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La lanza de longinos


Partes: 1, 2

    1. Longinos
    2. La colección de José de Arimatea
    3. Un talismán poderoso
    4. La visión de Hitler
    5. Hitler y el encuentro con la lanza
    6. El impacto a Hitler
    7. Walter Stein
    8. El destino de Hitler
    9. Conclusión
    10. Bibliografía

    Longinos

    La lanza sagrada de longinos cuyo nombre proviene del soldado Cayo Casio Longinos, quien atravesó el costado de Cristo en su crucifixión, llego a manos de los guerreros teutónicos, quienes la convirtieron en su talismán y le dieron un significado de poder místico.

    La leyenda se origina en el evangelio según San Juan. 19:33-37: Cundo lo vieron muerto, no le rompieron las piernas si no que uno de los soldados atravesó el costado de Jesús con su lanza, para asegurar que estaba muerto.  

    La colección de José de Arimatea 

    Se dice que había un coleccionista que se llamaba José  de Arimatea, un adinerado que siempre se preocupo por guardar objetos valiosos al paso de Jesús, se dice que fue el quien obtuvo permiso para llevarse el cuerpo de Jesús y, ayudado por Nicodemo, lo coloco e la tumba en la noche del viernes Santo, y que el guardo en su poder la cruz, los clavos, la corona de espinas, y el sudario.

    Pero algunos dicen que el había empezado su colección desde antes de la muerte de Cristo: y que después de la última cena también guardo la copa e la que Jesús había consagrado el pan y el vino para los 12 apóstoles y que José Arimatea conservó la copa Junto a la lanza citada

     En el evangelillo llamados así "EL SANTO GRIAL Y LA SANTA LANZA".

     Un talismán poderoso

    Por medio de las claves que dejo en rico Judío José Arimatea, Helena, la adre del 1er Emperador Cristiano Constantino pudo redescubrir estas reliquias la cual fue un talismán muy poderoso para Constantino el grande, para Franco Carlos Martel, que expulso de Francia a los Árabes VIII; para Carlo Magno que la recibió en Roma como regalo de el Papa y después también estuvo en poder de el sacro Emperador Romano Federico Barbarroja. Según la tradición, todos los que la habían poseído habían resultado guerras victoriosas y fueron esas cualidades místicas, en especial as que fascinaron el 1909 a un joven en le museo Hofburg. De Viena, llamado Adolfo Hitler.

    La visión de Hitler

    Desde que Hitler tenía 15 años, Hitler tenía la idea y el convencimiento de que algún día el destino del mundo recaería en sus manos.

    Cuando era un poco más que un vagabundo que dormía en los parques de Viena, esas visiones parecían muy lejos de cumplirse. El era el elegido y lo sabía, todo su tiempo lo empleaba en estudiar en la biblioteca de Hof ocultismo, mitología nórdica, y germana, filosofía y política.

    Su pasión llegaba a tal extremo que su evidente mal nutrición se debía, sobre todo, a las veces que embebido en sus estudios se olvidaba hasta de comer.

    La culminación e este proceso llego cierto día que se encontraba dibujando en el museo Holfurg, la casa de Habsburgo. En su miseria, odiaba profundamente a toda aquella dinastía que públicamente mostraba sus riquezas a quien quisiera contemplarlas

     Hitler y el encuentro con la lanza

    En aquella tarde en 1909 Hitler ese hombre delgado pálido y zarrapastroso, se detuvo largo rato frente a los tesoros de la casa de Habsburgo en el museo de Hofburg, de Viena, dentro de los estuches brillaban coronas enjoyadas, pero lo que acaparaba la atención del joven y lo mantenía como hipnotizado era un objeto pequeño: los restos de una lanza sin filo oxidada y ennegrecida por el tiempo el poco agraciado visitante era nada mas y nada menos que Adolfo Hitler y el objeto que contemplaba era la laza de Longinos.

    La misma con la que un centurión romano había clavado la lanza en el costado de Cristo y ala que las antiguas leyendas asociaban con el destino del mundo.

     El impacto a Hitler

    Como dijo el propio Hitler: "Supe de inmediato que aquel día era el momento mas importante de mi vida. Pero sin embargo no podía adivinar por que un símbolo cristiano me causaba semejante impresión, me quede muy quieto durante unos minutos contemplando la lanza y me olvide completamente del lugar en el que me encontraba.

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