Los insecticidas en la lucha por la conservación del patrimonio documental en paises de clima tropical
Enviado por José de la Paz Naranjo
INTRODUCCIÓN
Son varias las motivaciones que hacen que a las personas consagradas profesionalmente a los archivos inquiete la aparición de insectos que atacan a los documentos atesorados en estas instituciones. Primero que todo, por su afán de conservar los fondos en buen estado para que las presentes y futuras generaciones puedan disfrutarlo. En segundo lugar, nos preocupan las pérdidas económicas que producen. Los ataques de estas plagas pueden ser tan intensos que un servicio de restauración no pueda sostener el ritmo de los daños causados; pero los insectos no sólo producen deterioro a las colecciones y a los edificios en que se encuentran, sino que además pueden constituir un peligro considerable para los seres humanos con los cuales tienen contacto. Incluso, partes u apéndices de ellos, pueden desencadenar reacciones alérgicas capaces de comprometer la integridad de los sistemas de defensa del hombre.
Según Weiss y Curruthers (1937) citado por SzentIvany en 1969, los primeros informes de insectos dañinos a los bienes culturales aparecieron hace más de 2300 años, pero también desde épocas antiguas se trató de combatirlos y fue en el reino vegetal donde se encontraron las primeras armas. Siendo el aceite de cedro, quizás, el primer repelente a insectos que se utilizó para la preservación de los bienes culturales; aunque se hace referencia además al aceite de azafrán, ciprés y un polvo blanco popularizado con el nombre de pelitre, obtenido a partir de las flores de Chrysantemum pyrethrum. Sin embargo, fue del reino mineral de donde se obtuvieron los primeros insecticidas eficaces. Posteriormente y con el surgimiento y desarrollo de la industria química estos fueron desplazados por los compuestos orgánicos sintéticos. (Tabla 1)
Tabla 1. Insecticidas más utilizados en el control de plagas que afectan el patrimonio cultural
La selección de uno u otro ha estado subyugada por el tipo de plaga a combatir. Por ejemplo, los primeros son efectivos contra insectos que tienen aparato masticador, caminan mucho sobre la superficie de los documentos y el suelo, y vuelan poco o nada para el acoplamiento sexual, aunque todos en mayor o menor medida has sido rechazado por los daños que generan al medio ambiente, el personal que lo aplica y el soporte que lo recibe. Sin olvidar la resistencia que estos organismos vivos han generado para escapar de la letalidad de los insecticidas.
La resistencia puede ocurrir mediante mecanismos fisiológicos, bioquímicos y conductuales. Llegando, en algunos casos, estar presente más de un mecanismo, fenómeno este conocida como multiresistencia.
En las cucarachas, por ejemplo, se han determinado varios fenómenos de resistencia. Entre ellos se destacan:?
· Barreras de penetración: es un mecanismo de resistencia a compuestos lipofílicos en general, por lo que afecta a la mayoría de los grupos de insecticidas donde hay un decaimiento en la penetración cuticular.?
· Detoxificación metabólica: Hay una activación exacerbada de las vías metabólicas que involucran al citocromo P450 – monooxigenasa dependiente y enzimas hidrolíticas. (muy frecuente frente a piretroides, organofosforados y carbamatos).?
· Insensibilidad nerviosa: Este mecanismo provoca resistencia cruzada frente a múltiples productos químicos.
También se menciona el rol de la Acetilcolinesterasa en la resistencia a orgoanofosforados y carbamatos pero todavía el mecanismo de defensa es poco conocido.
Esta resistencia a insecticidas ha provocado la necesidad de girar hacia compuestos con distintos modo de acción o diferente mecanismo degenerativo como son: inhibidores de la respiración, reguladores del crecimiento, inhibidores de la transmisión nerviosa mediada por GABA, o antialimentarios (disuasiva de la alimentación).
Por otra parte hay que destacar que la eficiencia de alguno de estos insecticidas varía en razón inversa con la temperatura, por lo que hay que aplicar mayores dosis a temperaturas más altas. Como es el caso de los piretroides en países de clima tropical, encareciendo así su utilización.
Todos los inconvenientes hasta aquí señalados han generado el estudio e introducción de nuevas alternativas para el control de plagas que afectan el patrimonio cultural. Entre estas se pueden citar el empleo de las bajas temperaturas y las atmósferas modificadas o libres de oxígeno.
El método de control por medio de bajas temperaturas ha sido utilizado como medida temporal para combatir una infestación ya que al enfriar una sala a menos de 15ºC se hace más lento el crecimiento, la alimentación y la reproducción de los insectos y pueden, incluso, entrar en estado de coma si la temperatura desciende a valores cercano a 0ºC. No obstante para alcanzar una eficiencia reconocida se requiere mantener estas condiciones por un número prolongado de días. Sin embargo, otros estudios informan sobre estados de adaptación; el cual se alcanza aumentando la concentración de glicerol y azúcares en los tejidos del insecto para así disminuir su punto de congelación. Esto sin olvidar el equipamiento necesario y la carencia de actividad residual que posee.
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