1. Introducción 2. Antecedentes 4. Geografía migratoria5. Legislación estadounidense en materia de inmigración 6. Migrantes mexicanos en Estados Unidos 7. Remesas 8. México y los efectos sociodemográficos de la migración 9. Estados Unidos y los efectos de la migración 10. Posturas nacionales con respecto a la migración 11. Perspectivas futuras de la migración de mexicanos a Estados Unidos 12. Consideraciones finales 13. Glosario 14. Bibliografía
La migración de México a Estados Unidos es una historia llena de esfuerzos por regular el flujo hacia el norte. Uno de los rasgos más sobresalientes entre México y Estados Unidos es que comparten una de las fronteras terrestres más largas entre dos países y, al mismo tiempo, existen grandes disparidades entre sus niveles de ingreso.
En el transcurso del tiempo, cuando ha habido escasez de mano de obra como resultado de la guerra o de otros factores, el reclutamiento unilateral y acuerdos bilaterales han dado como resultado movimientos en gran escala de trabajadores mexicanos a Estados Unidos. Cuando los trabajadores estadounidenses han mostrado preocupación al ver amenazados sus puestos, esto ha provocado que los migrantes tengan dificultades para emplearse. Ha habido una repatriación en gran escala, algunas veces por la acción del gobierno de Estados Unidos y, generalmente, con ayuda del gobierno mexicano a los repatriados.
En las últimas tres décadas, la migración no autorizada entre los dos países ha tendido a dominar la agenda política sobre la migración de México aEstados Unidos. Durante gran parte del periodo de 1975 a 1986, las autoridades estadounidenses debatieron cuál sería el mejor método para reducir la migración no autorizada. En 1986, el Congreso aprobó la Ley para la Reforma y el Control de la Inmigración (IRCA por sus siglas en inglés) que adoptó una variación de las propuestas hechas por la Comisión Selecta sobre Políticas de Inmigración y Refugiados, creada por el Congreso, incluyendo sanciones al empleador y legalizaciones en masa. Debido a que el mayor grupo nacional en la población migrante no autorizada era de México, se consideró que ambas disposiciones tendrían un gran efecto en los mexicanos.
La IRCA tuvo importantes consecuencias, previstas e imprevistas, para la migración de México a Estados Unidos. El tamaño de la población mexicana en Estados Unidos aumentó notablemente durante los últimos años de la década de 1980 y los primeros de la década de 1990 debido a las disposiciones de legalización de la IRCA. A Partir de 1987, aproximadamente 1.7 millones de migrantes no autorizados que habían llegado hacía tiempo y 1.3 millones adicionales de trabajadores agrícolas especiales (SAW por sus siglas en inglés) solicitaron su legalización bajo las disposiciones de amnistía de la IRCA. La mayor parte de estas personas ya habían estado en Estados Unidos, y durante la década de 1990 sus familiares más cercanos empezaron a obtener status legal en número considerable. El Servicio de Inmigración y
Naturalización (INS) informa que cerca de 1.6 millones de mexicanos fueron admitidos como residentes legales de Estados Unidos entre 1981 y 1990; adicionalmente 1.5 millones fueron admitidos en los años fiscales de 1991- 1995. A partir de 1995, el número de migrantes mexicanos que se naturalizaron también aumentó de manera considerable, debido, por lo menos en parte, a que aquellos que legalizaban su condición bajo la IRCA pasaban a ser elegibles para la naturalización.
Las continuas entradas no autorizadas, no sólo de mexicanos sino también de otras nacionalidades, llevaron a la aprobación de la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA por sus siglas en inglés) de 1996. Basándose, en parte, en las disposiciones de la IRCA, la nueva ley aumentó los controles fronterizos, ordenó nuevos programas piloto para probar formas más seguras de verificación del empleo, aclaró la "elegibilidad" para los programas de prestación de beneficios públicos, volvió inadmisibles como migrantes autorizados por periodos de 3 a 10 años a aquellos que fueran detectados como migrantes previos no autorizados y, estableció cambios extensos en las disposiciones para el traslado de los migrantes no autorizados. Junto con otras dos nuevas leyes: la Ley Antiterrorismo y para la Pena de Muerte Efectiva de 1996 (ADEPA) y la Ley de Conciliación de la Responsabilidad Personal y la Oportunidad de Trabajo de 1996 (Welfare Reform Act) o ley de reforma al bienestar social, la IIRIRA representa una nueva fase en las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos sobre asuntos migratorios.
En las últimas tres décadas también hubo diferentes medidas por parte de México. Algunas de ellas fueron internas, como el Programa de Maquiladoras que se propuso absorber a la mano de obra que regresaba del programa Bracero. Sin embargo, la mayor parte de las medidas se orientaron a reforzar y ampliar la protección consular a los mexicanos en Estados Unidos. Incluso durante la segunda mitad de la década de 1990, se han abierto más oficinas consulares mexicanas en Estados Unidos, se logró que consulados móviles llegaran hasta los mexicanos que se encontraban fuera de las grandes ciudades, y se ha dedicado más personal a la protección de nacionales mexicanos. Los funcionarios consulares aumentaron sus visitas a los lugares de trabajo y a los centros de detención de migrantes en Estados Unidos. Igualmente, los hospitales y las cárceles se incluyeron visitas periódicas. Estas visitas ofrecían una oportunidad a los funcionarios consulares para asistir a los migrantes en sus relaciones con las autoridades y nacionales estadounidenses, asesorándolos sobre las leyes de Estados Unidos, ayudándolos a recuperar salarios que no habían sido pagados, y facilitando a los migrantes a establecer contacto con sus familiares en México o en Estados Unidos.
A pesar de la continuidad que se refleja en esas iniciativas legislativas y estas políticas de protección, el contexto general para abordar los asuntos de la migración entre los dos países, ha cambiado notoriamente.
Hasta antes del 11 de septiembre de 2001, los dos gobiernos se mostraban dispuestos, como nunca, a trabajar juntos para enfrentar problemas comunes. Los grupos de trabajo binacionales se reunían periódicamente para coordinar y cooperar en asuntos que van desde el fortalecimiento del cruce de la frontera, a iniciativas contra el contrabando de personas. Por lo anterior, la presente investigación tiene por objetivo identificar las características más importantes acerca de la emigración de mexicanos a Estados Unidos. Para ello, se desarrollará, en primer lugar, un apartado que contenga los antecedentes más importantes de la migración hacia Estados Unidos, provenientes de todo el mundo, específicamente de México. Enseguida, se determinarán cuales son las causas que originan la migración mexicana a Estados Unidos. De esta manera, se podrán identificar los estados de la República Mexicana que expulsan migrantes, así como las formas de entrada hacia EE.UU., y los lugares de destino. Posteriormente, se explicará la legislación estadounidense en materia de inmigración, especialmente desde 1986 hasta la nueva legislación, a partir de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. También se mencionarán las características de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, así como sus logros en materia de protección de sus derechos. En cuanto al aspecto social, se estudiarán los efectos sociodemográficos que tiene la migración en México. Por último, se analizarán las posturas nacionales con respecto a este fenómeno, así como las perspectivas futuras de la migración de mexicanos a Estados Unidos.
Evolución del flujo de inmigrantes a Estados Unidos
Estados Unidos de Norteamérica es un claro ejemplo de las alteraciones producidas por el movimiento migratorio. Entre 1790 y 1950, Estados Unidos recibió cerca de 40.000.000 de extranjeros. Asimismo, el ritmo de crecimiento natural de la nación era notablemente elevado, si bien el índice de natalidad no dejó de disminuir: 5% en 1800, 3.5% en 1880 y 2.6% en 1920. Estos cambios se debían al aumento de las ciudades, en las que la fecundidad era inferior a la del campo. Como contrapeso, la duración de la vida media aumentaba. En todo caso, los índices de crecimiento natural y, por supuesto, de inmigración eran superiores a los europeos. Ambos factores hicieron surgir una nueva potencia demográfica (4.000.000 de habitantes en 1790, más de 50 en 1880 y 100 en 1918). A pesar de este importante aumento, la densidad de población permaneció relativamente baja debido a la amplitud de territorios constantemente en progreso con la incorporación de nuevas tierras hacia el Oeste. Las migraciones interiores hacia el Oeste se vieron favorecidas por el establecimiento de los ferrocarriles transcontinentales y por la ley que regulaba la concesión de tierras. Paralelamente al ferrocarril, los colonos se establecieron a lo largo de los itinerarios creando Estados nuevos: Nevada, Montana, Arizona, Kansas, Wyoming, Nebraska, etc. También se colonizaron Texas y California. De este modo, se construían y se diferenciaban grupos humanos cuyas características subsisten todavía, pero cuyo origen y relaciones, favorecidos por las nuevas comunicaciones, permitían a la Federación mantener su unidad a pesar del espacio y de la inmigración. La inmigración se produjo de manera especial entre 1860 y 1913 (más de 26.000.000 de inmigrantes). Durante este periodo, se asistió a cambios significativos en cuanto a la procedencia. Así, hasta 1880, los europeos que se asentaron en Estados Unidos eran en su mayoría originarios de los países del Noroeste de Europa. A partir de esta fecha, aumentó la incorporación de eslavos y latinos, sin olvidar el ritmo creciente de los pueblos asiáticos. Esta nueva procedencia planteó problemas de adaptación, lo que provocó, desde la Primera Guerra Mundial, que se limitara el contingente eslavo-latino en beneficio de los nórdicos. Estas circunstancias y las peculiaridades de Estados Unidos, hicieron que afloraran problemas con relación a los respectivos núcleos de población. El problema principal, más grave y de mayor entidad hasta la actualidad, era y es, especialmente en el área sur, el creado por la población de color (el 92,1 % de los negros del país, en 1850, habitaba en esos Estados; en 1900 era todavía el 89,7 %). En la primera mitad del siglo XIX, la mayoría eran esclavos; después de la abolición, su condición social no mejoró mucho.
Los negros tomaron conciencia de pertenecer a América, pero no por ello pasaron a ser verdaderos ciudadanos. El desprecio anglosajón se manifestó desde la segregación (escuelas, transportes, viviendas, etc.) hasta el linchamiento. A pesar de contar con una mayor tasa de natalidad, decreció la proporción de negros en relación al total de la población: 15,7 % (3,6 millones) en 1850, 11,6% (8,7 millones) en 1900. Esta aparente contradicción se debió a que apenas si hubo emigrantes de raza negra y un índice de mortalidad mayor: en 1900, un 1.8% para los blancos y un 2.8% para los negros. La segunda raza con dificultades era la amarilla. En 1892 se había prohibido la emigración de chinos. El progreso del "problema amarillo", especialmente notorio en la zona costera estadounidense del Pacífico, entre 1871 y 1878, fue demasiado rápido y provocó la caída de salarios, al conformarse con sueldos bajos. Pese a las trabas, los japoneses siguieron emigrando a EE.UU. hasta 1907, año en que se frenó la emigración.
Además de las motivaciones económicas y laborales, existe un motivo racial en el rechazo de la población amarilla por parte de los blancos, solucionado de momento con las cuotas establecidas por el gobierno y el nacimiento de barrios separados. Por último, por lo que respecta a la población autóctona, en 1890 había aproximadamente 240.000 indios, es decir, menos de la mitad que los que había a la llegada de los blancos. Este retroceso se explica por una eliminación sistemática, aunque muy variada en cuanto a los medios utilizados. Un proverbio indio compendia las causas de este proceso de destrucción: "El hombre blanco, el whisky, la viruela, la pólvora y las balas, la exterminación". La realidad es que para evitar que ocuparan demasiado espacio se les molestó, se les redujo a la esclavitud y se les expulsó. Los cheroquis, por ejemplo, fueron obligados a un éxodo de más de 1.000 kilómetros que fueron jalonando de cadáveres. Quedaron algunas reservas, pero fueron cada vez más escasas y reducidas.
Antecedentes de la migración de mexicanos a Estados Unidos El reclutamiento de trabajadores mexicanos empezó a fines del siglo pasado, se incrementó durante la primera Guerra Mundial y toda la década de los veintes, después hubo una baja y se volvió a incrementar durante la segunda Guerra Mundial. Una de las causas que dieron origen a la emigración mexicana hacia los Estados Unidos fue el caso de algunos grupos mexicanos residentes en la frontera quienes pasaron a formar parte de Estados Unidos.
Esto ocurrió por medio de rebelión (en Texas), después de una guerra entre México y Estados Unidos (Texas y Nuevo México), y por adquisición (Arizona y Nuevo México). En el período transcurrido entre la batalla de San Jacinto en 1836 y la compra Gadsden en 1853, Estados Unidos adquirió los actuales estados de Texas y Nuevo México y parte de Colorado, Arizona, Utah, Nevada y California.
La población mexicana en Estados Unidos de Norteamérica se ha ido conformando a partir de este núcleo inicial, que habitaba los territorios incorporados, y de los emigrantes provenientes de México, que en distintos períodos han venido estableciéndose como ciudadanos norteamericanos. Esto asentó las bases de la migración mexicana en mayor escala en el siglo XX. En este siglo, esta frontera ha influido profundamente en la vida de los mexicanos, la cercanía y el fácil acceso a Estados Unidos hizo que una gran cantidad de emigrantes presionara constante y amenazadoramente sobre los logros económicos de los mexicanos ya radicados en este país. Junto a lo anterior, la caótica condición de las zonas fronterizas, impidió todo control gubernamental de los movimientos de población entre los dos países, el control formal de este tráfico humano se inició en 1886, no fue sino hasta 1907 cuando se estableció una forma definitiva de control. En 1919 únicamente 151 inspectores vigilaban toda la frontera. Antes de 1910 es estadísticamente imposible analizar a los inmigrantes mexicanos. Sabemos que después de 1848, tuvo lugar un importante movimiento, al tomar parte miles de mexicanos en la fiebre del oro de California.
Durante los años 1907 y 1908, los ferrocarriles mexicanos unieron el interior de México con las ciudades fronterizas. En esta forma se facilitó mucho la migración. Uno de los primeros estudios sobre este tema fue el realizado por el Dr. Manuel Gamio en 1926-1927, a petición del Social Research Council. Para Gamio la inmigración a los Estados Unidos es fundamentalmente un fenómeno económico, resultado lógico de un aumento de la demanda de trabajo de un país y una reserva disponible de trabajadores en el otro. Con gran precisión establece las causas determinantes que llevan a los mexicanos a emigrar: las malas condiciones de vida, los bajos salarios y el desempleo en México. Casi todos los inmigrantes eran trabajadores agrícolas y peones endeudados, según la costumbre que todavía prevalecía en México y obligaba a la gente a permanecer en el país. Fue durante la Revolución, después del año de 1910, al abolirse este sistema, cuando se inició un sustancial movimiento de personas hacia Estados Unidos. De 1910 a 1919, aumentó en los estados fronterizos la necesidad de mano de obra. Se había excluido a los chinos en 1882 y a los japoneses en 1907, y al principiar la primera guerra mundial disminuyó la entrada de migrantes europeos a los Estados Unidos.
La Primera Guerra Mundial aumentó la demanda y los precios de productos agrícolas y mineros, provenientes de los estados fronterizos. En 1917 se promulgaron varios reglamentos para permitir la entrada temporal a trabajadores agrícolas, trabajadores de mantenimiento de vías o caminos y mineros. Sin embargo en 1919, un informe mostró que las dos terceras partes de estos obreros permanecieron en el país.
Esta primera ola de migración efectuada de 1910 a 1920 fue únicamente el principio; la siguiente década vio la llegada de migrantes mexicanos en grandes números. A los años florecientes de la economía estadounidense siguieron otros muy distintos: Sobrevienen los años angustiosos de la depresión. Los primeros en sentir los rigores del desempleo y la miseria fueron sin duda las grandes masas de desempleados pertenecientes a las minorías raciales y nacionales, doblemente explotadas por el sistema. Millones de negros, puertorriqueños y mexicanos se encontraban ante el problema de sobrevivir en un país racista. Para los mexicanos, la solución no se hace esperar. El gobierno de Estados Unidos pensó que la mejor manera de ayudar a los desocupados mexicanos, era deshaciéndose de ellos, se inicia entonces la famosa "Operación Deportación". Emigrantes legales e ilegales, trabajadores temporales, residentes permanentes y ciudadanos norteamericanos de origen mexicano, fueron expulsados del país como delincuentes. A muchos se les aplicó un nuevo método para forzar la salida voluntaria: Se les suspendían los pagos de ayuda gubernamental y obligados por el hambre, salían hacia México.
Unos años más tarde, las emergencias debidas a la escasez de mano de obra durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, hicieron que los mexicanos fueran nuevamente bienvenidos. Subió la emigración ligeramente pero en forma continua, y de nuevo se empezó activamente a reclutar trabajadores, esta vez por medio del famoso programa de trabajo bajo contrato (Contract Labor), denominado de Braceros. Durante algún tiempo después de la guerra, se suspendieron estas actividades, pero los empresarios agrícolas, lograron reunir fuertes argumentos para reanudar el programa de braceros, esta vez bajo el pretexto de la Guerra de Corea.
Para el trabajador mexicano, las formalidades requeridas para conseguir entrada legal eran caras e inciertas; en muchos casos penetrar ilegalmente era más rápido y barato. A los agricultores, les convenía contratar a los ilegales porque en esta forma, se ahorraban mucho trabajo administrativo y honorarios altos. El programa de braceros terminó a finales de 1964.
Tabla 1 Principales periodos históricos en la migración de México a Estados Unidos
Periodo | Situación |
1870 – 1890 | Reclutamiento de trabajadores mexicanos por Estados Unidos para trabajar en los ferrocarriles del sudoeste y en la agricultura; la Ley Consular Mexicana de 1871 dispone la protección de mexicanos en el extranjero con respecto a la soberanía local; |
1891 – 1917 | La leyes de Estados Unidos restringen la entrada de mexicanos (y canadienses); reclutamiento estadounidense de trabajadores extranjeros durante la primera guerra mundial (incluidos algunos canadienses y bahamenses); informes consulares mexicanos sobre abusos salariales a trabajadores mexicanos en Estados Unidos; |
1920s | Establecimiento de la Patrulla Fronteriza; la entrada no autorizada al país se considera como un delito menor que conlleva sanciones; y las exclusiones de mexicanos por "presunción de indigencia" son comunes; |
1929 – 1933 | Repatriación de mexicanos durante la Depresión, financiada en parte por grupos mexicanos y de ayuda privada con apoyo frecuente de los consulados mexicanos; |
1940 – 1946 | Segunda Guerra Mundial; empieza el programa Bracero de trabajadores agrícolas, negociado conjuntamente por ambos gobiernos (que incluyó también un pequeño programa de ferrocarrileros hasta 1943); |
1951 – 1952 | En la tercera renovación del programa Bracero, México sugiere a Estados Unidos medidas contra el empleo de trabajadores no autorizados. Sin embargo, Estados Unidos adopta la "Texas Proviso" que considera como delito grave importar "extranjeros ilegales" pero exime de culpabilidad a los empleadores; |
1954 | Las negociaciones para un nuevo acuerdo Bracero se interrumpen, aunque Estados Unidos continúa el reclutamiento. El gobierno mexicano intenta detener sin éxito la migración al exterior; Estados Unidos efectúa deportaciones masivas de trabajadores no autorizados bajo la "Operación Espaldas Mojadas"; |
1964 | Termina el programa Bracero; |
1980s | La Ley de Reforma y Control de la Inmigración (IRCA) de Estados Unidos, de 1986, impone sanciones a los empleadores que a sabiendas, contraten trabajadores no autorizados, y legaliza a dos millones de residentes no autorizados. La Comisión Asencio de Estados Unidos recomienda el desarrollo económico para enfrentar el flujo no autorizado. México refuerza y expande su protección consular a mexicanos en el extranjero; |
1990s | El diálogo bilateral sobre migración aumenta. Se firma el Tratado de Libre Comercio en América del Norte (TLCAN). Estados Unidos refuerza el control fronterizo; nuevas leyes aceleran la remoción de migrantes no autorizados y restringen las prestaciones de asistencia social a los migrantes autorizados. Se acuerda la elaboración del Estudio Binacional México / Estados Unidos sobre Migración. |
Fuente: Estudio Binacional México / Estados Unidos sobre Migración, 1997.
3. Causas de la migración Mexicana a EE.UU.
La problemática del empleo -empleo productivo que permita satisfacer las necesidades básicas de la vida moderna-, no es exclusiva del sector agropecuario sino que afecta a la totalidad de la economía. El sector industrial no ofrece oportunidades de empleo suficientes para los requerimientos de la población (fuerza de trabajo), situación que parte del sector agrícola o de los sectores con tecnología atrasada. El aparato productivo, se ve altamente restringido en su capacidad de empleador, dada la estructura de una demanda fuertemente concentrada y dadas las tecnologías que se utilizan para satisfacerla. Esta sub-utilización de fuerza de trabajo, tanto en el ámbito rural como en el urbano, es donde se debe buscar la presión más esencial y última de emigrar a Estados Unidos.
El modelo de desarrollo seguido por México ha tenido como objetivo el crecimiento y la modernización, en el supuesto de que ello sería la solución de otros problemas. Este proceso se ha visto dominado principalmente por patrones de sociedades avanzadas e industrializadas y por el uso de tecnologías desarrolladas gracias al gran capital de éstos. Por lo que estas estructuras de consumo y de producción conducen a una situación generalizada de desequilibrio a nivel de factores productivos que se traduce en una sub-utilización de la fuerza de trabajo. Son estas las condiciones que conducen a la salida de mexicanos al exterior. La migración es vista así como resultante final y lógico de la problemática del empleo derivada del proceso mismo de desarrollo del país.
El problema básico del fenómeno migratorio contemporáneo radica en que mientras existen fuerzas internas y del sistema internacional, que inducen a emigrar de la periferia a los centros del sistema, las puertas se están cerrando y no hay a donde ir.
La Europa del siglo XIX e inicios del XX fue una gran expulsora de población conforme la Revolución Industrial extendía su influencia y terminaba por afianzarse en su camino del Norte hacia el Sur y del Oeste hacia el Este. El continente americano fue la principal región de destino de millones de europeos. Ciertamente el mundo de fines del siglo XX no es el mismo que el de fines del siglo XIX. El punto que se quiere destacar es que se tiende a olvidar que la emigración está asociada directa o indirectamente, al conjunto de procesos y flujos que se han dado con la expansión del sistema capitalista internacional y al sostenimiento de una posición restrictiva en cuanto a la movilidad de la fuerza de trabajo y una libertad irrestricta para el capital y las mercancías.
Las explicaciones más generalizadas y difundidas de la migración de mexicanos a Estados Unidos en lo que a las condiciones de México se refiere, suelen asociar este fenómeno a las realidades y circunstancias del México rural y agrario o bien a aquellos aspectos que hablan de un México tradicionalmente atrasado o no desarrollado. Sin embargo existen nuevas propuestas, como la de que el éxodo actual de mexicanos al país vecino se contempla ligado al proceso de desarrollo del país. La liberación del peón de los lazos que lo retenían en las haciendas se inició con la revolución de 1910 y se continuó con las acciones de reparto agrario que siguieron y fueron definitivas durante el régimen Cardenista. Lo que surgió de estas nuevas condiciones dio como resultado movilidad e incorporación de la mano de obra rural, a un mercado nacional de fuerza de trabajo. Sobre este fondo la presión demográfica, la incorporación al mercado y sus efectos se consideran elementos que proletarizaron y marginaron al subempleo a amplios segmentos de la población rural. La estrategia de modernización que se implementó en México después de la Segunda Guerra Mundial desarraigó a una parte importante de la población del país y las separó de los medios tradicionales para satisfacer sus necesidades básicas, sin proporcionarle a la vez los mecanismos institucionales para garantizar por lo menos un mínimo de seguridad económica dentro del nuevo orden.
Las altas metas de producción y mano de obra de Estados Unidos propician en el trabajador mexicano la inquietud de emigrar para buscar mejores fuentes de empleo, que no encuentra en su país.
Ese elevado nivel de consumo en la producción industrial, debe traer consigo, no sólo dólares, sino una vida nacional mejor en todos los órdenes y entre todos los grupos de la economía, lo cual incluye al empleado mexicano, que también sale con una ganancia, ya que el salario que se les ofrecería sería menor que el de los estadounidenses pero mayor al planteado por el gobierno mexicano. Asimismo, esta mejor vida nacional de los Estados Unidos sería atrayente, ya que el inmigrante contaría con mejores lugares para su supervivencia. En Estados Unidos, como en todos los países también hay crisis; en 1974 se da una de sus más fuertes crisis, ya que es cuando el país tiene una gran disminución de la inversión, baja producción, su población económicamente activa se encuentra en paro total. Para la economía capitalista, lo más dramático es la caída de la tasa de ganancia, que da origen al estancamiento económico. En estos pocos casos es cuando el mexicano, tiene necesidad de regresar a su patria a reponerse de esta crisis, no ganando lo mismo como lo hacía allá, pero tratando de sobrevivir. Los indocumentados mexicanos contribuyen al incremento del PIB de Estados Unidos, no sólo con la creación de Bienes y Servicios, sino también con los gastos de unas dos terceras partes de sus salarios; el valor agregado por el trabajador indocumentado al PIB de Estados Unidos no ha sido estimado, pero se calcula que es de varios miles de millones de dólares.
En México existieron factores que contribuyeron al aumento sin precedentes de los precios internos, como el cambio experimentado en los salarios nominales. Las causas de variación de la base monetaria han resultado primordialmente de la forma de endeudamiento público y de una política de mantener reservas internacionales. Es importante señalar que la economía mexicana había experimentado un notable equilibrio dinámico, durante un período considerablemente largo, ya que las principales variables de comportamiento de la economía crecían.
México y su población se ven, en una relación de dependencia hacia Estados Unidos. Un esfuerzo extraordinario de millones de trabajadores mexicanos se ha traducido, junto con la renta petrolera, en una enorme transferencia de recursos al exterior, y en una disminución relativa de las inversiones productivas internas. Por otro lado, la crisis produce un conjunto de coacciones que obliga a la intervención pública a buscar la recomposición del sector industrial, mediante el recurso creciente a las fuentes externas de financiamiento. Otro factor de importancia es la devaluación monetaria, porque al devaluarse nuestra moneda, el trabajador mexicano busca irse a Estados Unidos y cobrar en dólares, que al convertirlos en moneda nacional eleva su poder adquisitivo. Así, la economía mexicana tendrá ciertos aspectos desfavorables tales como: una estructura monopolista, una estructura agraria que conlleva a disparidades en el ingreso y la riqueza entre la población rural; ciudades llenas de vastas masas de desocupados y sub-ocupados y, por último, pero no de menor importancia, unas intensas relaciones económicas con Estados Unidos en las cuales, este último ejerce predominio. Aunque el flujo de mano de obra hacia el norte es el principal factor del programa fronterizo, existen otros elementos importantes, como: el flujo de los salarios de los trabajadores mexicanos en las tiendas del lado estadounidense de la frontera; la mayor dependencia de este comercio al menudeo con relación a las compras de un mercado mexicano cada vez más amplio, el flujo de la producción agrícola de los estados fronterizos mexicanos hacia los Estados Unidos, la contribución de los dólares a la economía comercial, la directa dependencia tecnológica con respecto a la norteamericana y una multitud de empresas y actividades ilegales. Así, mientras que la emigración se origina en transformaciones profundas de la sociedad agraria involucrando procesos de mecanización, capitalización y comercialización; con el tiempo produce cambios socio-económicos, que alientan estas tendencias y propician una migración subsecuente. Durante la transformación de la agricultura en 1960, los trabajadores fueron desplazados, habiéndose dado un libre acceso a Estados Unidos a través de las redes de relaciones conformadas durante la época del bracerismo, muchos trabajadores desplazados consideraron la emigración internacional como un ajuste estratégico. Dada la forma de operar de las redes sociales y la atracción ejercida por salarios altos, algunas unidades domésticas, de manera inevitable, emplearon estrategias recurrentes o establecidas. Conforme crecía la emigración, muchas familias pudieron invertir en métodos de producción agrícola de capital intensivo, y mientras más aumentaba la emigración recurrente, más familias se alejaron del cultivo. De esta manera la emigración agravó la baja demanda de trabajo agrícola y aceleró el cambio a la agricultura comercial. Entre tanto, el ejemplo de los emigrantes exitosos con viviendas bien construidas y llenas de comodidades modernas, motivó a otros a pensar en la alternativa migracional.
De acuerdo a un estudio del Consejo Nacional de Población, hay muchos factores que estimulan y sostienen la migración de mexicanos a Estados Unidos para trabajar temporalmente o para establecerse en ese país. A diferencia de la percepción predominante en algunos sectores de la sociedad estadounidense, que concibe que las causas de la migración se originan principalmente en México, en nuestro país existe consenso en torno a la idea de que ésta responde a la interacción de factores de naturaleza económica, social, cultural y demográfica que operan en ambos lados de la frontera. La estructura del complejo sistema migratorio está conformado, entre otras, por las siguientes fuerzas: la insuficiente dinámica de la economía nacional para absorber el excedente de fuerza de trabajo; la demanda de mano de obra mexicana en los sectores agrícola, industrial y de servicios de Estados Unidos; el considerable diferencial salarial entre ambas economías; la tradición migratoria hacia el vecino país del norte; y la operación de complejas redes sociales y familiares que vinculan los lugares de origen y destino, las cuales facilitan la experiencia migratoria de los mexicanos en Estados Unidos.
Los factores que estructuran el complejo sistema migratorio entre ambos países se pueden concentrar en tres grandes grupos: 1. Los factores vinculados con la oferta-expulsión de fuerza de trabajo en México 2. Los factores asociados con la demanda-atracción en Estados Unidos 3. Los numerosos factores sociales que ligan a los migrantes con la familia, los amigos, las comunidades de origen y las de destino, y que son determinantes para reducir los costos y riesgos asociados con el movimiento migratorio a Estados Unidos. Los factores de oferta-expulsión en México desempeñan un papel tan fundamental como la disponibilidad de empleos en Estados Unidos en la sustentación de la migración de México al norte. Los factores de ofertaexpulsión parecen haberse vuelto más importantes desde mediados de la década de 1980, como resultado del crecimiento rápido de la población en la década de 1970, de las crisis económicas recurrentes en México, de las devaluaciones del peso y de las políticas mexicanas tendientes a la modernización económica, tales como la privatización de industrias paraestatales que ha resultado en despidos de trabajadores y la reestructuración del México rural que hizo que la agricultura en pequeña escala fuera menos provechosa.
Esto significa que los mexicanos migran a Estados Unidos: (1) dentro de redes bien establecidas, así como (2) mediante nuevas redes que se están desarrollando para llevar migrantes al país vecino desde regiones que no tienen una tradición de esa migración, como las zonas urbanas de México y los estados sureños. Con frecuencia, los amigos y parientes establecidos en Estados Unidos proporcionan financiamiento, asesoramiento, techo y empleos a migrantes no autorizados que acaban de llegar. Los miembros de familias establecidas en Estados Unidos usan las políticas de unificación familiar para que sus cónyuges e hijos se reúnan con ellos y obtengan, con el tiempo, el status de migrante autorizado.
En el lado de la demanda-atracción en los mercados de trabajo estadounidenses, los empleadores se están ajustando a salarios mínimos más altos y a una competencia más global. En el lado de la oferta, Estados Unidos sigue teniendo una considerable fuerza de trabajo poco calificada. Las reformas recientes a los programas de bienestar social pueden aumentar el número de trabajadores poco calificados de Estados Unidos que busquen empleo, sobre todo en sectores en donde se concentran los trabajadores nacidos en México (nueve de cada diez trabajadores mexicanos en Estados Unidos tienen empleos que no son agrícolas, a menudo en las industrias que requieren mano de obra poco calificada).
De acuerdo a los resultados del Estudio Binacional México – Estados Unidos sobre Migración, hay dos conclusiones básicas sumamente importantes, tanto por el carácter binacional de los planteamientos como por el enfoque interdisciplinario que sugirió para los próximos años:
- El catalizador de gran parte de la migración laboral actual no autorizada de mexicanos ha estado tradicionalmente en Estados Unidos; sin embargo, con el paso del tiempo, un conjunto más vasto y complejo de factores reproducen ese flujo.
- Las tendencias que actualmente parecen ir en aumento y diversificar los flujos migratorios de México a Estados Unidos, pueden amortiguarse o incluso revertirse en los quince años próximos si las tendencia demográficas y económicas se sostienen.
Cabe recordar que este Estudio Binacional se concluyó en 1997. Es decir, esta perspectiva arrojada en el Estudio, no se ha cumplido, ya que seis años después, no sólo no se ha revertido el proceso migratorio, sino que sigue habiendo la misma tendencia en el flujo.
La migración de mexicanos a Estados Unidos está inicialmente motivada sobre todo por factores de carácter económico, pero actualmente no son los únicos que la sustentan. En efecto, hoy las redes de familiares y amigos, los agentes laborales y reclutadores vinculan el crecimiento de la industria, el empleo y el dinamismo económico en diversas regiones de Estados Unidos con un número creciente de comunidades mexicanas que envían migrantes al vecino país.
Debido a que la migración es un proceso dinámico, la importancia atribuida y el peso específico asignado a cada factor tiende a variar con el tiempo en la decisión de migrar. Tan sólo en el periodo 1970 – 1996, las tasas acumuladas de emigración de México a EEUU por edad aumentaron a medida que crecían las remesas per cápita y el diferencial salarial, y disminuyeron conforme la dinámica de la economía mexicana tendió a mejorar y las condiciones de desempleo abierto en EEUU relativas a las de México empeoraban.
Estados de la República Mexicana expulsores de migrantes Alrededor de las tres cuartas partes de los indocumentados, proviene de las regiones rurales y semi-urbanas. Los estados mexicanos que aportan mayor número de migrantes, son Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Zacatecas y Michoacán. En términos generales, se considera que los estados ya mencionados, no son precisamente los económicamente más subdesarrollados, ni los más cercanos al territorio estadounidense; de ahí que la emigración, se deba además de a la tradición de hacerlo desde hace muchos años.
En el mapa A.1, se puede observar el grado de intensidad migratoria de México a Estados Unidos por entidad federativa en el año 2000, de acuerdo al Consejo Nacional de Población.
En cuanto a la distribución regional de la emigración internacional, en el Cuadro 1 se observa que, en términos absolutos, únicamente tres entidades del país (Jalisco, Michoacán y Guanajuato) concentraron la tercera parte de los emigrantes a Estados Unidos durante el quinquenio 1995-2000. Estas tres entidades se encuentran en el Centro-Occidente de México, región que históricamente ha concentrado la emigración hacia los Estados Unidos.Sin embargo, otras entidades del país, como es el caso del estado de Morelos, empiezan a tener una mayor presencia en el flujo migratorio hacia el vecino país, no tanto por el volumen absoluto de sus emigrantes, sino por el porcentaje que los migrantes representan en la población residente. En el mismo Cuadro 1 se observa que los migrantes de Morelos representaron casi el 3% de la población residente de la entidad en el año 2000, superado únicamente por los estados de Zacatecas, Michoacán, Guanajuato y Durango.
Cuadro 1 Emigrantes a Estados Unidos entre 1995 y 2000 y su participación porcentual en la población residente de 2000, según entidad federativa de residencia.
Estado | Emigrantes | % |
1995-2000 | ||
TOTAL/PROMEDIO | 1,569,157 | 100 |
Zacatecas | 65,631 | 4.2 |
Michoacán | 165,502 | 10.5 |
Guanajuato | 163,338 | 10.4 |
Durango | 42,307 | 2.7 |
Morelos | 44,426 | 2.8 |
Nayarit | 26,303 | 1.6 |
Aguascalientes | 25,766 | 1.6 |
Hidalgo | 60,817 | 1.9 |
Jalisco | 170,793 | 10.6 |
San Luis Potosí | 61,757 | 3.9 |
Guerrero | 73,215 | 4.7 |
Colima | 12,581 | 0.8 |
Querétaro de Arteaga | 24,682 | 1.6 |
Chihuahua | 49,722 | 3.2 |
Oaxaca | 55,839 | 3.6 |
Puebla | 69,775 | 4.4 |
Sinaloa | 34,662 | 2.2 |
Tamaulipas | 32,665 | 2.1 |
Veracruz | 78,347 | 5.0 |
México | 127,425 | 8.1 |
Coahuila | 21,581 | 1.4 |
Baja California | 22,613 | 1.4 |
Tlaxcala | 8,541 | 0.5 |
Nuevo León | 33,066 | 2.1 |
Distrito Federal | 59,368 | 3.8 |
Sonora | 13,676 | 0.9 |
Baja California Sur | 2,36 | 0.2 |
Yucatán | 5,839 | 0.4 |
Campeche | 2,192 | 0.1 |
Quintana Roo | 2,496 | 0.2 |
Chiapas | 9,275 | 0.6 |
Tabasco | 3,597 | 0.2 |
Fuente: Censo 2000
Formas de entrada Es ampliamente conocido que la mayoría de los trabajadores indocumentados mexicanos son (entrants without inspection), es decir que ingresaron al territorio estadounidense, sin haber sido inspeccionados por las autoridades de migración. Es usual que el mexicano que desea ingresar a Estados Unidos lo haga por medio de un "pollero", "coyote" o "enganchador", a quien deberá pagar una cantidad importante que varía de acuerdo a los siguientes factores: a) el punto de cruce, b) la relación del "coyote" con las autoridades fronterizas, (tanto de un país como del otro), y, c) la distancia que haya que recorrer.
Se calcula que la suma requerida es de $350 y $500 dólares por persona. Si el aspirante no utiliza los servicios del "coyote", es porque seguramente tiene conexiones con otros mexicanos que se encuentran ya en Estados Unidos, quienes le ayudaran a penetrar y conseguir trabajo en ese país.
Lugares de Destino Los estados preferidos, por los mexicanos indocumentados, son los del sur, especialmente California (50%), Texas (21.2%) e Illinois (7.9%), California se considera uno de los estados mas ricos y donde hay gran cantidad de trabajos agrícolas, en Texas se pagan los salarios más bajos y en Illinois se ofrecen los empleos de clasificación mas alta.
Los nuevos destinos Muchos migrantes que se han ubicado en el centro, el norte y el noreste de Estados Unidos, explican su elección por una especial combinación del conocimiento que tienen de la saturación migratoria de algunas regiones, con la existencia de importantes cantidades y calidades de capital social (parientes, vecinos, amigos) en otras distintas. Si en ambos tipos de lugar se tienen contactos, a través de ellos se puede saber en dónde es más posible obtener trabajo y vivienda, por ejemplo.
Entre los nuevos destinos, partes importantes del norte (Wyoming, Idaho, Washington State), noreste (Nueva York, Nueva Jersey, Washington D. C.) y centro (Alabama, Nevada) de Estados Unidos, han empezado a recibir cantidades importantes de migrantes mexicanos. Ahora bien, cabe precisar que esos nuevos destinos son muy poco significativos en la cuantificación general de la población mexicana en aquel país, en donde los estados de California y Texas siguen alojando a la inmensa mayoría de la migración mexicana. Sin embargo, pueden llegar a ser de una importancia considerable.
En general, la tendencia es que la acción de las redes lleve a que la mayor parte de quienes migran desde un mismo origen se dirijan a un destino común. Sin embargo, es posible encontrar, aun en poblaciones pequeñas, migraciones hacia distintos puntos. En la mixteca poblana, por ejemplo, es común oír hablar del caso de una población cuya cabecera municipal está dividida en cuatro secciones, que son popularmente identificadas por el lugar al que migran sus habitantes (Nueva York, Chicago, Los Angeles, Baja California).
En el mapa A.2 se puede observar la distribución de los migrantes mexicanos en los condados de Estados Unidos, en el que claramente se distingue que las regiones en las que tienen una mayor presencia los connacionales son California y Texas.
Mapa A.2 Distribución de mexicanos en Estados Unidos
Fuente: Censo de Población de Estados Unidos de América, 1990.
Cuadro 2 Población mexicana en 21 ciudades estadounidenses
CIUDAD | POBLACIÓN | POBLACIÓN MEXICANA | % |
Alburquerque | 384.736 | 70.145 | 18.2 |
Chicago | 2.783.826 | 348.040 | 13.7 |
Chula Vista | 135.163 | 45.182 | 33.4 |
Corpus Christi | 257.453 | 119.864 | 46.5 |
Dallas | 1.006.831 | 183.430 | 18.2 |
Denver | 467.610 | 74.555 | 15.9 |
El Paso | 515.342 | 340.871 | 66.1 |
Houston | 1.630.672 | 357.508 | 21.9 |
Las Cruces | 62.126 | 25.319 | 40.7 |
Los Angeles | 3.485.398 | 925.141 | 26.5 |
Miami | 358.548 | 1.981 | 0.5 |
Nueva York | 7.322.564 | 55.698 | 0.76 |
Phoenix | 983.403 | 177.534 | 18 |
Sacramento | 369.365 | 47.884 | 13 |
San Antonio | 935.927 | 483.307 | 51.6 |
San Diego | 1.110.549 | 193.080 | 17.3 |
San Francisco | 723.959 | 38.326 | 5.2 |
San José | 782.225 | 171.200 | 21.8 |
Santa Ana | 293.742 | 174.797 | 59.2 |
Santa Fe | 55.993 | 8.622 | 15.3 |
Tucson | 405.390 | 107.857 | 26.6 |
Fuente: Información aparecida en la página web de 11tv (URL: http://www.oncetv.ipn.mx), el 12 de septiembre de 2000. Nota: Si bien existe información que indica claramente las tendencias respecto a la ubicación de las comunidades hispanas, es difícil obtener estadísticas actualizadas que clasifiquen a los latinos de acuerdo con su origen y lugar de residencia.
5. Legislación estadounidense en materia de inmigración
Aunque de manera inicial en los años setenta, pero luego ya decididamente durante los ochenta, se dio un cambio importante en los patrones migratorios como efecto de dos influencias: una, las políticas migratorias seguidas por Estados Unidos y, otra, los avatares del desarrollo económico de México. En 1995, con la Enmienda al Acta de Inmigración de Nacionalidad de 1952, se dieron cambios importantes en las políticas migratorias de Estados Unidos al abolir las cuotas de inmigración por países, las cuales habían prevalecido hasta los años veinte. Además, se abrió la inmigración procedente del Pacífico y se le dio prioridad a la reunificación familiar como base para permitir la inmigración legal. Unos años más tarde, en 1980, se modificó también la ley de refugiados, permitiendo una mayor cobertura al ampliar la definición de refugiado.
A partir de los años sesenta, las cifras de inmigración aumentaron notablemente en comparación con las décadas pasadas, ya que el número de inmigrantes de todas las nacionalidades, entre 1961 a 1980, fue de 7.8 millones, o el equivalente a 221% de aumento en relación con el número de inmigrantes entre 1941 y 1960. La proporción de mexicanos inmigrantes entre 1961 y 1980 fue de 14%, mientras que en los años 1941-1960 había sido solamente de 10%.
El número de inmigrantes a Estados Unidos entre 1981 y 1990 (sin considerar la legalización de IRCA) ha sido el mayor de los últimos 60 años, ya que desde la década de 1911-1920 no se registraba una cifra igual. En Estados Unidos existía, además, una preocupación especial por el tema de la migración indocumentada ya que, al dejar de existir el Contrato Bracero, las necesidades de la agricultura se satisfacían fundamentalmente con este tipo de mano de obra, aparte de que, durante los primeros años de los ochenta, los inmigrantes indocumentados de otros países también aumentaron de forma considerable.
Aunque se especuló mucho sobre el número de indocumentados que había en Estados Unidos al inicio de los ochenta, las cifras mejor apoyadas calculaban alrededor de dos millones de personas, número suficiente para que, aumentado con el amarillismo de los medios de comunicación, llegara a causar gran inquietud tanto entre políticos, como entre el público en general, sobre todo si se considera que una alta proporción estaría concentrada en zonas muy circunscritas del suroeste del país.
Estos hechos llevaron, finalmente, a tomar varias medidas de política migratoria para lograr más adelante la aprobación de una nueva ley de reforma a la inmigración, mejor conocida como IRCA (Immigration Reform and Control Act), cuyo objetivo principal era la legalización de la población extranjera que se encontraba indocumentada hasta el año 1982. También proveía, bajo ciertas condiciones, la legalización de un tipo especial de trabajador temporal para la agricultura, denominado Special Agricultural Worker (SAW). En el cuadro 3 se pueden observar las fechas y leyes históricas que afectaron la historia de la inmigración hacia Estados Unidos.
Fechas Históricas Significantes que afectaron la Historia de Inmigración Americana Acta de Naturalización de 1790 Estipuló que "cualquier extranjero, que sea una persona blanca libre, puede ser admitido para volverse un ciudadano de Estados Unidos." Acta de Pasajeros de 1819 Congreso requirió que los capitanes de barcos mantengan un libro con detalles de la información de los pasajeros y que les proporcionen mejores condiciones humanas a las personas a bordo. 1875 La Corte Suprema declaró que la regulación de inmigración es responsabilidad del Gobierno Federal. 1882 El Acta de Exclusión de los Chinos prohibió que ciertos trabajadores inmigren a Estados Unidos. El Acta de 1882 Esta Acta general de Inmigración coleccionó 50 centavos de impuesto por cada inmigrante y negó la entrada a iditos, locos, convictos, mendigos, anarquistas y personas con enfermedades contagiosas, de esta manera excluyendo a cualquiera que pudiera convertirse en una cargo público. 1885 y 1887 Las leyes de Trabajo de Extranjeros Contratados prohibieron a ciertos trabajadores inmigrar a Estados Unidos. 1891 El Gobierno Federal asumió la tarea de inspeccionar, admitir, negar, y procesar todas las aplicaciones de los inmigrantes que buscan admisión a Estados Unidos. 1892 El 2 de Enero, una nueva estación de inmigración Federal fue abierta en la Isla Ellis en la Bahía de Nueva York. 1903 Esta Acta reiteró las provisiones de 1891 acerca de las fronteras de tierra y pidió reglas para cubrir la entrada así como la inspección de extranjeros cruzando la frontera mexicana. 1907 El Acta de Inmigración de 1907 reorganizó los estados fronterizos con México, (Arizona, Nuevo México, y una gran parte de Texas) en el Distrito Fronterizo Mexicano para dirigir el tráfico de inmigrantes a Estados Unidos. 1917 El Acta requirió que los inmigrantes deban poder leer y escribir en su lengua natal. 1917 – 1924 Una serie de leyes fueron promulgadas para limitar el número de nuevos inmigrantes. Estasleyes establecieron el sistema de límites e impusieron requerimientos de pasaporte. Extendieron las categorías de extranjeros que no serían permitidos entrar a cubrir todos los Asiáticos excepto por los Japoneses. Acta de 1924 Redujo el numero de visas de inmigración y las distribuyeron en bases de origen nacional. El Acta de Registro de Extranjeros de 1940 requirió que todos los extranjeros (no ciudadanos estadounidenses) dentro de Estados Unidos se registren en el Gobierno y reciban una Tarjeta de Recibo de Registro Extranjero (la predecesora de la "tarjeta verde.") El Acta del Paso de Seguridad Interna de 1950 le dio más valor a la Tarjeta de Recibo de Registro Extranjero. Inmigrantes con estado legal reemplazaron sus tarjetas con lo que generalmente se conoció como la "tarjeta verde" (Forma I-151). Acta de 1952 Estableció el sistema de inmigración moderno. Creó un sistema de límites el cual impone límites basadas por país. También estableció el sistema de preferencia que dio prioridad a miembros de familia y gente con habilidades especiales. Acta de 1968 Eliminó la discriminación de inmigración basada en raza, lugar de nacimiento, sexo y residencia. También oficialmente abolió restricciones en inmigración oriental. Acta de 1976 Eliminó la preferencia en el tratamiento para los residentes del Hemisferio Occidental. Acta de 1980 Estableció una póliza general gobernando la admisión de refugiados. Acta de 1986 Se enfocó en restringir inmigración ilegal. Legalizó cientos de miles de inmigrantes ilegales. También introdujo el programa de multas para los empleados que ocupan trabajadores ilegales. También aprobó leyes para prevenir el fraude de matrimonios falsos. Acta de 1990 Estableció un límite anual para ciertas categorías de inmigrantes. Su objetivo fue ayudar a negocios en los Estados Unidos a atraer trabajadores extranjeros con especialidades; así extendió las categorías de la clase de negocio para favorecer a personas que pueden hacer contribuciones educativas, profesionales o financieras. Creó el Programa de Inversionista Inmigrante. |
Cuadro 3
Ley Simpson – Rodino (IRCA)
La primera Ley en materia de migración tiene su fundamento en la XIV Enmienda, Sección primera de la Constitución de los Estados Unidos y fue promulgada en 1940, pero fue sustituida en 1952., por la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Durante tres décadas, se presentaron varios intentos fallidos para reformarla, siendo uno de los últimos el proyecto Simpson Mazzoli, que fue introducido para su discusión en marzo de 1982, pero fue hasta el 6 de noviembre de 1986, en que fue aprobada la Ley de Reforma y Control de Inmigración (IRCA), comúnmente conocida como la Ley Simpson Rodino. La filosofía que se traduce de dicha Ley es la de "recuperar el control de sus fronteras". Las reformas constituyen modificaciones a siete títulos de la Ley: I Control de la inmigración ilegal II Legislación III Reformas a la inmigración legal IV Reformas al Congreso V Asistencia a las entidades federativas, para los costos de encarcelamiento de extranjeros ilegales. VI Comisión para el estudio de inmigración internacional y cooperación para el desarrollo económico, VII Competencia federal para las aportaciones y exclusiones de extranjeros convictos de delitos
El título primero se desagrega en tres apartados, que son: – Empleo – Vigorización de las medidas de control,
- Verificación del estatus migratorio.
- Esto se traduce en sanciones para las personas que contraten los servicios de extranjeros que no tengan su documentación migratoria en orden; medidas para el reforzamiento de las actividades en SIN (Servicio de Inmigración y Naturalización), pero "muy especialmente de la patrulla fronteriza", así como rígidas penalizaciones a quienes introduzcan o transporten ilegales hacia los Estados Unidos. Es ahora cuando se declara ilegal la contratación de personas que carezcan de documentos legales de migración, no así en la ley de l952, conocida comúnmente como Ley Walter- McArran, en la que se decía que era ilegal trabajar sin documentos en los Estados Unidos, pero en ningún caso se sancionaba a los empleadores que abusaban de su condición.
Actualmente se menciona que toda persona que pretenda contratar a un extranjero debe comprobar que éste posee la documentación necesaria; y debe guardarla en sus archivos y exhibirla a las autoridades competentes cuantas veces le sean requeridas. Con respecto a la discriminación, ésta no la constituye el hecho de que un patrón prefiera a un nacional, en lugar de un migrante, en condiciones iguales; pero para esto se establece un Consejo Especial a fin de analizar cualquier queja de discriminación en relación a prácticas ilegales de empleo con motivo de una situación migratoria.
El segundo título de la ley, es sin duda el más relevante, pues se refiere a la regularización de la población migrante indocumentada. Esto se podrá realizar siempre y cuando aquel extranjero que haga solicitud, haya vivido de manera ininterrumpida hasta antes del 1o. de enero de 1982. La residencia temporal se podrá cambiar por la definitiva después de 18 meses de la entrada en vigor de la misma ley, solo después de que comprueben un mínimo conocimiento de inglés, de historia, y del gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, el trabajador mexicano se distingue del resto de la migración internacional, pues el patrón de conducta de éste, es de permanencia temporal; de hecho el promedio de estancia del migrante mexicano es de cuatro a cinco meses, ya que regresa a su lugar de origen para estar con su familia; este es un aspecto que la IRCA simplemente ignora. "De ahí que hubiera sido más razonable la celebración de un acuerdo bilateral mexico-estadounidense, en el cual se pactaran visas de entrada y salida para los trabajadores mexicanos…".
El tercer título, que comienza refiriéndose a los trabajadores agrícolas, establece la implantación del programa H2A, y nos dice que cuando no exista un número suficiente de trabajadores, se podrá solicitar la internación de éstos, siempre y cuando no afecte negativamente el nivel de salarios y en las condiciones generales de trabajo; la consideración se dará bajo la autorización del Secretario de Trabajo, ya sea a través de asociaciones de productores o individualmente por cada patrón. De aquí se establece una Comisión Consultiva que funge como mecanismo de consulta con el Gobierno Mexicano y pueda asesorar al Procurador General. A juicio de algunos funcionarios del CONAPO, se debe evitar el contacto con la comisión, por el supuesto de que es un acuerdo que debió plantearse antes de la aprobación de la ley y no aposteriori.
Para los casos de naturalización, a estos se les niega el servicio de seguro social por un período de cinco años. Esto, entre otras cosas constituye lo más relacionado con los trabajadores migrantes que se estable en los textos de la IRCA. Pero a juzgar por la persistencia de los flujos migratorios hacia Estados Unidos, se puede afirmar que la legislación IRCA está muy distante de haber alcanzado su propósito principal de acabar con la entrada de migrantes indocumentados. Se podría adelantar la hipótesis de que tal legislación no se hizo para eliminar la entrada de migrantes indocumentados, tanto como para responder políticamente a las razones ideológicas que estuvieron detrás de las propuestas más restrictivas, como la resumida en la frase: "We have lost control of our borders". Un país que ha perdido el control sobre sus fronteras se preocuparía cuando menos de colocar una indicación oficial de donde esta la frontera en el punto de cruce de indocumentados más intenso de toda la frontera norte, como es el caso del Cañón Zapata. En ese lugar no hay ninguna indicación oficial de la ubicación de la frontera internacional.
Propuesta 187 Otro aspecto de carácter jurídico que implica al movimiento migratorio, lo representa en términos actuales la comúnmente conocida como propuesta 187, la cual encuentra su principal expositor en Pete Wilson. En lo que respecta a esta iniciativa, que se refiere a la negación de los servicios sociales (Educación, Salud, Vivienda, etc.), tanto a los migrantes ilegales como a su progenie, podemos afirmar que representa una frustración de parte de los ciudadanos del sur de Estados Unidos, con la inhabilidad del Gobierno Federal para dar cumplimiento efectivo a las leyes de migración. Esta Ley supone una obstaculización para el establecimiento de los trabajadores migrantes y sus familias. Pero dado que para su economía, la afluencia de mano de obra barata la afecta favorablemente, es más conveniente tenerlos por períodos cortos a que lleguen a ser una carga para el gasto social. Por su parte, algunos estadounidenses, al igual que los inmigrantes están en contra de la aprobación de esta Ley. La juez federal de distrito, Mariana Pfaelzer16, afirmó que ese estado "carece de autoridad para poner en práctica su propio esquema, para reglamentar la inmigración o para idear reglamentos que sean paralelos a las leyes federales de inmigración o que pretendan complementarlas". El abogado Fred Kuments, representó a varios niños inválidos que serían afectados por la polémica iniciativa, al momento que agregó: "La propuesta 187 ha sido efectivamente anulada por las cortes federales". Estas acciones, entre otras, denotan la inconformidad de los demás estadounidenses ante la iniciativa, que generó gran polémica cuando en noviembre de 1994, fue aprobada en un referéndum por la población californiana. En esta misma fecha el gobierno mexicano resintió el efecto de la población norteamericana para sus connacionales, mismo que durante las últimas décadas no ha querido dar solución a la situación migratoria; y esto supone que busca seguir manteniendo la "puerta trasera", abierta para que miles de mexicanos, puedan seguir integrando el mercado estadounidense.
Pero la continuidad del movimiento migratorio ha implicado al Gobierno mexicano, por decir algo, desde la década de los cuarenta, cuando se inició el Programa Bracero (1942-1964), por medio del cual se otorgaron más de cuatro millones de permisos de trabajo, y su larga duración afianzó la institucionalización de la migración en las comunidades mexicanas. Ejemplo de esto es la asombrosa organización que ha desarrollado la comunidad mixteca, en los años más recientes, y no está por demás que para quienes pudieran dudarlo, pueden marcar en California el 1800-Mixteco, para recibir asistencia legal en Inglés, Español y Mixteco. Por otra parte, hay personas que en algunos estados del país desarrollan su vida más conectada a Los Ángeles que con las ciudades mexicanas más cercanas, como es el caso de Jalisco y Michoacán. Esto es el producto de un desarrollado sistema de comunicación que durante tres generaciones han conseguido los trabajadores migrantes con sus familiares. También podemos apuntar a la facilidad con que éstos encuentran trabajo del otro lado de la frontera. Gracias a que en la época de los años setenta, se pronunció de manera desmedida el flujo migratorio, entre las comunidades norteamericanas comenzó a gestarse un movimiento restriccionista que ahora pretende consolidarse en la propuesta 187.
Legislación de 1996 El año de 1996 fue de gran actividad en materia de legislación migratoria. Esta nueva legislación se debe ver en combinación con otras dos leyes que fueron aprobadas en 1996, la que trata de la reforma a la asistencia social y la que trata del antiterrorismo. Algunos de los elementos importantes de estas tres leyes (la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante; la Ley de Antiterrorismo y Pena de Muerte Efectiva de 1996; y la Ley de Conciliación de la Responsabilidad Personal y las Oportunidades de Trabajo de 1996, es decir la Ley de Bienestar Social), se resumen en el siguiente cuadro.
Cuadro 4 Elementos importantes de las legislaciones de 1996
El número de agentes de la patrulla fronteriza se aumenta anualmente durante cinco años, disposición que tiene efecto particular sobre los migrantes no autorizados provenientes de México |
Se erige una nueva barda triple entre San Diego y Tijuana |
Al mismo tiempo, se facilita la entrada de migrantes autorizados y de visitantes fronterizos desde México |
Se eliminan las antiguas tarjetas para cruzar la frontera, y se reemplazan con nuevas tarjetas con un biométrico |
Se autoriza la remoción expedita sin audiencia a los migrantes no autorizados en Estados Unidos, a menos de que presenten una demanda de asilo creíble o demuestren una estancia continua de dos años |
Se elimina la distinción entre exclusión y deportación |
Se crean nuevas áreas sobre cuyas decisiones administrativas no pueden ser examinadas por los tribunales |
Esto incluye la ausencia de revisión judicial de las órdenes de deportación finales para la mayoría de los extranjeros delincuentes |
Además, la definición de lo que se considera "delito agravado" se amplía a actos en los que incluso se suspenda el encarcelamiento |
Ciertas demandas de legalización por "acción de clase" que se encuentran pendientes en los tribunales, ya no estarán sujetas a revisión judicial |
Las normas para la suspensión de la deportación (ahora "cancelación de remoción" se vuelven más restrictivas, y la condición del daño ocasionado por dicha suspensión aumenta de "extremo" a "excepcional" y a daño "extremadamente inusual" y debe ocasionársele a un ciudadano de Estados- Unidos, o a un cónyuge, padre, madre o hijo de un residente permanente no Autorizado |
Se aumentan las penas por violaciones de las leyes de inmigración |
Se excluye a los migrantes autorizados de acceder al ingreso suplementario de la seguridad social (SSI) y a los cupones para la compra de alimentos, hasta que obtengan la naturalización |
Los migrantes autorizados que hayan entrado después de la promulgación de la Ley de Bienestar Social estarán excluidos durante cinco años de la mayor parte de los programas federales que requieren una investigación previa sobre los medios económicos, incluido Medicaid |
La legislación sobre asistencia social es enmendada para hacer ciertas excepciones para cónyuges maltratadas e hijos de migrantes abandonados por sus padres |
Los compromisos bajo juramento de manutención a migrantes por parte de sus patrocinadores aumentan el nivel necesario de ingresos de éstos a un 125% arriba del umbral de pobreza y obligan a los fiadores hasta que el migrante se naturalice o acumule 40 trimestre empleado |
Los extranjeros se consideran inadmisibles como migrantes autorizados por un periodo de 3 años, si han permanecido sin autorización en Estados Unidos de 180 días a un año; durante 10 años si han permanecido en esa condición un año o más; y permanentemente, si han estado previamente convictos de un delito grave con agravantes; se añaden otras causas de inadmisibilidad |
Se implementan programas piloto para verificar la "elegibilidad" para el empleo |
Las personas que se encuentran en Estados Unidos sin autorización no son elegibles para los beneficios de la seguridad social o para la educación postsecundaria |
Se autoriza al procurador general a celebrar acuerdos por escrito con agencias estatales y locales para llevar a cabo funciones anteriormente exclusivas de los agentes federales de inmigración |
Nueva legislación (después del 11 de septiembre de 2001) Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, han tenido (y seguirán teniendo) una impacto significativo en las operaciones para el sistema de admisiones de inmigrantes a Estados Unidos. Primordialmente, esto se debe a que los 19 terroristas que se encargaron de los ataques de aquella fecha, ingresaron legalmente al territorio estadounidense con visas temporales.
Desde el 11 de septiembre de 2001, ha habido diversas propuestas de inmigración antiterrorista. Algunas de ellas se han convertido en leyes, otras han podido ser implementadas bajo ninguna legislación, y otras siguen siendo todavía meras propuestas. En el frente legislativo, el 26 de octubre de 2001, el Presidente George W. Bush firmó el USA PATRIOT (Uniting and Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism Acto f 2001), que significa la "Ley que Une y Fortalece a América por medio de la Provisión de las Herramientas Apropiadas Requeridas para Interceptar y Obstruir el Terrorismo". Esta legislación autorizó triplicar el número de agentes de la patrulla fronteriza, así como inspectores, e inspectores aduanales a lo largo de la frontera con Canadá. También autorizó 50 millones de dólares para cada Aduana para hacer mejoras tecnológicas. La ley también estipuló que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) compartiera su información de base de datos acerca de criminales con el Departamento de Estado.
Esta ley también le permitió al Procurador General designar, conforme a las nuevas definiciones, a 46 grupos como organizaciones terroristas, a cuyos miembros y seguidores se les negaría la entrada a Estados Unidos, y si ya estaban en territorio estadounidense, serían detenidos. Esta legislación también estableció que se implementaría un programa de monitoreo de visas de estudiantes extranjeros. Asimismo, se estableció que habría beneficios extensivos para las víctimas del terrorismo. El 19 de noviembre de 2001, el Presidente George W. Bush, firmó una nueva ley de seguridad en aviación, que estableció que en los siguientes dos meses todas las aerolíneas comenzarían a utilizar transmisión electrónica de las listas de los pasajeros que se dirijan a Estados Unidos, para poder corroborar la información que se encuentre disponible en las diversas bases de datos de Estados Unidos. También, en noviembre de 2001, el Departamento de Estado anunció que se incrementarían las medidas de seguridad en la revisión de todas las aplicaciones de visa no inmigrante de hombres entre 16 y 45 años de edad provenientes de los países árabes o musulmanes. Esto ha resultado en incrementar el periodo de espera en otros 20 días adicionales, mientras se revisan sus nombres y datos en las bases de datos del FBI. La Ley de Seguridad Fronteriza Reforzada y Reforma al Ingreso con Visa de 2002, se firmó el 14 de mayo de 2002, instituyendo un número considerable de cambios importantes, como respuesta al 11 de septiembre de 2001. Las asignaciones fueron autorizadas para contratar a más inspectores e investigadores y se hicieron importantes avances en la tecnología e infraestructura.
6. Migrantes Mexicanos En Estados Unidos
Trabajadores temporales mexicanos en Estados Unidos De acuerdo al Consejo Nacional de Población, la migración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos tiene, entre otros determinantes, las diferencias salariales entre ambos países. La intensificación del flujo migratorio laboral ha terminado por consolidar poderosos vínculos en los mercados de trabajo de México y Estados Unidos, teniendo una importancia cada vez más significativa en las economías de ambas naciones, sobretodo en las zonas expulsoras y receptoras de población, así como impactos decisivos en los ingresos de los familiares de los migrantes mexicanos. La migración laboral de carácter temporal es una modalidad específica del fenómeno global de la migración a Estados Unidos que, con frecuencia, antecede a la llamada migración definitiva o migración por cambio de residencia. La cantidad de mexicanos que trabajan o buscan trabajo en Estados Unidos en algún momento del año, pero tienen su residencia en México depende, entre otros factores, del monto de personas que intentan ingresar al país vecino, de la eficacia de la patrulla fronteriza estadounidense y de la demanda y condiciones de trabajo en ese país. De acuerdo con los datos de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF) que se levantó durante el periodo 1993 – 1997, el tiempo de estancia de los migrantes laborales no ha sufrido mayores variaciones en los últimos años, ubicándose en casi seis meses. Al hablar de este tipo de migrantes, se hace referencia a la población de migrantes laborales temporales de retorno de Estados Unidos que regresaron a México no necesariamente por su propia voluntad, sino que se incluye también a mexicanos que fueron capturados y devueltos por la patrulla fronteriza.
En esta misma encuesta se pudo obtener la información con respecto a los salarios de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos. En ella se advierte que el salario promedio percibido por los trabajadores temporales, en su último mes de trabajo en Estados Unidos, ha ido aumentando en términos nominales desde 1993 hasta 1997, pasando de aproximadamente 800 dólares apoco más de 900. Asimismo, en 1993 el primer cuartil se ubicaba en 500 dólares, mientras que en 1997, ascendió a 600. El valor mediano y el tercer cuartil también aumentaron de 1993 a 1997: de 700 a 800 y de 1000 a 1040 dólares, respectivamente. El promedio de los salarios de los trabajadores temporales está determinado por algunos factores:
Esquema 1 Factores que determinan el nivel salarial de trabajadores temporales mexicanos en EEUU
• Sexo. Existe una significativa diferencia en cuanto a la remuneración mensual que perciben los hombres y las mujeres, siendo bastante inferior el salario promedio percibido por los migrantes del sexo femenino: poco menos de 600 dólares (en 1997), es decir, aproximadamente ganaron dos tercios del salario que ganaron los hombres (931 dólares).
• Edad. En 1997, los trabajadores de mayor edad percibieron salarios medios superiores a los más jóvenes. Los migrantes temporales que tenían más de 45 años percibieron aproximadamente 970 dólares mensuales en promedio, y los del grupo 35-44 años, poco más de mil; por su parte, los promedio de remuneración mensual en los grupos de edades 25-34 y 12-24 fueron de alrededor de 880 y 830 dólares, respectivamente. Estas diferencias pueden deberse a características asociadas con la edad, tales como la capacitación y experiencia laboral, la condición de autorización para trabajar en Estados Unidos y la experiencia migratoria laboral previa. • Escolaridad. No se apreciaron diferencias importantes entre los trabajadores sin escolaridad, con primaria incompleta y con primaria completa. En cambio, sí aparece una diferencia en la categoría de escolaridad superior a primaria completa; allí se ubican se ubican los promedios salariales superiores (1010 dólares en 1997). • Jefatura de hogar. Las estimaciones fueron superiores para los trabajadores jefes de hogar en comparación con los no jefes. En 1997, los jefes de hogar ganaron casi 150 dólares mensuales más que los demás migrantes. Estas diferencias se podrían explicar, en parte por la mayoría de edad promedio de los jefes de hogar que puede ir de la mano con una mayor experiencia migratoria y laboral, y de la autorización para trabajar. • Sector de actividad en Estados Unidos. En 1997, el sector con un mayor promedio salarial fue el sector secundario, con poco más de 970 dólares; mientras que el nivel del sector servicios y el sector primario fueron de aproximadamente 890 dólares. • Experiencia migratoria. Los trabajadores temporales que contaban con experiencia migratoria laboral previa percibieron un salario medio superior que sus compatriotas sin experiencia; siendo la diferencia casi de 200 dólares: cerca de 980 dólares para los migrantes con experiencia y aproximadamente 770 dólares para el resto. • Autorización para trabajar en EEUU. El hecho de contar con autorización o no (los documentos) para trabajar en Estados Unidos, es un factor determinante en la remuneración percibida. En 1997, la diferencia entre los trabajadores temporales documentados y los indocumentados fue de aproximadamente 200 dólares.
Tradicionalmente el indocumentado mexicano ha desempeñado labores en el sector agrícola, usualmente se le contrata en el campo donde los salarios son pobres, se requiere de baja calificación y se desempeñan labores sucias y difíciles. Asimismo algunos sindicatos han señalado que para algunas cosechas en especial de cítricos (la peor pagada y la más dura que se lleva a cabo), utilizan por lo general fuerza de trabajo ilegal, debido principalmente a que el personal local prefiere obtener el seguro de desempleo a tener que desempeñar tareas de este tipo. Sin embargo a partir de la década de los setentas ha ido aumentando la importancia de empleos en otros sectores, esta situación se atribuye a que varios trabajos de índole agrícola se han eliminado debido a la creciente mecanización del campo, a que las tierras se han destinado para uso industrial y residencial; ya que hay más plazas de baja calificación disponibles en el comercio, la industria, la construcción y los servicios.
Protección de los derechos de los migrantes Lo que vuelve vulnerable a un indocumentado es justamente su condición de migrante no autorizado dentro del territorio estadounidense. Esta situación genera que algunos empleadores e incluso, autoridades, violen sus derechos humanos. Debido a esta situación, el gobierno mexicano se ha pronunciado en contra de la violación tanto de estos derechos como de los derechos laborales de los trabajadores migrantes, emprendiendo una serie de acciones para la protección de los derechos de los migrantes: • La creación y puesta en operación de nueve grupos de protección a migrantes, llamados Grupo Beta. • El fortalecimiento del Programa Paisano (que brinda información, asesoramiento y apoyo a los migrantes que regresan al país, acerca de sus derechos y obligaciones de carácter fiscal al traspasar las fronteras). • La capacitación de más de mil agentes migratorios en materia de derechos humanos, tarea ejecutada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos. La violencia en el trayecto hacia y en la frontera misma, se cuenta entre los efectos más negativos de la migración entre los dos países, y está relacionada en gran parte, aunque no exclusivamente, con los movimientos no autorizados. Los migrantes son víctimas de una variedad de delitos, desde ataques y abandono por parte de los "coyotes", hasta el robo, la violación e incluso el asesinato. Las muertes registradas y no registradas que se relacionan con intentos por cruzar la frontera son preocupantes. También inquietan los ataques violentos de los "coyotes" y otros individuos a funcionarios que son responsables de las operaciones fronterizas en ambos países.
Asociaciones de los migrantes Uno de los fenómenos que más ha influido recientemente en la visión del uso productivo de las remesas es el surgimiento y desarrollo de las organizaciones de migrantes latinoamericanos en Estados Unidos. Estas organizaciones no son nuevas. Hay muchas que datan de los cincuenta y los sesenta, aunque la mayoría de las actualmente existentes tiene una edad menor a 20 años. En sus inicios, las organizaciones tradicionales operaron como grupos informales o como clubes sociales o deportivos.
Fue en la década de los noventa cuando las asociaciones de migrantes latinoamericanos en Estados Unidos cobraron auge, en parte debido al rápido crecimiento de las corrientes migratorias en esos años, pero sobre todo como respuesta al endurecimiento de las leyes migratorias de ese país. "En el decenio de los noventa los diferentes tipos de asociaciones se renovaron y multiplicaron, buscando muchas de ellas obtener su personalidad jurídica de acuerdo con las leyes estatales de los Estados Unidos… La tendencia a organizarse sobre bases más técnicas y permanentes tuvo un auge sin precedentes. Hasta el presente la mayoría de las nuevas agrupaciones ha estado más bien orientada hacia la defensa de los derechos humanos de sus miembros o a darles asesoría y apoyo para regularizar su situación migratoria, pero se multiplican los ejemplos de organizaciones que están tratando de desarrollar actividades asistenciales o comunitarias, o de reorientarse en esta dirección".
En algunas regiones de larga tradición migratoria, hay ejemplos verdaderamente destacados de redes organizativas, como es el caso de los clubes zacatecanos en México, de los cuales hay más de 100 en diversas ciudades de Estados Unidos, agrupados en federaciones como la del Sur de California y en una Confederación de Clubes de Zacatecanos, como organización de tercer nivel.
Pese a que los núcleos y las organizaciones de migrantes en Estados Unidos se han convertido en una de las fuerzas económicas, sociales y políticas más importantes de la sociedad civil latinoamericana, no hay un conocimiento apropiado y actualizado de su alcance y diversidad. Su rápido dinamismo ha rebasado los intentos aislados y ocasionales por estudiarlos.
En la misma circunstancia están otros fenómenos no menos importantes a que han dado lugar las corrientes migratorias latinoamericanas en aquel país. Por ejemplo, existe ya una gran red de negocios en rápida expansión, propiedad de pequeños y medianos inversionistas de origen latinoamericano. En Nueva York, por ejemplo, hay cientos de negocios de empresarios dominicanos, mexicanos y salvadoreños, especialmente en las áreas de la ciudad con predominio de población hispana. Muchos de esos empresarios han comenzado a buscar oportunidades de inversión en sus países de origen. Otro fenómeno que no se ha analizado a fondo es el desarrollo, en diversas ciudades de Estados Unidos, de un gran mercado para diversos productos latinoamericanos, sobre todo para ciertas comidas y alimentos típicos de tipo industrial o casero, como quesos, galletas, dulces, etc. Alrededor de este mercado se han establecido importantes cadenas de negocios y de introductores, con repercusiones importantes en la economía de los países de origen de los productos.
Matrículas consulares: detonadores de remesasç Durante décadas, los consulados mexicanos han emitido una tarjeta de identificación muy simple, conocida como "matrícula consular", a los ciudadanos mexicanos que viven, legal o ilegalmente, en Estados Unidos. De acuerdo con un estudio realizado por el Pew hispanic Center en el 2002, durante los primeros nueve meses del 2002, se emitieron 740,000 matrículas consulares en Estados Unidos. El propósito inicial de estas matrículas fue ayudar a los oficiales a identificar a las personas que estuvieran inmiscuidas en algún accidente (o crímenes). Sin embargo, desde el 2002, las matrículas consulares son cada vez más aceptadas como documento de identificación para las operaciones bancarias en Estados Unidos. Hasta finales del 2002, 66 bancos, 801 departamentos de policía en 13 estados de EE.UU.), ya aceptaban la matrícula como un documento de identificación válido. Hasta el momento, únicamente el gobierno mexicano emite este tipo de documento de identificación a sus ciudadanos en el exterior. Muchos gobiernos de países centroamericanos están considerando seriamente emitir tales documentos, lo que le permitiría a la población inmigrante a abrir cuentas bancarias y a utilizar a los bancos para transferir fondos (remesas) de manera barata y transparente.
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