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Perspectivas de la economía mundial para el 2011 (página 2)


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La recuperación

La recuperación mundial sigue siendo frágil porque aún no se han implementado las políticas necesarias para fomentar el reequilibrio interno de la demanda del ámbito público al privado y de las economías con déficits externos a las economías con superávits. Se proyecta una expansión del PIB mundial de 4,8% en 2010 y 4,2% en 2011, compatible, en términos generales, con los pronósticos anteriores, y siguen predominando los riesgos a la baja. Según las proyecciones de Perspectivas de la economía mundial, el producto de las economías emergentes y en desarrollo crecerá a tasas de 7,1% y 6,4% en 2010 y 2011, respectivamente. En las economías avanzadas, sin embargo, se proyecta un crecimiento de solamente 2,7% y 2,2%, respectivamente, con una desaceleración considerable de algunas economías durante el segundo semestre de 2010 y el primer semestre de 2011. La capacidad ociosa seguirá siendo sustancial y el desempleo persistentemente elevado.

Se proyecta que la inflación se mantendrá baja, en general, frente al continuo exceso de capacidad y las altas tasas de desempleo, con algunas excepciones en las economías emergentes. Predominan los riesgos a la baja sobre las perspectivas de crecimiento. No obstante, la probabilidad de que se produzca una fuerte desaceleración mundial, incluido un estancamiento o contracción en las economías avanzadas, sigue pareciendo baja.

Políticas macroeconómicas mundiales sugeribles

Deben adoptarse políticas más proactivas para lograr el reequilibrio interno y externo necesario. La mayoría de las economías avanzadas y unas pocas economías emergentes todavía enfrentan importantes ajustes; entre ellos, la necesidad de reforzar los balances de los hogares, estabilizar y, seguidamente, reducir los altos niveles de deuda pública, y sanear y reformar los sectores financieros. La política monetaria debería seguir siendo muy acomodaticia en la mayoría de las economías avanzadas y debería constituir la primera línea de defensa frente a un debilitamiento de la actividad mayor de lo esperado a medida que se reduzca el apoyo proporcionado por la política fiscal.

Con tasas de política próximas a cero en las principales economías avanzadas, las autoridades de política monetaria tal vez deban recurrir a la aplicación de nuevas medidas no convencionales si la demanda privada se debilita inesperadamente a medida que disminuye el apoyo fiscal.

El ajuste fiscal debe comenzar en 2011. Si el crecimiento mundial llega a desacelerarse mucho más de lo esperado, los países con margen de maniobra fiscal pueden aplazar algunas de las medidas de consolidación fiscal programadas. Una de las tareas más urgentes para las economías avanzadas es establecer planes que ayuden a lograr una situación fiscal sostenible antes del final de la década. Esta tarea ahora es más urgente que hace seis meses a fin de crear un mayor margen de maniobra para la política fiscal, dada la persistente volatilidad de los mercados de deuda soberana. Este margen podría ser necesario porque la política monetaria por sí sola quizá no pueda proporcionar el apoyo suficiente para hacer frente a una desaceleración de la actividad mucho más pronunciada de lo previsto.

El endurecimiento de la política fiscal probablemente resultará contractivo para la mayoría de las economías, aunque es difícil determinar en qué grado. El análisis de episodios anteriores de consolidación fiscal parece indicar que la consolidación fiscal en las economías avanzadas tiende a reducir el crecimiento a corto plazo. La aplicación de planes de consolidación fiscal a mediano plazo creíbles y que favorezcan el crecimiento ––que actualmente no son muy comunes en las economías avanzadas–– ayudaría a limitar el impacto deflacionario de la consolidación sobre la demanda privada a corto plazo. Estos planes deberían incluir medidas que reformen los principales programas de gasto de rápido crecimiento, especialmente las prestaciones, y reformas tributarias que fomenten la producción, más que el consumo.

Si no se resuelven, reestructuran o consolidan con rapidez los bancos debilitados y se reconstituyen los mercados mayoristas, se planteará la necesidad de seguir proporcionando respaldo fiscal y de mantener bajas las tasas de interés para apuntalar la recuperación, lo que puede acarrear otros problemas, incluidos los efectos de contagio en las economías emergentes. A nivel más general, las autoridades económicas deben continuar aclarando y especificando la reforma regulatoria, basándose en las mejoras propuestas por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. Esto ayudaría a las instituciones y mercados financieros a brindar más apoyo, sobre una base más firme, para el consumo y la inversión, que son esenciales para un crecimiento sólido y duradero.

La aplicación de políticas estructurales orientadas a reforzar el crecimiento a mediano plazo también contribuirá a apuntalar la normalización necesaria de las políticas macroeconómicas en las economías avanzadas. Si bien para aumentar el empleo son esenciales las políticas macroeconómicas acomodaticias y el saneamiento y reforma del sector financiero, en varias economías, a mediano plazo es posible promover el crecimiento y la creación de empleo, y reducir el alto desempleo, mediante políticas relativas a los mercados de trabajo. Por medio de reformas complementarias de los mercados de productos y servicios podrían reforzarse los efectos en el empleo, al fomentar la demanda de trabajo y mejorar los salarios reales a través de una mayor competencia y la reducción de los márgenes de ganancia sobre los precios.

Muchas economías emergentes vuelven a registrar altas tasas de crecimiento, pero siguen dependiendo considerablemente de la demanda de las economías avanzadas. Se deja claro que la demanda de importaciones por parte de las economías avanzadas continuará situándose por debajo de las tendencias previas a la crisis, dada la fuerte proporción de los bienes duraderos de consumo y los bienes de inversión en el comercio. Por lo tanto, las economías emergentes que dependían mucho de la demanda proveniente de estas economías avanzadas tendrán que concentrarse más en las fuentes internas de crecimiento para lograr tasas de crecimiento similares a las registradas antes de la crisis, lo que ayudará al reequilibrio externo necesario.

En las economías con excesivos superávits externos, principalmente las de Asia emergente, el endurecimiento de la política fiscal debe quedar relegado a segundo plano con respecto a la restricción monetaria y al ajuste cambiario. La eliminación de las distorsiones que favorecen el alto nivel de las tasas de ahorro de los hogares y las empresas y desalientan la inversión en sectores de bienes no transables facilitaría el reequilibrio del crecimiento impulsado por fuerzas internas. Este reequilibrio requerirá una mayor desregulación y reforma de los sectores financieros y del gobierno corporativo, y el fortalecimiento de las redes de protección social en las economías clave de Asia. En muchas otras economías emergentes, el endurecimiento de la política fiscal puede comenzar inmediatamente, ya que la recuperación de la demanda interna está bien encaminada o la deuda pública es relativamente elevada.

En varias economías emergentes, el aumento de la inflación o el elevado crecimiento del crédito también aconsejan establecer condiciones monetarias más restrictivas.

Proyecciones de expansión del PIB mundial 2010 y 2011

-Porcentajes-

2010

2011

Economía mundial

4,8

4,2

Economías emergentes y en desarrollo

7,1

6,4

Economías avanzadas

2,7

2,2

FUENTE: FMI, Octubre 2010.

Los indicadores de mercado parecen señalar que los precios de las materias primas se mantendrán estables y que las presiones a la baja sobre los salarios disminuirán gradualmente. Se proyecta que la inflación se mantendrá baja: aproximadamente 1,25% en 2011 en las economías avanzadas, y en alrededor del 5% en las economías emergentes y en desarrollo.

Conclusiones

  • Se espera que para el 2011, la economía se estabilice y pueda retornar a su tasa de crecimiento potencial situada entre 3 por ciento y 3.5 por ciento

  • En comparación al año pasado, se estima que la economía repuntará 4.65 por ciento.

  • En cuanto al Producto Interno Bruto (PIB), se proyecta un incremento del 3.5 por ciento en 2011 así como a creación de 467 mil empleos formales.

  • En el caso de la demanda interna, se indica que para el año posterior se mantenga en un nivel débil y las exportaciones tenderán a moderarse. En cuanto al consumo privado, se espera un crecimiento del 3.14 porciento en 2011, tras un avance 3.60% a tasa anual en 2010.

Los pronósticos para el próximo año, por lo pronto, no presentarán grandes cambios, particularmente en el primer semestre, pues el consumo y la inversión seguirán deprimidos. Como bien sabemos, el nivel de crecimiento dependerá mucho del grado de desaceleración de la economía de Estados Unidos. Pese al buen crecimiento de la producción y las exportaciones de manufacturas que han formado buena parte de la recuperación del PIB, esto tendería a moderarse por un menor avance de la actividad económica estadounidense.

Los economistas pronosticaron que la inflación subyacente cerrará este año en 3.94 por ciento y 2011 en 3.96 por ciento aunque un retroceso en el crecimiento de Estados Unidos y de la economía mundial, podría generar un cambio en la postura monetaria en México.

Bibliografía

*La economía de México,2011

*Perspectivas mundiales,Fondo Monetario Internacional,Washington,D.C,Estados Unidos

 

 

Autor:

Omar R. Gómez Castañeda

edu.red

Senior, Ph.D, es Post-Doctor , egresado en el Programa Post-Doctoral en Gerencia en las Organizaciones de la Universidad "Dr Rafael Belloso Chacín"(URBE), Maracaibo, Estado Zulia,Venezuela. Doctor en Administración de Negocios de la universidad norteamericana: University of Aberdeen International, Aberdeen, Dakota del Sur, Estados Unidos. Doctor en Economía Política egresado del Thomas Alva Edison College, Estados Unidos. Post-grado como "Experto Universitario en Economía Global Electrónica", egresado de la Universidad de Málaga, Málaga, España. Economista Colegiado en el Colegio de Economistas del Estado Zulia, Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela.

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