futuro es, en sí misma, una predicción y sólo podría ser justificada de manera inductiva, lo que llevaría a una cuestión de principio. En concreto, mantener que la inducción quizá funcionará en el futuro porque ha resultado útil en el pasado es razonar en círculo, asumiendo la inducción para justificarla. Si esta argumentación escéptica es válida, el conocimiento inductivo parece imposible, y no hay un argumento racional que se pueda plantear para disuadir a alguien que opina, por ejemplo, que es más seguro salir de la habitación por las ventanas que por la puerta.
El problema de la inducción se relaciona de forma directa con la ciencia. Sin una respuesta a la argumentación de Hume, no hay razón para creer en ninguno de los aspectos de una teoría científica que vaya más allá de lo que, en realidad, se ha observado. El asunto no es que las teorías científicas no resulten nunca ciertas por completo: esto es o debería ser una verdad obvia. El tema es más bien que no tenemos ninguna razón para suponer, por ejemplo, que el agua que no hemos sometido a prueba hervirá a la misma temperatura que el agua que hemos probado. Los filósofos han realizado un continuo esfuerzo para resistir a esta conclusión escéptica.
Algunos han tratado de demostrar que los modelos científicos para sopesar evidencias y formular inferencias son, de algún modo, racionales por definición; otros, que los éxitos pasados de nuestros sistemas inductivos son susceptibles de emplearse para justificar su uso futuro sin caer en círculos viciosos. Un tercer enfoque sostiene que, aunque no podamos demostrar que la inducción funcionará en el futuro, sí podemos demostrar que lo hará si algún método de predicción lo hace, por lo que es razonable utilizarlo.
Mediante teorías más recientes, algunos filósofos han sostenido que la actual fiabilidad de las prácticas inductivas, algo que Hume no niega, basta para proporcionar conocimiento inductivo sin otro requerimiento que el que la fiabilidad esté justificada.
Karl Popper ha aportado una respuesta más radical al problema de la inducción, una solución que constituye la base de su influyente filosofía de la ciencia.
De acuerdo con Popper, el razonamiento de Hume de que las inferencias son injustificables desde una perspectiva racional es correcto. Sin embargo, esto no amenaza la racionalidad de la ciencia, cuyas inferencias son, aunque parezca lo contrario, deductivas en exclusiva.
La idea central de Popper es que mientras la evidencia nunca implicará que una teoría sea verdadera, puede rebatir la teoría suponiendo que sea falsa. Así, un número de cuervos negros no implica que todos lo cuervos sean negros, pero la presencia de un único cuervo blanco supone que la generalización es falsa.
Los científicos pueden, de esta forma, saber que una teoría es falsa, sin recurrir a la inducción. Además, enfrentados a una elección entre dos teorías opuestas, pueden ejercer una preferencia racional si una de las teorías ha sido refutada pero la otra no; entonces es racional preferir una teoría que podría ser verdad respecto a una que se sabe es falsa.
La inducción nunca entra en escena, de modo que el argumento de Hume pierde fuerza.
Esta ingeniosa solución al problema de la inducción se enfrenta con numerosas objeciones. Si fuera cierta, los científicos nunca tendrían ningún motivo para creer que alguna de sus teorías o hipótesis son siquiera correctas por aproximación o que alguna de las predicciones extraídas de ellas es verdad, ya que estas apreciaciones sólo podrían ser justificadas por vía inductiva.
Además, parece que la posición de Popper ni siquiera permite a los científicos saber que una teoría es falsa, puesto que, según él, la evidencia que podría contradecir una teoría, puede no ser nunca reconocida como correcta. Por desgracia, las inferencias inductivas que los científicos plantean no parecen ni evitables ni justificables.
2.5 EL PROBLEMA DE LA DESCRIPCIÓN
Aunque la discusión de Hume sobre la justificación de la inducción representa un hito en la historia de la filosofía, sólo ofrece una cruda descripción de cómo, para bien o para mal, los métodos inductivos funcionan en realidad. Mantenía que la inferencia inductiva es sólo un hábito de formación. Al haber visto muchos cuervos negros, de modo tácito aplicamos la regla 'más de lo mismo' y suponemos que el próximo cuervo que encontremos será también negro.
Esto, como es evidente, no hace justicia a la práctica inferencial de los científicos, ya que éstos infieren a partir de la observación de entidades de una clase para llegar a la existencia y comportamiento de entidades de una clase muy diferente y a menudo no observable. 'Más de lo mismo' no llevará a los científicos desde lo que se ve en el laboratorio a la existencia de los electrones o los campos electromagnéticos.
¿Cómo comprueban entonces los científicos sus teorías, sopesan la evidencia y establecen inferencias? Este es el problema de la descripción en contraste con el problema de la justificación de Hume.
El problema descriptivo puede parecer fácil de resolver: sólo hay que preguntar a los científicos que describan lo que hacen. Es una ilusión. Los científicos pueden ser eficaces sopesando evidencias, pero no son eficaces ofreciendo una declaración de principios que recoja cómo llegan a ellos. Esto no es más sorprendente que el hecho de que los nativos de habla inglesa sean incapaces de explicar los principios por los que diferencian las oraciones gramaticales de las no gramaticales. Lo más sorprendente es cuán difícil ha sido resolver el problema de la inducción incluso para los filósofos de la ciencia que han dedicado a ello su actividad.
Quizá la forma más corriente de mostrar cómo se comprueban las teorías sea mediante el modelo hipotético-deductivo, según el cual las teorías se comprueban examinando las predicciones que implican. La evidencia que muestra que una predicción es correcta, confirma la teoría; la evidencia incompatible con la predicción, rebate la teoría, y cualquier otra evidencia es irrelevante. Si los científicos tienen una evidencia suficiente que corrobora y una no evidencia que rebate, pueden inferir que la teoría examinada es correcta.
Este modelo, aunque es aproximado, parece en principio ser un reflejo razonable de la práctica científica, pero está envuelto en dificultades concretas. La mayoría de éstas demuestran que el modelo hipotético-deductivo es demasiado permisivo, al tratar evidencias irrelevantes como si aportaran certezas materiales.
Para mencionar tan sólo un problema, la mayoría de las teorías científicas no implican ninguna consecuencia observable por sí misma, sino sólo al relacionarse en conjunto con otras suposiciones de base. Si no hay alguna clase de restricción sobre las suposiciones admisibles, el modelo permitiría considerar cualquier observación como evidencia para casi cualquier teoría. Esto es un resultado absurdo, pero es difícil en extremo especificar las restricciones apropiadas.
Dadas las dificultades que afronta el modelo hipotético-deductivo, algunos filósofos han reducido sus miras y han intentado dar un modelo mejor de refuerzo inductivo para una serie de casos más limitada. El caso más sencillo es una generalización empírica del tipo 'todos los cuervos son negros'. Aquí parece claro que los cuervos negros apoyan la hipótesis, los cuervos no negros la refutan, y los no cuervos son irrelevantes. Aún así, esta modesta consideración entraña otros problemas. Supongamos que aplicamos el mismo tipo de consideración a la hipótesis un tanto exótica de que todas las cosas no negras no son cuervos. Los no negros no cuervos (flores blancas, por ejemplo) la apoyan, los cuervos no negros la refutan, y los objetos son irrelevantes.
El problema surge cuando observamos que esta hipótesis equivale a la hipótesis original del cuervo; decir que todas las cosas no negras son no cuervos es sólo un modo poco usual de decir que todos los cuervos son negros. Entonces ¿cualquier evidencia que apoye una hipótesis apoya la otra? Esto nos deja, sin embargo, con la conclusión bastante extraña de que las flores blancas proporcionan la evidencia de que todos los cuervos son negros. Esta paradoja del cuervo parece un truco lógico, pero ha resultado muy difícil de resolver.
Un reciente trabajo sobre el problema de los métodos de descripción inferencial en la ciencia ha tratado de evitar la debilidad del modelo hipotético- deductivo yendo más allá de las relaciones lógicas para responder a la conexión de la evidencia con la teoría. Algunas consideraciones intentan describir cómo la plausibilidad de teorías e hipótesis puede variar conforme se va avanzando en las comprobaciones, y han enlazado esta idea con un cálculo formal de probabilidades.
Otras apelan al contenido específico de las hipótesis sometidas a comprobación, en especial las afirmaciones causales que hacen muchas de ellas. En el siglo XIX, John Stuart Mill dio cuenta de las inferencias desde los efectos a las causas que puede ser extendida para aportar un modelo de inferencia científica. Uno de los procedimientos por el que se ha intentado esa expansión ha sido recurriendo al concepto de explicación. La idea básica del modelo de inducción para la mejor explicación es que los científicos infieren desde la evidencia válida a la hipótesis que, de ser correcta, proporcionaría la mejor explicación de esa evidencia.
Si la inferencia para la mejor explicación debe de ser algo más que un eslogan, sin embargo, se requiere alguna consideración independiente de explicación científica. El punto de partida para la mayoría del trabajo filosófico contemporáneo sobre la naturaleza de la explicación científica es el modelo deductivo-nomológico, según el cual una explicación científica es una deducción de una descripción del fenómeno para ser explicada desde un conjunto de premisas que incluye, por lo menos, una ley de la naturaleza. Así, se podría explicar por qué sube el mercurio en un termómetro señalando el ascenso de la subida en la temperatura a partir de una ley que relaciona la temperatura y el volumen de los metales.
El tema aquí es saber qué hace que algo sea una ley de la naturaleza, otro de los tópicos centrales de la filosofía de la ciencia. No todas las generalizaciones verdaderas son leyes de la naturaleza. Por ejemplo, la afirmación de que todas las esferas de oro tienen un diámetro de menos de diez millas es una verdad presumible pero no es una ley. Las genuinas leyes de la naturaleza parecen tener un tipo de necesidad de la que carece la afirmación sobre las esferas de oro. Describen no sólo cómo funcionan las cosas en realidad sino cómo, de algún modo, deben funcionar. Sin embargo, está lejos de ser evidente cómo tendría que articularse esta noción de necesidad.
Otra dificultad para el modelo deductivo-nomológico de explicación es que, al igual que el modelo hipotético-deductivo de comprobación, con el cual mantiene una notable similitud estructural, este modelo también es demasiado permisivo. Por ejemplo, el periodo (la duración de una oscilación) de un péndulo determinado puede deducirse de la ley que se refiere al periodo y recorrido de los péndulos en general, junto con el recorrido de ese péndulo determinado. El recorrido del péndulo es considerado de modo habitual como explicativo del periodo. Sin embargo, la deducción puede llevarse a cabo en el sentido opuesto: es posible calcular el recorrido de un péndulo si se conoce su periodo.
Pero el periodo no está considerado por lo común como explicativo del recorrido del péndulo. De este modo, mientras que la deducción funciona en ambos sentidos, se considera que la explicación va sólo en un único sentido. Dificultades de esta índole han llevado a algunos filósofos a desarrollar procesos causales de explicación, según los cuales explicamos los acontecimientos aportando información sobre sus procesos causales. Este enfoque es atractivo, pero pide un análisis de causalidad, un proyecto que se enfrenta a muchas de las mismas dificultades que tenía analizar las leyes de la naturaleza.
Además, se necesita decir más sobre qué causas de un acontecimiento lo explican. El Big Bang es presumiblemente parte de la historia causal de cada acontecimiento, pero no aporta una explicación adecuada para la mayoría de ellos. Una vez más, hay un problema de permisividad excesiva.
2.7 REALISMO E INSTRUMENTALISMO
Uno de los objetivos de la ciencia es salvar los fenómenos, construir teorías que supongan una descripción correcta de los aspectos observables del mundo. De particular importancia es la capacidad para predecir lo que es observable pero todavía no es observado, ya que una predicción precisa hace factible la aplicación de la ciencia a la tecnología. Lo que resulta más controvertido es si la ciencia debe también aspirar a la verdad sobre aquello que no es observable, sólo por comprender el mundo, incluso sin un propósito práctico.
Aquellos que pretenden que la ciencia debería, y que así lo hace, ocuparse de revelar la estructura oculta del mundo son conocidos como realistas. Para éstos, las teorías tratan de describir esa estructura. Por oposición, aquellos que dicen que la labor de la ciencia es sólo salvar los fenómenos observables son conocidos como instrumentalistas, ya que para ellos las teorías no son descripciones del mundo invisible sino instrumentos para las predicciones sobre el mundo observable. La disputa entre realistas e instrumentalistas ha sido un tema constante en la historia de la filosofía de la ciencia.
Los científicos realistas no afirman que todo en la ciencia actual es correcto pero, como era de esperar, afirman que las mejores teorías actuales son poco más o menos verdaderas, que la mayoría de las entidades a las que se refieren existen en realidad, y que en la historia de la ciencia las últimas teorías en un campo concreto han estado por lo común más próximas a la verdad que las teorías que sustituían. Para los realistas, el progreso científico consiste sobre todo en generar descripciones cada vez más amplias y exactas de un mundo en su mayor parte invisible.
Algunos instrumentalistas niegan que las teorías puedan describir aspectos no observables del mundo, sobre la base de que no se pueden llenar de significado, las descripciones de lo que no puede ser observado. Según esta idea, las teorías de alto nivel son ingenios de cálculo sin significado literal: no son más descripciones del mundo, que lo que son los circuitos de una calculadora electrónica.
Otros instrumentalistas han afirmado que las teorías son descripciones, pero sólo del mundo observable. Hablar de partículas atómicas y campos gravitatorios, sólo es en realidad una taquigrafía de descripciones de interpretaciones punteras y un movimiento observable.
La versión contemporánea más influyente del instrumentalismo, conocida como empirismo constructivo, adopta una tercera vía. El significado de las teorías tiene que ser creído literalmente. Si una teoría parece contar una historia sobre partículas invisibles, entonces esa es la historia que se cuenta. Los científicos, sin embargo, nunca tienen derecho o necesidad de creer que esas historias son verdad. Todo lo más que puede o necesita ser conocido es que los efectos observables de una teoría —pasada, presente y futura— son verdaderos. La verdad del resto de la teoría es cómo pueda ser: toda la cuestión es que la teoría, cuenta una historia que produce sólo predicciones verdaderas acerca de lo que, en principio, pudiera ser observado.
El debate entre realistas e instrumentalistas ha generado argumentos por parte de ambas escuelas. Algunos realistas han montado un razonamiento de no milagro. Realistas e instrumentalistas están de acuerdo en que nuestras mejores teorías en las ciencias físicas han tenido un notable éxito de predicción. El realista mantiene que este éxito sería un milagro si las teorías no fueran por lo menos verdaderas por aproximación.
Desde un punto de vista lógico es posible que una historia falsa en su totalidad sobre entidades y procesos no observables pudiera suponer todas esas predicciones verdaderas, pero creer esto es bastante improbable y, por lo tanto, irracional. Planteado el supuesto de que a una persona se le da un mapa muy detallado, cuyo contenido describe con gran detalle el bosque en el que se encuentra, incluso muchos desfiladeros y picos de montañas inaccesibles.
Examina el mapa contrastando los datos en diferentes lugares y, en cada caso, lo que ve es justo como lo pinta el mapa. Queda la posibilidad de que el mapa sea incorrecto por completo en las zonas que no ha examinado, pero esto no resulta verosímil. El realista mantiene que la situación es análoga para toda teoría científica que haya sido bien comprobada.
Los instrumentalistas han hecho numerosas objeciones al razonamiento del 'no milagro'. Algunos han afirmado que incurre en la petición de principio, tanto como el argumento considerado con anterioridad, de que la deducción funcionará en el futuro porque ha funcionado en el pasado. Inferir del éxito observado de una teoría científica la verdad de sus afirmaciones sobre los aspectos no observables del mundo es utilizar en concreto el modo de deducción cuya legitimidad niegan los instrumentalistas.
Otra objeción es que la verdad de la ciencia actual no es en realidad la mejor explicación de su éxito de observación. Según esta objeción, Popper estaba en lo cierto, al menos, cuando afirmó que la ciencia evoluciona a través de la supresión de las teorías que han fracasado en la prueba de la predicción. No es de extrañar que se piense, por lo tanto, que las teorías que ahora se aceptan han tenido éxito en cuanto a la predicción: si no lo hubieran tenido, ahora no las aceptaríamos.
Así, la hipótesis que mantiene que nuestras teorías son ciertas no necesita explicar su éxito de predicción. Por último, algunos instrumentalistas recurren a lo que se conoce como la indeterminación de la teoría por los datos. No importa el grado de validez de la evidencia, sabemos que hay en principio innumerables teorías, incompatibles entre sí, pero todas compatibles con esa evidencia.
Como mucho, una de esas teorías puede ser verdadera. Tal vez si la objeción resulta válida, es poco probable que la teoría elegida como eficaz sea la verdadera. Desde este punto de vista, lo que sería milagroso no es que las teorías de éxito a las que llegan los científicos sean falsas, sino que sean verdaderas.
Una de los razonamientos recientes más populares de los instrumentalistas es la 'inducción pesimista'. Desde el punto de vista de la ciencia actual, casi todas las teorías complejas con más de cincuenta años pueden ser entendidas como falsas.
Esto se oculta a menudo en la historia de la ciencia que presentan los libros de texto de ciencia elementales, pero, por ejemplo, desde el punto de vista de la física contemporánea, Kepler se equivocaba al afirmar que los planetas se mueven en elipses, y Newton al sostener que la masa de un objeto es independiente de su velocidad. Pero si todas las teorías pasadas han sido halladas incorrectas, entonces la única deducción razonable es que todas, o casi todas, las teorías actuales serán consideradas erróneas de aquí a otro medio siglo.
En contraste con esta discontinuidad en la historia de las teorías, según el instrumentalismo se ha producido un crecimiento constante y sobre todo acumulativo en el alcance y precisión de sus predicciones observables. Cada vez han llegado a ser mejores salvando los fenómenos, su único cometido apropiado.
Se han planteado varias respuestas a la inducción pesimista. La mayoría de los realistas han aceptado tanto la premisa de que las teorías del pasado han sido falsas y la conclusión de que las teorías actuales serán quizá falsas también. Sin embargo, han insistido en que todo esto es compatible con la afirmación central realista de que las teorías tienden a mejorar las descripciones del mundo respecto a aquéllas a las que reemplazan. Algunos realistas también han acusado a los instrumentalistas de exagerar el grado de discontinuidad en la historia de la ciencia. Se puede cuestionar también la validez de una deducción desde el grado de falsedad pretérito al actual. De acuerdo con los realistas, las teorías actuales han sustituido a sus predecesoras porque ofrecen un mejor tratamiento de la evidencia cada vez más amplio y preciso; por eso está poco claro por qué la debilidad de las viejas teorías debería ir en contra de las que las sucedan.
Aunque realistas e instrumentalistas discrepan sobre la capacidad de la ciencia para describir el mundo invisible, casi todos coinciden en que la ciencia es objetiva, porque descansa sobre evidencias objetivas. Aunque algunos resultados experimentales son inevitablemente erróneos, la historia de la evidencia es en gran parte acumulativa, en contraste con la historia de las teorías de alto nivel. En resumen, los científicos sustituyen las teorías pero aumentan los datos. Sin embargo, esta idea de la objetividad y autonomía de la evidencia observacional de las teorías científicas ha sido criticada, sobre todo en los últimos 30 años.
La objetividad de la evidencia ha sido rechazada partiendo de la premisa de que la evidencia científica está, de manera inevitable, contaminada por las teorías científicas. No es sólo que los científicos tiendan a ver lo que quieren ver, sino que la observación científica es sólo posible en el contexto de presuposiciones teóricas concretas.
La observación es "teoría cargada". En una versión extrema de esta idea, las teorías no pueden ser probadas, ya que la evidencia siempre presupondrá la misma teoría que se supone tiene que probar. Versiones más moderadas permiten alguna noción de la prueba empírica, pero siguen introduciendo discontinuidades históricas en la evidencia para compararla con las discontinuidades a nivel teórico. Si todavía es posible hacer algún juicio del progreso científico, no puede ser en términos de acumulación de conocimiento, ya se trate de un enfoque teórico o desde el punto de vista de la observación.
Si la naturaleza de la evidencia cambia conforme cambian las teorías científicas, y la evidencia es nuestro único acceso a los hechos empíricos, entonces quizá los hechos también cambien. Este es el relativismo en la ciencia, cuyo representante reciente más influyente es Thomas Kuhn. Al igual que el gran filósofo alemán del siglo XVIII Immanuel Kant, Kuhn mantiene que el mundo que la ciencia investiga debe ser un mundo hasta cierto punto constituido por las ideas de aquellos que lo estudian.
Esta noción de la constitución humana del mundo no es fácil de captar. No ocurre lo mismo que en la visión idealista clásica que explica que los objetos físicos concretos sólo son en realidad ideas reales o posibles, implicando que algo es considerado como objeto físico o como un objeto de cierto tipo, por ejemplo una estrella o un planeta, sólo en la medida en la que la gente así los categoriza.
Para Kant, la contribución que parte de la idea y lleva a la estructura del mundo es sustancial e inmutable. Consiste en categorías muy generales tales como espacio, tiempo y causalidad. Para Kuhn, la contribución es asimismo sustancial, pero también muy variable, ya que la naturaleza de la contribución viene determinada por las teorías y prácticas concretas de una disciplina científica en un momento determinado.
Cuando esas teorías y prácticas cambian, por ejemplo, en la transición desde la mecánica newtoniana a las teorías de Einstein, también cambia la estructura del mundo sobre la que tratan este conjunto de teorías. La imagen de los científicos descubriendo más y más sobre una realidad idea independiente aparece aquí rechazada por completo.
Aunque radical desde el plano metafísico, el concepto de ciencia de Kuhn es conservador desde una perspectiva epistemológica. Para él, las causas del cambio científico son, casi de forma exclusiva, intelectuales y pertenecen a una reducida comunidad de científicos especialistas. Hay, sin embargo, otras opciones actuales de relativismo sobre la ciencia que rechazan esta perspectiva de carácter interno, e insisten en que las principales causas del cambio científico incluyen factores sociales, políticos y culturales que van mucho más allá de los confines del laboratorio.
Ya que no hay razón para creer que estos factores variables conducen al descubrimiento de la verdad, esta idea social constructivista de la ciencia es quizás casi más hostil al realismo científico que lo es la posición kuhniana.
Los realistas científicos no han eludido estos desafíos. Algunos han acusado a los relativistas de adoptar lo que viene a ser una posición de autocontradicción. Si, como se afirma, no hay nada que sea verdad, esta afirmación tampoco puede ser entonces verdadera.
Los realistas han cuestionado también la filosofía del lenguaje latente detrás de la afirmación de Kuhn de que las sucesivas teorías científicas se refieren a diferentes entidades y fenómenos, manteniendo que el constructivismo social ha exagerado la influencia a largo plazo de los factores no cognitivos sobre la evolución de la ciencia. Pero el debate de si la ciencia es un proceso de descubrimiento o una invención es tan viejo como la historia de la ciencia y la filosofía, y no hay soluciones claras a la vista. Aquí, como en otras partes, los filósofos han tenido mucho más éxito en poner de manifiesto las dificultades que en resolverlas. Por suerte, una valoración de cómo la práctica científica resiste una explicación puede iluminar por sí misma la naturaleza de la ciencia.
2.9 TEORÍA DEL CONOCIMIENTO / EPISTEMOLOGÍA
(del griego, episteme, 'conocimiento'; logos, 'teoría')
Rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean la teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido. He aquí unos de los grandes temas de la filosofía de todos los tiempos : Elucidar en que consiste el acto de conocer, cual es la esencia del conocimiento, cual es la relación cognoscitiva entre el hombre y las cosas que lo rodean. A pesar de que es una operación cotidiana no hay un acuerdo acerca de lo que sucede cuando conocemos algo. La definición más sencilla nos dice que conocer consiste en obtener una información acerca de un objeto. Conocer es conseguir un dato o una noticia sobre algo. El conocimiento es esa noticia o información acerca de ése objeto.
La teoría del conocimiento es una doctrina filosófica. Para precisar su ubicación en el todo que es la filosofía, es necesario que antes aparezca una definición esencial de esta.
Una definición esencial de la filosofía se podría obtener atendiendo el significado de la palabra. El término filosofía deriva del griego y quiere decir amor a la sabiduría o , lo que es lo mismo, deseo de saber, de conocer. Inmediatamente se nota que no se puede de obtener de la filosofía una definición esencial, y por lo tanto, obligatoriamente se debe de emplear otro método.
Por ejemplo la definición de filosofía que presentan Platón y Aristóteles como ciencia pura, es respectivamente la búsqueda de la virtud o de la felicidad.
Como dice Dilthey: ¨Lo primero que debemos intentar es descubrir un objetivo común contenido en todos aquellos sistemas a cuya vista se constituyen todos aquellos sistemas de la filosofía".
Estos sistemas son los de Platón y Aristóteles, Descartes y Leibnitz, Kant y Hegel ya que en todos ellos hallaremos una inclinación en la universalidad, una orientación en la totalidad objetiva por ejemplo: el ser, la esencia, el conocimiento.
En los principios de la edad moderna retomamos los caminos del concepto Aristotélico (tiene como centro una ciencia universal del ser). Los sistemas de Descartes, Spinoza y Leibnitz, presentan la misma orientación que caracteriza al Estagirita, ya que todos tienden al conocimiento del mundo objetivo. Kant por el contrario revive el estilo Platónico (procura elevar la vida, con todos sus conceptos a la conciencia filosófica).
Es verdad que Kant en su primera manifestación surge como una teoría del conocimiento o como base crítica del estudio científico. Pero no se detiene en el ámbito teórico sino que avanza a formular la base crítica de todos los campos conocibles. Al lado de la Crítica de la razón pura, se encuentra la Crítica de la razón práctica, que aborda el tema de la valorización moral, y la Crítica del juicio, cuyo objetivo son las investigaciones críticas de los valores estéticos. Así pues, en Kant aparece la filosofía como una reflexión universal del pensamiento sobre sí mismo, como una reflexión del hombre estudioso sobre los valores de su conducta.
La supresión de todos los principios materiales y objetivos, los cuales existen indudablemente en Kant, de manera que la filosofía asume un carácter puramente formal y metodológico. Ésta postura intelectual provoca una reacción que forja un nuevo movimiento en el pensamiento filosófico, el cual vuelve a inclinarse a lo material y objetivo, constituyendo una renovación del carácter aristotélico.
Éste breve repaso de toda la evolución histórica del pensamiento filosófico, nos permite determinar otros dos elementos del concepto esencial de la filosofía. Al primero se conoce con la expresión "concepción del yo"; al segundo se le llama "concepción del universo". La filosofía es ambas cosas: una concepción del yo y una concepción del universo.
En todo conocimiento podemos distinguir cuatro elementos:
- El sujeto que conoce.
- El objeto conocido.
- La operación misma de conocer.
- El resultado obtenido que es la información recabada acerca del objeto.
Dicho de otra manera: el sujeto se pone en contacto con el objeto y obtiene una información acerca del mismo. Cuando existe congruencia o adecuación entre el objeto y la representación interna correspondiente, decimos que estamos en posesión de una verdad.
2.10 PROBLEMAS FILOSÓFICOS GRIEGOS Y MEDIEVALES.
En el siglo V a.C., los sofistas griegos cuestionaron la posibilidad de que hubiera un conocimiento fiable y objetivo. Por ello, uno de los principales sofistas, Gorgias, afirmó que nada puede existir en realidad, que si algo existe no se puede conocer, y que si su conocimiento fuera posible, no se podría comunicar.
Otro sofista importante, Protágoras, mantuvo que ninguna opinión de una persona es más correcta que la de otra, porque cada individuo es el único juez de su propia experiencia. Platón, siguiendo a su ilustre maestro Sócrates, intentó contestar a los sofistas dando por sentado la existencia de un mundo de formas o ideas, invariables e invisibles, sobre las que es posible adquirir un conocimiento exacto y certero. Mantenía que las cosas que uno ve y palpa son copias imperfectas de las formas puras estudiadas en matemáticas y filosofía
Por consiguiente, sólo el razonamiento abstracto de esas disciplinas proporciona un conocimiento verdadero, mientras que la percepción facilita opiniones vagas e inconsistentes. Concluyó que la contemplación filosófica del mundo oculto de las ideas es el fin más elevado de la existencia humana.
Aristóteles siguió a Platón al considerar el conocimiento abstracto superior a cualquier otro, pero discrepó de su juicio en cuanto al método apropiado para alcanzarlo. Aristóteles mantenía que casi todo el conocimiento se deriva de la experiencia. El conocimiento se adquiere ya sea por vía directa, con la abstracción de los rasgos que definen a una especie, o de forma indirecta, deduciendo nuevos datos de aquellos ya sabidos, de acuerdo con las reglas de la lógica.
La observación cuidadosa y la adhesión estricta a las reglas de la lógica, que por primera vez fueron expuestas de forma sistemática por Aristóteles, ayudarían a superar las trampas teóricas que los sofistas habían expuesto. Las escuelas estoica y epicúrea coincidieron con Aristóteles en que el conocimiento nace de la percepción pero, al contrario que Aristóteles y Platón, mantenían que la filosofía había de ser considerada como una guía práctica para la vida y no como un fin en sí misma.
Después de varios siglos de declive del interés por el conocimiento racional y científico, el filósofo escolástico, santo Tomás de Aquino y otros filósofos de la edad media ayudaron a devolver la confianza en la razón y la experiencia, combinando los métodos racionales y la fe en un sistema unificado de creencias. Tomás de Aquino coincidió con Aristóteles en considerar la percepción como el punto de partida y la lógica como el procedimiento intelectual para llegar a un conocimiento fiable de la naturaleza, pero estimó que la fe en la autoridad bíblica era la principal fuente de la creencia religiosa.
2.11 LOS TRES NIVELES DEL CONOCIMIENTO.
El ser humano puede captar un objeto en tres diferentes niveles, sensible, conceptual y holístico. El conocimiento sensible consiste en captar un objeto por medio de los sentidos; tal es el caso de las imágenes captadas por medio de la vista. Gracias a ella podemos almacenar en nuestra mente las imágenes de las cosas, con color, figura y dimensiones. Los ojos y los oídos son los principales sentidos utilizados por el ser humano. Los animales han desarrollado poderosamente el olfato y el tacto.
En segundo lugar, tenemos el conocimiento conceptual, que consiste en representaciones invisibles, inmateriales, pero universales y esenciales. La principal diferencia entre el nivel sensible y el conceptual reside en la singularidad y universalidad que caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de conocimiento. El conocimiento sensible es singular y el conceptual universal. Por ejemplo, puedo ver y mantener la imagen de mi padre; esto es conocimiento sensible, singular. Pero además, puedo tener el concepto de padre, que abarca a todos los padres; es universal.
El concepto de padre ya no tiene color o dimensiones; es abstracto. La imagen de padre es singular, y representa a una persona con dimensiones y figura concretas. En cambio el concepto de padre es universal (padre es el ser que da vida a otro ser). La imagen de padre sólo se aplica al que tengo en frente. En cambio, el concepto de padre se aplica a todos los padres. Por esto decimos que la imagen es singular y el concepto es universal.
En tercer lugar tenemos el conocimiento holístico (también llamado intuitivo, con el riesgo de muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado hasta para hablar de premoniciones y corazonadas). En este nivel tampoco hay colores, dimensiones ni estructuras universales como es el caso del conocimiento conceptual. Intuir un objeto significa captarlo dentro de un amplio contexto, como elemento de una totalidad, sin estructuras ni límites definidos con claridad. La palabra holístico se refiere a esta totalidad percibida en el momento de la intuición (holos significa totalidad en griego). La principal diferencia entre el conocimiento holístico y conceptual reside en las estructuras.
El primero carece de estructuras, o por lo menos, tiende a prescindir de ellas. El concepto, en cambio, es un conocimiento estructurado. Debido a esto, lo percibido a nivel intuitivo no se puede definir, (definir es delimitar), se capta como un elemento de una totalidad, se tiene una vivencia de una presencia, pero sin poder expresarla adecuadamente.
Aquí está también la raíz de la dificultad para dar ejemplos concretos de este conocimiento. Intuir un valor, por ejemplo, es tener la vivencia o presencia de ese valor y apreciarlo como tal, pero con una escasa probabilidad de poder expresarla y comunicarla a los demás.
Un ejemplo de conocimiento holístico o intuitivo es el caso de un descubrimiento en el terreno de la ciencia. Cuando un científico vislumbra una hipótesis explicativa de los fenómenos que estudia, podemos decir que ese momento tiene un conocimiento holístico, es decir, capta al objeto estudiado en un contexto amplio en donde se relaciona con otros objetos y se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios y sus características. El trabajo posterior del científico, una vez que ha vislumbrado una hipótesis, consiste en traducir en términos estructurados ( conceptos) la visión que ha captado en el conocimiento holístico, gracias a un momento de inspiración.
La captación de valores nos ofrece el mejor ejemplo de conocimiento holístico. Podemos ver a un ser humano enfrente de nosotros (esto es un conocimiento sensible o de primer nivel). Podemos captar el concepto de hombre y definirlo (esto es un conocimiento conceptual o de segundo nivel). Pero además, podemos vislumbrar el valor de este hombre en concreto dentro de su familia. Percibimos su valor y lo apreciamos. Esto es un conocimiento holístico o de tercer nivel.
La experiencia estética nos proporciona otro ejemplo de conocimiento holístico. Percibir la belleza de una obra de arte significa captar ese objeto sin estructuras, sin conceptos, simplemente deteniéndose en la armonía, congruencias y afinidades con el propio sujeto. Debido a esto, la experiencia estética se puede denominar también conocimiento por con naturalidad.
2.12 EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO.
2.12.1.- Racionalismo.
Se denomina racionalismo a la doctrina epistemológica que sostiene que la causa principal del conocimiento reside en el pensamiento, en la razón. Afirma que un conocimiento solo es realmente tal, cuando posee necesidad lógica y validez universal. El planteamiento mas antiguo del racionalismo aparece en Platón. El tiene la íntima convicción de que el conocimiento verdadero debe distinguirse por la posesión de las notas de la necesidad lógica y de la validez universal.
2.12.2.- El empirismo.
Frente a la tesis del racionalismo, el pensamiento, la razón, es el único principio del conocimiento, el empirismo ( del griego Empereimía = experiencia ) opone la antitesis: la única causa del conocimiento humano es la experiencia. Según el empirismo, no existe un patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente no obtiene sus conceptos de la razón , sino exclusivamente de la experiencia. El espíritu humano, por naturaleza, está desprovisto de todo conocimiento.
El racionalismo es guiado por la idea determinada, por el conocimiento ideal, mientras que el empirismo, se origina en los hechos concretos.
Los racionalistas casi siempre surgen de la matemática; los defensores del empirismo, según lo prueba su historia, frecuentemente vienen de las ciencias naturales. Esto se entiende sin esfuerzo. La experiencia es el factor determinante en las ciencias naturales.
En ellas, lo más importante es la comprobación exacta de los hechos por medio de una cuidadosa observación. El investigador depende totalmente de la experiencia. Suelen distinguirse dos clases de experiencia: una interna y otra externa. El fundamento de un conocimiento válido, no se encuentra en la experiencia, sino en el pensamiento.
1.12.3.- Apriorismo.
En la historia de la Filosofía existe también un segundo esfuerzo de intermediación entre el racionalismo y el empirismo: el apriorismo. El cual también considera que la razón y la experiencia son a causa del conocimiento. Pero se diferencia del intelectualismo porque establece una relación entre la razón y la experiencia, en una dirección diametralmente opuesta a la de éste. En la tendencia de apriorismo, se sostiene que nuestro conocimiento posee algunos elementos a priori que son independientes de la experiencia. Esta afirmación también pertenece al racionalismo.
Si relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con los dos extremos contrarios entre los cuales pretenden mediar, inmediatamente descubriríamos que el intelectualismo tiene afinidad con el empirismo, mientras que el apriorismo, se acerca al racionalismo. El intelectualismo forma sus conceptos de la experiencia; el apriorismo rechaza tal conclusión y establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y no de la experiencia.
2.13 LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.
2.13.1.- El dogmatismo.
Para el, resulta comprensible el que el sujeto, la conciencia cognoscente, aprehenda su objeto, esta actitud se fundamenta en una confianza total en la razón humana, confianza que aún no es debilitada por la duda.
El dogmatismo supone absolutamente la posibilidad y realidad del contacto entre el sujeto y el objeto.
Para Kant el dogmatismo es la actitud de quien estudia la metafísica sin haber determinado con anterioridad cuál es la capacidad de la razón humana para tal estudio.
2.13.2 .-El escepticismo.
El dogmatismo frecuentemente se transforma en su opuesto, en el escepticismo. Mientras que el dogmatismo considera que la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto es comprensible en sí misma, el escepticismo niega tal posibilidad. El sujeto no puede aprehender al objeto, afirma el escepticismo.
Por tanto, el conocimiento, considerado como la aprehensión real de un objeto, es imposible. Según esto, no podemos externar ningún juicio, y debemos abstenernos totalmente de juzgar.
Mientras que el dogmatismo en cierta forma ignora al sujeto, el escepticismo desconoce al objeto.
El escepticismo se puede hallar, principalmente, en la antigüedad. Su fundador fue Pirrón de Elis ( 360 a 270 ) . El afirma que no puede lograrse un contacto entre el sujeto y el objeto. La conciencia y cognoscente esta imposibilitada para aprehender su objeto.
2.13.3.- El subjetivismo y el relativismo.
El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna. El subjetivismo y el relativismo no son tan radicales. Con ellos se afirma que si existe una verdad; sin embargo, tal verdad tiene una validez limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga. El relativismo afirma que no existe alguna verdad, alguna verdad absolutamente universal.
El subjetivismo y el relativismo son análogos, en su contenido, al escepticismo. En efecto, ambos niegan la verdad; no en forma directa como el escepticismo, pero sí en forma indirecta al dudar de su validez universal.
2.13.4.- El pragmatismo.
El escepticismo presenta una actitud esencialmente negativa. Formula la negación de la posibilidad del conocimiento. El escepticismo adquiere un cariz positivo en el pragmatismo moderno. El pragmatismo, al igual que el escepticismo, desecha el concepto de la verdad considerado como concordancia.
El pragmatismo cambia el concepto de la verdad en cuanto que es originado por una peculiar concepción de lo que es el ser humano. Dentro de tal concepción el hombre no es primordialmente un ser especulativo y pensante, sino un ser práctico, un ser volitivo.
2.13.5.- El criticismo.
Existe una tercer postura que resolvería la antitesis en una síntesis. Esta postura intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo recibe el nombre de criticismo. Al igual que el dogmatismo, el criticismo admite una confianza fundamental en la razón humana.
El criticismo está convencido de que es posible el conocimiento de que existe la verdad. Pero mientras que tal confianza conduce al dogmatismo, a la aceptación candorosa, para decirlo en alguna forma, de todas las aseveraciones de la razón humana y al no fijar límites al poder del conocimiento humano, el criticismo pone, junto a la confianza general en el conocimiento humano, una desconfianza hacia cada conocimiento particular, acercándose al escepticismo por esto.
El criticismo examina todas y cada una de las aseveraciones de la razón humana y nada acepta con indiferencia.
Desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX la cuestión principal en epistemología contrastó la razón contra el sentido de percepción como medio para adquirir el conocimiento. Para los racionalistas, entre los más destacados el francés René Descartes, el holandés Baruch Spinoza y el alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz, la principal fuente y prueba final del conocimiento era el razonamiento deductivo basado en principios evidentes o axiomas. Para los empiristas, empezando por los filósofos ingleses Francis Bacon y John Locke, la fuente principal y prueba última del conocimiento era la percepción.
Bacon inauguró la nueva era de la ciencia moderna criticando la confianza medieval en la tradición y la autoridad y aportando nuevas normas para articular el método científico, entre las que se incluyen el primer grupo de reglas de lógica inductiva formuladas. Locke criticó la creencia racionalista de que los principios del conocimiento son evidentes por una vía intuitiva, y argumentó que todo conocimiento deriva de la experiencia, ya sea de la procedente del mundo externo, que imprime sensaciones en la mente, ya sea de la experiencia interna, cuando la mente refleja sus propias actividades. Afirmó que el conocimiento humano de los objetos físicos externos está siempre sujeto a los errores de los sentidos y concluyó que no se puede tener un conocimiento certero del mundo físico que resulte absoluto.
El filósofo irlandés George Berkeley estaba de acuerdo con Locke en que el conocimiento se adquiere a través de las ideas, pero rechazó la creencia de Locke de que es posible distinguir entre ideas y objetos. El filósofo escocés David Hume siguió con la tradición empirista, pero no aceptó la conclusión de Berkeley de que el conocimiento consistía tan sólo en ideas. Dividió todo el conocimiento en dos clases: el conocimiento de la relación de las ideas —es decir, el conocimiento hallado en las matemáticas y la lógica, que es exacto y certero pero no aporta información sobre el mundo— y el conocimiento de la realidad —es decir, el que se deriva de la percepción. Hume afirmó que la mayor parte del conocimiento de la realidad descansa en la relación causa-efecto, y al no existir ninguna conexión lógica entre una causa dada y su efecto, no se puede esperar conocer ninguna realidad futura con certeza. Así, las leyes de la ciencia más certeras podrían no seguir siendo verdad: una conclusión que tuvo un impacto revolucionario en la filosofía.
El filósofo alemán Immanuel Kant intentó resolver la crisis provocada por Locke y llevada a su punto más alto por las teorías de Hume; propuso una solución en la que combinaba elementos del racionalismo con algunas tesis procedentes del empirismo. Coincidió con los racionalistas en que se puede tener conocimiento exacto y certero, pero siguió a los empiristas en mantener que dicho conocimiento es más informativo sobre la estructura del pensamiento que sobre el mundo que se halla al margen del mismo.
Distinguió tres tipos de conocimiento: analítico a priori, que es exacto y certero pero no informativo, porque sólo aclara lo que está contenido en las definiciones; sintético a posteriori, que transmite información sobre el mundo aprendido a partir de la experiencia, pero está sujeto a los errores de los sentidos, y sintético a priori, que se descubre por la intuición y es a la vez exacto y certero, ya que expresa las condiciones necesarias que la mente impone a todos los objetos de la experiencia.
Las matemáticas y la filosofía, de acuerdo con Kant, aportan este último tipo de conocimiento. Desde los tiempos de Kant, una de las cuestiones sobre las que más se ha debatido en filosofía ha sido si existe o no el conocimiento sintético a priori.
Durante el siglo XIX, el filósofo alemán George Wilhelm Friedrich Hegel retomó la afirmación racionalista de que el conocimiento certero de la realidad puede alcanzarse con carácter absoluto equiparando los procesos del pensamiento, de la naturaleza y de la historia. Hegel provocó un interés por la historia y el enfoque histórico del conocimiento que más tarde fue realzado por Herbert Spencer en Gran Bretaña y la escuela alemana del historicismo. Spencer y el filósofo francés Auguste Comte llamaron la atención sobre la importancia de la sociología como una rama del conocimiento y ambos aplicaron los principios del empirismo al estudio de la sociedad.
La escuela estadounidense del pragmatismo, fundada por los filósofos Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey a principios de este siglo, llevó el empirismo aún más lejos al mantener que el conocimiento es un instrumento de acción y que todas las creencias tenían que ser juzgadas por su utilidad como reglas para predecir las experiencias.
2.15 POSICIÓN DE LOS AUTORES FRENTE AL CONOCIMIENTO.
Para algunos autores, el fundamento de la posibilidad del conocimiento es la realidad, bien la sensible (como han defendido los filósofos de orientación empirista), bien la inteligible (como aquellos racionalistas que han defendido el carácter realmente existente de las entidades conceptuales o nociones generales).
El primer gran filósofo que abordó el estudio del conocimiento fue el francés René Descartes, en el siglo XVII. Descartes intentó descubrir un fundamento del conocimiento que fuera independiente de límites y supuestos. Para él, conocer es partir de una proposición evidente, que se apoya en una intuición primaria. Descartes formuló tal proposición en su célebre sentencia: "pienso, luego existo".
Kant negó que la realidad pudiera ser explicada mediante los solos conceptos y se propuso conseguir el mismo objetivo, pero intentando determinar los límites y capacidades de la razón. Si bien existen, efectivamente, juicios sintéticos a priori, que son la condición necesaria de toda comprensión de la naturaleza (trascendentales), el ámbito del conocimiento de limita, sin embargo en el pensamiento de Kant, al reino de la experiencia.
Según el británico John Locke, representante moderado del empirismo, las impresiones de la sensibilidad sólo formaban la base primaria del conocimiento. El también británico David Hume y algunos autores neopositivistas posteriores consideraron, por el contrario, que las nociones de las ciencias formales no son empíricas ni conceptuales, sino formales y por lo tanto, vacías de conocimiento.
De acuerdo con determinadas formas de empirismo existen otras experiencias además de la sensible, como la experiencia histórica, la experiencia intelectual, etc. En estas posiciones, a algunos de cuyos precursores – los alemanes Friedrich Nietzsche y Wilhelm Dilthey- difícilmente se les puede considerar como empiristas, el término experiencia se entiende en un sentido más amplio. Los autores más representativos de estas posiciones son el alemán Martín Heidegger y el francés Jean- Paul- Sartre, que defendieron posturas existencialistas; los estadounidenses John Dewey y William James, de orientación pragmatista; y el español José Ortega y Gasset, que mantuvo la postura que él llamó raciovitalismo, en la que vida y razón constituían los dos polos de su concepción del mundo.
2.16 EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Mientras que la epistemología ha sido entendida tradicionalmente como una teoría del conocimiento en general, en el siglo XX los filósofos se interesaron principalmente por construir una teoría del conocimiento científico, suponiendo que si se lograra disponer de teoría adecuadas que explicaran los mecanismos de un conocimiento de este tipo, podrían avanzar considerablemente por la misma vía en la solución de problemas gnoseológicos (doctrinas filosófica y religiosa que pretendía tener un conocimiento misterioso e instintivo de las cosas divinas) más generales.
La elaboración de una epistemología de este tipo constituyó la tarea abordada especialmente por los autores del Círculo de Viena, que fueron el germen de todo movimiento del empirismo o positivismo lógico. Para éstos filósofos se trataba de conseguir un sistema unitario de saber y conocimiento, lo que requería la unificación del lenguaje y la metodología de las distintas ciencias. Este lenguaje debería ser insersubjetivo – lo que exigía la utilización de formalismos y de una semántica común- y universal, es decir, cualquier proposición debía poder traducirse a él.
Lo único que puede hacerse, es formular la hipótesis de la existencia de una realidad independiente de nuestra experiencia e indicar criterios para su contrastación, en la medida en que una afirmación de existencia implica determinados enunciados perceptivos. No hay ninguna posibilidad de decisión respecto a una realidad o idealidad absolutas. Ello sería, en palabras de Carnap, un seudoproblema. Todas las formas epistemológicas de la tradición filosófica inspiradas en posiciones metafísicas – el idealismo y el realismo filosófico, el fenomelanismo, el solipsismo, etc.- caerían, así, fuera del ámbito del conocimiento empírico, ya que buscarían responder a una pregunta imposible.
2.17 EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX.
A principios del siglo XX los problemas epistemológicos fueron discutidos a fondo y sutiles matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas escuelas de pensamiento rivales. Se prestó especial atención a la relación entre el acto de percibir algo, el objeto percibido de una forma directa y la cosa que se puede decir que se conoce como resultado de la propia percepción. Los autores fenomenológicos afirmaron que los objetos de conocimiento son los mismos que los objetos percibidos. Los neorrealistas sostuvieron que se tienen percepciones directas de los objetos físicos o partes de los objetos físicos en vez de los estados mentales personales de cada uno. Los realistas críticos adoptaron una posición intermedia, manteniendo que aunque se perciben sólo datos sensoriales, como los colores y los sonidos, éstos representan objetos físicos sobre los cuales aportan conocimiento.
Un método para enfrentarse al problema de clarificar la relación entre el acto de conocer y el objeto conocido fue elaborado por el filósofo alemán Edmund Husserl. Perfiló un procedimiento elaborado, al que llamó fenomenología, por medio del cual se puede distinguir cómo son las cosas a partir de cómo uno piensa que son en realidad, alcanzando así una comprensión más precisa de las bases conceptuales del conocimiento.
Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos escuelas de pensamiento, ambas deudoras del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein. Por una parte, la escuela del empirismo o positivismo lógico, tuvo su origen en Viena, Austria, pero pronto se extendió por todo el mundo. Los empiristas lógicos hicieron hincapié en que sólo hay una clase de conocimiento: el conocimiento científico; que cualquier conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia; y, por lo tanto, que mucho de lo que había sido dado por bueno por la filosofía no era ni verdadero ni falso, sino carente de sentido.
A la postre, siguiendo a Hume y a Kant, se tenía que establecer una clara distinción entre enunciados analíticos y sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado ha sufrido cambios como consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas lógicos, así como entre sus críticos, pero no ha sido descartado.
La última de estas recientes escuelas de pensamiento, englobadas en el campo del análisis lingüístico o en la filosofía del lenguaje corriente, parece romper con la epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar el modo real en que se usan los términos epistemológicos claves —términos como conocimiento, percepción y probabilidad— y formular reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones verbales. El filósofo británico John Langshaw Austin afirmó, por ejemplo, que decir que un enunciado es verdadero no añade nada al enunciado excepto una promesa por parte del que habla o escribe. Austin no considera la verdad como una cualidad o propiedad de los enunciados o elocuciones.
2.18 EPISTEMOLOGÍA DEL SIGLO XXI, LOS RETOS DE LA CIENCIA
El siglo XXI clama por una Epistemología profundamente antropológica, basada en enfoques sistémicos de comprometida integralidad. Ese es un dictado que proviene de las propias características que ha venido adquiriendo el desarrollo de las ciencias y del conocimiento. Se trata de saltos del saber en casi todos los campos del quehacer científico. Esos saltos además, registran severos impactos en todo el andamiaje social de sus entornos directos e indirectos, locales y globales.
Se trata entonces de que ahora como nunca antes, el avance del conocimiento registra connotaciones éticas, económicas, jurídicas, políticas y por supuesto, ideológicas. Y no es que estemos politizando o ideologizando campos del saber en nada vinculados a la política o la ideología. Es que el avance del conocimiento ahora registra matices de importancia trascendental para toda la concepción de la vida, del hombre, de lo humano, de la convivencia social.(Renau, 2000)
Unos ejemplos vividos durante los meses de despedida del siglo servirán para ilustrar lo que planteamos.
En Junio del 2000 fue presentado al mundo por Blair y Clinton el primer acercamiento a un mapa del genoma humano. Ya se gestaban concepciones según las cuales la información que brindan los códigos genéticos pueden dar luz para caracterizar a las personas aspirantes a determinados empleos, y sacar conclusiones por parte de los empleadores acerca de su talento, capacidad, estados de ánimos, espíritu emprendedor, etc.
A partir de esa información brindada por la configuración genética de la persona, se podría decidir si la persona en cuestión sería merecedora o no de esa fuente de empleo. De esa manera alguien podría saber desde su nacimiento para qué ha quedado predestinada en la vida. La determinación de las relaciones sociales en la conformación y transformación de la personalidad queda en el olvido. ¿No es acaso esta una conclusión totalmente ideologizadora? (Tedesco, 1998).
Las consecuencias éticas y hasta de connotación política de los tratamientos de fertilidad de las parejas que parecen conducir a partos múltiples como el que se estuvo sufriendo en Italia en los últimos días del siglo XX llegan a conmocionar a la opinión pública no sólo del país escenario de cada amarga experiencia como la señalada, sino a toda la parte enterada del planeta, y apuntamos enterada, pues no podemos olvidar, y esa es otra razón que clama por una nueva epistemología comprometida con el conocimiento socializado y socializador, que en el mundo sólo un bajísimo porciento de su población conoce las realidades científico tecnológicas y del ciberespacio de eso que irónicamente llaman aldea global.
En los primeros días de octubre recorrió el mundo la noticia de que una pareja en Colorado, Estados Unidos, había seguido el proceso de selección genética de un hijo para con sus células salvar a la hermana que padece de una enfermedad genética de la médula ósea. Así nació Adam Nash y con él una importante práctica médica para atención a pacientes en fase terminal, pero también con él surgió el dilema del destino a dar a los embriones que no pasaron el test genético. "¿Pretenderá alguien que esos embriones puedan ser congelados en tanques de nitrógeno líquido hasta que se donen a una pareja estéril? ¿Es sensato generar 15 embriones y un bebé para obtener unas cuantas células?". Y este autor se pregunta demás:
¿ Cuántas parejas del tercer mundo podrían aspirar a un tratamiento similar ante similar padecimiento?, y mas aún, ¿ Cuántas parejas del tercer mundo se enterarán de esta posibilidad que brinda la ciencia?.
¿Será el conocimiento de alto valor social tan democrático como lo concebía Alvin Toffler?. ¿Constituirá la habilidad cognitiva de la concepción de Hermstein y Murray la variable decisiva en la estructura social del siglo venidero?( Tedesco, 1998, p. 143).
Son estos cuestionamientos epistemológicos cruciales que se presentan ante la humanidad que irrumpe en el nuevo siglo. Son, como se aprecia, no exclusivos del ámbito de la ciencia, sino integradores de todo el andamiaje social. Requieren, por tanto, tratamiento integrador desde posiciones epistemológicos revolucionarias y transformadoras. Hoy mas que nunca queda latente la exigencia de Marx: transformar el mundo. Esa misión a las puertas del siglo XXI ha de tener como herramental teórico en la "sociedad del conocimiento", a nuestro juicio, una Epistemología Dialéctica.
El desarrollo de los estudios en el terreno de la Epistemología ha ido incursionando hacia la edificación de un grupo de escuelas y/o paradigmas que pudieran considerarse, en mayor o menor medida, en calidad de clásicos del pensamiento universal. Pudiéramos identificar entre los mas notables, los siguientes:
- RACIONALISMO;
- EMPIRISMO;
- CONSTRUCTIVISMO;
- VIRTUOSISMO;
- EVOLUCIONISMO;
- CONDUCTISMO;
- HUMANISMO;
- REALISMO;
- POSITIVISMO y otros.
Esta selección que se presenta como las mas notables escuelas y paradigmas puede ser refutada. El hecho está en que para destacar las escuelas mas descollantes se impone el punto de vista que establece la rama específica de las ciencias de que se trate. Por ejemplo, en el terreno de la epistemología de las ciencias sociales en la contemporaneidad suelen establecerse dos grupos de paradigmas mas importantes reconocidos como EXPLICATIVOS E INTERPRETATIVOS .
En el primer grupo se identifican los paradigmas empírico – analítico, con E. Durkheim, K. Popper y M. Bunge; el neofuncionalista con T. Parsons, Ritzer Y J. Alexander y los neomarxistas con Roemer, Habermas, y otros.
En el segundo grupo se identifican el paradigma del interaccionismo simbólico con G. H. Mead y H. Blumer y el paradigma de la etnometodología con H. Garfinkel. (Briones, 1996).
Otra sería la relación de paradigmas de mayor fuerza si se tratara de las ciencias naturales. Somos del criterio de que un especialista debe estar informado al menos medianamente de por cuales derroteros transcurren las escuelas epistemológicas que abordan las ciencias de la rama del saber en que se ocupa.
Por otra parte, entre todas las escuelas referidas hay rupturas y continuación, unicidad y desgarramientos. Puntos de contacto y espacios de severos distanciamientos. Los núcleos duros que las unen tienen que ver, ante todo, con el tratamiento que dan a lo que pudiera entenderse como cuestionamientos epistemológicos tradicionales.
El universo de aspectos vinculados con estos cuestionamientos se asocia a profundas indagaciones científicas y abordan no sólo los atisbos mas novedosos del descubrimiento, sino incluso hasta componentes que pudiéramos considerar "trillados", como el propio objeto de la ciencia en cuestión. Mas aún en los momentos actuales en los que proliferan ciencias debutantes. Y eso no quiere decir sólo que en las ciencias la madurez también se alcance con los años, criterio que compartimos, sino también refiere al hecho real de que precisiones trascendentales para la ciencia, que parten desde la definición de su universo objeto del saber, llegan con el avance de los años y de la irrupción de lo que algunos han dado en llamar "zonas de sentido" (Gonzáles Rey, 1998) o siguiendo a Foucault "Umbral de epistemologización".( Foucault, 1972).
Somos de la opinión, ante la pregunta de a cual asirse ante reflexiones epistémicas regionales , que la pregunta no tendría sentido como no sea en la búsqueda de los métodos y fundamentos mas apropiados para dar solución a problemas específicos de la ciencia. Es decir, abogamos por la interacción dialéctica enriquecida del pensar epistémico, a partir de lo mas valioso que ese pensar ha aportado al conocimiento humano, ya desde comprometidas raíces constructivistas, o desde el racionalismo o empirismo mas enardecido. Apuntamos, proponemos, a una Epistemología Dialéctica.
Recientemente ante una discusión en plenario de un congreso acerca de las singularidades de la educación superior cubana, la discusión giró en torno a la pregunta de cuáles presupuestos epistémicos sostenían la escuela cubana de educación superior. La pregunta desdichadamente, por razones de tiempo cayo al vacío. Luego los debates de pasillo giraron en propuestas comprometidas con Piaget, o con Vigotsky, otros apasionadamente defendieron el aporte cubano de Varela y Luz Caballero, y en ese enjambre de verdades, el criterio del autor se ha inclinado hacia la dialéctica de las escuelas, los pensadores y la práctica.
Por eso proponemos una Epistemología Dialéctica que opinamos es la que refleja con mayor exactitud el enriquecimiento constante que se viene produciendo y toma suficiente distancia de posicionamientos exclusivamente constructivistas, o racionalistas, o evolucionistas, etc.
La Epistemología Dialéctica parte de los propios cuestionamientos referidos, pero incursiona en ellos desde el principio de la materialidad y unicidad del universo así como desde los principios evolutivos que marca la dialéctica materialista.
Por otro lado, se trata de una Epistemología con un profundo compromiso antropológico, lo cual apunta a :
- La defensa de lo que denominamos HABITAT SOCIOLOGICO DEL HOMBRE (Aguilera, 2000)
- La defensa de la necesidad de llevar el conocimiento y el adelanto científico más importante a la repercusión directa en la vida cotidiana de todas las personas, y no sólo de los sectores sociales "MAS FAVORECIDOS". Es decir, entender que la llamada "sociedad del conocimiento", "nueva economía", etc. no podrán erigirse como fenómenos plenos del desarrollo tecnológico si no implican una práxis encaminada a la eliminación de los abismos sociales en que vivimos. No puede ser la pobreza mayoritaria del planeta la base del futuro desarrollo de la alta tecnología minoritaria y discriminante, porque en esa balanza fatalmente y dada su magnitud, terminará siendo la pobreza primero el freno y luego el sepulturero de esa alta tecnología. Será la Epistemología Dialéctica una disciplina de las ciencias del saber que funja como arma del pensamiento teórico para no permitir que ese status quo se eternice.
- La Epistemología Dialéctica asume la defensa del habitar ambiental del hombre;
- El profundo y creciente carácter social del conocimiento tiene que implicar un reordenamiento social, tiene que tener como asiento su socialización conducente a la mayor plenitud e integralidad de lo humano;
- Retoma, con Marx y eleva a rango de determinante , la comprensión del conocimiento como actividad humana, en la que el sujeto cognoscente es el ser social ( Sánchez Puentes, 1984).
- Destaca la importancia del tratamiento de los problemas epistemológicos a partir del enfoque de sistema. Enfoca el conocimiento desde la óptica de la totalidad, enfoque con el que empalma la visión y el rol de la práxis en el proceso del conocimiento.
La Epistemología Dialéctica no es una contemplación explicativa del proceso del conocimiento y del desarrollo de las ciencias, o una reflexión epistemológica, pasa a asumir todos sus ínter condicionamientos sociales, históricos, políticos. Resume en sí, la unidad con lo que se ha dado en llamar "SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO EN SENTIDO AMPLIO" . Toma distancia así de la noción de Max Scheler y Karl Mannheim sobre la Sociología del conocimiento, en el punto que aborda de manera directa el tratamiento de conceptos y categorías epistémicas. La Sociología del conocimiento en sentido amplio reconoce como parte de su trabajo, además de los análisis y teorías, la discusión y articulación de estos con discursos epistemológicos. La pretensión de esta posición es que la manera mas adecuada de desarrollar los discursos epistemológicos y sus conceptos, es en relación con conceptos fundamentales de la sociedad. (Olivé, 1985)
La Epistemología adquiere en nuestros días un protagonismo sustancial en la misión de defender para el conocimiento de alto valor social el lugar que en el desarrollo humano le corresponde. Hablamos de las diferentes lecturas que se le da, a lo que se ha dado en llamar "sociedad del conocimiento". Es conocido que a la irrupción amplificada y veloz del nuevo conocimiento algunos atribuyeron propiedades geopolíticas casi divinas. Le asociaron dones curativos de males sociales como las carencias democráticas de las sociedades contemporáneas y sus profundas desigualdades sociales. La vida ha venido demostrando cuan desacertadas fueron esas lecturas movidas más por la buena voluntad que por el rigor del pensar desde la ciencia.
El nuevo conocimiento no puede servir como no sea para el enriquecimiento conductual, axiológico del hombre. Justo el rol que vemos en el enfoque epistemológico de ese acelerado devenir de la ciencia está en cuidar la misión de ese nuevo conocimiento en función del engrandecimiento de la obra humana y no de su deterioro ulterior. No puede ser el nuevo conocimiento quien afiance la máxima vivida del hombre lobo del hombre.
Como se ha apuntado, una Epistemología en el siglo XXI no puede estar de espaldas al condicionamiento histórico social del conocimiento y sus consecuencias.
Este trabajo de compilación de datos, ideas y reflexiones, humildemente elaborado pretendió lograr un acercamiento de las cuestiones filosóficas, relacionándolas con la práctica educativa docente, de manera de realizar un aporte que permita paliar las graves deficiencias que aquejan a la Educación Agropecuaria en México, haciendo un análisis crítico y reflexivo de las causas que la originan y que son múltiples y muy complejas y que como vimos tienen que ver muchas ellas con el nuevo ordenamiento mundial a través de los procesos homogeneizadores de la Globalización; de la práctica docente, enmarcada en un tipo de Escuela, que a mi criterio aún se encuentra en transición, desde aquella Escuela Tradicional y elitista a esta otra, que no encuentra quizás su lugar , pretendiendo ser Activa, sin tener en claro los objetivos y las premisas básicas que le permitan ser la Institución de Base y la más importante, como impulsora de los cambios que nuestra Sociedad y México necesitan, debido a la deserción que otros elementos de la sociedad y el Estado, como generadores de nuevas ideas y nuevas políticas destinadas a tan noble fin.
La filosofía es un asunto de todos, debemos luchar para que todas las barreras entre ésta y la ciencia y el público en general se rompan y, en sentido de trabajo elaborar una epistemología histórica que se desarrolle en contacto directo con el medio científico. La tarea del filósofo de hoy según Dominique Lecourt "no es la de acompañar de bellas palabras el discurso del mundo". El mundo va como va. La filosofía no puede eludir la responsabilidad ética que es justamente pensar en el mundo.
Hay que construir los medios para hacer escuchar esa otra manera de hacer filosofía, y después de encontrar los medios utilizar al máximo para hacer del pensamiento una fiesta; porque es una de las actividades humanas que provoca una felicidad tal que el hombre nunca se arrepiente de haber pensado.
La filosofía así asumida se le debe dar una connotación cultural, porque en ella resplandece la verdad, va ayudar al hombre a plantear su existencia en una forma diferente, la va a instar a luchar por la autenticidad y originalidad de su ser mismo. También le va a desvelar su misterio que no es otro que el de ser hombre y del estar en el mundo.
Si la epistemología – el estudio del conocimiento- constituye, por su propia naturaleza, una de las partes esenciales de la filosofía, la creciente importancia en la ciencia y la consiguiente necesidad de dotarla de sólidos fundamentos teóricos ha acrecentado aún más el interés por la misma en el moderno pensamiento filosófico.
Dentro de ese análisis se intentó entrar en el mundo de la Pedagogía y los métodos, como una búsqueda de la motivación del educando y establecer el rol primordial del Docente, cuál es el de EDUCAR, entendiendo por Educación, el proceso que permite formar hombres y mujeres responsables y comprometidos con su realidad, su propio destino y el de toda la sociedad, enmarcado todo ello en la solidaridad, el respeto hacia el otro, la dignidad y el Amor fraterno, de manera que su paso por esta vida adquiera la trascendencia que lo haga "ser humano".
Por último, se intentó dar un esbozo de la cruda realidad que vive el sector científico en México, que se ve aquejado por una crisis de una magnitud tal, que jamás ha sido vista en esta Nación y que en parte se debe a las imposiciones del poder mundial, que intenta fijar para nuestro país políticas que tal vez no estamos lo suficientemente preparados para afrontarlas, desde las trincheras de la educación, la ciencia y la tecnología .
Nuestros gobernantes, políticos, empresas, poder financiero y por que no, la sociedad toda, somos incapaces de darnos cuenta que si renegamos de la investigación científica hoy, se verá hipotecado el futuro de nuestros hijos y que el tiempo perdido será muy difícil de recuperar.
Ante este panorama desalentador, los Docentes, tendremos que despojarnos de nuestros egoísmos, siendo pioneros, para pensar valientemente y con los más altos valores éticos y morales un Nuevo Tamaulipas, un nuevo México, empezando en nuestro pequeño mundo, que es la ESCUELA, y en particular las nuestras, las agropecuarias, con múltiples carencias, pero que se pueden suplir con la creatividad e innovación de todos los docentes, con un cambio de conciencia responsable, entregado y con compromiso hacia lo que es nuestro propósito: EDUCAR.
Y RECORDEMOS SIEMPRE, QUE LA GENERACIÓN DE NUEVOS CONOCIMIENTOS SERÁN ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE PARA ENRIQUECER LA CONDUCTA Y FORMACIÓN AXIOLÓGICA DEL HOMBRE….PARA DISPOSICIÓN Y ACTUACIÓN DEL MISMO HOMBRE…
Gracias por tener la paciencia y la voluntad de leer este escrito, para reflexión de todos los docentes y cambiar… pero no solo por cambiar… cambiar desde programas, métodos, actitudes, pero sobretodo cambio en los maestros, porque cambiando éstos, cambiará el proceso educativo…
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ANEXO NUM 1:
SERVICIOS QUE OFRECE EL SUBSTISTEMA DGETA A NIVEL NACIONAL
EDUCACION MEDIA SUPERIOR:
Los Centros de Bachillerato Tecnológico agropecuario y los Centros de Bachillerato Tecnológico forestal ofrecen la modalidad bivalente que permite a los estudiantes cursar el bachillerato y al mismo tiempo una carrera técnica, con las que tiene la opción de incorporarse al mercado laboral . En este nivel educativo también se cuenta con el Sistema Abierto de Educación Tecnológica Agropecuaria , SAETA, que ofrece la carrera de Técnico agropecuario.
EDUCACION SUPERIOR:
En los Institutos Tecnológicos Agropecuarios y el Instituto Tecnológico Forestal se ofrecen carreras orientadas a que los egresados posean los conocimientos para elevar la productividad y mejorar los sistemas de transformación e industrialización en los sectores primario y secundario.
Todos los estudiantes durante el ultimo semestre participan en residencias profesionales en el sector productivo, para reforzar y completar su información y facilitar su incorporación al mercado laboral.
POSGRADO:
Seis planteles del Nivel medio superior cuentan con subdirecciones de Investigación y Graduados agropecuarios, donde se cursan maestrías en el área de las ciencias agropecuarias, en las que se forman profesionales de gran capacidad académica, con conocimientos científicos y tecnológicos de alto nivel para abordar la solución de problemas del área agropecuaria.
INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO TECNOLÓGICO:
La investigación y el desarrollo tecnológico son parte central de la función educativa y contribuye al desarrollo de las innovaciones y avances tecnológicos demandados por el sector productivo rural mexicano.
VINCULACION Y CAPACITACION:
En las brigadas de Educación para el Desarrollo Rural, BERD, en los Departamentos de Vinculación de planteles y en las Unidades de Capacitación para el Desarrollo Rural se ofrecen a los productores y a la población rural, capacitación en y para el trabajo, por medio de los programas:
- Capacitación por competencia laboral
- Capacitación y educación no formal
- Capacitación para desempleados
ANEXO NUM. 2
SERVICIOS EDUCATIVOS QUE OFRECE EL SUBSISTEMA D.G.E.T.A. A NIVEL NACIONAL
MODALIDAD Y CARACTERÍSTICAS ESPECIFICAS | MEDIA SUPERIOR | SUPERIOR | POSGRADO | INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO TECNOLÓGICO | VINCULACION Y CAPACITACION | CAPACITACION POR COMPETENCIA LABORAL | OTROS SERVICIOS |
NUMERO DE CENTROS | 198 CBTAS, 6 CBTFS | 20 INSTITUTOS TECNOLÓGICOS AGROPECUARIOS Y 1 INSTITUTO TECNOLÓGICO FORESTAL -ITAS- | 6 COORDINACIONES DE INVESTIGACIÓN Y GRADUADOS AGROPECUARIOS, -CIGAS- | ||||
CARRERAS QUE OFRECE |
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| MAESTRÍAS EN:
DOCTORADOS: AGROBIOTECNOLOGIA EN 2 MODALIDADES, TRADICIONAL, CONTUANDO LA MAESTRIA Y DIRECTO, TERMINANDO LA LICENCIATURA, REGISTRADA EN EL PADRÓN DE EXCELENCIA DEL CONACYT. | ||||
ATENCIÓN A LA DEMANDA | 125 MIL ALUMNOS | 15 MIL ALUMNOS | |||||
RESULTADOS RELEVANTES | PRODUCCIÓN DE PLANTAS, CONTROL BIOLÓGICO, BANCOS DE GERMOPLASMA, COMBATES DE PLAGAS Y ENFERMEDADES DE PLANTAS, GENERACIÓN DE NUEVAS VARIEDADES DE PLANTAS, RESCATE DE ESPECIES NATIVAS, PROGRAMAS DE BIOTECNOLOGÍA, DESARROLLO SUSTENTABLE, AGRICULTURA ORGANICA, INTRODUCCIÓN DE ESPECIES CON POTENCIAL PRODUCTIVO. | ||||||
CAPACITACION PARA DESEMPLEADOS | PROGRAMA DE BECAS PROBECAT, PROGRAMA DE INICIATIVAS LOCALES DE EMPLEO Y OCUPACIÓN, CURSOS PILEOT. | ||||||
CAPACITACION Y EDUCACION NO FORMAL | CAPACITACION NO FORMAL PARA EL TRABAJO, CAPACITACION INICIAL Y EN EL TRABAJO EDUCACION BASICA Y CAPACITACION PARA EL TRABAJO, CAPACITACION EN EL TRABAJO, CAPACITACION EN TECNOLOGÍAS AVANZADAS, CAPCITACION EN APOYO A PROGRAMAS DE ALIANZA PARA EL CAMPO, CAPACITACION EN TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA. | ||||||
ESPECIALIDADES | OBTENCIÓN DE CONSERVAS ALIMENTICIAS,ENVASADO DE CONSERVAS, PREPARACIÓN DE MEZCLAS DE CONSERVAS, PRODUCCIÓN DE PLANTAS, PODA DE PLANTAS, ESTABLECIMIENTO Y MANEJO DE PLANTACIONES HORTOFRUTÍCOLAS, OPERACIÓN DE TRACTORES, COSECHA DE MIEL DE ABEJA, ESTABLECIMIENTO DE APIARIOS, MANTENIMIENTO DE INFRAESTRUCTURA AGRÍCOLA, CORRECCION DE DESPERFECTOS DE MUEBLES DE MADERA, COMBATE A INCENDIOS FORESTALES, INSEMINACION ARTIFICIAL,EVALUACIÓN DE COMPETENCIAS LABORALES, FACILITACION DE PROCESOS DE FORMACIÓN DE PRODUCTORES RURALES. | ||||||
TECNOLOGÍAS DE VANGUARDIA | CENTROS DE SELECCIÓN Y REPRODUCCIÓN OVINA, CENTROS DE MEJORAMIENTO GENETICO Y RECRIA DE GANADO, CENTROS DE TECNOLOGÍA DE MADERA, LABORATORIO AVANZADO | ||||||
INSTALACIONES | AULAS, TALLERES, LABORATORIOS, CENTROS DE COMPUTO, BIBLIOTECAS, SALAS AUDIOVISUALES, INVERNADEROS, VIVEROS, AREAS AGRÍCOLAS Y PECUARIAS, INSTALACIONES DEPORTIVAS. | ||||||
EDUCACION SATELITAL | RED EDUSAT EN TODOS LOS PLANTELES | ||||||
SEMOVIENTES | 16 MIL SEMOVIENTES | ||||||
TERRENOS PARA CULTIVO | 19,124 HECTAREAS DE CULTIVOS AGRÍCOLAS, FORESTAL Y AGOSTADEROS. | ||||||
ARMANDO VALDEZ CANTU